El joven rico le preguntó a Jesús qué más le faltaba para tener la vida eterna, aunque ya había guardado los mandamientos desde su juventud. Jesús le dijo que debía vender todo lo que tenía y darlo a los pobres para así alcanzar la perfección y tesoro en el cielo. El documento insta a los lectores a examinarse a sí mismos humildemente y determinar qué áreas de sus vidas y relaciones les faltan completar o mejorar.