La Constitución española de 1978 estableció el sistema democrático actual tras ser aprobada por referéndum. Define España como una nación indivisible y reconoce las lenguas y culturas de las diferentes regiones. Establece también las instituciones del Estado como el Rey, el gobierno y el poder judicial, así como los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos y la organización territorial del Estado en comunidades autónomas.