Mohamed vivía en Argel y transportaba mercancías a través del desierto con la ayuda de sus camellos. Tuvo problemas económicos y tuvo que vender todos sus animales excepto su camello favorito. Omar, un rico comerciante, quería comprar el camello. Cuando Omar visitó a Mohamed, este le ofreció una gran cena a pesar de haber vendido su último camello para poder hacerlo. Mohamed valoraba más la amistad que cualquier posesión material.