La computación en nube permite acceder a servicios computacionales a través de Internet sin necesidad de instalaciones locales, ofreciendo ventajas como implementación rápida y colaboración eficiente. Sin embargo, requiere conexión permanente a Internet y tiene riesgos relacionados con la pérdida de datos. Herramientas como Dropbox, iCloud y Skydrive facilitan el almacenamiento y compartición de archivos en línea.