El documento discute los cambios de opinión sobre la legalización de las drogas de Felipe González y José Antonio Alonso. En 1992, el gobierno de González aprobó una ley que penalizaba el consumo de drogas, mientras que Alonso propuso la legalización. Ahora, González pide la legalización y Alonso se opone, a pesar de sus posiciones anteriores. El documento también analiza cómo las políticas prohibicionistas han fracasado a pesar de los esfuerzos.