La pintura describe la figura de un hombre desnudo, Adán, a punto de ser tocado por el dedo de Dios para darle vida, según el episodio bíblico del Génesis. El fresco forma parte de la decoración del techo de la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel alrededor de 1511 e ilustra la creación del primer hombre según la tradición religiosa.