El documento habla sobre la importancia de comprender correctamente el ministerio del santuario celestial, el cual es el fundamento de nuestra fe. Explica que Cristo, luego de su ascensión, entró una vez para siempre al Lugar Santísimo del santuario celestial para ofrecer su propia sangre como sumo sacerdote a favor de la humanidad. Su ministerio en el santuario es tan esencial para el plan de salvación como lo fue su muerte en la cruz.