El documento resume un capítulo de Isaías en el que Dios predice las acciones del rey Ciro de Persia, que aún no había nacido. Luego, Dios afirma que ha escogido a Israel y no los ha rechazado, a pesar de su infidelidad. Promete bendecir a Israel y maldecir a sus enemigos. También predice que transformará los desiertos de Israel en tierras fértiles, lo que se ha cumplido a través de la reforestación y el desarrollo agrícola en el moderno estado de Israel.