Los constructores griegos desarrollaron la arquitectura clásica a partir del 500 a.C., construyendo imponentes edificios públicos como teatros, templos y viviendas usando diferentes técnicas. La arquitectura helénica se caracteriza por tres estilos - Dórico, Jónico y Corintio - que varían en su grado de decoración. Estas estructuras se construyeron principalmente con madera, ladrillo, piedra y terracota, aunque en épocas de prosperidad también usaron mármol de gran calidad.