El embarazo no es un problema: la lección que toda empresa debe aprender
En una mañana cualquiera, el área de Recursos Humanos recibió una visita inesperada: la Dirección General. La conversación fue breve, pero cargada de tensión. El mensaje fue directo: “El año pasado contrataste a una joven profesional casada; ahora está embarazada. Esto no es conveniente para la empresa”.
La frase cayó como un golpe seco. El reclutador, que meses atrás había celebrado la llegada de una profesional brillante, ahora sentía el peso de un dilema ético que ponía a prueba no solo su rol, sino la esencia misma de la gestión humana.
El Contrato Invisible entre Personas y Organizaciones
Cuando un talento se incorpora, no solo firma un contrato laboral: ambas partes sellan un pacto invisible de confianza, respeto y proyección mutua. Ese pacto no excluye, ni debe excluir, etapas naturales de la vida.
El embarazo, lejos de ser un inconveniente, es la más pura manifestación de continuidad y esperanza. Es la promesa silenciosa de que la vida sigue, de que habrá nuevas miradas, nuevas risas y nuevas historias por escribir.
Cuando una organización ve este momento como una carga, olvida que su verdadero motor no son los procesos, ni las cifras, ni las paredes de su edificio: son las personas.
Las empresas nacen, crecen y perduran gracias a quienes las sostienen con su talento, pero también con su humanidad. Negar la belleza y el derecho de un ciclo tan esencial es desconectarse de la esencia misma de lo que significa trabajar con y para seres humanos. El embarazo no interrumpe una carrera; la enriquece con una dimensión que trasciende cualquier indicador financiero: la de construir futuro.
El Rol de Gestión Humana: Más Allá de la Nómina
En un momento así, un verdadero departamento de Gestión Humana no se limita a “cumplir políticas”. Su misión es proteger la dignidad, garantizar la igualdad de oportunidades y servir como puente entre la realidad personal y las metas organizacionales.
La respuesta que la empresa elija en este punto marcará su cultura para siempre. Un liderazgo humano no ve en la maternidad una amenaza, sino un momento para mostrar compromiso y apoyo.
Qué debe hacer Gestión Humana en este caso
Un verdadero departamento de Gestión Humana actúa como guardián de la ética y del respeto, incluso frente a presiones internas. En una situación así, el camino es claro y debe abarcar tanto la protección legal como la coherencia cultural:
El Legado que Queda
La joven continuó su labor con excelencia hasta el inicio de su licencia. Al volver, fue recibida con la misma alegría que el primer día. El equipo aprendió que el verdadero capital humano no son los títulos ni las cifras: es la persona completa, con sus talentos, sueños y también sus momentos vitales.
La empresa que entendió esto no solo retuvo a una gran profesional, sino que ganó algo más valioso: coherencia entre lo que predica y lo que practica.
En Gestión Humana gestionamos vidas. Y cuando la vida llama a la puerta, la respuesta correcta siempre será abrir con respeto, empatía y visión.
Si no es así, y la cultura de la empresa no lo permite, entonces ese no es tu lugar como líder de Gestión Humana… a menos que decidas asumir el reto de transformar la organización desde adentro. Yo asumí ese reto y no di un paso atrás. No defendí entornos que atentaran contra la dignidad, porque tenía claro hacia dónde quería avanzar la empresa, aunque algunos no compartieran esa visión. La Dirección comprendió el tema y respaldó el cambio, pero es crítico reconocer que aún existe resistencia al cambio por parte de algunos gerentes, movidos por el temor y la inercia de prácticas antiguas.
Nota personal: Esta no es una historia inventada. Me tocó vivirla con toda la presión del caso, escuchando argumentos que, desde mi perspectiva, no se alineaban con los valores y objetivos definidos por la empresa. Mi actuación estuvo siempre enmarcada en la dirección estratégica que la alta gerencia: se había acordado y con el compromiso de acompañar ese cambio de manera responsable y respetuosa por los colaboradores. Creo firmemente que, en esta profesión, no solo administramos contratos, sino que custodiamos la confianza que sustenta la relación entre la organización y su gente… y esa confianza nunca debe comprometerse. La Dirección comprendió el tema y respaldó el cambio, pero es crítico reconocer que aún existe resistencia al cambio por parte de algunos gerentes, movidos por el temor y la inercia de prácticas antiguas.
LIC.EN ADMINISTRACIÓN
1 mesQue gran lección nos dejas para algunos, sin duda el departamento de RRHH es un departamento que más que administrar contratos gestionamos vidas.