El aprendizaje autónomo permite a cada persona aprender a su propio ritmo, desarrollando habilidades para resolver problemas, analizar información y alcanzar objetivos. Un estudiante autónomo es autocrítico, autoevaluativo, organizado y responsable en su proceso de aprendizaje. Las ventajas incluyen mayor libertad, capacidad crítica, liderazgo y mejores técnicas de aprendizaje, fomentando la independencia y la resolución de problemas.