Las aves no siembran ni cosechan pero Dios las alimenta, por lo que si Dios cuida de las aves ¿no cuidará también de los seres humanos que valen más que ellas?
1. Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cose-
chan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre
celes al las alimenta. ¿No valéis vosotros más
que ellas?.
“Sus ojos están en el gorrión,
y sé que Él vela por mi”