La II República española (1931-1936) se caracterizó por su ambiciosa modernización política y social, pero enfrentó tensiones que culminaron en la Guerra Civil. Durante el periodo del bienio reformista, se promulgó una nueva constitución que estableció un régimen democrático, mientras se implementaron reformas agrarias, sociales y educativas. Sin embargo, la oposición de la derecha antiliberal y la crisis económica llevaron a una creciente conflictividad social y a la eventual caída del gobierno republicano.