Este capítulo explora por qué las mujeres a menudo se sienten atraídas por hombres que otros consideran "pendejos". Señala que este fenómeno ha ocurrido en todas las culturas y épocas, y que a menudo también se cuestiona cómo ciertos hombres logran puestos de poder a pesar de ser considerados "pendejos". El capítulo sugiere que esto se debe a que las personas tienden a creer que ellos mismos podrían hacerlo mejor.