El respeto comienza con uno mismo y reconociendo nuestra propia dignidad. Para ser respetuoso, debemos tratar a los demás como queremos ser tratados, incluso a aquellos que no nos respetan a nosotros. En el hogar y la escuela, podemos fomentar el respeto escuchando a los demás con una mente abierta, y comportándonos de manera positiva. El respeto contribuye a una sociedad armoniosa y a nuestro propio bienestar.