En Argentina, el uso extensivo de soja transgénica y la fumigación con glifosato han impactado negativamente en la salud de la población, aumentando los casos de cáncer y malformaciones congénitas. Investigaciones han demostrado que el glifosato es tóxico, causando abortos espontáneos y otros problemas de salud, y la población demanda medidas más estrictas para proteger sus comunidades. Las organizaciones han recogido más de 12 mil firmas para exigir cambios en la regulación de agroquímicos mientras los legisladores continúan debatiendo el tema sin avances significativos.