El ensayo examina la visita del Papa Benedicto XVI a México en 2012, sugiriendo que esta tuvo un enfoque político más que pastoral, especialmente al coincidir con la campaña electoral. Se argumenta que la presencia del Papa busca favorecer al partido Acción Nacional de Felipe Calderón, mientras que se critica la manipulación del gobierno en las elecciones y la influencia de la iglesia en la política. Al final, se concluye que este evento sirve como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas políticos y sociales del país.