El arte asturiano tuvo su origen en las montañas de Cantabria tras la invasión musulmana y alcanzó su máximo desarrollo en el siglo IX con Ramiro I. Se caracteriza por la arquitectura esbelta con arcos de medio punto y bóvedas de cañón reforzadas con contrafuertes, y por el uso de motivos decorativos nuevos. Sus principales iglesias son Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. También fueron importantes las pinturas murales que cubrían las paredes de las iglesias