Este documento discute la importancia de las relaciones en el liderazgo. Explica que las personas son el tesoro más preciado de la iglesia y que la habilidad de tratar con personas es la más importante para un líder. Analiza la parábola del buen samaritano y cómo el samaritano vio al hombre necesitado como una persona para amar, en contraste con los ladrones y sacerdotes. Luego, ofrece consejos sobre cómo tratar a las personas desde las perspectivas de un anfitrión, doctor, consejero y guía de turistas.