El documento explora el simbolismo del candelabro en el contexto bíblico, enfatizando que representa el testimonio de la iglesia y la iluminación del Espíritu Santo. Detalla cómo el candelero y sus elementos, hechos de oro puro, reflejan la gloria de Dios y la importancia de estar preparados y ser luz para el mundo. Además, se relaciona el fuego y la luz con pruebas personales y el crecimiento espiritual, enfatizando la unión de los creyentes en la comunión del Espíritu Santo.