El movimiento 15-m surgió en España en 2011 como una respuesta a la crisis económica y la corrupción, utilizando la ocupación pacífica de espacios públicos para expresar la indignación ciudadana. Con un enfoque no violento y apoyado por las redes sociales, logró movilizar a millones y promovió la idea de una democracia más participativa. A pesar de su éxito inicial y el apoyo popular, el 15-m ha enfrentado desafíos en su estructura horizontal y la necesidad de consensos entre diversas sensibilidades dentro del movimiento.