Francisco sufre un accidente automovilístico que lo deja en estado de coma. Aunque su mente sigue funcionando, su cuerpo está paralizado e inmóvil. Francisco puede escuchar todo lo que pasa a su alrededor pero no puede comunicarse. Con el paso del tiempo, su familia pierde la esperanza de su recuperación y los doctores planean desconectarlo. Francisco se da cuenta que debe luchar contra su propio cuerpo antes de que sea demasiado tarde.