El documento habla sobre el diezmo como una propiedad divina. Explica que el diezmo pertenece a Dios según las Escrituras y fue practicado por los patriarcas Abraham y Jacob. También fue establecido como parte del sistema levítico y se menciona en el tiempo monárquico y en el Nuevo Testamento. Finalmente, el documento da cuatro bases bíblicas para el pago del diezmo.