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Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 103 
SIGMA 
EL TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS. 32 
UNA HISTORIA GEOMÉTRICA DE 4.000 AÑOS 
Pedro Miguel González Urbaneja (*) 
"La universalidad del Teorema de Pitágoras y la invención de la demostración geométrica 
son las hadas que vemos en torno a la cuna de la Geometría griega y del milagro griego 
en Matemáticas". 
A. REY. El apogeo de la ciencia técnica griega (UTEHA, México, 1962. Vol.1. p.13). 
"Este teorema con la multitud de demostraciones del mismo ilustra de forma sorprendente 
el hecho de que hay muchas formas de alcanzar la misma verdad". 
E.S. LOOMIS. The Pythagorean Proposition. (NCTM, 1968. p.3). 
"El Teorema de Pitágoras es un activo cultural de primer orden que pertenece a la 
base intelectual común de la humanidad. [...] Es con razón un símbolo de todas las 
Matemáticas". 
B. ARTMANN. Euclid–The Creation of Mathematics. (Springer. New York, 1996. p.57). 
"El Teorema de Pitágoras ha tenido ocupados a los matemáticos desde la época clásica 
hasta el presente"∫. 
W. DUNHAM. El Universo de las Matemáticas. (Pirámide, 1995. Cap.H. p.136). 
1. EL TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS 
El Teorema de Pitágoras es la relación matemática que ocupa el primer lugar en el recuerdo 
de los tiempos escolares. Es, sin duda alguna, la más importante, conocida, útil y popular en 
casi todas las civilizaciones; la que más nombres, atención, curiosidad y pruebas ha recibido 
a lo largo de los siglos. Es un teorema que ha causado una gran admiración a todo tipo de 
personas –matemáticos y no matemáticos–, pero también una gran extrañeza y perplejidad a 
otras –Leonardo, Hobbes, Schopenhauer, Einstein, …– porque, a diferencia de otros teoremas, 
aparentemente no existe ninguna razón intuitiva para que los cuadrados construidos sobre 
los lados de un triángulo rectángulo –la hipotenusa y los catetos– deban tener un vínculo tan 
estrecho entre sí. 
La verosimilitud del Teorema de Pitágoras no depende de un 
dibujo bien ilustrado sino que obedece por completo a un ejerci-cio 
intelectual puro alejado de lo sensorial –la deducción lógica– 
Por eso, para muchos historiadores de la ciencia, el Teorema 
de Pitágoras tiene un valor simbólico iniciático como elemento 
cultural responsable de la aparición de la Geometría racional 
en la Escuela Pitagórica y por tanto forma parte ineludible de la 
semilla básica de la propia naturaleza de la Matemática desde su 
origen como ciencia especulativa y deductiva en los albores de 
la civilización helénica. 
(*) Catedrático de Matemáticas del IES Sant Josep de Calassanç. Barcelona.
Pedro Miguel González Urbaneja 
La emergencia de este teorema en el horizonte histórico cultural, pero también en el hori-zonte 
escolar, señala el primer salto intelectual entre los confines de la especulación empírica 
e inductiva y los dominios del razonamiento deductivo. En efecto, el Teorema de Pitágoras 
pudo estar en el origen de la demostración –que caracteriza a la Matemática con respecto a 
las demás ciencias– ya que la prueba pitagórica del Teorema de Pitágoras tal vez haya sido 
la primera demostración verdaderamente matemática de la Historia. Y también el Teorema 
de Pitágoras está situado en el umbral que inicia la práctica deductiva en el desarrollo de la 
Matemática escolar elemental. 
El Teorema de Pitágoras aparece por doquier en la Matemática. Es la base de multitud de teo-remas 
geométricos, de los estudios sobre polígonos y poliedros, de la Geometría Analítica y de 
la Trigonometría –la fórmula cos2a + sen2a = 1 es un caso particular del Teorema de Pitágoras 
y el Teorema del coseno es una generalización del mismo–. La relación pitagórica x2 + y2 = z2 
es la ecuación de la circunferencia y la raíz histórica del Análisis indeterminado de Diofanto 
y Fermat. El Teorema de Pitágoras también pudo ser el germen de la dramática aparición pita-górica 
de la inconmensurabilidad de gran trascendencia en la estructuración y sistematización 
platónico-euclídea de la Geometría griega. 
Pasaremos revista a los saberes geométricos vinculados al llamado Teorema de Pitágoras que 
desarrollaron las civilizaciones orientales prehelénicas –Babilonia, Egipto, India y China– para 
entrar después en el mundo griego a través de Pitágoras y cruzarlo con Platón y Euclides, cuyas 
paradigmáticas demostraciones revisten una singular importancia histórica. Se estudian, ade-más, 
otras pruebas de los más diversos personajes, que por su riqueza conceptual merecen ser 
destacadas como auténticas joyas de sabiduría geométrica. 
Al ser la fuente de casi todas las relaciones métricas de la Geometría, El Teorema de Pitágoras 
–como principal tesoro de la tradición pitagórica– tiene un valor práctico, teórico y didáctico 
inconmensurable. Como paradigma de la Matemática y de la Educación matemática, el más 
fascinante y célebre teorema geométrico pertenece al imaginario cultural de casi todos los 
pueblos. 
2. EL TEOREMA DE PITÁGORAS EN LAS CIVILIZACIONES 
PREHELÉNICAS 
Una tradición muy persistente, que toma como base documental a Plutarco, Vitrubio, Ateneo, 
Diógenes Laercio y Proclo, atribuye el Teorema de Pitágoras al propio Pitágoras. Pero el 
examen arqueológico realizado en el pasado siglo de las tablillas de arcilla encontradas en 
Mesopotamia, pertenecientes a las civilizaciones que se desarrollaron entre los ríos Tigris y 
Éufrates en el segundo milenio antes de J.C., ha revelado que los antiguos babilonios conocían 
aspectos del Teorema, más de mil años antes que el propio Pitágoras. Algo similar se puede 
afirmar respecto de las culturas que aparecieron a lo largo del río Nilo, así como de la antigua 
civilización hindú y de las antiguas culturas chinas que surgieron en las cuencas de los ríos 
Yangtze y Amarillo. Pero parece ser que no lo conocían ni las grandes civilizaciones precolom-binas 
de América ni tampoco las del continente africano, exceptuando la egipcia. 
Las referencias prehelénicas al Teorema no contienen, sin embargo, pruebas del mismo, mien-tras 
que es generalizada la creencia de que fue Pitágoras el primero en proporcionarnos una 
demostración lógica del Teorema, lo que hará justo que éste haya pasado a la historia con su 
nombre. 
El análisis histórico de la relación entre los lados de un triángulo rectángulo se puede divi-dir 
en tres estadios de desarrollo matemático. En el estadio inicial, puramente aritmético y 
empírico práctico, se obtienen resultados numéricos concretos para los lados del triángulo. 
104 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk.
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
En el estadio siguiente, aritmético geométrico, se obtienen leyes generales de formación de 
los lados. Finalmente se penetra en la profundidad del pensamiento matemático investigando 
las demostraciones de los resultados generales de los estadios precedentes. Las dos primeras 
etapas corresponden a las civilizaciones orientales aludidas, mientras que a la tercera etapa 
sólo contribuyeron los griegos, particularmente Pitágoras y Euclides. 
2.1. El Teorema de Pitágoras en Babilonia 
La Arqueología ha recuperado cerca de medio millón de tablillas de arcilla con textos cunei-formes, 
de las cuales casi trescientas tienen contenido matemático. Entre ellas sobresalen la 
tablilla YALE o YBC 7289, conservada en la Universidad de Yale y la PLIMPTON 322 en la 
Universidad de Columbia. 
La tablilla YALE (Y BC 7289) de 1600 a.C. Universidad de Yale. 
De acuerdo con la interpretación de los números sexagesimales inscritos en la tablilla, 
este documento mesopotámico estaría relacionado con el Teorema de Pitágoras 
En la tablilla YALE figura un cuadrado con los triángulos rectángulos resultantes de trazar las 
diagonales y varios números en caracteres cuneiformes escritos en el sistema de numera-ción 
sexagesimal babilónico, basado en las potencias de 60. La relación con el Teorema de 
Pitágoras se observa al traducir estos números a nuestro sistema decimal. 
En la diagonal horizontal aparece un número que al transcribirlo en caracteres modernos se 
expresaría en la forma: 1; 24, 51,10, donde el punto y como representa la separación entre la 
parte entera y la fraccionaria –como nuestra coma (,) o nuestro punto decimal (.)– y las comas 
se utilizan para separar las sucesivas posiciones sexagesimales. Es decir, que para pasar a 
nuestro sistema decimal se haría: 
1; 24, 51, 10 = 
, 1,414213… √2. 
Es realmente sorprendente que resulta el valor de √2 con una aproximación bastante superior 
a la que obtendrían los griegos muy posteriormente. 
En la parte superior de la tablilla YALE aparece el número 30; mientras que en la parte infe-rior 
aparece 42;25,35, que pasados a decimales resultan ser los números 30 y 42,426389, 
respectivamente. Dado que la diagonal de un cuadrado se obtiene –aplicando el Teorema de 
Pitágoras– multiplicando el lado por √2, y se comprueba que: 
42; 25, 35 30 · (1; 24, 51, 10), es decir: 42,426389 30 · 1,41421, 
las relaciones aritméticas entre los números que aparecen en la tablilla YALE resultan ser un 
caso particular de una implícita aplicación primitiva y empírica del Teorema de Pitágoras. 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 105
Pedro Miguel González Urbaneja 
La tablilla PLIMPTON es el documento matemático más importante de Babilonia. Está fechada 
entre 1900 y 1600 antes de J.C. y ha sido descrita por varios historiadores, siendo muy signi-ficativa 
Cuneiform Texts. La tablilla PLIMPTON parece un simple registro de cuentas de operaciones 
comerciales, pero los intérpretes han querido ver una descripción empírica de números pita-góricos 
106 
la interpretación que dieron en 1945 Neugebauer y Sachs en su libro Mathematical 
c 
a 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
e incluso de primitivas tablas trigonométricas. 
119 169 1 
3367 4825 2 
4601 6649 3 
12709 18541 4 
65 97 5 
319 481 6 
2291 3541 7 
799 1249 8 
481 769 9 
4961 8161 10 
45 75 11 
1679 2929 12 
161 289 13 
1771 3229 14 
56 106 15 
La tablilla PLIMPTON. 322 ¿1900-1600 a.C.? Universidad de Columbia 
La tablilla consta de cuatro columnas de números distribuidos en 15 filas horizontales. En la 
primera tabla se reproducen las tres últimas columnas en nuestro sistema decimal, habiéndose 
corregido algunos errores aritméticos según las orientaciones 
A 
de Neugebauer. La columna del extremo derecho contiene 
los números del 1 al 15 y representa meramente el número 
de orden de cada línea de números. La parte de la tablilla que 
b 
se conserva está algo dañada, de forma que no permite leer 
algunos números, sobre todo en la primera columna, pero 
una vez descubierta la ley de formación de la tabla, ha sido 
C B 
posible reconstruir los números que faltaban. Las columnas 
segunda y tercera representan el cateto menor b y la hipotenusa c de triángulos rectángulos de 
lados enteros, o la altura b y la diagonal c de un rectángulo. 
De las diversas investigaciones parece deducirse que los escribas que construyeron la tablilla 
comenzaron por tomar dos enteros sexagesimales regulares –enteros cuyos únicos divisores 
primos son 2, 3 y 5, es decir, los divisores primos de 60–, u, v, con u>v, y formar con ellos la 
terna de números: a = 2uv, b = u2 – v2, c = u2 + v2, que como se comprueba fácilmente forman 
una terna pitagórica, es decir: a2 + b2 = c2. 
Así se obtendría la segunda tabla que contiene valores de a,b,c, que corresponden a valores 
de v menores que 60 y a valores de u tales que 1<u/v<1+ , es decir, a triángulos rectángulos 
con catetos b,a, con b<a. 
Por ejemplo, los números que aparecen en la primera fila de la tabla se obtienen a partir de 
u = 12, v = 5, a los que corresponden los valores a = 120, b = 119, c = 169, siendo los valores 
de b y c los que aparecen en segundo y tercer lugar, respectivamente, en la primera fila de la 
tablilla PLIMPTON.
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
u v a b c 
12 5 120 119 169 
64 27 3456 3367 4825 
75 32 4800 4601 6649 
125 54 13500 12709 18541 
9 4 72 65 97 
20 9 360 319 481 
54 25 2700 2291 3541 
32 15 960 799 1249 
25 12 600 481 769 
81 40 6480 4961 8161 
2 1 60 45 75 
48 25 2400 1679 2929 
15 8 240 161 289 
50 27 2700 1771 3229 
9 5 90 56 106 
La tablilla contiene 15 de las 38 ternas pitagóricas que existen en las condiciones definidas y 
están ordenadas de forma decreciente de la razón c/a, lo cual ha permitido conjeturar que la 
primera columna de la tablilla sería una tabla de valores de los cuadrados de la secante del 
ángulo B o una tabla de valores de los cuadrados de la tangente del ángulo B. Al ser 1 + tg2B 
= sec2B y comenzar todos los números de la columna inicial por el dígito 1, al estar la tablilla 
parcialmente deteriorada por la izquierda, no es posible determinar cual de las dos hipótesis, 
la de la secante o la de la tangente, es la cierta. 
2.2. El Teorema de Pitágoras en Egipto 
Los famosos papiros de Rhind y de Moscú, a pesar de su alto valor matemático, no mencio-nan 
el Teorema de Pitágoras ni las ternas pitagóricas. No obstante, los egipcios conocían y 
utilizaban el hecho de que el triángulo de lados 3, 4 y 5 (+o proporcionales a estos números), 
llamado "Triángulo egipcio", es rectángulo, para trazar una línea perpendicular a otra, a modo 
de "escuadra de carpintero", que era una práctica habitual de los agrimensores oficiales para 
recuperar las fronteras de los lindes de las tierras tras los periódicos corrimientos de tierras 
producidos por las crecidas del río Nilo. 
a b c 
3 4 5 
6 8 10 
9 12 15 
12 16 20 
15 20 25 
En el antiguo Egipto el Triángulo egipcio, era 
llamado también Triángulo de Isis y tenía un 
cierto carácter sagrado, porque el número tres 
representaba a Osiris, el cuatro a Isis y el cinco 
a Horus. Así lo relata Plutarco en Sobre Isis y 
Osiris, VIII,4: 
"Los egipcios se imaginaban el mundo la forma del mas bello de los 
triángulos. Este triángulo, símbolo de la fecundidad, tiene su lado vertical 
compuesto de tres, la base de cuatro y la hipotenusa de cinco partes. El 
lado vertical simbolizaba al macho, la base a la hembra, y la hipotenusa a 
la primogenitura de los dos". 
a 
b 
c 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 107
Pedro Miguel González Urbaneja 
Todas las pirámides de Egipto, excepto la de Keops, incorporan, de alguna manera, este trián-gulo 
mención explícita de la relación pitagórica aparece en Egipto, en un papiro de la XII dinastía 
–hacia el 2000 a.C.– encontrado en Kahun, en cuatro casos numéricos concretos proporcio-nales 
108 
rectángulo en su construcción, el cual añade a su sencillez –que permite una compro-bación 
visual instantánea del Teorema– el hecho de ser el único cuyos lados son enteros con-secutivos, 
teniendo los obtenidos por proporcionalidad los lados en progresión aritmética. La 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
a los del Triángulo egipcio: 
12 + (3/4)2 = (1¼)2, 82 + 62 = 102, 22 + (1½)2 = (2½)2, 162 + 122 = 202. 
Los agrimensores egipcios utilizaban el triángulo rectángulo de lados 3, 4 y 5, llamado Triángulo 
egipcio a modo de escuadra para trazar líneas perpendiculares. Así nació la profesión de arpedo-napta 
–palabra griega traducción de otra egipcia que significa tendedor de cuerda–. Fue precisa-mente 
este hecho lo que indujo al gran historiador Herodoto a escribir: 
" [...] A partir de esta práctica, es como se llegó al conocimiento de la Geometría en Egipto en primer 
lugar, de donde más tarde pasó a Grecia" 
2.3 El Teorema de Pitágoras en la India 
Como resultado de la planificación de templos y de la construcción de altares, entre los siglos 
octavo y segundo a.C., en la India se desarrollan conocimientos aritmético-geométricos, prácticos 
y primitivos, relacionados con el Teorema de Pitágoras. Todo este venerable saber adoptó la forma 
de un cuerpo de doctrina conocido por el nombre de "Sulvasutras" o "Manual de las reglas de la 
cuerda". Sulva es un término que se refiere a las cuerdas utilizadas para realizar mediciones, pues 
la India tuvo también, como Egipto, los "tensadores de la cuerda", mientras que el término sutra 
hace referencia a un libro de reglas o aforismos relativos a un determinado ritual o a una ciencia. 
Así pues, los Sulvasutras hindúes eran una especie de manuales donde se detallaban prescripcio-nes 
para la construcción ritual de altares de forma y tamaño determinados. 
Los Sulvasutras más interesantes son los de Baudhayana y Apastamba que pueden remontarse 
al siglo V a.C. En ellos se describe el uso de la cuerda no sólo para medir, sino también para 
el trazado de líneas perpendiculares, por medio de ternas de cuerdas cuyas longitudes cons-tituyen 
ternas pitagóricas tales como 3,4,5; 5,12,13; 8,15,17; 7,24,25. Aunque para este fin
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
se utilizaba sobre todo el triángulo de lados 15, 36 y 39 –derivado del triángulo de lados 5, 
12 y 13, llamado el "Triángulo indio" de forma similar al Triángulo egipcio (3,4,5)–. Las ternas 
pitagóricas de los hindúes son clasificadas en la forma siguiente: 
c - b = 1 c - b = 2 c - b = 3 
a b c a b c a b c 
3 4 5 8 15 17 15 36 39 
5 12 13 12 35 37 
7 24 25 
A 
c 
b 
a 
C B 
Ternas pitagóricas de los hindúes 
Resulta difícil valorar la originalidad de los conocimientos sobre el Teorema de Pitágoras en 
la India. El hecho cierto de que todas las ternas pitagóricas que aparecen en los Sulvasutras se 
puedan derivar fácilmente de la vieja regla babilónica para construirlas, permite asegurar la 
influencia mesopotámica sobre el saber hindú acerca del tema. 
Trazas de los altares trapezoidales del Sulvasutra de Apastamba (siglo V a.C.) con indicación 
de las ternas pitagóricas utilizadas en la construcción ritual 
2.4 El Teorema de Pitágoras en China 
Hay dos tratados clásicos chinos de contenido matemático donde se relacionan aspectos 
geométricos vinculados al Teorema de Pitágoras, son el Chou Pei Suan Ching (300 a.C.) y el 
Chui Chang Suang Shu (250 a.C.). Su contenido fue sustancialmente ampliado y desarrollado 
por dos comentaristas del siglo III d.C., Zho Shuang y Liu Hui. Los tratados originales tratan 
los aspectos primitivos del Teorema, es decir, los resultados numéricos concretos, así como las 
leyes generales de formación de las ternas pitagóricas, mientras que los aspectos más evolu-cionados 
de la demostración son elaborados por Zhao y Liu. 
El Diagrama de la hipotenusa del tratado Chino Chou-Pei Suan-Ching (300 a.C.) 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 109
Pedro Miguel González Urbaneja 
En el Chou-Pei aparece una figura llamada "Diagrama de la hipotenusa". La porción inferior 
de este diagrama, el hexágono AHGFEB, se compone de dos cuadrados AHCB y CEFG que 
tienen por lados, los catetos del triángulo rectángulo. Esta área es equivalente al cuadrado 
ADFK sobre la hipotenusa del triángulo, de donde resulta el Teorema. Esta elegante prueba 
del Teorema de Pitágoras es dada implícitamente por Zhao. En el Chou-Pei original con un 
lenguaje muy retórico se describe la figura, en términos estrictamente numéricos, diciendo: 
"En cada semirectángulo de anchura 3 y longitud 4, la diagonal debe valer 5, y si se resta 
del cuadrado total de área 49 los cuatro semirectángulos exteriores, que suman área 24, 
el resto es un cuadrado de área 25". 
El Chui-Suang contiene 246 problemas de los cuales los 24 se refie-ren 
110 
c 
a 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
a triángulos rectángulos. Todas las soluciones a los problemas 
se basan de una u otra forma en el Teorema de Pitágoras. El más 
famoso es el problema del bambú roto: 
"Hay un bambú de diez pies de altura, que se ha roto de tal 
manera que su extremo superior se apoya en el suelo a una dis-tancia 
de tres pies de la base. Se pide calcular a qué altura se ha 
producido la rotura". 
Este problema combina el Teorema de Pitágoras con la resolución 
de ecuaciones cuadráticas, ya que la solución exige resolver la 
ecuación: x2 + 32 = (10–x)2. 
u v a b c 
3 1 3 4 5 
5 1 5 12 13 
5 3 15 8 17 
7 1 7 24 25 
7 3 21 20 29 
A 
b 
C B 
En otros muchos problemas chinos se aplica proporcionalidad a partir de la consideración de ternas 
de números, llamadas ternas pitagóricas de los chinos 
3. EL TEOREMA DE PITÁGORAS EN EL MUNDO GRIEGO 
3.1 Las demostraciones de Pitágoras 
Ha habido muchas conjeturas en torno a la naturaleza de las presuntas pruebas de Pitágoras 
del Teorema asociado con su nombre. La tradición establece que Pitágoras habría dado una 
prueba empírica del tipo disección con base en las figuras siguientes:
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
Muchos historiadores admiten que la demostración de Pitágoras se basaría en su propia Teoría 
de las Proporciones –imperfecta por aplicarse sólo a cantidades conmensurables–, de modo 
que la prueba de Pitágoras podría haber sido alguna de las dos siguientes: 
Sea ABC un triángulo rectángulo, con el ángulo recto en A, y sea AD perpendicular al lado BC. 
Según la Proposición VI.8 de Los Elementos de Euclides, los triángulos DBA y DAC son ambos 
semejantes con el triángulo ABC y, por tanto, semejantes entre sí. 
• Prueba 1. De la semejanza de los triángulos ABC, DBA y DAC resulta: 
BA/BD = BC/BA, AC/CD = BC/AC (Elementos, VI.4). 
De aquí se obtienen las expresiones del llamado "Teorema del cateto": 
BA2 = BD·BC, AC2 = CD·BC, 
de donde al sumar las dos expresiones, se obtiene: 
BA² + AC² = (BD+CD)·BC = BC·BC = BC², 
es decir: BA2 + AC2 = BC2. 
En esta demostración del Teorema de Pitágoras –basada en el Teorema del cateto–, se descom-pone, 
de forma implícita, el cuadrado sobre la hipotenusa, BCIK, en dos rectángulos, BDJK y 
DCIJ, cada uno de ellos con el mismo área que cada uno de los cuadrados construidos sobre 
los catetos –el rectángulo BDJK de área como el cuadrado ABEF sobre el cateto AB– ya que 
BA2 = BD·BK, y el rectángulo DCIJ de área como el cuadrado ACHG sobre el cateto AC –ya 
que AC2 = CD·CI–. 
Debemos observar que la figura exhibida forma parte de la construcción geométrica que utiliza 
Euclides en su demostración del Teorema de Pitágoras en la Proposición I.47 de Los Elementos, 
y además, puntualizar que variantes de esta prueba se encuentran en el hindú Bhaskara, en 
Leonardo de Pisa (Fibonacci) y en Wallis. 
• Prueba 2. De la semejanza de los triángulos ABC, DBA y DAC resulta, según Elementos, 
VI.19 ("la razón entre las áreas de los triángulos semejantes es igual al cuadrado de la 
razón de semejanza"): DBA/AB² = DAC/AC² = ABC/BC². 
Pero de las propiedades de la suma de proporciones (Elementos, 5.12) resulta: 
ABC/BC² = DBA/AB2 = DAC/AC2 = (DBA+DAC)/(AB2+AC2) = ABC/(AB2+AC2), 
por tanto se tiene: AB2 + AC2 = BC2. 
Como vemos, estas pruebas del Teorema de Pitágoras mantienen su plena vigencia en los 
libros de texto de matemáticas escolares elementales. 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 111
Pedro Miguel González Urbaneja 
Los pitagóricos buscaron ávidamente el camino para obtener ternas de números a,b,c, cum-pliendo 
en las "Ternas pitagóricas de Pitágoras" la hipotenusa y el cateto mayor se diferencian en 
una unidad. Además, para m = 3 resulta el "Triángulo egipcio", mientras que para m = 5 
resulta el origen del "Triángulo indio". 
112 
a2 + b2 = c2, encontrando una ley de formación que se puede expresar en la forma: 
c 
a 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
m a b c 
3 3 4 5 
5 5 12 13 
7 7 24 25 
9 9 40 41 
11 11 60 61 
13 13 84 85 
A 
b 
C B 
Ternas pitagóricas de Pitágoras 
Pitágoras con los atributos de matemático: 
el Triángulo Rectángulo, el Dodecaedro, 
la Tetractys, el Pen-tagrama Místico y la 
Música. 
Ilustración de Pedro Lario, 09/2000. 
Según relatos de diversos escritores –Plutarco, 
Vitrubio, Ateneo, Diógenes Laercio, Proclo 
y otros–, Pitágoras calibró el alcance de la 
demostración del teorema al que la historia 
bautizaría con su nombre y entusiasmado 
por el hallazgo ordenó una hecatombe –el 
sacrificio de cien bueyes a los dioses– como 
muestra de alegría y gratitud. Pero según 
Los Versos Dorados, síntesis de las doctrinas 
pitagórica, la metempsicosis o trasmigra-ción 
de las almas era una de las creencias 
más arraigadas en la comunidad pitagórica, 
que exigía un escrupuloso respeto a la vida 
animal, lo que obligaba a abstenerse de 
comer carne y hacer sacrificios. Por tanto 
las anécdotas sobre presuntos sacrificios 
pitagóricos deben de ser apócrifas, pero han 
contribuido a magnificar el halo legendario, 
casi hagiográfico, que envuelve al personaje 
de Pitágoras, y, además, determinaron que 
en la Edad Media al Teorema de Pitágoras se 
le llamara Inventum hecatombe dignum. 
3.2 El Teorema de Pitágoras en la Academia de Platón 
El Teorema de Pitágoras en el caso particular del triángulo rectángulo isósceles aparece en el 
diálogo El Menón (82d–83e) de Platón a propósito del problema de la "duplicación del cua-drado" 
que es la antesala del famoso problema délico de la "duplicación del cubo".
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
Curiosamente Platón utiliza el problema para sustentar la doctrina de la reminiscencia y la 
inmortalidad. Sócrates y un esclavo mantienen una conversación, en la que mediante una 
concatenación de preguntas de aquél, entrelazadas heurísticamente con las respuestas de éste, 
se resuelve el problema. Las primeras respuestas del esclavo son de índole aritmética, pero 
"resultando la imaginación aritmética inexacta", Sócrates reconducirá el diálogo, induciendo 
un tratamiento exclusivamente geométrico. 
En la búsqueda de ternas pitagóricas, Platón encontró una ley de formación que se puede 
expresar en la forma: 
m a b c 
2 4 3 5 
3 6 8 10 
4 8 15 17 
5 10 24 26 
6 12 35 37 
A 
c 
b 
a 
C B 
Ternas pitagóricas de Platón 
En las "Ternas pitagóricas de Platón" la hipotenusa y uno de los catetos se diferencian en dos 
unidades. 
Platón dando una lección de Geometría a sus discípulos en La Academia de Atenas (Mosaico procedente de 
Pompeya. Mansión de Siminio Estéfano, siglo I a.C. Museo Arqueológico, Nápoles). 
Entre la historia y la leyenda, se relata que en el frontispicio de la entrada de la Academia de Platón había una 
inscripción que rezaba: "No entre nadie ignorante en Geometría". 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 113
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3.3 El Teorema de Pitágoras en la Proposición I.47 de Los Elementos de Euclides 
El primer Libro I de Los Elementos de Euclides termina con el teorema más importante de la 
Geometría elemental: El Teorema de Pitágoras y su recíproco (las Proposiciones I.47 y I.48), 
donde alcanza una verdadera apoteosis geométrica la forma magistral y sumamente bella con 
que el maestro alejandrino realiza la proeza de demostrar el legendario teorema, con una 
lógica impecable, una inusitada elegancia y una modesta economía de elementos geométricos 
construidos de forma muy cuidadosa en las proposiciones anteriores. 
Euclides enuncia el Teorema de Pitágoras en la forma siguiente (Euclides: Elementos. traduc-ción 
y notas de M.L.Puertas. Gredos. Madrid, 1996. Libro I, p.260, Proposición I.47): 
"En los triángulos rectángulos el cuadrado del lado que subtiende el ángulo recto es equi-valente 
Al no poder utilizar las proporciones en forma pitagórica –por la presencia de las magnitudes 
inconmensurables– que suponen la aplicación de la semejanza –que no aparecerá en Los 
Elementos hasta el Libro VI–, Euclides agudiza el ingenio y obtiene el magnífico resultado 
aplicando para su demostración elementos muy simples de Geometría elemental, estudiados 
previamente. Entre ellos: 
• La construcción de cuadrados sobre segmentos (I.46). 
• Ángulos adyacentes que suman dos rectos (I.14). 
• El primer teorema de congruencia de triángulos (I.4). 
• La relación entre triángulos y paralelogramos que tienen la misma base y situados entre 
114 
a los cuadrados de los lados que comprenden el ángulo recto". 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
las mismas paralelas (I.36, I.41). 
"Los paralelogramos que tienen la misma base y están 
situados entre las mismas paralelas tiene el mismo área" 
(Elementos, I.36). 
"Si un paralelogramo tiene la misma base que un 
triángulo y están situados entre las mismas paralelas 
el área del paralelogramo es doble de la del triángulo" 
(Elementos, I.41). 
Parece que Euclides está ansioso de situar el 
Teorema de Pitágoras en Los Elementos lo 
más pronto posible, de la manera más rápida 
y directa, ante la perentoria necesidad de 
utilizarlo ulteriormente con asiduidad; pero 
ante la imposibilidad de aplicar de forma 
tan temprana la Teoría de la Proporción de 
Eudoxo –que será desarrollada en los Libros 
V y VI de Los Elementos–, con base en las 
proposiciones descritas (I.36, I.41), realiza 
con inefable estética y sublime sutileza, la 
siguiente demostración: 
• Los triángulos DCB y ABI son iguales 
ya que AB=BD, BI=BC y el ángulo B 
del triángulo DCB es igual al ángulo B 
del triángulo ABI.
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
• El área del cuadrado ABDE es doble del área del triángulo DCB ya que tienen la misma 
base y están situados entre las mismas paralelas. 
• El área del rectángulo BIKJ es doble del área del triángulo ABI ya que tienen la misma 
base y están situados entre las mismas paralelas. 
Combinando los tres resultados anteriores, resulta que el área del rectángulo BIKJ es igual al 
área del cuadrado ABDE. 
Razonando de forma análoga se demuestra que el área del rectángulo CHKJ es igual al área 
del cuadrado ACGF. 
Luego, ya que el área del cuadrado BIHC es igual a la suma de las áreas de los rectángulos BIKJ y 
CHKJ, definitivamente, el área del cuadrado cuyo lado subtiende el ángulo recto, BIHC, es igual a 
la suma de las áreas de los cuadrados, ABDE y ACG, cuyos lados comprenden el ángulo recto. 
La demostración euclídea del Teorema de Pitágoras es de naturaleza estrictamente geométrica. En 
ella juega un papel fundamental una figura que procede de una secuencia de construcciones que, 
mediante ciertas congruencias de triángulos, va transformando los cuadrados sobre los catetos en 
dos rectángulos que al encajarse componen el cuadrado sobre la hipotenusa. La figura euclídea 
se ha hecho famosa por las curiosas calificaciones que se le han dado. Los árabes le llamaban 
"silla de la novia" porque se parece a la silla que en algunos países orientales llevaba un esclavo 
a la espalda para transportar a la novia hasta la ceremonia. También se ha llamado "calesa de la 
mujer recién casada" (Bhaskara), "capucha de franciscano", "cola de pavo real", "figura del molino 
de viento". El filósofo Schopenhauer, muy impresionado por el hecho geométrico del teorema, 
siempre se preguntó por la razón natural de la relación pitagórica y llamaba a la demostración 
de Euclides "una prueba paseando en zancos" y también "prueba de la ratonera". 
ILUSTRACIONES HISTÓRICAS DEL TEOREMA DE PITÁGORAS EN EUCLIDES 
Fragmentos de la Proposición I.47 de Los Elementos de Euclides en versiones históricas. 
1: Manuscrito griego (siglo XII, Biblioteca Nacional de París). 2: Manuscrito chino (siglo XVII). 3: Manuscrito fran-cés 
(siglo XV). 4: Manuscrito latino de fecha incierta. 5: Página de un Comentario árabe de 1250 sobre Euclides. 
Los Elementos de Euclides como Biblia platónica de la Matemática y tesoro geométrico de la humanidad es 
el núcleo central de la Matemática elemental, el principal vehículo de transmisión del saber matemático a 
lo largo de la historia de la ciencia y de la educación y la fuente secular de la Matemática escolar básica. Es 
también el libro científico más traducido y divulgado en toda la historia de la cultura, el texto que más veces 
se ha editado (después de La Biblia) y la obra más influyente de toda la literatura matemática. 
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3.4 El recíproco del Teorema de Pitágoras en Los Elementos de Euclides 
La Proposición I.47 marca la cumbre del Libro I de Los Elementos, 
pero el ingenio de Euclides va todavía más allá demostrando el resul-tado 
116 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
inverso del Teorema de Pitágoras, en la Proposición I.48, con una 
economía de recursos geométricos sorprendente (Euclides: Elementos. 
Gredos. Madrid, 1996. Libro I, p.263): 
"Si en un triángulo el cuadrado construido sobre uno de los lados es igual a los cuadrados 
construidos sobre los restantes lados del triángulo, el ángulo comprendido por esos lados 
restantes del triángulo es recto". 
En la demostración Euclides traza un segmento AD=AB y perpendicular a AC. De la hipótesis: 
AB2 + AC2 = BC2, y al ser rectángulo el triángulo ADC, resulta: AD2 + AC2 = DC2 (I.47, Teorema 
de Pitágoras). Pero como AB = AD, será: BC2 = AB2 + AC2 = AD2 + AC2 = DC2, por tanto BC 
= DC; de manera que los triángulos DAC y CAB son congruentes, ya que al ser el lado AC 
común, los dos triángulos tienen los tres lados iguales. 
Por tanto el ángulo CAB que es igual al CAD (Elementos, I.8), debe ser recto. 
El Teorema de Pitágoras y su inverso –Proposiciones I.47 y I.48 de Los Elementos de Euclides– en la edición 
de Rodrigo Çamorano, primera en idioma castellano, Sevilla, 1576. 
Por desgracia la sencilla demostración de la Proposición I.48 se ignora en los libros de texto aunque es 
utilizada implícitamente tanto como el propio Teorema de Pitágoras y ello desde los antiguos agrimensores 
egipcios. De hecho, es curioso que mientras cualquier persona se enfrenta al Teorema de Pitágoras en su 
etapa escolar, muy pocas personas conocen la demostración del teorema inverso, aunque están seguros de 
su legitimidad y de hecho lo aplican cuando es necesario. 
Las dos proposiciones, I.47 y I.48 constituyen una unidad secuencial con la que se alcanza un brillante clímax 
geométrico en el colofón del Libro I de Los Elementos, ya que tomadas en conjunto caracterizan por completo 
los triángulos rectángulos, es decir: 
«Un triángulo es rectángulo si y sólo si el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados 
sobre los catetos».
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
4. LAS MÁS FAMOSAS DEMOSTRACIONES DEL TEOREMA DE 
PITÁGORAS 
Quizá ningún teorema de la extensa Matemática haya recibido tantas demostraciones diversas 
como el Teorema de Pitágoras. Bien puede decirse, por ello, que este teorema y la multitud de 
demostraciones del mismo que se han dado a lo largo de la historia constituyen una prueba 
fehaciente de que hay muchos caminos para alcanzar la verdad. 
En la Edad Media esta proposición se la consideraba la base de toda sólida formación mate-mática. 
En algunos centros docentes además de exigir, para obtener el grado de maestro, un 
profundo conocimiento del Teorema, se obligaba a exhibir una nueva y original demostración 
del mismo, por eso el Teorema de Pitágoras alcanzó la honrosa designación de "Magister 
matheseos". Este hecho y la gran significación del teorema explica la razón de las innumera-bles 
demostraciones que los matemáticos y no matemáticos de todas las épocas y personajes 
tan diversos como filósofos, monjes, políticos, juristas, ingenieros y artistas, han encontrado 
del más famoso Teorema de la Geometría. 
Se describirán de forma, cronológica, algunas de las más famosas demostraciones, que lo son, 
tanto porque se les ha podido atribuir a un personaje histórico concreto, matemático o no, 
como porque gozan de una gran claridad y sencillez. 
Dadas dos figuras P y Q, se dice que: 
• P y Q son "congruentes por adición" si pueden ser seccionadas en pares correspondien-tes 
de piezas congruentes. 
• P y Q son "congruentes por sustracción" si añadiendo a las figuras P y Q pares corres-pondientes 
de piezas congruentes, se obtienen dos nuevas figuras que son congruentes 
por adición. 
En general, como vamos a ver, muchas de las pruebas del Teorema de Pitágoras consisten en 
mostrar que el cuadrado sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo es congruente, por 
adición o sustracción, con los cuadrados construidos sobre los catetos. 
Por ejemplo, la tradicional prueba pitagórica del Teorema 
de Pitágoras, basada en la figura adjunta, es una prueba 
paradigmática de congruencia por sustracción. 
4.1 La demostración de Pappus (hacia 300 d.C.) 
La demostración de Pappus utiliza un argumento similar 
al de la de Euclides: la comparación de áreas de figuras 
de la misma base, situadas entre paralelas. 
Como los segmentos JK y AN son iguales, el rectángulo 
JKIB y el paralelogramo NABM son iguales (Euclides I.36). 
A su vez este paralelogramo es igual al cuadrado ABDE. 
Por tanto el rectángulo JKIB es igual al cuadrado ABDE. 
Análogamente se comprueba que el rectángulo JKHC es 
igual al cuadrado ACGF. 
Así pues el cuadrado BIHC sobre la hipotenusa BC es 
igual a la suma de los cuadrados ABDE, ACGF, sobre los 
catetos AB, AC. 
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4.2 Las demostraciones de Thâbit Ibn Qurra (826-901) 
La demostración de Thâbit Ibn Qurra es la respuesta a la carta de un amigo que, conociendo 
el caso particular para un triángulo rectángulo isósceles de la "prueba socrática" del teorema 
–el pasaje de Platón en El Menón sobre la duplicación del cuadrado–, le solicitaba que le 
comunicara la prueba del caso general. Thâbit Ibn Qurra atiende la petición y busca una nueva 
prueba, según él, en el espíritu de la "prueba socrática" particular, es decir, con el "método de 
reducción y composición", que "reduce a triángulos y recompone por yuxtaposición". Thâbit 
Ibn Qurra da dos demostraciones del tipo de congruencia por sustracción: 
118 
Prueba 1 
Sea el triángulo rectángulo ABC. Si a la figura ABCDEF se le 
sustraen los triángulos ABC y CDE iguales al dado, resulta el 
cuadrado ACEF construido sobre la hipotenusa AC, mientras 
que sustrayendo los triángulos AHF y FGE, resulta la figura 
formada por los cuadrados ABIH, GIDE, construidos sobre 
los catetos AB, BC. 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
Prueba 2 
Sea el triángulo rectángulo ABC. Si a la figura 
ABDGJ se le sustraen los triángulos AJH, BDE, HEG, 
iguales al dado, resulta el cuadrado ABEH sobre la 
hipotenusa AB, mientras que sustrayendo los trián-gulos 
ABC, CIG, CFG, resulta la figura formada por 
los cuadrados ACIJ, BCFD, sobre los catetos AC, 
BC. 
4.3 La demostración de Bhaskara (1114-1185) 
El monje, matemático y astrónomo hindú, Bhaskara dio 
una demostración muy sencilla del Teorema de Pitágoras, 
del tipo de congruencia por sustracción, basada en los 
diagramas adjuntos, que aparece en el Vijaganita (cálculo 
de raíces). 
El cuadrado sobre la hipotenusa se divide, como indica 
la figura, en cuatro triángulos equivalentes al dado y un 
cuadrado de lado igual a la diferencia de los catetos. Las 
piezas son reordenadas fácilmente para formar una figura 
que resulta ser la yuxtaposición de los cuadrados sobre los 
catetos. 
La prueba geométrica se traduce enseguida en términos 
algebraicos al expresar la igualdad de las figuras dibuja-das: 
c2 = 4·[(1/2)ab] + (b–a)2 = 2ab + b2 – 2ab + a2 = b2 + a2 .
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
4.4 La demostración de Leonardo da Vinci (1452-1519) 
Leonardo da Vinci muestra también su ingenio con una prueba del Teorema de Pitágoras del 
tipo de congruencia por sustracción. 
El esquema habitual de los cuadrados sobre los lados 
del triángulo rectángulo dado ABC es completado con 
los triángulos MBG y ENF equivalentes al dado. La recta 
LH común a las diagonales de los cuadrados sobre los 
catetos determina dos cuadriláteros LMGH, LACH, igua-les. 
Asimismo la recta NB determina dos cuadriláteros 
BAEN, BCFN, iguales, y a su vez iguales a los resultantes 
de la división anterior, de donde resulta el Teorema al 
sustraer a cada uno de los pares de cuadriláteros dos 
triángulos rectángulos equivalentes al dado. 
4.5 La demostración de Anaricio–Göpel (hacia 1824) 
La figura ofrece la descomposición del cuadrado cons-truido 
sobre la hipotenusa en cinco partes, que reorde-nadas 
convenientemente proporcionan los cuadrados 
construidos sobre los catetos. 
Tomando como criterio de sencillez el número de partes 
en que se divide el cuadrado sobre la hipotenusa, la 
prueba de Anaricio-Göpel –que es del tipo congruencia 
por adición– es una de las más notables, por eso se la 
considera como el ejemplo paradigmático de las prue-bas 
del Teorema tipo puzzle. 
4.6 La demostración de Perigal (hacia 1830) 
Henry Perigal era un corredor de bolsa londinense y 
astrónomo aficionado que ideó hacia 1830 una sencilla 
prueba del Teorema de Pitágoras del tipo congruencia 
por adición, muy singular y elegante por su simetría, 
siendo publicada en su artículo "On geometric dissec-tions 
and transformations" (Messenger of Mathematics, 
Vol. I, 1874, pp.103-105). 
El cuadrado sobre el mayor de los catetos del triángulo 
rectángulo se divide en cuatro partes iguales, mediante 
dos segmentos perpendiculares que se cortan en el cen-tro 
del cuadrado, siendo, además, uno de ellos paralelo 
a la hipotenusa. Desplazando paralelamente estas cuatro piezas, junto con el cuadrado sobre 
el cateto menor, es posible componer, yuxtaponiendo las cinco piezas, el cuadrado sobre la 
hipotenusa. 
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Pedro Miguel González Urbaneja 
Perigal estaba tan entusiasmado con el hallazgo que hizo imprimir el anagrama de la figura 
en sus tarjetas de visita y repartió centenares de rompecabezas con las piezas que compuestas 
adecuadamente de dos maneras diferentes ilustraban el Teorema de Pitágoras. En el Este de 
Londres se le erigió un monumento con inscripciones que sintetizan su trabajo matemático. 
5. EL MAYOR REPERTORIO DE PRUEBAS DEL TEOREMA DE 
120 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
PITÁGORAS 
E.S. Loomis (1852–1940) realizó durante muchos años una recopilación exhaustiva de múlti-ples 
pruebas que se han dado del Teorema de Pitágoras a lo largo de la historia. Su encomiable 
labor de investigación, dio como fruto la publicación en 1927 de una magna obra de gran 
valor didáctico, The Pythagorean Proposition. El texto de E.S.Loomis fue reeditado en1940 (en 
Ann Arbor, Michigan) y en 1968 como el primer título de una serie de "Classics in Mathematics 
Education" de la National Council of Teachers of Mathematics. 
En el prefacio de su obra Loomis intenta discernir entre lo que es una auténtica demostración 
y una mera ilustración del Teorema de Pitágoras y realiza una clasificación de las pruebas en 
cuatro tipos: 
1. Pruebas algebraicas: basadas en relaciones entre lados y segmentos (109). 
2. Pruebas geométricas: basadas en comparaciones de áreas (255). 
3. Pruebas dinámicas: basadas en los conceptos de masa, velocidad, fuerza, etc. (4). 
4. Pruebas cuaterniónicas: basadas en operaciones vectoriales (2). 
The Pythagorean Proposition (1968) de E.S. Loomis 
La recopilación de Loomis es todavía , sin duda alguna, la colección más importante de pruebas y demostra-ciones 
del Teorema de Pitágoras. Contiene 370 pruebas o demostraciones donde las correspondientes figuras, 
son dibujadas de forma artesanal con los limitados medios gráficos de la época y con las letras manuscritas, 
lo que no le resta mérito a una obra de valor científico y didáctico inconmensurable que tiene la gracia de 
concluir con la frase: "[...] y el final no ha llegado todavía".
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
A continuación transcribiremos de la obra de Loomis unas cuantas pruebas del Teorema de 
Pitágoras, que, a nuestro criterio, son muy ilustrativas y tienen un gran valor didáctico. Estas 
pruebas las clasificaremos en dos tipos: algebraico-geométricas y geométricas. Entre estas 
últimas describiremos las que son variantes de las demostraciones de Pitágoras y de Euclides. 
Advertimos con ello que los modelos de Pitágoras y Euclides de las demostraciones del 
Teorema de Pitágoras son verdaderos cánones paradigmáticos que enfatizan la genialidad de 
estos dos matemáticos. 
5.1 Algunas pruebas algebraico-geométricas del Teorema de Pitágoras 
AG.1 
A partir del triángulo dado HAB, se construye el triángulo 
BAC, también rectángulo, aplicando el teorema de la altura y 
el teorema del cateto al triángulo ABC, resulta: 
a2 = b·e, h2 = (b + e)·b, 
de donde resulta: h2 = a2 + b2. 
AG.2 
El cuadrado sobre la hipotenusa h, ACBD, se descompone en 
cuatro triángulos iguales al ABH, más un cuadrado EFGK de 
lado b–a. De donde resulta: 
h2 = 4·(ab/2) + (b – a)2 = 2ab + (b2 – 2ab + a2). 
Así pues: 
h2 = a2 + b2. 
AG.3 
Sea BH = x, HF = y, entonces AH = x+y. 
El cuadrado sobre la hipotenusa h, ABCD, se compone de 
cuatro triángulos iguales al ABH, más un cuadrado EFHG. Por 
tanto resulta: 
h2 = 4· 
x·(x+y) 
2 + y2 = 2x2 + 2xy + y2 = 
h2 = x2 + x2 +2xy + y2 = x2 + (x+y)2 = a2 + b2. 
Así pues: h2 = a2 + b2. 
AG.4 
El cuadrado EIFG se compone del cuadrado sobre la hipote-nusa 
del triángulo dado ABH, ABCD, y de cuatro triángulos 
iguales al ABH. Por tanto resulta: 
(a+b)2 = h2 + 4·(ab/2). 
Haciendo operaciones resulta: a2 + 2ab + b2 = h2 +2ab, 
de donde simplificando se obtiene: a2 + b2 = h2. 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 121
Pedro Miguel González Urbaneja 
5.2 Pruebas geométricas tipo Pitágoras y tipo Euclides 
La obra de Loomis presenta 255 pruebas geométricas del Teorema de Pitágoras basadas 
en comparaciones de áreas. Entre ellas las más interesantes quizá sean las que llamaremos 
"demostraciones tipo Pitágoras" y "demostraciones tipo Euclides", por similitud, respectiva-mente, 
122 
con las correspondientes demostraciones de Pitágoras y Euclides desarrolladas con 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
base en las siguientes figuras: 
5.2.1 Pruebas tipo Pitágoras 
En las demostraciones tipo Pitágoras el cuadrado sobre la hipotenusa del triángulo rectángulo dado 
junto con ciertos triángulos congruentes con el dado o rectángulos formados por dos triángulos 
congruentes con el dado, determina una figura, que resulta también a partir de la yuxtaposición de 
los cuadrados sobre los catetos del triángulo rectángulo dado con los mismos triángulos o rectán-gulos, 
de donde se obtiene mediante una prueba de congruencia por sustracción que "el cuadrado 
sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados sobre los catetos". Las múltiples demos-traciones 
tipo Pitágoras se diferencian únicamente en las posiciones relativas de los triángulos y 
rectángulos aludidos. La diferencia de estas demostraciones con la original de Pitágoras se reduce a 
que ésta utiliza dos figuras mientras que aquéllas con una única figura resuelven la demostración. 
El cuadrado ACKB construido sobre la hipotenusa del triángulo 
dado ABH, completado con cuatro triángulos rectángulos con-gruentes 
con el dado, determina el cuadrado HLMN, que es 
igual al cuadrado GPDI, el cual a su vez se puede obtener al 
completar los dos cuadrados sobre los catetos, AHFG, HBDE, 
con sendos rectángulos iguales entre sí e iguales en área a los 
cuatro triángulos anteriores. 
Por tanto: ACKB = AHFG + HBDE. 
Es decir: h2 = a2 + b2. 
Los polígonos HMKCL y NDBAG son congruentes. 
El polígono HMKCL se obtiene al completar el cuadrado sobre 
la hipotenusa del triángulo dado ABH, ABKC, con tres triángulos 
rectángulos congruentes con el dado. 
El polígono NDBAG se obtiene al completar los dos cuadrados 
sobre los catetos del triángulo dado ABH, HBDE y HAGF, con 
tres triángulos rectángulos congruentes también con el dado. 
Por tanto: ABKC = HAGF + HBDE. 
Es decir: h2 = a2 + b2.
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
5.2.2 Pruebas tipo Euclides 
En las demostraciones tipo Euclides se utiliza la relación entre las áreas de paralelogramos y 
triángulos situados entre las mismas paralelas –tal como se vio en la demostración original de 
Euclides de la Proposición I.47 de Los Elementos y en la de Pappus–, 
Se prolonga el cateto HA hasta L, tomando AL = HE, y el 
cateto HB hasta N, tomando BN=HF. Se traza la perpendicu-lar 
HM, y se une L y H con C, y H y N con K. 
Obviamente los triángulos ALC y BNK son iguales al trián-gulo 
dado ABH. Se tiene entonces: 
ACKB = ACMI + BKMI = 2ACH + 2BKH = AH·CL + BH·KN = 
= AH2 + BH2 = AHFG + HBDE. 
Es decir: "el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma 
de los cuadrados sobre los catetos". 
En la figura se toma: 
BO = OH y AN = BH, y se completa como se indica. 
Se tiene entonces: 
ACKB = ACLI + BKLI = ACMH + BKMH = GNEF + FODE = 
= AHFG + BHED. 
Por tanto: ACKB = AHFG + BHED. 
Es decir: h2 = a2 + b2. 
En este caso la construcción de la figura es evidente. 
Se tiene: 
ACKB = ACLI + BKLI = ACMH + BKMH = ABOG + ABDN = 
= AHFG + BHED. 
Por tanto: ACKB = AHFG + BHED. 
Es decir: h2 = a2 + b2. 
En la figura se trazan GN y OD paralelas a AB. 
En este caso tenemos: 
ABKC = ABQO + OQNL = ABDH + ABNL = BHED + ABMG 
= BHED + AHFG. 
Por tanto: ABKC = BHED + AHFG. 
Es decir: h2 = a2 + b2. 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 123
Pedro Miguel González Urbaneja 
6. EPÍLOGO: EL TEOREMA DE PITÁGORAS, TESORO Y SÍMBOLO DE 
124 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
TODA LA GEOMETRÍA 
El Teorema de Pitágoras es la joya más bella de la tradición pitagórica. Como recuerdo inolvidable 
de los tiempos escolares pertenece a la base cultural común de la humanidad. Su soberbia grandeza 
introduce una radical inflexión intelectual entre la práctica empírica e inductiva y la argumentación 
deductivo-demostrativa, tanto en el marco histórico cultural matemático como en el ámbito escolar 
de la Educación matemática. La multitud de demostraciones realizadas con pasión matemática, 
por una pléyade extensa y heterogénea de personajes ilustres, realza la idea de que hay muchas for-mas 
de alcanzar la misma verdad. Como origen de la Geometría racional, fundamento de multitud 
de teoremas, causa primera de la Inconmensurabilidad, umbral entre la Matemática empírica y la 
deductiva, paradigma para la Matemática y paradigma para la Educación matemática, el Teorema 
de Pitágoras pertenece al imaginario cultural de casi todos los pueblos de la tierra. 
El Teorema de Pitágoras (Euclides, I.47) en el folio 26 recto del manuscrito f-III-5 de El Escorial, 
uno de los más antiguos que se conservan (siglo XI) 
La Geometría como una de las Artes Liberales del Quadrivium pitagórico representada en un mosaico 
del suelo de la Catedral de Colonia. 
La Geometría presenta una ilustración del Teorema de Pitágoras queriendo dar a entender que se trata 
del Teorema más importante, fascinante y emblemático de toda la ciencia geométrica.
El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 
7. UNA NUEVA DEMOSTRACIÓN GEOMÉTRICO-ALGEBRAICA DEL 
TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS 
(Realizada por Josep Maria Lamarca. IES Sant Josep de Calassanç. Barcelona) 
De acuerdo con la figura adjunta, dado el triángulo rectángulo de hipotenusa a y catetos b y 
c, consideremos un rectángulo compuesto por los cuadrados construidos sobre los lados del 
triángulo dado: a, b y c, junto con diez triángulos rectángulos congruentes con el dado. 
a 
c 
b 
a 
b c b 
a 
b 
c 
c 
Al calcular, de dos formas diferentes, el área del rectángulo construido: 
A) mediante el producto de la base (b+c+b) por la altura (c+c+b): 
A = (b+c+b) · (c+c+b) = (2b+c) · (2c+b) = 4bc +2c2 + 2b2 +bc = 2c2 + 2b2 +5bc, 
B) mediante la suma de las tres áreas cuadradas y diez áreas triangulares cuya yuxtaposi-ción 
engendra el rectángulo considerado: 
B = a2 + b2 + c2 +10 (bc/2), 
obtenemos: 
2c2 + 2b2 +5bc = a2 + b2 + c2 +10 (bc/2). 
Y al simplificar esta igualdad, resulta: 
b2 + c2= a2. 
¿Es ésta la última demostración del archifamoso teorema? 
Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 125
Pedro Miguel González Urbaneja 
126 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
8. BIBLIOGRAFÍA 
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Vol.1.). Gredos, Madrid. 
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Cap.5. Madrid. 
4. Gonzalez Urbaneja, P. M., 2001: Pitágoras, el filósofo del número. Nivola, Madrid. 
Cap. 4. 
5. Gonzalez Urbaneja, P. M., 2002: "Pitágoras. El umbral del Pensamiento occidental" 
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http://www.divulgamat.net/weborriak/Historia/MateOspetsuak/Pitagoras.asp. 
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Instituto Jorge Juan (CSIC). Madrid. Libro I.
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de la Barrera. Sevilla, 1576. Nueva edición de Ediciones Universidad de Salamanca. 
Libro I. 
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Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 127
Pedro Miguel González Urbaneja 
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48. Kline, M., 1992: El pensamiento matemático de la Antigüedad a nuestros días. vols. 
128 
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SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
Alianza Universidad, Madrid. Vol.1, Caps. 3.5, 4.4. 
49. Knorr, W., 1990: The evolution of the Euclidian Elements. D.R.P.Company. Londres. 
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Matemática recreativa). Cuadernos de Pedagogía, nº 166, pp.65–66. Barcelona. 
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de las Matemáticas, génesis de los conceptos y orientación de su enseñanza". Revista 
Enseñanza de las Ciencias. ICE Univ. Autòn. de Barcelona, Vice-rectorat d’Investigació 
de la Univ.València. Vol. 9/nº 3, pp.281-289. 
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CPR. Nº 10. pp. 16-21), Palencia. 
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Científico, nº 220. pp.56–63. Barcelona. 
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Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 129
Pedro Miguel González Urbaneja 
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90. Lidonnici, A., 1933: "Il Teorema di Pitagora nell’ antica Grecia". Periodico di Matematiche. 
130 
llamado de Pitágoras". Revista SUMA (FESPM), núm.52, p.142. 
Matematiche. Vol. XIII, pp. 74–86, 137–143. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 
SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 
Vol. XIII, pp.192–211. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 
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Periodico di Matematiche. Vol. XVI, pp. 22–57. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 
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de E. García Quijano". La Gaceta de la Real Sociedad Matemática Española, Vol.3, 
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http://aleph0.clarku.edu/~djoyce/java/elements/bookI/propI47.html 
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http://mathworld.wolfram.com/PythagoreanTheorem.html 
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http://www.geocities.com/CapeCanaveral/Launchpad/3740/euclid.html

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8 pitagoras

  • 1. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 103 SIGMA EL TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS. 32 UNA HISTORIA GEOMÉTRICA DE 4.000 AÑOS Pedro Miguel González Urbaneja (*) "La universalidad del Teorema de Pitágoras y la invención de la demostración geométrica son las hadas que vemos en torno a la cuna de la Geometría griega y del milagro griego en Matemáticas". A. REY. El apogeo de la ciencia técnica griega (UTEHA, México, 1962. Vol.1. p.13). "Este teorema con la multitud de demostraciones del mismo ilustra de forma sorprendente el hecho de que hay muchas formas de alcanzar la misma verdad". E.S. LOOMIS. The Pythagorean Proposition. (NCTM, 1968. p.3). "El Teorema de Pitágoras es un activo cultural de primer orden que pertenece a la base intelectual común de la humanidad. [...] Es con razón un símbolo de todas las Matemáticas". B. ARTMANN. Euclid–The Creation of Mathematics. (Springer. New York, 1996. p.57). "El Teorema de Pitágoras ha tenido ocupados a los matemáticos desde la época clásica hasta el presente"∫. W. DUNHAM. El Universo de las Matemáticas. (Pirámide, 1995. Cap.H. p.136). 1. EL TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS El Teorema de Pitágoras es la relación matemática que ocupa el primer lugar en el recuerdo de los tiempos escolares. Es, sin duda alguna, la más importante, conocida, útil y popular en casi todas las civilizaciones; la que más nombres, atención, curiosidad y pruebas ha recibido a lo largo de los siglos. Es un teorema que ha causado una gran admiración a todo tipo de personas –matemáticos y no matemáticos–, pero también una gran extrañeza y perplejidad a otras –Leonardo, Hobbes, Schopenhauer, Einstein, …– porque, a diferencia de otros teoremas, aparentemente no existe ninguna razón intuitiva para que los cuadrados construidos sobre los lados de un triángulo rectángulo –la hipotenusa y los catetos– deban tener un vínculo tan estrecho entre sí. La verosimilitud del Teorema de Pitágoras no depende de un dibujo bien ilustrado sino que obedece por completo a un ejerci-cio intelectual puro alejado de lo sensorial –la deducción lógica– Por eso, para muchos historiadores de la ciencia, el Teorema de Pitágoras tiene un valor simbólico iniciático como elemento cultural responsable de la aparición de la Geometría racional en la Escuela Pitagórica y por tanto forma parte ineludible de la semilla básica de la propia naturaleza de la Matemática desde su origen como ciencia especulativa y deductiva en los albores de la civilización helénica. (*) Catedrático de Matemáticas del IES Sant Josep de Calassanç. Barcelona.
  • 2. Pedro Miguel González Urbaneja La emergencia de este teorema en el horizonte histórico cultural, pero también en el hori-zonte escolar, señala el primer salto intelectual entre los confines de la especulación empírica e inductiva y los dominios del razonamiento deductivo. En efecto, el Teorema de Pitágoras pudo estar en el origen de la demostración –que caracteriza a la Matemática con respecto a las demás ciencias– ya que la prueba pitagórica del Teorema de Pitágoras tal vez haya sido la primera demostración verdaderamente matemática de la Historia. Y también el Teorema de Pitágoras está situado en el umbral que inicia la práctica deductiva en el desarrollo de la Matemática escolar elemental. El Teorema de Pitágoras aparece por doquier en la Matemática. Es la base de multitud de teo-remas geométricos, de los estudios sobre polígonos y poliedros, de la Geometría Analítica y de la Trigonometría –la fórmula cos2a + sen2a = 1 es un caso particular del Teorema de Pitágoras y el Teorema del coseno es una generalización del mismo–. La relación pitagórica x2 + y2 = z2 es la ecuación de la circunferencia y la raíz histórica del Análisis indeterminado de Diofanto y Fermat. El Teorema de Pitágoras también pudo ser el germen de la dramática aparición pita-górica de la inconmensurabilidad de gran trascendencia en la estructuración y sistematización platónico-euclídea de la Geometría griega. Pasaremos revista a los saberes geométricos vinculados al llamado Teorema de Pitágoras que desarrollaron las civilizaciones orientales prehelénicas –Babilonia, Egipto, India y China– para entrar después en el mundo griego a través de Pitágoras y cruzarlo con Platón y Euclides, cuyas paradigmáticas demostraciones revisten una singular importancia histórica. Se estudian, ade-más, otras pruebas de los más diversos personajes, que por su riqueza conceptual merecen ser destacadas como auténticas joyas de sabiduría geométrica. Al ser la fuente de casi todas las relaciones métricas de la Geometría, El Teorema de Pitágoras –como principal tesoro de la tradición pitagórica– tiene un valor práctico, teórico y didáctico inconmensurable. Como paradigma de la Matemática y de la Educación matemática, el más fascinante y célebre teorema geométrico pertenece al imaginario cultural de casi todos los pueblos. 2. EL TEOREMA DE PITÁGORAS EN LAS CIVILIZACIONES PREHELÉNICAS Una tradición muy persistente, que toma como base documental a Plutarco, Vitrubio, Ateneo, Diógenes Laercio y Proclo, atribuye el Teorema de Pitágoras al propio Pitágoras. Pero el examen arqueológico realizado en el pasado siglo de las tablillas de arcilla encontradas en Mesopotamia, pertenecientes a las civilizaciones que se desarrollaron entre los ríos Tigris y Éufrates en el segundo milenio antes de J.C., ha revelado que los antiguos babilonios conocían aspectos del Teorema, más de mil años antes que el propio Pitágoras. Algo similar se puede afirmar respecto de las culturas que aparecieron a lo largo del río Nilo, así como de la antigua civilización hindú y de las antiguas culturas chinas que surgieron en las cuencas de los ríos Yangtze y Amarillo. Pero parece ser que no lo conocían ni las grandes civilizaciones precolom-binas de América ni tampoco las del continente africano, exceptuando la egipcia. Las referencias prehelénicas al Teorema no contienen, sin embargo, pruebas del mismo, mien-tras que es generalizada la creencia de que fue Pitágoras el primero en proporcionarnos una demostración lógica del Teorema, lo que hará justo que éste haya pasado a la historia con su nombre. El análisis histórico de la relación entre los lados de un triángulo rectángulo se puede divi-dir en tres estadios de desarrollo matemático. En el estadio inicial, puramente aritmético y empírico práctico, se obtienen resultados numéricos concretos para los lados del triángulo. 104 SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk.
  • 3. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años En el estadio siguiente, aritmético geométrico, se obtienen leyes generales de formación de los lados. Finalmente se penetra en la profundidad del pensamiento matemático investigando las demostraciones de los resultados generales de los estadios precedentes. Las dos primeras etapas corresponden a las civilizaciones orientales aludidas, mientras que a la tercera etapa sólo contribuyeron los griegos, particularmente Pitágoras y Euclides. 2.1. El Teorema de Pitágoras en Babilonia La Arqueología ha recuperado cerca de medio millón de tablillas de arcilla con textos cunei-formes, de las cuales casi trescientas tienen contenido matemático. Entre ellas sobresalen la tablilla YALE o YBC 7289, conservada en la Universidad de Yale y la PLIMPTON 322 en la Universidad de Columbia. La tablilla YALE (Y BC 7289) de 1600 a.C. Universidad de Yale. De acuerdo con la interpretación de los números sexagesimales inscritos en la tablilla, este documento mesopotámico estaría relacionado con el Teorema de Pitágoras En la tablilla YALE figura un cuadrado con los triángulos rectángulos resultantes de trazar las diagonales y varios números en caracteres cuneiformes escritos en el sistema de numera-ción sexagesimal babilónico, basado en las potencias de 60. La relación con el Teorema de Pitágoras se observa al traducir estos números a nuestro sistema decimal. En la diagonal horizontal aparece un número que al transcribirlo en caracteres modernos se expresaría en la forma: 1; 24, 51,10, donde el punto y como representa la separación entre la parte entera y la fraccionaria –como nuestra coma (,) o nuestro punto decimal (.)– y las comas se utilizan para separar las sucesivas posiciones sexagesimales. Es decir, que para pasar a nuestro sistema decimal se haría: 1; 24, 51, 10 = , 1,414213… √2. Es realmente sorprendente que resulta el valor de √2 con una aproximación bastante superior a la que obtendrían los griegos muy posteriormente. En la parte superior de la tablilla YALE aparece el número 30; mientras que en la parte infe-rior aparece 42;25,35, que pasados a decimales resultan ser los números 30 y 42,426389, respectivamente. Dado que la diagonal de un cuadrado se obtiene –aplicando el Teorema de Pitágoras– multiplicando el lado por √2, y se comprueba que: 42; 25, 35 30 · (1; 24, 51, 10), es decir: 42,426389 30 · 1,41421, las relaciones aritméticas entre los números que aparecen en la tablilla YALE resultan ser un caso particular de una implícita aplicación primitiva y empírica del Teorema de Pitágoras. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 105
  • 4. Pedro Miguel González Urbaneja La tablilla PLIMPTON es el documento matemático más importante de Babilonia. Está fechada entre 1900 y 1600 antes de J.C. y ha sido descrita por varios historiadores, siendo muy signi-ficativa Cuneiform Texts. La tablilla PLIMPTON parece un simple registro de cuentas de operaciones comerciales, pero los intérpretes han querido ver una descripción empírica de números pita-góricos 106 la interpretación que dieron en 1945 Neugebauer y Sachs en su libro Mathematical c a SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. e incluso de primitivas tablas trigonométricas. 119 169 1 3367 4825 2 4601 6649 3 12709 18541 4 65 97 5 319 481 6 2291 3541 7 799 1249 8 481 769 9 4961 8161 10 45 75 11 1679 2929 12 161 289 13 1771 3229 14 56 106 15 La tablilla PLIMPTON. 322 ¿1900-1600 a.C.? Universidad de Columbia La tablilla consta de cuatro columnas de números distribuidos en 15 filas horizontales. En la primera tabla se reproducen las tres últimas columnas en nuestro sistema decimal, habiéndose corregido algunos errores aritméticos según las orientaciones A de Neugebauer. La columna del extremo derecho contiene los números del 1 al 15 y representa meramente el número de orden de cada línea de números. La parte de la tablilla que b se conserva está algo dañada, de forma que no permite leer algunos números, sobre todo en la primera columna, pero una vez descubierta la ley de formación de la tabla, ha sido C B posible reconstruir los números que faltaban. Las columnas segunda y tercera representan el cateto menor b y la hipotenusa c de triángulos rectángulos de lados enteros, o la altura b y la diagonal c de un rectángulo. De las diversas investigaciones parece deducirse que los escribas que construyeron la tablilla comenzaron por tomar dos enteros sexagesimales regulares –enteros cuyos únicos divisores primos son 2, 3 y 5, es decir, los divisores primos de 60–, u, v, con u>v, y formar con ellos la terna de números: a = 2uv, b = u2 – v2, c = u2 + v2, que como se comprueba fácilmente forman una terna pitagórica, es decir: a2 + b2 = c2. Así se obtendría la segunda tabla que contiene valores de a,b,c, que corresponden a valores de v menores que 60 y a valores de u tales que 1<u/v<1+ , es decir, a triángulos rectángulos con catetos b,a, con b<a. Por ejemplo, los números que aparecen en la primera fila de la tabla se obtienen a partir de u = 12, v = 5, a los que corresponden los valores a = 120, b = 119, c = 169, siendo los valores de b y c los que aparecen en segundo y tercer lugar, respectivamente, en la primera fila de la tablilla PLIMPTON.
  • 5. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años u v a b c 12 5 120 119 169 64 27 3456 3367 4825 75 32 4800 4601 6649 125 54 13500 12709 18541 9 4 72 65 97 20 9 360 319 481 54 25 2700 2291 3541 32 15 960 799 1249 25 12 600 481 769 81 40 6480 4961 8161 2 1 60 45 75 48 25 2400 1679 2929 15 8 240 161 289 50 27 2700 1771 3229 9 5 90 56 106 La tablilla contiene 15 de las 38 ternas pitagóricas que existen en las condiciones definidas y están ordenadas de forma decreciente de la razón c/a, lo cual ha permitido conjeturar que la primera columna de la tablilla sería una tabla de valores de los cuadrados de la secante del ángulo B o una tabla de valores de los cuadrados de la tangente del ángulo B. Al ser 1 + tg2B = sec2B y comenzar todos los números de la columna inicial por el dígito 1, al estar la tablilla parcialmente deteriorada por la izquierda, no es posible determinar cual de las dos hipótesis, la de la secante o la de la tangente, es la cierta. 2.2. El Teorema de Pitágoras en Egipto Los famosos papiros de Rhind y de Moscú, a pesar de su alto valor matemático, no mencio-nan el Teorema de Pitágoras ni las ternas pitagóricas. No obstante, los egipcios conocían y utilizaban el hecho de que el triángulo de lados 3, 4 y 5 (+o proporcionales a estos números), llamado "Triángulo egipcio", es rectángulo, para trazar una línea perpendicular a otra, a modo de "escuadra de carpintero", que era una práctica habitual de los agrimensores oficiales para recuperar las fronteras de los lindes de las tierras tras los periódicos corrimientos de tierras producidos por las crecidas del río Nilo. a b c 3 4 5 6 8 10 9 12 15 12 16 20 15 20 25 En el antiguo Egipto el Triángulo egipcio, era llamado también Triángulo de Isis y tenía un cierto carácter sagrado, porque el número tres representaba a Osiris, el cuatro a Isis y el cinco a Horus. Así lo relata Plutarco en Sobre Isis y Osiris, VIII,4: "Los egipcios se imaginaban el mundo la forma del mas bello de los triángulos. Este triángulo, símbolo de la fecundidad, tiene su lado vertical compuesto de tres, la base de cuatro y la hipotenusa de cinco partes. El lado vertical simbolizaba al macho, la base a la hembra, y la hipotenusa a la primogenitura de los dos". a b c Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 107
  • 6. Pedro Miguel González Urbaneja Todas las pirámides de Egipto, excepto la de Keops, incorporan, de alguna manera, este trián-gulo mención explícita de la relación pitagórica aparece en Egipto, en un papiro de la XII dinastía –hacia el 2000 a.C.– encontrado en Kahun, en cuatro casos numéricos concretos proporcio-nales 108 rectángulo en su construcción, el cual añade a su sencillez –que permite una compro-bación visual instantánea del Teorema– el hecho de ser el único cuyos lados son enteros con-secutivos, teniendo los obtenidos por proporcionalidad los lados en progresión aritmética. La SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. a los del Triángulo egipcio: 12 + (3/4)2 = (1¼)2, 82 + 62 = 102, 22 + (1½)2 = (2½)2, 162 + 122 = 202. Los agrimensores egipcios utilizaban el triángulo rectángulo de lados 3, 4 y 5, llamado Triángulo egipcio a modo de escuadra para trazar líneas perpendiculares. Así nació la profesión de arpedo-napta –palabra griega traducción de otra egipcia que significa tendedor de cuerda–. Fue precisa-mente este hecho lo que indujo al gran historiador Herodoto a escribir: " [...] A partir de esta práctica, es como se llegó al conocimiento de la Geometría en Egipto en primer lugar, de donde más tarde pasó a Grecia" 2.3 El Teorema de Pitágoras en la India Como resultado de la planificación de templos y de la construcción de altares, entre los siglos octavo y segundo a.C., en la India se desarrollan conocimientos aritmético-geométricos, prácticos y primitivos, relacionados con el Teorema de Pitágoras. Todo este venerable saber adoptó la forma de un cuerpo de doctrina conocido por el nombre de "Sulvasutras" o "Manual de las reglas de la cuerda". Sulva es un término que se refiere a las cuerdas utilizadas para realizar mediciones, pues la India tuvo también, como Egipto, los "tensadores de la cuerda", mientras que el término sutra hace referencia a un libro de reglas o aforismos relativos a un determinado ritual o a una ciencia. Así pues, los Sulvasutras hindúes eran una especie de manuales donde se detallaban prescripcio-nes para la construcción ritual de altares de forma y tamaño determinados. Los Sulvasutras más interesantes son los de Baudhayana y Apastamba que pueden remontarse al siglo V a.C. En ellos se describe el uso de la cuerda no sólo para medir, sino también para el trazado de líneas perpendiculares, por medio de ternas de cuerdas cuyas longitudes cons-tituyen ternas pitagóricas tales como 3,4,5; 5,12,13; 8,15,17; 7,24,25. Aunque para este fin
  • 7. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años se utilizaba sobre todo el triángulo de lados 15, 36 y 39 –derivado del triángulo de lados 5, 12 y 13, llamado el "Triángulo indio" de forma similar al Triángulo egipcio (3,4,5)–. Las ternas pitagóricas de los hindúes son clasificadas en la forma siguiente: c - b = 1 c - b = 2 c - b = 3 a b c a b c a b c 3 4 5 8 15 17 15 36 39 5 12 13 12 35 37 7 24 25 A c b a C B Ternas pitagóricas de los hindúes Resulta difícil valorar la originalidad de los conocimientos sobre el Teorema de Pitágoras en la India. El hecho cierto de que todas las ternas pitagóricas que aparecen en los Sulvasutras se puedan derivar fácilmente de la vieja regla babilónica para construirlas, permite asegurar la influencia mesopotámica sobre el saber hindú acerca del tema. Trazas de los altares trapezoidales del Sulvasutra de Apastamba (siglo V a.C.) con indicación de las ternas pitagóricas utilizadas en la construcción ritual 2.4 El Teorema de Pitágoras en China Hay dos tratados clásicos chinos de contenido matemático donde se relacionan aspectos geométricos vinculados al Teorema de Pitágoras, son el Chou Pei Suan Ching (300 a.C.) y el Chui Chang Suang Shu (250 a.C.). Su contenido fue sustancialmente ampliado y desarrollado por dos comentaristas del siglo III d.C., Zho Shuang y Liu Hui. Los tratados originales tratan los aspectos primitivos del Teorema, es decir, los resultados numéricos concretos, así como las leyes generales de formación de las ternas pitagóricas, mientras que los aspectos más evolu-cionados de la demostración son elaborados por Zhao y Liu. El Diagrama de la hipotenusa del tratado Chino Chou-Pei Suan-Ching (300 a.C.) Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 109
  • 8. Pedro Miguel González Urbaneja En el Chou-Pei aparece una figura llamada "Diagrama de la hipotenusa". La porción inferior de este diagrama, el hexágono AHGFEB, se compone de dos cuadrados AHCB y CEFG que tienen por lados, los catetos del triángulo rectángulo. Esta área es equivalente al cuadrado ADFK sobre la hipotenusa del triángulo, de donde resulta el Teorema. Esta elegante prueba del Teorema de Pitágoras es dada implícitamente por Zhao. En el Chou-Pei original con un lenguaje muy retórico se describe la figura, en términos estrictamente numéricos, diciendo: "En cada semirectángulo de anchura 3 y longitud 4, la diagonal debe valer 5, y si se resta del cuadrado total de área 49 los cuatro semirectángulos exteriores, que suman área 24, el resto es un cuadrado de área 25". El Chui-Suang contiene 246 problemas de los cuales los 24 se refie-ren 110 c a SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. a triángulos rectángulos. Todas las soluciones a los problemas se basan de una u otra forma en el Teorema de Pitágoras. El más famoso es el problema del bambú roto: "Hay un bambú de diez pies de altura, que se ha roto de tal manera que su extremo superior se apoya en el suelo a una dis-tancia de tres pies de la base. Se pide calcular a qué altura se ha producido la rotura". Este problema combina el Teorema de Pitágoras con la resolución de ecuaciones cuadráticas, ya que la solución exige resolver la ecuación: x2 + 32 = (10–x)2. u v a b c 3 1 3 4 5 5 1 5 12 13 5 3 15 8 17 7 1 7 24 25 7 3 21 20 29 A b C B En otros muchos problemas chinos se aplica proporcionalidad a partir de la consideración de ternas de números, llamadas ternas pitagóricas de los chinos 3. EL TEOREMA DE PITÁGORAS EN EL MUNDO GRIEGO 3.1 Las demostraciones de Pitágoras Ha habido muchas conjeturas en torno a la naturaleza de las presuntas pruebas de Pitágoras del Teorema asociado con su nombre. La tradición establece que Pitágoras habría dado una prueba empírica del tipo disección con base en las figuras siguientes:
  • 9. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años Muchos historiadores admiten que la demostración de Pitágoras se basaría en su propia Teoría de las Proporciones –imperfecta por aplicarse sólo a cantidades conmensurables–, de modo que la prueba de Pitágoras podría haber sido alguna de las dos siguientes: Sea ABC un triángulo rectángulo, con el ángulo recto en A, y sea AD perpendicular al lado BC. Según la Proposición VI.8 de Los Elementos de Euclides, los triángulos DBA y DAC son ambos semejantes con el triángulo ABC y, por tanto, semejantes entre sí. • Prueba 1. De la semejanza de los triángulos ABC, DBA y DAC resulta: BA/BD = BC/BA, AC/CD = BC/AC (Elementos, VI.4). De aquí se obtienen las expresiones del llamado "Teorema del cateto": BA2 = BD·BC, AC2 = CD·BC, de donde al sumar las dos expresiones, se obtiene: BA² + AC² = (BD+CD)·BC = BC·BC = BC², es decir: BA2 + AC2 = BC2. En esta demostración del Teorema de Pitágoras –basada en el Teorema del cateto–, se descom-pone, de forma implícita, el cuadrado sobre la hipotenusa, BCIK, en dos rectángulos, BDJK y DCIJ, cada uno de ellos con el mismo área que cada uno de los cuadrados construidos sobre los catetos –el rectángulo BDJK de área como el cuadrado ABEF sobre el cateto AB– ya que BA2 = BD·BK, y el rectángulo DCIJ de área como el cuadrado ACHG sobre el cateto AC –ya que AC2 = CD·CI–. Debemos observar que la figura exhibida forma parte de la construcción geométrica que utiliza Euclides en su demostración del Teorema de Pitágoras en la Proposición I.47 de Los Elementos, y además, puntualizar que variantes de esta prueba se encuentran en el hindú Bhaskara, en Leonardo de Pisa (Fibonacci) y en Wallis. • Prueba 2. De la semejanza de los triángulos ABC, DBA y DAC resulta, según Elementos, VI.19 ("la razón entre las áreas de los triángulos semejantes es igual al cuadrado de la razón de semejanza"): DBA/AB² = DAC/AC² = ABC/BC². Pero de las propiedades de la suma de proporciones (Elementos, 5.12) resulta: ABC/BC² = DBA/AB2 = DAC/AC2 = (DBA+DAC)/(AB2+AC2) = ABC/(AB2+AC2), por tanto se tiene: AB2 + AC2 = BC2. Como vemos, estas pruebas del Teorema de Pitágoras mantienen su plena vigencia en los libros de texto de matemáticas escolares elementales. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 111
  • 10. Pedro Miguel González Urbaneja Los pitagóricos buscaron ávidamente el camino para obtener ternas de números a,b,c, cum-pliendo en las "Ternas pitagóricas de Pitágoras" la hipotenusa y el cateto mayor se diferencian en una unidad. Además, para m = 3 resulta el "Triángulo egipcio", mientras que para m = 5 resulta el origen del "Triángulo indio". 112 a2 + b2 = c2, encontrando una ley de formación que se puede expresar en la forma: c a SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. m a b c 3 3 4 5 5 5 12 13 7 7 24 25 9 9 40 41 11 11 60 61 13 13 84 85 A b C B Ternas pitagóricas de Pitágoras Pitágoras con los atributos de matemático: el Triángulo Rectángulo, el Dodecaedro, la Tetractys, el Pen-tagrama Místico y la Música. Ilustración de Pedro Lario, 09/2000. Según relatos de diversos escritores –Plutarco, Vitrubio, Ateneo, Diógenes Laercio, Proclo y otros–, Pitágoras calibró el alcance de la demostración del teorema al que la historia bautizaría con su nombre y entusiasmado por el hallazgo ordenó una hecatombe –el sacrificio de cien bueyes a los dioses– como muestra de alegría y gratitud. Pero según Los Versos Dorados, síntesis de las doctrinas pitagórica, la metempsicosis o trasmigra-ción de las almas era una de las creencias más arraigadas en la comunidad pitagórica, que exigía un escrupuloso respeto a la vida animal, lo que obligaba a abstenerse de comer carne y hacer sacrificios. Por tanto las anécdotas sobre presuntos sacrificios pitagóricos deben de ser apócrifas, pero han contribuido a magnificar el halo legendario, casi hagiográfico, que envuelve al personaje de Pitágoras, y, además, determinaron que en la Edad Media al Teorema de Pitágoras se le llamara Inventum hecatombe dignum. 3.2 El Teorema de Pitágoras en la Academia de Platón El Teorema de Pitágoras en el caso particular del triángulo rectángulo isósceles aparece en el diálogo El Menón (82d–83e) de Platón a propósito del problema de la "duplicación del cua-drado" que es la antesala del famoso problema délico de la "duplicación del cubo".
  • 11. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años Curiosamente Platón utiliza el problema para sustentar la doctrina de la reminiscencia y la inmortalidad. Sócrates y un esclavo mantienen una conversación, en la que mediante una concatenación de preguntas de aquél, entrelazadas heurísticamente con las respuestas de éste, se resuelve el problema. Las primeras respuestas del esclavo son de índole aritmética, pero "resultando la imaginación aritmética inexacta", Sócrates reconducirá el diálogo, induciendo un tratamiento exclusivamente geométrico. En la búsqueda de ternas pitagóricas, Platón encontró una ley de formación que se puede expresar en la forma: m a b c 2 4 3 5 3 6 8 10 4 8 15 17 5 10 24 26 6 12 35 37 A c b a C B Ternas pitagóricas de Platón En las "Ternas pitagóricas de Platón" la hipotenusa y uno de los catetos se diferencian en dos unidades. Platón dando una lección de Geometría a sus discípulos en La Academia de Atenas (Mosaico procedente de Pompeya. Mansión de Siminio Estéfano, siglo I a.C. Museo Arqueológico, Nápoles). Entre la historia y la leyenda, se relata que en el frontispicio de la entrada de la Academia de Platón había una inscripción que rezaba: "No entre nadie ignorante en Geometría". Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 113
  • 12. Pedro Miguel González Urbaneja 3.3 El Teorema de Pitágoras en la Proposición I.47 de Los Elementos de Euclides El primer Libro I de Los Elementos de Euclides termina con el teorema más importante de la Geometría elemental: El Teorema de Pitágoras y su recíproco (las Proposiciones I.47 y I.48), donde alcanza una verdadera apoteosis geométrica la forma magistral y sumamente bella con que el maestro alejandrino realiza la proeza de demostrar el legendario teorema, con una lógica impecable, una inusitada elegancia y una modesta economía de elementos geométricos construidos de forma muy cuidadosa en las proposiciones anteriores. Euclides enuncia el Teorema de Pitágoras en la forma siguiente (Euclides: Elementos. traduc-ción y notas de M.L.Puertas. Gredos. Madrid, 1996. Libro I, p.260, Proposición I.47): "En los triángulos rectángulos el cuadrado del lado que subtiende el ángulo recto es equi-valente Al no poder utilizar las proporciones en forma pitagórica –por la presencia de las magnitudes inconmensurables– que suponen la aplicación de la semejanza –que no aparecerá en Los Elementos hasta el Libro VI–, Euclides agudiza el ingenio y obtiene el magnífico resultado aplicando para su demostración elementos muy simples de Geometría elemental, estudiados previamente. Entre ellos: • La construcción de cuadrados sobre segmentos (I.46). • Ángulos adyacentes que suman dos rectos (I.14). • El primer teorema de congruencia de triángulos (I.4). • La relación entre triángulos y paralelogramos que tienen la misma base y situados entre 114 a los cuadrados de los lados que comprenden el ángulo recto". SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. las mismas paralelas (I.36, I.41). "Los paralelogramos que tienen la misma base y están situados entre las mismas paralelas tiene el mismo área" (Elementos, I.36). "Si un paralelogramo tiene la misma base que un triángulo y están situados entre las mismas paralelas el área del paralelogramo es doble de la del triángulo" (Elementos, I.41). Parece que Euclides está ansioso de situar el Teorema de Pitágoras en Los Elementos lo más pronto posible, de la manera más rápida y directa, ante la perentoria necesidad de utilizarlo ulteriormente con asiduidad; pero ante la imposibilidad de aplicar de forma tan temprana la Teoría de la Proporción de Eudoxo –que será desarrollada en los Libros V y VI de Los Elementos–, con base en las proposiciones descritas (I.36, I.41), realiza con inefable estética y sublime sutileza, la siguiente demostración: • Los triángulos DCB y ABI son iguales ya que AB=BD, BI=BC y el ángulo B del triángulo DCB es igual al ángulo B del triángulo ABI.
  • 13. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años • El área del cuadrado ABDE es doble del área del triángulo DCB ya que tienen la misma base y están situados entre las mismas paralelas. • El área del rectángulo BIKJ es doble del área del triángulo ABI ya que tienen la misma base y están situados entre las mismas paralelas. Combinando los tres resultados anteriores, resulta que el área del rectángulo BIKJ es igual al área del cuadrado ABDE. Razonando de forma análoga se demuestra que el área del rectángulo CHKJ es igual al área del cuadrado ACGF. Luego, ya que el área del cuadrado BIHC es igual a la suma de las áreas de los rectángulos BIKJ y CHKJ, definitivamente, el área del cuadrado cuyo lado subtiende el ángulo recto, BIHC, es igual a la suma de las áreas de los cuadrados, ABDE y ACG, cuyos lados comprenden el ángulo recto. La demostración euclídea del Teorema de Pitágoras es de naturaleza estrictamente geométrica. En ella juega un papel fundamental una figura que procede de una secuencia de construcciones que, mediante ciertas congruencias de triángulos, va transformando los cuadrados sobre los catetos en dos rectángulos que al encajarse componen el cuadrado sobre la hipotenusa. La figura euclídea se ha hecho famosa por las curiosas calificaciones que se le han dado. Los árabes le llamaban "silla de la novia" porque se parece a la silla que en algunos países orientales llevaba un esclavo a la espalda para transportar a la novia hasta la ceremonia. También se ha llamado "calesa de la mujer recién casada" (Bhaskara), "capucha de franciscano", "cola de pavo real", "figura del molino de viento". El filósofo Schopenhauer, muy impresionado por el hecho geométrico del teorema, siempre se preguntó por la razón natural de la relación pitagórica y llamaba a la demostración de Euclides "una prueba paseando en zancos" y también "prueba de la ratonera". ILUSTRACIONES HISTÓRICAS DEL TEOREMA DE PITÁGORAS EN EUCLIDES Fragmentos de la Proposición I.47 de Los Elementos de Euclides en versiones históricas. 1: Manuscrito griego (siglo XII, Biblioteca Nacional de París). 2: Manuscrito chino (siglo XVII). 3: Manuscrito fran-cés (siglo XV). 4: Manuscrito latino de fecha incierta. 5: Página de un Comentario árabe de 1250 sobre Euclides. Los Elementos de Euclides como Biblia platónica de la Matemática y tesoro geométrico de la humanidad es el núcleo central de la Matemática elemental, el principal vehículo de transmisión del saber matemático a lo largo de la historia de la ciencia y de la educación y la fuente secular de la Matemática escolar básica. Es también el libro científico más traducido y divulgado en toda la historia de la cultura, el texto que más veces se ha editado (después de La Biblia) y la obra más influyente de toda la literatura matemática. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 115
  • 14. Pedro Miguel González Urbaneja 3.4 El recíproco del Teorema de Pitágoras en Los Elementos de Euclides La Proposición I.47 marca la cumbre del Libro I de Los Elementos, pero el ingenio de Euclides va todavía más allá demostrando el resul-tado 116 SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. inverso del Teorema de Pitágoras, en la Proposición I.48, con una economía de recursos geométricos sorprendente (Euclides: Elementos. Gredos. Madrid, 1996. Libro I, p.263): "Si en un triángulo el cuadrado construido sobre uno de los lados es igual a los cuadrados construidos sobre los restantes lados del triángulo, el ángulo comprendido por esos lados restantes del triángulo es recto". En la demostración Euclides traza un segmento AD=AB y perpendicular a AC. De la hipótesis: AB2 + AC2 = BC2, y al ser rectángulo el triángulo ADC, resulta: AD2 + AC2 = DC2 (I.47, Teorema de Pitágoras). Pero como AB = AD, será: BC2 = AB2 + AC2 = AD2 + AC2 = DC2, por tanto BC = DC; de manera que los triángulos DAC y CAB son congruentes, ya que al ser el lado AC común, los dos triángulos tienen los tres lados iguales. Por tanto el ángulo CAB que es igual al CAD (Elementos, I.8), debe ser recto. El Teorema de Pitágoras y su inverso –Proposiciones I.47 y I.48 de Los Elementos de Euclides– en la edición de Rodrigo Çamorano, primera en idioma castellano, Sevilla, 1576. Por desgracia la sencilla demostración de la Proposición I.48 se ignora en los libros de texto aunque es utilizada implícitamente tanto como el propio Teorema de Pitágoras y ello desde los antiguos agrimensores egipcios. De hecho, es curioso que mientras cualquier persona se enfrenta al Teorema de Pitágoras en su etapa escolar, muy pocas personas conocen la demostración del teorema inverso, aunque están seguros de su legitimidad y de hecho lo aplican cuando es necesario. Las dos proposiciones, I.47 y I.48 constituyen una unidad secuencial con la que se alcanza un brillante clímax geométrico en el colofón del Libro I de Los Elementos, ya que tomadas en conjunto caracterizan por completo los triángulos rectángulos, es decir: «Un triángulo es rectángulo si y sólo si el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados sobre los catetos».
  • 15. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 4. LAS MÁS FAMOSAS DEMOSTRACIONES DEL TEOREMA DE PITÁGORAS Quizá ningún teorema de la extensa Matemática haya recibido tantas demostraciones diversas como el Teorema de Pitágoras. Bien puede decirse, por ello, que este teorema y la multitud de demostraciones del mismo que se han dado a lo largo de la historia constituyen una prueba fehaciente de que hay muchos caminos para alcanzar la verdad. En la Edad Media esta proposición se la consideraba la base de toda sólida formación mate-mática. En algunos centros docentes además de exigir, para obtener el grado de maestro, un profundo conocimiento del Teorema, se obligaba a exhibir una nueva y original demostración del mismo, por eso el Teorema de Pitágoras alcanzó la honrosa designación de "Magister matheseos". Este hecho y la gran significación del teorema explica la razón de las innumera-bles demostraciones que los matemáticos y no matemáticos de todas las épocas y personajes tan diversos como filósofos, monjes, políticos, juristas, ingenieros y artistas, han encontrado del más famoso Teorema de la Geometría. Se describirán de forma, cronológica, algunas de las más famosas demostraciones, que lo son, tanto porque se les ha podido atribuir a un personaje histórico concreto, matemático o no, como porque gozan de una gran claridad y sencillez. Dadas dos figuras P y Q, se dice que: • P y Q son "congruentes por adición" si pueden ser seccionadas en pares correspondien-tes de piezas congruentes. • P y Q son "congruentes por sustracción" si añadiendo a las figuras P y Q pares corres-pondientes de piezas congruentes, se obtienen dos nuevas figuras que son congruentes por adición. En general, como vamos a ver, muchas de las pruebas del Teorema de Pitágoras consisten en mostrar que el cuadrado sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo es congruente, por adición o sustracción, con los cuadrados construidos sobre los catetos. Por ejemplo, la tradicional prueba pitagórica del Teorema de Pitágoras, basada en la figura adjunta, es una prueba paradigmática de congruencia por sustracción. 4.1 La demostración de Pappus (hacia 300 d.C.) La demostración de Pappus utiliza un argumento similar al de la de Euclides: la comparación de áreas de figuras de la misma base, situadas entre paralelas. Como los segmentos JK y AN son iguales, el rectángulo JKIB y el paralelogramo NABM son iguales (Euclides I.36). A su vez este paralelogramo es igual al cuadrado ABDE. Por tanto el rectángulo JKIB es igual al cuadrado ABDE. Análogamente se comprueba que el rectángulo JKHC es igual al cuadrado ACGF. Así pues el cuadrado BIHC sobre la hipotenusa BC es igual a la suma de los cuadrados ABDE, ACGF, sobre los catetos AB, AC. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 117
  • 16. Pedro Miguel González Urbaneja 4.2 Las demostraciones de Thâbit Ibn Qurra (826-901) La demostración de Thâbit Ibn Qurra es la respuesta a la carta de un amigo que, conociendo el caso particular para un triángulo rectángulo isósceles de la "prueba socrática" del teorema –el pasaje de Platón en El Menón sobre la duplicación del cuadrado–, le solicitaba que le comunicara la prueba del caso general. Thâbit Ibn Qurra atiende la petición y busca una nueva prueba, según él, en el espíritu de la "prueba socrática" particular, es decir, con el "método de reducción y composición", que "reduce a triángulos y recompone por yuxtaposición". Thâbit Ibn Qurra da dos demostraciones del tipo de congruencia por sustracción: 118 Prueba 1 Sea el triángulo rectángulo ABC. Si a la figura ABCDEF se le sustraen los triángulos ABC y CDE iguales al dado, resulta el cuadrado ACEF construido sobre la hipotenusa AC, mientras que sustrayendo los triángulos AHF y FGE, resulta la figura formada por los cuadrados ABIH, GIDE, construidos sobre los catetos AB, BC. SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. Prueba 2 Sea el triángulo rectángulo ABC. Si a la figura ABDGJ se le sustraen los triángulos AJH, BDE, HEG, iguales al dado, resulta el cuadrado ABEH sobre la hipotenusa AB, mientras que sustrayendo los trián-gulos ABC, CIG, CFG, resulta la figura formada por los cuadrados ACIJ, BCFD, sobre los catetos AC, BC. 4.3 La demostración de Bhaskara (1114-1185) El monje, matemático y astrónomo hindú, Bhaskara dio una demostración muy sencilla del Teorema de Pitágoras, del tipo de congruencia por sustracción, basada en los diagramas adjuntos, que aparece en el Vijaganita (cálculo de raíces). El cuadrado sobre la hipotenusa se divide, como indica la figura, en cuatro triángulos equivalentes al dado y un cuadrado de lado igual a la diferencia de los catetos. Las piezas son reordenadas fácilmente para formar una figura que resulta ser la yuxtaposición de los cuadrados sobre los catetos. La prueba geométrica se traduce enseguida en términos algebraicos al expresar la igualdad de las figuras dibuja-das: c2 = 4·[(1/2)ab] + (b–a)2 = 2ab + b2 – 2ab + a2 = b2 + a2 .
  • 17. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 4.4 La demostración de Leonardo da Vinci (1452-1519) Leonardo da Vinci muestra también su ingenio con una prueba del Teorema de Pitágoras del tipo de congruencia por sustracción. El esquema habitual de los cuadrados sobre los lados del triángulo rectángulo dado ABC es completado con los triángulos MBG y ENF equivalentes al dado. La recta LH común a las diagonales de los cuadrados sobre los catetos determina dos cuadriláteros LMGH, LACH, igua-les. Asimismo la recta NB determina dos cuadriláteros BAEN, BCFN, iguales, y a su vez iguales a los resultantes de la división anterior, de donde resulta el Teorema al sustraer a cada uno de los pares de cuadriláteros dos triángulos rectángulos equivalentes al dado. 4.5 La demostración de Anaricio–Göpel (hacia 1824) La figura ofrece la descomposición del cuadrado cons-truido sobre la hipotenusa en cinco partes, que reorde-nadas convenientemente proporcionan los cuadrados construidos sobre los catetos. Tomando como criterio de sencillez el número de partes en que se divide el cuadrado sobre la hipotenusa, la prueba de Anaricio-Göpel –que es del tipo congruencia por adición– es una de las más notables, por eso se la considera como el ejemplo paradigmático de las prue-bas del Teorema tipo puzzle. 4.6 La demostración de Perigal (hacia 1830) Henry Perigal era un corredor de bolsa londinense y astrónomo aficionado que ideó hacia 1830 una sencilla prueba del Teorema de Pitágoras del tipo congruencia por adición, muy singular y elegante por su simetría, siendo publicada en su artículo "On geometric dissec-tions and transformations" (Messenger of Mathematics, Vol. I, 1874, pp.103-105). El cuadrado sobre el mayor de los catetos del triángulo rectángulo se divide en cuatro partes iguales, mediante dos segmentos perpendiculares que se cortan en el cen-tro del cuadrado, siendo, además, uno de ellos paralelo a la hipotenusa. Desplazando paralelamente estas cuatro piezas, junto con el cuadrado sobre el cateto menor, es posible componer, yuxtaponiendo las cinco piezas, el cuadrado sobre la hipotenusa. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 119
  • 18. Pedro Miguel González Urbaneja Perigal estaba tan entusiasmado con el hallazgo que hizo imprimir el anagrama de la figura en sus tarjetas de visita y repartió centenares de rompecabezas con las piezas que compuestas adecuadamente de dos maneras diferentes ilustraban el Teorema de Pitágoras. En el Este de Londres se le erigió un monumento con inscripciones que sintetizan su trabajo matemático. 5. EL MAYOR REPERTORIO DE PRUEBAS DEL TEOREMA DE 120 SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. PITÁGORAS E.S. Loomis (1852–1940) realizó durante muchos años una recopilación exhaustiva de múlti-ples pruebas que se han dado del Teorema de Pitágoras a lo largo de la historia. Su encomiable labor de investigación, dio como fruto la publicación en 1927 de una magna obra de gran valor didáctico, The Pythagorean Proposition. El texto de E.S.Loomis fue reeditado en1940 (en Ann Arbor, Michigan) y en 1968 como el primer título de una serie de "Classics in Mathematics Education" de la National Council of Teachers of Mathematics. En el prefacio de su obra Loomis intenta discernir entre lo que es una auténtica demostración y una mera ilustración del Teorema de Pitágoras y realiza una clasificación de las pruebas en cuatro tipos: 1. Pruebas algebraicas: basadas en relaciones entre lados y segmentos (109). 2. Pruebas geométricas: basadas en comparaciones de áreas (255). 3. Pruebas dinámicas: basadas en los conceptos de masa, velocidad, fuerza, etc. (4). 4. Pruebas cuaterniónicas: basadas en operaciones vectoriales (2). The Pythagorean Proposition (1968) de E.S. Loomis La recopilación de Loomis es todavía , sin duda alguna, la colección más importante de pruebas y demostra-ciones del Teorema de Pitágoras. Contiene 370 pruebas o demostraciones donde las correspondientes figuras, son dibujadas de forma artesanal con los limitados medios gráficos de la época y con las letras manuscritas, lo que no le resta mérito a una obra de valor científico y didáctico inconmensurable que tiene la gracia de concluir con la frase: "[...] y el final no ha llegado todavía".
  • 19. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años A continuación transcribiremos de la obra de Loomis unas cuantas pruebas del Teorema de Pitágoras, que, a nuestro criterio, son muy ilustrativas y tienen un gran valor didáctico. Estas pruebas las clasificaremos en dos tipos: algebraico-geométricas y geométricas. Entre estas últimas describiremos las que son variantes de las demostraciones de Pitágoras y de Euclides. Advertimos con ello que los modelos de Pitágoras y Euclides de las demostraciones del Teorema de Pitágoras son verdaderos cánones paradigmáticos que enfatizan la genialidad de estos dos matemáticos. 5.1 Algunas pruebas algebraico-geométricas del Teorema de Pitágoras AG.1 A partir del triángulo dado HAB, se construye el triángulo BAC, también rectángulo, aplicando el teorema de la altura y el teorema del cateto al triángulo ABC, resulta: a2 = b·e, h2 = (b + e)·b, de donde resulta: h2 = a2 + b2. AG.2 El cuadrado sobre la hipotenusa h, ACBD, se descompone en cuatro triángulos iguales al ABH, más un cuadrado EFGK de lado b–a. De donde resulta: h2 = 4·(ab/2) + (b – a)2 = 2ab + (b2 – 2ab + a2). Así pues: h2 = a2 + b2. AG.3 Sea BH = x, HF = y, entonces AH = x+y. El cuadrado sobre la hipotenusa h, ABCD, se compone de cuatro triángulos iguales al ABH, más un cuadrado EFHG. Por tanto resulta: h2 = 4· x·(x+y) 2 + y2 = 2x2 + 2xy + y2 = h2 = x2 + x2 +2xy + y2 = x2 + (x+y)2 = a2 + b2. Así pues: h2 = a2 + b2. AG.4 El cuadrado EIFG se compone del cuadrado sobre la hipote-nusa del triángulo dado ABH, ABCD, y de cuatro triángulos iguales al ABH. Por tanto resulta: (a+b)2 = h2 + 4·(ab/2). Haciendo operaciones resulta: a2 + 2ab + b2 = h2 +2ab, de donde simplificando se obtiene: a2 + b2 = h2. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 121
  • 20. Pedro Miguel González Urbaneja 5.2 Pruebas geométricas tipo Pitágoras y tipo Euclides La obra de Loomis presenta 255 pruebas geométricas del Teorema de Pitágoras basadas en comparaciones de áreas. Entre ellas las más interesantes quizá sean las que llamaremos "demostraciones tipo Pitágoras" y "demostraciones tipo Euclides", por similitud, respectiva-mente, 122 con las correspondientes demostraciones de Pitágoras y Euclides desarrolladas con SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. base en las siguientes figuras: 5.2.1 Pruebas tipo Pitágoras En las demostraciones tipo Pitágoras el cuadrado sobre la hipotenusa del triángulo rectángulo dado junto con ciertos triángulos congruentes con el dado o rectángulos formados por dos triángulos congruentes con el dado, determina una figura, que resulta también a partir de la yuxtaposición de los cuadrados sobre los catetos del triángulo rectángulo dado con los mismos triángulos o rectán-gulos, de donde se obtiene mediante una prueba de congruencia por sustracción que "el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados sobre los catetos". Las múltiples demos-traciones tipo Pitágoras se diferencian únicamente en las posiciones relativas de los triángulos y rectángulos aludidos. La diferencia de estas demostraciones con la original de Pitágoras se reduce a que ésta utiliza dos figuras mientras que aquéllas con una única figura resuelven la demostración. El cuadrado ACKB construido sobre la hipotenusa del triángulo dado ABH, completado con cuatro triángulos rectángulos con-gruentes con el dado, determina el cuadrado HLMN, que es igual al cuadrado GPDI, el cual a su vez se puede obtener al completar los dos cuadrados sobre los catetos, AHFG, HBDE, con sendos rectángulos iguales entre sí e iguales en área a los cuatro triángulos anteriores. Por tanto: ACKB = AHFG + HBDE. Es decir: h2 = a2 + b2. Los polígonos HMKCL y NDBAG son congruentes. El polígono HMKCL se obtiene al completar el cuadrado sobre la hipotenusa del triángulo dado ABH, ABKC, con tres triángulos rectángulos congruentes con el dado. El polígono NDBAG se obtiene al completar los dos cuadrados sobre los catetos del triángulo dado ABH, HBDE y HAGF, con tres triángulos rectángulos congruentes también con el dado. Por tanto: ABKC = HAGF + HBDE. Es decir: h2 = a2 + b2.
  • 21. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 5.2.2 Pruebas tipo Euclides En las demostraciones tipo Euclides se utiliza la relación entre las áreas de paralelogramos y triángulos situados entre las mismas paralelas –tal como se vio en la demostración original de Euclides de la Proposición I.47 de Los Elementos y en la de Pappus–, Se prolonga el cateto HA hasta L, tomando AL = HE, y el cateto HB hasta N, tomando BN=HF. Se traza la perpendicu-lar HM, y se une L y H con C, y H y N con K. Obviamente los triángulos ALC y BNK son iguales al trián-gulo dado ABH. Se tiene entonces: ACKB = ACMI + BKMI = 2ACH + 2BKH = AH·CL + BH·KN = = AH2 + BH2 = AHFG + HBDE. Es decir: "el cuadrado sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados sobre los catetos". En la figura se toma: BO = OH y AN = BH, y se completa como se indica. Se tiene entonces: ACKB = ACLI + BKLI = ACMH + BKMH = GNEF + FODE = = AHFG + BHED. Por tanto: ACKB = AHFG + BHED. Es decir: h2 = a2 + b2. En este caso la construcción de la figura es evidente. Se tiene: ACKB = ACLI + BKLI = ACMH + BKMH = ABOG + ABDN = = AHFG + BHED. Por tanto: ACKB = AHFG + BHED. Es decir: h2 = a2 + b2. En la figura se trazan GN y OD paralelas a AB. En este caso tenemos: ABKC = ABQO + OQNL = ABDH + ABNL = BHED + ABMG = BHED + AHFG. Por tanto: ABKC = BHED + AHFG. Es decir: h2 = a2 + b2. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 123
  • 22. Pedro Miguel González Urbaneja 6. EPÍLOGO: EL TEOREMA DE PITÁGORAS, TESORO Y SÍMBOLO DE 124 SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. TODA LA GEOMETRÍA El Teorema de Pitágoras es la joya más bella de la tradición pitagórica. Como recuerdo inolvidable de los tiempos escolares pertenece a la base cultural común de la humanidad. Su soberbia grandeza introduce una radical inflexión intelectual entre la práctica empírica e inductiva y la argumentación deductivo-demostrativa, tanto en el marco histórico cultural matemático como en el ámbito escolar de la Educación matemática. La multitud de demostraciones realizadas con pasión matemática, por una pléyade extensa y heterogénea de personajes ilustres, realza la idea de que hay muchas for-mas de alcanzar la misma verdad. Como origen de la Geometría racional, fundamento de multitud de teoremas, causa primera de la Inconmensurabilidad, umbral entre la Matemática empírica y la deductiva, paradigma para la Matemática y paradigma para la Educación matemática, el Teorema de Pitágoras pertenece al imaginario cultural de casi todos los pueblos de la tierra. El Teorema de Pitágoras (Euclides, I.47) en el folio 26 recto del manuscrito f-III-5 de El Escorial, uno de los más antiguos que se conservan (siglo XI) La Geometría como una de las Artes Liberales del Quadrivium pitagórico representada en un mosaico del suelo de la Catedral de Colonia. La Geometría presenta una ilustración del Teorema de Pitágoras queriendo dar a entender que se trata del Teorema más importante, fascinante y emblemático de toda la ciencia geométrica.
  • 23. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 7. UNA NUEVA DEMOSTRACIÓN GEOMÉTRICO-ALGEBRAICA DEL TEOREMA LLAMADO DE PITÁGORAS (Realizada por Josep Maria Lamarca. IES Sant Josep de Calassanç. Barcelona) De acuerdo con la figura adjunta, dado el triángulo rectángulo de hipotenusa a y catetos b y c, consideremos un rectángulo compuesto por los cuadrados construidos sobre los lados del triángulo dado: a, b y c, junto con diez triángulos rectángulos congruentes con el dado. a c b a b c b a b c c Al calcular, de dos formas diferentes, el área del rectángulo construido: A) mediante el producto de la base (b+c+b) por la altura (c+c+b): A = (b+c+b) · (c+c+b) = (2b+c) · (2c+b) = 4bc +2c2 + 2b2 +bc = 2c2 + 2b2 +5bc, B) mediante la suma de las tres áreas cuadradas y diez áreas triangulares cuya yuxtaposi-ción engendra el rectángulo considerado: B = a2 + b2 + c2 +10 (bc/2), obtenemos: 2c2 + 2b2 +5bc = a2 + b2 + c2 +10 (bc/2). Y al simplificar esta igualdad, resulta: b2 + c2= a2. ¿Es ésta la última demostración del archifamoso teorema? Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 125
  • 24. Pedro Miguel González Urbaneja 126 SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. 8. BIBLIOGRAFÍA Obras monográficas sobre Pitágoras y el Teorema de Pitágoras 1. Bergua, J. B., 1958: Pitágoras. Ediciones Ibéricas, Madrid. Cap.6. 2. Eggers, C., 1994: "Pitágoras y los primeros pitagóricos" (en Los Filósofos presocráticos. Vol.1.). Gredos, Madrid. 3. Gigon, O., 1994: "Pitágoras" (en Los orígenes de la Filosofía griega. Gredos, BHF, 67. Cap.5. Madrid. 4. Gonzalez Urbaneja, P. M., 2001: Pitágoras, el filósofo del número. Nivola, Madrid. Cap. 4. 5. Gonzalez Urbaneja, P. M., 2002: "Pitágoras. El umbral del Pensamiento occidental" (en Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de las Matemáticas, pp.77-117). Universidad de Huelva. 6. Gonzalez Urbaneja, P. M.: Pitágoras. Umbral de la matemática racional. http://www.divulgamat.net/weborriak/Historia/MateOspetsuak/Pitagoras.asp. 7. Gorman, P., 1988: Pitágoras. Crítica. Barcelona. 8. Guthrie, W., 1984: "Pitágoras y los pitagóricos" (en Historia de la Filosofía griega. Vol. I. Cap.IV). Gredos, Madrid. 9. Jámblico, 1991: Vida Pitagórica. Etnos, Madrid. 10. Loomis, E. S., 1968: "The Pythagorean Proposition. Its Demostrations Analyzed and Classified". National Council of Teachers of Mathematics (Classics in Mathematics Education). Washington. 11. Maor, E., 2007: The Pythagorean Theorem. Princeton University Press. Caps. 1, 2, 3, 8. 12. Mattei, J., 1996: Pythagore et les Pythagoriens. Presses Univ. de France, nº 2.732. París. 13. Milhaud, G., 1989,1900: "Les Pythagoriciens" (en Les Philosophes-Géométres de la Grèce. Cap.1.II). Librairie Germer Baillière, París. Arno Press, New York, 1976. 14. O’Meara, D.: Pythagoras Revived. Clarendon Press. Oxford. 15. Pérez-Ruiz, M., 2000: Pitágoras. Océano. Barcelona. 16. Pérez Sanz, A., 2000: "Pitágoras: mucho más que un teorema" (en la Serie de TVE EL UNIVERSO MATEMÁTICO). La Aventura del Saber. 17. Reghini, A.: Per la restituzione della Geometria Pitagorica. Editrice “Atanor”. Roma. 18. Stratherrn, P., 1999: Pitágoras y su teorema. Siglo XXI. Madrid. 19. Swetz, F., 1977: Was Pythagoras Chinese. The Pennsilvanya University. 20. Vera, F., 1970: "Pitágoras" (en Científicos griegos). Aguilar, Madrid. Ediciones de Los Elementos de Euclides 21. Enriques, F., 1954: Los Elementos de Euclides y la crítica antigua y moderna. Libros I-IV. Instituto Jorge Juan (CSIC). Madrid. Libro I.
  • 25. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 22. Euclides, 2000: Los seis primeros libros de Los Elementos. R. Çamorano. Casa de Alonso de la Barrera. Sevilla, 1576. Nueva edición de Ediciones Universidad de Salamanca. Libro I. 23. Euclides, 1996: Elementos. introd. de L.Vega, trad. y notas de M.L.Puertas. Gredos. Madrid. Libro I. 24. Heat, T. L., 1956: The thirteen books of The Elements. 3 Vols. Dover. New York. Book I. 25. Peyrard, F., 1819: Les Oevres d’Euclide. C.F.Patris, París. Livre I. 26. Vera, F., 1970: "Los Elementos de Euclides" (Científicos griegos). Aguilar, Madrid. Libro I. Obras generales sobre Historia y Filosofía de las Matemáticas 27. Artmann, B., 1996: Euclid–The Creation of Mathematics. Springer. New York. Cap.6. 28. Boyer, C. B., 1986: Historia de las Matemáticas. Alianza Universidad. Madrid. Caps. 2, 6, 7. 29. Bunt, L., 1988: The Historical Roots of Elementary Mathematics. Dover, New York. Caps. 3, 6. 30. Cajori, F., 1919: A History of Mathematics. The MacMillan Company. Londres. Cap. 3.3. 31. Colerus, E., 1972: Breve historia de las Matemáticas. Doncel, Madrid. Vol.1, cap.1. 32. Dedron, P; Itard, I., 1959: Mathématiques et Mathématiciens. Magnard. París. Cap.15. 33. Dedron, P; Itard, J., 1973: Mathematics and Mathematiciens. Open University, London. Vol.2, cap.5. 34. Dhombres, J., 1990: Mathématiques a fil des âges. Gauthiers Villars, París. Cap. 6.1. 35. Diógenes Laercio, 1998: Vidas de los filósofos más ilustres. Porrúa. México. Cap. 8.1. 36. Dunham, W., 1992: Viaje a través de los genios. Pirámide. Madrid. Cap. 2. 37. Dunham, W., 1995: El Universo de las Matemáticas. Pirámide. Madrid. Cap.H. 38. Eggers, C., 1995: El nacimiento de la Matemática en Grecia. EUDEBA. Buenos Aires. Caps.1, 2. 39. Eves, H., 1983: An Introduction to the History of Mathematics. CBS Coll. Pub. New York. Caps. 2,3,5. 40. Eves, H., 1977: Great Moments in Mathematics. The mathem. assoc. of America. Vol. 1, cap.4. 41. González Urbaneja, P. M., 1996: El Pensament geomètric en el món grec. ICE. Universitat de Barcelona. Cap.8. 42. González Urbaneja, P. M., 2000: "Matemáticas y matemáticos en el mundo griego" (en El legado de las Matemáticas: de Euclides a Newton). pp.24-75.Universidad de Sevilla. 43. González Urbaneja, P. M., 2006: Platón y la Academia de Atenas. Nivola, Madrid. Caps. 9, 14. 44. González Urbaneja, P. M.: Platón. Matemática en la Filosofía y Filosofía en la Matemática. http://www.divulgamat.net/weborriak/Historia/MateOspetsuak/Inprimaketak/Platon.asp. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 127
  • 26. Pedro Miguel González Urbaneja 45. Heat, T. L., 1981: A History of Greek Mathematics. Dover, New York. Vol.1, Caps. 5, 11. 46. Heilbron, J. L., 1988: Geometry Civilized. Clarendon Press. Caps. 1.2, 4.1, 4.2. 47. Klein, F., 1931: "Matemática elemental desde un punto de vista superior". Vol. II. 48. Kline, M., 1992: El pensamiento matemático de la Antigüedad a nuestros días. vols. 128 Geometría. Biblioteca Matemática. Dtor: J.Rey Pastor. Madrid. Apéndice IV.b. SIGMA Nº 32 • SIGMA 32 zk. Alianza Universidad, Madrid. Vol.1, Caps. 3.5, 4.4. 49. Knorr, W., 1990: The evolution of the Euclidian Elements. D.R.P.Company. Londres. Cap. 5.5. 50. Levi, B., 2001: Leyendo a Euclides. Zorzal, Buenas Aires. 51. Lombardo, L., 1983: La Matemática de Pitágoras a Newton. Laia, Barcelona. Cap. 2.3. 52. Loria, G., 1929: Histoire des sciences mathématiques dans l’antiquité hellénique. Gauthier-Villars, París. Caps. 2.2, 3.1. 53. Mankiewicz, R., 2000: Historia de las Matemáticas. Paidós. Barcelona. Cap.3. 54. Montesinos, J. (Coordinador), 1992: Historia de la Geometría griega. Actas del Seminario Orotava de Historia de la Ciencia. Tenerife. Cap.4. 55. Montucla, J. F., 1968: Histoire des Mathématiques. Blanchard. París. Tomo 1, Libro I, Cap.VII. 56. Neugebauer, O., 1957: The Exacts Sciences in Antiquity. Dover. New York. Cap.2. 57. Nolla, R., 2001: Estudis i activitats sobre problemes clau de la Història de la Matemàtica. Llicència d’estudis. Departament d’Ensenyament, Generalitat de Catalunya. Caps. 1.1.2, 1.2.3, 1.10, 4.2. 58. Pedoe, D., 1979: La Geometría en el Arte. Gustavo Gili, Barcelona. Cap.VI. 59. Pérez, M., 2004: Una historia de las Matemáticas. Visión Net. Madrid. Cap.5.3. 60. Platón, 1969: "Menón" (en Obras Completas). Aguilar, Madrid. 61. Proclus De Lycie, 1948: Les Comentaires sur le premier livre des Éléments d’Euclide. Introd. et notes de P.Ver Eecke. Desclée de Brouwer, Bruges. Commentaire sur le Proposition XLVII. 62. Rey, A., 1962: El apogeo de la ciencia técnica griega. UTEHA, México. Libro I. Caps. 0,2,5. 63. Rey Pastor, J.; Babini, J, 1951: Historia de la Matemática. Espasa Calpe, B. Aires. Cap.2.7, 3.14. 64. Rey Pastor, J.; Babini, J, 1984: Historia de la Matemática. Gedisa. Barna. Vol.1. Caps. 2.1, 3.3, 4.2. 65. Rouse Ball, W, 1906: Histoire des Mathématiques. Lib. Scient. Hermann, París. Caps. 2.2, 4.1. 66. Scott, J. F., 1975: A History of Mathematics. Taylor and Francis, New York. Cap. 2. 67. Smith, D. E., 1958: History of Mathematics. Dover. New York. Vol.1, caps. 3.4, 4.2; vol.2, cap.5.5. 68. Schopenhauer, A., 2004: El mundo como voluntad y representación. Trotta, Madrid. Libro I, 14, 15.
  • 27. El teorema llamado de Pitágoras. Una historia geométirca de 4.000 años 69. Tannery, P., 1887: La géométrie grecque. Gauthier-Villars. París. Caps. 5,6,7,8. 70. Van Der Waerden, B. L., 1983: Geometry and Algebra in Ancient Civilizations. Springer- Verlag. New York. Cap.1. 71. Vega Reñón, L., 1990: La Trama de la Demostración. Alianza Universidad, Madrid. Cap.1. 72. Vera, F, 1963: Breve Historia de la Geometría. Losada. Buenos Aires. Caps. 1,2,4. 73. Vitrubio, 1987: Los Diez Libros de la Arquitectura. Altafulla, Barcelona. Libro IX, cap.II. Artículos de revistas científicas y didácticas 74. Arsac, G., 1987: "L’origine de la démonstration: Essai d’épistémologie didactique". Recherches en Didactique des Mathématiques, 8(3), 267-312. 75. Bacciani, R., 1970: "La matrice del triangolo rettangolo". Periodico di Matematiche. Vol.XLVIII, pp.86–87. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 76. Baravalle, H., 1950: "A model for demostrating the Pytahgorean Theorem". Scripta Mathematica. Vol.16, pp.203–207. Yeshiva University, New York. 77. Bruins, E.: "Pythagorean triads in Babylonyan Mathematics". The Mathematical Gazette, Vol. 41. 78. Chisini, O., 1930: "Osservazioni didattiche sul Teorema di Pitagora". Periodico di Matematiche. Vol.X, pp.166–171. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 79. De Aimas, M., agosto 1984: "Sobre el Teorema de Pitágoras". Revista Números. Sociedad Canaria “Isaac Newton” de Profesores de Matemáticas, nº 10, Tenerife, pp.15–33. 80. Dedò, M., 1961: "Triangoli pitagorici e triangoli eroniani". Periodico di Matematiche. Vol.XXXIX, pp.160–161. Bologna Nicola Zanichelli Editore. 81. González Urbaneja, P. M., Julio de 1988: "No sólo del teorema vivió Pitágoras. Experiencias en el Aula". Revista Comunidad Escolar. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid. 82. González Urbaneja, P. M., 01/1989: "No sólo del teorema vivió Pitágoras" (Taller de Matemática recreativa). Cuadernos de Pedagogía, nº 166, pp.65–66. Barcelona. 83. González Urbaneja, P. M., 11/1991: "Historia de la Matemática: Integración cultural de las Matemáticas, génesis de los conceptos y orientación de su enseñanza". Revista Enseñanza de las Ciencias. ICE Univ. Autòn. de Barcelona, Vice-rectorat d’Investigació de la Univ.València. Vol. 9/nº 3, pp.281-289. 84. González Urbaneja, P. M., 2001: "Legado y herencia de Pitágoras" (en APUNTES DE CPR. Nº 10. pp. 16-21), Palencia. 85. González Urbaneja, P. M., 2001: "La aparición de los inconmensurables". Mundo Científico, nº 220. pp.56–63. Barcelona. 86. González Urbaneja, P. M., 02/04: "La Historia de la Matemática como recurso didáctico e instrumento para enriquecer culturalmente su enseñanza". Revista SUMA (FESPM), núm.45, pp.17–28. 87. Lay–Yong, L; Kangsheng, S., 1983: "Right-Angled Triangles in Ancient China". Archive for History of Exacts Sciences, 24, 1-9. Noviembre 2008 • 2008ko Azaroa 129
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