La escuela realiza simulacros de sismo dos veces por semana para preparar a los estudiantes. Los maestros y estudiantes son entrenados en procedimientos de evacuación y la escuela cuenta con señalización y una alarma efectiva. Los padres de familia ayudan a mantener la escuela segura realizando campañas de limpieza para reparar daños y eliminar peligros, y también participan en los simulacros.