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Ayuda para universitarios
Ayuda para universitarios
Segunda Edición Ampliada
Walter Kühne Covarrubias • Patricia Pérez Marinkovic (Editores) •
Patricia Gallero Pardo • Mónica López Hernando • Omar Matus
Pérez • Beatriz Painepán Sandoval • Claudio Pizarro Hidalgo • Héctor
Rodríguez Moya • Romina Ubilla Corrales • Angélica Larraín Huerta •
Mario Castillo Manzano • Verónica Vásquez Rauch
Guía de Apoyo Psicológico
para Universitarios
Formación Integral y Autocuidado
2011 • Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil,
Universidad de Santiago de Chile
Ecuador 3555, Estación Central, Santiago
Teléfono: 718 2525
E-mail: walter.kuhne@usach.cl y/o dps@usach.cl
Página web: www.dps.usach.cl
Registro de Propiedad Intelectual N° 199.679
ISBN: 978-956-303-112-6
Fotografía de Portada
Karina Severín del Canto
severinkarina@gmail.com
www.flickr.com/photos/karinaseverin
Fotografías contraportada y solapas
Dirección General de Comunicaciones y Asuntos Públicos
de la Universidad de Santiago de Chile
Diseño de Portada
María Rosa Rastello
rositarastello@hotmail.com
Diagramación e impresión
Gráfica Metropolitana
contacto@graficametropolitana.cl
www.graficametropolitana.cl
Tiraje
4.200 ejemplares
Los derechos intelectuales pertenecen a la Universidad de
Santiago de Chile.
El presente texto puede ser reproducido en otros medios sin
necesidad de pedir autorización, sólo es requisito citar la
fuente original.
Guía de apoyo psicológico para universitarios: formación integral y
autocuidado / Walter Kühne Covarrubias, Patricia Pérez Marinkovic (editores);
Beatriz Painepán Sandoval [et al.] – 2ª. ed. ampliada – Santiago: Universidad
de Santiago de Chile, Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil, 2011.
200 p.; 21x13,5 cm.
ISBN 978-956-303-112-6
1.-Estudiantes universitarios-Aspectos psicológicos-Chile. 2.-Orientación
estudiantil en educación superior-Chile. I.- Kühne Covarrubias, Walter, ed. II.-
Pérez Marinkovic, Patricia, ed. III.- Painepán Sandoval, Beatriz.
CDD 378.190983
5
Índice
Prólogo................................................................................................. 7
Introducción a la Segunda Edición............................................ 9
Adaptación a la vida universitaria
Beatriz Painepán Sandoval................................................................. 13
Hablemos de sexualidad
Angélica Larraín Huerta...................................................................... 21
Sexualidad: vivencia e integración
Patricia Gallero Pardo......................................................................... 27
Decálogo de buenas prácticas
en la relación de pareja
Mónica López Hernando.................................................................... 33
Ansiedad ante el rendimiento
Patricia Gallero Pardo......................................................................... 47
Estrategias y hábitos de estudio
Beatriz Painepán Sandoval................................................................. 57
Herramientas para incrementar la autoestima:
fortaleciendo el amor hacia mí
Romina Ubilla Corrales........................................................................ 67
Ni sumiso ni agresivo, sino asertivo: cómo ser
franco, directo y justo en la interacción
interpersonal difícil
Claudio Pizarro Hidalgo....................................................................... 75
Motivación y elección de la carrera universitaria
Patricia Pérez Marinkovic.................................................................... 85
6
Llegar a ser todo lo que se puede llegar a ser:
el desafío de crecer y desarrollarse
al interior de los grupos
Verónica Vásquez Rauch................................................................... 95
Manejo del pánico
Walter Kühne Covarrubias................................................................. 105
Depresión: no puedo dejar de estar triste
Patricia Pérez Marinkovic................................................................... 117
Aprendiendo a ser feliz
Mónica López Hernando................................................................... 125
¿De dónde venimos?, ¿Quiénes somos?,
¿Hacia dónde vamos?: Reflexiones de
un consejero académico
Héctor Rodríguez Moya..................................................................... 143
Estrategias para una entrevista laboral exitosa:
Para universitarios en su último año de carrera
Omar Matus Pérez.............................................................................. 153
El consumo de alcohol y otras
drogas: la adicción y sus efectos
Héctor Rodríguez Moya..................................................................... 163
¿Cómo ayudar a alguien con consumo
problemático de alcohol y otras drogas?
Mario Castillo Manzano..................................................................... 175
Desde la experiencia del consumo de
drogas y alcohol hacia una salud integral
Beatriz Painepán Sandoval................................................................ 185
Reflexiones sobre la promoción del consumo
responsable de alcohol y otras drogas
en un contexto universitario
Walter Kühne Covarrubias................................................................. 191
Los autores......................................................................................... 197
7
Prólogo
Tú, que tienes este libro en tus manos, has ingresado a la Universidad
de Santiago de Chile con la máxima aspiración de convertirte en un
profesional. Para ello, sorteaste numerosas vallas que durante años
ocuparon parte de tus pensamientos: descubrir tu vocación, rendir
académicamente y lograr buenas notas en la enseñanza media. Más
tarde vino la PSU y, ¡felicitaciones!, ya eres un integrante más de esta
Universidad que tiene 161 años de tradición y que te acoge social-
mente responsable, como institución estatal y pública al servicio de la
Nación y sus habitantes.
Los primeros días de vida universitaria son una mezcla de diversas
sensaciones: desde el merecido orgullo por haber logrado esta im-
portante meta, el miedo ante lo desconocido y la nostalgia por los
compañeros con que compartieron durante años.
Es probable que, al pasar los meses, surjan sensaciones que podrían
preocuparte y hacerte decaer anímicamente: las dudas vocacio-
nales (¿será ésta, realmente, la carrera que creía me gustaba?); el
mal rendimiento académico (¿por qué me saqué esta nota yo, que
siempre tuve seis y siete en el colegio?); la falta de tiempo (no seré
capaz de rendir, no me alcanza el tiempo); la nostalgia por la familia
y los amigos, especialmente si eres de regiones (¡me siento tan solo!).
Y suma y sigue.
El proceso de adaptación a la vida universitaria no es fácil, y así lo
experimentamos todos los que hemos pasado por ella. Habrá miles
de dudas, preguntas, pocas respuestas y el camino parecerá hacerse
cada vez más angosto, empinado y difícil.
Está claro que no todos los estudiantes son iguales, porque cada uno
posee su rica individualidad. Por lo mismo, hay algunos más fuertes
para enfrentar las dificultades, y otros más débiles.
8
Prólogo
Ante esta realidad, la Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil
tiene asumida una sola gran misión: apoyar a los estudiantes para
permitirles una estancia enriquecedora y plena.
Sí, reconocemos que pueden venir angustias, pánico, depresión, pro-
blemas vocacionales, interpersonales, etc. Pero hay que tener claro
que miles más pasaron por lo mismo y, con ayuda, sortearon los pro-
blemas.
No son los primeros, ni tampoco serán los últimos. Nada de lo que ex-
perimenten será nuevo para nosotros. Estamos preparados para en-
tregar las herramientas necesarias para vencer cada obstáculo. Sólo
necesitan acercarse a las Unidades y Departamentos encargados de
apoyarlos.
En este caso, el Departamento de Promoción de la Salud Psicológica.
Estimados jóvenes:
Ustedes y sus familias confiaron en nosotros para convertirlos en exce-
lentes profesionales, y lo haremos.
Sin embargo, el desafío nuestro va más allá. Nos interesan los estu-
diantes como personas integrales. Una sociedad crece y se enrique-
ce cuando quienes la construyen a diario aportan sus conocimientos,
pero también sus sentimientos, aspiraciones y su potencial interno.
Por este motivo es que estamos preparados para ofrecerles todo el
apoyo de salud tanto física como mental, espacios de recreación
deportiva, artística y cultural. Estamos convencidos que cuando cre-
cen y vibran con la belleza que los rodea, cuando son capaces de
establecer amistades duraderas, cuando son capaces de levantarse
luego de caer, se harán cada vez más fuertes y mejores personas.
En las siguientes páginas encontrarán muchos caminos y herramien-
tas para vencer los desafíos que trae la vida universitaria.
Recuerden que nadie alcanza el éxito al primer intento. Sólo los tro-
piezos fortalecen.
Para apoyarlos en este camino que inician, estamos nosotros.
Mucha suerte y éxito.
Manuel Arrieta Sanhueza
Vicerrector de Gestión y Desarrollo Estudiantil
Universidad de Santiago de Chile
9
Introducción
a la Segunda Edición
Contar con una segunda edición de este libro de autoayuda para
universitarios, nos llena de satisfacción como equipo de profesionales
del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la Univer-
sidad de Santiago de Chile.
Cuando escribimos la primera edición, teníamos la certeza de que
podía constituirse en un apoyo para cientos de estudiantes que ingre-
san año a año a la educación superior en nuestro país. Sin embargo,
para todo nuestro equipo fue una grata sorpresa la excelente recep-
ción con la que contó el libro desde su publicación, ya que superó
todas nuestras expectativas. Desde entonces, nos han solicitado el
libro como material de apoyo en diversas instituciones, tales como
colegios, institutos y universidades. Nos han manifestado que nuestro
libro se ha constituido en un aporte para estudiantes que ingresan
a la educación superior, para quienes ingresarán próximamente e,
incluso, para los padres de estos jóvenes.
En la primera edición presentamos los temas más relevantes dada su
frecuencia en las consultas psicológicas de los universitarios. Sin em-
bargo, siempre quedan temas relevantes sin ser abordados por pro-
blemas de espacio, principalmente. Ahora, a través de esta segunda
edición ampliada incorporamos nuevas temáticas vinculadas funda-
mentalmente a la temática del autocuidado y a la responsabilidad
personal en la conducción del proyecto de vida estudiantil. Por lo
que los lectores encontrarán en esta nueva edición los mismos con-
tenidos de la primera versión complementados con nuevos capítulos.
En esta etapa, existen diversos aspectos del desarrollo psíquico que
se movilizan de forma paralela, por lo que el adolescente no sólo se
plantea la elección de una carrera que otorgue forma y curso a sus
10
talentos y a la manera en que aportará a la sociedad y se realizará él
mismo, sino que también toman cuerpo otros aspectos, tales como la
vivencia de la sexualidad, la intensificación de la convivencia a tra-
vés de redes sociales y, muchas veces, la exploración de la diversión
a través del alcohol y las drogas.
El protagonismo de estos temas se intensifica fuertemente en esta
etapa de la vida, implicando la necesidad de aumento de la res-
ponsabilidad personal y del hacerse cargo de manera autónoma del
autocuidado de cada uno.
Para muchos jóvenes, ingresar a la universidad es sinónimo de mayor
libertad, ya que queda en el pasado el sistema escolar en el cual ge-
neralmente los límites han estado impuestos desde el exterior. No obs-
tante, lo que ocurre en la etapa universitaria es simplemente que el
foco del control cambia manifiestamente desde el exterior al interior.
Es decir, es el mismo joven quien debe fijar los límites de su conducta,
autorregularse. Este cambio implica necesariamente el desarrollo de
la capacidad de manejar la propia libertad, establecer límites perso-
nales y definir la forma en que cada uno se enfrentará a esta nueva
experiencia de vida, disfrutando de la oportunidad de poder cons-
truir el sueño que tiene para sí mismo y procurando evitar riesgos que
puedan poner en jaque la estabilidad emocional y el proyecto plan-
teado. Es decir, esta mayor libertad implica, sin excepción alguna, un
aumento en el nivel de responsabilidad personal.
Hablar de responsabilidad a los jóvenes suele sonar árido, pues evoca
discursos “adultos” y sin mucho sentido para quienes desean disfru-
tar de la libertad de esta nueva etapa. Sin embargo, aclaremos un
poco a qué nos referimos al hablar de responsabilidad. No hacemos
referencia meramente al cumplimiento de normas externas. Sin ex-
cluir la necesidad de atender a las normas sociales, nos referimos a
la responsabilidad personal. Es decir, a la responsabilidad que cada
uno tiene para consigo mismo. Uds. han tomado una decisión inmen-
samente importante al escoger una carrera, la elección vocacional
definirá sus vidas. Es una determinación que debe ser hecha con
enorme responsabilidad. Es decir, con autoconocimiento y con un
proyecto de vida medianamente claro, saber quién soy y qué vida
quiero para mí a futuro.
Pero la responsabilidad para con Uds. mismos no se agota en la elec-
ción vocacional. Ahora vienen años de estudio donde el esfuerzo y
la diversión deberán ser regulados para lograr las metas personales.
Introducción
guía de apoyo psicológico para universitarios
11
Es decir, la responsabilidad personal es tomar cada día las decisiones
adecuadas para lograr realizar tu vocación y avanzar en tu proyecto
de vida.
Esperamos que los capítulos de este libro te ayuden en esta empresa.
No haremos referencia a los capítulos que están incluidos en la prime-
ra edición, pues se comentan en la introducción a la primera edición
que puedes encontrar unas páginas más adelante. Les invitamos de
manera especial a la lectura y reflexión de los nuevos capítulos:
“Hablemos de sexualidad”: en éste se entregan orientaciones y res-
puestas a algunas de las interrogantes más frecuentes en los jóvenes
en edad universitaria, poniendo énfasis en el acceso a la información
que permita la salud sexual evitando riesgos en esa área.
“Sexualidad, vivencia e integración”: se entregan herramientas psico-
lógicas para facilitar la reflexión acerca de la vivencia emocional de
la sexualidad y las principales interrogantes respecto a ese ámbito.
“Llegar a ser todo lo que se puede llegar a ser, el desafío de crecer
y desarrollarse al interior de los grupos”: se plantea la importancia de
permitirse explorar la espontaneidad y la creatividad para la manifes-
tación de una vida psíquica saludable, conectada con el entusiasmo
y con el compromiso con la propia existencia. En este contexto, el
permitirse la exploración del trabajo en grupos de desarrollo personal
y grupos terapéuticos en nuestra universidad o en otras instancias, es
una excelente oportunidad de ampliar el repertorio personal de con-
ductas, vivencias, emociones y formas de pensamientos.
“¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y
otras drogas?”: se entrega información concreta acerca de las dis-
tintas etapas del consumo, desde que se inicia hasta que ya es pro-
blemático. Desde esa perspectiva, también se especifican las etapas
asociadas al cambio y cuándo se requiere intervención a través de
un tratamiento. Se delinean sugerencias y consejos tanto para quien
pudiese vivir de manera personal el problema, como para quienes
pudiesen observar el problema en otro. Se entregan, además, algu-
nos consejos prácticos para pasarlo bien, sin exponerse a riesgos.
“Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una
salud integral”: aborda la experiencia terapéutica y los testimonios
de alumnos tratados en psicoterapia por consumo problemático de
drogas y alcohol.
“Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable de alcohol
y otras drogas en un contexto universitario”: analiza lo que. implica el
12
consumo de estas sustancias en los universitarios, ya que como equi-
po de profesionales del área de la psicología, nos resulta imposible no
plantearnos preguntas acerca de esta problemática actual y el senti-
do que representa para los jóvenes y para el resto de la sociedad. Sin
duda, es un ámbito que requiere de análisis y debate en torno a esta
compleja problemática.
Los invitamos cordialmente a leer esta nueva edición, esperamos les
sea de utilidad. Sabemos que hay más temas que podrían incluirse,
pero el espacio no nos permite incluirlos todos. Sin embargo, estos
y otros temas los abordamos en textos que se publican en nuestra
página web www.dps.usach.cl. Los invitamos cordialmente a visitarla.
Agradecemos todo el apoyo que se nos ha brindado para que una
vez más este libro pueda manifestarse e ir a cumplir con su misión en
las cientos de manos de nuestros queridos universitarios. Muy espe-
cialmente, agradecemos el apoyo de Manuel Arrieta a esta y tantas
otras iniciativas.
Un saludo afectuoso a nombre de todo el equipo del DPS y nuestros
sinceros deseos de éxito en esta nueva etapa de sus vidas.
EDITORES 2ª EDICIÓN
Patricia Pérez Marinkovic Walter Kühne Covarrubias
Coordinadora Departamento de
Promoción de la Salud Psicológica
Universidad de Santiago de Chile
Director Departamento de
Promoción de la Salud Psicológica
Universidad de Santiago de Chile
Introducción
13
Adaptación a la vida universitaria
Beatriz Painepán Sandoval
En este artículo podremos revisar lo que significa para ti el ingreso a la
universidad y tu adaptación a ella.
Terminar la etapa de la educación secundaria e ingresar a la educa-
ción superior corresponde, sin duda, a un periodo de transición im-
portante y a una experiencia única como cambio de etapa de vida.
En este sentido, es posible describir los cambios observables y eviden-
tes, como por ejemplo:
•	 Dejar el lugar físico del colegio, el uniforme escolar, las reglas es-
trictas de comportamiento, de presentación personal, muchas
veces, un ambiente protector o sobreprotector de los profesores
y padres.
•	 Ingresar a la Universidad se asocia a la incertidumbre de un lu-
gar nuevo de estudios, sin uniformes, sin reglas externas y estrictas
sobre la vestimenta, el horario y el comportamiento, con plena
libertad de manejar el tiempo personal y estudiando una carrera
a la que optamos. Esta elección puede estar acompañada de
gran motivación o entusiasmo, así como de sentimientos diversos
y, a veces, confusos.
Meryem le Saget (en Montaner, 2002) señala que es necesario distin-
guir entre el significado del cambio y la transición. El cambio es enten-
dido como la modificación exterior de una situación en el tiempo. Es
objetivo, real, palpable, se puede anticipar y se ubica en un momen-
to determinado, como por ejemplo todos los cambios anteriormente
señalados.
Sin embargo, la transición como proceso de adaptación es un fenó-
meno personal, interior, que no se ve y que no está relacionado con
un tiempo determinado. Más bien responde a la repercusión personal
de los cambios externos que se han producido. En este sentido, existe
una transición para cada persona, y un ritmo o periodo distinto tam-
bién para sobrellevarla. Es la consecuencia humana y personal del
cambio.
Por lo tanto, el proceso personal de adaptación a la vida universi-
taria estará vinculado a múltiples factores. Entre ellos se encuentran
Beatriz Painepán Sandoval
14
factores ambientales, como el lugar físico de tus estudios, apoyo u
obstáculos de índole familiar y factores personales como el interés,
motivación por la carrera, características de personalidad que te per-
miten asimilar con mayor o menor facilidad los cambios enfrentados.
La familia puede ayudar o perturbar en tu proceso de adaptación:
Ingresaste a la Universidad ¡qué alegría! ¡qué orgullo! ¡qué emoción!
Para los padres, hermanos y otros parientes, quien estudia ingeniería
pasa a ser, de un día para otro y sin título aún, el ingeniero de la fami-
lia, el profesor o el médico… hasta los amigos nos pueden mirar con
otros ojos... Las buenas intenciones pueden convertirse para quien se
siente incómodo o inseguro en elementos de presión de índole emo-
cional, alimentar autoexigencias excesivas o malestares emociona-
les. Del mismo modo, la familia puede ser fuente de apoyo y consejo
para vivir mejor este periodo de adaptación, puede interesarse en
saber cómo te sientes y aconsejarte para enfrentar mejorar este pro-
ceso.
Al ingresar a esta nueva etapa de vida, tanto la familia como el alum-
no pueden ir modificando la imagen que tienen sobre el o la joven. La
familia puede cambiar la percepción o imagen sobre su propio hijo,
hermano o pariente que ingresa a la educación superior. Pueden, por
ejemplo, considerarlo más o menos responsable, maduro de cómo lo
veían anteriormente. De la misma forma, el estudiante novato puede
modificar la percepción que tiene sobre sí mismo, sobre su capaci-
dad de trabajo, de habilidades o la seguridad, entre otras.
Desde niños, nosotros mismos creamos una imagen de cómo será
“entrar a la universidad”, preconcepciones de la forma o el estilo
de vida de qué es “ser universitario”. Las opiniones de los padres, los
hermanos, otros familiares, los profesores y las conversaciones con los
amigos han influido en la formación de estas expectativas.
¿Puedes recordar, previo a tu ingreso a la Universidad, cuáles eran tus
expectativas y sueños?...
•	 Conocer personas, compañeros, profesores o grupos de personas
con intereses similares a los tuyos donde poder discutir, con mayor
profundidad, temas que te motivan.
•	 Aprender más, fascinarse por el conocimiento y la sabiduría que
se trasmiten en las aulas universitarias.
•	 Conocer gente nueva, amigos y amigas con inquietudes similares,
provenientes de diversos lugares del país o del extranjero.
guía de apoyo psicológico para universitarios
Adaptación a la vida universitaria
15
•	 Emociones contradictorias donde aparece el miedo como un
fantasma que te puede habitar. Miedo a personas descono-
cidas, a enfrentar altas exigencias académicas, entre otras,…
¿seré capaz?
•	 Ingresar a estudiar una carrera que, a la imagen de la familia y los
amigos queda bien, pero que en verdad no es del mayor interés
personal, porque el interés vocacional es otro, no se conoce o
la elección de esta carrera fue para lo que alcanzó el puntaje;
la mejor alternativa considerando las circunstancias personales y
familiares.
•	 Un ambiente competitivo, vivido también así en los años escolares
previos, y que ahora se contrasta con la realidad universitaria. “Es
difícil”, escuchas frecuentemente ¿en qué lugar quedaré si estar
en la universidad lo siento como una competencia?
•	 Un espacio para vivir los principios y los valores propios, la amistad,
la solidaridad, la justicia, los ideales. Un lugar de expresión y desa-
rrollo personal que se experimentará en la participación activa en
diversos grupos, como por ejemplo: grupos políticos, de trabajos
universitarios, los grupos solidarios, entre otros.
•	 Un ambiente de acogida y gratificante, un campo de batalla o
de rechazo personal…
La vivencia de la adaptación a la universidad puede incluir una o va-
rias de las imágenes anteriores u otras muy personales, las que serán
acompañadas por la incertidumbre durante un plazo que puede ser
más breve o extenso.
Así lo confirma Díaz (2008), quien señala que los primeros meses de in-
greso a la universidad corresponde a una etapa de transición donde
los estudiantes calibran sus expectativas sobre la institución y lo que
realmente es la institución según sus propias observaciones.
Este proceso o periodo de adaptación inicial también es considerado
uno de los periodos críticos en la trayectoria estudiantil. Montes (2002)
señala que inmediatamente después del ingreso a la institución, en
particular en las primeras seis semanas o primer semestre, los alumnos
pueden presentar dificultades. Esto se atribuye al ambiente en algu-
nas grandes universidades, donde los estudiantes se sienten obliga-
dos a transitar desde el ambiente conocido y relativamente seguro
del colegio, al mundo en apariencia impersonal de la universidad, en
el cual deben valerse por sí mismos, tanto en las aulas como en los
distintos espacios institucionales. La rapidez y el grado de la transición
Beatriz Painepán Sandoval
16
puede plantear serios problemas en el proceso de ajuste a muchos
estudiantes que no son capaces de cumplir con las exigencias en
forma independiente. La sensación de estar ‘perdido’ o de no ser
capaz de establecer contacto con otros miembros de la institución
expresa, en parte, la situación anímica que pueden vivenciar muchos
estudiantes.
El problema de la transición en la universidad puede ser común para
una diversidad de estudiantes, no sólo para aquellos que pasan des-
de la enseñanza media a una institución de educación terciaria o
universitaria, con grandes espacios para la vida académica, sino
que, también, es una cuestión no menos importante, en aquellas ins-
tituciones que reciben estudiantes de generaciones anteriores. Para
el estudiante que ingresa a la universidad y lleva más de un año fuera
del sistema educacional formal también puede resultar traumática
la transición entre el entorno del hogar o del trabajo y el ambiente
juvenil de la institución universitaria (Tinto 1989). Así mismo, los proble-
mas originados en la transición pueden ser igualmente severos para
jóvenes provenientes de comunas rurales y pertenecientes a estratos
socioeconómicos bajos, ya que, en términos relativos, poseen condi-
ciones económicas y sociales desventajosas al ingresar a una universi-
dad o carrera que posee mayoritariamente estudiantes pertenecien-
tes a los estratos socio económicos y culturales más altos.
Más allá de los estudios y las estadísticas, el ingreso a la educación
superior es una opción de los estudiantes en la cual, en la mayoría
de los casos, las personas se encuentran dispuestas a la apertura, el
aprendizaje y vivenciar experiencias nuevas con gran entusiasmo.
Las experiencias son llamadas como tales porque nadie más las pue-
de vivir por uno… más que uno mismo…. y, en ese sentido ingresar
a la educación superior… entrar a la universidad, puede ser una ex-
periencia enriquecedora desde lo intelectual, emocional y social o
puede vivirse como una experiencia frustrante, descalificadora de los
propios potenciales, de sueños y esperanzas.
A pesar de nuestra buena disposición, ¿qué tipo de dificultades po-
drían presentarse en el primer año de estudios universitarios?
Posibles dificultades asociadas a:
•	 Ritmo de estudio o presión por la carga académica. Con la me-
jor intención que se demuestre, probablemente durante el primer
año de estudios obtengas alguna o varias calificaciones muy ba-
jas o tengas que enfrentarte a la reprobación de algún ramo y ex-
perimentar la frustración que surge. De la misma forma, es posible
guía de apoyo psicológico para universitarios
Adaptación a la vida universitaria
17
que debas aceptar que la presión del trabajo académico es fuer-
te y permanente. En estas circunstancias, adquiere relevancia so-
brellevar las frustraciones como parte del proceso de aprendizaje
y generar estrategias para sobrellevar las dificultades: preguntar
las dudas en clases, a los profesores y compañeros. A la vez, es
posible investigar, aprender o pedir ayuda en relación al manejo
de estrés, mejorar los hábitos y estrategias de estudio, así como
reforzar nuestra autoestima, entre otros.
•	 Dudas vocacionales e intención de cambiarse o retirarse de la
carrera. Según un estudio nacional, los factores o causas más fre-
cuentes de deserción de los alumnos universitarios en primer año
se deben a problemas vocacionales, situación económica fami-
liar y/o rendimiento académico (Centro de Microdatos, 2008).
Para enfrentar estas dificultades, es necesario acudir a las redes
de apoyo: conversar con los familiares y amigos, así como solicitar
apoyo de otras instancias de la universidad cuya función es pres-
tar servicios de orientación vocacional, apoyo económico o de
rendimiento.
•	 Incomodidad social, malestar emocional o físico relacionado con
la participación en las aulas universitarias o actividades propias de
la universidad. Es importante recurrir a los servicios de salud corres-
pondientes, pues en ocasiones durante el proceso de adaptación
a la vida universitaria pueden surgir síntomas físicos o psicológicos
que requieren de ayuda especializada.
¿Cómo vivir de la forma más enriquecedora posible el ingreso a la
etapa de la vida universitaria?
Es importante invertir tiempo para asumir que este es un periodo per-
sonal de adaptación. Entonces, cabe reflexionar y decidir, de forma
individual, sobre qué acciones tomar, qué actitudes adquirir, entre
otras, para sobrellevar mejor el paso de la vida de estudiante secun-
dario a estudiante universitario.
Si no nos encontramos frente a dificultades mayores o bien estamos
en disposición de adaptarnos con entusiasmo a nuestra vida univer-
sitaria, recuerda:
•	 Fomentar la confianza en ti mismo. Cada uno de los alumnos se-
leccionados para ingresar a la universidad ya logró aprobar con
éxito un proceso de selección. Esto significa que no es relevante
qué lugar obtuviste al ingresar, significa que desde la institución
se reconocen tus méritos y que cuentas con las aptitudes bási-
Beatriz Painepán Sandoval
18
cas para desempeñarte satisfactoriamente en tu carrera. Cada
persona posee características particulares que lo diferencian de
los demás, métodos individuales para aprender, tiempos y ritmos
diferentes. Confía en tus propias capacidades, recuerda que lo
importante es que logres sentir que estás aprendiendo y que, a
futuro, ser un buen profesional no necesariamente se relacionará
en forma directa con haber obtenido las mejores calificaciones.
El éxito profesional se relaciona también con otras habilidades,
como por ejemplo las habilidades sociales, que se desarrollan
también en otras actividades de índole artísticas, deportivas, so-
ciales, entre otras. La educación universitaria debiera ser conce-
bida como una formación integral, formadora de personas. Ello
implica aprendizaje de conocimientos especializados junto con el
desarrollo de aptitudes y habilidades personales.
•	 Redefinir expectativas. Muchos estudiantes universitarios poseen
una imagen de sí mismos que se caracteriza por ser un buen alum-
no. Generalmente esa definición se asocia en la educación bási-
ca y secundaria con la obtención de resultados académicos so-
bresalientes en forma habitual. La exigencia universitaria implica
capacidades intelectuales y, además, otras habilidades de índole
organizativa, social. Ofrece también la posibilidad de desarrollar
intereses y habilidades artísticas y deportivas, entre otras, que re-
quieren tiempo y dedicación. Redefinir las expectativas alude a
responder la pregunta de cómo quieres vivir la vida universitaria,
cúales serán tus prioridades según tu tiempo, capacidades, apti-
tudes, intereses, ideales y circunstancias personales y/o familiares.
	 Un aspecto esencial a considerar al plantearse los objetivos perso-
nales para la etapa universitaria es hacerse cargo o responsable
del tiempo personal disponible, estudiando lo suficiente para res-
ponder satisfactoriamente a las exigencias académicas que asu-
mimos como compromiso personal al ingresar a la universidad. En
este sentido, es básico, por ejemplo, asistir a clases puntualmente
y en forma habitual.
•	 Conocer el lugar físico y sus oportunidades. Es frecuente escu-
char durante el último año de los estudios universitarios decir a los
alumnos “me hubiera gustado haber aprovechado más la univer-
sidad”. Muchas veces aludiendo a los servicios, talleres, oportuni-
dades de participación de grupos de intereses especiales, conve-
nios de la institución, entre otros. Una buena forma de sentirse bien
en un lugar nuevo es darse el tiempo para conocerlo y todas las
guía de apoyo psicológico para universitarios
Adaptación a la vida universitaria
19
posibilidades y alternativas de participación y apoyo que ofrece.
Ello significa superar el miedo a preguntar y practicar una acti-
tud de apertura y búsqueda activa a nuevas oportunidades de
aprendizaje ofrecidas desde la institución que, sin duda, te apo-
yarán en el proceso de tu autoconocimiento, de identificación
de potencialidades o apoyarán el desarrollo de habilidades que
deseas mejorar.
•	 Conocer mejor tu carrera. La visión de una carrera suele ser con-
vencional o estereotipada si no se conoce realmente en profundi-
dad. Es importante conocer tu carrera en cuanto a la carga aca-
démica, asignaturas que implica, así como los talleres optativos,
las posibles prácticas o pasantías asociadas. De la misma forma,
es importante interiorizarse sobre aquellas innovaciones asocia-
das a su desarrollo en la actualidad, cuyas aplicaciones pueden
influir en tu motivación y entusiasmarte con ella aún más. Una mis-
ma carrera, hoy en día, puede presentar diversas posibilidades de
aplicación y desarrollo, por esto es necesario que creas en ti y en
tu vocación, pues las grandes innovaciones surgen de personas
que se han atrevido a crear y creer en sus proyectos.
	 Por otra parte, el ambiente o cultura propia de los estudiantes
de una especialidad, es creada y promovida por los propios es-
tudiantes, por ello es bueno atreverse a participar y fomentar un
ambiente social que quisieras experimentar. A la vez, esta acti-
tud se puede convertir en un mecanismo eficaz para lograr una
adaptación rápida.
•	 Dejarse ayudar. Todos los alumnos universitarios nuevos vivencian
este periodo de acostumbramiento, es decir, junto contigo, hay
muchas personas que están viviendo este proceso de adapta-
ción, en mayor o menor grado, de forma similar a tu experiencia.
En este sentido, compartir las dificultades con los compañeros y
amigos, así como con el grupo familiar es un apoyo necesario que
puede ser de ayuda en esta situación y en situaciones futuras,
por lo tanto, se sugiere hacerlos partícipes de esta experiencia
y cultivar estas redes de apoyo. En este sentido, una actitud de
humildad puede ser una buena aliada.
•	 Dudarlo todo. En la etapa de la adolescencia o de la adultez
emergente es frecuente experimentar periodos de dudas y confu-
sión. El periodo de la adolescencia se caracteriza por experimen-
tar cambios corporales, psicológicos, deseos de independencia,
cambios de intereses, inseguridad, entre otros. Por ello, es necesa-
Beatriz Painepán Sandoval
20
rio disponerse a que se pueden vivir crisis o periodos de confusión
como situaciones normales dentro del desarrollo humano sano y
que se encuentran en la familia, amigos y la universidad misma
alternativas de apoyo destinados a acompañarte en la clarifica-
ción de esas dudas.
•	 Enfrentar las experiencias nuevas con optimismo. La experiencia
universitaria suele ser un periodo de vida muy estimulante y satis-
factorio desde el aspecto intelectual y social, por ello la predispo-
sición debiera ser la más positiva posible. Muchos estudiantes uni-
versitarios son entusiastas estudiantes, deportistas, artistas o todo
ello a la vez. En la medida que se van adquiriendo compromisos
personales, se mantienen con perseverancia y se disfrutan los lo-
gros del esfuerzo personal, la universidad puede ser un universo de
posibilidades. El optimismo es gratis y básico en una personalidad
sana. Soñar también y es posible soñar con las mejores oportuni-
dades para ti desde el mismo lugar en que te encuentras.
La invitación, entonces, es a disponerse con apertura y optimismo a
conocer y disfrutar de un mundo nuevo por descubrir…
Referencias
Centro de Microdatos (2008). Estudio sobre causas de la deserción universitaria.
Departamento de Economía. Universidad de Chile.
Díaz Peralta, Christian. Modelo conceptual para la deserción estudiantil univer-
sitaria chilena. Estudios pedagógicos. [online]. 2008, vol. 34, nº. 2, pp. 65-86.
ISSN 0718-0705. (Consultado noviembre 2009).
Montaner. R. (2002) “Leonardo, el primero que se comió el queso”. Editorial Ges-
tión 2000. España.
Montes, H. (2002). La transición de la educación media a la educación superior,
Retención y movilidad estudiantil en la educación superior: calidad en la
educación, pp. 269-276. Publicación del Consejo Superior de Educación.
Santiago.
Tinto, V (1989). Definir la deserción: una cuestión de perspectiva. Revista de Edu-
cación Superior n° 71, ANUIES, México.
21
Hablemos de sexualidad
Angélica Larraín Huerta
Sí, la tuya, la mía, la nuestra. La sexualidad de este grupo selecto de
jóvenes que ha logrado superar exitosamente las exigencias acadé-
micas y ha ingresado, en un porcentaje importante, a la carrera de
sus sueños. En ella deberás adaptarte, probablemente, a un sistema
diferente al que estabas acostumbrado, en donde los límites y el po-
der de decisión sólo dependen de ti. Es aquí donde queremos acom-
pañarte, no en un sentido coercitivo sino apoyándote en la toma de
decisiones, de manera informada, sana, libre y responsable.
Sexualidad
El cómo los seres humanos vivenciamos la sexualidad se encuentra
directamente influenciado por nuestras creencias, la historia y la cul-
tura; de igual forma, el cómo se relacionan los individuos del sexo
opuesto se ha ido modificando en el tiempo, por lo que podría consi-
derarse que nuestra concepción actual de sexualidad es el producto
de un largo camino en la historia.
Hablar de sexualidad debiera ser bastante simple, debido a que
ésta es una situación inherente al ser humano, que nos acompaña
desde nuestro nacimiento, más aún desde la vida intrauterina. En el
sentido más amplio, no sólo se expresa en pareja, sino también en
las relaciones con los padres, amigos, abuelos, etc., estableciéndose
por el contacto a través de los besos, caricias, hasta el acto sexual;
satisfaciendo no sólo necesidades físicas sino también emocionales y
comunicacionales.
Pero, en general, ¿es un tema de conversación frecuente?, ¿podrías
decir que emerge espontáneamente en el contexto de una conver-
sación de sobremesa, en familia? Y si se habla una situación compleja
de tipo sexual ¿la hablamos fluida y relajadamente, como si fuera la
planificación de un carrete nocturno? Creo, sin temor a equivocarme,
que varias de estas preguntas tendrán en general un no por respuesta.
Esto quiere decir que pese a la simplicidad de la cual hablamos, ésta
es una de las tareas más difíciles que ha emprendido el hombre. Ade-
más, se ha visto dificultada por la carencia de criterios para juzgar
el éxito y a una deficiente educación sexual, entre otras. Surgiendo
22
Angélica Larraín Huerta
frecuentemente entre nosotros, las siguientes preguntas: ¿cómo sé si
soy exitoso en la búsqueda del placer?, ¿lo estoy haciendo tan bien
como debo?, ¿Podría aumentar el placer si utilizara otros métodos?,
etc. Muchas de estas preguntas no están contestadas, por lo que se
hace imprescindible la orientación y comprensión del tema.
Por este motivo encontrarás, a continuación, orientaciones y respues-
tas a algunas de las interrogantes más frecuentes que se hacen los
jóvenes de tu edad, las cuales esperamos te sean beneficiosas para
disfrutar responsablemente de una salud sexual reproductiva más
sana, libre, informada y sin riesgos.
Respuesta sexual
En esta etapa de sus vidas, la motivación hacia la práctica sexual no
será la misma en todos, más aún, habrá algunos que decidan poster-
gar la actividad sexual en pareja a etapas posteriores.
Pero si ya posees una vida sexual activa, es importante que sepas
que la velocidad e intensidad de la respuesta sexual puede variar
bastante entre una relación sexual y otra, en una misma persona, al
igual que durante la masturbación la totalidad de las fases es a me-
nudo más rápida, incluso en la mujer, contrastando esta situación con
la extendida creencia o mito de que ésta es siempre más lenta en
responder que el hombre.
En el varón, la erección del pene suele ser un signo temprano de ex-
citación sexual y una vez conseguida ésta puede perderse y recu-
perarse varias veces durante el juego sexual que precede al coito.
Una consulta muy frecuente con relación al tamaño del pene, es si
éste en erección es proporcional al órgano fláccido y con relación a
esto y tal como han demostrado Masters y Johnson, puedo decir que
el aumento de tamaño de un pene pequeño es proporcionalmente
mayor que el de un pene grande y su tamaño no posee relación con
el goce o satisfacción sexual de la mujer.
También es necesario definir que el logro del orgasmo, en ambos se-
xos, depende de un proceso de aprendizaje a lo largo del tiempo
y como cualquier otra capacidad humana, debe primeramente ser
descubierta a través de experiencias repetidas. Pero el aprendizaje
sexual no se refiere únicamente al aprender “técnicas” o posturas
como quien aprende recetas de cocina, sino saber que no hay nada
de perverso ni anormal en ello, que debe ser agradable y deseado
por ambos miembros de la pareja; es también quitar de nuestra vida
guía de apoyo psicológico para universitarios
23
Hablemos de sexualidad
los mitos y creencias y realizar lo que sea bueno para ambos, tanto en
el ámbito físico como en el amoroso.
Es importante destacar que no es infrecuente el no experimentar or-
gasmo, a pesar de existir un alto grado de excitación sexual en ambos
sexos. En la mujer se ha comprobado científicamente que siempre es
la estimulación del clítoris la que produce el orgasmo, representando
éste el órgano central del placer femenino.
En los hombres, la eyaculación puede producirse en ausencia de
erección y viceversa y la mayor parte de ellos son capaces de con-
seguir una continencia voluntaria sobre el reflejo eyaculador y la in-
capacidad de ésta genera un trastorno llamado eyaculación precoz.
La última fase de la respuesta sexual corresponde al período refracta-
rio, en donde se produce la regresión de los cambios producidos en
las fases anteriores, en algunos de nosotros aparecerá como primer
signo de regresión, una sudoración en todo el cuerpo y su intensidad
es proporcional a la del orgasmo.
El acto sexual es una de las grandes expresiones de la comunica-
ción, por lo que una mala comunicación sexual podría indicar una
mala comunicación en otros aspectos de nuestra vida. Por último, co-
mentar que existen variados elementos que pueden y van a influir en
nuestra capacidad de respuesta sexual, los cuales poseen relación
con la edad, el estrés, el cansancio, consumo de drogas y algunas
enfermedades y medicamentos, entre otras.
Riesgos de la práctica sexual
Creo que lo primero que debemos tener claro es que, en general, no
todas las prácticas sexuales poseen el mismo riesgo. Por ejemplo, éste
será mayor durante la actividad coital, ya sea vaginal, anal o buco
genital y el riesgo irá disminuyendo en la medida que se trate solo de
caricias.
Sólo abordaremos dos de los riesgos a los cuales podrás verte enfren-
tado durante esta etapa universitaria, debido a la frecuencia que
estos suponen a tu edad. Estos serán las infecciones de transmisión
sexual (ITS) y el embarazo no deseado (END) o no planificado.
No pretendo profundizar acerca de las infecciones de transmisión se-
xual y los riesgos ante la actividad sexual sin protección anticoncep-
tiva, sino más bien espero poder orientarlos hacia su prevención, en
base a la adopción de conductas menos riesgosas.
24
Angélica Larraín Huerta
Infecciones de transmisión sexual – Embarazo no deseado
La posibilidad de contraer una infección de transmisión sexual, es
un tema que preocupa permanentemente a los jóvenes, pero esta
preocupación no sólo la tienen ustedes sino también los profesionales
relacionados con la salud sexual reproductiva, que trabajamos con
jóvenes. Esto se debe a que este tipo de infecciones se relacionan
fuertemente con infertilidad y enfermedades que pueden provocar
incluso la muerte, como es el caso del cáncer cérvico uterino en la
mujer y el SIDA.
La mejor forma de evitarlas es la fidelidad al interior de la pareja, pero
esta debe ser practicada por ambos, ya que al ser practicada sólo
por uno de ustedes se verán enfrentados al mismo riesgo.
Tengo claro que ser fiel en esta etapa de sus vidas puede ser para
algunos una situación algo difícil, más aún considerando que quizá la
pareja que poseen, si es que la tienen, no será necesariamente quien
los acompañe en su proyecto de vida futuro. Pero ese es el reto al
que los invito a formar parte, el de asumir el compromiso con ustedes
mismos y su pareja, mientras la relación se mantenga.
Si la fidelidad no se encuentra dentro de tu estilo de vida, o bien, a
pesar de ser fiel no posees claridad de la conducta sexual de tu pare-
ja, ya sea hombre o mujer, es necesario el uso del preservativo (con-
dón) desde el inicio de la actividad sexual hasta el término y no sólo
previo a la eyaculación, ya que con esta conducta estarán evitando
el riesgo no sólo de una infección de transmisión sexual, sino también
de un embarazo no deseado.
Mantener un preservativo en tu mochila es recomendable en esta
época de la vida, ya que normalmente la actividad sexual no será
programada con anticipación y su uso además de evitar aquellas
infecciones comúnmente conocidas por ustedes, tales como hongos,
tricomonas, gonorrea, sífilis, herpes, SIDA, entre otras, también los pro-
tegerá de contagiarse del virus papiloma humano (HPV), productor
de cáncer cérvico uterino en la mujer.
Si has tenido actividad sexual no protegida y piensas que puedes pre-
sentar algún tipo de infección de transmisión sexual, es importante
que acudas a un profesional médico o matrona, que pueda determi-
nar su existencia y de ser así tratarla. Es relevante también que comu-
niques a tus parejas sexuales esta situación, por dos motivos principal-
mente: no contagiar a otros y no reinfectarse, debido a que tu pareja
también debe ser tratada.
guía de apoyo psicológico para universitarios
25
Hablemos de sexualidad
Respecto al tema del embarazo no deseado, debes saber que exis-
ten otros métodos anticonceptivos a los cuales puedes acceder, con-
siderados reversibles y de mayor eficacia anticonceptiva; entre ellos
se encuentran los anticonceptivos hormonales, “pastillas anticoncep-
tivas” y el dispositivo intrauterino o “T de cobre”. Estos métodos deben
ser indicados por un especialista, quien basándose en tus anteceden-
tes y necesidades, indicará el método más apropiado para ti. De esta
forma evitarás los riesgos producto de la automedicación y la falta de
información adecuada acerca de ellos.
Es frecuente que los jóvenes se pregunten si las pastillas anticoncepti-
vas mantienen su efecto anticonceptivo durante los períodos de des-
canso, en las pastillas placebo o en la menstruación; la respuesta es sí.
En la medida que el método sea usado regularmente y sin olvidos, se
mantendrá su eficacia anticonceptiva y la protección durante todo
el ciclo.
Estimados jóvenes, espero que lo descrito anteriormente les sirva de
apoyo y oriente su accionar en los temas relacionados con salud se-
xual y reproductiva. Es claro que hay muchos temas que por motivos
de espacio no se han podido abordar y que seguramente generan
en ustedes muchas dudas. Por este motivo, los quiero invitar a ingresar
a la página www.musachile.cl y participar de los foros MUSA que rea-
lizamos al interior de la universidad, en donde podrás resolver las in-
terrogantes relacionadas con la salud y la salud sexual reproductiva.
Referencias
Hatcher,R.; Rinehart, W.; Blackburn, R.; Geller, J.; Shelton, J. “Lo esencial de la
tecnología anticonceptiva”. Universidad de Johns Hopkins, año 2002.
Zeidenstein, S.; Moore, K. “Aprendiendo sobre sexualidad, una manera prácti-
ca de comenzar”. Instituto Chileno de Medicina Reproductiva ICMER, año
1999.
Ayuda para universitarios
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Sexualidad: vivencia e integración
Patricia Gallero Pardo
“Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo”
Mario Benedetti
Al escuchar la palabra sexo es probable que esbocemos una sonrisa
evocando alguna broma, que nos atreveremos a decir o no, depen-
diendo del contexto en que nos encontremos. El sexo es un tema casi
ineludible en reuniones y conversaciones con amigos, sin embargo
a muchas personas les es difícil conversarlo seria y abiertamente, a
pesar de cuanto se ha dicho sobre la apertura y “liberación” que
este tema ha tenido en nuestro país los últimos años; aún ocurre que
en diversos contextos es expuesto como una especie de placer que
se esconde o se disfruta “picaronamente”, como un niño que hace
una maldad; o bien, se sobreutiliza o aprovecha la sexualidad para
vender cualquier producto esté o no ligado al tema.
Sabemos que, entre otras cosas, corresponde a un impulso básico,
común a la especie animal, pero ¿qué es y qué significa para cada
uno de nosotros?, ¿cómo lo vivimos subjetiva e íntimamente?, ¿lo te-
memos, lo disfrutamos, lo desconocemos, lo exageramos, lo anhela-
mos, lo idealizamos?
Este es un tema que está presente, cruza y, por lo tanto, une diferen-
tes culturas, edades, épocas históricas, clases sociales y, en general,
tan propio y natural de los seres vivos como lo es comer o respirar, aun
en quienes por diversas razones, no lo llevan a la práctica (en estos
casos de todos modos se plantea como un foco de atención y de
reflexión en algún momento de la vida).
Tener sexo puede considerarse un encuentro, pero no sólo con un
otro, sino también con uno mismo; es éste un encuentro en una di-
mensión particular del ser. Una experiencia que nos permite tomar
contacto con –y conciencia de– nuestras características y formas de
sentir, con nuestra creatividad, con la confianza en uno mismo y en
el otro (tanto si se tiene, como si no); con la capacidad de imaginar,
de jugar y de expresar.
28
Patricia Gallero Pardo
Es un espacio y un tiempo de intimidad en que se comparten sensa-
ciones, emociones y sentimientos dependiendo del grado de profun-
didad y de importancia de la relación.
De este modo, y siendo una experiencia tan rica y amplia en matices
y significados podría calificarse de: inolvidable, traumática, placen-
tera, rutinaria, estimulante, reemplazable, mecánica, poética, o con
innumerables y variados adjetivos, según cómo lo hayamos integrado
a nuestras vivencias.
Si consideramos lo anterior, posiblemente comprenderemos que la
experiencia sexual conlleva –al igual que cualquier experiencia que
nos involucre de modo tan integral– la toma de decisiones; y esto
cobra particular importancia cuando la persona se encuentra por
primera vez con la experiencia o siquiera con la posibilidad de tener
relaciones sexuales, aunque no es exclusivo de esta situación; cada
vez que nos enfrentamos a ello subyacen una o más decisiones que
nos implicarán como personas en todos los niveles, seamos conscien-
tes de esto o no.
En estas circunstancias es frecuente que surjan temores, expectativas
e interrogantes, las cuales pueden plantearse a nivel valórico, a nivel
interpersonal o a nivel práctico.
En el ámbito de los valores y principios, nos encontramos con todo
aquello que hemos incorporado, a veces inconscientemente, res-
pecto a si es “bueno” o “malo” tener relaciones sexuales y en qué
condiciones podría o no ser aceptable desde determinados códigos.
Este tema se presenta más marcadamente cuando la persona es
adolescente o joven, es decir, cuando no ha llegado a la etapa adul-
ta y aún es soltera.
Se trata de un área delicada, pues comprende un rango amplio y
diverso de marcos filosóficos, conceptos religiosos, estilos familiares,
creencias personales, etc. y es complejo ya que se trata de distintas
perspectivas, cada una de las cuales es entendida como “la verdad”
por quienes las profesan.
Hemos recibido estas enseñanzas de fuentes en las que confiamos,
en las que hemos basado nuestras percepciones básicas de la vida
y, sobre todo, de qué es “lo bueno y lo malo” y de cómo “debo”
comportarme.
Aparecen entonces en este nivel interrogantes como:
guía de apoyo psicológico para universitarios
29
Sexualidad: vivencia e integración
¿A qué edad puedo comenzar a tener relaciones sexuales? o ¿está
bien tenerlas a mi edad?, ¿está bien tener relaciones sexuales si no es-
toy casado (a)?, ¿es malo el sexo si no tengo sentimientos profundos
hacia la otra persona?
Lo complejo de éstas y otras preguntas que podríamos hacernos es
que con cierta frecuencia las respuestas que recibimos de las distin-
tas fuentes pueden resultar contradictorias entre sí, o bien, pueden
contradecirse con nuestros propios impulsos, necesidades, deseos y/o
sentimientos.
Entendido así, nos es difícil decidir, nos preguntamos entonces, ¿Cuál
es la percepción “verdadera”?, ¿en cuál criterio me baso para mi de-
cisión?, ¿si me inclino por uno, estoy traicionando a quienes se plan-
tean de un modo distinto?
Al enfocarnos en el nivel interpersonal, surgen otras tantas interrogan-
tes asociadas también a temores y a expectativas. Este nivel incorpo-
ra a la vivencia personal de la sexualidad todo aquello que nos ocu-
rre dentro de la interacción y el vínculo con otros y que, en este tema
en particular, se refiere concretamente a cómo experimentamos la
relación con otro en un sentido erótico, romántico, sentimental, etc.
Esta relación obviamente se refiere a la relación hombre-mujer, pero
también puede incluir la vivencia de una relación erótica entre dos
personas del mismo sexo (con su consecuente correlato a nivel valóri-
co) y se trata de una experiencia independiente del hecho de que la
persona tenga o no una relación de pareja estable, como un pololeo
por ejemplo.
En este nivel, la persona puede preguntarse si es favorable para la
relación incorporar la relación sexual tempranamente o no; puede
sentirse insegura de cómo acercarse al otro en ese plano; puede re-
flexionar sobre la profundidad o seriedad de sus sentimientos por la
otra persona o los de la otra persona por él (o ella) y así, evaluar cómo
podría influir en esto el involucrarse sexualmente:
¿Es perjudicial para mí tener relaciones sexuales con alguien con
quien no tengo una relación de pareja estable? (en lo que incluimos
desde situaciones como “andar” hasta el sexo casual que ocurre en
una interacción puntual y transitoria); ¿me siento preparado (a) para
este grado de intimidad con el otro?, ¿cuánto influye en mí el ejem-
plo del comportamiento de mis amigos o conocidos?, ¿la relación
se encuentra en un nivel de evolución global acorde con el grado
de avance sexual que tiene?, ¿tener relaciones sexuales en este mo-
mento de la relación me alejará de esta persona que me gusta?,
30
Patricia Gallero Pardo
¿me ayudará a afianzar la relación o, por el contrario, significará el
fin del entusiasmo?, ¿la relación es importante para mí en el plano
afectivo?, ¿será importante para el otro (mi pareja)?, ¿es favorable o
perjudicial para la relación que yo haya (o no haya) tenido experien-
cias previas?, ¿me preocupa mi “desempeño” o me siento seguro (a)
en el plano sexual?, ¿cómo puedo procurar mi propia satisfacción y
la del otro?
Al enfrentarnos con cualquiera de estas interrogantes, es importante
considerar que las respuestas y la decisión que finalmente tomemos
nos involucrarán como persona en totalidad, es decir, en nuestras
ideas y opiniones, en nuestros deseos, emociones y sentimientos, en
nuestra conducta y, obviamente, en nuestra relación con otros.
En lo concerniente al nivel más práctico y concreto de la sexualidad
nos encontramos con la dimensión biológica del tema, en la cual
adquiere importancia fundamental la información y el aprendizaje
provenientes de fuentes especializadas como lo son ginecólogos,
obstetras, matronas, etc.
Es en esta dimensión donde es más fácil exponer el tema con serie-
dad y por lo mismo, probablemente es desde esta perspectiva que
hemos recibido la mayor parte de la educación formal que tenemos
sobre el tema.
Pareciera que es más fácil hablar (en serio) sobre sexo cuando es-
tablecemos una distancia que podríamos llamar “clínica”, “técnica”
o “biológica” , la cual nos protege de sentirnos involucrados o ex-
puestos en nuestra intimidad, que es lo que ocurre cuando utilizamos
términos más coloquiales y aludimos a nuestra experiencia personal,
en su aspecto más subjetivo.
En este nivel hay dos temáticas centrales (aunque seguramente no
son las únicas):
•	 Las infecciones de transmisión sexual (ITS)
•	 El embarazo, ya sea vivido como una posibilidad, como un anhelo
o como un peligro.
En ambas temáticas es clave recurrir a la guía, consejo, apoyo e in-
tervención de profesionales especializados, ya sea directamente, o a
través de medios más masivos como literatura o Internet (aunque en
éstos es importante asegurarse de la calidad de la fuente), en primer
lugar, para el conocimiento preciso de nuestro cuerpo y su funcio-
namiento y luego, en lo concerniente a dudas, riesgos, dificultades,
afecciones y tratamiento.
guía de apoyo psicológico para universitarios
31
Sexualidad: vivencia e integración
Con respecto a las ITS, la información que requerimos debería apun-
tar a conocer vías de contagio, prevención, sintomatología y trata-
miento, en lo cual este capítulo no profundizará, ya que escapa a lo
netamente psicológico.
En lo referente a embarazo, a nivel práctico podríamos reducirlo bá-
sicamente a la necesidad de conocer el ciclo hormonal femenino y
los distintos métodos anticonceptivos existentes, con sus respectivas
características, porcentajes de efectividad, efectos secundarios, etc.
de modo que la persona pueda decidir si quiere tener hijos, cuándo
quiere tenerlos, cómo prefiere prevenir un embarazo, etc. Y así dis-
frutar de la sexualidad con tranquilidad, sin temor; y sobre esto existe
información precisa y suficiente disponible a través de múltiples vías;
sin embargo, en este tema es particularmente difícil establecer una
separación entre los tres niveles expuestos anteriormente (valórico, re-
lacional y práctico), ya que es una situación que involucra a la perso-
na de manera absoluta y que significa una posibilidad o suceso en su
biografía, de tal magnitud que obliga a plantearse interrogantes des-
de todos los ángulos posibles. Todos quienes hemos tenido la fortuna
de ser padres sabemos que nuestra vida nunca es la misma luego de
haberlo sido; en este punto nuevamente entonces se nos hace indis-
pensable la atención dedicada y responsable a lo que hacemos con
nosotros mismos, a cómo y cuánto nos cuidamos, a qué hacemos
con nuestro cuerpo, con nuestras emociones y deseos, con nuestra
imagen, con nuestros vínculos y con nuestro futuro.
En la vivencia de la sexualidad se presenta el mismo desafío que
enfrentamos ante otras decisiones importantes, y este es: buscar un
equilibrio, equilibrio que además deberemos definir en forma parti-
cular y a nuestra medida, que podrá ir modificándose a través del
tiempo y de nuestro avance en las etapas de vida, que dependerá
también de condiciones externas a nosotros y que, por lo tanto, re-
quiere de conocimiento y conexión permanente con nosotros mismos
(en cuerpo, mente y espíritu), así como conciencia de las circunstan-
cias en las que nos encontramos y de los otros involucrados en ellas.
Escucharemos muchas opiniones, accederemos a tanta información
como nos propongamos (y por diversas vías), pero es una responsa-
bilidad personal ponderar cada una de nuestras fuentes y más que
nada, apropiarnos del tema y asumir nuestra decisión y sus conse-
cuencias como una responsabilidad con uno mismo más que con
ninguna otra persona y, en este sentido, la sexualidad no es distinta
32
Patricia Gallero Pardo
a otras decisiones importantes que nos va correspondiendo tomar
cada vez más, mientras más avanzamos en nuestro desarrollo.
En este capítulo se han expuesto más preguntas que respuestas res-
pecto a la sexualidad, y es que, lamentablemente para algunos, to-
das las interrogantes planteadas carecen de una única y “verdade-
ra” respuesta. Cada pregunta y cada situación individual implican
una mirada particular desde la subjetividad de la persona y un análisis
cuidadoso de sus circunstancias ambientales y su contexto general.
El objetivo que se persigue es, más bien, estimular la búsqueda, la
reflexión, el análisis, la evaluación y finalmente la decisión personal
en relación al tema, y en estos procesos también podrá beneficiarnos
acudir y abrirnos a compartir nuestras dudas e impresiones con otros
y así recibir apoyo y orientación, pero finalmente, es crucial escuchar-
nos a nosotros mismos, conectarnos con lo que pensamos y sentimos,
con lo que preferimos; sopesar las variables involucradas, tanto como
sus consecuencias; y evaluar sin precipitarse ni inhibirse, de mane-
ra de tomar finalmente decisiones que nos hagan sentir tranquilos y
satisfechos con nosotros mismos, que sean coherentes con nuestros
principios y valores y que nos permitan comportarnos de modo res-
ponsable, disfrutando de una experiencia natural y gratificante, pero
además conscientes y preocupados de nuestro autocuidado en to-
dos los niveles.
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Decálogo de buenas prácticas
en la relación de pareja
Mónica López Hernando
La relación de pareja puede ser una de las fuentes de felicidad más
significativa en la vida, pero no se trata de algo que logramos en
algún momento y listo, tampoco funciona sólo si hay cariño de por
medio, pues para que realmente podamos construir bases sólidas,
tenemos que dedicar tiempo, además de poner nuestra mente y co-
razón en ello, ya que se trata de un camino en el cual podemos en-
contrarnos con curvas, barrancos y hermosos valles, donde el poder
manejar bien es clave.
De este modo, aprender diversas estrategias para cultivar, mejorar y
fortalecer cada día más nuestra relación de pareja puede ayudarnos
a vivirla con mayor satisfacción y plenitud. Por este motivo, he querido
plantearles este decálogo con algunos aspectos que en base a mi
experiencia como mujer, esposa, terapeuta de pareja y a los resulta-
dos de diversos estudios sobre el tema, pueden ser claves para formar
una relación constructiva, donde prevalezcan la confianza y el amor.
En este sentido, la lectura de este decálogo en solitario o en pareja los
puede invitar a una reflexión y conversación respecto a cómo están
llevando, o podrían llevar, cada uno de estos puntos, pues siempre
podrá haber algo en lo cual se pueda seguir creciendo.
1.	 Elegirse, arriesgarse, entregarse… sin miedo
Cuando nos decidimos a comenzar una relación amorosa, estamos
haciendo una apuesta azarosa, puesto que no sabemos qué ven-
drá, cómo nos llevaremos o si la relación prosperará realmente, in-
certidumbre que puede generar cierta ansiedad o nerviosismo en un
comienzo. Ante esta situación, tenemos dos opciones: o nos mante-
nemos en esa actitud de alerta, generando sentimientos de insegu-
ridad y miedo que pueden afectar negativamente a la relación, ya
que estos sentimientos pueden traer consigo celos, distanciamientos,
paranoia, exigencia de demostraciones de afecto, búsqueda de si-
metrías (si tú me entregas, yo te entrego), falta de respeto a los ritmos
personales del otro, etc. O decidimos confiar en el otro, en lo que es-
34
Mónica López Hernando
tamos construyendo y en nuestra capacidad para rearmarnos y salir
adelante si la relación no funcionara como esperamos.
Claramente, la segunda opción, donde prima la confianza, puede
otorgarnos más felicidad, tranquilidad y disfrute de todo lo hermoso
que nos entrega una relación, lo cual nos hace sentir mejor tanto a
nosotros como a nuestras parejas, ya que el miedo tiende a limitarnos
y coartarnos en este sentido, llevándonos a su vez a ser menos atrac-
tivos para el otro.
Cuando decidimos dejar el miedo afuera de nuestra relación, se vi-
ven más plenamente las situaciones, no se trata de entregarse de in-
mediato por completo, pues es importante entender que la intimidad
emocional es un proceso gradual. Es más bien un cambio de actitud,
donde predominan ideas como: “Daré todo de mí para que funcio-
ne, disfrutaré al máximo de los momentos juntos, poco a poco te iré
abriendo las puertas a mi vida y mi mundo, y recibiré abiertamente lo
que tú vayas entregándome en este proceso de conocimiento mu-
tuo. Buscaré hacerte feliz y yo también procuraré serlo contigo, pues
por eso te elegí, para que ambos construyamos una relación que nos
hiciera crecer, soñar, vivir una vida más feliz al estar juntos. Si en algún
momento nos damos cuenta que esto no funciona como esperába-
mos y decidimos terminar la relación, te agradeceré de todos modos
lo bueno que viví y aprendí junto a ti, sin arrepentirme de lo entre-
gado, pues en el amor como en la vida, hay que hacer cada cosa
porque vale la pena en sí misma, hay que valorar el camino tanto
como el destino, pues si no encontramos el destino que buscábamos,
el camino de por sí nos habrá hecho felices”.
2.	 Aprender a entregar, a recibir y a pedir
Para que una relación de pareja pueda funcionar, uno tiene que
poder entregar de forma sencilla e incondicional, sin esperar algo a
cambio, buscando justicia o simetría. Debe predominar el gusto por
entregarle al otro algo que pueda hacerlo feliz, desde un sentimiento
que nace y se expresa con amor a través de gestos, acciones, pala-
bras o caricias.
Además, se debe estar dispuesto a recibir amor, a dejarse querer por
el otro, a darle un espacio a la pareja para que pueda expresar sus
sentimientos. Esto no es tan obvio, pues muchas personas están más
acostumbradas a entregar cariño, escuchar, preocuparse de los de-
más, y les cuesta más recibir. Ambas posiciones, dar y recibir, tienen
guía de apoyo psicológico para universitarios
35
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
que estar en equilibrio, lo cual en ocasiones es un aprendizaje que se
va dando en la misma relación de pareja, ya que si alguno de los dos
sólo da y el otro sólo recibe, se produce una tensión, un desgaste o
una comodidad que puede ser inconveniente para cultivar realmen-
te la relación.
El hablar con claridad sobre lo que necesitamos también es funda-
mental. El “pedir”, muchas veces puede ser mal visto y es común oír
la frase: “es que si yo le digo, no es lo mismo… a mí me gustaría que
le naciera…”. Sería hermoso que al otro siempre le surgieran espontá-
neamente ideas para hacernos felices, pero en esa ilusión podemos
quedarnos mucho tiempo sin que al otro le nazca nada, no porque
no quiera, sino porque somos personas diferentes y las parejas no vie-
nen pre programadas para saber o suponer cosas sobre el otro. En
este punto, es esencial la comunicación directa y clara, pues si el otro
sabe qué me gusta y qué necesito, será más fácil que me satisfaga.
Así, por ejemplo, un matrimonio que conocí en la consulta, al hablar
sobre este tema, relataba la siguiente experiencia:
Alicia: “siempre esperé que me trajera flores, pero nunca se le ocu-
rría. Yo incluso le decía indirectas en los aniversarios, pero no pasaba
nada. Me daba pena porque siempre vi a mi papá llevarle flores a mi
mamá, siempre he tenido la idea de que el llevar flores es un gesto de
amor, entonces encontraba que Carlos era poco detallista y a veces
me daba rabia, me ponía celosa incluso cuando veía que otros hom-
bres les regalaban flores a sus mujeres, hasta que un día no aguanté
y le dije…”
Carlos: “Sí, me sorprendió muchísimo cuando la escuché y admito
que me molestó un poco saber que no había sido capaz de con-
fiar en mí, de decírmelo, si yo no me iba a enojar por algo así… Me
costó entender por qué si para ella era tan importante, no me lo ha-
bía dicho antes, más allá de las flores, me dolió la falta de confianza
en realidad, pero bueno, después de hablarlo nos comprometimos
a conversar más y pedirnos las cosas, porque uno no es adivino…
ahora le llevo flores como sorpresa, cuando ella ni se lo espera y se
pone contenta, pero yo creo que lo importante es que aprendimos a
comunicarnos más”.
Por último, es esencial detenernos a pensar que muchas veces po-
nemos más atención a lo que falta, cayendo en quejas y exigencias
hacia el otro, dejando de ver lo que sí tenemos y nos hace feliz. Pue-
de que reconozcamos lo positivo de nuestra relación, pero ¿cuánto
lo expresamos?, ¿mi pareja sabe cuáles de las cosas que él hace,
36
Mónica López Hernando
me hacen feliz?. Frases como “me encanta que seas cariñoso”, “me
gusta que confíes en mí cuando tienes un problema”, “me gusta que
seas creativo y que siempre se te ocurran nuevos lugares donde ir”,
entre tantas otras, son orientaciones importantes que le muestran a mi
pareja que yo sí valoro cómo es él o ella y las cosas que hace por la
relación, lo cual puede incentivar a que mantenga lo que me hace
feliz. De otro modo, al sentir que lo que se hace por la relación no es
valorado, es más probable que deje de hacerlo.
3.	 Ser un aporte para el otro
Las parejas exitosas se caracterizan porque cada uno busca activa-
mente la felicidad del otro, ayudándose a crecer como personas y
desarrollarse en la vida del mejor modo posible.
Así, cada miembro de la pareja puede apoyar al otro en sus pro-
yectos personales, impulsándolo a crecer como persona, confiar en sí
mismo, vencer los miedos y atreverse a cumplir los sueños, haciendo
surgir lo mejor de cada uno. En este sentido, se observa que la autoes-
tima personal crece positivamente gracias a nuestra pareja, nos sen-
timos más fuertes y con más valor para emprender lo que deseamos,
pues tenemos la confianza de que el otro nos aceptará y nos amará
tanto si nos equivocamos, como si logramos nuestras metas.
Claro está que el otro, por el cariño que nos tiene y porque es dis-
tinto, teniendo sus propios valores, ideas y principios, no apoyará los
caminos en los cuales cree que podemos salir dañados o que van en
desacuerdo con su visión de mundo, ante lo cual podrá entregarnos
su opinión, sus reparos e intentará cuidarnos. De este modo, antes de
seguir con un proyecto individual no apoyado por el otro, es esencial
detenerse a escuchar, conversar, analizar y asumir los posibles efectos
a nivel de la relación, si es que lo continuamos de todos modos, ya
que cuando somos dos, las decisiones importantes ameritan hablarse
en pareja.
En este sentido, nosotros mismos podemos ser una influencia positiva
para el otro, donde él (o ella) puede aprender de mi y crecer como
persona, por ejemplo al observar mis habilidades para socializar, para
escuchar, el respeto que yo demuestro hacia los otros, mis valores,
como la generosidad y lealtad que demuestro hacia mis amigos, mi
tendencia al deporte, etc. Es así que la admiración mutua en la pare-
ja es uno de los factores que pueden ayudar a construir una relación
guía de apoyo psicológico para universitarios
37
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
positiva y estable en el tiempo. En este punto, los invito a reflexionar
sobre estas preguntas:
•	 ¿Cómo puedo yo aportar a que mi pareja crezca y se realice más
como persona?
•	 ¿Qué aspectos valiosos he desarrollado en mi personalidad que
pueden servirle de ejemplo?
•	 ¿Qué aspectos admiro en mi pareja? ¿Qué admira mi pareja de
mí?
4.	 Cuidados hacia la relación. Prudencia ante los riesgos
Esta idea se basa en el principio de: “no hagas lo que no te gustaría
que te hicieran”, si bien se acepta cierta flexibilidad dadas las dife-
rencias que pueden haber entre los miembros de la pareja respecto
a cuáles son las cosas que les complican, incomodan o molestan, la
idea es ser consecuente y actuar desde la empatía y el respeto.
Muchas parejas viven situaciones que ocultan a sus parejas “para
que no se enojen”, pero si se descubre el ocultamiento, finalmente
se daña la confianza y el dolor a veces es más fuerte por la falta de
transparencia que por el hecho mismo que quería ocultarse. En este
sentido, es importante conversar las cosas, negociar qué es lo impor-
tante para cada uno, qué cosas están dispuestos a ceder por el bien
de la relación y cuáles no, pues son importantes para uno mismo,
aunque le incomoden al otro.
En este sentido, es esencial no caer en “prohibir” ciertas cosas al otro,
chantajear o amenazar “si tú haces esto, entonces yo hago esto
otro”, actuando desde la rabia o el despecho. Recordemos que esta-
mos libremente dentro de una relación y si queremos cuidarla, cada
uno debe ser responsable de elegir y guiar sus actos, consciente de
sus efectos positivos o negativos para el vínculo.
Dentro de los temas complejos que pueden implicar riesgos para la
pareja, se encuentran: la relación social con el sexo opuesto (amigos
o amigas que son muy cercanos y especiales para la pareja, sobre
todo si tienen intereses más allá de la amistad), el exceso de trabajo
o actividades (que dejan muy poco espacio para la pareja), las sa-
lidas a lugares en los que se dan con mayor facilidad interacciones
erotizadas (discoteques, fiestas, etc.), el espacio que se da a terceros
(familia y amigos) para opinar e influenciar en la relación, entre otros.
38
Mónica López Hernando
Es importante que cada uno tenga claridad respecto a cuáles son las
cosas que incomodan o complican a la pareja y cuál es la conducta
que se espera que uno tenga frente a estas situaciones, lo cual pue-
de ser una guía de referencia.
Al estar en pareja, comprometidos en una relación de amor, es esen-
cial cuidar la confianza lograda, dejar de pensar individualistamente
y empezar a pensar en el otro también, en la relación. Si yo me con-
vierto en mejor pareja, no sólo ayudaré a la relación y haré sentir bien
al otro, sino también yo mismo creceré como persona.
Como ejercicio a trabajar en pareja, pueden conversar sobre las si-
guientes preguntas:
•	 ¿Cuáles son las situaciones que ponen en riesgo nuestra relación?
•	 ¿De qué forma estoy cuidando o exponiendo a riesgos nuestra
relación?
•	 ¿Cómo podemos mejorar la situación?
5.	Respeto
El respeto es uno de los valores fundamentales dentro de una relación
de pareja sana, y debe existir en ambos sentidos, es decir, es impor-
tante no sólo respetar al otro, sino también aprender a respetarse a sí
mismo, lo cual no siempre es fácil, ya que es necesario ser consciente
de cuáles son nuestros límites, qué cosas puedo aceptar y qué cosas
no… sí, hay que aprender a decir no. Muchas veces decir no ante
una situación, implica decirnos sí a nosotros mismos.
Existen múltiples razones por las cuales nos puede costar poner límites
y respetarlos, pero en esencia hay un fuerte miedo al rechazo, sentir
que el otro dejará de quererme si me niego o me opongo a algo que
me propone, baja autoestima, inseguridad o incluso sentir que no se
tiene ningún límite significativo que el otro no pueda cruzar, cayendo
en una dinámica de bastante riesgo en algunos casos (como el de
las mujeres maltratadas que justifican o “entienden” a sus parejas).
Partiendo del respeto hacia sí mismo, es más fácil poder respetar al
otro en cada uno de los temas en que son distintos. En este sentido, es
esencial reconocerse con sus diferencias y respetarse en esto, ya que
muchas veces podemos tender a descalificar al otro en sus opiniones,
gustos o acciones, porque simplemente no son como las que uno tie-
ne. Así, no es necesario entender siempre las razones del otro, pues en
guía de apoyo psicológico para universitarios
39
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
ocasiones nos será difícil comprender muchas cosas, el tema va más
allá, es aceptarse y respetarse.
De este modo, es fundamental no invalidar aquellas cosas que para
el otro son importantes, aunque para nosotros no lo sean en lo ab-
soluto. Desde aquí, la actitud más bien es: “No entiendo muy bien
por qué significa tanto para ti esto, pero si para ti es importante, lo
respeto, lo acojo como parte de ti y no le quitaré su valor”. Así, debe-
mos primero analizar si las opiniones negativas que nosotros podamos
tener respecto a los suegros, a los intereses u opiniones del otro, entre
tantos otros temas, vamos a expresarlas con respeto o no, pues pue-
den llegar a ser muy dañinas para el otro en su autoestima y en su
identidad si las manifiesto desde una postura descalificadora.
Así, podemos reflexionar en pareja ¿me siento respetado/a?, ¿cuáles
son los temas en que yo he tendido a faltarle el respeto a mi pareja?,
¿he pedido perdón si mis expresiones han causado daño?, ¿me cues-
ta respetar nuestras diferencias?
6.	 Estar en las malas, pero sobre todo en las buenas...
Comúnmente se cree que es más importante estar presente y apo-
yarse en los momentos difíciles, pero los estudios han demostrado que
tanto o más importante es cómo el otro reacciona ante lo positivo
que nos sucede. Gable (2006) ha descrito, luego de estudiar este fe-
nómeno, que es ideal recibir una respuesta activa y constructiva por
parte de nuestra pareja en vez de una pasiva o destructiva. Sentir que
el otro se entusiasma con nosotros, celebra, se alegra con mis logros y
mi felicidad es esencial para aumentar la sensación de compañeris-
mo, confianza y unión emocional en la pareja.
Gable describe una matriz de respuestas frente a las buenas noticias,
donde se puede ejemplificar lo que recién expuse:
40
Mónica López Hernando
ACTIVO PASIVO
CONSTRUCTIVO
¡¡ Excelente !! Era muy
importante para ti conseguir
este trabajo, así que hay
que celebrarlo. Vamos y me
cuentas qué es lo que más te
gusta de tu nuevo trabajo.
Ahh, qué bueno que
lo conseguiste.
DESTRUCTIVO
Bueno, eso significa que tendrás
más responsabilidades ahora,
te quedará menos tiempo libre
y estarás más estresada con
todas las cosas que tienes que
hacer…
¿Cómo lo vas
a hacer con las
llegadas tardes a
casa?
Al observar los distintos tipos de respuesta podemos reflexionar respec-
to a cómo nosotros estamos con el otro cuando le suceden eventos
positivos. ¿Le damos la suficiente importancia?, ¿nos alegramos con
los logros del otro?, ¿cómo se lo demostramos?, ¿cómo podemos me-
jorar nuestras respuestas para que sean más activas y constructivas?
7.	 Aprender a discutir…
Algunas parejas suelen manejar los conflictos con dificultades, con-
frontando agresivamente o no encontrando una resolución satisfac-
toria para ambos, quedando muchas veces con temas abiertos o
pendientes. Muchas veces sus peleas son de inicio violento, acusador
o sarcástico; tienen un alto nivel de crítica; pueden llegar a expresar
desprecio hacia el otro; hay una actitud defensiva, como si el otro
fuese un enemigo al cual debo enfrentar, no un compañero con el
cual debo resolver algo; utilizan muchas veces la indiferencia como
castigo o forma de evadir la discusión, sin llegar a resolverla. Es más, la
indiferencia, defensividad, desprecio y crítica son llamados los “4 jine-
tes del apocalipsis” en las relaciones de pareja, ya que predicen en
un 93% la separación si es que no hay intentos exitosos de reparación
del daño que producen (Tapia, 2001).
En estas dinámicas, el vínculo tiende a cuestionarse, cualquier dificul-
tad importante pone en amenaza de inmediato la continuidad de
la relación, la inseguridad y desconfianza en el amor del otro llevan
a que se adopte una actitud defensiva y a alejarse en busca de pro-
tección frente a ese otro que puede dañarme. Así, el miedo domina
guía de apoyo psicológico para universitarios
41
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
la situación, se busca escapar y existen dificultades para detenerse a
conversar y buscar alternativas que ayuden a resolver el tema.
Se parte de la base que ninguno es dueño de la verdad, existen mu-
chas verdades y no se trata de convencer al otro de que yo tengo
la razón y él está equivocado, sino buscar qué solución o acuerdo
podemos encontrar para este tema.
Las parejas felices también discuten, pero lo hacen de forma dife-
rente, pues hay un ánimo de conciliar diferencias, exponer posturas
en un contexto de respeto y escucha, cuidando la relación y al otro,
pues el vínculo de amor que los une no se coloca en una posición
de riesgo. Esa seguridad y confianza es clave para que desde ahí se
exponga el problema, se expresen con sinceridad los sentimientos y
se busque algún acuerdo o solución. Puede existir rabia, enojo y a ve-
ces expresarse cosas que hieren al otro, pero el perdón y la humildad
para reconocer los errores están presentes en estas relaciones.
Las habilidades para discutir mejor ayudan a detenerse y no fomentar
una escalada de negatividad, la cual sucede en las peleas cuando
uno dice algo que complica al otro, este lo siente como un ataque
que responde más fuertemente y así el nivel de agresividad va su-
biendo cada vez más hasta ser realmente dañino. Ante esto es im-
portante primero tomar conciencia de cuál es nuestro aporte a la
escalada negativa y la frase de que “para pelear se necesitan dos”
es bastante cierta en estos casos.
Cuando estamos nublados por la rabia y nos damos cuenta de que
ya no estamos escuchando realmente al otro, sino que estamos pre-
parando la siguiente respuesta o “ataque”, dañándose bastante, al-
terándose y desde ese plano con poca disposición para buscar un
acuerdo, es mejor detenerse, parar la escalada y calmarse para que
en otro momento “más en frío” puedan conversar nuevamente con
otra estrategia distinta, que busque cuidar más la relación.
Todas las parejas tienen formas distintas para lograr disolver la tensión
en una discusión, algunas suelen usar el humor; otras se abrazan con
ternura, sin palabras, lloran o sólo se calman mutuamente con cariño
y contención, pidiéndose perdón e intentando conversar más tran-
quilamente, con mayor comprensión y cuidado; otras prefieren dis-
tanciarse un momento, respirar hondo y más tarde o al día siguiente
retomar el tema.
42
Mónica López Hernando
Independiente de la forma en que logren parar la escalada, lo impor-
tante es hablar en algún momento sobre aquello que está en discu-
sión. La gran mayoría de los problemas importantes no tienen una “so-
lución” que sea definitiva y satisfactoria para ambos, pero sí se puede
llegar a acuerdos sobre cómo sobrellevarán ese tema en el futuro.
A veces puede ser difícil entender lo que el otro necesita, o incluso se
puede no estar muy de acuerdo con ello, pero debemos ir más allá
y pensar en qué estoy dispuesto a hacer (o no) para que mi pareja
sea más feliz. Así, un ejemplo simple de esto puede ser lo siguiente:
“Ella insiste en celebrar cada mes de pololeo que llevamos, a mí se
me olvida, quizás los aniversarios se justifique más celebrar y hacer
algo especial, pero todos los meses lo encuentro demasiado… ella se
siente mal, dice que soy poco detallista, que no la quiero y le afecta
harto esto. Después de varias peleas, le pedí perdón porque en el fon-
do vi que estaba siendo egoísta, empezamos a celebrar cada mes, lo
anotaba bien para que no se me olvidara y noté cómo esto la ponía
contenta. Para ella era importante y para mí es importante verla feliz,
no fue tan difícil y me sentí parte de la solución en vez de quedarme
en el problema, lo que fue bueno para los dos como pareja”.
No sólo basta con que uno de los dos dé el primer paso hacia el per-
dón, en un gesto de humildad que deja de lado el orgullo, en un
intento por reparar el daño, por acercarse y estar mejor luego de una
pelea, es esencial también que el otro deje el rencor y acepte el in-
tento de su pareja porque ambos puedan estar mejor. La reconcilia-
ción es tarea de dos.
Otra clave importante para aprender a discutir mejor, es no caer en
generalizaciones, para esto hay que considerar dos puntos, el prime-
ro es no caer en los “siempre” y en los “nunca”, pues al hacerlo le
quitamos valor a las veces en que algo ocurre distinto, y el segundo
es hacer una diferencia entre “eres” y el “estás”. En este sentido, una
persona puede “ser conversadora” (comportamiento frecuente, ca-
racterístico de la persona) y “estar callada” (por alguna circunstancia
especial, cansancio por ejemplo), por ende frases como “eres una
egoísta”, “eres un desconsiderado”, entre otras, pueden percibirse
por quien las recibe como un ataque hacia la propia identidad ba-
sado en prejuicios, lo cual puede instar incluso a colocarse en una
posición más defensiva, que promueva una discusión dañina para
ambos.
guía de apoyo psicológico para universitarios
43
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
El entender un comportamiento como “un estado” en el que se en-
cuentra la persona y no un rasgo permanente, puede ampliar la mi-
rada y ayudar a que juntos intenten comprender qué puede estar
ocurriendo para que uno de los dos se comporte de esta manera. Si
se piensa que la persona “está irritable”, es más fácil empatizar con
ella y pensar sus orígenes y formas de aportarle, por ejemplo “quizás
le fue mal en el trabajo y no tiene ganas de hablar con nadie, le
prepararé una once rica, esperaré que se calme un rato y luego me
acercaré para que conversemos y preguntarle qué pasa o si lo pue-
do ayudar en algo”.
8.	 Proyectarse juntos
Al formar una relación de pareja, existe un punto de unión entre dos
caminos, donde se puede soñar con un proyecto en común. Con
frecuencia este proyecto integra elementos como encontrar un lugar
donde vivir juntos, el ser padres, viajar o compartir experiencias de
vida significativas. Pero no siempre ambas partes están de acuerdo
en el cómo, cuándo y dónde…
En ocasiones, los proyectos de vida individuales pueden ser incom-
patibles con una vida juntos, como se observa en este relato de una
paciente: “llevábamos varios meses cuando empezamos a hablar de
una vida en común y ahí empezaron los problemas… yo siempre qui-
se titularme y después irme a Italia a estudiar un magíster, para des-
pués quedarme a vivir allá, tengo familiares que me invitan e incluso
he estado en clases de italiano para manejar bien el idioma, pero él
no acepta la idea de vivir lejos de su familia, sus amigos, sus raíces, no
quiere irse y desde ahí, yo cedo y me quedo con él o él cede y se va
conmigo, no hay alternativa si queremos seguir juntos”.
Otros temas comunes son: cuando uno de los dos quiere tener hijos y
el otro no; cuando uno quiere vivir en departamento y el otro en casa;
cuando la mujer tiene interés por crecer profesionalmente y trabajar,
mientras él quiere formar una familia tradicional donde él provea y
ella se quede en casa cuidando a los niños, entre tantos otros que
pueden poner en riesgo la continuidad de la relación.
Por esto, si se tiene claridad en el proyecto de vida individual y dificul-
tades para ceder en él, es un elemento a considerar al momento de
realizar una elección de pareja. De otro modo, es esencial conversar
y llegar a acuerdos, si desean estar juntos y construir una vida en co-
mún, ambos deberán ceder, buscando alternativas y optando por
44
Mónica López Hernando
ellas en una decisión conjunta, pero sobre todo libre (no impuesta por
el otro), pues debemos hacernos responsables de nuestras elecciones
sin culpar luego al otro por habernos influido en tomarlas.
Los proyectos comunes entregan sentido a la pareja, la fortalece y le
permite soñar, sentir que es posible un futuro juntos, lo cual entrega
ilusión y felicidad. Si bien hay muchas parejas que prefieren centrarse
en el presente, principalmente por miedo a creer en algo que puede
no cumplirse (con la posterior desilusión y dolor) o porque uno de los
miembros o ambos no están aún seguros de que su relación de pare-
ja pueda prosperar, es importante que si ambos sienten el deseo de
permanecer juntos y construir una vida en común, puedan atrever-
se, tener el valor de soñar, desde esta idea: “me proyecto contigo y
acomodo mis proyectos personales para que puedan calzar en este
camino compartido, algunos permanecerán y sé que me apoyarás
en ellos, así como yo lo haré con los tuyos, otros cambiarán un poco,
pero, para mí vale la pena si es que eso significa poder estar contigo.
Ninguno tiene la certeza de si esto podrá o no funcionar, pero quiero
dar todo de mí para que así sea y si no resultase, me quedaré con lo
hermoso que vivimos y construiré nuevos sueños para poder seguirlos.
Prefiero y decido ahora confiar, disfrutar de una ilusión y compartir
sueños contigo antes de quedarme en el miedo de la incertidumbre,
la ansiedad ante aquello que no puedo controlar y por esto perder la
oportunidad de proyectarme a tu lado”.
9.	 Cuidar el mundo propio, construir el compartido
Al construir una relación de pareja, es fundamental no dejar de lado
todo aquello que constituye nuestro mundo: amigos, familia, activi-
dades de interés, sueños, etc., tener espacios personales nos ayuda a
crecer, a sentirnos más seguros, libres y confiados en nuestra capaci-
dad para ser feliz, pues si yo llego a depender de otro para ser feliz, le
atribuyo un peso demasiado grande que puede influir negativamen-
te en nuestra relación.
Es importante respetar mis espacios y los del otro, entender que juntos
construimos un espacio distinto llamado “nosotros” y debemos cuidar
cada uno de ellos, pues todos son necesarios. En esto es clave trans-
formarse “en un planeta completo que busque ser pareja de otro
planeta, no en un satélite que busque orbitar y girar en torno a otro”.
Si no tenemos un mundo propio muy desarrollado, podemos caer en
la tentación de satelizar el del otro, lo cual puede causar ahogos,
sensación de estar siendo invadido, entre otras bastante frecuentes.
guía de apoyo psicológico para universitarios
45
Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja
Ante esto, una buena opción es comenzar a desarrollarnos en lo per-
sonal de forma más íntegra, comenzar a integrarnos más a la vida,
generando intereses, lazos y experiencias propias también, las cuales
a su vez enriquecerán la relación.
10.	Responsabilidad ante la relación
Un primer paso esencial y necesario si deseamos un cambio positivo
en nuestra relación de pareja como en cualquier otro tema, es asu-
mir la propia responsabilidad que tenemos en cada uno de nuestros
actos, tomar conciencia de que nosotros decidimos a cada momen-
to qué queremos para nuestra vida y que no necesariamente somos
sujetos pasivos que recibimos “lo que la vida nos trae”, sino que te-
nemos la capacidad de elegir qué queremos, con quién queremos
estar y cuál será nuestro aporte a la relación.
Esta mayor conciencia nos lleva a una actitud que ayuda a crecer
en pareja, pues asumo que estoy con el otro porque quiero estar, por-
que deseo compartir mi vida con esta persona y entregarle mi amor.
Esta libertad cuida al otro, a nosotros mismos y a la relación, desde el
amor y el compromiso, pero con la libertad que puede entregarte la
confianza como una base segura en la cual sostenerse.
Desde ahí nos convertimos en constructores activos de este camino
en común, donde busco aportar a la relación, dar lo mejor de mí con
el fin de que mi pareja y yo seamos felices. Sin miedo, con la tranquili-
dad y confianza que entrega la seguridad de que pase lo que pase,
podré ser capaz de volver a reconstruirme y seguir adelante solo, si es
que la relación no se mantiene. Desde ahí, entregarse a vivir intensa-
mente todo lo que nos puede entregar la relación, es un regalo que
debemos aprovechar y disfrutar al máximo.
Es importante pensar, para quienes no están en pareja, que la base
de una buena relación con otro, está primero en tener una buena
relación con uno mismo, por lo que si están solos, pueden aprovechar
esta oportunidad para enriquecerse de experiencias, crecer, apren-
der y ampliar su mundo, disfrutar de su soledad y hacer de su vida un
lugar que les guste estar, esto es parte de la responsabilidad con la
propia felicidad y sienta bases positivas para establecer una relación
de pareja sana.
46
Mónica López Hernando
Si bien en este decálogo no se abordaron directamente, dada su
amplitud, temáticas como la sexualidad, la relación con la familia de
origen, entre otros, algunas ideas planteadas pueden ser claramente
aplicables a estos ámbitos. De todos modos, queda la invitación para
desarrollar estos temas en un próximo texto.
Para terminar, sólo decirles que espero que estas ideas puedan ser
una invitación a reflexionar y revisar su relación de pareja con el fin de
mejorarla cada día más, entregando al otro lo más importante que
podemos darle: AMOR.
Referencias
Gable, S.; Gonzaga, G.; Strachman, A. Will you be there for me when things go
right? Supportive responses to positive event disclosures. Journal of Persona-
lity and Social Psychology. Vol 91(5), Nov. 2006, 904-917.
Tapia, L. Algunas consideraciones para una Terapia de Pareja basada en la
Evidencia. Revista De Familias y Terapias, Jul-Nov. 2001, 9:14 y 15, 7-30.
47
Ansiedad ante el rendimiento
Patricia Gallero Pardo
Ansiedad… no es una palabra agradable, ¿no?, ni menos cuando
estamos a punto de rendir una prueba, un control o un examen; pen-
sando en este problema es que a continuación expondré una aproxi-
mación que espero sea beneficiosa para estudiantes universitarios
que lo presentan, con el fin de lograr comprensión de su naturaleza,
identificación de sus síntomas y adquisición de elementos prácticos
que apoyen su enfrentamiento y manejo.
Formalmente podría definirse la ansiedad como una reacción ante
sucesos estresantes y específicamente la ansiedad ante el rendimien-
to, como un tipo específico de ansiedad relacionada con situaciones
donde nos importa “hacer las cosas bien”. Ya conocemos sus mani-
festaciones, podemos haberlas escuchado, leído o aprendido, pero
lo peor… las hemos vivido en nuestra propia experiencia.
Durante el tiempo que me he desempeñado trabajando como psi-
cóloga para los estudiantes en la universidad, he recibido muchos
pacientes que consultan por este problema y noté que, a diferencia
de otros motivos de consulta, éste es uno que los pacientes detectan
y definen explícitamente.
Innumerables veces les escuché decir:
	 “yo sabía, pero en el momento de la prueba se me olvidó todo”
	 “me bloqueé”
	 “me equivoqué en detalles tontos”
	 “mis compañeros a los que les enseñé tuvieron mucho mejor nota
que yo”
Frases como éstas revelan su frustración, son la expresión de una ex-
periencia que los va insegurizando y desmotivando progresivamente
hasta llegar a constituir un círculo vicioso cuyas consecuencias aca-
démicas finalmente hacen que la persona afectada nos consulte; así,
es habitual que nuestros pacientes pidan apoyo cuando ya han re-
probado un ramo en una o más oportunidades, se sienten temerosos
e insatisfechos con resultados que consideran injustos en relación a
sus, a veces exagerados, esfuerzos.
¿Qué los hace funcionar de este modo tan perjudicial? Si se resumiera
en una palabra, la respuesta a esta pregunta sería: Temor.
48
Patricia Gallero Pardo
Temor a no cumplir con las expectativas de su familia, temor a no
cumplir con sus propias expectativas, temor a perder beneficios eco-
nómicos, temor a no ser apto para su carrera, temor a ser eliminados,
temor a demorarse mucho en titularse … temores diversos que se ma-
nifiestan en un estado tenso, incómodo, expectante, inseguro, que
llamamos ansiedad.
Pensemos por un momento en sentirnos así, ¿cómo rendiríamos con la
presión de estos temores?, ¿cómo rendiríamos con la presión de tener
que hacerlo bien para evitar poner en riesgo algunas de las cosas
que más nos importan? Obviamente, no en nuestro mayor potencial
y, ciertamente, no de acuerdo a nuestras capacidades o al esfuerzo
que hemos hecho.
Ocurre entonces la paradoja de que el mismo empeño que hace-
mos en pro de un objetivo es aquel que nos impide lograrlo y de que,
en consecuencia, generamos precisamente aquello que queremos
evitar.
¿Cuál es el mecanismo a la base de esto?
•	 Este mecanismo está dado por fenómenos internos (cognitivos y
emocionales) que llevan a una conducta perjudicial:
•	 Por alguna razón, el alumno presentó dificultad con un cierto ramo
y obtuvo un mal resultado (nota) en una evaluación puntual.
•	 A partir de este evento se activan en él los temores que mencio-
nábamos anteriormente u otros similares; cuáles sean éstos de-
pende de variables como la personalidad del individuo, su histo-
ria, su contexto presente, etc.
•	 Estos temores generan fantasías negativas anticipatorias (“tendré
que dar examen”, “puedo reprobar el ramo”, “me atrasaré en la
carrera” e, incluso, “me eliminarán de la universidad”).
•	 En este punto comienza a surgir la ansiedad que la persona pue-
de reconocer en sus manifestaciones en distintos niveles: por
ejemplo, sudoración de manos, dolores musculares, inquietud mo-
tora, insomnio (nivel fisiológico); irritabilidad, miedo, incertidum-
bre, inseguridad (nivel emocional); dificultad de concentración,
preocupación, “mente en blanco” o bloqueo (nivel cognitivo) y
evitación de estudio o, incluso, de presentarse a pruebas (nivel
conductual).
•	 En este estado ansioso que hemos descrito, la persona se enfren-
ta a la situación de evaluación y, como es de esperarse, su ren-
dimiento se ve interferido aunque la persona haya estudiado e
guía de apoyo psicológico para universitarios
49
Ansiedad ante el rendimiento
incluso tenga un buen manejo de los contenidos; nuevamente
obtiene un resultado no satisfactorio. Es así como se produce un
círculo vicioso que podríamos expresar simplificadamente dicien-
do que la ansiedad genera mal rendimiento y que, a su vez, el mal
rendimiento genera ansiedad.
	
Ansiedad
Fantasías y temores,
Conducta de evitación
Efecto en el
rendimiento
Manifestaciones
FÍSICAS CONDUCTUALES
•	 Síntomas gastrointestinales
•	 Deseos frecuentes de orinar
•	 Aumento o disminución
del apetito
•	 Tensión generalizada
•	 Taquicardia
•	 Sudoración
•	 Temblor
•	 Contracturas
•	 Tics
•	 Dolores de cabeza
•	 Sensación de ahogo y opresión
en el pecho
•	 Inquietud
•	 Tartamudeo y dificultades
para hablar
•	 Tono de voz nervioso
•	 Insomnio y/o dificultades para
conciliar el sueño
•	 Conducta de evitación
EMOCIONALES COGNITIVAS
•	 Susceptibilidad- Irritabilidad
•	 Nerviosismo
•	 Angustia
•	 Agresividad
•	 Enojo
•	 Miedo a fallar
•	 Miedo a quedar paralizado
•	 Apatía
•	 Dificultades para concentrarse
•	 Sensación de confusión
•	 Fenómeno de la mente en blanco
•	 Distracción
•	 Preocupación por el desempeño
•	 Preocupación acerca de las
consecuencias negativas de fallar
•	 Preocupación por las sensaciones
físicas
•	 Perfeccionismo
50
Patricia Gallero Pardo
Ahora bien, la pregunta que nos hacemos ante este panorama es
¿qué hacemos? o ¿cómo puedo cortar este círculo vicioso?
Lo que hacemos en psicoterapia es intervenir en los distintos niveles
en que se manifiesta el problema.
De este modo, a nivel fisiológico podemos trabajar enseñando
técnicas de relajación que la persona podrá aprender y practicar
hasta llegar a utilizarla cada vez que sea necesario, lo cual le per-
mitirá: tomar conciencia de su cuerpo, específicamente del estado
de tensión; manejar la respiración y coordinarla con la contracción
muscular y utilizar esto para relajar su cuerpo y disminuir las señales
fisiológicas de ansiedad.
A nivel cognitivo y emocional es donde está el trabajo más profundo.
En este nivel nos encontramos con todo aquello que asociamos con
nuestra ansiedad presente, con todo un contexto biográfico, am-
biental, de vínculos afectivos y de rasgos de personalidad. Un con-
texto que es exclusivo para cada uno de nosotros y que constituye
el marco en el cual se inserta nuestro problema: la ansiedad ante el
rendimiento.
Aquí es donde podemos hacernos varias preguntas que tal vez nos
aclaren y ayuden a comprender nuestros temores (dedica unos minu-
tos a contestar estas preguntas en función de tu experiencia):
•	 	¿A qué le temo? (respecto del problema específico):
Ej. “puedo reprobar el ramo nuevamente y ser eliminado de la ca-
rrera” (fantasía negativa anticipatoria, si se considera que la persona
en ese momento preciso está solamente enfrentando una prueba).
•	 ¿Qué siento que me estoy jugando al rendir? (además de una
nota, por supuesto) o ¿qué arriesgo?:
Ej. “si me va mal, no estaré respondiendo al esfuerzo que hacen mis
padres”.
•	 ¿Qué hago habitualmente cuando no tengo el resultado que es-
peraba?:
Ej. “me desmotivo y dejo de estudiar” (lo cual incide en malos resul-
tados posteriores).
•	 ¿Qué hacía antes (en otras etapas de mi vida por ejemplo) en este
caso?:
Ej. “En el colegio no me preocupaba tanto porque sentía apoyo de
mis compañeros y profesores, en cambio en la universidad cada uno
se las arregla solo, los profesores no están pendientes” (lo cual podría
guía de apoyo psicológico para universitarios
51
Ansiedad ante el rendimiento
evidenciar un problema de adaptación a la universidad que subyace
al problema de ansiedad).
•	 ¿Qué importancia ha tenido en mi historia (desde que era niño) el
“hacer bien o mal las cosas”?:
Ej. “Mi familia siempre me ha comparado con mi hermano, que es
muy exitoso, por lo tanto, yo permanentemente he intentado alcan-
zarlo o superarlo”.
•	 ¿Me permito equivocarme?:
Ej. “cuando me va mal, siento rabia conmigo mismo (a) y continúo
mucho tiempo recriminándome, hasta que vuelve a irme bien”.
•	 ¿Qué imagino que esperan de mí las personas cercanas?:
Ej. “Yo sé que mi madre espera que termine pronto la carrera para
que pueda apoyarla económicamente” (lo cual genera una perma-
nente sensación de apuro y presión)”.
•	 ¿Los resultados que obtengo cambiarán la imagen que tengo de
mí mismo o la que otros tienen de mí?:
Ej. “A veces creo que mis compañeros me ven menos inteligente por-
que me ha ido mal en un ramo” (esto es una generalización que ade-
más la persona imagina y no ha confirmado).
•	 ¿Exijo a (o espero de) otros lo mismo que me exijo a (o espero de)
mí?:
Ej. “No, yo entiendo que los demás pueden equivocarse y eso no sig-
nifica que sean incapaces” (se evidencia la actitud autoexigente de
la persona).
•	 ¿Qué significado le doy a los malos resultados?:
Ej. “Pienso que tal vez yo no sirva para esta carrera” (esta es una idea
irracional, considerando que muchas personas han tenido y superado
dificultades durante sus estudios y eso no ha implicado que posterior-
mente fracasen como profesionales, incluso puede darse lo contrario).
•	 ¿Realmente no tengo opciones si no me va bien ahora?:
Ej. “No sé qué haré si me va mal y repruebo el ramo” (si se analiza con
detención, se verá que hay varias instancias para repuntar cuando se
ha tenido mal rendimiento en un ramo, antes de reprobarlo; existen
pruebas recuperativas, exámenes en marzo, cursos de verano, etc.
Y si se reprueba, también es importante evaluar que incluso puede
favorecer al alumno hacer nuevamente el ramo para consolidar un
buen nivel de aprendizaje).
52
Patricia Gallero Pardo
Es importante hacer frente a esta situación que tememos, percibirla
como posible y ver que es menos amenazante en la realidad de lo
que anticipamos en nuestra imaginación.
Preguntas como éstas u otras similares, si nos las planteamos y las res-
pondemos tratando de ir un poco más allá de la primera respues-
ta que surge, profundizando en ellas, nos ayudarán a comprender
cómo conceptualizamos el rendimiento, con qué factores lo asocia-
mos, cuán irracionales pueden ser nuestras expectativas, cuánto de
nuestra vida hacemos depender de ello, etc. Y así posibilitar la toma
de conciencia de aquello que nos está presionando o dañando, de
aquello que estamos enfocando inadecuadamente y que finalmen-
te genera nuestro estado ansioso al enfrentarnos a las evaluaciones.
A nivel conductual habitualmente se realizan distintas intervenciones,
todas las cuales apuntan a enfrentar de una u otra manera aquello
que tememos en vez de evitarlo, lo cual también tendería a cortar el
círculo vicioso que se expuso anteriormente.
Además de esto, existen ciertas orientaciones simples que se pueden
seguir en el momento mismo de enfrentar una prueba o evaluación
y que, si bien es cierto no harán que la ansiedad desaparezca auto-
máticamente ni tampoco asegurarán una buena calificación, sí fa-
vorecen el manejo de la ansiedad que surge en esta situación, dismi-
nuyen su interferencia en el desempeño y aseguran que el resultado
sea más acorde al conocimiento, el dominio y la comprensión que el
alumno tiene de la materia que se evalúa.
Es así como, en el momento de comenzar a rendir la prueba, las indi-
caciones son:
1. 	 No dedicarse a eliminar la ansiedad
A pesar de que pareciera contradictorio con nuestro objetivo, no re-
sulta conveniente en ese momento hacer esfuerzos por estar tranqui-
los; en primer lugar, porque ese esfuerzo que hacemos mantendría
nuestra atención focalizada en la ansiedad en vez de situarla en las
preguntas que tenemos frente a nosotros y en la ejecución de la prue-
ba; y en segundo lugar, porque cuando ya presentamos el problema
de ansiedad ante el rendimiento, el sentir o dejar de sentir ansiedad
no es algo que podemos manejar voluntariamente (si así lo fuera, no
tendríamos el problema), por lo tanto, lo más probable es que hare-
mos mucho esfuerzo, veremos que no nos resulta y sentiremos más
ansiedad en todas sus manifestaciones. Entonces, la pregunta obvia
es ¿qué debería hacer?
guía de apoyo psicológico para universitarios
53
Ansiedad ante el rendimiento
Simplemente tomar conciencia de la ansiedad, asumirla, saber que
está ahí, pero no fijar nuestra atención en ella, dejar que forme parte
del telón de fondo de la escena. Podemos practicar la relajación fí-
sica a través de la respiración si ya la hemos aprendido, pero la idea
central es focalizar nuestra atención en las preguntas y desarrollarlas
a pesar de la ansiedad, con la ansiedad presente, como si fuera un
ruido molesto que hay en el ambiente; dirigir nuestra atención a la ta-
rea que en ese momento nos ocupa, no a nuestro estado emocional
del momento.
2. 	 No estar atento al tiempo (a la hora)
Por lo tanto, no llevar reloj ni buscar saber qué hora es mientras esta-
mos desarrollando la prueba.
A menudo se considera esta conducta como útil para distribuir ade-
cuadamente el tiempo que se dedica a cada pregunta, sin em-
bargo, para quienes presentan ansiedad en esta situación, el estar
pendiente de cuánto tiempo ha pasado y de cuánto queda para
las preguntas siguientes, sólo generará más presión y evidentemente
ansiedad, ya que es común que en estos casos las personas sientan
que el tiempo no es suficiente para lo que deben responder. A veces
están en lo cierto, pero aún en estos casos, es preferible responder
menos preguntas en un estado de mayor concentración y tranqui-
lidad, que más preguntas en estado de presión y “corriendo contra
reloj”, donde se corre el riesgo de cometer errores por apuro y falta
de concentración.
3. 	 Leer detenidamente cada pregunta (de a una)	
Pareciera evidente e innecesario mencionar que para responder
acertadamente necesitamos saber qué se nos está preguntando, sin
embargo, es frecuente que cuando nos enfrentamos a una evalua-
ción y nos sentimos ansiosos, tendemos a apurarnos en responder,
leemos “corriendo” la pregunta y así puede ocurrir que nos dedica-
mos a desarrollarla sin haberla comprendido a cabalidad, o bien, ha-
biendo leído equivocadamente datos importantes de ésta, suponien-
do que nos preguntan algo distinto de lo que se nos pidió en realidad;
finalmente tenemos como consecuencia una respuesta errónea, aun
cuando contábamos con el conocimiento necesario para haber res-
pondido bien.
54
Patricia Gallero Pardo
Por lo tanto, es muy importante que dediquemos tiempo a leer con
detención la pregunta para asegurarnos de que sabemos qué se nos
está preguntando.
Además, es conveniente leer con calma y luego contestar sólo la pri-
mera pregunta y no leer toda la prueba de inmediato. Se debe ir
avanzando gradual y sistemáticamente para evitar angustiarse al ver
cuánto abarca la totalidad de la prueba o al imaginar que no sabe-
mos responder todas las preguntas, situaciones que habitualmente
ocurren a quienes se sienten muy ansiosos.
4. 	 No presionarse por saber la respuesta completa
de inmediato (responder paso a paso)
Estamos centrados en la primera pregunta y nos dedicamos a respon-
derla. Si, como ocurre muchas veces, la pregunta requiere un desa-
rrollo largo y complejo de varias etapas, como son los ejercicios ma-
temáticos o las preguntas en que es necesario, por ejemplo, aplicar
e integrar conceptos teóricos a la solución de casos concretos, no es
necesario saber de inmediato el desarrollo completo de la respuesta;
puede ser que a causa de la ansiedad hayamos olvidado partes de
éste o aún no logremos identificar de qué ejercicio o caso específico
se trata. No importa; en vez de desperdiciar tiempo en presionarnos
para recordar, es preferible ir respondiendo paso a paso, es decir,
establecer un primer paso tentativo, “intuitivo”, incluso podríamos de-
cir, aunque no tengamos certeza de que está correcto o adonde
nos llevará. Luego, al mirar este primer paso, imaginar cómo podría
continuarse y desprender de este primer paso, el siguiente y así ir ex-
trayendo cada paso del paso anterior, hasta que:
a)	 logremos recordar, deducir y completar la respuesta, o
b)	 nos quedemos detenidos sin saber cómo continuar.
5. 	 Distinguir “bloqueo” de “tiempo para reflexión,
deducción y elaboración de repuesta”
Cuando nos hemos quedado detenidos en el desarrollo de la res-
puesta, nos centramos en lo que está ocurriendo en el interior de
nuestra mente, qué estamos imaginando, o recordando o diciéndo-
nos a nosotros mismos. En este punto, es necesario distinguir dos esta-
dos distintos:
guía de apoyo psicológico para universitarios
55
Ansiedad ante el rendimiento
a)	 Estamos presionándonos, sin poder recordar nada asociado a la
respuesta, se nos ha olvidado todo lo que aprendimos o lo que
nos sería útil para responder y solamente tenemos en nuestra
mente fantasías e ideas relacionadas con tener que rendir bien,
con las consecuencias de no lograrlo y con el temor y ansiedad
que eso nos provoca. Esto sería un bloqueo ansioso.
b)	 Nos detenemos a reflexionar sobre la pregunta y su respuesta, a
analizar, a recordar ejercicios ya hechos, a establecer relacio-
nes entre conceptos, a sacar conclusiones, a deducir. Este es un
tiempo útil y productivo en la resolución de la respuesta; seguimos
concentrados en ella.
Entonces, si distinguimos entre estos dos estados y nos encontramos
en el estado “a”, inmediatamente, en el instante en que tomamos
conciencia de que estamos en este estado (bloqueo), abandona-
mos esa pregunta y dejamos la respuesta tal cual está, aún incon-
clusa y continuamos con la siguiente; de manera de no perder ni un
segundo más en una detención que, no sólo no será productiva para
responder adecuadamente, sino que además nos conectará con
contenidos y fenómenos internos que nos generarán mayor ansiedad
y falta de control de ésta, con todas las consecuencias que ya co-
nocemos.
El estado “b”, en cambio, ya lo dijimos, es un tiempo bien invertido
que nos favorecerá en el desarrollo de la respuesta.
6. 	 Continuar el desarrollo de la prueba en orden
Ya sea que hayamos respondido completamente o no la primera
pregunta, continuaremos con la pregunta siguiente del mismo modo,
aplicando las indicaciones ya planteadas en los puntos anteriores y
seguiremos el desarrollo de la prueba, pregunta tras pregunta, orde-
nadamente hasta llegar al final de esta.
7. 	 Al finalizar la prueba se completará y/o corregirá
Una vez que hayamos trabajado en todas las preguntas de la prueba,
llegaremos al final, habiendo completado algunas y dejado otras sin
responder o incompletas; es en este punto cuando podemos volver
atrás y revisar lo que ya respondimos con el fin de completar aquello
que nos falta o corregir lo que tenemos ya desarrollado.
56
Patricia Gallero Pardo
8. 	 No borrar ni cambiar nada, sin tener certeza
Ocurre con frecuencia que al revisar una respuesta comenzamos a
dudar de si estará correcta o no, nos sentimos inseguros y decidimos
borrar lo que habíamos respondido o responder algo diferente, y ve-
mos con decepción al recibir el resultado de la prueba, que la res-
puesta que originalmente teníamos era la correcta.
La mayoría de las veces esta situación es causada por la ansiedad
que sentimos más que por nuestra falta de conocimiento de la mate-
ria; al estar ansiosos dudamos y nos sentimos inseguros de nuestro des-
empeño; por lo tanto, ante esta vacilación es preferible (dando por
supuesto que nos hemos preparado adecuadamente para la prueba
y comprendemos los contenidos que se evaluarán), dejar escrito lo
que respondimos en un principio, que cambiarlo en el último momen-
to. La excepción a esta indicación sería aquellos casos en que se está
absolutamente seguro (100%) de que se ha cometido un error, ya que
cuando contamos con este grado de certeza es porque sabemos
cuál es la respuesta correcta; en este caso, no hay dudas ni vacila-
ción; sólo así cambiaremos o borraremos nuestra primera respuesta.
Al finalizar, es importante enfatizar nuevamente que todas las indica-
ciones anteriores tendrán un efecto favorable en los casos en que
la persona haya dedicado tiempo y esfuerzo a estudiar sistemática-
mente la materia que va a ser evaluada y además la comprenda; es
decir, personas cuyo rendimiento se vea afectado por la ansiedad.
Este enfoque no asegura necesariamente buenos resultados o cali-
ficaciones altas, sino que permite manejar dicho estado emocional
(ansiedad), de modo que el desempeño del alumno sea acorde al
conocimiento y comprensión que él (o ella) tiene de la materia. Si se
pone en práctica de manera habitual cada vez que se enfrenta una
evaluación, la ansiedad irá disminuyendo, aumentará la seguridad
de la persona y será cada vez más probable lograr los resultados es-
perados.
57
Estrategias y hábitos de estudio
Beatriz Painepán Sandoval
Estudiar en la universidad y desempeñarse óptimamente en ella pue-
de ser una gran meta a alcanzar que requiere, en la mayoría de los
casos, que los estudiantes adapten las estrategias y hábitos de estu-
dios utilizados en la educación secundaria a la educación superior.
Esto, el caso que esas estrategias y hábitos se hayan utilizado a través
de los años de estudio o, de no ser así, comenzar a desarrollarlos si no
se tienen.
Más de un alumno universitario se queja diciendo: “en el colegio no
estudiaba y me iba bien, sólo atendía a las clases”, “aquí estudio y
me va mal”. Estos resultados probablemente reflejan mayores exigen-
cias académicas en la universidad en comparación con los años de
estudio previos.
En muchos casos, la falta de adaptación a estas nuevas exigencias y
de desarrollo de mejores hábitos de estudio influye en obtener bajas
calificaciones, una o varias asignaturas reprobadas, reprobación de
una asignatura en varias ocasiones, en grado extremo posible causal
de eliminación de la institución. Esta trayectoria puede tener diversas
causas, entre ellas están: causas emocionales, dificultades familiares,
escaso trabajo académico, entre otras, o puede incluso presentarse
un conjunto de ellas. Las que se relacionan con el bajo esfuerzo aca-
démico o deficitario sistema de estudio requiere de cambios drásticos
y urgentes en las estrategias y hábitos de estudio del alumno. Esta
propuesta requiere a nivel personal de un diagnóstico, la apertura a
practicar nuevos métodos y estrategias, revisar los resultados y eva-
luar o retroalimentar la forma de estudiar para mejorar cada vez más.
La educación superior plantea la posibilidad de probar la metodo-
logía de estudio frecuentemente, ya que la duración de los estudios
universitarios suelen ser al menos de tres años. Por tanto, es aconse-
jable replantearse la forma de estudiar anualmente para mejorar en
esta actividad. Las siguientes preguntas pueden ayudarte a reflexio-
nar sobre este tema:
Beatriz Painepán Sandoval
58
	 ¿Es igual la exigencia en el colegio o liceo que en la universidad?
	 ¿En la universidad es similar la profundidad con que se revisan las
diferentes materias?
	 ¿Me preparo de acuerdo a la forma y nivel de exigencia de las
evaluaciones?
	 ¿En mi formación anterior, obtuve buenos conocimientos básicos
en las distintas materias que profundizaré en la universidad?
Después de considerar tus antecedentes personales puedes pregun-
tarte y tomar una decisión:
	 ¿Estudio igual que antes o de una forma diferente?
Si los resultados que obtienes son acordes a tus objetivos, la respuesta
es sí. Si los resultados académicos y la forma en que organizas tus ho-
rarios de estudios no te agradan o no resultan, es momento de revisar
cómo estás estudiando.
La actividad central en la universidad es el estudio, por ello el cómo
se realiza la actividad de estudiar debiera ser un ejercicio frecuente
y cómodo. A nivel general es recomendable revisar cómo estudias y
luego plantearte estratégicamente en relación a tus objetivos perso-
nales. Para ello abordaremos a continuación temas como la motiva-
ción, los conocimientos previos, los objetivos propuestos y la gestión
del tiempo, entre otros (se sugiere usar como apoyo la ficha que se
anexa al final del artículo).
Motivación
Preguntarse para qué se estudia, por qué esta carrera, por qué en
esta institución. Y después específicamente plantear la misma inte-
rrogante al inicio de cada semestre para cada asignatura, te permi-
tirá calibrar cómo está tu motivación. En la medida que encuentres
respuestas entusiastas a tus preguntas, identificarás un alto nivel de
motivación que energizará tu esfuerzo.
Identificar el nivel de motivación es básico para emprender el traba-
jo de estudiar, mientras mayor sea el interés, el entusiasmo, el senti-
do que encuentres a lo que haces, serás capaz de hacer mayores
esfuerzos y obtendrás mejores resultados. Aquí cobra relevancia la
siguiente historia “se encontraban dos hombres picando una piedra
y se le preguntó a ambos qué hacen. Uno de ellos respondió que
picaba la piedra y el otro contestó que estaba construyendo una ca-
tedral”. Mientras mayor sea tu motivación, tus metas y expectativas
guía de apoyo psicológico para universitarios
59
Estrategias y hábitos de estudio
serán más ambiciosas, podrás invertir mayor energía y esfuerzo, lo que
aumentará la probabilidad de alcanzar los logros esperados.
Si, por otra parte, descubres que tu motivación ante una asignatura
es baja, quizás sea necesario aceptar y asumir que el objetivo perso-
nal es cumplir satisfactoriamente, y por compromiso, con un requisito
que está en función de un bien superior como, por ejemplo, concluir
la carrera.
Conocimientos previos
Se relaciona con la información básica que se debiera manejar para
comprender las materias nuevas que se verán en la universidad. En
algunas ocasiones, los alumnos suelen atribuir bajos resultados aca-
démicos a sí mismos y su escaso esfuerzo, sin embargo, son incapa-
ces de reconocer que han tratado de asimilar información nueva sin
manejar las bases que los profesores universitarios dan por conocidas
en sus alumnos.
La realidad de la educación secundaria es diversa, así como diversos
son los profesores, los énfasis y profundidad que han dado en el cole-
gio a sus asignaturas.
En la universidad se espera que los alumnos sean lo suficientemente
autónomos y activos para adquirir en forma personal aquellas ma-
terias o informaciones débiles en su formación académica y que
puedan perjudicar su aprendizaje universitario. Por eso, si observas
dificultades en tus conocimientos básicos deberás destinar tiempo a
nivelarte, preguntar, estudiar y buscar información.
Plantearse objetivos realistas
La forma de obtener una meta es comenzar por conocerla. Mientras
más claros y precisos sean los objetivos que nos planteamos, por asig-
natura, por semestre, por año, es posible después evaluar si fueron
logrados o no. Quizás si queremos empezar seriamente sea necesario
plantearse aprobar las asignaturas, si luego esa meta es alcanzada
es posible plantearse lograr un resultado académico mejor. Las metas
se pueden replantear cada vez con objetivos progresivamente más
ambiciosos, ya que una vez que se alcanzan es probable que te en-
tusiasmes y motives más.
Beatriz Painepán Sandoval
60
Gestión del tiempo
Es erróneo pensar que se requiere dedicar el mismo tiempo de estudio
para todas las asignaturas, es poco estratégico. Además, se requiere
aplicar criterios organizativos que respeten algunos criterios básicos.
La distribución del tiempo de estudio semanal también requiere ser
diagnosticado y replanteado según nuestras metas.
A continuación revisaremos un ejemplo práctico: Una alumna cursa
tercer año de una carrera de alta exigencia, trabaja el fin de semana
(sábado y domingo) para ayudar a costearse sus estudios, practica
baile un día en la semana desde las 18.00 horas en un lugar muy dis-
tante de la universidad, tan lejano como también se ubica su hogar.
Su objetivo es obtener mejores calificaciones que las actuales ¿es po-
sible? Ya está demostrado que es posible, después de revisar y poner
en práctica durante un mes su nueva metodología de estudios, lo-
grando muy buenos resultados.
La opinión de la estudiante de nuestro ejemplo es de gran satisfac-
ción personal por realizar todas sus actividades y de sentir que puede
tener una mejor calidad de vida. Ya no necesita estudiar hasta último
momento, restando horas de sueño a sus días. Sin embargo, presentó
dificultad para aceptar su nueva forma de estudio, ya que reconoció
que dormir poco era una especie de cábala de buena suerte para
ella. Y que la primera vez que durmió temprano, previo a una prueba
importante, se sintió muy culpable por no estudiar hasta tarde.
De este modo, una vez diagnosticado el tiempo real destinado al es-
tudio por materia, es necesario replantearlo considerando los siguien-
tes criterios:
•	 Dedicar tiempo para revisar las materias con anterioridad a la cla-
se siguiente. Esto permite revisar y confirmar la comprensión de la
información recogida, identificar las dudas para clarificarlas en la
clase y tomar notas o apuntes de las ideas centrales de la infor-
mación que continúa con mayor claridad y precisión.
•	 Invertir tiempo en revisar los contenidos nuevos después de la cla-
se para completar los apuntes con comentarios o ideas que no se
alcanzaron a redactar. Repasar y asimilar la información, comple-
mentar alguna idea con material bibliográfico extra y combatir
la “curva del olvido” (García Huidobro, Gutiérrez y Condemarín,
2003). Ésta se presenta en la gráfica siguiente y se refiere a la idea
estudiada por Hermann Ebbinghaus ya en 1885. En términos gene-
rales refiere que el tiempo de retención de la información nueva
guía de apoyo psicológico para universitarios
61
Estrategias y hábitos de estudio
es limitado en todas las personas, mucha información se pierde
las primeras ocho horas de aprendidos. Por tanto, la única forma
de recordar la información que puede haber sido revisada hace
dos o tres meses atrás, para un examen a fin de semestre, por
ejemplo, es poder mantenerla de forma más permanente con un
repaso frecuente.
Curva del Olvido
No se recuerda
nada
Sin repaso
Un mesHoy
100%
20%
50%
Se recuerda
permanentemente
Con repaso
8horas
Idea general
MesHoy Mañana Semana Quincena
100%
20%
60%
80%
40%
(Extraído de Huidobro, Gutiérrez y Condemarín, 2003)
Beatriz Painepán Sandoval
62
•	 Finalmente, es preciso reconocer que algunas materias son más
difíciles para una persona que para otra, por diversos motivos.
En tal caso, objetivamente es necesario dedicarle más tiempo lo
cual puede ser obvio si lo pensamos, pero la dificultad asociada
es que, la sola idea de estudiar más algo que nos cuesta puede
provocarnos rechazo.
Una vez considerados los planteamientos anteriores es posible revisar
cómo son las sesiones de estudio, evaluando la capacidad de aten-
ción y asimilación personal:
¿Me concentro rápidamente?
¿Es más fácil lograr ese estado de atención en algunos lugares, en
algunos horarios, para algunas materias más que para otras?
Estudiar concentradamente requiere un esfuerzo activo y consciente,
que presenta en promedio un tiempo limitado de aproximadamente
20 minutos de duración, después de los cuales se sugiere cambiar el
estímulo que se está revisando, es decir, cambiar de materia, acti-
vidad o realizar un breve descanso, por ejemplo (García Huidobro,
et al.,2003). Finalmente, sólo el mismo alumno puede evaluar si está
estudiando de forma tal que logra aprender, asimilar la información
o realmente pierde tiempo pensando en otras cosas. El estado de
concentración implica esfuerzo y requiere que la persona realice un
cambio del estímulo para recargarse de energía periódicamente.
En cada sesión de estudio productiva es necesario identificar que es-
tán implicadas diversas habilidades cognitivas tales como: observar,
interpretar, analizar, asociar, clasificar, comparar, relacionar, expre-
sar, retener, sintetizar, deducir, generalizar, entre otras, todas presen-
tes para que el aprendizaje sea realmente efectivo.
En relación a cómo abordar cada sesión, si hacer esquemas o resú-
menes, por ejemplo, las sugerencias pueden ser numerosas, estraté-
gicas y específicas según los objetivos que cada persona se plantea.
Sin embargo, en general, es aconsejable practicar aquella indicación
novedosa, que escuchas a tus compañeros o puedes aprender en un
libro, y que tú no utilizas frecuentemente e invertir un tiempo pruden-
te en practicarla, de forma tal que te permita identificar su efecto y
adoptar aquellas prácticas que te faciliten los buenos resultados.
Algunas ideas que puedes considerar, reflexionar y discutir con tus
amigos:
guía de apoyo psicológico para universitarios
63
Estrategias y hábitos de estudio
•	 Estudiar solo o con los compañeros, para empezar a revisar las
materias o cuando todos ya manejan bien los contenidos.
•	 Estudiar en el hogar o en la universidad, donde puedes ir a buscar
algo para comer o en un lugar con menos distracciones.
•	 Estudiar de día o de noche. Si bien es preferible sugerir que en el
día, porque es frecuente que en la noche se estudie cronológica-
mente menos tiempo y se altere el ritmo sueño-vigilia, provocando
posteriormente insomnio de conciliación o somnolencia durante el
día.
Además de evaluar las sesiones de trabajo, también es importante
considerar la adaptación de tus estrategias de estudio a la diversidad
de asignaturas que requieres revisar. ¿Estudias todas las materias de
la misma forma? Una perspectiva más estratégica (González et al.,
2005) sugiere que es necesario adaptarse a la naturaleza de la ma-
teria que se está estudiando. Si necesitas realizar la lectura de varios
textos que son distintas visiones sobre un mismo tema, se requiere un
abordaje diferente en comparación, por ejemplo, a una asignatura
que pertenece al área matemática y además requiere la realización
de muchos ejercicios con alto grado de dificultad.
Las sesiones de repaso requieren adaptarse a esa naturaleza y la
preparación de las evaluaciones también; es distinto preparar eva-
luaciones orales, pruebas escritas de desarrollo o alternativas, entre
otras. Entonces, incluso la forma de evaluación a la que se verá en-
frentado el alumno es un factor a considerar durante el proceso de
estudio.
Por otra parte, conocerse a sí mismo, identificar el propio estilo de
aprendizaje, entendido, en general, como la forma particular en que
cada persona utiliza un método o estrategias en el momento de apren-
der, también es un factor a considerar para organizar las sesiones.
Los sistemas que estructuran el estilo de aprendizaje se establece
según la forma como seleccionamos la información, como orga-
nizamos la información y como trabajamos la información. En este
sentido, si bien existen diversos modelos y teorías al respecto, desde
la perspectiva de la Programación Neurolingüística, por ejemplo, se
consideran los canales de ingreso o selección de la información y se
refiere a un estilo visual, auditivo y kinestésico de aprendizaje (Cazau,
2001). Actualmente es posible utilizar cuestionarios que nos ayuden
a identificar estos mecanismos propios. Por ejemplo, una persona
con un estilo más bien auditivo asimilará mejor la información nueva
Beatriz Painepán Sandoval
64
cuando recibe la información en forma oral, escuchándola en clases
expositivas, por ejemplo, y se sentirá cómoda expresándola poste-
riormente hablando y explicándosela a otra persona. Alguien con un
estilo visual aprenderá más fácilmente a través de la lectura de tex-
tos, siguiendo las transparencias de una presentación y/o tomando
apuntes, por ejemplo.
Es importante conocerse a sí mismo para mejorar la forma personal
de estudiar y también para plantearse objetivos más realistas y alcan-
zar metas acordes a nuestras capacidades y ambiciones.
También compartir y practicar formas de abordar las sesiones de
estudio de otras personas puede permitir conocer algunas técnicas
específicas que pueden ayudar a mejorar el trabajo académico per-
sonal. Entre muchos métodos de estudio, uno de ellos propuesto por
García Huidobro, Gutiérrez y Condemarín (2003) incluye los pasos de
Pre – leer o visualizar la materia en forma general, Leer la información,
Hablar o expresarla en voz alta, Escribir la información y Repetir los
contenidos. Todas estas etapas se aplican a cada sesión de trabajo.
La rutina de estudiar puede ser muy satisfactoria si es acompañada
de bienestar físico y psicológico, y es muy sensible a las alteraciones
emocionales. Cuando se está abatido, muy ansioso o físicamente
agotado es difícil alcanzar un aprendizaje efectivo. Si sintieras estas
dificultades es preciso acudir a los servicios especializados para resti-
tuir la salud previamente a retomar el estudio en forma regular.
En la medida que practiques estrategias y hábitos de estudio lograrás
ir centrando tu atención en la forma en que estudias y mejorar tu me-
todología personal de aprendizaje. Además, lograrás un mayor cono-
cimiento de ti mismo, de tus propias capacidades y limitaciones, así
como también entrenarás la habilidad de plantearte objetivos rea-
listas y alcanzables. Desde esta perspectiva, los resultados obtenidos
expresados en calificaciones serán secundarios al bienestar logrado
sobre la certeza de que realmente estás aprendiendo.
A continuación se anexa una ficha para que puedas evaluar distintos
aspectos de tus actuales estrategias de estudio. Frente a cada punto
señala si tu diagnóstico es:
MB = Muy Bueno B= Bueno P = Promedio S = Suficiente I = Insuficiente
Luego registra las sugerencias que puedan enriquecer tu trabajo per-
sonal apoyándote en las ideas señaladas. Al inicio del siguiente pe-
riodo de clases puedes revisar y corregir tu metodología de estudio.
guía de apoyo psicológico para universitarios
65
Estrategias y hábitos de estudio
Registro personal de estrategias de estudio
Instrucción: A continuación usted registrará las observaciones perso-
nales sobre sus estrategias de estudio. Se sugiere realizar un ejercicio
similar sobre cada materia que decida mejorar.
MB B P S I
1. Conocimientos previos:
•	 Conceptos previos a reforzar
•	 Otras sugerencias:
2. Toma de apuntes:
•	 Preparación previa
•	 Identificación de ideas centrales
•	 Comparación de contenidos
•	 Abreviaturas usadas
•	 Otras sugerencias:
3. Comprensión y retención de la información:
•	 Resúmenes
•	 Representaciones gráficas
•	 Otras sugerencias:
4. Abordaje estratégico:
•	 Motivación
•	 Fuentes de ayuda
•	 Gestión del tiempo
•	 Otras sugerencias:
Referencias
Cazau Pablo (2001), Estilos de aprendizaje: Generalidades http://www.ges-
tionescolar.cl/UserFiles/P0001/Image/gestion_portada/documentos/CD-
48Doc.estilos de aprendizaje (ficha55).pdf (consultado noviembre 2009)
González, R., González - Pienda, J., Rodríguez, S., Núñez, J. y Valle, A. (2005)
“Estrategias y Técnicas de Estudio”. Editorial Pearson, Madrid.
Huidobro, Gutiérrez y Condemarín (2003) A estudiar se aprende: metodología
de estudio sesión por sesión. 9ª edición. Ediciones Universidad Católica de
Chile. Santiago.
Ayuda para universitarios
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Herramientas para incrementar
la autoestima: Fortaleciendo
el amor hacia mí
Romina Ubilla Corrales
¿Cómo es posible poder amar lo que no conozco?
Con frecuencia la palabra autoestima suele hacerse presente en nues-
tra cotidianeidad, es común escuchar que determinada persona se
comportó de determinada forma porque tendría una baja autoestima.
Sin embargo y a pesar de su extendido uso, el significado y variables
involucradas en este concepto, no parecen estar tan claros y unifi-
cados. Como lo mencioné anteriormente, inferimos que ciertos pen-
samientos, afectos y conductas se desprenden de un cierto nivel de
autoestima; pero la explicación a la base de estas suposiciones no pa-
reciera encontrar consenso entre quienes se han dedicado a estudiar
este constructo. Lo que sí parece resultar evidente es que la autoestima
representa un componente de vital importancia en la formación de la
personalidad de los individuos, así como en la forma de interrelacionar-
se con el entorno. Al respecto, la percepción y la valoración que las
personas poseen sobre sí mismas influyen de manera relevante en las
actitudes, decisiones y conductas propias de la naturaleza humana.
Más aún, en opinión de algunos autores (Mruk, 1998), la autoestima
pareciera estar vinculada con la salud mental positiva y el bienestar
psicológico. Del mismo modo, al hablar de una baja autoestima, se
alude a efectos negativos, tales como las enfermedades mentales. El
bienestar o malestar psicológico se relaciona con la autoestima, se
ha observado que muchas personas que solicitan atención psicológi-
ca, presentan generalmente sentimientos de inadecuación, falta de
valía y ansiedad asociados a una baja autoestima.
Además, resulta necesario mencionar que en diversas problemáticas
psicosociales, la autoestima también representa un rol relevante, en-
contrándose conexiones entre esta temática e importantes proble-
mas sociales actuales, tales como el abuso de sustancias, el embarazo
adolescente, el fracaso escolar y la delincuencia (Rosenberg, 1965).
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Romina Ubilla Corrales
Para abordar el fenómeno de la autoestima, es crucial referirse a la
definición de este término. Las nociones que comúnmente conoce-
mos, aluden a las percepciones y valoraciones que los individuos tie-
nen sobre sí mismos. En otras palabras, la autoestima sería el valor
que le otorgamos a la imagen que poseemos de nosotros mismos.
Además de la consecuente relación que se mantiene con tal visión.
Una propuesta más desarrollada define autoestima como el juicio
personal de mérito que se expresa en las actitudes que posean las
personas hacia sí mismas. Esto correspondería a una evaluación que
la persona realiza sobre sí misma y que, generalmente, se mantiene
constante. Es decir, los seres humanos expresaríamos una actitud de
aprobación o desaprobación (producto de tal evaluación) hacia la
representación que se posee de sí mismos. En esta línea, la medida en
que las personas se creen capaces, significativas, con éxito y con va-
lía, corresponde a la consideración que poseen de sí (Coopersmith,
1967).
También en la autoestima se pueden apreciar un conjunto de com-
ponentes o factores responsables de la imagen de sí mismos. Tales
elementos se encuentran interrelacionados entre sí, interactuando
consecuentemente según esta relación:
•	 Componente cognitivo-intelectual: Corresponde a la descripción
mental de sí mismo. Es decir, las ideas, opiniones, creencias, per-
cepciones y el procesamiento de la información exterior.
•	 Componente emocional afectivo: Es el juicio de valor sobre nues-
tra percepción, en específico, sobre nuestras cualidades perso-
nales.
•	 Componente conductual: Corresponde a la decisión e intención
de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento determi-
nado.
En resumen, en un primer nivel se piensa o se posee determinada idea
sobre sí, luego se otorga valoración o estimación (positiva o negati-
va), para posteriormente decidir actuar (comportamiento o conduc-
tas) en consecuencia con los dos primeros niveles.
Por otra parte, diversos investigadores señalan la multidimensionali-
dad del concepto. Esto es, que la autoestima se encuentra referida a
distintas áreas o ámbitos. Al respecto y producto de ciertos estudios,
se ha llegado a proponer las siguientes dimensiones o ámbitos funda-
mentales que sustentan la globalidad o totalidad de la autoestima:
guía de apoyo psicológico para universitarios
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Herramientas para incrementar la autoestima
•	 Dimensión académica/laboral: en este ámbito se involucran las
variables de competencia y eficacia en las áreas académicas
y laborales. ¿Me siento lo suficientemente bueno en el colegio,
universidad o trabajo?
•	 Dimensión emocional afectiva: corresponde al estado afecti-
vo que mantienen las personas, reflejado en la valoración de sí
mismos y los demás. ¿Me siento una persona equilibrada emo-
cionalmente y satisfecha?, ¿Me siento conforme con mis vínculos
afectivos?
•	 Dimensión física: ámbito referido a la valoración de la imagen
corporal o física que el sujeto posee de sí mismo. ¿Me gusta mi
cuerpo?, ¿Estoy conforme con mi aspecto físico?
•	 Dimensión familiar: área correspondiente a la percepción que
el individuo posee, respecto a su núcleo primario o de crianza.
¿Cómo me siento dentro de mi familia?, ¿Siento que soy una per-
sona importante y querida dentro de mi grupo familiar?
•	 Dimensión social: se expresan las percepciones y valoraciones en
relación a las redes sociales en las cuales las personas se desen-
vuelven. ¿Mis compañeros me valoran?, ¿Mis amigos me apre-
cian y me toman en cuenta?
Aquí te presento una lista con las principales características de las
personas con alta y con baja autoestima:
Características de personas con alta autoestima
•	 Gusto por sí mismos y por los demás.
•	 Conciencia de virtudes, defectos, limitaciones y potencialidades.
•	 Autoconfianza y seguridad.
•	 Satisfacción en actividades.
•	 Expresión segura de emociones.
•	 Mayor apertura y flexibilidad.
•	 Perseverancia frente a la adversidad.
Características de personas con baja autoestima
•	 Autoimagen distorsionada (poco realista) y poco gusto por sí mismos.
•	 Desconfianza, indecisión e inseguridad respecto a sus
capacidades o posibilidades.
•	 Miedo al fracaso.
•	 Hipersensibilidad a la crítica.
•	 Necesidad de aprobación.
•	 Timidez y sentimientos de inferioridad.
•	 Vulnerabilidad a trastornos psicológicos.
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Romina Ubilla Corrales
En tanto, en relación al origen y estabilidad de un bajo grado de
autoestima, es posible advertir algunos factores comunes y que en
la mayoría de las ocasiones suelen estar presentes en las personas
con baja autoestima. Al respecto, ¿conoces o has escuchado ha-
blar sobre las distorsiones cognitivas?, éstas corresponden a una se-
rie de errores en el pensamiento o creencias irracionales, las cuales
son las responsables de obstaculizar el fortalecimiento de una sana
valoración de sí mismo. Tales ideas se expresan como afirmaciones
dogmáticas acerca de cómo deberían ser ciertas situaciones, siendo
no acertadas, irreales, autodestructivas y catastróficas. Este tipo de
creencias dificulta una visión de sí mismo realista y genuina, merman-
do de esta forma el fortalecimiento de la autoestima. Revisémolas a
continuación.
Principales distorsiones cognitivas:
•	 Ignorar lo positivo (ser negativo).
	 Ejemplo: Javiera obtiene una calificación que le permite pasar
un ramo, sin embargo se siente muy frustrada porque no era la
calificación que ella esperaba. Producto de lo anterior, llora y se
autoreprocha por la calificación obtenida, ignorando el hecho
positivo de haber alcanzado la nota necesaria para aprobar la
asignatura.
•	 Pensamiento todo-nada (totalizar acontecimientos).
	 Ejemplo: Pedro ha terminado recientemente una relación amoro-
sa, ante lo cual piensa que nadie lo quiere y que no será capaz
de entablar una futura relación de pareja.
•	 Magnificación (exageración).
	 Ejemplo: Sofía ha obtenido una baja calificación en la universi-
dad, ante lo cual manifiesta: “estoy muy preocupada, este es el
fin de mi carrera académica”.
•	 Visión catastrófica (adelantar o interpretar acontecimientos de
forma catastrófica).
	 Ejemplo: María suele interpretar todos los acontecimientos que le
suceden como una tragedia o con una visión catastrófica. Al res-
pecto, cree que su vejez estará marcada por soledad, pobreza y
que le sucederá algo muy malo como una enfermedad discapa-
citante.
•	 Sobregeneralización (extraer conclusiones generales, a partir de
un elemento en particular).
	 Ejemplo: Francisco expone sobre un tema en una reunión de tra-
bajo ante un grupo de personas. Mientras habla, uno de los oyen-
guía de apoyo psicológico para universitarios
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Herramientas para incrementar la autoestima
tes mira su reloj. Francisco piensa: “mi exposición debe aburrirlos a
todos, no soy bueno para esto, quiero terminar pronto”.
•	 Personalización (atribución arbitraria).
	 Ejemplo: Cristián viaja en el vagón del metro, de pronto escucha
carcajadas de unas personas que se encuentran en el mismo va-
gón. Ante lo anterior Cristián piensa: “se están riendo de mí, me
siento ridículo”.
•	 Etiquetado (asignar etiqueta negativa de manera absoluta).
	 Ejemplo: Rosalía acude a su primer día en la universidad. En uno
de los ramos, se le pide a cada uno de los estudiantes que se
presente al resto del grupo. Cuando le corresponde a Rosalía pre-
sentarse, se pone roja y queda en blanco. Casi inmediatamente
ella piensa: “soy muy tímida, nunca podré desenvolverme bien
con las personas”.
Afortunadamente, existen ciertos recursos que se pueden utilizar para
tratar de disminuir o eliminar las distorsiones cognitivas. En este senti-
do, investigadores especializados han generado herramientas para
intervenir las principales distorsiones cognitivas. Uno de estos recursos
es la denominada Reestructuración cognitiva, la cual constituye una
técnica específica para someter a prueba la irracionalidad y poca
lógica de tales pensamientos. De este modo, se pretende estimular
a las personas para crear una nueva interpretación de los aconteci-
mientos y de la valoración de sí mismas, modificando los antiguos es-
quemas de pensamientos negativos, generando así una mirada más
realista y positiva.
Actividad propuesta
A continuación se expone una secuencia de pasos para que conoz-
cas las etapas de esta técnica y puedas ponerlas en práctica. Co-
mienza por identificar alguna situación que debilita algún aspecto de
tu autoestima y sigue detalladamente las etapas:
Pasos para mejorar la Autoestima mediante la Reestructuración cognitiva
•	 Anota y describe la situación que debilita tu autoestima.
•	 Anota y describe los pensamientos generados por esta situación.
•	 Identifica la distorsión cognitiva (observa las que se mencionaron
con anterioridad).
•	 Enuncia y describe los sentimientos asociados.
•	 Identifica y describe la conducta expresada.
•	 Propone una interpretación alternativa.
•	 Reevalúa tu percepción o creencia inicial.
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Romina Ubilla Corrales
Amododeejemplo,tepresentounaseriedesituacionesendondeseaplicalaReestructuracióncognitiva,puedes
guiarteporellapararealizarlaactividadanterior:
SituaciónPensamiento
Distorsión
cognitiva
SentimientoConducta
Pensamientosy
vivenciasalternativas
Obtuveuna
bajacalificación
académica
Nosirvopara
nada
Sobregenerali-
zación
Mesiento
incapazde
rendirbien,
sientotemor
Dejode
prepararme
paralas
próximas
evaluaciones
Talvezmefaltó
preparaciónenalgún
tema,talvezmepuse
ansioso
Unchicono
quisobailar
conmigo
Soypoco
atractiva
Sobregeneraliza-
ción,personali-
zación
Mesientofeay
rechazada
Meaíslo,novoy
másabailar
Talveznoseasutipo
demujer
Mequedé
singrupode
trabajoparala
actividad
Soytímido,soy
untorpe
Etiquetado,
sobregenerali-
zación
Soyuntonto,
mesiento
rechazado
Nomeacerco
alosgrupos
yhagola
actividadsolo
Talveznosedieron
cuentaquequedé
singrupo,yonome
acerquéaincluirme
Expresémi
opiniónen
elalmuerzo
(familiar)yno
merespondieron
Mifamilianome
tomaencuenta,
nomequieren
Pensamiento
todo-nada,
sobregenerali-
zación
Sientoqueno
mevaloran
Novuelvoa
opinar,meretiro
delalmuerzo
Talvezhablémuybajo
ynomeescucharon,
talvezestaban
poniendoatenciónen
otracosa
Minovionome
abrazóhoyal
saludarme
Tienealgoenmi
contra,yanole
gusto
Personalización
Mesientopoco
querida,tengo
pena
Mequedo
callada.Loreto
ymemarcho
Talvezleocurrióalgo
particularquele
preocupamásenese
momento
guía de apoyo psicológico para universitarios
73
Herramientas para incrementar la autoestima
Paralelamente a la realización del ejercicio anterior, puedes centrarte
y reflexionar sobre 3 elementos fundamentales para que tu autoesti-
ma se incremente. En mi opinión, el conocimiento y reflexión de es-
tos importantes factores, podrá ayudarte significativamente a poseer
una imagen de ti más realista y optimista, con posibilidades de cam-
bios favorables en todo lo que deseas lograr:
Herramientas cruciales para el fomento de la autoestima
•	 Autoconocimiento: el conocimiento de sí mismo constituye uno
de los pilares del fortalecimiento de la autoestima. ¿Cómo es po-
sible llegar a querer y amar lo que no se conoce? Es de suma re-
levancia el conocernos y re-conocernos en nuestras experiencias,
virtudes, defectos, capacidades, limitaciones y potencialidades;
otorgando de esta forma, un valor real y genuino de nuestra va-
lía inherente como seres humanos. La constante búsqueda de la
comprensión de mis actitudes, creencias, sentimientos y compor-
tamientos, el identificar mis estados emocionales, mis momentos
de crisis, motivaciones, recursos, metas, logros, etc. me otorga un
enfoque más amplio y maduro para interpretarme e interpretar
mi entorno.
•	 Aceptación Incondicional de sí mismo: luego de conocerme,
reencontrarme o redescubrirme tal vez, comienza el proceso de
aceptación genuina e incondicional hacia mi persona. En esta
autoaceptación, me acojo a mí mismo con la misma compren-
sión y afecto que podría prodigar a un ser querido, entablar un
diálogo con mi ser interior, ser paciente conmigo, conocer mis
ritmos, mis preferencias, prestarme atención, validarme en mis op-
ciones y decisiones, aceptarme en mis fortalezas y debilidades, ser
consciente de mis capacidades y de mis oportunidades, lo que
me llevará a elegir mejor y reconocer lo que me genera satisfac-
ción y me hace sentir feliz.
•	 Amarse a sí mismo: finalmente, el piso o raíz fundante para la con-
secución de mi felicidad, es el amor hacia mi persona y la forma
de vincularme según este afecto. En síntesis, me quiero tal cual
soy, me siento libre en mis sentimientos (no soy esclavo de accio-
nes o afectos nocivos, ni relaciones destructivas), me preocupo
por mejorar aspectos que considero nocivos. Este amor y relación
conmigo me permite relacionarme con mayor seguridad con los
que me rodean y comprender mejor los sentimientos ajenos te-
niendo como referencia la real valoración que poseo de mí.
74
Romina Ubilla Corrales
Actividad propuesta
Para que puedas desarrollar con mayor facilidad los 3 elementos
anteriores, te invito a crear un “diario de autoestima” o como quieras
llamarle. El objetivo de este registro escrito es precisamente que puedas
conocerte, aceptarte y amarte. Si quieres darle un toque personal, puedes
confeccionarlo tú mismo y adornarlo a tu antojo. Lo recomendado es que
en este diario, anotes los acontecimientos que consideres más importantes
y todo lo que creas y sientas sobre tales experiencias. Principalmente,
considera lo que crees sobre ti, dialoga contigo mismo para establecer
una nueva relación y compromiso hacia tu persona. Trata de ser constante
en esta labor y, cuando puedas, lee lo que has escrito; te puedes encontrar
con grandes sorpresas…
Finalmente y a modo de cierre, espero que este capítulo te haya sido
de utilidad para informarte mejor de esta temática y, principalmente
para que puedas poner en práctica lo que aquí se ha sugerido; lo
anterior con el propósito de incrementar tu autoestima. Es importante
además que tengas en cuenta que tu Autoestima es una vivencia
susceptible a cambios y con potencialidades a tu favor siendo po-
sible el desapegarnos de una autoimagen anterior; que nos resulte
incómoda, rígida y nos obstaculice el bienestar personal. Y no olvides
que una sana valoración hacia nuestra persona, se basa no solamen-
te en aspectos tales como la apariencia física, el desempeño en el
trabajo, rendimiento académico, etc. Estos aspectos otorgan cierta
valoración a lo que pensamos y sentimos sobre nosotros, pero no son
los únicos indicadores de nuestra valía como personas. Lo transversal
en el amor hacia mí es, precisamente, apreciarme por mi valor como
ser humano, procurando que el reenamoramiento y reencantamien-
to hacia mi persona persista durante toda mi vida.
Referencias
Coopersmtih, S. (1967). The antecedents of self-esteem. San Francisco: Freeman
and Company.
Mruck, C. (1998). Auto Estima. Investigación, teoría y práctica. Bilbao: Editorial
Desclée de Brouwer.
Rosenberg, M. (1965). Society and the adolescent self-image. Princeton: Prince-
ton University Press.
75
Ni sumiso ni agresivo sino asertivo:
cómo ser franco, directo y justo en la
interacción interpersonal difícil
Claudio Pizarro Hidalgo
¿Cuántas veces en tu diario vivir terminas haciendo lo que otros
quieren que hagas a pesar de que tú no lo deseas realmente? Por
ejemplo, te solicitan ir a estudiar juntos cuando tú no tienes suficiente
tiempo ni quieres hacerlo pero terminas haciéndolo por no herir a la
otra persona. ¿Cuántas veces te tragas tu deseo de expresar tu mo-
lestia con alguna situación por no atreverte a hacerlo?, ¿te ocurre a
menudo que no te atreves a expresar tu opinión en público por miedo
a que los demás te evalúen negativamente o porque los demás no
dan espacios?
Por cierto, la gran mayoría de las personas han vivido situaciones
como las que apuntan las preguntas. El problema no está en que se
hayan comportado alguna vez o a veces de esta forma; el problema
se produce cuando ese comportamiento ocurre con tal frecuencia
que las hace sentir molestas consigo mismas por acceder continua-
mente a peticiones que invaden sus límites y afectan negativamente
su bienestar. Es un problema cuando estas personas sienten que es-
tán enganchadas en vínculos donde se sienten utilizadas. También
es un problema cuando, por tratar de poner límites a los demás en
forma no asertiva, se enganchan en conflictos y agresiones verbales.
¿Es posible mejorar la forma de expresar los deseos, opiniones y sen-
timientos en forma franca, directa y honesta?, ¿es posible mejorar el
manejo personal que se puede tener con algunas personas y en algu-
nas situaciones difíciles? La respuesta es sí porque las habilidades de
interacción se pueden mejorar siempre. Tú puedes aprender a pro-
porcionar respuestas que sean más satisfactorias para ti mismo y que
respondan a lo que realmente quieres decir y hacer. La tecnología
psicológica que aborda esta materia se denomina entrenamiento en
asertividad.
Se puede decir que la falta de asertividad en tus respuestas se debe
a la combinación de posturas cognitivas injustas (contigo y/o con el
otro) que se van conjugando con tus miedos y también con tus falen-
cias de repertorio comunicacional. Por ejemplo, si recibes una invita-
76
Claudio Pizarro Hidalgo
ción de una tía muy querida tuya para asistir a una ópera, que no es
de tu interés, justo para un día previo a un examen importante donde
tú necesitas especialmente estudiar, se pueden activar tus creencias
y falencias comunicacionales de manera tal que dificulten una res-
puesta asertiva. En este sentido, pueden ocurrir procesos, entre otros,
como los siguientes:
a)	 No querer que esta tía querida se sienta rechazada y menos ante
un regalo tan especial y costoso.
b)	 Que la tía sea insistente y tú imagines que puedes estudiar en al-
gún otro tiempo que, en realidad, no esté disponible.
c)	 Que desvalores tus propios deseos de no ir a la ópera frente a los
deseos de tu tía de que vayas a la ópera.
d)	 Que expreses tu deseo de no aceptar la invitación, pero que no
puedas mantener esta negativa ante la insistencia de la tía.
e)	 Que termines enojándote y disgustándote con tu tía en el proceso
de rechazar su invitación.
Si tu respuesta no es asertiva, es probable que termines ocupando tu
tiempo de estudio asistiendo a una ópera en la cual no tenías interés
o provocando un sentimiento de desconsideración o de disgusto mu-
tuo al rechazar la invitación.
En las próximas líneas, entonces, expondré las consideraciones a te-
ner en cuenta para aprender respuestas francas, directas y justas,
junto a un ejemplo sobre el cual haré variaciones de manera tal que
te ayude a comprender la aplicación de los componentes de una
respuesta asertiva y, así, comenzar a crecer hacia una forma de ser
más satisfactoria para ti mismo. Antes de definir los cuatro componen-
tes de una respuesta asertiva, es necesario entender qué principios
rigen la conducta asertiva y saber distinguir entre respuestas sumisas,
agresivas y asertivas.
Principios que rigen la conducta asertiva
En primer lugar, es necesario que revises tus propias creencias sobre
los principios que deben regir las comunicaciones humanas y las in-
teracciones sociales con el objetivo de lograr claridad acerca de los
comandos tanto explícitos como implícitos que regulan tu forma de
ser. Estas creencias y actitudes afectan los modos de enfrentar las dife-
rentes situaciones que demandan de ti respuestas claras, directas, ho-
guía de apoyo psicológico para universitarios
77
Ni sumiso ni agresivo sino asertivo
nestas y justas. Pero para empezar a practicar respuestas asertivas solo
es necesario que estés de acuerdo con las siguientes afirmaciones:
1.	 Yo tengo derecho a expresar mi opinión.
2.	 Yo tengo derecho a expresar cómo me siento.
3.	 Yo no tengo derecho a maltratar a la persona con quien estoy
dialogando.
Si lo anterior es aceptado por tí; entonces, también deberías aceptar
que:
1.	 El otro también tiene derecho a expresar su opinión.
2.	 El otro también tiene derecho a expresar cómo se siente.
3.	 El otro no tiene derecho a agredirte.
Las opiniones y las emociones a expresar que abarcan estos principios
pueden ser tanto positivas como negativas. Es decir, todos tienen de-
recho, por ejemplo, a expresar aprecio o a expresar rabia. A veces no
se expresa el primero por timidez y el segundo porque se piensa que
la rabia no hay que expresarla sino controlarla.
Antes de practicar respuestas asertivas, es necesario reafirmar o
adoptar estos tres derechos. Es decir, tienes que tener la convicción
de que estas afirmaciones no sólo son correctas sino que deben ser
parte de tu vida. Estos principios servirán de referencia o guía para
cuando tengas que definir si la situación amerita una respuesta aser-
tiva de tu parte.
No siempre vas a estar claro cuando deberías ser asertivo. A veces
puedes tender a pensar que una petición no es tan exagerada y que
tú igual podrías aceptarla. Nuevamente, esta conducta es común
pero si su frecuencia es alta y no te sientes conforme con tu forma de
ser y dudas porque no sientes que sea una interacción armoniosa y,
generalmente, una vez que accedes, no quedas conforme contigo
mismo; entonces, es un problema de asertividad. Para superar estas
conductas es necesario tener muy claro cuáles son tus derechos y
tener la voluntad de dejarte guiar por ellos.
Respuesta asertiva versus respuesta sumisa
versus respuesta agresiva
También es necesario distinguir entre conducta sumisa y conducta
agresiva. A veces, una persona trata de defender su opinión o ex-
presar sus emociones en forma agresiva. Esto ocurre cuando tu res-
78
Claudio Pizarro Hidalgo
puesta ofende (no importa que estés siendo “honesto”), cuando no
considera el estado emocional del otro, cuando en tu respuesta hay
un etiquetamiento del otro. Por ejemplo, si tu pareja llega tarde a una
cita, tú podrías tener una reacción como la siguiente:
Él: 	 (con cara de disgusto) ¡te pasaste para llegar tarde!
Ella: 	Ay, disculpa.
Él: 	 No sé cuándo vas a aprender a tratarme con algún respeto. A ti
no te importa cómo me siento.
Ella: 	Y yo no sé por qué me dices “con algún respeto”. Tú sabes que
no hay ninguna intención de faltarte el respeto, ¡no seas exage-
rado! Además, ¿desde cuándo que te sientes tanto? (con iro-
nía).
Él: 	 Pero si siempre llegas tarde y tengo que estar esperándote como
un tonto dándome vueltas en la calle. Tú no piensas en eso. Eres
una desconsiderada, ¿lo sabes?
Ella: 	Mira, yo venía contenta a encontrarme contigo y mira con lo
que me encuentro. ¿Acaso no te dije ya que lo sentía? Eres muy
odioso.
Él: 	 ¿Odioso, yo? Ahora resulta que eres tú la que llega tarde pero ¡el
odioso soy yo!
Podrás imaginar el resto del diálogo y el grado de tensión al cual
puede llegar esta pareja con este tipo de interacción. Aquí hay una
situación que puede ameritar la expresión de disgusto o de frustra-
ción, pero el resultado no va a ser bueno. Analicemos este diálogo de
acuerdo a los principios de la asertividad mencionados en la sección
anterior.
Él tenía un gran disgusto y se sentía desconsiderado porque, al pare-
cer, en numerosas ocasiones ella llegaba muy tarde a las citas. Pero,
¿qué debe hacer con esta emoción que, al parecer, antes no la
había manifestado? Él podría haber omitido nuevamente su disgus-
to pero, seguramente, este disgusto pasaría a algún sistema de acu-
mulamiento mental que afloraría tarde o temprano. Si el disgusto era
fuerte y muy sentido, la respuesta de callar no sería asertiva ni humilde
ni aceptadora ni amorosa sino pasiva, autolimitante y autodescalifi-
cadora. En esta situación, él decide expresar lo que siente porque
“él tiene derecho a expresar lo que siente”. Sin embargo, la forma
en que lo hizo no fue asertiva sino que fue agresiva. ¿Dónde está la
agresividad? Algunos pueden pensar que él está diciendo la verdad
guía de apoyo psicológico para universitarios
79
Ni sumiso ni agresivo sino asertivo
y que, por lo tanto, no es agresividad porque “la verdad duele”. Pero
hay formas y formas de decir “las verdades”. Si él estaba disgustado
porque ella estaba tarde, lo propio era que le manifestara su disgusto
por esa situación específica, pero él extiende su discurso de tal forma
que la etiqueta de “desconsiderada”. Es este punto el que cambia
el tema de la discusión; ya no es meramente sobre la tardanza de
ese momento sino que pasa a ser un intercambio de acusaciones
(ninguna respetando los componentes de la asertividad): “yo no te
importo”, “exagerado”, “desconsiderada”, “odioso” “evitadora de
culpa”. En general, las acusaciones que implican características de
personalidad o globales del sujeto son consideradas agresiones injus-
tas por parte del que las recibe y elicitarán una respuesta defensiva.
Esta respuesta puede implicar una negación: “no, no soy así como
tú dices”) y/o un contraataque (“mírate a ti mismo, tú eres un xxx”).
Lo justo en esa situación en particular era expresar emociones que
correspondieran a la situación en cuestionamiento y no el expresar
emociones relacionadas con un historial de interacciones o senti-
mientos relacionados con características del otro que no eran de su
agrado. Cada problema debe ser tratado en su momento porque
las mezclas son explosivas y se perciben como injustas y agresivas por
quien las recibe y se va a producir la defensa o el contraataque; en
suma, malos resultados para los involucrados.
Es justo expresar tu disgusto en una situación, pero la forma asertiva
de hacerlo sugiere que tus frases se refieran a ti y no al otro. En nuestro
ejemplo, él se enfoca en la conducta de ella (tú llegas tarde) para
manifestar su propio disgusto. Más congruente hubiese sido el mostrar
su cara de disgusto y decir cómo se sentía frente a la conducta de
atraso. La frase podría haber sido algo así como: “me altera mucho
cuando pasan más de 30 minutos y tú no llegas”. Con esta forma no
cabe un contraataque, por ejemplo, y se asienta sobre una realidad
irredargüible; él se siente alterado en ese momento.
Otro considerando es que una buena comunicación debe procesar
y responder no solo lo que dice el otro sino también la afectividad o
emoción que hay en ese contenido. Cuando eres capaz de escuchar
de esa forma, tu comunicación será muy efectiva. Puedes preguntar-
te algo así como ¿con qué estado emocional/afectivo me está trans-
mitiendo esos contenidos? Al darte cuenta de ello deberás responder
no solo al contenido sino también a la emoción del otro.
A continuación, te voy a sugerir cuatro componentes a considerar
para producir una respuesta asertiva.
80
Claudio Pizarro Hidalgo
Habla en primera persona gramatical
La idea es aprender a expresar lo que tú sientes (con conjugaciones
verbales en primera persona gramatical) ante una situación o un re-
querimiento y no expresar lo que tú piensas del otro (conjugaciones
en segunda persona gramatical). Tus afirmaciones deberían empezar
con frases como: “Me siento (mal, frustrado, molesto, etc.) cuando
(describir el evento)” en vez de “Tú eres (desconsiderado, aprove-
chador, ofensivo, etc.)...” o un “deberías darte cuenta que con tu
acción...”.
Por favor, observa cómo la mayoría de las personas tienen el hábito
de expresar afirmaciones en segunda persona gramatical cuando in-
teractúan en diálogos donde se expresan emociones. Después, trata
de observarte a ti mismo cuando interactúas con alguien significati-
vo y estás en el modo de expresar emociones (sobre todo aquellas
negativas). Probablemente, muchas de las afirmaciones, tanto tuyas
como de las personas que has observado, están conjugadas en se-
gunda persona gramatical: “tú eres, tú eres, tú eres” en vez de en
primera persona: “a mí me ocurre..., me siento..., me gustaría...,”.
Sé específico
Tienes que especificar el evento que te molesta o que te hace reac-
cionar y remitirte solo a él. Debes hablar de ese evento y no de to-
dos los que han ocurrido en la historia que tienes con la persona con
quien interactúas. Es necesario evitar el generalizar y hacer atribucio-
nes a características de personalidad. Eso solo provoca una actitud
de defensa y no contribuye al diálogo y comprensión mutua.
Reconoce lo bueno o la intención positiva del otro
Siempre se puede encontrar una buena intención o algún aspecto
positivo del otro en aquella situación que requiere asertividad de par-
te tuya. Son pocas las situaciones en que las personas interactúan
contigo exclusivamente para dañarte. Generalmente, la conducta
del otro que te ofende o te altera va acompañada de buenas in-
tenciones o ignorancia de los efectos causados. Recuerda que el
adagio dice que el camino al infierno está pavimentado de buenas
intenciones.
No es lo mismo pedirle a alguien que deje de molestar sin más a
decirle que reconoces que hay intenciones positivas en su actuar,
guía de apoyo psicológico para universitarios
81
Ni sumiso ni agresivo sino asertivo
pero que ciertas conductas deben parar. Reconocer lo bueno o la
intención positiva del otro es justo, realista, considerado, empático y
equilibra el aspecto firme o duro que puedan tener los otros tres com-
ponentes de la conducta asertiva.
Manifiesta directamente tu petición
Una vez cumplidos los pasos anteriores, puedes expresar tu deseo, el
que puede ser una petición para que el otro haga algo o para que
deje de hacer algo. Por ejemplo, “entiendo que vives lejos pero aho-
ra me gustaría que tomaras las medidas necesarias para llegar más
temprano” o “Por favor, deja de hablarme en voz alta”. Para realizar
el paso de manifestar directamente tu petición, recuerda considerar
lo siguiente:
1.	 Es más constructivo manifestar tu petición después de haber ela-
borado los pasos anteriores (hablar en primera persona, recono-
cer algún aspecto positivo en la acción del otro y ser específico).
2.	 En este punto no hay rodeos; tienes que ser directo y claro.
3.	 Si hay rechazo a tu petición, simplemente repítela sin agregar más
argumentos, simplemente repite lo que ya dijiste. La técnica de
repetir sin agregar nuevos argumentos es muy efectiva.
La manifestación clara, acotada y directa de tu deseo o petición res-
ponde a los principios en que se basa la asertividad. Cuando logras
cierto dominio de esta habilidad, verás cómo aumentan tus niveles
de seguridad en ti mismo y tu nivel de satisfacción en las interaccio-
nes sociales. Ciertamente, mejora tu timidez y tu sentido de sentirte
en control o capaz de manejar una diversidad de situaciones. Y todo
esto sin tintes de ser sarcástico, ofensivo, defensivo, agresivo, cruda-
mente “honesto” ni sumiso.
Veamos, ahora, como sería el diálogo del ejemplo de más arriba si
uno de ellos decidiera dar una respuesta asertiva. Comencemos, pri-
meramente por analizar las afirmaciones de ella para luego desarro-
llar respuestas asertivas:
Cuando ella responde “Y yo no sé por qué me dices” “con algún res-
peto”... etc., ella está desviando el tema principal de la interacción
y que es la emoción de él frente a su atraso. Además, ella no solo
no reconoce el estado emocional de su pareja sino que se defiende
contraatacando diciéndole “exagerado”. Esta respuesta es equiva-
lente a echarle leña al fuego.
82
Claudio Pizarro Hidalgo
En su segunda intervención, ella comparte su propio estado afectivo
y frustración frente a la reacción de él, pero vuelve a defenderse con-
traatacando llamándolo “odioso”. Tal vez si no hubiese contraataca-
do, la interacción hubiese continuado más suavemente.
Veamos un posible desarrollo del diálogo si ella hubiese aplicado
asertividad; es decir, ser franca, directa y justa.
Él: 	 (con cara de disgusto) ¡te pasaste para llegar tarde!
Ella: 	Ay, disculpa.
Él: 	 No sé cuándo vas a aprender a tratarme con algún respeto. A ti
no te importa cómo me siento.
Ella: 	Veo que te he hecho enojar mucho con mi atraso, lo siento.
Él: 	 Pero si siempre llegas tarde y tengo que estar esperándote como
un tonto dándome vueltas en la calle. Tú no piensas en eso. Eres
una desconsiderada, ¿lo sabes?
Ella: 	Mira, yo venía contenta a encontrarme contigo y no quiero que
se arruine este momento. Te repito que siento haber provocado
tu alteración y prefiero que conversemos este tema más tarde,
con más calma porque me doy cuenta que es importante.
Él: 	 Mmmm, o.k., caminemos mejor.
La respuesta asertiva baja la intensidad de la emoción del otro. Las
respuestas de ella están en primera persona (veo que te he hecho
enojar, lo siento, venía contenta, no quiero, prefiero, me doy cuenta)
y no hay contraataque ni conjugaciones en segunda persona gra-
matical. Además, otorga la sensación de control y de seguridad en
sí misma.
Veamos ahora qué pasaría con este diálogo si fuera él quien decidie-
ra usar los principios de la asertividad.
Él: 	 Hola, por fin llegas. Mi impaciencia ya se convertía en molestia
(con cara de disgusto). ¿Está todo bien?
Ella: 	Ay, disculpa.
Él: 	 Me gustaría que consideraras cómo me siento cuando tengo
que esperar más de media hora.
Ella: 	Pero no te enojes, ya te dije que siento haber llegado tarde. No
es para tanto, ¿no?
Él: 	 Es que no me gusta que llegues con más de 30 minutos de atraso
y no me gusta estar esperándote impaciente dándome vueltas
en la calle. Seguramente, necesitaste más tiempo para hacer
guía de apoyo psicológico para universitarios
83
Ni sumiso ni agresivo sino asertivo
todo lo que tenías que hacer y no pensaste que me molestara
tanto, pero me gustaría que no ocurriera para una próxima vez.
Ella: 	Ay, amor, yo venía contenta a encontrarme contigo y se me
pasó la hora. Lo siento, trataré de no llegar tan tarde la próxima
vez pero no te enojes ahora.
Él: 	 Me haría sentir muy bien si lo lograras. Mejor ahora vamos a
caminar.
Nota que gran parte de las afirmaciones están en primera persona. Él
ha expresado su disgusto y sin enrostrarle sus supuestas características
negativas de personalidad. También reconoció un aspecto positivo
o más bien le otorgó un contexto positivo al afirmar que tal vez ella
necesitó más tiempo. Manifiesta clara y directamente su deseo y que
eso es importante para él.
Por un lado, este tipo de diálogo disminuye las probabilidades de que
se llegue a la discusión y el disgusto mutuo y, por otro lado, aumen-
ta las probabilidades que se converse el tema con miras a una bús-
queda de equilibrios y consideraciones del estado y perspectivas de
cada cual. Todo esto a pesar de que son emociones negativas las
que dominan el diálogo. Recuerda que tenemos derecho a expresar
nuestras emociones negativas también.
Conclusión
El diálogo que he desarrollado en este escrito es solo un ejemplo acer-
ca de cómo utilizar la asertividad; es decir, la expresión franca, direc-
ta y justa. Es franca porque se expresa lo que se siente y se piensa;
es directa porque no es una comunicación que hay que interpretar
para llegar a su verdadero significado, no es críptica; y es justa por-
que es más verdadero definir lo que te pasa a ti con la conducta del
otro que definir al otro en sus conductas según tu perspectiva; es justa
porque no se trae el historial de interacciones negativas del pasado
a propósito de un evento del presente sino que se trata el evento
presente en su realidad del aquí y ahora, acotado y sin maquillajes,
como es justo tratarlo.
Existe una variedad de situaciones donde se puede aplicar asertivi-
dad y que ameritan sus propios capítulos. Por ejemplo, situaciones
donde es justo detener a los que son insistentes o situaciones donde
es justo expresar emociones negativas como rabia, tristeza, frustra-
ción o disgusto o donde es justo rechazar peticiones que caen fuera
de los límites de lo que tú puedes dar sin consumirte. Pero también
84
Claudio Pizarro Hidalgo
situaciones que ameritan la expresión de emociones positivas como
admiración, gratitud o aprecio. A veces se es tímido para expresarle
a otro emociones positivas o simplemente no está en tu repertorio de
interacciones. Hacer esto libremente es un índice de que tu yo está
maduro, armónico y seguro de sí mismo.
Recuerda que el leer y comprender no basta, hay que practicarlo.
Elige anticipadamente una situación con alguien a quien desees
hacerle una petición, prepara frases adecuadas, ensaya, y pon en
práctica tu asertividad.
85
Motivación y elección
de la carrera universitaria
Patricia Pérez Marinkovic
La vida universitaria es una etapa más dentro del ciclo vital de una
persona. En esta etapa la persona requiere realizar una serie de ajus-
tes y adaptaciones en su mundo interno, ya que se enfrenta a una
tarea que se constituye en un importante desafío en el proceso de
construcción de su vida adulta.
Todos quienes escogen entrar a la universidad sienten el entusiasmo
de conectarse con el aspecto interno que les permite ir manifestando
para su vida lo que desean, es decir, se conectan el deseo y la posi-
bilidad cierta de hacer realidad sus sueños.
No obstante, hay muchas situaciones particulares que pueden co-
menzar a poner en riesgo este proyecto que se ha elegido y una de
las principales se vincula a la motivación.
No es extraño escuchar a estudiantes universitarios que se desmotivan
independientemente de la etapa de la carrera en la que se encuen-
tren. Algunos entran a su primer año ya desmotivados, generalmente
son quienes no quedaron en la carrera y/o universidad que desea-
ban. Otros en este mismo grupo se han sentido de alguna manera
obligados a escoger una carrera que no querían y a veces también
la persona entra a la universidad con una motivación muy disminuida
producto de un cambio importante en su estilo de vida. Estos casos
suelen ser estudiantes provenientes de provincia que deben salir de
sus hogares, dejar a sus amigos y muchas veces también a su pololo o
polola, lo cual implica varios cambios difíciles a la vez.
¿Qué es la Motivación?
Cuando hablamos de motivación… ¿a qué nos referimos? La Real
Academia Española define motivación como el ensayo mental pre-
paratorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con
interés y diligencia. Otra acepción es acción y efecto de motivar. Y
motivar lo define como disponer del ánimo para proceder de un de-
terminado modo. Surge también la acepción de dar causa o motivo
para algo.
86
Patricia Pérez Marinkovic
Estas definiciones resultan interesantes ya que se vinculan a dos as-
pectos fundamentales dentro de la psicología humana, uno de ellos
es el pensamiento (ensayo mental) y el otro es el sentimiento (dispo-
ner del ánimo).
La motivación surge desde un sentimiento de deseo de obtener algo
que es calificado de importante para nosotros. Por ejemplo: “voy
a estudiar periodismo porque quiero trabajar en medios de prensa
vinculados a la política, ya que siento que puedo ser un aporte en
esa área”. Claramente, al hacer esa declaración, interna primero y
posteriormente externa, me estoy conectando con la idea y la posi-
bilidad de convertirme en ese periodista en el área de la política y,
obviamente, esa idea me entusiasma, considero que sería un buen
proyecto para mí y si logro imaginarme ese escenario para mí, sim-
plemente me “enciendo”. Por lo tanto, surge la sensación de fuerza
interna que me permitirá recorrer el proceso para convertir en reali-
dad ese deseo.
Suena coherente, pero quizás también difícil. Uno de los aspectos que
se reconocen como parte de la inteligencia emocional es la capa-
cidad de auto motivarse. Quien no logra mantener su motivación en
el largo plazo, puede ver seriamente amenazado su proyecto en la
línea de la creación de lo que desea para sí mismo. Todos sabemos
que aun cuando hemos partido muy motivados por algo, suele ocu-
rrir que en alguno o en varias partes del camino que nos lleva a esa
meta, surgen dificultades y obstáculos y entonces se requiere nece-
sariamente “vencer resistencias” tanto en el mundo externo como
en el interno. ¿Cuáles pueden ser aquellas vinculadas al mundo ex-
terno? (que son las que primero solemos percibir), cansancio por las
exigencias de la vida académica, dificultades familiares (tanto afec-
tivas como económicas), aburrimiento por lo extenso de la carrera,
dificultades de adaptación tanto a la vida académica como en las
interacciones humanas, resultados académicos negativos o por de-
bajo de las expectativas personales, sentimiento de sacrificio vincu-
lado a la escasez de tiempo para actividades distintas a los deberes
académicos (por ejemplo, tiempo para la familia, los amigos y la pa-
reja).
Todas estas dificultades suelen generar un descontento que algunas
veces acaba poniendo en duda si realmente deseamos determina-
da meta.
guía de apoyo psicológico para universitarios
87
Motivación y elección de la carrera universitaria
Respecto a las dificultades en el mundo interno, suelen aparecer den-
tro de ellas la sensación de pérdida de libertad, dudas respecto a la
afinidad con la carrera escogida, cuestionamientos respecto a la ca-
pacidad personal tanto a nivel intelectual como a nivel emocional,
sensación extrema de cansancio interno vinculado a estar absolu-
tamente exhausto, ya que el esfuerzo personal ha sido titánico. Este
cansancio es distinto al fisiológico, no obstante suele confundirse. Este
cansancio de tipo psicológico apunta a una vivencia de ya no poder
más, son como los últimos metros de una carrera en la cual el atleta
siente el impulso de renunciar al esfuerzo, siente que se ha esforzado
ya demasiado y que simplemente no puede dar más. Este cansan-
cio puede comenzar a “hablarnos” permanentemente a partir de un
punto en el camino y generalmente nos influencia para renunciar a
nuestra meta y a todo el camino ya conquistado. El cansancio fisioló-
gico, por otro lado, se revierte al descansar adecuadamente uno o
dos días. En cambio, este otro cansancio no se revierte si no tomamos
conciencia de su existencia y revisamos aquello que nos está ocu-
rriendo. Hacerlo es fundamental, ya que este cansancio suele activar
sentimientos de desesperación, insatisfacción y frustración.
Dispersión interna versus focalización de la intención
La complejidad relacionada a los obstáculos internos y externos que
debemos vencer o traspasar para mantener el camino hacia nuestro
objetivo, es la que suele generar en algunas personas una sensación
de dispersión.
Al entrar en esta dispersión interna, la persona comienza a desdibujar
su objetivo y, por lo tanto, comienza a verlo cada vez más difuso y con
menos claridad. Es decir, la certeza y la confianza comienzan a reti-
rarse, ganando entonces espacio, el temor, la duda y la inseguridad.
Las personas que consiguen objetivos deseados por ellas y que por
supuesto eran importantes para ellas, refieren que lo que estuvo pre-
sente como fuerza interna durante todo el trayecto desde que deci-
dieron ir por lo que deseaban, hasta que llegaron a lo deseado, es la
“certeza”, es decir, una vivencia de un nivel de confianza a prueba
de cualquier obstáculo, tanto externo como interno. Cuando se ac-
tiva la certeza no existe forma de que lo deseado no se manifieste.
Pero cuando hablamos de certeza, hablamos necesariamente de la
88
Patricia Pérez Marinkovic
capacidad de creer en lo invisible, ya que todos nuestros deseos y
proyectos se gestan, en primer lugar, en el nivel de la idea y del senti-
miento, aspectos que viven de lleno en el plano de lo invisible. Cuan-
do, por ejemplo, una persona decide ser ingeniero, siempre la ener-
gía movilizada en ese deseo es inmaterial, pero es precisamente la
intensidad de esa energía, de ese deseo, lo que generará resultados
específicos. Necesariamente, a mayor intensidad del deseo, mayor el
nivel de motivación, lo que aumenta la posibilidad de concretar ese
deseo, es decir, recibir su título de ingeniero. Y a menor intensidad de
ese deseo, menor posibilidad de convertirse en el ingeniero que se ha
propuesto ser.
Por otro lado, como parte de nuestras contradicciones, dadas por
nuestra complejidad psíquica, muchas veces la motivación y el de-
seo se adormecen o desconectan, producto de un mecanismo de-
fensivo, que evita que nos conectemos con nuestra sensación de “no
ser capaces” de lograr determinada meta. En ese contexto, la des-
motivación evita que nos hagamos cargo de nuestras inseguridades
y autoestima disminuida.
Respecto al contexto universitario, para los docentes, no es novedad
que los estudiantes motivados avanzan más rápidamente que los no
motivados y en coherencia con eso, reprueban mucho menos las
asignaturas de su carrera, pudiendo incluso llegar a no presentar re-
probación aun en carreras consideradas especialmente difíciles.
Pero, ante esta situación, muchos podrán decirse…”sí, pero… la mo-
tivación no es lo único que determina los resultados”, y entonces es
necesario encuadrar esta información dentro de un escenario más
amplio.
La motivación por sí sola no asegura resultados exitosos, no obstante,
es el combustible fundamental para un proyecto exitoso. Puede ha-
ber disminución de muchos otros aspectos, pero si la motivación se
mantiene, tarde o temprano será ella misma la que logre animar los
otros aspectos. Y en el otro polo, si hay mucha disposición de aspec-
tos necesarios para ejecutar nuestro proyecto (recursos económicos,
apoyo familiar, disponibilidad de tiempo, etcétera), pero la motiva-
ción ha disminuido, estos recursos se encontrarán dispersos y poco
enfocados para el viaje hacia el objetivo.
La motivación es la fuerza del sentimiento que nos lleva a creer que
es posible para nosotros obtener lo que deseamos. Es sentimiento y
fuerza de vida en acción. Una persona altamente motivada es una
persona que logrará conectarse con una certeza interna respecto a
guía de apoyo psicológico para universitarios
89
Motivación y elección de la carrera universitaria
lo que desea conseguir. Por lo tanto, cualquier obstáculo que se pre-
sente en su camino será considerado transitorio, es decir, la persona
persistirá en su objetivo hasta conseguirlo. Hay un refrán popular que
transmite la idea de “el que la sigue la consigue”, y éste se refiere ob-
viamente a la perseverancia que nace desde la motivación.
Activación de la Motivación
Pero, ¿qué permite que se genere la motivación? No es extraño en el
medio universitario escuchar a estudiantes que señalan que les cues-
ta motivarse por algo, o que se motivan y rápidamente se desvanece
ese sentimiento. ¿Cuál será esa ansiada clave de acceso para que
se despierte la motivación? La motivación, más que un estado inte-
lectual, es un estado del sentimiento. El intelecto viene a completar
la vivencia de la motivación, pero no la determina. Es decir, si yo me
conecto con sensaciones de plenitud y agrado cuando me permito
soñar, por ejemplo, con ser médico, estoy accediendo a un nivel del
sentimiento. Si desde mi intelecto lo considero como una posibilidad
real, es decir, mi intelecto no le coloca objeción a mi sentimiento,
entonces me es coherente y me hace sentido y puedo decidir actuar
en coherencia con esto que estoy deseando para mí. Pero, puede
ocurrir también que mi deseo me conecta potentemente con la idea
de ser médico, pero mi intelecto rechaza esta idea, la cuestiona,
me dice: “eso no es para ti…, es demasiado difícil…, son palabras
mayores para ti… no es lo que te toca vivir…”, entonces yo desisto
de esa loca idea que se me ha ocurrido y decido prepararme para
ser un buen matemático. Pero, curiosamente, una vez que estoy en
la carrera, comienzo a sentir que se me hace cuesta arriba y no lo
entiendo, porque tengo las capacidades intelectuales requeridas
para ese proyecto. Entonces, un día cualquiera, veo en el patio de
la universidad una serie de estudiantes de medicina vestidos con sus
delantales blancos y lo encuentro genial o también podría enojarme
mucho. Es decir, al parecer, mi intelecto renunció a la idea de con-
vertirme en médico, pero mi sentimiento aún no lo hace. Y es porque
muchas veces nuestro sentimiento cree más en nosotros mismos que
nuestro pensamiento. Y sin embargo, estamos tan acostumbrados a
darle toda la importancia y toda la tribuna a nuestro pensamiento,
porque es “lo adecuado, lo sensato, lo que hay que hacer”.
Alguien en este punto puede decir…”sí, pero, cómo me aseguro de
no estar alimentando sentimientos que no tienen nada que ver con
mis capacidades, es decir, imagínate que quiero ser médico y tengo
90
Patricia Pérez Marinkovic
un 5,0 de promedio y además siempre me costó la Biología”. Bueno, sí
es una posibilidad que algunas personas quieran ir a objetivos que no
están al alcance de su mano, pero hay una distinción muy importante
en este punto. Cuando la persona elige algo que no está vinculado a
sus capacidades (ejemplo, querer ser médico y le va mal en Biología)
es resultado de no tener un mayor autoconocimiento que le permita
mirar de manera realista sus capacidades, pero por sobre todo, por-
que no se ha hecho consciente de sus talentos. Entonces, puede ser
que la persona escoja una profesión simplemente desde la perspec-
tiva del estatus social o desde la mirada del conocimiento popular:
“mejor pájaro en la mano que cien volando” (entonces escoge la
carrera para la cual le alcanzó el puntaje) o finalmente desde lo que
otros le dicen que querrían de él o que sería bueno para él.
Re-conociendo mis talentos
En lo expuesto anteriormente, se refleja que la persona no ha hecho
un trabajo interno para aclarar qué desea, con qué cosas siente que
fluye al pensar en una actividad profesional para su vida y simple-
mente se ha quedado en el nivel de la elección intelectual.
Cuando los seres humanos nos conectamos con nuestros talentos, ins-
tantáneamente sentimos que algo fluye en nosotros y nos genera mu-
cho placer imaginarnos dedicándonos a eso. Obviamente, después
requiere de un trabajo intelectual en donde pueda indagar de qué
manera yo puedo dar expresión a ese talento a través, por ejemplo
de una carrera universitaria específica. Ya que para la manifestación
y concreción del talento, se requiere la canalización de éste a tra-
vés de una forma, de una estructura y de un sentido, de lo contrario,
queda solamente en el nivel de la dispersión intelectual creativa. En-
tonces, por ejemplo, si me doy cuenta que mi talento va en la línea
de compartir experiencias con otros, apoyar, sentir que me agrada el
servicio hacia otras personas, puedo indagar en carreras que apun-
ten a esa línea, y luego cada persona encuentra su propia veta y su
propio estilo en la profesión escogida.
Y es precisamente el encontrar el sello personal en el quehacer de la
profesión lo que mayor satisfacción genera.
Entonces, generar el espacio interno para responder preguntas ta-
les como: ¿qué cosas hago con gusto?, ¿qué comentarios me han
hecho otros cuando he realizado una tarea que les ha agradado?,
¿qué características de mi personalidad son las que más me gustan
guía de apoyo psicológico para universitarios
91
Motivación y elección de la carrera universitaria
y que también le agradan a otros?, ¿qué cosas he realizado y me he
sentido muy satisfecho por haberlo hecho?, ¿qué cosas son las que
hacen que me “vuele” (inspire) a tal punto que ni siquiera me doy
cuenta del transcurrir del tiempo, cuando las estoy haciendo?
Hablando del miedo
Intentar separar el intelecto del sentimiento es precisamente lo que
pronostica resultados insatisfactorios en un proyecto. Es decir, me
gusta periodismo (sentimiento), pero estudiaré ingeniería informática
porque hay más campo laboral (intelecto).
Esta escisión en mi mundo interno genera inevitablemente un conflic-
to interno con el que me costará cada vez más convivir. Y entonces
caben las preguntas, ¿por qué renuncio a mis deseos?, ¿por qué nie-
go mis talentos?, ¿por qué me obligo a generar un proyecto que no
está en total sintonía conmigo?, ¿qué me impulsa a renunciar a lo
que quiero?
Comenzamos este capítulo mencionando que la motivación tiene un
componente intelectual y otro vinculado al sentimiento. Y, entonces,
lo cierto es que no es posible actuar desde la ausencia de ambos as-
pectos. Cuando elijo algo distinto a lo que me motiva, también estoy
eligiendo desde un pensamiento y un sentimiento. Generalmente, el
pensamiento nos da muchos argumentos para convencernos de que
es la mejor decisión (es una buena carrera, los sueldos de mercado
son altos, podré hacerme cargo de la empresa familiar, etcétera), sin
embargo, el sentimiento nos puede estar mostrando temor. Y es que,
en realidad, siento temor a tomar mi propia decisión, siento temor a
que una decisión distinta sea cuestionada por mi familia o amigos,
siento temor a no sentirme apoyado en este proyecto y, en fin… sien-
to incluso temor a que esta idea que tengo, sea una trampa y en
realidad me equivoque.
Cuando el miedo se instala en mi mundo interno
Por cierto, si me conecto con el temor en sus distintas argumenta-
ciones, y mi actitud es de escucharlo atentamente y más aún, termi-
no creyéndole, es mejor quedarme quieto y congelado, ya que las
consecuencias de mis decisiones pueden ser nefastas. Entonces, es
preferible hacer algo que no me genera miedo, pero que tampoco
me genera motivación. Y entonces, muy pronto me encontraré sumi-
92
Patricia Pérez Marinkovic
do en la desmotivación, la frustración, la desvitalización y me sentiré
preso de las circunstancias. ¿Suena mejor esto último?
Honestamente, creo que dentro de nuestra realidad en este plano de
existencia, siempre nos movemos bajo un principio de incertidumbre,
en el sentido que las cosas pueden resultar como pueden no hacer-
lo. Lo curioso es que por algún motivo que seguramente no es más
que escuchar nuestro propio miedo y/o el de otros, creemos que si
escogemos “lo seguro”, las cosas funcionarán. Y en oposición, si es-
cogemos “lo incierto”, las cosas podrían no funcionar. Pero, ¿qué es
lo que determina que califiquemos algo como seguro o algo como
incierto?, si en estricto rigor, ambas situaciones se rigen por el mismo
principio de incertidumbre. ¿Qué me hace creer que hay elecciones
que escapan a esta ley?
Puedo escoger la carrera que no me gustaba, pero que tenía bas-
tante campo en lo laboral, sin embargo, al momento de titularme,
como ya han pasado algunos años desde mi decisión, el campo la-
boral puede no ser el mismo y encontrarse saturado en esa área. Sim-
plemente, ocurrió que muchos pensaron lo mismo que yo, es decir,
apostaron a lo “seguro”, por lo tanto, 4 ó 6 años después, hay muchos
profesionales en esa área y los sueldos ya no son tan atractivos. De
hecho, esto es lo que ha ocurrido con muchas profesiones en nuestro
país. Y si a eso le sumamos que dado que nuestro sentimiento no es-
taba en esa carrera, por lo tanto, realmente fue un sacrificio sacarla,
resulta que no soy muy creativo en esa área y, por lo tanto, tampoco
he descubierto un plus personal en el ejercicio de esa profesión.
Entonces, creo que el temor no es un buen consejero en el tema de
la motivación. Si te das el permiso para apartar de ti ese aspecto, o
al menos no prestarle tanta atención, es muy probable que puedas
conectarte con aquellas cosas que sí te motivan.
guía de apoyo psicológico para universitarios
93
Motivación y elección de la carrera universitaria
Atreviéndome a desear
Te sugiero que hagas el siguiente ejercicio. Busca un lugar pri-
vado agradable para ti, en el cual puedas estar a solas por
un rato. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Relaja
gradualmente los músculos de tu cuerpo, partiendo por los
pies hasta llegar a la cabeza. Imagina que te trasladas a un
lugar hermoso en la naturaleza. Imagina que respiras ese aire
y sientes la brisa de ese lugar.
Ahora permite imaginarte realizando un trabajo en el cual te
sientes muy pleno. Visualiza el espacio físico, qué tipo de per-
sonas hay si es que las hay, cuál es tu vestimenta y visualiza
con detalle qué función cumples tú allí. Es muy importante que
registres cómo te sientes realizando ese trabajo, respira esa si-
tuación, percíbela y disfrútala. Es muy importante que no en-
juicies lo que allí observas. Cuando estés empapado de esas
sensaciones, regresa abriendo suavemente los ojos.
Ya de regreso puedes responder las siguientes preguntas:
¿Qué me motiva?, ¿qué me hace sentir vivo?, ¿qué talentos
observé allí?, ¿cómo sería mi vida si esto que imaginé se con-
virtiera en realidad para mí?, ¿cómo puedo lograrlo?, ¿qué
me detiene?, ¿qué me acerca a este estado?, ¿qué me aleja
de este estado?
El ejercicio anterior no sólo sirve para aquellos que se sienten confun-
didos respecto a las decisiones que han tomado. También es benefi-
cioso para quienes ya han elegido desde la alineación de su pensa-
miento y sentimiento su carrera. En estos casos, este ejercicio ayuda a
energizar la motivación permanentemente.
Cuando nos atrevemos a desear, literalmente “nos encendemos”, y
esto a todo nivel, desde el plano físico hasta el psíquico.
¿Te has preguntado cómo sería nuestro mundo sin la existencia de
seres que se han permitido desear lo que han imaginado? ¿Qué
avances tendríamos? Sin duda, nuestro mundo sería un lugar muy
monótono, repleto de “más de lo mismo”, ausente de innovación y
creatividad.
94
Patricia Pérez Marinkovic
Motivación y creación
Crear la vida que deseamos para nosotros, requiere necesariamente
alinear nuestros pensamientos con nuestros sentimientos. En este sen-
tido, si estudio aquello que me gusta, estoy alineado. Por el contrario,
si estudio lo que me conviene desde el intelecto y que no me gusta
desde el sentimiento, estoy desalineado. Y lamentablemente, no hay
forma de alinear eso. Puedo “resignarme” y entonces genero una se-
rie de estrategias para hacer más llevadera la situación, pero debo
tener claro que es sólo eso, hacerla más sostenible.
Sin embargo, también puede ocurrir que, estando ya en una carre-
ra, comience a abrirme a la posibilidad que me brinda esa área del
conocimiento y puedo “creativamente” encontrar “mi veta” en ello,
generando un puente de conexión entre lo que estoy estudiando y
aquello que me motiva realmente. Por ejemplo, estoy estudiando in-
geniería comercial y me he dado cuenta que lo que me gusta real-
mente es el trabajo de apoyo con las personas. Quizá una buena
manera de hacer este nexo es pensando en generar algún tipo de
actividad en la que le entregue a las personas conocimientos a través
de talleres, para que puedan abrir sus mentes y comenzar a transitar
en la línea del emprendimiento. De este modo, paso de una situación
en donde estoy “desalineado”, a estar “alineado” producto de mi
creatividad y mi interés por cambiar mi situación. Es decir, puedo en-
contrar el espacio para mis talentos en donde yo decida encontrarlo.
Y entonces… ¿qué?
Entonces, si estás desalineado, es decir, no están en la misma línea tu
razón y tu sentimiento, es importante que generes el espacio interno
para reflexionar acerca de ello (para ello te serán útiles las preguntas
que anteriormente han sido planteadas).
Y si tu caso es que te encuentras alineado, entonces la invitación es a
que refuerces permanentemente tu sentimiento de certeza respecto
al logro de tu objetivo. Imagínate que tu deseo ya está siendo real en
el presente, conéctate con el sentimiento de satisfacción y gratitud
que se desprende de ese estado. Practica una vez a la semana el
ejercicio de visualización que se propone en este capítulo y sobre
todo… confía en que todo eso es posible para ti.
95
Llegar a ser todo lo que se puede
llegar a ser: el desafío de crecer y
desarrollarse al interior de los grupos
Verónica Vásquez Rauch
Atrévete a ser. Qué invitación más seductora y al mismo tiempo arries-
gada. Cuántas veces no hemos sentido ese conflicto interno entre el
deseo de dejar salir algo desde dentro nuestro, que necesita mani-
festarse, algo que necesita ser realizado, algo que necesita ser enun-
ciado y expresado y que por alguna razón queda aprisionado en los
confines de nuestro pensamiento y de nuestro cuerpo.
A través de mi experiencia he podido ver que a la base de algunos
dolores y sufrimientos humanos, en muchas ocasiones, yace un con-
flicto muy básico, consistente en la dificultad para ‘ser y expresar todo
lo que se es, con libertad’. Y con esto me refiero a una dificultad rela-
cionada con el propio proceso de desarrollo, en el cual no se están
pudiendo actualizar todas aquellas cualidades y riquezas que poten-
cialmente podrían ser desplegadas y que, al no serlo nos conducen
a la enfermedad. Es por ello que quisiera referirme en el desarrollo de
este artículo a algunos conceptos provenientes del psicodrama que
pueden ser un gran aporte para la reflexión acerca de este tema y
dentro de este contexto rescatar el valor y las ventajas que tiene la
terapia de grupo como un espacio para aprender y recuperar aque-
llos recursos que poseemos, pero que muchas veces hemos dejado
en el olvido.
1.	 Los recursos que poseemos: espontaneidad y creatividad
Los seres humanos somos el ser más incompleto -psicológicamente
hablando- al momento de nacer. Somos viajeros que llegamos a este
mundo con una pequeña maleta que trae un conjunto de recursos
que debemos poner en juego para crear y recrearnos. La esponta-
neidad y creatividad son algunos compañeros de viaje que permiten
que aquello que potencialmente somos, se exprese y se manifieste
dentro del medio en que estamos insertos.
La espontaneidad es un término que todos usamos cotidianamente
y que expresa una cualidad de la conducta humana: la cualidad
96
Verónica Vásquez Rauch
de actuar con libertad; lo que implica por ejemplo poder abrazar a
alguien cuando siento que necesita ser apoyado, el poder expresar
mis ideas simplemente porque percibo que otro puede necesitar es-
cucharlas, acercarme o alejarme de alguien por quien siento atrac-
ción o rechazo etc. Debo aclarar en este punto que la espontanei-
dad no significa hacer todo lo que se quiere de manera caprichosa
e impulsiva. La palabra espontaneidad deriva del latín “sua sponte”
que significa “desde adentro”, por lo tanto, para que esta actúe, se
requiere de cierto grado de conexión con lo que ocurre en nuestra
interioridad, con nuestros impulsos, necesidades y deseos, y desde ahí
darle una salida ‘adecuada’ que esté al servicio de nuestro desarrollo
y sobrevivencia. La espontaneidad implica ‘adecuación’ y lo ‘ade-
cuado’ va a estar fuertemente influido por el contexto social.
Dalmiro Bustos, psiquiatra y psicodramatista argentino, precisa algo
más este concepto y lo describe como el surgimiento de una ener-
gía vital inconsciente, que está siempre fluyendo y perpetuándose,
que debe emerger para ser gastada y debe ser gastada para que
emerja nuevamente. Es una energía transformadora, que está siem-
pre renovándose, que no puede ser conservada o desplazada, sino
que una vez que emerge, se gasta de una sola vez. En este sentido,
la espontaneidad es una energía inherente a los seres humanos, que
moviliza al organismo, llevándolo a desplegar todos aquellos recursos
que se requieren en un momento determinado. La espontaneidad es
lo que nos permitiría “dar respuestas adecuadas a situaciones nuevas
y dar respuestas nuevas a situaciones viejas” y, en este sentido, es una
condición necesaria para la creatividad, la cual está estrechamente
ligada a nuestra adaptación, a nuestro desarrollo y a nuestra salud.
De hecho, cuando la espontaneidad se ve disminuida o bloqueada,
aparece la angustia como una señal de alarma que nos alerta res-
pecto a que algo al interior de nuestro organismo (energía, impulso,
el sí mismo) no logra exteriorizarse y no es integrado a la totalidad del
funcionamiento de nuestra persona.
Sin embargo, y a pesar de ser la espontaneidad un factor que pro-
mueve nuestro desarrollo, no siempre dejamos que ella emerja. ¿Por
qué? En ocasiones tememos actuar con espontaneidad porque la
confundimos con el descontrol y con la impulsividad. A veces no
confiamos en los dictámenes de nuestro interior y creemos que todo
lo bueno y lo correcto está fuera nuestro, bajo la forma de recetas,
modas, pautas a seguir etc. Eso da seguridad, pero en cierto grado
también nos coarta, nos limita y no nos permite poner en juego todo
lo que somos.
guía de apoyo psicológico para universitarios
97
El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos
2.	 Dime qué haces y te diré quién eres
Así es, ‘somos aquello que hacemos’. Esta verdad ha sido expresada
en una cita bíblica que dice: ‘Por sus actos los conoceréis’. Jacob
Moreno, médico psiquiatra vienes, creador del psicodrama, rescató
también esta idea y el valor de las acciones de los seres humanos,
y desarrolló una teoría de roles a través de la cual explica cómo se
configura aquello que llamamos personalidad y de la cual he extraí-
do algunas ideas.
Los seres humanos necesitamos vincularnos para sobrevivir. Vivimos
siempre referidos a grupos: familia, escuela o trabajo. Nuestra natura-
leza social es lo que nos define, en cuanto a que configura, posibilita y
al mismo tiempo restringe nuestro desarrollo. De hecho, la naturaleza
de nuestra estructura psíquica y mental tiene un carácter social en
su origen. Todas las representaciones internas acerca del mundo que
existen en nuestra mente son resultado de las relaciones que hemos
establecido con nuestro ambiente y con las personas significativas
que habitan en él. Esto es válido también para la representación
que hemos ido construyendo acerca de nosotros mismos, es decir,
la imagen y el concepto que cada uno de nosotros tiene acerca de
sí mismo, es resultado de la relación que hemos establecido con las
personas que han sido parte de nuestras vidas.
Nuestra identidad es producto de un proceso vincular, que se cons-
truye a través de los roles que a través de nuestra historia vamos
desempeñando. Los roles son funciones que nos permiten entrar en
contacto con otros, explorar, ensayar y ampliar nuestras posibilidades
de actuar y de ser en el mundo. Desde el día de nuestro nacimiento
hasta hoy, hemos estado desempeñando y aprendiendo roles. Por
ejemplo, a través del vínculo con nuestra madre, que es la encar-
gada de contenernos, darnos alimento, seguridad y afecto, nosotros
hemos aprendido a desempeñar el rol o la función complementa-
ria: recibir, confiar, depositarnos y depender. A través del vínculo con
nuestro padre hemos aprendido a competir, a ser independiente y
salir al mundo. A través del vínculo con los hermanos hemos aprendi-
do a competir, rivalizar y solidarizar. A través de nuestro desarrollo he-
mos ido incorporando muchos otros roles sociales, por ejemplo, el de
amigo, padre, madre, pololo, amante, esposo, empleado, deportista,
alumno, estudiante universitario, ayudante, profesional, etc.
El rol es una vía a través de la cual el yo se manifiesta y en él siempre
convergen por lo menos dos aspectos: lo social-público y lo indivi-
dual-personal. El aspecto social incluye todo lo que ese rol significa en
98
Verónica Vásquez Rauch
términos de actitudes y conductas esperables en relación a él, y que
son normadas y validadas socialmente. El aspecto individual o perso-
nal expresa e incluye las necesidades, motivaciones, características
y cualidades que son particulares de un individuo y que se ponen de
manifiesto en el ejercicio de un rol, dándole un sello único y particular.
A través del desempeño de un rol social siempre se expresa algo per-
sonal, algo que tiene relación con los proyectos de vida, los anhelos,
con las fantasías y los deseos más profundos. Esto es particularmente
evidente en aquellos roles que hemos elegido consciente y volunta-
riamente, por ejemplo, a través de la elección vocacional. A través
de la elección de una profesión buscamos llegar a ser aquello que
‘idealmente’ deseamos ser. Si alguien, por ejemplo, decide estudiar
enfermería, es bastante probable que busque a través del ejercicio
de este rol continuar desarrollando ciertas habilidades y característi-
cas que ya posee, u otras que desea potenciar, como el interés por
las personas, el interés por la salud, la sensibilidad ante el dolor huma-
no, la necesidad de cuidar y sanar a otro, etc.
Lo ideal es que los roles sociales que hemos elegido en la vida nos
permitan realizarnos. Es decir, nos permitan poner en juego lo que
‘en esencia somos’. Para ello debemos elegir con conciencia y co-
herencia, respetando nuestras necesidades, anhelos e ideales. Gene-
ralmente -aunque no siempre-, esto así ocurre y lo podemos observar
en el proceso de aprendizaje y de desempeño de los roles sociales.
En este proceso se observa una evolución en donde inicialmente
predominan los aspectos más sociales, y progresivamente se van in-
corporando los aspectos más personales e individuales. Por ejemplo,
en el aprendizaje de un rol profesional, el de “profesor”, podemos
distinguir una primera etapa, de formación universitaria en la que se
aprenden e incorporan aquellas conductas, actitudes, habilidades y
conocimientos necesarios asociadas al rol. En una segunda etapa, el
alumno comienza a poner en juego lo aprendido al iniciar su práctica
laboral y cuando comienza a trabajar, período en que comienza a
explorar las posibilidades que este rol le ofrece. Finalmente, después
de unos años de ejercicio profesional, cada uno comienza a construir
una versión única y personal respecto a cómo ejercer su profesión, la
que se convierte en una especie de arte, en donde se integran todas
las cualidades y las características propias que nos llevan a identifi-
carnos con él y a sentirlo como una creación personal. Esta última
etapa es sumamente necesaria de alcanzar, ya que el rechazo y la
negación de los roles que diariamente debemos actuar nos pueden
conducir a una gran insatisfacción personal constriñiendo y restrin-
guía de apoyo psicológico para universitarios
99
El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos
giendo nuestro desarrollo. El sentimiento de logro personal sólo surge
cuando la espontaneidad y la creatividad se hacen presentes a tra-
vés de los roles, es decir, cuando logramos transformar el estereotipo
social aprendido y le damos un sello personal. Lo normal y esperable
es que esto último ocurra.
La cantidad de roles que un ser humano realiza puede ser conside-
rado un criterio de salud, pues cuanto más capacidad para el des-
empeño de roles, mayor riqueza, flexibilidad, plasticidad y capaci-
dad adaptativa tendrá un individuo. Sin embargo, a pesar de ello
y a pesar de lo necesario que resulta para nuestro desarrollo la es-
pontaneidad y la creatividad, a veces limitamos el número de roles
con los que nos relacionamos con otros, y construimos una precaria
seguridad a través de un rol, cuyo desempeño conocemos mejor y
en el cual colocamos toda nuestra capacidad energética. A este rol
le llamamos rol generador positivo, el que generalmente consiste en
un rol que se ha adquirido en una etapa de la vida en la que se tiene
mayor autonomía y ha sido un rol sobre-desarrollado que nos ha per-
mitido edificar nuestra autoestima y sentirnos satisfechos, con nosotros
mismos. A partir de este rol vamos construyendo nuestra identidad y
este puede ser el punto de partida para desarrollar nuevos roles. Pero
también puede quedar como único rol a través del cual nos relacio-
namos con el mundo, dominando y reduciendo totalmente nuestra
identidad en él.
El rol generador positivo puede ser un rol social o un rol profesional.
Aquí tenemos, por ejemplo, al típico profesional que dedica todo su
tiempo y obtiene todas sus satisfacciones a través de una sola fuente:
su trabajo. Pero, sin ir más lejos, en esta situación podemos encontrar
también a muchos estudiantes que por diversas razones no han de-
sarrollado otras actividades y vínculos que les permitan desarrollarse
en otras áreas aparte de lo académico. Estudiantes que jamás han
incursionado en una actividad deportiva, recreativa o artística, que
no socializan con sus compañeros y que no tienen amigos o pareja,
‘todo esto al mismo tiempo’. Es decir, alumnos cuya fuente de gra-
tificación proviene únicamente de sus resultados en lo académico,
poniendo en una posición muy vulnerable lo que es su autoestima y
su desarrollo integral.
No sólo los roles sociales pueden desarrollarse en exceso. También
existen los roles psicológicos, los cuales expresan una dimensión o
cualidad psicológica que se pone de manifiesto en el modo con que
nos vinculamos. También, nuestra identidad puede quedar aprisiona-
da en el desempeño de este tipo de roles. Existen un sinnúmero de
100
Verónica Vásquez Rauch
roles psicológicos: el bueno y el malo, el emocional y el racional, el
de víctima y el victimario, el seductor, el sacrificado, el responsable o
irresponsable, el que abandona, el abnegado, el que se hace cargo
de todo, el vulnerable, etc. De este modo, distintas personas realizan
sus propias versiones de un mismo rol social, teniendo como resultado
muchas combinaciones: el rol de “mujer-abnegada”, “mujer-bruja”,
“mujer-frágil”, “mujer-víctima”, etc. Muchas veces el rol profesional
puede ser entendido como una extensión -a nivel social- de ciertos
roles que a nivel psicológico la persona ya venía realizando en su vida
hace tiempo, por ejemplo, la función de cuidar o de hacerse cargo
de otros, el de solucionar problemas, etc. Lo importante y lo necesario
para el desarrollo es darnos cuenta de qué roles o funciones esta-
mos desempeñando en exceso, ya sea para intentar hacer algunos
cambios -en caso de ser necesario- o simplemente para asumirlo con
conciencia y responsabilidad.
3.	 Atrévete –a través del encuentro con otros– a descubrir
y ampliar tus posibilidades de hacer y de ser
Hemos señalado anteriormente que la naturaleza de los seres huma-
nos es social. Somos lo que somos resultado de un proceso en el que
la comunicación y el vínculo juegan un rol fundamental. Pero no sólo
nuestro desarrollo (a través del desempeño de roles) tiene su origen en
los vínculos que establecemos con quienes nos rodean, sino también
gran parte de nuestros conflictos y dolores emocionales encuentran
allí su origen. Dentro de este contexto, el psicodrama plantea que es
el grupo el lugar en el que debemos aprender a enfrentar y resolver
nuestros conflictos, dando origen a la terapia de grupo como una
propuesta de trabajo que ofrece muchas posibilidades de desarrollo
y muchos beneficios para quienes participan en ella (Ver recuadro).
En esencia, la terapia de grupo consiste en una serie de encuentros al
que asiste un grupo de personas convocadas por alguna necesidad
común y que generalmente son dirigidas por un psicólogo. Este último
es quien diseña y desarrolla un conjunto de actividades y dinámicas
dirigidas a explorar y trabajar las temáticas y conflictos que motivan a
los miembros del grupo a participar en dicho encuentro. Lo importan-
te de la terapia de grupo -a diferencia de la terapia individual- es su
carácter ‘interactivo’. De hecho, la vía a través de la cual la terapia
grupal actúa y genera el cambio, es a través de la interacción de los
miembros del grupo.
guía de apoyo psicológico para universitarios
101
El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos
La terapia de grupo representa un espacio para el encuentro con
uno mismo y los otros, un espacio para recuperar la espontaneidad
y la capacidad creadora, permitiéndonos crecer y ampliar nuestras
posibilidades de acción en el mundo. El espacio grupal dentro del
contexto terapéutico es un ‘espacio de transición’, es decir, un es-
pacio intermediario entre nuestro mundo interno (nuestras fantasías,
nuestros deseos, nuestros impulsos y mucho de aquello de nosotros
que busca salir y exteriorizarse y que no encuentra salida) y el mundo
real (el que está allí afuera y el cual debemos enfrentar día a día).
Esto quiere decir que es un espacio en el que podemos atrevernos
a decir y a realizar, de manera experimental y a modo de ensayo,
muchas de aquellas cosas que en la realidad no nos atrevemos a
expresar, tal vez por temor, o porque creemos que nos van a juzgar,
a criticar o a sancionar socialmente. Me sorprende comprobar una y
otra vez, a través de los talleres grupales que realizo, lo compartido
que son muchos de los temores y fantasías con los que cada uno de
los alumnos participantes conviven a diario y que no los dejan desple-
gar lo que en esencia cada uno de ellos es en realidad. Muchos de
ellos encuentran en el grupo el clima de respeto, de confianza y de
seguridad necesarios para atreverse a actuar con mayor libertad y,
en la medida que van dejando actuar en ellos la espontaneidad, co-
mienza a emerger su capacidad creadora y creativa, su capacidad
para empezar a probar y ensayar nuevas respuestas frente a los dile-
mas de siempre, y que arrastran desde hace tanto tiempo. De este
modo, en el grupo se va dando un proceso paulatino en donde cada
uno de los participantes actúa como agente de cambio en los otros.
Lo anterior también se aplica a los roles que desempeñamos. El grupo
ofrece una oportunidad para reproducir en él los roles que siempre
hemos representado y por lo tanto puede ser usado para perpetuar
nuestra identidad a través de ellos, o bien, para atrevernos a jugar y
explorar en el grupo otros roles y, de este modo, aprender nuevas for-
mas de ser en el mundo. De hecho, una técnica que particularmente
ocupo en el trabajo con grupos es la del cambio de roles, técnica
que es posible desplegar con toda su riqueza particularmente en los
contextos grupales. Aprender a jugar distintos roles y a ponerse en
el lugar del otro no sólo nos permite desarrollar la empatía y ampliar
nuestro repertorio personal, sino que enriquece y amplía nuestra mi-
rada de la realidad. Recuerdo que una vez, a partir de un ejercicio
de cambio de roles, un alumno me dijo que a través de los ojos de su
madre había podido experimentarse por primera vez a sí mismo con
cariño. Los roles que desempeñamos operan como un dispositivo a
102
Verónica Vásquez Rauch
través del cual actuamos en el mundo y a través del cual miramos y
nos relacionamos con los otros, ellos definen un modo de actuar, un
modo o una disposición a sentir y a percibir la realidad. Vemos a nues-
tra madre con la mirada de un niño, vemos a nuestra pareja como
el hombre o la mujer que nos acompaña y que de alguna manera
nos completa. No nos damos cuenta de ello, y eso hace que pocas
veces veamos a los demás y a nosotros mismos de manera completa.
Sólo cuando logramos ocupar el rol del otro o cuando hacemos cam-
bio de roles, es que logramos completarnos y obtener una versión dis-
tinta y renovada acerca de nosotros mismos. Intentar mirarse a través
de los ojos de los demás -siquiera por una vez- puede ser el inicio para
cambiar la mirada que tenemos de nosotros mismos y del mundo.
Es por ello que los invito a atreverse a participar en cada una de las
instancias grupales -talleres de diversa índole- que la universidad les
ofrece, ya que representan una oportunidad para compartir y apren-
der junto a otros, para jugar a ser el otro, para aprender a ponerse en
el lugar de él y de este modo explorar y experimentarse a sí mismo de
una manera diferente, desde la mirada de los otros… es increíble lo
que uno a veces descubre.
Referencias
Bello, María Carmen. “Introducción al pensamiento de J. L. Moreno”, Ed.Colibrí,
2000.
Bustos, Dalmiro M. “El yo en el psicodrama, La espontaneidad”, en revista Mo-
mento, Ed. Momento, Buenos Aires, 2000.
Corey, Gerald. “Teoría y práctica de la Terapia Grupal”. Ed. Desclée de Brou-
wer. Bilbao. 1995.
Jay Linn, Steven y Garske, John P. “Psicoterapias contemporáneas. Modelos y
Método”. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao. 1988.
Kaplan, H. y Sadock,D. (1999): Sinopsis de Psiquiatría. Ed. Médica Panamerica-
na, Madrid 1999.
Moreno, Jacob Levy, “Psicoterapia de Grupo y Psicodrama”, Fondo de Cultura
Económica, México, 1987.
guía de apoyo psicológico para universitarios
103
El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos
Cuadroresumen:
Beneficiosycaracterísticasdelaterapiadegrupo
Beneficiosdelaterapiade
grupo
Procesosquesedanenelcontextogrupalyquesonterapéuticos
Permitedisminuirelaislamiento,
lasoledadyelsentimientode
faltadepertenenciaquela
personaexperimentarespecto
almundo.
Universalización:Losparticipantessedancuentaqueotroscompartenproblemassimilaresy
quenosonlosúnicosquelostienen.
Cohesión:Enelgruposedesarrollaunsentimientodepertenencia,deunidad,derelacióny
devinculación.
Apoyomutuo:Losparticipantessedanapoyonosólodetipoemocional,sinoinformativoy
material.
Empatía:Losparticipantessoncapacesdeponerseenelmarcodereferenciadelosotrosy
decomprenderlos.
Aceptación:Lacohesióndelgrupoofreceunclimadeaceptaciónquepermiteque
cadamiembropuedaabrirseymostraraspectosdesíalosquetemeodeloscualesse
avergüenza.
Permiteexpresaremociones
yvivenciaspersonalesdentro
deuncontextoprotegido,
deaceptaciónyderespeto,
lograndoconelloelalivio
emocional.
Autoexposiciónyautorrevelación:Losparticipantescomparteninformaciónpersonaly
privada.
Ventilaciónemocionalycatarsis:Losparticipantesexpresanalgunossentimientos
reprimidos,ideasosucesosaotrosmiembrosdelgrupo.
Contagio:Laemocióndeunmiembrodelgrupoafectaoestimulalaconcienciadeuna
emociónsimilarenotrodelosparticipantes.
Permiteexplorar,atravésde
lainteracciónconotrosen
el‘aquíyahora’(envivo)los
conflictosinterpersonalesque
losparticipantestienenenel
mundoreal.
Elgrupofuncionacomounmicrocosmodelasociedad,comounamuestradelarealidad,
enlaquesereproducenlasdificultadesqueseenfrentanenella.Esto,porquelosconflictos
yproblemasdelosmiembrosquesehallanenelgruponodifierendelosexperimentados
fueradeél.
Alinteriordeungruposeproduceunprocesollamadotransferencia.Enellalos
participantesrepitenalgunospatronesderelacióncuyoorigenseencuentraenlarelación
conpersonassignificativasdesufamiliadeorigen.
104
Verónica Vásquez Rauch
Beneficiosdelaterapiade
grupo
Procesosquesedanenelcontextogrupalyquesonterapéuticos
Permitelaauto-exploraciónyel
auto-conocimiento.
Introspección:Encadaparticipantesedaunprocesodeauto-observaciónendondela
personadirigesuatenciónatodosaquellosprocesosquepuedaestarexperimentandoen
unmomentodado.
Retroalimentación:Ladiversidadquecaracterizaalamayoríadelosgruposproporcionaa
losparticipantesunfeedbackinusualmenterico,puespuedenverseasímismosatravésde
losojosdeunaampliavariedaddepersonas.
Permiteaprenderformas
másadaptativasde
funcionamiento,posibilitando
conelloelprocesodecambio.
Aprendizajeyresignificación:Losmiembrosdelgrupopuedenexplorar,ensayarypracticar
nuevashabilidadesdentrodelgrupoyensusinteraccionesdiariasfueradelmismo.Los
participantesaprendenquelosproblemassípuedenresolverseyenelcasodeaquellas
situacionesquenosepuedenmodificar,losparticipantesaprendenadarleunnuevo
significado,demaneradepoderrelacionarseconellasdeunmododistinto.
Producebeneficiosenel
ámbitodelasalud.
Algunosestudioshanobservadoenquienesparticipandeunaterapiagrupaluna
disminucióndelaangustia,unamejoríaenlafuncióninmunitaria,mayoresexpectativas
devida,unaumentodelasensacióndebienestargeneral,unadisminucióndelestrés,un
aumentoenlacapacidaddeenfrentamientodelosproblemas,eldesarrollodeunaactitud
másluchadorayunaumentoenlasensacióndeapoyosocialpercibido.
Continuación
105
Manejo del pánico
Walter Kühne Covarrubias
Una mañana como cualquier otra
Isabel viajaba en la micro rumbo a la universidad. Era un día caluroso
y el aire dentro de la micro atestada estaba un poco sofocante. Al
menos tenía la suerte de ir sentada. Iba mirando por la ventana dis-
traída cuando se fijó en el reflejo de su ojo que se producía en la parte
interior de sus lentes oscuros. Su ojo se veía amplificado en este refle-
jo. Isabel se empezó a fijar en las pequeñas arrugas que aparecían
alrededor de su ojo. “Patas de gallo”, pensó. Qué increíble el paso
del tiempo, ya a sus 20 y poco empezaba a evidenciarse una ma-
yor edad. Recordó haberse encontrado unas canas hace un par de
semanas. Sus pensamientos empezaron a girar en torno a la idea de
estar envejeciendo. Pronto se le ocurrió que eso era aún más dramáti-
co en sus padres. ¡Ellos sí que estaban envejeciendo! ¿Cuánto tiempo
los tendría? Inevitablemente llegaría el día en que sus papás morirían
y la dejarían sola. Se imaginó a sí misma en el funeral de sus padres.
¡Qué idea más triste y desagradable! De pronto, se percató de que
la micro parecía más atestada que antes, el aire estaba caliente y
más sofocante. La faltaba el aire. Se le ocurrió que estaba atrapada
en esa micro repleta de gente, si algo pasara no podría salir de ahí, si
hubiera un choque estaría atrapada! De pronto esta idea le pareció
posible, la inminencia de la muerte empezó a ser una idea cada vez
más poderosa en su mente. El malestar y el ahogo eran cada vez ma-
yores, ¡tenía que salir de ahí ahora mismo y a como diera lugar! ¡Tenía
que salir de ahí ya! ¡Ahora mismo!
Salió empujando a un par de personas que deben haberla encontra-
do muy mal educada. Permaneció en el paradero sentada y recién
algunos minutos después pudo recuperar el aliento. Llamó por celular
a la casa y la mamá la fue a buscar. Posteriormente, viajar en micro
empezó a serle cada vez más fastidioso y convencía a su familia para
que la fueran a dejar.
El caso de Isabel no es único:
•	 Jorge tuvo que ir a hacer un trámite al centro. De pronto, entre
la multitud se sintió rodeado de extraños, pensó qué pasaría si lo
106
Walter Kühne Covarrubias
asaltaran. De pronto le pareció que estaba indefenso y a merced
de un desastre. No pudo hacer el trámite, pues inmediatamente
se devolvió a su casa.
•	 Esteban estaba en su casa con su polola viendo tele cuando le
dolió el brazo izquierdo y pensó que le iba a dar un infarto. Trató
de calmarse, pero finalmente sudando helado y sin decir nada
tuvo que salir al patio para poder calmarse.
•	 Ana evitaba acostarse temprano pues era habitual en ella sentir
una profunda angustia al momento de estar acostada con la luz
apagada. Le parecía estar a punto de perder el control de sí mis-
ma y temía volverse loca. A veces tenía que saltar de la cama y
sólo lograba calmarse al lavarse la cara con agua fría.
•	 Pedro tenía que disertar en un ramo. Había preparado muy bien
su presentación, sin embargo, apenas empezó se quedó en blan-
co, sudando frío al ver todos esas caras contemplándolo seria-
mente y en silencio.
Ellos y muchos más han pasado por situaciones parecidas: episodios
de intensa angustia, ansiedad y la sensación de poder morirse o vol-
verse loco. Sumado esto al posterior temor a volver a estar en aquella
situación donde tuvieron este episodio. Estas personas no saben lo
que les sucede y empiezan un largo peregrinar por especialistas tra-
tando de saber qué les pasa. Por lo general, comienzan tomando
hora con un médico y haciéndose diversos exámenes, para recién
después de varios especialistas llegar a ser diagnosticado: PÁNICO. Y
recién entonces son derivados a un psicólogo o psiquiatra para tra-
tarse como lo requieren.
¿Qué es el pánico?
Comenzaremos revisando qué son los ataques de pánico, también
llamados crisis de angustia. El objetivo de este capítulo es que puedas
saber lo que son y qué se puede hacer. Comprender lo que sucede
es el primer paso hacia la mejoría y puede ahorrar tiempo en la bús-
queda de la ayuda indicada para este problema.
El pánico corresponde a un trastorno de ansiedad, es decir, se trata
de un problema de control de la respuesta ansiosa. Entonces, dado
que el elemento central es la ansiedad debemos referirnos a la pre-
gunta: ¿Qué es la ansiedad?
guía de apoyo psicológico para universitarios
107
Manejo del pánico
La ansiedad es un patrón de respuesta complejo ante la percepción
de peligro. Revisemos esta definición en detalle.
Que sea un patrón de respuesta complejo significa que se expresa en
distintos niveles:
•	 Cognitivo: se caracteriza por pensamientos catastróficos sobre la
situación o estímulo que puede ser amenazante.
•	 Fisiológico: activación del sistema nervioso simpático que se tra-
duce en cambios como aceleración del ritmo cardíaco, aumento
de la presión sanguínea, tensión muscular aumentada, aumento
de la frecuencia respiratoria, entre otros.
•	 Conductual: inquietud motora tal como caminar de un lado para
otro, frotarse las manos, comerse las uñas u otros. Además, están
las conductas evitativas de alejamiento de la situación amena-
zante.
Señalábamos también que la ansiedad es una respuesta ante la per-
cepción de peligro. Que sea una respuesta ante una percepción sig-
nifica que hay un proceso de evaluación de la situación o estímulo
como peligroso. En las personas con pánico, esta evaluación suele
estar distorsionada. Evalúan los estímulos exageradamente como
peligrosos. Interpretan con un sesgo catastrófico. Esta interpretación
catastrófica no es lógica, generalmente basta con que algo sea posi-
ble, en vez de probable, para que se considere como una amenaza
inminente.
Por último, debemos acotar sobre la ansiedad que se trata de una
respuesta normal. La ansiedad es el modo de responder ante situa-
ciones de peligro y es adaptativa, pues mejora nuestras posibilida-
des de salir ilesos de situaciones de riesgo. Por esto no es posible, ni
deseable, que la ansiedad desaparezca completamente, pues cum-
ple una función significativa. Entonces, se hace necesario diferenciar
entre ansiedad normal y ansiedad patológica. La primera es la res-
puesta normal ante situaciones que implican un riesgo a nuestra in-
tegridad física o psicológica. La ansiedad patológica es aquella que
tiene efectos desadaptativos, limitando nuestro funcionamiento en
situaciones que no son realmente peligrosas.
Como veremos más adelante, el control del pánico requiere de la
capacidad de modular los propios estados ansiosos.
Entonces, decíamos que el pánico es un trastorno de ansiedad. De
acuerdo al manual diagnóstico y estadístico de los trastornos men-
108
Walter Kühne Covarrubias
tales (DSM-IV-TR) para diagnosticar este trastorno se deben tener en
cuenta los siguientes criterios:
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada
de 4 (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y
alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos:
1.	 palpitaciones, sacudidas del corazón o taquicardia
2.	 sudoración
3.	 temblores o sacudidas
4.	 sensación de ahogo o falta de aire
5.	 sensación de atragantarse
6.	 opresión o malestar en el pecho
7.	 náuseas o molestias abdominales
8.	 inestabilidad, mareos o desmayo
9.	 desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar
separado de uno mismo)
10.	miedo a perder el control o volverse loco
11.	miedo a morir
12.	parestesias (entumecimiento u hormigueo)
13.	escalofríos o sofocones
Existen crisis situacionales y crisis inesperadas. Las primeras están aso-
ciadas a situaciones específicas, como estar en aglomeraciones de
gente, estar encerrado, estar lejos de un lugar seguro, u otras. Las crisis
inesperadas suceden en cualquier lugar sin previo aviso.
El pánico puede formar parte de otros trastornos, como fobias espe-
cíficas, fobia social u otros. En estos casos es necesario considerar la
naturaleza del otro trastorno. Nos ocuparemos del pánico sin hacer
referencia a otros trastornos con los cuales pueda estar asociado, co-
morbilidad, pues eso excedería el objetivo de este capitulo. Si bien
las técnicas que revisaremos pueden ser de utilidad a quienes se
encuentren en esta situación, en casos complejos es recomendable
acudir a un especialista.
¿Cómo funciona el pánico?
El pánico, como decíamos antes, es una alteración de la respuesta
ansiosa. En él la persona interpreta algún estímulo o señal, ya sea in-
terno o externo, como amenazante hacia la propia integridad. En el
caso de Esteban es una sensación corporal, una señal interna, pro-
pioceptiva, la que gatilla la crisis. En el caso de Jorge es una señal,
situación externa la que gatilla el problema. Estas son las dos fuentes
de estímulos que pueden iniciar la crisis. Por otro lado, generalmen-
guía de apoyo psicológico para universitarios
109
Manejo del pánico
te lo que se percibe como amenazado es la integridad física, creer
que uno puede tener un infarto, morir, quedarse atrapado o algo
semejante. En otras ocasiones es la integridad psicológica la que se
percibe como amenazada y la persona teme por su autoestima, su
imagen ante otros, como en el caso de Pedro.
Entonces, la crisis comienza con un estímulo, interno o externo, que
es percibido como amenazante, como una señal de peligro, para la
integridad física o psicológica de la persona. Esto comienza un círculo
vicioso:
Estímulo
Ansiedad Preocupación
Bueno, más que un círculo se trata de un triángulo vicioso. También
es conocido como Espiral Cognitiva (Chappa, 2006). Se inicia con
una señal, por ejemplo dolor al pecho, que es interpretada de modo
preocupante, “¡quizás es un infarto!”, lo que gatilla una respuesta an-
siosa inmediata. La activación del alerta conlleva cambios fisiológicos
que generan más sensaciones corporales extrañas, las que vienen a
corroborar la preocupación, “sí, me está pasando algo muy raro!!”,
esto retroalimenta la ansiedad aumentando las sensaciones corpo-
rales atípicas llevando a una única conclusión posible: “¡VOY A MO-
RIR!!!” Y con eso ya pasamos al ataque de pánico en plenitud.
Si bien esta descripción no se ajusta a todos los casos, es muy habitual
y además permite comprender la relación existente entre nuestros
pensamientos y nuestro modo de sentir. En el ejemplo del párrafo an-
terior, el estímulo es interno, sin embargo, en otros casos (como el de
Jorge) el estímulo puede ser externo. Lo relevante es que este estímu-
lo, externo o interno, es interpretado catastróficamente, generando
ansiedad.
110
Walter Kühne Covarrubias
¿Cómo manejar el pánico?
Seguramente, más de un lector impaciente empezó leyendo este
capítulo por esta sección. Para ellos una breve recomendación, es
necesario entender cómo funciona el pánico para poder controlarlo.
No se trata sólo de aprender una técnica. Dado que el pánico es en
gran medida un truco que nos juega la mente, comprenderlo es una
herramienta poderosa para su manejo.
Vamos entonces a lo más relevante: manejar el pánico. Como veía-
mos antes, la ansiedad se expresa en tres niveles distintos: cognitivo,
fisiológico y conductual. A continuación explicaremos una técnica
para intervenir en cada uno de estos niveles. El objetivo es desarmar
el patrón de la respuesta ansiosa, de modo de poder controlar el pá-
nico. Esto no significa que no se va a volver a sentir ansiedad ni miedo,
pues eso es imposible y sería anormal. El miedo y la ansiedad cumplen
una función y por tanto no pueden desaparecer. Entonces, hay que
aceptar experimentar ansiedad y lograr tener control sobre ella para
que no se convierta en pánico ni interfiera con nuestro normal funcio-
namiento.
Intervención cognitiva:
A.M.A.R.E.
En el pánico es nuestra mente la que nos juega una mala pasada,
con su alerta excesiva viendo peligro donde no lo hay. Es por esto que
necesitamos manejar de manera distinta nuestros procesos mentales
en lo que respecta al pánico. La técnica AMARE es una simple serie
de pasos mentales a seguir si aparece la ansiedad:
A:	 acepta la ansiedad
M:	 mira la ansiedad
A:	 actúa normalmente
R:	 repite los pasos
E:	 espera lo mejor
Acepta la ansiedad. No luches con la ansiedad, acepta sentirla. Es
cierto que no es agradable, pero al fin y al cabo es solamente un
modo de sentirse. Eso es todo, es sólo una sensación. Se puede sentir
la ansiedad. Deja de tratar de escapar de ella, eso no ha funciona-
do de modo duradero. La ansiedad debe aceptarse como cualquier
otra emoción.
guía de apoyo psicológico para universitarios
111
Manejo del pánico
Mira la ansiedad. Después de aceptarla sólo debes observarla. Tomar
distancia de ella internamente y hacerse conciencia de sus fluctua-
ciones. La ansiedad oscila subiendo y bajando como las olas del mar.
Por momentos parece gigante e inmanejable, en ese momento de-
bes permanecer aceptándola y observándola. Es sólo cosa de tiem-
po para que vuelva a disminuir. No trates de distraerte, déjala fluir y
observa cómo sube y baja, cómo cambia su forma.
Actúa normalmente. Mientras dejas que la ansiedad evolucione, sim-
plemente debes seguir haciendo aquello en lo que estabas. Lo habi-
tual cuando aparece la ansiedad es dejar todo e irse a otro lado. Ir
al baño a lavarse la cara, ir a conversar con alguien, empezar a mo-
verse, salir a caminar. Todas esas opciones no son más que intentos
de escapar, de hacer que la ansiedad desaparezca. En vez de hacer
eso, simplemente debes continuar con lo que hacías, al tiempo que
aceptas y observas tu ansiedad.
Repite los pasos. Una y otra vez, aceptar, mirar y continuar con lo tuyo.
Al principio te puede parecer que estos pasos son imposibles, que la
ansiedad es insoportable, que inevitablemente se acerca el pánico.
Pero no será así si repites estos tres pasos. La ansiedad no se transforma-
rá en pánico y no durará indefinidamente. Simplemente no es posible
pues nuestra fisiología no puede mantener un estado emocional inde-
finidamente. La práctica hará cada vez más fácil seguir estos pasos.
Espera lo mejor. La ansiedad se alimenta de pensamientos catastró-
ficos de cualquier tipo (“todo va a salir mal”, “tengo un infarto”, “no
puedo salir de aquí”, “voy a morir”!!!). No debes prestarles atención,
esos pensamientos inevitablemente vendrán, pero no debes alimen-
tarlos, no los analices, no busques argumentos. Déjalos pasar y con-
céntrate en lo que es real, “todo está bien”. Ahora todo está bien, no
está pasando nada. Todo va a salir bien. Respira, disfruta, vive. Que
sientas ansiedad es una expresión más de estar vivo. Todo está bien,
concentra tus pensamientos en esto.
Intervención fisiológica:
Relajación a través de la respiración diafragmática
El antídoto de la ansiedad es la relajación. Puede parecer de Perogru-
llo, sin embargo, generalmente es algo que no tenemos en cuenta.
Además, a la mayoría de las personas nunca se les ha enseñado a
relajarse. A decir verdad, a todos nos haría muy bien entrenar esta ha-
bilidad. Pues si bien la mayoría no padece de ataques de pánico, casi
todos saben en carne propia lo que es el estrés en algún momento.
112
Walter Kühne Covarrubias
Entonces, si uno aprende a relajarse tiene una poderosísima herra-
mienta para controlar la ansiedad. Existen muchísimas técnicas para
esto, cualquiera puede servir igual de bien. Eso, en tanto la hayas
entrenado lo suficiente. No basta con conocer la técnica, necesita
entrenarse muchas veces para poder usarla de modo efectivo en un
momento de real necesidad. Si quisieras aprender defensa personal
no bastaría sólo con una clase o dos, ¿cierto? Pasa lo mismo con la
relajación, es necesario entrenarse de modo sistemático. Un adecua-
do entrenamiento implica ensayar la técnica todos los días. Evidente-
mente la pregunta que surge a continuación es ¿por cuánto tiempo
tendré que practicar relajación? La respuesta es simple: siempre. To-
dos los días. Indefinidamente. Aun cuando llegues a ser un maestro
de la relajación deberás seguir ejercitándola todos los días. Tal como
los deportistas no dejan de entrenar una vez que dominan la técnica.
Piénsalo de la siguiente manera, una vida saludable debe incluir una
buena dieta, una hora de ejercicio al día, 6 u 8 horas de sueño y 5 mi-
nutos de relajación. Si uno piensa en los beneficios, dedicar 5 minutos
diarios a relajarse no es demasiado pedir y, por otro lado, resulta ser
que es agradable.
Entonces, ¿en qué consiste la respiración diafragmática? Nuestra res-
piración funciona como un fuelle que se agranda haciendo entrar el
aire y luego se aprieta para que este salga. Hay dos modos en los que
el tórax aumenta su volumen. Una posibilidad, respiración alta, es que
los músculos intercostales muevan las costillas, pecho y hombros su-
ben, y el aire entra a los pulmones. La otro manera, respiración baja,
es que el diafragma se desplaza hacia abajo apretando las vísceras,
la guatita sale, y aumenta el espacio para los pulmones haciendo
entrar el aire.
Cada emoción tiene un patrón respiratorio característico. En el caso
de la ansiedad la respiración es alta, rápida y de poca profundidad.
Esta es la respiración con la cual nos preparamos para salir corriendo
o defendernos de un peligro. Por su parte, la respiración baja es la
que caracteriza a la relajación. Se llama respiración diafragmática.
El principio es muy sencillo, si aprendes a controlar tu modo de respirar
y mantener una respiración baja, entonces se desarmará el patrón
fisiológico de la ansiedad.
Entonces, ¿cómo aprender la respiración diafragmática?
De pie frente a un espejo pon las manos sobre las costillas flotantes, las
últimas de abajo. Los dedos deben ir hacia el frente, hacia el centro
de la guatita. Al respirar debes guardar el aire en la parte baja del ab-
guía de apoyo psicológico para universitarios
113
Manejo del pánico
domen, haciendo que la guatita se infle. Tus manos deben separarse
como si se estuviera inflando una pelota entre ellas. La importancia de
las manos es que debes sentir cómo el aire hace hincharse la guatita,
así tienes una retroalimentación para saber que lo estás haciendo
bien. Al mismo tiempo que respiras y con las manos sientes como la
guatita se hincha, debes mirarte al espejo. Observa cuidadosamente
si tu pecho o si los hombros suben, esto indica que la respiración es
alta. Para que la respiración diafragmática esté bien hecha debes
sentir con las manos cómo se infla la guatita y no observar ninguna
subida de pecho y hombros.
Es importante señalar que la respiración diafragmática es un modo
natural de respirar que puede mantenerse indefinidamente si se eje-
cuta correctamente. ¿Y qué pasa si no lo haces bien? No te preocu-
pes, lo único que puede pasar es que te marees. Si es el caso sólo hay
que sentarse y esperar unos minutos a que pase. Se debe a haber res-
pirado muy rápido o muy profundamente. Cada uno debe encontrar
el ritmo y profundidad que mejor le acomode. Típicamente se sugiere
respirar contando mentalmente 8 tiempos en la inhalación y otros 8
tiempos para exhalar (REF). Es clave respirar lenta y calmadamente.
Por último, recuerda que es la práctica la que hace al maestro. La
ejercitación diaria es indispensable.
Intervención conductual:
Exposición
Quien padece de pánico rápidamente aprende una estrategia suma-
mente efectiva para controlar la ansiedad: evitación y escape. La evi-
tación significa que la persona procurará no estar en aquellas situacio-
nes que le son ansiógenas o donde ha tenido alguna crisis. Y si de todos
modos se encuentra en alguna de ellas, procurará irse cuanto antes.
Esto se llama escape. Evitación y escape son, entonces, modos en los
cuales el sujeto logra manejar la ansiedad y evitar una posible crisis. El
problema fundamental de esta estrategia es que, a pesar de ser efecti-
va, mantiene el problema. El sujeto controla la ansiedad evitando y por
ende no es capaz de enfrentar ni estar presente en aquellas situacio-
nes que le son problemáticas. Esto conlleva otra dificultad, si se abusa
de la evitación se empiezan a limitar las situaciones en las cuales se
puede estar. Esto puede llegar a niveles tan dramáticos que la persona
puede no querer salir de su casa o necesitar compañía para ir a diver-
sos lugares. Es decir, la evitación puede empezar a ser tal que limita
el adecuado funcionamiento académico, laboral o social del sujeto.
114
Walter Kühne Covarrubias
Es por esto que se necesita aprender a exponerse a las situaciones
complicadas controlando la ansiedad por otros medios. La exposi-
ción por sí misma posibilita la extinción del condicionamiento que
asocia ciertos lugares o situaciones con la ansiedad. Es decir, expo-
nerse a la situación temida permite aprender que en realidad no hay
ningún peligro, que no va a pasar nada.
Hay dos tipos de exposición: externa e interna, según si el sujeto se
expone a estímulos externos, del ambiente, o a estímulos internos, pro-
pioceptivos. Nos referiremos a la primera.
¿Cómo trabajar la exposición? En la exposición externa lo primero que
debe tenerse en cuenta es el principio de aproximaciones sucesivas.
Este indica que uno debe ir dando pequeños pasos para exponerse a
aquello que teme. Dado que puede ser contraproducente exponerse
de golpe a algo muy difícil. Haz una lista de todas las situaciones que
evitas o te son difíciles. Una vez hecha la lista tienes que ordenarla de
menor a mayor, o sea, de más fácil a más difícil. Habiendo trabajado
las técnicas descritas más arriba, AMARE y respiración diafragmática,
se puede empezar a exponerse brevemente a las situaciones más fáci-
les de la lista. Es necesario sobreponerse al malestar inicial que pueda
haber. Es necesario permanecer hasta que la ansiedad baje, de este
modo te podrás ir habituando a la situación. Cuando las situaciones
más fáciles han sido superadas se puede pasar a otras más difíciles.
Lo más relevante que debes considerar es que no debes privarte de ir
a ciertos lugares porque temes tener una crisis. De manera graduada
y usando las técnicas de control de ansiedad descritas antes, tienes
que hacer el esfuerzo de ir. Va a haber ansiedad, pero debe tolerarse
y esperar hasta que pase la oleada de ansiedad sin alimentarla con
pensamientos catastróficos.
La exposición interna se refiere a poder tolerar las sensaciones corpo-
rales extrañas que pueden ser la fuente de preocupación e iniciar una
crisis. No profundizaremos en la exposición a los estímulos internos pues
es difícil trabajarlo solo y requiere asesoría de un experto en el tema.
Por lo pronto basta con que entiendas de qué se trata y sepas que si es
tu caso debes buscar ayuda especializada con un psicólogo.
Consideraciones finales: el pánico y la muerte
En este capítulo hemos abordado el problema de los ataques de pá-
nico. Describimos qué son y cómo se experimentan, cómo compren-
der su funcionamiento y cómo enfrentarlos. Dado que se trata de un
guía de apoyo psicológico para universitarios
115
Manejo del pánico
trastorno de ansiedad, para quienes se interesaron en este capítulo
puede ser conveniente revisar también el apartado sobre Ansiedad
ante el Rendimiento.
A modo de conclusión, deseo señalar un último punto sobre el tema:
¿Qué es lo que significan los ataques de pánico?
El pánico es una reacción de temor máxima ante la percepción de
una amenaza para la propia integridad, una reacción ante algo que
se estima un peligro inminente. La máxima expresión de lo peligroso
es aquello que pueda matarnos. Es decir, en última instancia, el pá-
nico representa un temor profundo a la muerte. Miedo que suele ser
subterráneo y no reconocido.
Hablábamos más arriba de cómo vivimos arrancando de la ansie-
dad, tenemos miedo de tener miedo. Sin embargo, en el fondo de lo
que huimos, a lo que tememos es a la muerte. Es la muerte lo que se
esconde tras nuestros miedos, su invisible omnipresencia. Dado que
forma parte de nuestra condición humana, es un tema sobre el que
debiéramos reflexionar también. Aceptar la propia finitud es una ta-
rea difícil y necesaria para nuestro desarrollo personal. Mi plantea-
miento es que todos debemos prepararnos para la muerte.
¿Qué significa esto? Básicamente dos cosas, por un lado trabajar
para responder la pregunta sobre qué es la muerte. ¿Qué sucederá
después, qué será de mí? Ya sea apelando a la religión o a la filosofía,
todos necesitamos tener nuestras creencias claras al respecto.
Por otro lado, prepararse para la muerte significa vivir una vida plena
de sentido. Vivir la vida correctamente, de acuerdo a las propias con-
vicciones. No es sólo de la muerte que escapamos, a veces también
escapamos de nuestras obligaciones. Y lo que es peor, a veces esca-
pamos de nosotros mismos.
La muerte como tema da para un capítulo en sí mismo, la menciono
aquí, pues creo que quienes tienen crisis de angustia pueden bene-
ficiarse de analizar este tópico. Concluyendo, calmar el miedo a la
muerte apaciguará el pánico. Y además puede hacer tu vida plena
de sentido.
Referencias
Chappa, 2006, Tratamiento del Pánico, Paidós, Barcelona.
DSM-IV-TR, Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, American
Psychiatric Association.
Ayuda para universitarios
117
Depresión: 
No puedo dejar de estar triste
Patricia Pérez Marínkovic
Dentro de los motivos de consulta psicológica de los estudiantes uni-
versitarios, la temática más frecuente es la depresión. Factores tales
como la frustración por rendimiento insatisfactorio en la vida aca-
démica, dificultades familiares, problemas económicos, dificultades
para el establecimiento de relaciones interpersonales, desmotivación
por la carrera que se ha escogido, cambio de ciudad y afrontamien-
to de una vida lejos de la familia, conflictos de pareja, son algunos
de los motivos que señalan los estudiantes como explicativos de su
“estar triste”.
Diferencia entre ánimo triste y depresión
En este contexto, es importante señalar que sentir un descenso de
la energía física y psíquica no implica que la persona esté cursando
un trastorno del ánimo. Para diagnosticar que ello está ocurriendo se
requiere de toda una sintomatología específica y de una duración
mínima en el tiempo. Cuando se ha activado una depresión, la per-
sona vivencia un estado de ánimo triste la mayor parte del día, pier-
de interés por las actividades que antes le generaban placer, puede
sentir ansiedad, sensación de fatiga o pérdida de energía a diario,
irritabilidad, sueño excesivo o insomnio, dificultades de concentra-
ción. Puede sentir temor, sensación de inutilidad y culpa, además de
pensamientos desesperanzadores acerca de la vida. Cuando varios
de estos síntomas se presentan de manera sostenida por más de 2 se-
manas, la persona comienza a experimentar un deterioro significativo
en su vida, tanto a nivel personal, social como familiar.
Episodios de descenso del estado de ánimo son naturales en los seres
humanos y están vinculados a episodios que los detonan, no obstan-
te, la persona que lo vivencia no deja de disfrutar y ver el mundo
con esperanza. Es decir, el “bajón” tiene una intensidad y duración
acotada en el tiempo, tras lo cual, la persona recupera su nivel de
funcionamiento habitual.
118
Patricia Pérez Marínkovic
En este contexto, no resulta extraño que muchas veces no nos demos
cuenta de los procesos internos que realizamos y solamente podemos
percibir conscientemente los resultados de ellos.
¿Qué sucede en la depresión?
El estado de ánimo depresivo implica la ejecución de una serie de
procesos internos en donde hemos “adherido” a esta emocionalidad
por un tiempo que excede el interés de nuestro ser interno, que es
nuestro propio referente de armonía. Nos sentimos agotados, agobia-
dos, desesperanzados, tristes, frustrados, enrabiados… y no sabemos
realmente cómo es que llegamos hasta allí internamente. Podemos
darnos la explicación causal, pero no somos conscientes realmente
de qué estamos haciendo para “alimentar y reforzar” ese estado.
No nos damos cuenta conscientemente de cómo “elegimos” perma-
necer en esa serie de pensamientos y emociones que perpetúan el
ánimo depresivo. Nos levantamos por la mañana e instantáneamen-
te nos repetimos los pensamientos con los cuales funcionamos el día
anterior, un día que por cierto ya no existe. En coherencia entonces
con todo aquello que nos estamos “recordando” surge la emocio-
nalidad absolutamente obediente a las órdenes psíquicas que le
estamos enviando. Si pensamos: “…¡qué lamentable!, ¡otro día más
de esfuerzo!”, nuestras emociones se colocan en sintonía con eso y
rápidamente se activa el cansancio, la frustración, la desesperanza.
Y partimos entonces inmediatamente creando el día que sin darnos
cuenta, nos propusimos crear… no cuesta mucho imaginar cómo
será ese día para nosotros y lo más complejo es que si mantenemos
esa actitud por un tiempo prolongado, realmente la vida se hace
“cuesta arriba”.
La vivencia de la emocionalidad y diálogos internos
En el contexto psíquico, el estado de ánimo se vincula a la focalización
de la atención. En este contexto, los seres humanos podemos experi-
mentar decenas de emociones y éstas tienen de manera natural un
ciclo de existencia, en donde la emoción aumenta hasta alcanzar un
peak y luego desciende. Ninguna emoción se puede sostener de ma-
nera ininterrumpida por un largo periodo de tiempo, salvo que este-
mos repitiendo internamente a voluntad todos los pensamientos que
la desencadenan. Es decir, podemos estar muy tristes, en plena crisis,
pero probablemente a las 8 horas de estar llorando alternadamente,
guía de apoyo psicológico para universitarios
119
Depresión: No puedo dejar de estar triste
lamentándonos y sintiéndonos profundamente incompatibles con la
vida, necesitaremos parar en algún momento, para comer algo por
ejemplo, o para ir a dormir. Luego, si decidimos continuar en la misma
emocionalidad, despertamos unas horas más tarde y sin darnos cuen-
ta, nos preguntamos internamente…¿dónde habíamos quedado?...
y comienza el ciclo una vez más. Cuando estamos deprimidos, lo que
hacemos psíquicamente es que generamos un círculo vicioso de “re-
petición” de todos los pensamientos y emociones que vivenciamos
tras un evento de frustración, rabia y/o tristeza, es decir, focalizamos
nuestra atención en esta repetición. Por ejemplo, si algo no funcionó
para nosotros (reprobamos una asignatura) comenzamos a exacer-
bar la emocionalidad vinculada a ese hecho (ej.: sentimientos de in-
utilidad, frustración, ansiedad, tristeza) y nos repetimos mentalmente
todo un diálogo interno que nos dice más de lo mismo, en coherencia
con lo que ya nos habíamos repetido. El tiempo en que sostengamos
esta focalización de la atención en esos pensamientos y emociones,
es lo que genera un estado depresivo. Es decir, donde está nuestra
atención, allí estamos nosotros. Cuando captamos eso, comienza a
abrirse la posibilidad de querer cambiar el foco de nuestra atención
y entonces podemos salir de ese estado en el que entramos. Nuestra
capacidad de focalizar la atención es una herramienta fundamental
cuando queremos manejar nuestros estados internos. Por lo tanto, el
darnos cuenta de qué estamos haciendo psíquicamente con noso-
tros, nos devuelve el poder para cambiar dicha situación.
Todos los seres humanos tenemos razones para entristecernos, enra-
biarnos, frustrarnos, etcétera, por lo tanto, ese no es el punto. Lo im-
portante, es cuánto tiempo decidiremos quedarnos en esa sintonía. A
veces decidimos quedarnos allí porque de alguna manera sentimos
que hay una ganancia en ello, puede ser que nuestros seres queri-
dos nos brinden más atención, que la persona que nos abandonó se
sienta culpable, poder hacer nuestra “pataleta” con la autorización
social (ya que es un diagnóstico clínico), en fin… pero eso no cambia
el hecho de que estamos pagando un alto precio por aquella ganan-
cia secundaria.
¿Y por qué es un alto precio?, porque estamos desperdiciando un
tiempo precioso y valioso para construir interna y externamente
aquello que sí deseamos y anhelamos de verdad, lo que realmen-
te es importante, prioritario, fundamental y su retribución no se com-
para con la ganancia secundaria. Darnos cuenta de que la vida es
una aventura maravillosa en la que todos los seres humanos estamos
en este proceso de crecimiento, aprendizaje y evolución, nos pue-
120
Patricia Pérez Marínkovic
de abrir grandes posibilidades para decidir con mayor consciencia
“en qué queremos estar en nuestra vida”, si deseamos internamente
“construir”, “estancarnos” o “destruir”. La verdad es que a cada ins-
tante estamos eligiendo una postura interna al respecto.
Elegir en conciencia
Cuando nos permitimos explorar nuestro mundo interno podemos
hacernos conscientes de qué estamos eligiendo para nosotros y en-
tonces nos podemos hacer responsables de nuestras vidas y todas
nuestras turbulencias emocionales. Desde ese momento, estamos en
condiciones de “elegir en consciencia”.
Una vez que hemos realizado ese trabajo interno, nuestras posibilida-
des de elegir vivir una vida satisfactoria, aumentan considerablemen-
te y en muchos casos “inevitablemente”.
Cuando nos preguntamos entonces ¿por qué no puedo dejar de es-
tar triste?, podríamos preguntarnos ¿por qué no quiero dejar de estar
triste? Si al responderme, algo me pasa internamente y me doy cuen-
ta que “sí quiero dejar de estar triste” y quiero comenzar a trabajar
en ello, puedo comenzar a focalizar mi atención en qué cosas me
estoy diciendo permanentemente, que me gatillan la emocionalidad
depresiva. Y entonces, puedo comenzar a elegir hacia dónde diriguir
mi atención, hacia pensamientos distintos a los que he estado escu-
chando. Al hacer este proceso podré notar cómo mi emocionalidad
también reacciona coherentemente y comienza a serenarse.
Pero debemos recordar que lo principal es preguntarnos: ¿quiero
realmente abandonar la tristeza, la victimización, la fragilidad?... Este
es el inicio del proceso, más tarde vendrán las comprensiones y ener-
gizaciones psíquicas y físicas necesarias para recorrer mi camino de
regreso a mi potencialidad.
Esa es la belleza y maravilloso potencial de nuestra capacidad in-
terna, podemos entrar y salir de todo cuanto hemos elegido interna-
mente, simplemente con nuestra consciencia y determinación. Poner
atención en nuestros estados internos, pero desde la perspectiva de
“¿cómo estoy manejando mi atención?, ¿lo estoy haciendo de ma-
nera constructiva o destructiva?, ¿cuánto tiempo decidiré estar foca-
lizado en determinada emocionalidad?”, es la clave para constituir-
nos en dueños de nuestro mundo interno. En este punto, es necesario
mencionar que también parte de este hacernos cargo de nuestro
estado interno, implica evaluar de manera realista si puedo sobrepo-
guía de apoyo psicológico para universitarios
121
Depresión: No puedo dejar de estar triste
nerme de manera autónoma o si requiero solicitar una ayuda externa
que me oriente acerca de cómo poder cambiar esta emocionali-
dad en mí (específicamente consultar con especialistas tales como
psicólogos y psiquiatras). Esta solicitud de ayuda, lejos de demostrar
más fragilidad, en realidad lo que está mostrando es la fortaleza de
reconocer que en ese momento puntual, no puedo salir solo de ese
estado interno.
El mundo interno victimizado
Muchas veces las personas consideran que el tener una vida “difícil”
es una tarjeta preferencial para compadecerse de sí mismas (victi-
mización), tienen la creencia que las personas que se manejan de
manera más satisfactoria en su vida, son personas que precisamente
han tenido una experiencia de vida satisfactoria, se dicen a sí mismas:
“¡claro!, yo con la suerte de esta persona… habría sido súper feliz”,
entonces no consideran que quien navega en la satisfacción interna
tenga algún mérito respecto a su estado. En Psicología existe el con-
cepto de “locus de control” y significa cuál es el foco de la persona
respecto a la responsabilidad de sus vivencias. Un locus de control
externo indica una persona que considera que los resultados de la
vida tienen una causalidad externa y que siempre se está navegando
en un mar que no se controla. Por otro lado, un locus de control inter-
no indica que la persona percibe que su vida es un resultado de sus
propias decisiones en un porcentaje bastante alto, es decir, percibe
una causalidad interna. Y es precisamente desde esta perspectiva
del locus de control que operamos cuando estamos eligiendo hacer-
nos cargo de nuestra emocionalidad o no hacernos cargo y vivirla de
manera desbordada y autodestructiva.
Muchas veces los seres humanos nos vemos invadidos por nuestras
emociones y sentimientos, pero la verdad es que si no podemos pen-
sar más allá de esas emociones, no podremos controlar nuestra vida
psíquica. Cuando decidimos responsablemente y amorosamente
con nosotros mismos, vivir la vida desde una perspectiva más armóni-
ca, nuestras emociones son comandadas por nuestro pensamiento,
lo cual no significa “reprimir” el sentir, sino que, por el contrario, me
doy el permiso y el espacio para conectarme con mis emociones y
sentimientos, pero también genero un control sobre el tiempo y la in-
tensidad con la cual vivo la emocionalidad.
122
Patricia Pérez Marínkovic
La depresión: un invitado no deseado
ha entrado en nuestra casa
Una situación que siempre surge en el estado de ánimo triste, es un as-
pecto de la personalidad que se encuentra muy activo durante ese
periodo de tiempo, es decir, a manera de metáfora, la tristeza pasa
a ser una especie de personaje interno en la psiquis que se vuelve
poderoso y omnipresente mientras más espacio le demos. Es como
un invitado a casa al que le hemos abierto la puerta y después no
sólo no se va, sino que nos llena la cabeza de ideas, comentarios y
nosotros le escuchamos muy atentamente cada día. El problema es
que lo que le escuchamos decir ni siquiera lo filtramos, sino que más
bien le creemos todo y terminamos siendo unos perfectos aliados de
este personaje que a todas luces no es una buena influencia para
nosotros, ya que sus comentarios se van tornando cada vez más pesi-
mistas, negativos y desesperanzados.
Este personaje interno lo hemos energizado y reforzado, porque lo he-
mos escuchado atentamente. A veces ocurre que acabamos literal-
mente engolosinándonos con su estilo y con todas las emociones que
nos orienta a experienciar.
Entonces, llega el momento en que nos comenzamos a hartar y este
personaje nos comienza a complicar un poco, pero no tenemos la
más mínima idea de cómo desalojarlo de casa ya que nos hemos
hecho muy cercanos…, y de pronto comenzamos a darnos cuenta
que en realidad él se ha tomado mucho espacio en nuestra casa y
que hasta nuestra cama ha estado ocupando y decidimos comenzar
a recuperar nuestro espacio…
¿Qué hacer frente a este invitado no deseado?
Etapa 1
Pues la primera etapa es darnos cuenta de todo lo que hemos cam-
biado desde el día que lo recibimos en casa y decidimos comenzar a
observarlo de manera más objetiva, ya no desde el involucramiento,
sino desde una actitud de neutralidad.
Etapa 2
La segunda etapa implica que una vez que ya lo hemos comenzado
a mirar con otros ojos, vamos a comenzar a recuperar nuestro espa-
guía de apoyo psicológico para universitarios
123
Depresión: No puedo dejar de estar triste
cio, no lo desalojaremos de la noche a la mañana, ya que mal que
mal durante todo este tiempo ha sido un fiel compañero, por lo tanto
lo que haremos es ir reduciéndole su espacio en casa y nos propon-
dremos hablar mucho menos con él, y escucharlo mucho más desde
la actitud del filtro.
Etapa 3
Un tercer paso, es comenzar a escuchar a otros aspectos internos que
nos permitan re-conectarnos con estados de ánimo más satisfacto-
rios, por ej. ver una película divertida, visitar a amistades con las que
lo pasemos bien, leer un libro esperanzador, escuchar música que nos
levante el animo, etcétera.
Etapa 4
Y el cuarto y último paso, es mantenernos atentos a cualquier inter-
vención de este personaje interno. Es decir, si notamos que de pron-
to nos hemos vuelto a sentir deprimidos, vamos a tomar conciencia
una vez más de qué es lo que estamos escuchando nuevamente. Y
entonces, si lo deseamos, vamos nuevamente a cambiar el foco de
nuestra atención de manera consciente, repitiendo las etapas ante-
riores.
Posterior a esto, podemos decidir invitar a este personaje a retirarse
de nuestro hogar o dejar que él se aburra solo y decida ir a otro lugar
donde ser escuchado.
¿Qué me dice la tristeza?
Estar triste implica que, en algún momento, nos hemos conectado de
manera importante con un aspecto insatisfactorio en nuestras vidas.
Y es importante, desde esa perspectiva poder, de alguna manera,
profundizar en los contenidos de esa tristeza, no para quedarnos allí,
como ya se mencionó, sino que para obtener mayor información de
nuestro mundo interno. Es por este motivo que, desde el punto de
vista del desarrollo personal, una crisis de este tipo, sin duda puede ser
una gran oportunidad para darse cuenta de situaciones y vivencias
internas que requieren ser modificadas en nuestra vida para poder
transitar por un camino más maduro y significativo.
124
Patricia Pérez Marínkovic
Es muy difícil que un ser humano decida cambiar cuando todo va
bien en su vida. La verdad es que realmente es muy poco probable.
Generalmente, los seres humanos requerimos del ingrediente “sufri-
miento” para tomarnos el tiempo de reflexionar acerca de nuestras
dificultades. Y eso es un aspecto muy positivo que nos ofrece el sufri-
miento. Entonces, sentir que se está triste y que se está cansado ya de
ello, es una muy buena señal de que es un momento propicio para
generar una introspección y hacernos cargo de aquello que no está
funcionando, tanto en el mundo interno, como en el externo.
Importancia de la motivación para acceder al cambio
Pasar desde el sufrimiento a la calma y posteriormente a la satisfac-
ción, es un proceso que requiere motivación, ya que no existe la
posibilidad de hacerlo sin un trabajo interno de por medio. A veces,
las personas creen que si cambia la situación en su mundo externo,
entonces cambiará también en su mundo interno, es como que la
vida se hará cargo totalmente de cambiar la circunstancia que me
complica. No obstante, la verdadera autonomía implica que al cam-
biar desde mi mundo interno, genero cambios en el mundo externo,
a nivel concreto y/o de la percepción de la situación, pudiendo en-
tonces ampliar mi perspectiva de ésta.. De esta manera, no me hago
“dependiente” de lo que ocurre allá afuera para estar bien o mal. Si
no que genero de manera autónoma las condiciones internas que
me permitirán hacer frente a la situación que me ha complicado. Ese
es el sentido de todo lo que nos ocurre, conectarnos internamente
con nuestro potencial para, de este modo, avanzar y evolucionar en
nuestro proceso personal.
125
Aprendiendo a ser feliz
Mónica López Hernando
“Ser feliz”,… qué difícil encontrar un anhelo en la vida que pueda
englobar tanto significado como estas dos palabras. Probablemente,
todos queramos alcanzar la felicidad y muchos sientan que la tienen
a momentos, pero lo que quiero mostrarles es una mirada distinta,
donde la felicidad puede estar mucho más presente en nuestras vi-
das si desarrollamos algunas habilidades y damos espacio a ciertas
actividades que han demostrado ser efectivas en este tema.
Sonja Lyubomirsky, psicóloga social de la Universidad de Stanford,
plantea en su modelo que el 40 % causante de nuestra felicidad son
ciertas actividades que realizamos de forma intencionada, el 50 % es
genético y 10 % corresponde a las circunstancias, como belleza física,
salud, dinero, etc.
Desde este modelo, podemos entender que el 50 % es nuestra “línea
base” de felicidad (baja o alta según lo heredado), un 10 % son su-
cesos que nos ocurren y nos pueden ayudar a sentirnos más felices o
más tristes (ganarme un premio o enfermarnos, por ejemplo), pero un
valioso 40 % tiene que ver con lo que nosotros hacemos activamente
para incrementar nuestra felicidad (y así subir nuestra línea base o
estado más estable).
Pero, ¿por qué esforzarnos tanto en ser felices? Diversos estudios com-
prueban que la felicidad aumenta nuestros años de vida, mejora la
salud física y mental, el rendimiento académico y la productividad,
aumenta la satisfacción en el trabajo, optimiza la eficiencia de gru-
pos y organizaciones, nos da mayor facilidad para resolver problemas
y resiliencia (capacidad para salir adelante pese a la adversidad),
mejora nuestras relaciones, aumenta nuestra solidaridad y empatía
con otros, entre muchos otros factores positivos.
De este modo, si consideramos que las investigaciones han encontra-
do diversos modos eficaces de incrementar nuestro nivel de felicidad,
toma importancia el poder aprenderlos y comenzar a aplicarlos en
nuestras vidas para enriquecerlas y así aumentar nuestro bienestar
general. Es por ello que surge en la Universidad de Santiago de Chile
el taller: “Aprendiendo a ser feliz”, el cual busca entregar estas he-
rramientas a los alumnos, fomentando la felicidad como un factor
protector y preventivo.
126
Mónica López Hernando
El título hace alusión al aprendizaje, pues se trata de un camino que
requiere dedicación, donde ustedes en esta lectura podrán encon-
trar algunas claves y podrán elegir ciertos ejercicios para comenzar
gradualmente a trabajar en el incremento de la felicidad a su propio
ritmo. Hay momentos en la vida en que estamos viviendo intensamen-
te situaciones dolorosas y pensar en estos temas puede ser complejo,
pero en algún momento llegan las preguntas ¿Cómo quiero estar?,
¿quiero seguir detenida/o en el dolor o siento que ya es tiempo de
salir de él?, ¿quiero realmente ser feliz? Entonces estas ideas que les
planteo acá pueden ser una guía hacia el cómo empezar a serlo y
entregar lo mejor de sí en esta tarea.
Para comenzar este camino, les expondré a continuación nueve te-
mas relevantes para la felicidad en los que se pueden realizar ejerci-
cios prácticos para cultivarla activamente. Les sugiero tener un pe-
queño cuaderno especial para este trabajo personal.
Conciencia sobre la propia felicidad
Las personas que son más felices se caracterizan por atribuirle mayor
importancia a la felicidad y a su bienestar general de lo que lo hacen
otras personas, reflexionando sobre aquella y buscando las experien-
cias que le producen sensaciones positivas. Así, el logro de felicidad
está estrechamente ligado a la importancia que se le da al deseo de
ser feliz y al valor que cada cual le atribuye.
El tener claridad sobre cuáles son las cosas que me hacen feliz, re-
conocerlas y tomar conciencia sobre ellas, nos entrega un punto de
referencia para buscar activamente nuestro bienestar en momentos
que éste nos falte.
Es importante aclarar de todos modos la diferencia entre ser y estar,
por ejemplo, yo puedo considerarme una persona que es feliz con su
vida, pero que a momentos está triste por diversas circunstancias, las
cuales no me quitan mi sensación general de ser feliz. A su vez, puedo
estar mucho más feliz en ciertos momentos, dependiendo de aquello
que ocurra en mi vida.
Por este motivo, tomar conciencia de qué nos hace feliz y dirigirnos a
ello, es un elemento importante que podemos comenzar a trabajar
en el siguiente ejercicio:
guía de apoyo psicológico para universitarios
127
Aprendiendo a ser feliz
Realiza un listado de todas aquellas cosas que te hacen feliz hoy en día
(si luego recuerdas alguna más, puedes ir agregándolas a tu lista)
Respóndete a ti mismo las siguientes preguntas:
•	 ¿Cuánto espacio le doy en mi vida a las cosas que me hacen más feliz?
•	 ¿Cuáles cosas de las que escribí me gustaría empezar a hacer de forma
más constante?
•	 ¿Me comprometo conmigo mismo a empezar a hacerlas? ¿Hay algo
que me lo impide?
Estas preguntas te pueden dar buenos puntos de referencia para pa-
sar desde el pensar en tu felicidad a realizar acciones que te permitan
avanzar en este camino, haciendo cosas concretas por ella, como
las que se proponen en el siguiente tema.
Autoestima
Las personas felices se encuentran mentalmente más sanas y libres
de padecer trastornos o sintomatología negativa de índole psicoló-
gica. Trabajar en pos de un buen conocimiento y aceptación de sí
mismo con fortalezas y limitaciones, nos permite tomar mejores deci-
siones para nuestra vida. Una buena autoestima e imagen personal,
se transforma así en nuestro mejor aliado para conseguir el bienestar
que deseamos. Tener sentido del humor, confianza en sí mismo, au-
tonomía, sensación de ser competente y tener autodeterminación
para buscar lo que deseamos, también nos ayudan a lograr mayor
felicidad en nuestras vidas. En el capítulo de Autoestima puedes pro-
fundizar más en este aspecto.
Aumentar la vida social y cultivar relaciones cercanas
Los estudios reflejan que la gente que es más feliz tiene un alto nivel
de participación en actividades sociales, tanto a nivel formal (orga-
nizaciones, clubes, asociaciones, etc.), como a nivel informal (ami-
gos, vecinos, colegas de trabajo, familia extensa, etc.) y que esas
interacciones aportan en la creación de sentimientos importantes de
satisfacción, de permanencia y pertenencia, que se suman a su sen-
sación general de felicidad.
En este sentido, además del optimismo, el rasgo de personalidad más
frecuente en la gente feliz es la extroversión, la cual permite disfrutar
de una vida social más activa. La apertura a abrirte a nuevos círculos
128
Mónica López Hernando
sociales y ser más atractivo en el plano cognitivo y del comporta-
miento (sonreír más, reconocer a los demás, iniciar la conversación y
otras opciones que permiten ampliar los contactos  sociales) pueden
ayudar a generar mayores lazos, pertenencia y otros factores que in-
ciden en la felicidad.
Por otra parte, más allá de activar la vida social, la capacidad de
establecer relaciones cercanas y afectivas, cultivando los vínculos fa-
miliares, de amistad y pareja cobra relevancia fundamental para dis-
frutar de un buen sentimiento general de felicidad. Esto sería la fuente
de felicidad más importante, independientemente del dinero, éxito
profesional o el nivel social.
Tomar conciencia
•	 ¿En qué actividades sociales participo actualmente? Si no realizo
ninguna, ¿en qué tipo de actividades me gustaría participar?
•	 ¿Quiénes son las personas que siento más cercanas afectivamente?
•	 ¿De qué forma cultivo y fortalezco las relaciones con estas personas
cercanas?
•	 ¿Cuánto tiempo de mi vida les dedico?
Pensar al actuar
•	 Busca distintas actividades sociales que sean de tu interés
(voluntariados, talleres grupales, deportes, reuniones con amigos del
colegio, primos, etc.) y elige al menos una que quieras comenzar a
realizar de forma más constante en el tiempo. Una vez que decidas
comenzarla, comprométete a darle un espacio en tu vida. Si esta
actividad se acaba, el espacio debe mantenerse e ir integrando nuevas
actividades donde puedas compartir con otros, aprender cosas nuevas
y sentirte perteneciente a un grupo.
•	 Piensa y comienza a realizar cosas concretas para mantener o
mejorar el nivel de cercanía afectiva que tienes con algunas personas
significativas (familia, amigos, pareja). Poder acercarse con mayor
apertura y confianza, avanzando en la comunicación puede ser un
paso importante.
Antes de concluir con este tema, quisiera de todos modos hacer un
alcance. La vida social activa y la extroversión pueden favorecer ex-
periencias que nos entreguen mayor felicidad, pero esto no quiere
decir que las personas introvertidas o con una vida social más peque-
ña no puedan ser felices. El punto es cómo se viven esas característi-
cas de personalidad asociadas al retraimiento, vivencias que pueden
ser muy distintas y que podemos ver reflejadas en estos relatos:
guía de apoyo psicológico para universitarios
129
Aprendiendo a ser feliz
a)	 “No tengo muchos amigos, pero soy feliz con los que tengo, el
tener pocos me ayuda a dedicarles más tiempo y cultivar más la
relación. Hay confianza, cariño y sé que puedo contar con ellos.
En cuanto a mis actividades, me gusta estar tranquila, disfruto más
de actividades solitarias como pintar o escribir, disfruto de mi so-
ledad aunque de vez en cuando comparto con más gente y me
siento bien de todos modos”.
b)	 “Soy bien tímido, me cuesta estar con gente o iniciar conversacio-
nes, me pongo ansioso porque no sé qué cosa interesante pueda
hablar, no hago mucho… solo estoy entre la casa y la Universidad,
nada más. Tengo un par de amigos, pero no nos juntamos tanto,
cada uno anda en lo suyo. Me siento solo y eso me angustia, me
gustaría cambiar, poder relacionarme mejor con los demás, pues
no me gusta como soy”.
Claramente, quien da el primer relato puede sentirse más feliz, inclu-
so si nos detenemos en sus palabras, podemos ver cómo valora los
aspectos que tiene (sin pensar tanto en lo que no tiene), existe una
mayor aceptación de sí misma y una mejor autoestima, lo cual resulta
fundamental para el desarrollo de nuestra felicidad.
Como vemos hasta ahora, tener conciencia de qué nos hace feliz,
procurar estar satisfechos con nuestra vida social, teniendo vínculos
de afecto significativos, además de una buena autoestima pueden
ayudarnos en el camino de ser más felices, pero existen otros aspec-
tos concretos en los que podemos trabajar también y tienen relación
con el tipo de actividades que realizamos.
Estar en constante actividad
Estar inmersos en la vida, con muchas iniciativas, proyectos, sueños
y energía puesta en ellos puede generar más felicidad. Así, según el
investigador Michael Fordyce, destacan 5 tipos de actividades que
nos pueden ayudar en esta tarea:
•	 Las personas felices tienden a permanecer más ocupadas en ac-
tividades que les resultan entretenidas y agradables.
•	 Las actividades excitantes que requieren esfuerzo físico, parecen
generar más placer que las actividades sedentarias y tranquilas.
En este punto, Lyubomirsky también afirma que la actividad física
es un elemento que influye significativamente en nuestros niveles
de felicidad.
130
Mónica López Hernando
•	 Las experiencias nuevas tienden a procurar más felicidad que las
experiencias habituales.
•	 Lasactividadessocialesproducenmayorfelicidadquelassolitarias.
•	 Una iniciativa significativa resulta ser más satisfactoria que los en-
tretenimientos triviales.
Para pensar más en las actividades que integran nuestro día a día y
su papel en nuestra felicidad, los invito a trabajar en estos ejercicios:
Visualización
En una posición cómoda, respira profundamente, relaja tus músculos y
con los ojos cerrados comienza a visualizar cuáles son las actividades que
realizas en tu semana, desde que te levantas hasta que te acuestas, en
qué consiste tu rutina, en qué se diferencian tus fines de semana, cuáles
son las cosas que más te gusta hacer y las que menos. Una vez que hayas
recorrido en tu mente estas imágenes, abre lentamente los ojos.
Para reflexionar
•	 ¿Me gustan las actividades que realizo? Si no es así, ¿soy activo en
buscar nuevas actividades que me motiven?
•	 ¿Realizo alguna actividad física?
•	 ¿Busco actividades nuevas para salir de la rutina? ¿Cuáles podría
integrar a mi vida?
•	 ¿Realizo alguna actividad que sea significativa y trascendente (donde
sienta que puedo aportar a la sociedad)?
Muchos podrán pensar luego de estos ejercicios que “les encantaría
realizar más actividades, pero no les alcanza el tiempo”, lo cual en
la mayoría de los casos no es tan cierto, sino más bien una dificultad
para planificar y organizar los tiempos, lo cual veremos a continua-
ción, ya que es un factor que favorece también el que mantengamos
un alto nivel de felicidad en la vida.
Organización
Según Fordyce, las personas que son más felices tienden a organizar-
se bien, no dejan temas pendientes para el día siguiente, son eficaces
y se planifican no sólo en su cotidiano sino también en sus proyectos
a mediano y largo plazo, y en su sentido de la orientación en la vida.
La gente feliz parece saber cuándo quiere moverse de un lugar a otro
y parece poseer costumbres organizativas que les permiten realizarlo.
guía de apoyo psicológico para universitarios
131
Aprendiendo a ser feliz
Así, pueden destinar tiempos de forma eficiente a cada una de sus
actividades, dejando espacios disponibles para el autocuidado, para
cultivar sus relaciones y para realizar las actividades que les producen
bienestar.
La capacidad de organización y planificación nos puede aportar
en el desarrollo de nuestro proyecto de vida, logrando paso a paso
aquello que nos proponemos. En este sentido, una ventaja de la gen-
te que es más feliz en su vida es saber escoger y centrarse en metas
alcanzables y posibles (esto no quiere decir que sean fáciles o poco
significativas), considerando sus propias competencias para lograrlas,
lo cual les ayuda a luchar por ellas con mayor seguridad, disfrutando
y valorando el camino que han creado para conseguirlas, lo cual fa-
vorece la posibilidad de éxito.
Sucede distinto al centrarse en metas enormes sin ir paso a paso, se
ve muy lejano todo, muy difícil y la desmotivación puede ser una rea-
lidad más cercana. Si el foco está puesto en ir alcanzando submetas
y logrando pequeños pasos, podrás sentir cada vez más cerca el ob-
jetivo final que te propusiste, lo cual mantendrá tu ánimo e ilusión.
Es muy común ver alumnos universitarios que se esfuerzan enorme-
mente para pasar sus ramos y cuando lo logran no se detienen a dis-
frutarlo, pues están pensando inmediatamente en los ramos que vie-
nen, aumentando con ello su agobio. Si valoraran estos pasos como
un logro importante, si celebraran y disfrutaran el camino que ellos
van haciendo, al llegar a titularse en sus carreras podrían mirar atrás y
ver con satisfacción todos los logros que ya han alcanzado, recono-
cer su mérito y sentirse orgullosos de sí mismos, entendiendo que cada
etapa en la vida tiene algo que enseñarnos, en vez de pensar “por fin
terminó todo esto…”.
1.	 Repensando mi horario
•	 Dibuja una tabla semanal donde puedas colocar todas las ac-
tividades que realizas actualmente. Distribuye tus horarios de
modo que calcen con tu realidad, intentando colocar las cosas
que usualmente haces (se entiende que los horarios y activida-
des pueden variar con cierta flexibilidad). A modo de ejemplo, lo
siguiente:
132
Mónica López Hernando
HORASLunesMartesMiércolesJuevesViernesSábadoDomingo
8:00a13:00ClasesClasesClasesClasesClases
Aseoenla
casa
Estudiar,
hacer
trabajos.
13:00a14:00
Almuerzo
conamigos
Almuerzo
conamigos
Almuerzo
conamigos
Almuerzo
conamigos
Almuerzoen
pareja
Almuerzoen
pareja
Almuerzo
familiar
14:00a18:00Clases
Clases,luego
Fútbol
Clases
Clases,luego
Fútbol
Estudiar,
hacer
trabajos.
Compartiren
pareja
Estudiar,
hacer
trabajos.
18:00a21:00
Onceen
casa,verTV
Onceen
casa,jugar
pc
Tallerde
Fotografía
Onceen
casa,verTV
Juntarme
conamigos/
as
Cineo
películasen
casa
21:00a24:00EstudiarEstudiar
Compartiren
pareja
Juntarme
conamigos/
as
guía de apoyo psicológico para universitarios
133
Aprendiendo a ser feliz
•	 ¿Consideras que te organizas bien en tus tiempos o sientes que no
te alcanza para algunas cosas que quisieras hacer?
•	 ¿Me cuesta terminar lo que empiezo? ¿Vivo con muchos pen-
dientes?
•	 Identifica cuáles son tus horarios disponibles, o que podrías apro-
vechar realizando alguna actividad que fuese más gratificante
para ti. Organiza mejor tus tiempos libres y comienza a incluir ac-
tividades que aporten a tu felicidad. Si definitivamente no logras
darte un espacio, piensa en tus prioridades y quizás debas dejar
algo de lo que realizas actualmente para así tener más tiempo
para lo que necesitas realmente.
2.	 Diario de metas y submetas
Escribe cuáles son tus metas en el corto, mediano y largo plazo. Sub-
divídelas en metas más pequeñas y ordénalas según la importancia
que tengan para ti. Al menos una vez al mes revisa cómo van, si al-
guna se cumplió, hay otras por agregar, etc. Este ejercicio podrá au-
mentar tu conciencia sobre ellas y tu proyecto de vida, aportándo-
te en tus capacidades de organización y planificación. A modo de
ejemplo, el siguiente cuadro:
134
Mónica López Hernando
Metas
(de la más a la menos
importantes, cuántas quieras)
Submetas
(las que sean necesarias para
cumplir tu meta)
Corto
Plazo
1. Aprender a tocar
guitarra
1.1. Empezar clases de guitarra.
1.2. Armarme repertorio de
canciones que quiero
aprender.
1.3. Destinar tiempo para
practicar.
2.
2.1.
2.2.
Mediano
Plazo
1. Pasar los ramos este
semestre
1.1. Ir a todas las clases.
1.2. Destinar tiempo a estudiar.
1.3. Estudiar en grupo.
2.
2.1.
2.2.
3. 3.1.
Largo
Plazo
1. Trabajar en algo que me
guste.
1.1. Estar atento a cuáles son
los temas que me interesan
para especializarme en
ellos.
1.2. Conocer mis fortalezas
y debilidades para las
distintas áreas de trabajo.
1.3. Orientar mis búsquedas de
trabajo según mis intereses.
2.
2.1.
2.2.
Organizar mejor nuestra vida, nos entrega tiempo para decidir en qué
voy a ocupar mi día a día y nos entrega la responsabilidad de elegir
cómo quiero estar, lo cual da pie al siguiente tema:
Ocuparse en vez de preocuparse
La felicidad de una persona es inversamente proporcional a la can-
tidad de tiempo dedicado a pensamientos negativos. En vez de in-
quietarse y preocuparse por las cosas, las personas más felices tien-
den a ocuparse de ellas, planificar bien y solucionar lo que está en
sus manos y frente al resto, asumir que no se puede controlarlo todo
guía de apoyo psicológico para universitarios
135
Aprendiendo a ser feliz
y que pase lo que pase, se tienen las herramientas para enfrentar la
situación si ésta se complicase o se podrá buscar ayuda para superar
lo que nos angustia, lo cual entrega mayor tranquilidad.
El trabajar nuestra felicidad no implica que vamos a negar o dejar de
lado la existencia de múltiples dolores o situaciones complejas que
pueden ocurrir en nuestra vida. La muerte de seres queridos, sepa-
raciones de pareja, enfermedades importantes, pérdida del trabajo,
entre tantos otros temas, pueden causarnos ansiedad, tristeza y des-
motivación hacia la vida. Es importante darse un tiempo para cada
cosa, aprender a vivir el dolor es tan importante como aprender a
disfrutar la felicidad, pues estas experiencias nos enseñan y nos ayu-
dan a valorar más nuestra vida cuando estamos mejor y a creer en
nuestra capacidad de salir adelante. Lo importante es pensar cuánto
tiempo de mi vida quiero destinar a estar en esa tristeza, tema que fue
profundizado en el capítulo destinado a depresión en este libro, y que
pase lo que nos pase, si queremos realmente, puede llegar un tiempo
mejor, en que nos levantemos y sigamos adelante con más fuerza,
recobrando nuestras ganas de vivir.
En este sentido, cuando la persona siente dificultad para sobrellevar
estas situaciones y no cuenta con el apoyo necesario, es esencial
mantener la capacidad para pedir ayuda. En este sentido, buscar
contención en la familia, amigos, pareja o ingresar a una psicoterapia
puede ser una alternativa positiva para superar estos estados y reco-
brar la posibilidad de sentirse felices. Esto tiene que ver con “ocupar-
se” del problema, buscar soluciones, alternativas, salidas, luces que
iluminen nuestro camino, en vez de quedarnos pasivamente durante
mucho tiempo sintiéndonos víctimas de las circunstancias, cuando en
realidad, nosotros somos constructores activos de nuestra vida y de
cómo queremos vivirla.
El siguiente ejercicio puede ayudarnos a clarificar cómo podemos
ocuparnos de los aspectos que hoy nos están preocupando más.
1.	 Ocupándome de mis problemas
Completa el siguiente cuadro con un listado de todos los problemas o
situaciones que actualmente te están preocupando e interfiriendo en
tu felicidad, al lado coloca cuáles son las estrategias que puedes im-
plementar para enfrentarte y empezar a ocuparte de ellos. Si sientes
que no es posible una solución real, piensa en qué puedes hacer para
136
Mónica López Hernando
aceptarlo de un mejor modo e integrarlo a tu vida sin que te afecte
tan negativamente.
Problemas actuales
Soluciones posibles o modos de
aceptar mejor estas situaciones.
•	
•	
•	
•	
•	
•	
Optimismo
La felicidad de una persona está fuertemente determinada por el
tipo de pensamientos que ocupan su mente durante el día, mientras
más placenteros sean, más emociones positivas experimentará. Casi
todas las situaciones de la vida se pueden percibir positivamente con
optimismo, el cómo uno interpreta o se narra la vivencia, influye si
la integramos como un aporte a nuestra felicidad o infelicidad. Por
ejemplo, podemos apreciar la diferencia en estos relatos:
a)	 “Tengo rabia, justo ahora que tengo más pruebas me toca enfer-
marme y me dieron reposo absoluto más encima, me va a ir mal
ahora si no puedo ir a clases, no voy a entender nada”.
b) 	 “Qué lata enfermarse, pero ya me recuperaré, me hacía falta un
descanso de todos modos. El cuerpo avisa cuando uno no le pone
atención y yo, entre tanto estrés, no me estaba cuidando mucho,
así que tendré que bajar un poco la carga cuando retome las cla-
ses, organizarme mejor. Por ahora, podré estudiar en cama y le pe-
diré a mis compañeros que me vengan a ver y me expliquen para
no atrasarme tanto. Me sirve para dejarme regalonear un poquito”.
Como vemos, ante un mismo hecho pueden existir infinitas explicacio-
nes. Si pensamos todo el día en temas negativos y nos enfocamos en
ellos, probablemente percibamos lo que nos ocurre desde ese prisma
y estaremos más receptivos a malas experiencias, aunque concien-
temente no lo queramos. El poder de pensar en positivo atrae no sólo
buenas experiencias, sino también percepciones positivas de ellas,
si centramos nuestros esfuerzos en que nos vaya bien, aumentará la
probabilidad de lograrlo, pero si nos mentalizamos con que nos irá
mal, probablemente eso ocurra como una “profecía auto cumplida”.
El optimismo no se trata de creer ingenuamente en que todo irá siem-
pre bien, sino más bien se basa en una creencia del tipo “voy a ser
feliz ocurra lo que ocurra”. Sea cual sea la circunstancia, las emocio-
guía de apoyo psicológico para universitarios
137
Aprendiendo a ser feliz
nes de una persona no deben ser necesariamente dictadas por la
situación, ya que una persona es siempre (potencialmente) libre de
escoger hasta qué punto se va a sentir feliz.
Las formas en que se explican los sucesos las personas optimistas y pe-
simistas son distintas, así el estilo explicativo optimista tiende a ver los
eventos positivos como estables en el tiempo, que aportan e influyen
positivamente varias áreas de su vida y reconocen el mérito propio
en la ocurrencia de ellos. Los eventos negativos, en cambio, son vi-
sualizados como más transitorios, que afectan solo una parte especí-
fica de la vida (no todo) y pueden ser motivados por circunstancias
externas (no tienden a culparse por cada suceso difícil que ocurre). El
estilo explicativo pesimista, a su vez, ve lo positivo de forma transitoria,
específica y externa (sin reconocerse mérito alguno) y lo negativo de
forma más permanente, global e interna.
A continuación, les sugiero dos ejercicios que pueden aportarnos en
el desarrollo del optimismo:
1. Entrenar explicaciones optimistas:
Toma nota de distintas situaciones significativas que te ocurran, anota
cuál es tu explicación sobre su causa y efectos. Luego escribe al menos 3
explicaciones alternativas que tiendan al optimismo, viendo lo positivo de
forma más estable, global y personal, y lo negativo de modo transitorio,
específico y externo. Así, aprenderemos gradualmente una forma más
optimista de ver la vida.
2. “Mi mejor futuro posible”:
Visualízalo mentalmente primero y luego escribe cuál sería el mejor futuro
que imaginas para ti, cuáles son tus mayores sueños, lo que siempre has
deseado. Conectarte con aquello que desearías, proyectarlo en tu futuro
y luchar por conseguirlo puede darle un sentido a tu vida que te motive y
anime a intentar ese camino.
Así como el optimismo nos ayuda a ver el futuro con mayor tranquili-
dad, es importante dejar en el pasado ciertas vivencias que solo con-
siguen dañarnos si las mantenemos junto a nosotros. En este sentido,
el perdón nos ayuda a estar más tranquilos, sin pendientes, en paz
con los otros, lo cual favorece nuestra posibilidad de ser felices, como
veremos en el siguiente punto.
138
Mónica López Hernando
La importancia de perdonar
No siempre es simple perdonar ni se realiza de forma inmediata, pero
para avanzar en la vida, sin tener pendientes, sin tener rabias o resen-
timientos que nos estanquen y nos hieran cada vez que se recuer-
dan, es importante procesar algunos temas y decidir qué hacer con
los sentimientos negativos que guardamos hacia quien nos dañó, si
quedarnos con ellos o dejarlos ir para caminar más libres y livianos, sin
pesos innecesarios.
Según Mc Cullough, Pargament & Thoresen (2000), perdonar implica
atenuar o suprimir los deseos de venganza o de evitación del ofensor
y reemplazarlos por actitudes, sentimientos o comportamientos más
positivos o benevolentes.
De este modo, perdonar no implica, como muchas veces tendemos
a creer, reconciliarse, restableciendo la relación con quien nos dañó.
Muchas veces la rabia, el rencor o el resentimiento que sentimos nos
protege de ser nuevamente dañados por el ofensor, pero si nosotros
tenemos la capacidad de auto cuidarnos y tenemos claridad respec-
to a que no queremos volver a relacionarnos del mismo modo con
esta persona que nos dañó, podemos poner ciertos límites que nos
protejan, sin necesidad de mantener la rabia contra esa persona. De
este modo, podemos saludar, estar en una misma reunión con ella o
él o compartir espacios o trabajo, sin sentirnos amenazados nueva-
mente, pues sabemos ahora hasta dónde dejaremos llegar al otro y
en qué terreno no le permitiremos entrar nuevamente.
Perdonar tampoco implica minimizar, justificar o tolerar la victimiza-
ción o el daño, eliminando la necesidad misma de perdonar. Debe-
mos asumir que lo que nos hicieron tuvo una consecuencia negativa
y darle el peso que tiene a ese acto para luego, en el momento que
podamos hacerlo, decidir perdonarlo para seguir adelante. Más aún,
el perdón tampoco implica olvido, pues no se puede borrar el recuer-
do del daño. Erradamente muchos decimos “no lo perdonaste aún,
pues todavía recuerdas lo que te hizo”, esto no tiene realmente rela-
ción con lo que significa perdonar…
Perdonar es dejar ir la rabia y los sentimientos negativos, es estar en
paz con el otro, pero no podemos omitir que generalmente todo acto
tiene consecuencias, positivas o negativas, por ende perdono lo que
hiciste, pero la consecuencia es lo que yo decido hacer hacia el futu-
ro, por ejemplo, para cuidarme de no ser dañado nuevamente, elijo
no continuar la amistad. No es guardar rencor, para nada, sino que
tiene que ver con un cambio en la relación, pues los actos que hacen
guía de apoyo psicológico para universitarios
139
Aprendiendo a ser feliz
otros causándonos dolor, producen un impacto en nosotros que es
necesario aceptar.
Es así que es fundamental pensar que el perdón es algo que se hace
para uno mismo y no para el ofensor. Quizás al ofensor no lo vemos
hace mucho tiempo y no se va a enterar de que nosotros decidimos
perdonarlo, independiente de esto, el perdonar es algo que bene-
ficia directamente a la persona que decide hacerlo, pues la libera
de un peso, de una emoción dolorosa y dañina, pudiendo elaborar
mejor lo sucedido y encontrar mayor paz.
Respecto a los beneficios del perdón, investigaciones empíricas rea-
lizadas por Mc Cullough & Witvliet (2002), muestran que las personas
que perdonan poseen menos odio, se deprimen menos, son menos
hostiles, experimentan menos ansiedad e ira y son menos neuróticas.
También aumenta la probabilidad de que sean más felices, gocen
de mejor salud, sean más agradables y más serenas. Además, poseen
mayor capacidad empática y espiritual o religiosa.
Los invito a reflexionar y realizar los siguientes ejercicios que nos entrega-
rán una experiencia más completa en torno al perdón en nuestras vidas.
1) Piensa por un momento en las siguientes preguntas:
•	 ¿Existen algunas personas a las cuales aún no logras perdonar?
•	 ¿Qué te impide perdonarlas?
•	 ¿En qué te beneficiaría o perjudicaría el perdonar a aquellas personas?
2) Apreciar ser perdonado:
Recuerda distintos momentos en que hayas cometido un error y hayas sido
perdonado, ¿cómo te sentiste al recibir el perdón de otro? Detente en ese
sentimiento para poder valorar el significado de ser perdonado por otros.
3) Imagina
La situación de perdonar, tanto si le comunicas al otro tu perdón o solo lo
sientes tú internamente. ¿Cómo te sentirías después de perdonar? ¿Cómo
cambiaría tu actitud y sentimientos hacia esa persona?
4) Escribir una carta de perdón:
No importa si no la entregamos, pero escribir lo sucedido, lo que sentimos
respecto a aquello y por qué tomamos la decisión de perdonar nos puede
ayudar en la liberación del rencor.
5) Rumiar menos:
Dejar de repetirnos una y otra vez lo sucedido, ya sea a nosotros mismos
(pensando constantemente en el daño y el dolor) u a otros (contándoles lo
sucedido a muchas personas).
140
Mónica López Hernando
Por último, quisiera hablarles de la gratitud, pues en lo personal, consi-
dero que es uno de los aspectos más influyentes en nuestra felicidad,
se trata de una fortaleza y como tal, es posible de entrenar, por ende,
detengámonos un poco a reflexionar sobre ella y así ver cómo poder
darle más espacio en nuestra vida.
El poder de la gratitud
La gratitud es apreciar la vida, agradecer a alguien, es saborear
cada cosa que vivimos, es no dar las cosas por garantizadas, conser-
vando nuestra capacidad de asombro y valorando como un regalo
todo lo que tenemos la oportunidad de recibir o, incluso, dar a otros.
Implica centrarse en el momento presente, apreciar la vida tal como
es hoy y ahora y lo que la ha hecho ser así. Por todo esto y más, es un
elemento fundamental que nos ayuda a ser más felices.
La gratitud, según Lyubomirsky y diversos investigadores en psicolo-
gía positiva, promueve el mayor disfrute de las experiencias positivas
de la vida; favorece la autoestima, pues ayuda a tomar conciencia
de lo que otros han hecho por uno y de lo que uno ha sido capaz
de lograr en la vida; nos entrega mayor fuerza para enfrentar el es-
trés y las situaciones difíciles, ya que se valora lo que tenemos en vez
de poner nuestra atención en lo que falta; fomenta sentimientos de
generosidad y altruismo, ayudándonos a construir lazos sociales; in-
hibe la comparación social y es una barrera contra las emociones
destructivas; nos ayuda a entrenar nuestra capacidad de asombro
y optimismo.
Pero ya que la gratitud es una habilidad que puede fortalecerse, qui-
siera compartirles a continuación algunos ejercicios que fueron pro-
bados en su efectividad en el estudio realizado por Seligman, Steen,
Park y Peterson (2005) en más de 400 personas.
guía de apoyo psicológico para universitarios
141
Aprendiendo a ser feliz
1.CartasdeGratitud
Esteejerciciodemostrósuefectividadalincrementarelniveldefelicidadenlaspersonashasta3mesesdespuésderealizado,por
loquerecomiendohacerlocadaciertotiempoparamantenersuefectopositivoennuestrasvidas.
Elejercicioconsisteenpensarenunaomáspersonasalascualesnolesagradecistealgoquehicieronportiyfuesignificativo.
Lesescribesunacarta(noimportasiesbreveoextensa)dondeexpresestuagradecimientoporaquelloquehicieronportiyque
aunquehapasadotiempo,nolohasolvidado,yselasentregaspersonalmenteacadaunadeellas.
Esdetenerseavalorarlasaccionesdeotrosyaprenderadecirgracias,aunquehayapasadoeltiempo.Laotrapersonade
segurolovaloraráyseráunaexperienciadecrecimientomutuo.
2.ListadodeGratitud
Debesescribirunalistadetalladayespecíficadetodaslascosasporlascualessientesgratitud(tenerbuenavista,unaaudición
aguda,tenerlainteligenciaparahaberestudiado,tushijos,turelacióndepareja,lasolidaridaddetuscompañeros,etc.,etc.).
Intentacolocarlomásposibleenesemomento,peroesalistaquedaráabierta.Dejaellistadoenuncuadernocercadetu
alcanceycadavezquerecuerdesalgoporlocualtesientasagradecido,añádeloatulista.Loidealesquealmenos2vecesal
mesaccedasalcuaderno,loleasnuevamenteycomplementes.Puedesagradecerinclusoaquellosdesafíosdifícilesquetraela
vidaydeloscualesaprendes.
3.DiariodeGratitud
Sialmenosunavezalasemanaescribierasenundiario/cuadernolascosasquetehanhechofelizdurantelasemana,
deteniéndoteapensarencadauna,teiríasentrenandocadavezmásenpercibirlopositivoyvaliosodetuvidaporsobrelas
cosasdifícilesquetepuedenocurrir.Alreleerlaspodríastomarconcienciadeloafortunadoqueeresymantenerunaactitud
distintahacialavida,abiertaalafelicidad.
EnlaUniversidaddeHarvard,seinstaalosalumnosdelcursodePsicologíaPositivaaescribirestediariodurante21días,locualha
tenidoresultadosmuybeneficiososaniveldefelicidad.Así,puedeselegirsegúntuestilopersonalsiloquiereshacerdiariamente
(conunmínimode21díasyelmáximoquetúdesees)ounavezalasemanadurantevariosmeses(paraquetengaunefecto
significativo).
Alprincipioquizásteresultadifícilencontrarquécosaspuedesagradecer,peropocoapococomenzarásaverlasmásyteirás
entrenandoenvisualizartuvidadeformamáspositiva,tomandounaactitudmáscercanaalagratitudquealaqueja,locual
enelmedianoplazofavorecerátuestadoemocional,mentalyfísico.
142
Mónica López Hernando
Si bien existen muchas otras maneras comprobadas de incrementar
nuestra felicidad, como el desarrollo de la generosidad y el altruismo,
la espiritualidad, la realización de técnicas de relajación y medita-
ción, disfrutar de los placeres de la vida (una rica comida, un lindo
atardecer, etc.), entre tantas otras, espero que las que aquí les expu-
se puedan ser un aporte en este camino de aprendizaje, recordan-
do que para que ocurra un cambio significativo en nuestra vida es
necesario poner nuestra atención, constancia y compromiso en ello.
Sea como sea, los frutos de la felicidad son muchos y vale la pena
dirigirnos hacia ellos.
Referencias
FORDYCE, M. Educación para la felicidad. Edison Community College (EE.UU)
en http://www.fun-humanismo-ciencia.es/felicidad/ninos/ninos3.htm#_ftn1
Mc Cullough, M.; Pargament, K. & Thoresen, C. (2000) Forgiveness: theory, re-
search and practice. New York: Guilford Press.
Mc Cullough, M. & Witvliet, C. Cap. 32: The Psychology of forgiveness en: Snyder,
C. & López, S. (edit) (2002) Handbook of Positive Psychology. New York:
Oxford University Press.
Lyubomirsky, S. (2007) The How of Happiness: A Scientific Approach to Getting
the Life You Want. The Penguin Press HC: Estados Unidos.
Seligman, M.; Steen, T.; Park, T. y Peterson, C. Positive Psychology Progress. Em-
pirical Validation of Interventions. July–August 2005. American Psychologist,
Vol. 60, N.º 5, 410–421.
143
¿De dónde venimos?, ¿quiénes
somos?, ¿hacia dónde vamos?:
Reflexiones de un consejero
académico
Héctor Rodríguez Moya
Es probable que te llame la atención el título de este artículo y es cier-
to, por cuanto ha sido fuente de reflexión profunda de pensadores y
sabios, tanto en el ámbito filosófico o religioso. Pero no te preocupes
porque es sólo motivación dentro del contexto de la experiencia de
vida que a cada uno de ustedes le ha tocado vivir o les tocará vi-
vir ahora y en un futuro cercano cuando ingresen a la Universidad,
empiecen a dar los primeros pasos, enfrentar las primeras dificultades
para luego ambientarse e integrarse al quehacer académico de la
enseñanza universitaria. Preguntarse de ¿Dónde vengo? surgirá para
reflexionar ante las primeras dificultades. ¿Quién soy? será la mate-
ria cuando estés estabilizado y hacia ¿dónde voy? será tu reflexión
cuando te acerques al momento de tu egreso o una vez titulado y
empieces a construir otra plataforma de futuro. Serán siempre pre-
guntas con respuestas de acuerdo a la formación educativa y fami-
liar, nunca como un ser aislado.
Querido estudiante, hace aproximadamente cuarenta y seis años
que mantengo vínculo directo con estudiantes universitarios. Siendo
estudiante de tercer año de la carrera de Pedagogía en Química en
una de las universidades del Consejo de Rectores, ingresé a la admi-
nistración pública, iniciándome como ayudante de cátedra de una
asignatura. Muy pocos años después, fui contratado en un cargo en
propiedad de jornada completa. En 1971 me interesé en hacer un
reemplazo por seis meses de dos medias jornadas, terminado ese pla-
zo se abrió un concurso para una jornada completa, me presenté a
ella y gané el concurso. Varios años más tarde ingresé a un magíster,
obteniendo el grado de magíster en ciencias en lo que es actualmen-
te mi querida Universidad de Santiago de Chile, en donde me siento
feliz y plenamente realizado.
Te llamará la atención que esté iniciando estas líneas refiriéndome a
mí, describiendo instancias de mi trayectoria, lo comprenderás más
144
Héctor Rodríguez Moya
adelante cuando haga un acopio de otros antecedentes. Ahora me
interesa pasar a otro punto.
Estimado(a) joven, en alguna instancia de tu vida te has hecho las
preguntas: ¿De dónde vengo?, ¿quién soy?, y ¿hacia dónde voy? Es
muy probable que dentro de tus etapas de formación y muy espe-
cialmente durante la educación básica, no hayan aflorado estas tras-
cendentes interrogantes, pero ya en la adolescencia pueden haber
comenzado a ocupar una parte importante de tu mundo interior. Du-
rante la enseñanza media nos toca vivir gran parte de nuestra adoles-
cencia, la cual implica cambios notables en nuestra constitución cor-
poral y neurofisiológica, en nuestra personalidad futura y puede traer
una concentración de conflictos que nos llevan a una variabilidad
de carácter, muchas veces irritables, minuciosos, agresivos, irraciona-
les y en otras expresiones se muestran estados de estrés, ansiedades,
depresiones y otros estados que pudiesen ser manejados y tratados
oportuna y convenientemente si se pide ayuda.
Probablemente, la respuesta más básica a la pregunta ¿de dónde
vengo? será analizando nuestro entorno familiar y no nos resultará difí-
cil redactar una descripción de sus características. Podremos evaluar
lo relativo al nivel educativo y socioeconómico, sobre la propiedad
o no de una vivienda, sobre el tipo de trabajo que cada uno realiza,
número de hermanos, estado civil de los padres, calidad de las rela-
ciones interpersonales, niveles de afectos, entre otros aspectos.
Respuesta probablemente incompleta y natural en inicio, pero útil
hasta alcanzar un mayor grado de madurez que nos ayude a tener
una definición más concreta y segura.
Dentro de los aproximadamente veintiséis años de docencia que
ejercí, en lo que fue y ahora es nuestra Universidad, tuve siempre
mucha cercanía con ustedes. Me llamó mucho la atención una se-
rie de carencias que se manifestaban en timidez y baja autoestima,
problemas de comunicación y relaciones interpersonales, falta de
autonomía o manejo personal, signos de soledad y necesidad de
afecto, solo para señalar algunos aspectos detectables. También en
las relaciones profesor - alumno durante las clases que impartí en las
instancias de horarios de atención que ofrecía a los estudiantes o du-
rante clases extraordinarias de reforzamiento que programaba como
apoyo al mejoramiento del rendimiento.
En los últimos nueve años de trabajo, después de haber dejado de
servir en la Facultad de Química y Biología, fui trasladado a lo que fue
la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles, hoy Vicerrectoría de Gestión
guía de apoyo psicológico para universitarios
145
¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones...
y Desarrollo Estudiantil y muy especialmente en los dos últimos años
en mi desempeño como Consejero Académico Estudiantil del Depar-
tamento de Promoción de la Salud Psicológica en esta Universidad,
puedo dejar constancia que los problemas que más se repiten y afec-
tan a muchos de ustedes son, entre otros, y por supuesto en grados
variables: Bajos ingresos per cápita a nivel familiar, alimentación defi-
ciente, problemas en relación de matrimonio de padres, cesantía en
padre o madre, mala comunicación con padres, carencia de apo-
yo y afecto de padres, baja autoestima, problemas de adaptación
a la vida universitaria, problemas de comunicación y relación entre
padres separados, ansiedad, estados depresivos, dificultades para
conciliar el sueño y serias dificultades para concentrarse, que termi-
nan por afectar su estado de salud mental. Muchas de estas variables
influyen significativamente en el rendimiento académico y el interés
por continuar sus estudios. Tomando en cuenta estos antecedentes y
problemas que afectan a muchos estudiantes en los tiempos actua-
les, ¿qué podríamos hacer?
Pensemos en cuatro etapas esenciales:
1.	 Inserción en cualquier Universidad y ambientación inicial
Te sugiero estas recomendaciones apenas comienzas las actividades
académicas en tu carrera:
a)	 Antes que todo infórmate del contenido del Reglamento General
de Régimen de Estudios proveniente de la Vicerrectoría Acadé-
mica. Preocúpate de dar cumplimiento a dicha normativa. Evita
causales de eliminación u otras dificultades (es importante saber
cuántas veces se permite reprobar un ramo, por ejemplo).
b)	 Infórmate del contenido del reglamento especial que edita y ac-
tualiza tu unidad académica y sin contravenir el reglamento ge-
neral que introduce otros acápites que deben cumplirse.
c)	 Asiste oportunamente a clases lectivas y ejercicios, laboratorios o
talleres, informándote claramente de las exigencias de asistencia
y tipos de pruebas o evaluaciones que se programen.
d)	 Haz un esfuerzo y vincúlate cada vez que sea necesario con tus
pares, profesores, ayudantes y funcionarios o autoridades, según
sea la situación que deseas enfrentar o resolver.
e)	 Procura organizar tu tiempo de estudios y de recreación. Prioriza
lo que para tu conveniencia estudiantil sea fundamental.
f)	 Aléjate con fuerza y decisión de conductas nocivas o de riesgo.
146
Héctor Rodríguez Moya
2.	 Desenvolvimiento como estudiante e
integración a la Universidad
Te sugeriría los siguientes consejos, en caso de que tu rendimiento
académico disminuya o te encuentres afectado en tu salud mental:
a)	 Buscar caminos de salida a tu problema académico con las per-
sonas que ocupan cargos pertinentes, tales como: jefe de carre-
ra, coordinador docente, director o vicedecano de docencia.
b)	 Si estás afectado de salud, ir oportunamente al Centro de Salud
o equivalente para buscar apoyo médico o psicológico, según
necesites.
c)	 Si tu situación es más complicada, o quedaste eliminado por cau-
sal académica, sigue el conducto regular en el departamento
de tu programa, escuela o facultad, y si no tienes una respuesta
favorable, continúa más arriba, sea a Vicerrectoría de Gestión y
Desarrollo Estudiantil o Vicerrectoría Académica.
d)	 Recuerda que para situaciones difíciles todo lo que hayas gestio-
nado en atenciones con asistente social, Centro de Salud, pue-
den resultar muy importantes por los antecedentes que se pue-
den aportar oficialmente.
3.	 Antes de egresar
Con anterioridad al momento de tu egreso te sugiero tener presente:
a)	 Preocúpate de algunos aspectos de tu desarrollo personal, reali-
zando voluntariados, actividades deportivas, artísticas, etc.
b)	 Procura realizar una muy buena práctica profesional.
c)	 Asiste a talleres formativos que podrían resultar muy útiles para tu
desarrollo personal: liderazgo, inteligencia emocional, apresta-
miento laboral, fortalecimiento de la autoestima, entre otros.
d)	 Considerando tu trabajo de titulación, infórmate de los temas
ofrecidos o posibles para dichos efectos.
e)	 Decídete por aquel tema de tesis que satisfaga lo mejor posible
tus fortalezas, intereses y confianza con el equipo que dirigirá tu
trabajo, especialmente con quien actuará como profesor guía.
f)	 Diseña un plan de trabajo tomando en cuenta otras actividades
que también tienes que realizar.
g)	 Infórmate y selecciona fuentes bibliográficas del mejor nivel den-
tro del área de tu futura investigación.
guía de apoyo psicológico para universitarios
147
¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones...
h)	 Actúa con responsabilidad, responde a plazos preestablecidos y
prepara con acuciosidad los avances del trabajo planificado dis-
puestos por tu profesor guía.
i)	 Si tu interés es continuar un postgrado consistente en un Magíster
o Doctorado, vincúlate con tu director de departamento, director
de postgrado o vicedecano de investigación de tu unidad aca-
démica mayor.
j)	 Disfruta por cada logro alcanzado.
Aunque parezca increíble, puedo afirmar a ustedes que en las aten-
ciones que diariamente hago a estudiantes, he constatado que no
conocen la ubicación de las unidades académicas y no académicas
de nuestra Universidad. Todo estudiante debería esforzarse por cono-
cer primero su casa.
La ambientación inicial deberá incluir la buena disposición para co-
nocer la ubicación física de las distintas dependencias dentro del
campus universitario y de autoridades que las dirigen y, por otro lado,
esforzarse y atreverse a establecer vínculos personales con autorida-
des o jefaturas de niveles intermedios.
Esto se puede llegar a conocer gradualmente, primero deberás co-
nocer donde está tu Departamento, Facultad de origen, Escuela o
Programa; segundo, deberás conocer el nombre, ojalá completo, de
las autoridades que administran todas las unidades. Tercero, empie-
za a informarte de otras unidades. Por ejemplo, dónde se encuentra
ubicada la Rectoría y cúales son las autoridades fundamentales, em-
pezando por su Rector.
Avanzando un poco más, pareciera aconsejable que supieras cómo
y dónde ubicar a tu jefe de carrera, vicedecano de docencia, coor-
dinador docente, asistente social, psicólogo, psiquiatra, director de
Finanzas, dirección de Apoyo al Estudiante, oficinas de funcionamien-
to del Fondo Solidario y Pase Escolar, Bolsa de Trabajo, Biblioteca Cen-
tral, etc.
En forma detallada podrás encontrar información en la página web
de la Universidad.
Por otro lado, también es muy importante conocer a tus dirigentes
estudiantiles que forman parte de la Federación de Estudiantes de la
Universidad o del Centro de Alumnos de tu carrera.
Recibirás más información que te interese conocer de tu carrera con
el jefe de carrera. Preocúpate en solicitar una hora de atención con
tu asistente social para abrir tu expediente donde dejarás registrados
148
Héctor Rodríguez Moya
los antecedentes relacionados con tu situación socioeconómica fa-
miliar. La asistente social te podrá ayudar ante algunas aflicciones,
ayudas que serán más fáciles de obtener si tienes buen rendimien-
to académico. Otra recomendación importante en tus inicios es el
de vincularse con los profesores de asignatura, sobre bibliografías de
apoyo para estudiar y de horarios de atención para responder con-
sultas. Atreverse a hacerlo, vencer pausadamente la timidez.
El desenvolvimiento como estudiante e integración a la Universidad
en los últimos dos años ha sido un tema complejo y que ha aumen-
tado significativamente el número de atenciones que han sido solici-
tadas. Riesgos derivados por mal rendimiento académico, principal-
mente con los tres primeros niveles. Las causales declaradas por los jó-
venes las fundamentan por estrés académico, problema vocacional,
estados de ansiedad, y desórdenes que conllevan problemas con el
sueño, falta de concentración, desmotivación, faltas en metodolo-
gías de estudio, baja autoestima, dificultad para la ambientación a
la vida universitaria, etc.
En algunos casos ha sido necesario un apoyo psicológico o psiquiá-
trico, en otros casos se ha derivado al estudiante para un apoyo
psicoeducativo hacia el rendimiento y otros de apoyo psicológico
denominado coaching en que se califica al estudiante para resolver
diferencias que suelen afectar su autoestima o dificultades en la con-
vivencia o modos de relaciones con sus padres. En varios casos, ha
sido prudente la solicitud de retiro temporal y, en otros más complejos,
se ha apoyado a los jóvenes tras ver posibilidades de una reincorpo-
ración. Respecto de lo anteriormente descrito debo recomendar a
ustedes mesura, confianza, positivismo.
Si han ingresado a la educación superior, cada uno de ustedes ha
mostrado sus competencias para seguir estudios de un mayor nivel y
son capaces para sortear otras vallas.
Si provienes de una familia de escasos recursos sumada a una varie-
dad de carencias, no desmayes, esfuérzate al máximo para ser buen
estudiante, pronto podrán surgir ayudas a través de tu asistente so-
cial. No vivas preocupado por lo que no tienes, ocúpate de lo que
deberás hacer para superarte y crecer cada día, ocupa en buena
forma tu tiempo libre.
Si deseas fortalecer tu personalidad atrévete a pedir ayuda. El De-
partamento de Promoción de la Salud Psicológica te podrá sugerir
alguna ayuda psicológica, también te podrá ofrecer talleres para
guía de apoyo psicológico para universitarios
149
¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones...
aprender a manejar problemas de estrés, ansiedad, autoestima, me-
todología para estudiar, inteligencia emocional, etc.
Debes aprender a hacer buen uso de tu libertad y autonomía. Prioriza
tu tiempo en planificar tus horas de estudio sin dejar de lado espacios
de diversión. Sé perseverante, no descanses en lograr tus propósitos,
esfuérzate en alcanzar tus metas u objetivos propuestos. Si perseveras,
llegarás a la cima anhelada y te convertirás en orgullo para tus seres
queridos y, mejor aún, serás capaz de convertirte en el constructor de
tu propio destino, podrás formar una familia con mejores proyeccio-
nes y serás un hombre más útil a la sociedad.
A medida que vayan avanzando los semestres académicos, esfuér-
zate por ser cada vez más competente, siempre trata de ir más allá
de lo impartido en cada clase.
Preocúpate de la formación integral y procura ir puliendo gradual-
mente las imperfecciones.
4.	 Proyección después de estar egresado o titulado
Es muy probable que estando ya en un grado de avance de la ca-
rrera en los últimos niveles y por lo tanto ya más estable, inserto total-
mente en tu unidad académica, posesionado para terminar exitosa-
mente tu carrera y naturalmente integrado a tu universidad, ya estés
pensando en otras proyecciones futuras como: La obtención de un
título profesional, con un grado académico, o acaso algo más inme-
diato: la obtención de una fuente laboral, que con recursos ganados
puedan satisfacer necesidades personales o familiares. Para renovar
tu preparación ante estos desafíos, te sugiero:
a)	 Oportunamente prepárate y capacítate para una entrevista la-
boral, mejorando tus habilidades para hablar en público, desarro-
llar habilidades sociales, asertividad, etc.
b)	 Lo mismo es posible si quieres incursionar como líder en ciertas ta-
reas que emprendas. Me parece de importancia que luego de
lograr otras metas anheladas, cada vez que te resulte posible
puedas postular a becas para proseguir estudios en el extranjero.
c)	 No te margines nunca de la senda del perfeccionamiento perso-
nal, alimenta y refuerza siempre tu vocación de servicio; por ese
camino se da inicio a la trascendencia.
150
Héctor Rodríguez Moya
Espero que lo escrito precedentemente te sirva de ayuda, por cuanto
he ido incorporando situaciones y hechos observables. Los estudian-
tes por su inexperiencia suelen tener dificultades en su manejo, muy
especialmente en los primeros niveles de la vida universitaria.
La inserción a la vida universitaria para muchos representa un cambio
significativo en relación a lo experimentado en la enseñanza media,
pues impone una serie de desafíos que obliga a generar cambios en
el estilo de vida del estudiante que lo va modelando y gradualmente
le va dando grados de autonomía y libertad, que combinados con
responsabilidad van imprimiendo en el joven un sello distintivo.
El crecimiento y madurez que vas adquiriendo permiten que tú, estu-
diante, que puedes tener una historia de vida cargada de carencias
y debilitado desarrollo personal, vayas comprometiéndote con ser
cada día mejor, esforzándote en ser mejor estudiante y con sacrificio
y perseverancia ir avanzando a un nivel ascendente en tu carrera.
En los grados más avanzados de tu carrera y ya más estructurado,
más estable, más maduro y con menos ansiedades y preocupacio-
nes, el preguntarnos ¿de dónde vengo? produce un alivio y una re-
compensa. Y al darnos cuenta sobre el ahora, “¿quién soy?”, nos per-
mite percibir con más claridad hacia dónde voy, revitalizando nuestro
accionar.
Llevando lo anterior a un plano más real, lo podría hacer preguntán-
donos: ¿provengo de una familia muy humilde?, ¿mis padres sólo
tienen educación básica?, ¿solo el padre trabaja?, ¿vivían de alle-
gados o arrendaban casa modesta?, ¿fueron becados para estudiar
o fue posible conseguir un crédito estatal?, ¿tenían carencias eco-
nómicas? ¿eran varios hermanos?, ¿eran sociables?, ¿eran tímidos?,
Éstas pudieran ser, entre otras, las preguntas que sembraron tu pasa-
do, pero no obstante todo ello, ingresaste a la Universidad, y de eso
debemos siempre dar gracias a nuestro Creador y también a nuestros
padres u a otro familiar de apoyo que, aunque con muchas dificulta-
des, permitieron lo último posible.
Ahora queda mucho por hacer, queda abierto el camino que, si bien
aún puede ser pedregoso para ti, deberá constituir la gran motiva-
ción para llegar a ser un hombre nuevo, libre de prejuicios y preocu-
paciones, dispuesto a trabajar por sí mismo para llegar a ser un des-
tacado profesional asociado con la proyección de un futuro superior.
Junto con el grado de avance de tu carrera irás articulando y mo-
delando una personalidad que neutralizará paso a paso cada una
de esas carencias del pasado, y te preguntarás en algún momento
guía de apoyo psicológico para universitarios
151
¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones...
¿quién soy ahora? y perfilará la siguiente interrogante ¿hacia dónde
voy?
Si ya eres profesional, pronto encontrarás una fuente de trabajo y
las remuneraciones recibidas podrás destinarlas para muchas nece-
sidades que deberás priorizar para satisfacer. Podrás, quizás ahora,
ayudar a tus propios padres y hermanos si lo necesitaran. Podrías pro-
yectarte también para unirte en matrimonio con la persona amada,
generando luego tu propio grupo familiar y seguramente en mejores
condiciones que tu núcleo familiar de origen. Y si quieres, podrás se-
guir perfeccionándote, a lo mejor con algún postítulo o un magíster.
Todo puede ser posible si tú lo quieres, lo planificas y puedes financiar-
lo, sin perjuicio a terceros. No dudes en seguir dando pasos, solo teme
a no avanzar.
Como estudiante no esperes solo recibir, recuerda que el trabajo dig-
nifica al hombre y lo hace crecer y ser cada vez más equilibrado,
seguro y fuerte. Poco a poco, con ese progreso gradual te vas a ir
sintiendo realizado y feliz. Y cuando llegues a esta cima harás uso de
tu caridad y siempre que te sea posible ayudar a otros; trascenderás y
te constituirás, sin quererlo, en un ser admirado por otros y recordado
por sus acciones más allá de su muerte. ¡Arriba, siempre arriba queri-
do estudiante!
Finalmente, quisiera poner acento en algo que si bien no apunta a
observaciones o recomendaciones del quehacer académico, sí re-
sulta de alta significación en el hombre, hoy profesional, proyectán-
dose hacia sus semejantes, convirtiéndose en un ciudadano útil para
la sociedad.
El adulto joven que empieza a proyectarse, debe esforzarse en ser es-
table, maduro y equilibrado, deberá irse desprendiendo de aristas ne-
gativas como: la ignorancia, el egoísmo, la envidia, el orgullo, resen-
timiento, la mentira, la deslealtad, la intolerancia, el odio, por resaltar
algunas. En su lugar, cada uno de ustedes deberá comprometerse
con el hombre para el futuro, de formación integral que armonice
con el ámbito social, un hombre virtuoso. El llamado muy conocido
que expresa: “huid del vicio y practicad la virtud” es muy enfático y
decidor. De iniciarlo y expandirlo cada uno irá generando un mundo
personal pleno de creación personal e inundará de destellos de más
calidez y unión entre sus semejantes.
Entre algunos valores que estimo resultan relevantes para las relacio-
nes humanas se pueden mencionar: la prudencia, la tolerancia, el
valor, la lealtad, la rectitud, la honradez y la filantropía, entre otros.
152
Héctor Rodríguez Moya
Estoy convencido, estimado joven, que es posible con voluntad y per-
severancia ir mejorando nuestras asperezas y puliendo aristas para es-
tructurar un hombre nuevo dentro de ideales o concepciones alcan-
zables para quienes creemos en la perfectibilidad del ser humano.
Querido estudiante, una vez que ingreses a tu universidad confía en ti,
en las autoridades, profesionales y personal de apoyo, haz un esfuer-
zo para conocer tu comunidad, lo que te puede ofrecer y lo que tú
debes hacer, sacrifícate, trabaja y persevera, ponte la camiseta de tu
universidad, esfuérzate en planificar tu futuro profesional cercano, lle-
gado a la cima deberás entender y aceptar que esto ha sido un solo
paso más, siempre seguirás escalando nuevos peldaños en la escala
ascendente que te conducirá a la realización y felicidad personal.
¡Adelante, siempre adelante!
153
Estrategias para una entrevista laboral
exitosa: Para universitarios en su último
año de carrera
Omar Matus Pérez
Sin duda, que el proceso para buscar mi primer trabajo cuando me
encuentro en mi último año de carrera tiene una carga emocional de
mucha ansiedad y expectativas, debido a que, por una parte, me en-
cuentro cerrando una etapa que fue mi periodo universitario y comien-
zo una nueva que es la inserción en el mundo laboral. Las exigencias
aumentan desde mí mismo (a) ya que mi expectativa es encontrar un
trabajo lo más luego posible, y también una remuneración acorde con
el esfuerzo desplegado durante los años que duró mi carrera. Esfuerzo
que también lo realizó mi familia y que fue protagonista de los momen-
tos de frustración, pena, alegría, y desvelos, siendo emociones que han
quedado en mi memoria y que finalmente es lo que a uno lo hace cre-
cer y valorarse a sí mismo (a), y valorar a las personas significativas que
estuvieron con uno en los momentos de duda y decaimiento.
Lo anterior resume en el tiempo mi experiencia como estudiante y
también proyecta mi actual visión como psicólogo organizacional
con una experiencia de 8 años en el mundo privado y especialmente
en el área de Selección de Personal. La experiencia vivida en ese
tiempo, me permitió estar aportando actualmente en la Universidad
de Santiago de Chile en el área de Inserción Laboral, y específica-
mente en el desarrollo de habilidades en estudiantes de los últimos
años, para enfrentarse a una entrevista laboral en forma exitosa.
A continuación se expondrán ciertos elementos que considero rele-
vantes, y que hay que tener presentes para una entrevista laboral
exitosa.
Creencias de mí mismo (a) y autoimagen
Uno de los primeros elementos de análisis son las creencias. Estas se
relacionan con lo concepción de sí mismo (a) y lo que creemos sobre
nuestras propias capacidades y debilidades. En ocasiones, las creen-
cias pueden convertirse en un obstáculo, pues un juicio negativo de
uno mismo (a) impide el avance en la acción.
154
Omar Matus Pérez
Por lo tanto, en la medida que tomo conciencia de que tengo capa-
cidades y habilidades y estar seguro (a) de estas, el mensaje es cam-
biado racionalmente y el efecto comienza a verse en las conductas
que voy realizando, sustentadas en la seguridad de estas capacida-
des y habilidades.
Al pensar que no puedo responder en forma clara y precisa a la pre-
gunta que me va a realizar el entrevistador, estoy estableciendo un
mecanismo racional que detiene el expresarme en forma clara y pre-
cisa y, por lo tanto, aumenta la inseguridad, y la ansiedad se apo-
dera a nivel de ideas y de lenguaje corporal, produciendo tensión y
nerviosismo.
El romper este círculo de creencias del “no poder”, se vincula con
la identificación de ciertos fantasmas que limitan mi acción y que se
pueden conceptualizarse de la siguiente forma:
1.	 Temor a equivocarme
2.	 Sentirme evaluado
3.	 No saber qué responder
Cada uno de estos fantasmas comienza a formar parte de un pensa-
miento permanente y lo que tendrá un efecto que irá en aumento en
el momento de la entrevista. Revisémolos en detalle.
FANTASMA 1: Temor a equivocarme
¿Cómo romper este círculo? Lo primero que debemos tener presen-
te es que debemos pensar que no somos Súper Héroes, podemos
equivocarnos y por lo mismo es imposible controlar todo lo que va
a suceder en una entrevista laboral. En nuestra primera entrevista no
hay que pretender que somos expertos, ni tratar de usar palabras re-
buscadas o creer que vamos a impactar al entrevistador o comisión,
muy por el contrario estaremos nerviosos (as) en cada momento. Por
lo tanto, es necesario responder lo más preciso a lo que se nos está
preguntando, y solamente pensar que nuestra respuesta es honesta y
que se relaciona con la experiencia que uno tiene hasta el momento.
En la medida que puedo tomar conciencia de mí mismo (a), desde la
realidad y no desde la fantasía, me posibilita conocerme y reducir mi
ansiedad y, por ende, disminuir el temor a equivocarme.
guía de apoyo psicológico para universitarios
155
Estrategias para una entrevista laboral exitosa
FANTASMA 2: Sentirme evaluado
La entrevista laboral por sí misma es un contexto de evaluación y, por
cierto a uno es a quien se está evaluando. El sentirse evaluado es es-
tar en lo correcto, y todo lo que significa estar nervioso (a), ansioso (a)
son síntomas totalmente normales, lo fundamental en este sentido es
el reconocimiento de este estado. Algunas recomendaciones:
•	 Respirar lentamente sintiendo que el oxígeno entra a nuestros pul-
mones. Este ejercicio permite tomar conciencia de nuestro cuer-
po y estado de ansiedad. Al tomar conciencia de nuestro cuerpo,
también permite una mayor tranquilidad y a su vez nuestras ideas
comienzan a ordenarse.
•	 Se debe hablar lento, esto permite que las ideas se expresen en
forma clara y la modulación de las palabras sean comprendidas
por el evaluador. Esto disminuye mi estado de ansiedad, y confir-
ma mi seguridad en lo que estoy diciendo.
FANTASMA 3: No saber qué responder
Por lo general, las preguntas del entrevistador o comisión tienen como
objetivo, evaluar la forma de responderla, es decir, el cómo, más que
el contenido en sí mismo. Y para ello es importante tener claro que
toda pregunta se puede responder, y si alguna pregunta no es posible
responder, hay que ser lo más honesto (a) y decir no sé, que dar una
respuesta que no se tiene la seguridad y el convencimiento de ella.
Ejemplos de preguntas:
Generales: ¿Cómo se ve usted, en tres años más? Lo que interesa es
el proyecto que tengas en tres años, y debes explicarlo con el con-
vencimiento del objetivo que propones. Ej.: “Yo me veo estudiando
un post-grado en el área de mi especialidad, porque para mí es fun-
damental el actualizarse y ser mejor profesional”. Al entrevistador no
le debe caber duda de esta aseveración.
Específicas: ¿Cuál es su mayor capacidad? Conocer bien cuál o cuá-
les son tus capacidades y no inventarlas en el momento. Tu respues-
ta debe ser precisa. Ej. Mi capacidad es la responsabilidad, puedo
realizar una tarea en los tiempos designados y entregarla en la fecha
señalada.
En suma, la imagen de sí mismo (a) y nuestras creencias sobre noso-
tros mismos pueden convertirse en obstáculos, por lo que es relevante
revisarlos conscientemente. Para continuar revisando el tema autoi-
magen, puede ser interesante que revises el capítulo de autoestima.
156
Omar Matus Pérez
Recomendaciones generales para la entrevista laboral
A continuación se entregarán ciertas recomendaciones definidas en
dos etapas: la primera son aspectos estratégicos a considerar previos
a la entrevista, y la segunda, es el contexto de la entrevista propia-
mente tal.
1.	 Aspectos estratégicos previos a la entrevista
Planificación de la entrevista
1.	 Preguntar el lugar y la hora en la citación.
2.	 Averiguar dirección. Puede ser en mapcity u otra forma.
3.	 Saber qué locomoción tomar.
4.	 Estimar el tiempo de demora, pensando en estar con 15 minutos
de anticipación.
5.	 En lo posible, no planificar ninguna actividad después de la en-
trevista, debido a que debo estar tranquilo y concentrado y no
pendiente del reloj. Si me es imposible cancelar un compromiso
posterior, consultar al responsable del proceso de la entrevista su
duración, para programarme en forma oportuna.
Debe existir una planificación detallada de todos los aspectos nece-
sarios que debo tomar en cuenta para llegar al lugar de la entrevista
y a tiempo. No puedo dejar ninguno de estos detalles al azar, ya que
cualquier omisión en esta planificación, puede perjudicar mi estado
de ánimo y, por lo tanto, afectarme en el desarrollo de esta.
Presentación personal
1.	 Vestimenta apropiada.
2.	 Limpieza e higiene en mi aspecto físico.
3.	 Adecuada combinación de colores y sobriedad.
1. La vestimenta debiese ser formal, entiéndase formal en el caso de
los varones corbata, pantalón de tela, camisa, zapatos y chaqueta.
En el caso de las damas puede ser pantalón de tela, falda de textura
sobria, o traje de dos piezas, blusa, zapato taco alto o bajo, que sea
lo más cómodo para desplazarse.
2. El aspecto de higiene y limpieza es fundamental, en el caso de
los varones muy bien afeitados, si usa barba corta y arreglada. Uñas
limpias pensando que las manos van a ser recursos claves en el
mensaje no verbal. En el caso de las damas, procurar llegar con el
guía de apoyo psicológico para universitarios
157
Estrategias para una entrevista laboral exitosa
pelo seco, pelo tomado en lo posible, si no es así que sea lo más
apropiado para una entrevista formal y no para un matrimonio, son
contextos distintos. En ambos casos, el uso del perfume debiese ser
muy leve, solamente como un aroma tenue y refrescante, y no como
un aroma que invade el espacio en forma abrupta.
3. Los colores deben ser sobrios y bien combinados. Procurar colores
tradicionales y si se piensa en colores no tradicionales, utilizarlos
levemente y que estéticamente se vean en forma armónica. El color
negro es un color elegante, no obstante es necesario combinarlo
con un color que contraste, debido a que puede no resaltar rasgos
faciales o físicos a favor, cuando es utilizado en forma completa.
Conocimiento de la empresa
1.	 Indagar mediante página WEB.
2.	 Importante saber acerca de su Misión, Visión, número de dota-
ción, entre otros aspectos.
Todas las empresas hoy en día poseen página Web, es fundamental
conocer ciertos detalles acerca de ella, Misión, Visión y otros aspec-
tos, especialmente saber acerca de los proyectos realizados o por
realizar de las áreas a la cual se postula. Puede ser una pregunta es-
tratégica por parte del evaluador.
Deseable estar actualizado (a) de la contingencia política, social y
cultural
1.	 Lectura de prensa escrita, revistas, artículos.
2.	 Estar al día en noticias en diferentes ámbitos.
Es importante estar al día a través de los medios escritos, electrónicos
y radiales del acontecer en los ámbitos político, social y cultural del
país, debido a que la entrevista es integral y no solamente especiali-
zada al ámbito de características individuales y técnica de profesión,
sino también la empresa necesita contar con miembros bien informa-
dos del acontecer nacional.
2.	 Aspectos estratégicos en la entrevista propiamente tal
Lenguaje no verbal en el inicio de la entrevista
1.	 Saludo con una breve inclinación y con brazo extendido.
2.	 Esperar que se siente primero el entrevistador o la comisión.
158
Omar Matus Pérez
3.	 Al sentarse, tomar una postura cómoda pero erguida, mirando al
entrevistador o comisión.
Al iniciar la entrevista, el saludo es solamente de manos, independien-
te si en la comisión existen damas y varones. Nuestros movimientos
corporales deben ser lentos en el desplazamiento del lugar. Esperar
que el entrevistador o comisión se siente en primer lugar, sólo si no
existe de parte de él o de ellos, el mensaje de sentarnos. Nuestra pos-
tura debe ser erguida, pero cómoda mirando al entrevistador o comi-
sión. En ambos casos, damas y varones se pueden cruzar las piernas.
Nuestro volumen de voz debe ser medio alto con claridad de que
nos están escuchando bien. Lo mismo en relación a lo que estamos
diciendo debe ser en forma lenta y teniendo control de lo que esta-
mos diciendo, para ello es importante las pausas. Me referiré con más
detención a estos aspectos no verbales más adelante.
Lenguaje preciso
1.	 Usted, se utiliza siempre en el contexto de una entrevista laboral.
2.	 Responder en forma específica a lo que se esta preguntando.
3.	 No utilizar lenguaje coloquial.
Para referirme al entrevistador o comisión siempre usar el “Usted”. Es
importante entender que es una evaluación y nuestro lenguaje debe
ser formal. Debo evitar vicios del lenguaje que utiizo en otras situacio-
nes, por ejemplo: “po”, “cachai”, u otro. En este sentido, debemos ser
extremadamente cuidadosos, y en lo posible practicar un lenguaje
formal en forma constante con un plan determinado y seguimiento.
Al responder debo ser específico y no comentar generalidades.
Ejemplo:
Entrevistador: Dígame usted, ¿Cuál ha sido su mayor logro que ha
tenido en la Universidad?
Respuesta vaga: Respuesta poco clara y con generalidades, falta de
precisión:
Entrevistado: Bueno, mi mayor logro fue que desde mi primer año
siempre pensé que tenía habilidades para estudiar y con el tiempo
me fui dando cuenta que había materias que me costaban más y
otras menos, y eso me permitió darme cuenta que era bueno (a)
para algunos ramos y otros no.
Respuesta asertiva: Respuesta clara, específica a lo que se está pre-
guntando y coherente:
guía de apoyo psicológico para universitarios
159
Estrategias para una entrevista laboral exitosa
Entrevistado: Mi mayor logro fue mi capacidad de estudiar y salir exi-
toso (a) de los ramos que en un principio eran difíciles. Eso me permitió
aumentar la seguridad en mí mismo (a) y saber que podía enfrentar-
me con nuevos desafíos y alcanzar el objetivo de aprobar los ramos.
Para ello me planificaba con un horario individual y con un horario
para estudiar en grupo.
Es importante que la respuesta asertiva permita al entrevistador ob-
servar del entrevistado cómo desarrolla su lenguaje y el cómo dice lo
que está narrando (persuasión, convencimiento, seguridad).
Por último, cabe destacar la importancia del vocabulario. Este debe
ser claro, con ideas comprensibles, elocuente, y que los significados
de las palabras tengan una coherencia pertinente con la de un pro-
fesional. En este sentido, son fundamentales los hábitos de lecturas
adquiridos con anterioridad. Si no existe la disciplina de la lectura, lo
más probable es que sientas que no te puedes expresar bien, o que te
faltan palabras. ¿Cómo solucionarlo? Debes realizar esfuerzos en leer
desde este momento, realizando una planificación diaria y subrayan-
do aquellas palabras que no conoces y buscando en el diccionario
su significado. En la medida que seas sistemático con esta informa-
ción, vas a ver resultados en el tiempo, no pienses que producto de tu
imaginación adquirirás un lenguaje fluido.
Debo tener un guión estudiado de mis competencias
Los métodos actuales de selección de personal están abordando en
un 80% entrevista por competencias. A continuación, daré a conocer
un modelo que nos permitirá entrenar nuestras competencias y poder
estar seguros y convencidos de estas. No te confundas en relación
al término competencia, es lo mismo que capacidad. Definiremos
competencia como un comportamiento en el cual se manifiesta una
capacidad y esta es observable. El entrevistador no puede observar
esta competencia en la entrevista, pero sí puede obtener informa-
ción en relación a cuál fue tu comportamiento pasado de esa com-
petencia, y cuál podría llegar a ser en el futuro. La única forma que
el entrevistador puede evaluar la competencia que quiere medir es
a través de tu relato, por lo mismo, es necesario un vocabulario claro
y preciso. Es importante señalar que el objetivo de la entrevista por
competencias es conocer lo que has hecho en el pasado en relación
a esa competencia y, por lo tanto, lo que harás en el futuro en el car-
go al cual estás postulando.
160
Omar Matus Pérez
Competencia Situación Cómo Resultado
Liderazgo
Trabajo en
Equipo
Motivación de
Logro
El lugar en don-
de desarrollaste
esta compe-
tencia.
Ej. Universidad
Práctica
Otra
Qué hiciste,
cuál fue tu
comporta-
miento para
desarrollar esta
competencia.
Cuál fue el
resultado, que
lograste.
EJEMPLO: Mi competencia será planificación.
Situación Cómo Resultado
Cuando fui
estudiante en la
Universidad tuve
que planificarme
para los distintos
ramos que tuve,
y así aprobarlos
con buenas
notas.
Para tal objetivo, diseñé un plan
jerarquizando los ramos más difíciles
a los menos difíciles, y les asigné
horas dependiendo de la comple-
jidad de cada uno de ellos. Si tenía
dudas acerca de una materia en
particular, me acercaba al profesor
y resolvía las dudas. Igualmente en
clases, preguntaba al profesor y a
mis compañeros, eso me permitía
llegar a estudiar tranquilo (a) y no
tener que estar preguntando des-
pués. Hubo materias que no enten-
día de inmediato, y para ello me
integré a un grupo de estudio para
resolver esas dudas, fue muy efec-
tivo este trabajo grupal, ya que
aprendí bastante en el intercambio
de visiones y opiniones acerca de
las distintas materias.
Logré aprobar
los ramos en
forma satisfac-
toria, y eso me
permitió postu-
lar en 5º año a
una beca por
un año en una
universidad
extranjera.
Cualquier competencia que yo decida explicar debiera estar en este
formato de respuesta, por lo tanto esta debe ser fluida y con clari-
dad. El objetivo es que al entrevistador no le debe quedar duda de
tu competencia. La única forma es entrenar la respuesta y repetirla.
Lenguaje no verbal como estrategia de éxito en la entrevista
Todo lo anterior en el desarrollo de la competencia y mi presencia
corporal en la entrevista se relaciona con mi lenguaje no verbal, es
decir el cómo. Puede ser que se olviden algunas cosas productos de
la tensión y el nerviosismo, pero si no existe una expresión acerca de
lo que estoy diciendo mi mensaje pierde impacto.
guía de apoyo psicológico para universitarios
161
Estrategias para una entrevista laboral exitosa
Algunas sugerencias para ello.
•	 Volumen de voz: Mi voz debe ser medio-alta, debo tener concien-
cia de que los otros me escuchan en forma efectiva, y para ello
debo mirarlos y notar en sus expresiones las señales adecuadas
de que están comprendiendo lo que estoy diciendo. Si no tengo
ninguna retroalimentación de estas señales, debo procurar escu-
charme con mayor detención y alzar la voz. Al hablar bajo no se
entiende el mensaje y, por lo tanto, pierdo seguridad en lo que
quiero decir.
•	 Hablar lento: Debo hablar lento y pausado. La única forma que se
comprenda mi mensaje es decirlo en forma lenta. Al hablar rápi-
do, yo mismo (a) me confundo, y debido a la tensión y la presión
del momento me equivoco y pierdo el objetivo. Al hablar lento
mis ideas se ordenan y puedo organizar mejor lo que quiero decir.
•	 Pausas: Las pausas deben estar después de frases en las cuales he
realizado un cierto énfasis.
Sin pausa
Ej.: Yo soy una persona dinámica en la Universidad, fui parte del centro
de alumnos de mi carrera y por lo tanto para mí fue muy importante
desarrollar otras actividades aparte del estudio.
Con pausa
Ej.: Yo soy una persona dinámica, (pausa) en la Universidad fui parte
del centro de alumnos de mi carrera (pausa) y, por lo tanto para mí
fue muy importante desarrollar otras actividades (pausa) aparte del
estudio.
Las pausas dan movimiento y hacen atractivo un mensaje, el silencio
que se produce crea expectación por lo que viene en el relato.
•	 Mirada a los ojos: Es necesario mirar a los ojos en todo momento al
entrevistador o comisión. Al mirar a los ojos expreso seguridad en
lo que estoy diciendo, me mantengo concentrado en el desarro-
llo de las ideas y los otros se concentran en lo que yo estoy expre-
sando. Debo tratar de no mirar hacia abajo, hacia arriba o hacia
el lado, cuando estoy hablando, estos gestos desconcentran a los
que me están observando y escuchando.
•	 Movimiento de manos: Mis manos sirven para el énfasis de lo que
estoy diciendo. Te muestran con energía, dinámico (a) y permite
que tu mensaje sea creíble. Tampoco debo abusar de este recur-
162
Omar Matus Pérez
so no verbal, la capacidad para darme cuenta es sencillamente
practicando y teniendo un referente (amigo, profesor u otro) que
me vaya corrigiendo los errores.
•	 Evitar movimientos repetitivos corporales: Como la entrevista es
un proceso de evaluación, nos encontramos tensos y ansiosos, por
lo tanto pueden existir movimientos involuntarios (pierna, cabe-
za, pie, llevarnos la mano hacia la nariz, llevarnos la mano hacia
la oreja, etc.,) todos estos movimientos son producto de nuestra
ansiedad, por lo tanto, en la práctica es importante identificarlos
y practicarlos para alcanzar cierto control. Siempre vamos a es-
tar tensos y nerviosos en una entrevista laboral, lo importante es ir
practicando y corrigiendo en lo posible con técnicas de simula-
ción (entrevista simulada a la real) estos aspectos débiles.
Todos estos aspectos señalados anteriormente tienen como objetivo
entregar ciertas herramientas de este proceso de entrevista laboral,
el cual yo lo he vivido desde los distintos roles entrevistado/ entre-
vistador. Creo que uno de mis mayores aprendizajes de esta etapa
laboral en mí, ha sido la tolerancia a la frustración. Debes tener claro
que comienza una etapa lenta en tu proceso de inserción laboral,
y en muchas oportunidades te vas a desanimar y a cuestionar tus
capacidades. No obstante, debes ser perseverante y con una alta
motivación de logro. Piensa que existen perfiles diferentes para los di-
versos cargos, y uno puede ajustarse más o menos a un determinado
perfil. Lo importante que es un proceso paulatino, y te aseguro que
tu primera entrevista va a ser muy distinta a tu cuarta entrevista, y así
sucesivamente, te vas a ir dando cuenta que te vas a mirar y a escu-
char distinto (a). Entrena y practica, lee en voz alta, utiliza tus manos,
convéncete de tus capacidades. Piensa que el cargo al cual postulas
es tuyo y de nadie más, repítelo de día y de noche. Fuerza y energía.
163
El consumo de alcohol y otras drogas:
la adicción y sus efectos
Héctor Rodríguez Moya
Cuando ingresamos a la Universidad nos vemos enfrentados a un de-
safío que hemos esperado desde el día que comenzamos a formar
parte del sistema de educación formal. Nos encontramos en presen-
cia de un mundo nuevo compuesto por nuevos compañeros, profe-
sores, cursos, espacios, directivos, etc. Esta es una gran oportunidad,
sabemos las dificultades del sistema de educación; debemos sentir-
nos afortunados por ser parte de un grupo de jóvenes que se transfor-
marán en una futura generación laboralmente activa.
Está en nuestras manos el camino que queramos recorrer en nues-
tro paso por la Universidad; somos los constructores de nuestro futuro.
Debemos entonces estar atentos, despiertos, lúcidos, frente a todo lo
que este nuevo mundo nos ofrece. Es una interesante oportunidad
para generar lazos de amistad, grupos de estudio, confianzas y leal-
tades que al mismo tiempo formarán y moldearán nuestro carácter. Y
como todo lo que nos toca experimentar en nuestras vidas, este esce-
nario está constituido por cosas favorables y positivas como también
por riesgos y peligros.
Bien sabemos que el consumo de drogas en nuestro país, como en
el mundo, se produce a todo nivel, en todas las esferas de nuestra
sociedad; afecta a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos, a ricos
y pobres, a laicos y religiosos. Sin duda, el consumo también se da
en nuestra etapa universitaria. Queremos ponerte en alerta, darte un
buen consejo, apoyarte, queremos que conozcas los males que el
consumo de drogas puede causar, causarte a ti y a tu compañero, a
tu vecino, a algún miembro de tu familia. El objetivo de este capítulo
es entregarte información sobre el alcohol y otras drogas, esperamos
que te sirva para tomar decisiones responsables.
¿Sabes lo que es una adicción?
Es la tendencia imperiosa de una persona que pierde su capacidad
de dominio en relación al consumo de drogas, al uso de objetos
(computador, televisión) o a la repetición de actividades (juego pa-
tológico, compras compulsivas), hasta el punto de dañarse a sí mismo
o a la sociedad.
164
Héctor Rodríguez Moya
¿Sabes qué es una droga?
Droga: “Es cualquiera de las múltiples substancias que el ser humano
ha usado, usa o inventará y usará a lo largo de los siglos, con capa-
cidad de modificar las funciones del organismo vivo que tienen que
ver con su conducta, su juicio, su comportamiento, su percepción o
su estado de ánimo” (Funes, 1966). Todo ello sin ninguna connota-
ción. Sin afirmar previamente si son buenas o malas, legales o ilegales,
asumidas por la cultura o no, usadas adecuadamente u objeto de
abuso. Droga es toda sustancia, sea natural o sintética, que introduci-
da en tu organismo va a producir cambios o modificaciones a varios
niveles. El objetivo básico que se busca, generalmente, es lograr una
sensación de bienestar.
Cuando nos referimos al concepto de “droga”, debemos resaltar que:
El estereotipo otorga relevancia a algunas sustancias (cocaína, can-
nabis, opiáceos), en tanto excluye o considera mucho menos rele-
vantes a otras (alcohol, tabaco, psicofármacos). Esta distinción no se
funda en el daño social, la nocividad o la dependencia que podrían
ocasionar. El concepto de “droga” se asocia a un producto ilícito,
“dañino”, lo que justificaría la prohibición de su uso, no reconociendo
que algunas sustancias permitidas también son drogas y pueden oca-
sionar iguales o peores trastornos
¿Sabías que…?
Para que una droga sea considerada psicoactiva, debe cumplir tres
requisitos:
Tolerancia: Al ingerir una sustancia, tu organismo puede asimilarla o
eliminarla. Las drogas, cualquiera sea su composición, sufren un pro-
ceso de asimilación más o menos acelerado. Luego de la ingestión
de una droga, tu organismo corre el riesgo de acostumbrarse a la sus-
tancia, de tal forma que luego serán necesarias cantidades cada vez
mayores para lograr el efecto que ésta produjo inicialmente. La tole-
rancia es entonces un fenómeno de adaptación del organismo a la
droga, de manera que éste ya no responde a la cantidad recibida y
exige volúmenes cada vez mayores para obtener el efecto deseado.
Dependencia: También llamada fármaco dependencia, se define
como un estado psíquico y, a veces físico, causado por la acción
recíproca entre un organismo vivo y un fármaco, que se caracteri-
za porque dicho organismo presenta modificaciones del compor-
tamiento y otras reacciones, que comprenden siempre un impulso
guía de apoyo psicológico para universitarios
165
El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos
irreprimible a tomar el fármaco en forma continua o periódica. La
fármaco dependencia presenta el desarrollo de la apetencia a una
droga en particular que aumenta progresivamente hasta llegar a ser
de tal intensidad que domina tu vida, perdiendo interés en tu trabajo,
estudios, familia y en general en aquello que no sea el conseguir y
consumir la droga. La apetencia es muy específica, diferente de las
instintivas como el hambre, la sed o la líbido y puede ser más intensa
que éstas.
Síndrome de abstinencia: Es el conjunto de signos y síntomas que se
presentan aparatosamente al interrumpirse abruptamente el consu-
mo. Las características de esta sintomatología van a depender de
varios factores: tipo de droga, dosis, calidad de la droga, vía de ad-
ministración, motivación frente a la droga, etapa dentro de la progre-
sión de la dependencia, etc.
¿Cómo se clasifican las drogas?
Una clasificación es en función de si son legales o ilegales. Drogas
legales son aquellas que tienen un reconocimiento legal y un uso nor-
mativo, como el alcohol, el tabaco (cigarrillos) y los psicofármacos.
En el caso de las drogas ilegales su venta está sancionada por la Ley:
marihuana, cocaína, crack, éxtasis, heroína, entre otras.
A continuación, expondremos algunas informaciones relevantes so-
bre las drogas de uso más frecuente.
Marihuana
¿Sabías que la marihuana puede ser la puerta de entrada a
otras drogas?
Estudios a largo plazo de estudiantes de secundaria y sus patrones
de uso de drogas, demuestran que muy pocos de ellos llegan a usar
otras drogas ilegales sin haber usado primero la marihuana. Por ejem-
plo, el riesgo de usar cocaína es 104 veces mayor para personas que
han probado marihuana que para los que nunca la han probado. La
marihuana pone a los niños y los jóvenes en contacto con personas
que usan y venden ésta y otras drogas. En este sentido, existe mayor
riesgo de que los jóvenes estén más expuestos y tengan mayor tenta-
ción de probar otras drogas.
166
Héctor Rodríguez Moya
¿Cómo se sabe si alguien ha estado fumando marihuana?
Si alguien ha estado fumando marihuana puede que:
•	 Parezca estar mareado(a) y que tenga problemas al caminar;
•	 Ría sin razón alguna;
•	 Tenga los ojos rojos e irritados; y
•	 Tenga dificultades con la memoria.
Al desaparecer los efectos, después de algunas horas, puede ser que
la persona sienta mucho sueño.
¿Afectará al bebé si su madre fuma marihuana durante el
embarazo?
Los médicos recomiendan que las mujeres embarazadas no usen nin-
gún tipo de drogas o alcohol, ya que podrían afectar al feto. Un es-
tudio en animales ha conectado el uso de la marihuana a la pérdida
del feto durante los primeros meses del embarazo.
Algunos estudios científicos indican que los bebés de madres que fu-
man marihuana nacen pesando y midiendo menos, y las dimensiones
de sus cabezas son menores que los bebés de madres que no usan
la droga. Los bebés más pequeños tienen mayor tendencia a expe-
rimentar problemas de salud. También existen estudios que indican
que los niños de madres que fuman marihuana tienen problemas del
sistema nervioso.
Los investigadores aún no saben si los problemas causados por la ma-
rihuana en los bebés pudieran continuar a medida que ellos/ellas cre-
cen. Investigaciones preliminares muestran que niños de madres que
usaron marihuana regularmente durante el embarazo pueden tener
problemas de concentración.
Cómo afecta al cerebro la marihuana
Algunos estudios muestran que cuando un individuo ha fumado mari-
huana en cantidades grandes por años, la droga daña sus funciones
mentales. El uso de la marihuana afecta las partes del cerebro que
controlan la memoria, la atención y el aprendizaje. Para que una per-
sona pueda aprender y desempeñar tareas simples, es necesario que
tenga una capacidad normal de memoria reciente.
guía de apoyo psicológico para universitarios
167
El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos
Fumar marihuana causa algunos cambios en el cerebro como esos
causados por la cocaína, la heroína y el alcohol. Algunos investigado-
res creen que estos cambios pueden aumentar el riesgo de que una
persona se haga adicta a otras drogas, como la cocaína y la heroína.
Los científicos aún están aprendiendo las distintas formas en que la
marihuana puede afectar al cerebro.
Las personas que la usan ¿se pueden hacer adictas?
Sí. A pesar de que no todos los que la fuman se hacen adictos, cuan-
do una persona empieza a buscar la droga para consumirla obse-
sivamente, se dice que es dependiente o adicta a la sustancia. En
1995, 165,000 personas que ingresaron en programas de tratamiento
por drogadicción reportaron que la marihuana era la sustancia que
más abusaban, lo que demuestra que necesitan ayuda para dejarla.
Algunas de las personas que usan la marihuana frecuentemente de-
sarrollan tolerancia a ella.
Alcohol
Consumo de Alcohol
El alcohol es una sustancia psicoactiva o droga, cuyo consumo des-
medido  puede hacer daño  al organismo (básicamente el sistema
nervioso o el hígado), además es agente causal indirecto de proble-
mas  en la familia y en la sociedad.  Decimos que el alcohol es una
droga porque puede generar, al menos, uno de estos tres fenómenos:
DEPENDENCIA, TOLERANCIA y/o SÍNDROME DE ABSTINENCIA.
Características de las bebidas con alcohol
El alcohol etílico es el único apto para el consumo humano. Existen
otros alcoholes que tienen usos distintos: metílico, solvente; izo propí-
lico, antiséptico; butílico, industrial. Ninguno distinto al alcohol etílico
se puede consumir.
El alcohol, o etanol, es un depresor del Sistema Nervioso Central
(SNC); es un anestésico, no un estimulante.
Un tarro de cerveza, un “caballito” de tequila, un jarro de pulque, una
cuba, una copa de vino blanco o tinto y una copita de cualquier licor
como el anís, contienen la misma cantidad de alcohol. Esto es por-
que se sirven en una unidad de medida que se llama precisamente
168
Héctor Rodríguez Moya
“trago estándar”. Si consumes cada bebida en su contenedor indica-
do, estarás consumiendo, en cada caso, una medida estándar que
tiene alrededor de 0.5 onzas de alcohol etílico puro que equivale a
14 gramos. (La medida servida en bares y restaurantes equivale a 1.5
onzas de cualquier destilado).
La intoxicación alcohólica
Es quizá el efecto clínico más frecuente del uso del alcohol. Es un
cuadro autolimitado, que va desde la embriaguez leve hasta la anes-
tesia, con depresión respiratoria y eventualmente hasta la muerte.
En la medida que aumenta el nivel de alcohol en la sangre, éste
provoca euforia, problemas leves de coordinación, dificultades en
la marcha, confusión mental y alteración de la conciencia con pro-
blemas de memoria. Estos efectos son menores entre los bebedores
crónicos, que han desarrollado tolerancia al alcohol.
La intoxicación alcohólica altera también la frecuencia cardiaca,
provoca alteraciones del electroencefalograma y de los movimien-
tos oculares. Produce un hablar y un pensamiento lentos, rubicundez
facial, alteraciones conductuales; labilidad emocional, alteraciones
del juicio, problemas cognitivos y desinhibición de impulsos sexuales y
agresivos. Esa desinhibición puede aumentar la tendencia a conduc-
tas suicidas u homicidas y facilitar las conductas.
Efectos del alcohol en el organismo
El alcohol es considerado una droga depresora que tiene los siguien-
tes efectos: euforia inicial, desinhibición, disminución de la tensión,
embotamiento, mala coordinación, dificultad para hablar, marcha
inestable y confusión.
Las consecuencias físicas del abuso persistente en su consumo son:
trastornos hepáticos, trastornos de los nervios periféricos, amnesia, im-
potencia sexual, delirio y cirrosis.
guía de apoyo psicológico para universitarios
169
El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos
Mitos sobre el alcohol. Es importante que sepas que:
1.	 NO SE MUESTRA HOMBRÍA AL EMBRIAGARSE: Por lo contrario, bebe
el débil para sentirse fuerte, el miedoso para tomar valor; el mie-
doso para tomar valor; el triste para levantar el ánimo; el fracasa-
do para olvidar. Pero el alivio es momentáneo, como una muleta
para el débil o incapaz; la hombría consiste en afrontar con serie-
dad las dificultades de la vida.
2.	 EL ALCOHOL NO AUMENTA LA CAPACIDAD DE ESTUDIO, NI EL REN-
DIMIENTO EN EL DEPORTE. Por el contrario, tiene acción estimulante
muy fugaz y luego una fatiga muscular más rápida; además alte-
ra la coordinación y finura de los movimientos.
3.	 El ALCOHOL NO ES ADECUADO PARA COMBATIR EL FRÍO: Así están
expuestos a morir por enfriamiento los ebrios que se duermen a
la intemperie en las noches heladas, pues el alcohol favorece la
pérdida de calor por irradiación, ya que dilata los capilares san-
guíneos de la piel y por allí escapan.
4.	 EL ALCOHOL NO ES ALIMENTO, pues carece de elementos nutriti-
vos básicos como proteínas, sales y vitaminas. Además, produce
efectos tóxicos. NO ES TÓNICO NI RECONSTITUYENTE, pues a pesar
de que solo da calorías, no se almacena ni da elementos cons-
tructivos en el organismo.
5.	 Ni la cerveza ni el vino SON CAPACES DE AUMENTAR LA LECHE MA-
TERNA.
6.	 EL ALCOHOL NO FAVORECE LA DIGESTIÓN, si bien en pequeñas
dosis excita la secreción del jugo gástrico (no más que los mismos
alimentos); pero en concentración mayor RETRASA LA DIGESTIÓN
y en mayor cantidad irrita el estomago.
7.	 EL ALCOHOL NO AUMENTA LA CAPACIDAD INTELECTUAL. Más bien
entorpece el juicio, debilita la atención y la memoria; entorpece
el juicio moral. Produce errores de percepción y ALARGAMIENTO
DE LOS TIEMPOS DE REACCIÓN, de allí el peligro que representan
los conductores en estado de intoxicación alcohólica. El alcohol
inhibe las funciones de la corteza cerebral.
8.	 EL ALCOHÓLICO TIENE MAYOR VOLUNTAD. Está probado que el
alcohólico crónico carece de ella, ya es incapaz de frenar la be-
bida una vez que comienza y nada puede contra ello su trabajo,
familia, consejos, hijos o amigos.
170
Héctor Rodríguez Moya
9.	 DICEN QUE EL ACOHOL AUMENTA LA AMISTAD, pero es sabido que
más bien produce lo contrario, pues el achispamiento alcohóli-
co, produce DESCONFIANZA, ENVIDIA, CELOS, RESENTIMIENTOS Y
ESTALLIDOS DE VIOLENCIA, como se puede leer todos los días en
las diarios; el alcohol puede terminar la mejor fiesta con peleas,
agresión y crimen.
10.	EL WHISKY ES BUENO PARA EL CORAZÓN: Es un tópico de gran di-
fusión y a la extensión de este error han colaborado ciertos facul-
tativos que han prescrito esta bebida a sus enfermos cardiópatas
como tratamiento, hasta el extremo de provocar enfermos alco-
hólicos. Se ha demostrado que el alcohol no mejora el dolor de
la angina de pecho y no modifica el electrocardiograma patoló-
gico del cardiópata, sin embargo el uso del alcohol es capaz de
provocar una miocardiopatía alcohólica.
11.	EL ALCOHOL ES AFRODISÍACO: Es verdad que el alcohol puede
aumentar el deseo sexual, pero al mismo tiempo disminuye la
potencia sexual, hasta el extremo de llegar a imposibilitar la fun-
ción sexual, pudiendo llegar a provocar degeneración y atrofia
testicular en el varón y amenorrea (pérdida de la regla) y atrofia
ovárica en la mujer.
12.	EL VINO DA ATREVIMIENTO A LOS DÉBILES: Ciertamente el vino da
atrevimiento en el baile, en la calle, en el carrete, etc., las esta-
dísticas de incidentes, accidentes y delitos de sangre producidos
bajo los efectos de bebidas alcohólicas, dan fe de ello.
Tipos de Bebedores
No existen los “bebedores normales”, lo que hay es un bebedor no
problema. Porque si habláramos de normalidad, no tuviéramos por-
qué haber mencionado los diversos efectos del alcohol. Aunque el
término de bebedor normal se usa para los casos de bebedores que
no tienen problema, pero deberíamos tratar de no confundir estos
términos. Por tanto, la persona en relación con el consumo de alcohol
puede ser:
ABSTEMIO: Que no consume o que consume 0 - <75 gr.
BEBEDOR NO PROBLEMA: Aquel que toma responsablemente, que no
está en el grupo de los que tienen prohibido tomar alcohol.
BEBEDOR PROBLEMA O ABUSADOR DEL ALCOHOL: Aquel que sin ser
dependiente, consume en exceso y causa problemas.
guía de apoyo psicológico para universitarios
171
El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos
DEPENDIENTE O ALCOHÓLICO PROPIAMENTE DICHO: Aquel que su
consumo lo hace continuo, sin poder dejar de beber por el deseo
imperioso de seguir haciéndolo.
Debemos aspirar a ser abstemio o ser un bebedor no problema.
Contesta el siguiente cuestionario para evaluarte al respecto.
Escala breve de beber anormaL (Test de EBBA)
Contesta SÍ o NO a cada una de las 7 preguntas de la tabla, y
compara tus resultados abajo de la tabla.
  SÍ NO
1. ¿Ha habido entre Ud. y su pareja problemas como
consecuencia del consumo del alcohol?
2. ¿Ha perdido amigos a causa del consumo del alcohol?
3. ¿Siente ganas de disminuir lo que toma?
4. ¿Hay ocasiones en que sin darse cuenta termina
tomando más de lo que piensa?
5. ¿Ha tenido ganas de tomar alcohol por las mañanas?
6. ¿Le ha ocurrido que después de haber bebido la noche
anterior no se acuerde de parte de lo que pasó?
7. ¿Le molesta que le critiquen por la forma en que toma?
Si has contestado “SÍ” en tres o más preguntas probablemente tienes
problemas con el alcohol y debes acercarte a pedir ayuda profesio-
nal. Puede ser en el Centro de Salud o en el Departamento de Promo-
ción de la Salud Psicológica de la Universidad.
Tabaco
La nicotina contenida en las hojas de la planta de tabaco es la res-
ponsable de la adicción a esa droga; es un estimulante suave, que se
absorbe por inhalación, a través de la vía pulmonar o mucosas de la
boca y nariz, al ser fumada, en forma de cigarrillos o a través de pipas.
Es una sustancia altamente tóxica que se une a una gran cantidad
de otros componentes tóxicos que tiene el tabaco, especialmente el
172
Héctor Rodríguez Moya
monóxido de carbono; este último, al unirse a la hemoglobina sanguí-
nea, disminuye la capacidad de transporte de oxígeno, dificultando
la respiración en los fumadores. Del mismo modo, disminuye también
la transferencia de oxígeno al feto a través de la placenta en la ma-
dre embarazada fumadora, con importantes consecuencias para el
hijo en gestación: bajo peso y talla al nacer, y mayor frecuencia de
partos prematuros, y mayor riesgo de muerte súbita en los lactantes.
Además del monóxido de carbono, al fumar tabaco se producen otros
compuestos alquitranados, de carácter carcinógeno que explican
la relación entre la mayor tasa de diferentes formas de cáncer
(preferentemente del aparato respiratorio) y el hábito de fumar.
Es importante hacer énfasis que, en el largo plazo, los fumadores tam-
bién desarrollan otras enfermedades bronco pulmonares (en especial
enfisema) y cardiovasculares, muy invalidantes y con alto costo de
tratamiento.
El efecto de la nicotina en el S.N.C. no produce efectos biosicosociales
tan rápidos y dramáticos como los descritos para el alcohol y otras
drogas. Sin embargo, en el ámbito laboral, la mayor morbilidad que
presentan los fumadores es un factor en contra de la productividad;
a esto se agrega el hecho que la nicotina junto al alcohol son
consideradas drogas porteras (se inicia el uso de éstas y se continúa
con otras); todas estas razones son suficientes para trabajar en la
prevención del hábito de fumar.
Aunque en menor escala también presentan riesgos los “fumadores
pasivos”, es decir, aquellos que aspiran el humo producido por los
que fuman.
¿Qué es el tabaco?
Es una sustancia  psicoactiva (algunos lo clasifican como droga
legal) capaz de producir o co-adyudar al desarrollo de una serie
de enfermedades: cáncer, bronquitis crónica, enfisema pulmonar,
problemas en el desarrollo del producto de un embarazo, enfermedad
arterial coronaria, entre otros. El cigarrillo tiene muchos  principios
activos, algunos de ellos pre-cancerígenos. Como cualquier sustancia
psicoactiva es capaz de generar dependencia.
¿Qué es el tabaquismo?
Es la intoxicación crónica del organismo producida por el consumo
del tabaco.
guía de apoyo psicológico para universitarios
173
El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos
Problemas que causa el tabaco en el organismo
Los principales problemas que puede generar el tabaco son:
•	 A nivel respiratorio: El cáncer de pulmón es el principal problema,
la bronquitis crónica (inflamación y obstrucción bronquial perma-
nente),  el enfisema pulmonar (rompimiento de las paredes alveo-
lares con ensanchamiento de los mismos) y  la tos del fumador.
•	 A nivel cardiovascular: Favorece el desarrollo de la arteriosclero-
sis en todas las arterias (formación de placas de colesterol en las
paredes de las arterias), dentro de ellas en las coronarias, que por
su obstrucción parcial o total son causa directa de la mayoría de
anginas de pecho e infarto del miocardio respectivamente.
•	 A nivel digestivo:  Los  dientes pierden su color natural y son más
proclives a la caries. Coadyuvante junto al alcohol de la mayoría
de cánceres de boca y de esófago, contribuye al agravamiento
de las gastritis o úlceras pépticas.
•	 Es el principal agente relacionado con el cáncer de vejiga.
•	 En el embarazo: El recién nacido puede tener bajo peso (menos
de 2500 gr.), o puede ser prematuro (nacer antes de las 36 se-
manas de gestación), a su vez estos recién nacido puede tener
más complicaciones respiratorias que los otros recién nacidos, la
enfermedad de la membrana hialina es una de ellas.
•	 A nivel general: Contribuye al envejecimiento prematuro.
Fumadores pasivos
Quienes inhalan el humo del cigarrillo al estar cerca de un fumador, 
también pueden resultar perjudicados, a estos se les conoce como
FUMADORES PASIVOS. Por tanto los FUMADORES ACTIVOS, son aque-
llos que consumen directamente los cigarrillos.
Esperamos que la información aquí brindada te sea de mucha utili-
dad. La información es importante y así lo entendemos. Queremos
que tu paso por la Universidad sea una gran experiencia y que mar-
que tu vida positivamente; sabemos que así será.
Te invitamos a construir tu futuro y a vivir la Universidad.
Referencias
Funes J. (1966): Drogas y adolescentes. Aguilar, España
Las definiciones textuales son extraídas de este texto.
Ayuda para universitarios
175
¿Cómo ayudar a alguien con consumo
problemático de alcohol
y otras drogas?
Mario Castillo Manzano
El estar en la vida universitaria, es un hermoso desafío para tu vida y la
de tu familia, es la síntesis de los esfuerzos realizados durante muchos
años, donde has logrado proyectarte en lo que será el sello de tu
existencia.
En este capítulo quiero invitarte a conocer cómo ayudarse o ayu-
dar a alguna persona cercana que requiera apoyo cuando exista
una forma de consumir alcohol u otra sustancia que esté afectando
su desarrollo personal y académico. ¿Por qué hablar del consumo
problemático y las dependencias, de los riesgos que tienen algunos
tipos de consumo de alcohol y otras drogas en este contexto de es-
tudios? Porque el paso a la vida universitaria implica el acceso a un
mayor nivel de libertad personal, en donde serás tú quien decida qué
cosas tienen que ver contigo y cuáles no. Desde esta perspectiva,
inevitablemente este mayor nivel de libertad se equilibra con un ma-
yor nivel de responsabilidad frente a la propia vida. Nuestro interés
final es que puedas tener una vida universitaria activa, sin mayores
riesgos y consecuencias para tu desempeño estudiantil. Queremos
que puedas reconocer los aspectos involucrados, tanto personales
como interpersonales y que aprendas a evaluar en qué estás tú o tus
amistades y qué puedes hacer para producir un cambio en lo que
estás viviendo en el caso que sientas que algún tipo de consumo de
sustancia te esté complicando.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Clasificación de En-
fermedades (CIE – 10), define las dependencias como “Conjunto de
manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas en
las cuales el consumo de una sustancia adquiere la máxima prioridad
para la persona, mayor incluso que cualquier otro tipo de conducta
de las que en el pasado tuvieron un valor más alto. La manifestación
característica del síndrome de dependencia es el deseo a menudo
insuperable de ingerir la sustancia”.
Nosotros consideraremos además para este capítulo, el concepto de
consumo problemático, que se orienta a conocer los efectos de los
176
Mario Castillo Manzano
consumos principalmente de alcohol, que podemos tener y también
de otras drogas. Algunas características presentes en un consumo
problemático pueden observarse a través de las siguientes señales:
Aparece la crítica de terceros respecto a nuestra forma de consumir
alcohol y otras drogas; “se apaga la tele” o no se recuerda nada
de la noche anterior; se tienen pérdidas interpersonales importantes
(pareja, familiares, amistades). Además, hay otras situaciones, tanto
individuales, como grupales que cumplen con las características se-
ñaladas de situaciones problemáticas y/o dependencias: Juego pa-
tológico – ludopatía - dependencia a Internet, relaciones afectivas
dependientes, dependencia a la “adrenalina” -situaciones de riesgo
extremo-, compulsión a comprar, etc. Estas últimas situaciones tam-
bién pueden afectar tu vida estudiantil.
¿Por qué nuestro cerebro responde a las sustancias y se
generan consumos problemáticos que pueden llevar a la
dependencia del alcohol y/o drogas?
Las respuestas que se pueden desarrollar, primero con consumos
problemáticos de alcohol y posteriormente el desarrollo de alguna
dependencia, tienen una base neurobiológica que la sustenta; y
nos disponen a generar una mayor o menor intensidad de vínculo o
dependencia frente a algunas sustancias, objetos y situaciones. Exis-
ten en nuestro organismo, varios sistemas neurológicos que requieren
ser estimulados, para poder facilitar una adecuada adaptación al
medio. Por ejemplo: comer, el observar algo agradable a la vista, la
emoción de los juegos de azar, realizar compras, etc. Esta estimula-
ción –que muchas veces es altamente agradable– activa algunos
centros neurológicos, en nuestro cerebro, que se denomina “circuito
de recompensa”, en esta zona se producen una cadena de respues-
tas neuro – químicas y que van de a poco moldeando nuestro ce-
rebro, para que finalmente busquemos casi exclusivamente aquellos
estímulos que nos producen esas sensaciones gratas.
¿Cómo podré saber si estoy frente a alguna situación
que sea un consumo problemático y posteriormente una
dependencia del consumo de alcohol y/o drogas?
Todas las personas respondemos de manera diferente frente a las di-
versas situaciones. Algunos realizan muchas actividades o comporta-
mientos que pueden ser considerados de riesgo y no les afecta, en
cambio otros, por realizar unas pocas veces algún consumo, quedan
guía de apoyo psicológico para universitarios
177
¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas?
“enganchados” y sienten que deben seguir haciéndolo. Muchas ve-
ces esto responde a las expectativas que tenemos frente al consumo
(pasarlo bien, relajarse, etc.) o de qué manera sentimos que facilita la
posibilidad de ser parte de un grupo (nos desinhibe socialmente) o te-
nemos una baja percepción de daño (“a mí no me va a pasar nada”).
Pero, para que podamos saber qué nos pasa, debemos considerar
alguno de los siguientes aspectos, que grafican los efectos del consu-
mo problemático de alcohol u otra droga:
•	 Cambios en las actividades rutinarias: Aumento o disminución de
las actividades que habitualmente realizo. Muchas veces se em-
piezan a tener actividades diferentes, que nos alejan de nuestras
rutinas académicas.
•	 Priorizar esa actividad o situación sobre las otras. Se tiende a priori-
zar esta actividad sobre muchas otras. Como señalábamos el am-
biente de “carrete” pasa a ser una prioridad dentro de nuestra
vida.
•	 Forma de solucionar problemas: Muchas veces, el consumir alco-
hol, “facilita” que resolvamos algunas de las dificultades que po-
demos tener. Esta ilusoria impresión, habitualmente dura mientras
se está bajo los efectos del alcohol o las drogas y no se constitu-
yen en un real cambio personal.
•	 Sensación de satisfacción: Al realizar la actividad de consumo
se tiene una muy grata sensación, pues comparto con otros, me
desinhibo, puedo sentirme integrado a “un grupo que me acep-
ta”, a diferencia de otras actividades. Esta sensación puede ser
percibida de múltiples maneras y es lo que hace que tratemos
de buscarla de manera prioritaria. Al principio las sensaciones se-
rán muy intensas, pero con el correr del tiempo, buscaremos no
sólo esa sensación de satisfacción, sino que además buscamos no
sentirnos mal (evitar el “bajón”).
•	 Aparición de ansiedad: Aparecerán sensaciones de desconcen-
tración, inquietud física, “nerviosismo”, dificultades para quedarse
dormido (insomnio de conciliación), problemas alimentarios – ali-
mentarse de manera irregular, tanto en frecuencia como en cali-
dad-, irritabilidad, desánimo. Estas manifestaciones, habitualmen-
te se concentran en relación a si realizo o no el consumo de la
sustancia.
•	 Reacción desproporcionada a la crítica social: Nuestro entorno
puede hacer comentarios y plantearnos que cambiemos respecto
a nuestra forma de comportarnos. Estas muchas veces serán eva-
178
Mario Castillo Manzano
luadas como críticas a nuestra persona, frente a lo cual podremos
reaccionar de manera irritable o descalificando a las otras perso-
nas, minimizando las reales consecuencias de lo que hacemos,
reaccionando de manera agresiva, tanto verbal como físicamente.
•	 Pérdida emocional y/o material: En la medida que se avanza en
el consumo problemático de alcohol u otra droga o nos encon-
tramos ya con dependencia, muchas veces podremos tener una
pérdida en nuestras relaciones sociales importantes (conflictos
con los integrantes de nuestra familia, pérdida de amistades, etc.)
Otra forma de graficar esto es que la persona con consumo pro-
blemático o dependiente tiende a relacionarse exclusivamente
con las personas que están en el circuito de consumo. En lo ma-
terial, puede ser que exista un mayor gasto de dinero de lo que
poseemos, vender objetos personales o de nuestra familia, hurtos
menores, etc. Todo esto con el único fin de poder realizar el con-
sumo de alcohol o droga a la cual estamos ligados.
•	 Respuesta física: Habitualmente tendremos una molestia física,
desgano importante, temblor de manos, sudoración excesiva en
las mañanas, en el caso del alcohol; irritabilidad, desgano cuando
no consumimos tabaco; depresión, sensación de angustia, “bajo-
nes”, cuando no se consume cocaína y pasta base; y problemas
de atención, cuando no hay consumo de marihuana. El indica-
dor positivo de nuestro consumo problemático y dependencia,
en algunos casos se manifiesta cuando al ingerir la sustancia nue-
vamente, se logra tener una sensación de disminución de las mo-
lestias antes señaladas. En algunos casos habrá manifestaciones
de pérdida de conciencia o no recordar nuestro comportamiento
bajo el consumo de alcohol u otra droga (“se me apaga la tele”).
En estas manifestaciones, ya la persona se encuentra con un alto
compromiso físico como emocional, respecto al consumo de al-
cohol u otra droga.
Si se manifiesta alguna de estas situaciones descritas, en ti o en amis-
tades, sería beneficioso solicitar una orientación profesional.
¿Qué puedo hacer si yo tengo un consumo problemático o
dependencia?
Un primer gran desafío personal es poder conocerse, ser autocrítico y
poder asumir en mí mismo o reconocer en algún amigo/a, que la for-
ma de comportarse ha ido cambiando y observar que se va limitando
nuestro actuar cotidiano. Algo que podemos hacer es evaluar la mo-
guía de apoyo psicológico para universitarios
179
¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas?
tivación que tenemos frente a la situación de tener un consumo pro-
blemático o dependencia. Esto se puede dimensionar de una manera
estructurada y secuencial, que denominamos “Etapas de Cambio”.
Todos nosotros tenemos formas de hacer las cosas de manera dife-
rente. En la Universidad encontrarás un método para enfrentar las
áreas en las que te estás formando (ciencias, ingeniería, biología,
psicología, medio ambiente, etc), que hará que, de una manera sis-
temática, formal y científica, logres intervenir en la realidad. Pero una
pregunta: ¿cómo es que nosotros cambiamos?, ¿existe una forma
de evaluar la posición en que me encuentro frente a una situación?,
¿cómo poder saber si estoy avanzando? Estas preguntas pueden te-
ner muchas respuestas, desde lo filosófico, hasta lo biológico, pero
deseo invitarte a compartir con unos autores, que nos proponen el
poder evaluar, especialmente en el caso del consumo de alcohol y
drogas, cómo es el proceso de cambio en nosotros, revisar los compo-
nentes de este cambio y saber en qué etapa del ciclo me encuentro.
Estos autores, desde el ámbito del tratamiento de las dependencias
en drogas, aportan el Modelo de las Etapas de Cambio (Prochaska y
Di Clemente, 1983) (1).
Etapas de Cambio
a) 	Pre - contemplación
•	 La persona no quiere cambiar
•	 No se da cuenta (no tiene conciencia) del problema o lo minimiza
•	 Intenta el cambio sólo por presión externa
En esta etapa no se reconoce ni asume el comportamiento de con-
sumo y cómo esto le afecta, la sugerencia es apoyar a la persona
manifestándole que se le estima y que la preocupación que se tiene
sobre él no es para limitarlo o criticarlo. Es muy importante el tener
una actitud de apoyo constante hacia quien lo requiera, pues la
persona, para que pase a otra etapa, muchas veces hará promesas
de cambio (“dejaré de consumir”, “ya no tomaré más”), las que no
se materializarán quizás por un largo período, y es posible que esto
produzca un cansancio y desesperanza en el entorno familiar y de
amistades, pero siempre hay que facilitar que la persona tenga algún
tipo de apoyo para poder cambiar. Algo que facilita el enfrentar esta
etapa es que las amistades o familia, eviten facilitar el consumo y no
lo propicien (no dar alcohol o droga, no dar dinero para adquirirlo,
plantear que se hablará con el/ella cuando no esté bajo los efectos
del alcohol o droga, etc.).
180
Mario Castillo Manzano
b)	 Contemplación
•	 La persona piensa que hay un problema, evidencia daño
•	 Los sujetos pueden permanecer en esta etapa mucho tiempo
•	 Existe un gran gasto de energía en el análisis del problema, aun-
que sin acciones concretas
Cuando estamos en esta etapa, la persona toma conciencia del
problema, pero su sensación es ambivalente: considera y rechaza el
cambio a la vez. Es necesario ayudarle a que se produzca un cambio
en la forma en que evalúa y enfrenta su propia situación. Se puede
facilitar a que identifique los mitos respecto a los consumos (cambio
como proceso interno) y que logre desarrollar buenas razones, para
orientarse hacia la situación de cambio, ponderando los riesgos de no
cambiar (esto se denomina Balance Decisional). Se debe aumentar
la capacidad de la persona para evaluar las situaciones, reforzar los
aspectos positivos del cambio que va a realizar (qué beneficios ten-
drá) y valorizar las capacidades individuales que tiene, promovien-
do la confianza de que todos estos cambios tendrán éxito, debido
al esfuerzo que la persona colocará para el cambio de la conducta
actual (percepción de autoeficacia). Es clave en todo este proceso
poder tener nuevas experiencias, positivas y placenteras, sin repetir
la conducta que se desea cambiar. La persona puede pasar mucho
tiempo en esta etapa, sin producir ningún cambio.
Es importante motivar a la persona que tiene un problema y transmitir-
le que puede abordarlo pues no está solo/a, acá cobran importancia
las redes afectivas cercanas de la persona (familiares, amistades, do-
centes, otras personas significativas). Siempre es adecuado cuando
la persona afirma que desea hacer algo para cambiar su situación,
buscar soluciones concretas y muchas veces es recomendable bus-
car apoyo de especialistas para hacer frente a la situación, quienes
darán apoyo y orientación no sólo a la persona afectada directa-
mente, sino que también a sus familiares y vinculaciones significativas.
c)	 Preparación
•	 Existen tentativas de cambio, pero han resultado infructuosas
•	 Se motiva a buscar ayuda
•	 Se consiguen mejorías, pero sin alcanzar el éxito
En esta etapa muchas veces surgen algunas interrogantes, si se está
haciendo lo correcto, si se podrá cambiar, pues a veces se percibe
que el cambio no es tan rápido o instantáneo. Acá es necesario for-
guía de apoyo psicológico para universitarios
181
¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas?
talecer a la persona, para que considere que está avanzando hacia
su objetivo planteado y es importante que valore positivamente pe-
queños avances y cambios en él (que ha mejorado su presentación
personal, que logra comprarse cosas que antes no podía, etc), y que
a pesar de que perciba que todo es lento, realmente se avanza.
d) Acción / tratamiento
•	 Existen cambios visibles, aunque con un gran gasto de energía y
tiempo
•	 Se da un período “visible” de cambio en el comportamiento
En la etapa de “Acción”, podemos observar que se producen cambios
positivos en relación a la meta que se propuso. ¿Qué puedo hacer en
esta etapa?: Se puede ayudar a que la persona aprenda a fortalecer
las metas que se propuso, que valore las capacidades y habilidades
que tiene para cambiar, aprender a reconocer los riesgos que tiene
él y su entorno, que podría favorecer que vuelva a las situaciones y
conductas que tenía previamente (“recaídas”). También es muy im-
portante el apoyo que recibe la persona de parte de su entorno social.
El disponer de una figura afectiva importante para la persona (familiar,
pareja, amigos, etc.), reforzará su compromiso por el cambio. Se debe
destacar los potenciales de los que dispone la persona, sus habilida-
des y recursos personales para enfrentar las situaciones, además de
ayudarlo a que aprenda a buscar las mejores soluciones. Dentro de
las cosas que se deben fortalecer, está el disponer de redes sociales
formales e informales positivas para su cambio. Muchas veces los cam-
bios personales que se realizan, cuando hablamos de consumos pro-
blemáticos y dependencias, implicarán también alejarse o cambiar los
entornos y personas con quienes se consumía.
e) Mantenimiento
•	 La persona debe mantenerse en abstinencia
•	 Se debe aprender a identificar y utilizar estrategias para evitar re-
caídas
•	 Aprender a desarrollar otras habilidades personales y estrategias
para enfrentar la vida
•	 Fortalecimiento de las redes formales e informales de apoyo
En esta etapa, la persona debe fortalecer sus habilidades personales
para realizar cambios en sus rutinas diarias, fortalecer las actividades
182
Mario Castillo Manzano
que sean diferentes a las que utilizaba cuando consumía alcohol u
otra droga. Acá es relevante el apoyo de los familiares, amistades,
personas con autoridad, para que los cambios realizados permanez-
can en el tiempo. Tener un buen uso del tiempo libre, por medio de
actividades que le agraden y motiven.
¿Existe una forma de consumir alcohol que no me afecte?
No todas las veces que se consuma alcohol, se llegará a tener un
consumo problemático o a una dependencia, pero es importante
poder dimensionar en qué fase puedo estar, cuál es el objetivo de mi
consumo y finalmente tender a buscar un consumo responsable, el
cual no afecte el desarrollo de mi vida estudiantil.
Hay varias etapas que una persona puede transitar desde que no con-
sume alcohol o alguna sustancia hasta que llegue finalmente a tener
un consumo problemático y dependencia. Denominaremos a esto
“consumo no – problemático”, que se grafica en las siguientes etapas:
•	 Experimental: Es el inicio exploratorio del consumo. La persona
probará alcohol u otra sustancia y sentirá que logra una buena
adaptación al grupo, se sentirá integrado y en buen ambiente,
pero posteriormente no necesitará consumir para sentirse adap-
tado. Dejará de consumir alcohol o droga.
•	 Ocasional: Ya se han experimentado los efectos y se busca repe-
tir las sensaciones placenteras que le provoca la sustancia. Con
una frecuencia según se presente la oportunidad de consumo. La
persona al inicio no busca la situación de consumo. No obstante,
si la próxima vez requiere volver a consumir en la misma o mayor
cantidad alcohol u otra sustancia, para tener una sensación de
pertenencia a ese grupo, ya podemos decir que ha iniciado un
camino que podría derivar en consumo problemático.
•	 Habitual: Se busca la situación para el consumo, se puede hacer
en grupo o en solitario, ya se conoce los lugares y formas de ac-
ceso a la compra. Se inicia el hábito. Al comienzo podemos decir
“es para pasarlo bien”… luego: “yo lo controlo”… finalmente no
enfrentando que está “enganchado” y que no puede funcionar
efectivamente en sus relaciones si no hay consumo. También gra-
ficará esta escalada hacia el consumo problemático y la depen-
dencia, el aumentar las cantidades consumidas, para obtener un
estado tan placentero como al inicio (esto se denomina “Toleran-
cia a la sustancia”).
guía de apoyo psicológico para universitarios
183
¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas?
El avance en cada etapa está sujeto a algunas condiciones que de-
bemos considerar:
•	 Edad: Mientras más tardío el inicio del consumo, menor efecto
tendrá en nosotros, pues ya tenemos formas de pasarlo bien, mo-
tivaciones personales, etc. Pero además hay que considerar que
hay procesos de maduración neuro-biológicas que terminan en
nuestro organismo cercano a los 18 años (adolescencia tardía).
Esto hace que si consumo alcohol y drogas antes de esas edades,
se afecte esta maduración.
•	 Sexo: Los tipos de drogas afectan de manera diferente a los hom-
bres que a las mujeres. Por ejemplo, hay diferencias en la metaboli-
zación del alcohol y otras drogas (los efectos duran más tiempo en
las mujeres que en los hombres a iguales cantidades consumidas).
•	 Características de personalidad: Según nuestra forma de ser bus-
caremos el consumo de alcohol u otra droga, para animarnos o
para tranquilizarnos. Puede existir a veces una patología psiquiá-
trica, que se manifiesta veladamente por medio de algún tipo de
consumo de alcohol y drogas.
•	 Tipo de droga consumida: Hay drogas que generan una depen-
dencia física más rápida que otras, es decir, que la persona siente
la necesidad de consumirla, para sentirse bien.
•	 Entorno social: Las leyes y regulaciones que existan, los mitos sobre
el consumo de alcohol y drogas, la valoración social del consumo
(“para hacerse hombre”, “para quitar las penas”, etc). Esto facili-
ta o entorpece el acceso al consumo.
Factores protectores
•	 Tener metas y desafíos personales y grupales trascendentes (ca-
rrera elegida, ayuda a terceros, una creencia o ideología, etc.).
•	 Disponer de un variada gama de actividades, tanto académicas
como sociales, artísticas, deportivas, etc. En la medida que dis-
ponemos de un amplio tipo de actividades, tendremos muchas
posibilidades de tener variadas formas de experiencias gratas.
•	 Organizar el uso del tiempo: Buscar una forma de determinar qué
actividades son las que nos gustan más y determinar un tiempo
específico a cada una de ellas, esto facilitará que logremos hacer
todas aquellas cosas que planificamos y deseamos.
•	 Estar atentos a todos los cambios que tengamos en nuestro áni-
mo, rutinas y formas de relacionarnos.
184
Mario Castillo Manzano
•	 Si aparece alguna manifestación (deseo, apetencia de consu-
mo), que sea un comportamiento que nos produzca riesgo de
volver a consumir, debemos buscar apoyo o ayuda, para poder
evaluar lo que nos sucede.
•	 Eliminar los mitos sobre el consumo de alcohol u otras drogas que
nos exponen a riesgos (“cuando consumo alcohol soy mas socia-
ble”, “me va mejor en los estudios”; “yo controlo lo que tomo”, “a
mí no me va a pasar nada”).
•	 Establecer un consumo responsable: Conocer los efectos del con-
sumo del alcohol en nuestro cuerpo, cómo reaccionamos y con-
trolar la cantidad de alcohol consumida. Acá sugerimos una serie
de conductas para tener un consumo responsable:
•	 Ingerir alimentos antes de ir a un “carrete”.
•	 No mezclar alcoholes (las bebidas alcohólicas tienen diferen-
tes graduaciones de alcohol y esto afectará tu organismo).
•	 Considerar los límites personales, conociendo y respetando la
cantidad de alcohol que puedes ingerir para evitar perder el
control de ti mismo.
•	 Hacer durar el trago consumido. Idealmente que te dure una
hora.
•	 Aprender a decir “no”. Es importante aprender a manejar la
presión social para evitar consumir una mayor cantidad que la
que deseabas.
•	 Evitar conducir vehículos motorizados o caminar solo/a por lu-
gares aislados.
Conclusión
Como hemos expuesto, el consumo problemático de alcohol y/o dro-
gas y las dependencias son situaciones que podemos enfrentar, reco-
nociendo en qué etapa del cambio estamos, buscando apoyo en las
redes sociales que tenemos y procurando tener un estilo de vida más
saludable. También podemos tener un consumo responsable de al-
cohol y que no nos afecte en nuestra vida universitaria, de tal forma,
de no poner en riesgo nuestros más preciados proyectos personales.
Referencias
Lineamientos Técnicos. Tratamiento y rehabilitación de personas con consumo
problemático de drogas. Conace. 2004
185
Desde la experiencia del
consumo de drogas y alcohol
hacia una salud integral
Beatriz Painepán Sandoval
A todos los estudiantes y las estudiantes que buscan
descubrir y despertar sus emociones, habilidades y
aptitudes desde el humo y el alcohol
La libertad propia de la etapa de vida universitaria implica la posibi-
lidad de ejercitarse en la responsabilidad y la autorregulación perso-
nal. Muchos estudiantes desean ingresar a estudiar con las expectati-
vas de aprender, manejar su tiempo, vestirse cada día como quieran,
tener nuevas experiencias y disfrutar el encuentro con nuevos amigos
o amigas…¡disfrutar la libertad!
Esta etapa que implica estudiar y esforzarse por estar más cerca de los
sueños y proyectos de lo que cada uno quiere “llegar a ser”, también
implica un profundo desarrollo interno, es necesario ser capaz de coor-
dinar el descanso con un alto grado de responsabilidad. Se requiere
desarrollar la habilidad de decidir autónomamente en función de lo-
grar las metas académicas y mantener la salud o bienestar personal.
Algunos procesos internos de autocontrol, que para muchas personas
simplemente no se constituyen en un tema de preocupación, para
otras personas pueden implicar un fuerte choque o conflicto por la di-
ficultad de conducir la vida, el propio comportamiento y la voluntad.
Esto se puede observar desde el manejo de los estudios hasta en el
manejo con las drogas y el alcohol. Cuando adviertas este conflicto
en ti, más que desesperar es momento de doblegar el orgullo y bus-
car apoyo para restablecer el bienestar y control que has perdido.
La pérdida del control personal, el daño emocional y/o físico a sí mismo
o a los demás, la exposición a situaciones riesgosas, la disminución del
sentido de responsabilidad o directamente, la evasión de la toma de
decisiones ante la propia realidad, son dificultades que se evidencian
en cualquier tipo de comportamiento dependiente, por ejemplo, en
las adicciones a la comida, al trabajo, a algunas relaciones interper-
Beatriz Painepán Sandoval
186
sonales (a la pareja o los padres) o las dependencias a las drogas y al
alcohol que son las más conocidas y potencialmente muy dañinas por
el rápido deterioro físico y psicológico que provocan en los jóvenes.
El uso del alcohol y las drogas (marihuana, cocaína, pasta base y
otras) en la universidad, la familia o la comunidad es un tema recu-
rrente y un hecho evidente. El consumo es frecuente entre hombres y
mujeres por igual ¿Quién no conoce o ha oído hablar de alguien que
tiene problemas con alguna droga o con el alcohol? No distingue
edad, condición económica o nivel educacional. La línea divisoria
entre lo que puede llamarse uso social u ocasional y consumo perjudi-
cial o dependiente es tenue y, en ocasiones, corresponde a un área
de difícil delimitación.
Argumentos o justificaciones para consumir drogas y/o alcohol du-
rante la época universitaria hay muchos y variados: por probar, por
gusto, por acompañar a los amigos, para ingresar a un grupo y sen-
tirse perteneciente a él, para olvidar por un tiempo las dificultades
familiares o económicas que pueden sentirse muy agobiantes, para
relajarse de las presiones académicas, para consolarse o “pasar la
pena” ante algún fracaso o frustración académica o emocional,
para celebrar algún logro o haber concluido el semestre. Las razones
o argumentos siempre van a existir… o se van a inventar.
Abordaremos esta temática con apoyo de testimonios* de alumnos
de la universidad, quienes generosamente compartieron sus viven-
cias y nos permiten con ellas reflexionar sobre cómo prevenir o adver-
tir los daños del consumo del alcohol y las drogas en jóvenes como
tú. Y también nos permite un cuestionamiento personal o una mirada
crítica del entorno de amigos o compañeros que puedan verse o sen-
tirse identificados con estas experiencias.
La aceptación del consumo personal dañino o problemático es re-
sultado de un proceso, suele surgir en las personas cuando ya han
sufrido pérdidas o conflictos significativos por el consumo excesivo de
drogas y alcohol. En este sentido ya existe una historia larga que con-
tar, donde el “carrete inicial” se ha convertido en una pesadilla con
costos emocionales, económicos, familiares y académicos.
No es fácil que una joven o un joven reconozca que tiene problemas,
ya que ha pasado mucho tiempo en que el alcohol o algunas drogas
han sido los mejores “aliados” o “amigos” en las salidas para enfren-
tar, “hacerse un espacio”, o conocido en los grupos de pares. Parte
del proceso es lograr revisar y destruir la lealtad a este “aliado”. Un
alumno en tratamiento lo explica mejor al señalar:
guía de apoyo psicológico para universitarios
187
Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral
“Cuando uno comienza a consumir drogas, en mi caso mari-
huana, lo primero que harás es informarte de buena fuente de
los efectos positivos y negativos de la sustancia, luego pensarás
que realmente la necesitas y, por último, te darás cuenta que
el efecto gratificante es pasajero y no perdurable en el tiempo.
A menos que consumas cada día, sabiendo que tu cuerpo se
vuelve tolerante y que vas a tener que consumir más dosis o
más fuertes … trayendo consigo más daño. Entonces, al pasar
de los días tu mente comenzará a razonar con el efecto poste-
rior del “thc” (marihuana) que has consumido, y la defenderás,
diciendo que lo que te ocurre es producto de otras cosas…”
Sólo cuando el paciente “toca fondo” pareciera ser que ha llegado
a un punto de avance para el tratamiento, surge una reacción ur-
gente de búsqueda de ayuda o apoyo para explicarse qué está pa-
sando, llegan muchas veces confusos y sin darse cuenta que buscan
un estado de salud y bienestar que han perdido:
“Recuerdo que van ya 17 meses desde que, con nariz rota
y mandíbula desencajada, me acerqué a pedir ayuda. Lle-
vaba años perdiendo cosas y mandando todo a la cresta,
pero esta vez fue diferente ¡Tenía verdaderas ganas de morir!
Y tenía tan sólo dos opciones: o moría realmente (cosa que
borracho hubiera hecho sin problemas) o buscaba mejorar.
Morir era darse por vencido, mejorar era un tremendo desafío.
Sentía que no podía huir sin lograr nada. Tenía tanto adentro
reprimido y que aquietaba bebiendo. Era una bola de nieve.
Soñaba, pero perdía mi tiempo bebiendo. Solo, con extraños,
con compañeros, amigos, da igual. Día tras día. Todos los días.
Mi frecuencia de consumo era alta, pero no se necesitaba tal
frecuencia para tener problemas. Cuando bebes o te drogas
tus pensamientos se hacen soberbios y crees tener razón en
todo. Por otro lado tus temores, luego de la euforia, te inundan
y sigues bebiendo para que eso no pase. Lo peor de todo es
que, si no eres un estúpido, te das cuenta y recuerdas lo que
pensabas, decías y hacías mientras carreteabas y reconoces
lo tonto de toda la situación, pero lo retienes como una anéc-
dota de carrete y finges que fue chistoso, cuando en tu interior
te avergüenzas de ti y de tu actuar, y regresas a casa solo
con una resaca horrible y una sensación de insatisfacción muy
grande cuando justamente buscabas lo contrario”.
La dependencia física y psicológica, comúnmente señalada en la lite-
ratura como signos evidentes de una dependencia, no pasa de ser un
Beatriz Painepán Sandoval
188
término clínico o de diagnóstico de difícil asociación para un joven en
su vivencia personal. Sólo después de un tiempo, cuando ha habido
un recorrido en el tratamiento y la persona vuelve a re-conocerse, re-
cordar cómo era antes en verdad, y sentirse más conectada consigo
misma, emocional y físicamente, puede volver a tomar conciencia de
los estados de su mente y de su cuerpo. Vuelve a tener control sobre
sí mismo en forma gradual.
Con el tiempo, los pacientes logran reconocer lo “raro”, “anormal”
o “falso” que se vuelven ellos mismos con la droga o el alcohol, y lo
oculto o disminuido que se encuentra su verdadera forma de ser o
sentir. La sensación de sentirse como un “personaje” es muy desagra-
dable e insatisfactoria. Un compañero lo refiere así:
“Luego sucede que ya no sabes compartir si no estás puesto,
te sientes incómodo sobrio, “no sabes reírte”. ¡Es increíble! Vas
y bebes y te drogas y llega ese personaje que no eres tú. El
verdadero “TÚ” fue doblegado por el alcohol y la droga. Ya
no eres consciente de ti mismo y así no puedes comunicarte
con los demás. Y la consecuencia es la soledad, la soledad
de espíritu, pues siempre habrá alguien con quien brindar, y
justamente eso es lo que haces para “apagar” esa soledad.
Y así puedes vivir mucho tiempo, en mi caso 12 años”.
Llegar a reconocer la propia debilidad, aceptar que se necesita ayu-
da y pedirla requiere de gran coraje y un profundo ejercicio de humil-
dad. Suele ser el inicio de un viaje complejo, difícil, doloroso y largo.
Pero también implica el retorno a la esperanza de volver a pedir una
oportunidad para reparar los daños provocados (a los demás y a uno
mismo), replantearse las decisiones y proyectos personales, re-encan-
tarse con la propia vida: dedicarse a encontrar y cultivar fuentes de
energía personal y volver a emprender un camino hacia las metas y
sueños anhelados.
En todo caso, los pacientes vivencian los logros y progresos y, gra-
dualmente, esos mismos progresos refuerzan la convicción de seguir
con un tratamiento que puede ser muy largo y, a veces, tedioso. Esto
lo explica mejor un compañero cuando comenta:
“…Lo mejor es tener la mente clara y mantenerte lúcido, así
disfrutas la vida tal como eres tú… en esencia tú, y no la sustan-
cia que llevas en tu cuerpo, que interviene en tu conciencia
sin que te des cuenta. Tomar la decisión de cambiar ha sido la
mejor opción cuando mi mente y mi ánimo me dieron señales
de que algo no andaba bien. Entonces uno se llena de forta-
guía de apoyo psicológico para universitarios
189
Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral
leza con la convicción de que lo haré y lograré, digan lo que
me digan, con el apoyo de los seres que realmente quiero. Yo
era un adicto a la marihuana y tomé la decisión de cambiar,
afronté mi condición y busqué ayuda. Ahora mi cuerpo y mi
mente se sienten de maravilla sin los malos ratos que llegaban
y ocultaba con el humo del cannabis. Mis verdaderos sueños
han vuelto y mis objetivos están claros, he vuelto a establecer-
me, luego que la adicción rompiera todo lo que había concre-
tado. Debo ser cuidadoso, ya que mi mente aún me incita a
fumar y en el ambiente que me rodea siempre existirá la posi-
bilidad. Lo mejor es no darle pensamiento alguno a que podría
hacerlo, lo mejor es decir: “NO, tomé la decisión de dejarla
y no perderé todo el tiempo ganado por una bocanada de
humo que realmente no necesito, ya que no soy una persona
enferma. Las drogas son para las personas enfermas”.
Cada paciente vive su tratamiento de una forma particular, pero con
la sensación común de sentirse ellos mismos, cada vez más reales y
verdaderos. Y eso lo perciben ellos y las personas de su entorno, las
vivencias vuelven a ser más gratificantes, se sienten más queridos y
capaces de querer más, vuelven a encontrar sus virtudes y reconocen
algunos defectos, en suma, vuelven a encontrarse con el ser humano.
Y, nuestro siguiente objetivo es aprender a aceptar que así, como real-
mente son, se enfrentan las alegrías, las penas y desafíos en la vida.
Un estudiante en tratamiento expresa sus contradicciones y sensacio-
nes de la siguiente forma:
“Dar el paso a pedir ayuda, en mi caso no fue fácil ni repenti-
no, intenté controlar la situación un par de veces, sin éxito, cla-
ro, pues esto implica muchas más cosas que la abstinencia. Por
otro lado, tienes que ser valiente, esto no es cómodo ni fácil,
debes sacarte la máscara, el disfraz, y eso es difícil, aprender
a distinguir quien realmente eres e intentar proyectar esa ver-
dad. Cuáles son tus verdaderos principios y convicciones, lim-
pios de los pensamientos de borracho. Esto ha sido muy difícil
para mí, pero de a poco lo logras y te sientes fuerte, tranquilo.
En la U desde el primer momento se mostraron con buena dis-
posición y me brindaron su ayuda. Todos. Sin nombres, desde
las secretarias hasta los profesionales del área: psicóloga, psi-
quiatra, enfermera, docentes. Les debo mucho.
No soy de sermones, sólo te cuento, muy brevemente, mi ex-
periencia. Anímate. Encontrarás cosas que ni te imaginas en ti
y en tu relación con los demás. ¡Sé valiente!”
Beatriz Painepán Sandoval
190
En este punto es cuando las historias terminan con un esperado final
feliz, pero lo siento, aún no es así, los comentarios compartidos son
de alumnos y compañeros que se encuentran en tratamiento ac-
tualmente, esperamos que pronto ya no requieran este apoyo, y sólo
guarden este periodo crítico de sus vidas como una experiencia de
aprendizaje que les sirvió para conocerse y ser mejores.
Los resultados de los tratamientos a las distintas adicciones son diver-
sos, se esperan recaídas o periodos de confusión. Pero más allá de
los estudios al respecto toda intervención puede ser potencialmente
fructífera, siendo el factor decisivo para el éxito la búsqueda, el com-
promiso y la perseverancia de las personas que buscan la ayuda.
La Universidad, junto con desarrollar planes y programas dirigidos a lo-
grar una formación académica de excelencia en su alumnado, tam-
bién debe llegar a ser para el estudiante un ámbito donde generar
y practicar hábitos de vida dirigidos a mantener y promover su salud
integral. Entendido en el sentido más profundo del término.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Consti-
tución de 1946 (en www.who.int/en ), define la salud como el estado
de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausen-
cia de afecciones o enfermedades. La salud implica, por tanto, que
todas las necesidades fundamentales de las personas estén resguar-
dadas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. En ese
sentido, el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es
uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción
de raza, religión, ideología política o condición económica o social.
En la medida que dicha salud se encuentre amenazada por prácticas
o comportamientos que atenten al equilibrio y bienestar general, cada
persona, joven o adulta, debiera ser responsable de desarrollar accio-
nes o estrategias que apunten a restablecer su estado de salud inte-
gral. Es decir, en el ámbito universitario, todos los estudiantes por igual,
están llamados y tienen la posibilidad de alcanzar un grado “summa
cum laude*” en relación a la mantención de su estado de salud per-
sonal.
Los mayores agradecimientos a los pacientes por
el generoso aporte de sus testimonios y la valentía
de seguir enfrentando sus tratamientos.
* Con distinción máxima, con honores.
191
Reflexiones sobre la promoción del
consumo responsable de alcohol
y otras drogas en un contexto
universitario
Walter Kühne Covarrubias1
Con motivo de la aprobación de la Política de Prevención del Con-
sumo de Drogas y Alcohol en la Universidad de Santiago de Chile el
23 de junio de 2010 por el Consejo Académico, deseo hacer algunos
comentarios sobre esta problemática en una institución de educa-
ción superior.
En una primera parte me referiré a aspectos administrativos y organi-
zativos referente a las políticas, comentando nuestra experiencia en
el camino de elaborar políticas que pueden ser de utilidad para otras
instituciones. Luego me referiré al problema de fondo, el sentido del
consumo de alcohol y otras drogas en universitarios.
La confección de las políticas
Este año es particularmente relevante, pues culmina una etapa de
mucho trabajo por parte de funcionarios y alumnos durante casi dos
años. Con la aprobación de esta política se cumple la primera parte
de un compromiso asumido por el Rector, doctor Juan Manuel Zo-
lezzi Cid, el año 2007, al firmar dos convenios con el Consejo Nacional
para el Control de Estupefacientes (Conace) para la prevención del
consumo de alcohol y drogas en funcionarios y alumnos.
•	 Protocolo de Colaboración para la implementación del Progra-
ma uso de drogas en el trabajo y familia, denominado “Trabajar
con Calidad de Vida”, firmado el 02 de noviembre del año 2007.
•	 Protocolo de Colaboración Consorcio Universidades del Estado y
CONACE, denominado “Estudiar con Calidad de Vida”, firmado
el 08 de noviembre del año 2007.
1
	 Adaptado del discurso de inauguración de la “2ª FERIA DE CALIDAD DE
VIDA USACH”, 17 de noviembre de 2010.
192
Walter Kühne Covarrubias
Producto de estos acuerdos, durante el año 2008 se conformó un
equipo de trabajo denominado “Equipo Preventivo Coordinador”,
cuyo objetivo central ha sido generar las acciones necesarias al inte-
rior de la Universidad, para la elaboración y aprobación de la Política
Institucional de Prevención de Consumo, dirigido tanto a estudiantes,
funcionarios y académicos. Una de las primeras decisiones tomadas
por el Equipo Preventivo fue la de trabajar por una política para la
comunidad universitaria en su conjunto, considerando a todos los es-
tamentos. De este modo, el programa se ha denominado “Estudiar y
trabajar con calidad de vida”.
Paralelamente, en el Consejo Académico se creó la Comisión Gran
Acuerdo para la Convivencia, presidida por la Dra. Elsa Rugiero. Esta
comisión trabajó coordinadamente con el Equipo Preventivo. Tam-
bién se contó con la asesoría y colaboración de los equipos de Co-
nace Laboral y de Conace Metropolitano.
De esta forma, para confeccionar las políticas se requirió en primera
instancia, durante el año 2009, la realización de un diagnóstico ins-
titucional. Se debió sensibilizar y comprometer a las autoridades al
trabajo preventivo, de modo de movilizar recursos y facilitar el acceso
a la muestra. En mayo del año 2009, se realizó la aplicación de las
encuestas “Estudiar y Trabajar con Calidad de Vida”, a un total de
3.753 estudiantes y 780 funcionarios y académicos. En diciembre del
año 2009, se elaboró el diagnóstico institucional, en estudiantes, fun-
cionarios y académicos.
Los resultados del diagnóstico fueron difundidos en la comunidad
universitaria a través de la primera “Feria de Calidad de Vida” el 17
de noviembre del 2009 y en presentaciones en distintos Consejos de
Facultad.
Por otro lado, con la colaboración de Conace, se realizaron talleres
de análisis de los resultados y se trabajó en delinear las políticas. Se
entregó una propuesta a la Comisión del Consejo Académico, la que
estuvo a cargo de la confección final de la política, que finalmente
fue aprobada el segundo semestre de 2010.
El objetivo general de la presente Política es: “Favorecer un entor-
no laboral y educacional protector de las personas que trabajan/
estudian en la Universidad de Santiago, que permita disminuir la vul-
nerabilidad de los/as funcionarios/as y estudiantes, y sus familias de
los riesgos y consecuencias del uso problemático de drogas lícitas e
ilícitas, a través del desarrollo de estrategias preventivas, asistenciales
y de regulación normativa, orientadas a promocionar la calidad de
guía de apoyo psicológico para universitarios
193
Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable
vida, la protección de la salud y estilos de vida saludables, así como
a la generación de condiciones laborales y organizativas pertinentes
a la gestión y fines organizacionales”.
Dicha política contiene acciones de Prevención y Rehabilitación,
para estudiantes, funcionarios y académicos.
Sin embargo, el trabajo no finaliza con la aprobación de la política.
En el pasado se han realizado en la Usach múltiples acciones preven-
tivas, positivas todas ellas, pero que no han perdurado. Contar con
una política obliga a la institución a realizar un trabajo mantenido en
el tiempo, integrado y a evaluar su impacto periódicamente.
La política aprobada no será suficiente, será letra muerta, si no se
traduce en planes de acción concretos. Esto requiere diversos frentes
de acción. Por parte del Equipo Preventivo, el Departamento de Pro-
moción de la Salud Psicológica y el Servicio de Bienestar del Personal,
la labor es educar, promover la vida saludable y tratar o derivar a
tratamiento especializado a quien lo requiera.
Por otro lado, se ha de definir qué unidad realizará la labor fiscalizado-
ra en el campus para controlar el tráfico y el consumo no autorizado.
Pues la política no prohíbe el consumo de alcohol en el campus, lo re-
gula. Se ha de establecer dónde, cuándo, por qué motivos y de qué
manera se autorizará el consumo de alcohol. Pero no puede haber
consumo no autorizado.
Es decir, debe haber instancias, unidades que cumplan una función
educadora: el ejercicio de la libertad con responsabilidad. Y debe
haber otra unidad o unidades que cumplan la función del control,
para evitar los excesos del libertinaje. Esto requiere recursos, requiere
definir responsables con horas de dedicación, que tengan entre sus
obligaciones hacerse cargo de estas funciones.
Valgan estas consideraciones para el análisis de lo más pragmático
referido a las políticas. Pasemos ahora al problema de fondo, el sen-
tido del consumo.
El problema de los universitarios y las drogas
A continuación me gustaría compartir algunas reflexiones persona-
les sobre el tema del consumo de alcohol y otras drogas en nuestro
campus.
En general, estamos todos de acuerdo en que el consumo en el cam-
pus es un problema. Hasta hay muchos estudiantes de acuerdo en
194
Walter Kühne Covarrubias
eso, 41% de ellos manifestó en el diagnóstico que no debiera consu-
mirse alcohol en la universidad.
Pero ¿cuál es el problema del consumo?, ¿es el problema simplemen-
te el desorden?, ¿la vergonzosa imagen que en ocasiones proyecta-
mos como universidad?, ¿la preocupación es REALMENTE evitar las
adicciones y el consumo problemático o es simplemente que “el ca-
rrete” no moleste?, ¿que los alumnos “no metan ruido”?
Porque, de ser así, simplemente deberíamos prohibirlo. No se puede
carretear más en la Universidad y se acabó el problema. No gaste-
mos tiempo y esfuerzos en hacer diagnósticos, políticas ni ferias de
calidad de vida. Simplemente habría que contratar más guardias.
Espero que nadie se entusiasme mucho con esta idea, pues no creo
que sea la solución. La Universidad no está para prohibir (aunque sí
hay que controlar y regular), está para educar, para formar. Nosotros
debemos estar REALMENTE comprometidos en la formación integral
como universidad.
El problema del alcohol y las drogas NO ES que los estudiantes con-
suman. El problema del consumo de alcohol y drogas es que se ha
pervertido su sentido. El problema del consumo radica en su forma
hedonista y nihilista. Lo que Patricia Pallavicini en su estudio cualita-
tivo de 2007 llamó “carrete sin sentido”. El problema de las drogas y
el alcohol es su consumo mecánico, es su consumo para “borrarse”.
Como Universidad debemos trabajar por el aumento del conocimien-
to y la conciencia de las personas, no por la pérdida de la concien-
cia. No por el embotamiento de la razón como modo de evasión.
Pensemos que el problema de las adicciones no es sólo las drogas y
el alcohol, es mucho más amplio. Igualmente perniciosas pueden ser
otras adicciones que no generan la misma preocupación pública,
tales como el juego patológico, las compras impulsivas, internet, la
pornografía, los juegos de videos, relaciones amorosas tóxicas, etc.
La adicción como pérdida de conciencia y de la capacidad de
elegir, es el problema. En el caso de las drogas y el alcohol nuestro
mayor deber no es prohibir, es educar. Como me señalaba Camilo
Ballesteros, actual presidente de la Federación de Estudiantes de la
Usach, antes que hablar de “prevenir el consumo” debemos hablar
de “consumo responsable”. En una presentación que hicimos con
Daniela Díaz en el Consejo de Facultad de la Facultad de Adminis-
tración y Economía, presentando los resultados del diagnóstico, un
directivo nos preguntó “¿Y cuál es el consumo responsable de pasta
base”? En mi opinión, CERO. No entendamos que el consumo respon-
guía de apoyo psicológico para universitarios
195
Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable
sable es que se puede consumir, no es una autorización. Consumo
responsable es tomar decisiones responsables sobre lo que se puede
o no consumir para llevar una vida plena.
De similar manera hay que evitar el error contrario. Es un ridículo pen-
sar que lo responsable es que todos nos convirtamos en abstemios,
que no existan las drogas ni el alcohol. Drogas han existido en todo
tiempo y cultura. Con distintos usos y sentidos.
Droga se ha convertido en una palabra con connotaciones negati-
vas. Sin embargo, en las prácticas chamánicas el uso de drogas aluci-
nógenas se efectuaba para el aumento de la conciencia. Se usaban
como herramientas para acceder a un conocimiento distinto de la
realidad. ¿Por qué esas prácticas ancestrales ligadas a una búsque-
da de conocimiento están hoy prohibidas?
¿Debe estar prohibido el uso de ayahuasca o peyote en ceremonias
de culturas con orígenes precolombinos? Personalmente creo que
no. Deben regularse, pero no debieran prohibirse sustancias que, bien
usadas, pueden tener un valor medicinal y de autoconocimiento.
Por lo demás, tal como señala Pérez Franco (2001), las drogas ilegales
NO SON un problema de Salud Pública, “las únicas sustancias que
presentan un claro problema de salud pública son el alcohol y el ta-
baco” (página 41). Este autor señala que el problema social real es la
criminalidad asociada que se deriva de la prohibición.
Quizás algunos de estos planteamientos pueden parecer polémicos.
Es necesario debatir al respecto, como universidad debemos plantear
preguntas para la sociedad y no meramente reproducir juicios y prejui-
cios. Debemos generar conocimiento y propuestas para la sociedad.
Debemos cuestionarnos, ¿por qué es ilegal la marihuana en tanto el
alcohol y el cigarrillo son legales? Si la lógica de la prohibición es el
bien común y la salud pública, ¿cómo se explica que el cigarrillo sea
legal?
En general, ante las drogas, legales e ilegales:
	 ¿Por qué se consume?
	 ¿Para qué se consume?
	 ¿Qué se consume?
	 ¿Cómo, cuándo se consume?
Propongo que no nos limitemos a aplicar normativas de modo me-
cánico, generemos normativas, regulemos, prohibamos incluso (por
ejemplo el tráfico), pero, por sobre todo, eduquemos, formemos y for-
196
Walter Kühne Covarrubias
mémonos. Hagamos un análisis crítico, sin prejuicios, o poniendo los
prejuicios en tela de juicio. Aumentemos nuestra conciencia. Seamos
responsables y aumentemos la conciencia de nuestro compañero,
de nuestros estudiantes, de nuestros docentes.
No queremos “niños que se porten bien”, queremos estudiantes cons-
cientes de sus vidas, de sus proyectos, que tomen decisiones respon-
sables (sea esto consumir o no).
Busquemos una vida plena de sentido, autoconsciente, para nosotros
mismos y para los demás. Si todos estuviéramos preocupados, com-
prometidos realmente por la realización personal, el consumo de al-
cohol y drogas no sería un problema.
Referencias
Castaneda, C. (1994), Las Enseñanzas de Don Juan, Fondo de Cultura Econó-
mica.
Pallavicini, P. (2007), Informe Representaciones sociales sobre el consumo de
alcohol y drogas en universitarios, Universidad de Santiago de Chile.
Pérez Franco, J. (2001), Drogas ilegales en Chile: los fundamentos de un pseudo-
problema, Psiquiatría y Salud Mental, XVIII, No. 2, 41-48.
197
Los autores
Walter Kühne Covarrubias
Director del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la
Universidad de Santiago de Chile
Psicólogo Clínico, Universidad de Chile
Magíster en Psicología Clínica, Universidad de Santiago de Chile
Director Asociado Revista Terapia Psicológica
www.kuhne.cl - walter.kuhne@usach.cl
Patricia Pérez Marinkovic
Coordinadora del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la
Universidad de Santiago de Chile
Docente Universitaria
Psicóloga Clínica, Universidad Internacional Sek
Diplomado en Especialización en Psicología Clínica Método Existencial
Transpersonal, Pontificia Universidad Católica de Chile
Postítulo en Psicoterapia Transpersonal. Instituto de Expansión de la Conciencia
Humana
www.sentidodevida.cl - patricia.perez@usach.cl
Beatriz Painepán Sandoval
Psicóloga Educacional, Pontificia Universidad Católica
Magíster © Psicología Educacional, Pontificia Universidad Católica
Experticie en Drogodependencias de la Universidad Complutense de Madrid,
Diplomado en “Desarrollo Personal. Gestión de Sí Mismo”, Universidad Alberto
Hurtado
beatriz.painepan@usach.cl
Angélica Larraín Huerta
Directora Escuela de Obstetricia y Puericultura, Universidad de Santiago de Chile.
Matrona, Universidad de Tarapacá
Licenciada en Educación, Universidad Central
Magíster en Salud Pública, mención Epidemiología, Universidad de Tarapacá
Jefa de proyecto “MUSA” Universidad de Santiago de Chile.
Diplomada en Metodología de la Investigación Científica, aplicada a la Salud
y Salud Sexual y Reproductiva, Universidad de Santiago de Chile
Diplomada en Medicina Tradicional China, Universidad de Santiago de Chile
angelica.larrain@usach.cl
Patricia Gallero Pardo
Psicóloga Clínica, Universidad de Chile
Entrenamiento en Psicoterapia Sistémica Estratégica con Ps. Ximena Plubins
Supervisora de prácticas Departamento de Promoción de la Salud Psicológica,
Universidad de Santiago de Chile
patricia.gallero@usach.cl
Mónica López Hernando
Psicóloga Clínica, Universidad de Santiago de Chile
Terapeuta Familiar y de Pareja, Instituto Chileno de Terapia Familiar
Diplomada en Psicología Positiva, Instituto Chileno de Inteligencia Emocional.
Acreditada como psicoterapeuta por la Comisión Nacional de Acreditación
de Psicólogos Clínicos
Miembro del Directorio 2009-2010 de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica
www.sanarte.cl - monica.lopez@usach.cl
198
Autores
Romina Ubilla Corrales
Psicóloga, Universidad de Santiago de Chile
Integrante del equipo de atención del Departamento de Promoción de la
Salud Psicológica, Universidad de Santiago de Chile.
romi.ubilla@gmail.com
Claudio Pizarro Hidalgo
Psicólogo Clínico, Universidad de Chile
Ph.D. en Counseling Psychology, Universidad de Iowa, U.S.A.
Diplomado en Gestión de Instituciones de Educación Superior, Pontificia Uni-
versidad Católica de Chile
Profesor de planta de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago
de Chile (docencia de pre y post grado)
Miembro del Directorio de World Experience (fundación sin fines de lucro que
promueve el intercambio de estudiantes secundarios entre Chile y Estados
Unidos)
claudio.pizarro@usach.cl
Verónica Vásquez Rauch
Psicóloga Clínica, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Postítulo en ‘Teoría y Técnica de la Dirección Psicodramática en Grupos’. Cen-
tro de Estudios de Psicodrama de Chile.
Encargada Área de Terapia de Grupo.
veronica.vasquez@usach.cl
Héctor Rodríguez Moya
Profesor de Estado en Química, Universidad de Chile
Técnico en Prevención y Rehabilitación de Personas con Dependencia a
Drogas, Universidad de Santiago de Chile
Magíster en Ciencias, Universidad de Santiago de Chile
Consejero Académico Estudiantil, Universidad de Santiago de Chile
dps@usach.cl
Omar Matus Pérez
Psicólogo Organizacional, Universidad del Mar
Docente Universitario, especialista en Coaching e Inserción laboral
Diplomado en Administración y Dirección de Recursos Humanos, Universidad
de Santiago de Chile
Magíster © Administración y Dirección de Recursos Humanos, Universidad de
Santiago de Chile
omar.matus@usach.cl
Mario Castillo Manzano
Psicólogo Clínico
Magíster Salud Publica © Universidad de Chile.
Maestría en Drogodependencia © Universidad Miguel Hernández.
Diplomado Sexualidad Humana. Universidad de Concepción.
Diplomado Psicoterapia Gestáltica Integrativa. Universidad de Concepción.
Diplomado Gestión en Instituciones de Salud. Universidad de Chile.
Diploma Desarrollo Organizacional. Universidad de Chile.
Psicólogo, Encargado de Prevención de Consumo de Alcohol y Drogas. De-
partamento de Promoción de la Salud Psicológica. Universidad de Santiago
de Chile.
mario.castillo.m@usach.cl
www.dps.usach.cl
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Ayuda para universitarios

  • 3. Segunda Edición Ampliada Walter Kühne Covarrubias • Patricia Pérez Marinkovic (Editores) • Patricia Gallero Pardo • Mónica López Hernando • Omar Matus Pérez • Beatriz Painepán Sandoval • Claudio Pizarro Hidalgo • Héctor Rodríguez Moya • Romina Ubilla Corrales • Angélica Larraín Huerta • Mario Castillo Manzano • Verónica Vásquez Rauch Guía de Apoyo Psicológico para Universitarios Formación Integral y Autocuidado
  • 4. 2011 • Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil, Universidad de Santiago de Chile Ecuador 3555, Estación Central, Santiago Teléfono: 718 2525 E-mail: walter.kuhne@usach.cl y/o dps@usach.cl Página web: www.dps.usach.cl Registro de Propiedad Intelectual N° 199.679 ISBN: 978-956-303-112-6 Fotografía de Portada Karina Severín del Canto severinkarina@gmail.com www.flickr.com/photos/karinaseverin Fotografías contraportada y solapas Dirección General de Comunicaciones y Asuntos Públicos de la Universidad de Santiago de Chile Diseño de Portada María Rosa Rastello rositarastello@hotmail.com Diagramación e impresión Gráfica Metropolitana contacto@graficametropolitana.cl www.graficametropolitana.cl Tiraje 4.200 ejemplares Los derechos intelectuales pertenecen a la Universidad de Santiago de Chile. El presente texto puede ser reproducido en otros medios sin necesidad de pedir autorización, sólo es requisito citar la fuente original. Guía de apoyo psicológico para universitarios: formación integral y autocuidado / Walter Kühne Covarrubias, Patricia Pérez Marinkovic (editores); Beatriz Painepán Sandoval [et al.] – 2ª. ed. ampliada – Santiago: Universidad de Santiago de Chile, Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil, 2011. 200 p.; 21x13,5 cm. ISBN 978-956-303-112-6 1.-Estudiantes universitarios-Aspectos psicológicos-Chile. 2.-Orientación estudiantil en educación superior-Chile. I.- Kühne Covarrubias, Walter, ed. II.- Pérez Marinkovic, Patricia, ed. III.- Painepán Sandoval, Beatriz. CDD 378.190983
  • 5. 5 Índice Prólogo................................................................................................. 7 Introducción a la Segunda Edición............................................ 9 Adaptación a la vida universitaria Beatriz Painepán Sandoval................................................................. 13 Hablemos de sexualidad Angélica Larraín Huerta...................................................................... 21 Sexualidad: vivencia e integración Patricia Gallero Pardo......................................................................... 27 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja Mónica López Hernando.................................................................... 33 Ansiedad ante el rendimiento Patricia Gallero Pardo......................................................................... 47 Estrategias y hábitos de estudio Beatriz Painepán Sandoval................................................................. 57 Herramientas para incrementar la autoestima: fortaleciendo el amor hacia mí Romina Ubilla Corrales........................................................................ 67 Ni sumiso ni agresivo, sino asertivo: cómo ser franco, directo y justo en la interacción interpersonal difícil Claudio Pizarro Hidalgo....................................................................... 75 Motivación y elección de la carrera universitaria Patricia Pérez Marinkovic.................................................................... 85
  • 6. 6 Llegar a ser todo lo que se puede llegar a ser: el desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos Verónica Vásquez Rauch................................................................... 95 Manejo del pánico Walter Kühne Covarrubias................................................................. 105 Depresión: no puedo dejar de estar triste Patricia Pérez Marinkovic................................................................... 117 Aprendiendo a ser feliz Mónica López Hernando................................................................... 125 ¿De dónde venimos?, ¿Quiénes somos?, ¿Hacia dónde vamos?: Reflexiones de un consejero académico Héctor Rodríguez Moya..................................................................... 143 Estrategias para una entrevista laboral exitosa: Para universitarios en su último año de carrera Omar Matus Pérez.............................................................................. 153 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos Héctor Rodríguez Moya..................................................................... 163 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? Mario Castillo Manzano..................................................................... 175 Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral Beatriz Painepán Sandoval................................................................ 185 Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable de alcohol y otras drogas en un contexto universitario Walter Kühne Covarrubias................................................................. 191 Los autores......................................................................................... 197
  • 7. 7 Prólogo Tú, que tienes este libro en tus manos, has ingresado a la Universidad de Santiago de Chile con la máxima aspiración de convertirte en un profesional. Para ello, sorteaste numerosas vallas que durante años ocuparon parte de tus pensamientos: descubrir tu vocación, rendir académicamente y lograr buenas notas en la enseñanza media. Más tarde vino la PSU y, ¡felicitaciones!, ya eres un integrante más de esta Universidad que tiene 161 años de tradición y que te acoge social- mente responsable, como institución estatal y pública al servicio de la Nación y sus habitantes. Los primeros días de vida universitaria son una mezcla de diversas sensaciones: desde el merecido orgullo por haber logrado esta im- portante meta, el miedo ante lo desconocido y la nostalgia por los compañeros con que compartieron durante años. Es probable que, al pasar los meses, surjan sensaciones que podrían preocuparte y hacerte decaer anímicamente: las dudas vocacio- nales (¿será ésta, realmente, la carrera que creía me gustaba?); el mal rendimiento académico (¿por qué me saqué esta nota yo, que siempre tuve seis y siete en el colegio?); la falta de tiempo (no seré capaz de rendir, no me alcanza el tiempo); la nostalgia por la familia y los amigos, especialmente si eres de regiones (¡me siento tan solo!). Y suma y sigue. El proceso de adaptación a la vida universitaria no es fácil, y así lo experimentamos todos los que hemos pasado por ella. Habrá miles de dudas, preguntas, pocas respuestas y el camino parecerá hacerse cada vez más angosto, empinado y difícil. Está claro que no todos los estudiantes son iguales, porque cada uno posee su rica individualidad. Por lo mismo, hay algunos más fuertes para enfrentar las dificultades, y otros más débiles.
  • 8. 8 Prólogo Ante esta realidad, la Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil tiene asumida una sola gran misión: apoyar a los estudiantes para permitirles una estancia enriquecedora y plena. Sí, reconocemos que pueden venir angustias, pánico, depresión, pro- blemas vocacionales, interpersonales, etc. Pero hay que tener claro que miles más pasaron por lo mismo y, con ayuda, sortearon los pro- blemas. No son los primeros, ni tampoco serán los últimos. Nada de lo que ex- perimenten será nuevo para nosotros. Estamos preparados para en- tregar las herramientas necesarias para vencer cada obstáculo. Sólo necesitan acercarse a las Unidades y Departamentos encargados de apoyarlos. En este caso, el Departamento de Promoción de la Salud Psicológica. Estimados jóvenes: Ustedes y sus familias confiaron en nosotros para convertirlos en exce- lentes profesionales, y lo haremos. Sin embargo, el desafío nuestro va más allá. Nos interesan los estu- diantes como personas integrales. Una sociedad crece y se enrique- ce cuando quienes la construyen a diario aportan sus conocimientos, pero también sus sentimientos, aspiraciones y su potencial interno. Por este motivo es que estamos preparados para ofrecerles todo el apoyo de salud tanto física como mental, espacios de recreación deportiva, artística y cultural. Estamos convencidos que cuando cre- cen y vibran con la belleza que los rodea, cuando son capaces de establecer amistades duraderas, cuando son capaces de levantarse luego de caer, se harán cada vez más fuertes y mejores personas. En las siguientes páginas encontrarán muchos caminos y herramien- tas para vencer los desafíos que trae la vida universitaria. Recuerden que nadie alcanza el éxito al primer intento. Sólo los tro- piezos fortalecen. Para apoyarlos en este camino que inician, estamos nosotros. Mucha suerte y éxito. Manuel Arrieta Sanhueza Vicerrector de Gestión y Desarrollo Estudiantil Universidad de Santiago de Chile
  • 9. 9 Introducción a la Segunda Edición Contar con una segunda edición de este libro de autoayuda para universitarios, nos llena de satisfacción como equipo de profesionales del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la Univer- sidad de Santiago de Chile. Cuando escribimos la primera edición, teníamos la certeza de que podía constituirse en un apoyo para cientos de estudiantes que ingre- san año a año a la educación superior en nuestro país. Sin embargo, para todo nuestro equipo fue una grata sorpresa la excelente recep- ción con la que contó el libro desde su publicación, ya que superó todas nuestras expectativas. Desde entonces, nos han solicitado el libro como material de apoyo en diversas instituciones, tales como colegios, institutos y universidades. Nos han manifestado que nuestro libro se ha constituido en un aporte para estudiantes que ingresan a la educación superior, para quienes ingresarán próximamente e, incluso, para los padres de estos jóvenes. En la primera edición presentamos los temas más relevantes dada su frecuencia en las consultas psicológicas de los universitarios. Sin em- bargo, siempre quedan temas relevantes sin ser abordados por pro- blemas de espacio, principalmente. Ahora, a través de esta segunda edición ampliada incorporamos nuevas temáticas vinculadas funda- mentalmente a la temática del autocuidado y a la responsabilidad personal en la conducción del proyecto de vida estudiantil. Por lo que los lectores encontrarán en esta nueva edición los mismos con- tenidos de la primera versión complementados con nuevos capítulos. En esta etapa, existen diversos aspectos del desarrollo psíquico que se movilizan de forma paralela, por lo que el adolescente no sólo se plantea la elección de una carrera que otorgue forma y curso a sus
  • 10. 10 talentos y a la manera en que aportará a la sociedad y se realizará él mismo, sino que también toman cuerpo otros aspectos, tales como la vivencia de la sexualidad, la intensificación de la convivencia a tra- vés de redes sociales y, muchas veces, la exploración de la diversión a través del alcohol y las drogas. El protagonismo de estos temas se intensifica fuertemente en esta etapa de la vida, implicando la necesidad de aumento de la res- ponsabilidad personal y del hacerse cargo de manera autónoma del autocuidado de cada uno. Para muchos jóvenes, ingresar a la universidad es sinónimo de mayor libertad, ya que queda en el pasado el sistema escolar en el cual ge- neralmente los límites han estado impuestos desde el exterior. No obs- tante, lo que ocurre en la etapa universitaria es simplemente que el foco del control cambia manifiestamente desde el exterior al interior. Es decir, es el mismo joven quien debe fijar los límites de su conducta, autorregularse. Este cambio implica necesariamente el desarrollo de la capacidad de manejar la propia libertad, establecer límites perso- nales y definir la forma en que cada uno se enfrentará a esta nueva experiencia de vida, disfrutando de la oportunidad de poder cons- truir el sueño que tiene para sí mismo y procurando evitar riesgos que puedan poner en jaque la estabilidad emocional y el proyecto plan- teado. Es decir, esta mayor libertad implica, sin excepción alguna, un aumento en el nivel de responsabilidad personal. Hablar de responsabilidad a los jóvenes suele sonar árido, pues evoca discursos “adultos” y sin mucho sentido para quienes desean disfru- tar de la libertad de esta nueva etapa. Sin embargo, aclaremos un poco a qué nos referimos al hablar de responsabilidad. No hacemos referencia meramente al cumplimiento de normas externas. Sin ex- cluir la necesidad de atender a las normas sociales, nos referimos a la responsabilidad personal. Es decir, a la responsabilidad que cada uno tiene para consigo mismo. Uds. han tomado una decisión inmen- samente importante al escoger una carrera, la elección vocacional definirá sus vidas. Es una determinación que debe ser hecha con enorme responsabilidad. Es decir, con autoconocimiento y con un proyecto de vida medianamente claro, saber quién soy y qué vida quiero para mí a futuro. Pero la responsabilidad para con Uds. mismos no se agota en la elec- ción vocacional. Ahora vienen años de estudio donde el esfuerzo y la diversión deberán ser regulados para lograr las metas personales. Introducción
  • 11. guía de apoyo psicológico para universitarios 11 Es decir, la responsabilidad personal es tomar cada día las decisiones adecuadas para lograr realizar tu vocación y avanzar en tu proyecto de vida. Esperamos que los capítulos de este libro te ayuden en esta empresa. No haremos referencia a los capítulos que están incluidos en la prime- ra edición, pues se comentan en la introducción a la primera edición que puedes encontrar unas páginas más adelante. Les invitamos de manera especial a la lectura y reflexión de los nuevos capítulos: “Hablemos de sexualidad”: en éste se entregan orientaciones y res- puestas a algunas de las interrogantes más frecuentes en los jóvenes en edad universitaria, poniendo énfasis en el acceso a la información que permita la salud sexual evitando riesgos en esa área. “Sexualidad, vivencia e integración”: se entregan herramientas psico- lógicas para facilitar la reflexión acerca de la vivencia emocional de la sexualidad y las principales interrogantes respecto a ese ámbito. “Llegar a ser todo lo que se puede llegar a ser, el desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos”: se plantea la importancia de permitirse explorar la espontaneidad y la creatividad para la manifes- tación de una vida psíquica saludable, conectada con el entusiasmo y con el compromiso con la propia existencia. En este contexto, el permitirse la exploración del trabajo en grupos de desarrollo personal y grupos terapéuticos en nuestra universidad o en otras instancias, es una excelente oportunidad de ampliar el repertorio personal de con- ductas, vivencias, emociones y formas de pensamientos. “¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas?”: se entrega información concreta acerca de las dis- tintas etapas del consumo, desde que se inicia hasta que ya es pro- blemático. Desde esa perspectiva, también se especifican las etapas asociadas al cambio y cuándo se requiere intervención a través de un tratamiento. Se delinean sugerencias y consejos tanto para quien pudiese vivir de manera personal el problema, como para quienes pudiesen observar el problema en otro. Se entregan, además, algu- nos consejos prácticos para pasarlo bien, sin exponerse a riesgos. “Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral”: aborda la experiencia terapéutica y los testimonios de alumnos tratados en psicoterapia por consumo problemático de drogas y alcohol. “Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable de alcohol y otras drogas en un contexto universitario”: analiza lo que. implica el
  • 12. 12 consumo de estas sustancias en los universitarios, ya que como equi- po de profesionales del área de la psicología, nos resulta imposible no plantearnos preguntas acerca de esta problemática actual y el senti- do que representa para los jóvenes y para el resto de la sociedad. Sin duda, es un ámbito que requiere de análisis y debate en torno a esta compleja problemática. Los invitamos cordialmente a leer esta nueva edición, esperamos les sea de utilidad. Sabemos que hay más temas que podrían incluirse, pero el espacio no nos permite incluirlos todos. Sin embargo, estos y otros temas los abordamos en textos que se publican en nuestra página web www.dps.usach.cl. Los invitamos cordialmente a visitarla. Agradecemos todo el apoyo que se nos ha brindado para que una vez más este libro pueda manifestarse e ir a cumplir con su misión en las cientos de manos de nuestros queridos universitarios. Muy espe- cialmente, agradecemos el apoyo de Manuel Arrieta a esta y tantas otras iniciativas. Un saludo afectuoso a nombre de todo el equipo del DPS y nuestros sinceros deseos de éxito en esta nueva etapa de sus vidas. EDITORES 2ª EDICIÓN Patricia Pérez Marinkovic Walter Kühne Covarrubias Coordinadora Departamento de Promoción de la Salud Psicológica Universidad de Santiago de Chile Director Departamento de Promoción de la Salud Psicológica Universidad de Santiago de Chile Introducción
  • 13. 13 Adaptación a la vida universitaria Beatriz Painepán Sandoval En este artículo podremos revisar lo que significa para ti el ingreso a la universidad y tu adaptación a ella. Terminar la etapa de la educación secundaria e ingresar a la educa- ción superior corresponde, sin duda, a un periodo de transición im- portante y a una experiencia única como cambio de etapa de vida. En este sentido, es posible describir los cambios observables y eviden- tes, como por ejemplo: • Dejar el lugar físico del colegio, el uniforme escolar, las reglas es- trictas de comportamiento, de presentación personal, muchas veces, un ambiente protector o sobreprotector de los profesores y padres. • Ingresar a la Universidad se asocia a la incertidumbre de un lu- gar nuevo de estudios, sin uniformes, sin reglas externas y estrictas sobre la vestimenta, el horario y el comportamiento, con plena libertad de manejar el tiempo personal y estudiando una carrera a la que optamos. Esta elección puede estar acompañada de gran motivación o entusiasmo, así como de sentimientos diversos y, a veces, confusos. Meryem le Saget (en Montaner, 2002) señala que es necesario distin- guir entre el significado del cambio y la transición. El cambio es enten- dido como la modificación exterior de una situación en el tiempo. Es objetivo, real, palpable, se puede anticipar y se ubica en un momen- to determinado, como por ejemplo todos los cambios anteriormente señalados. Sin embargo, la transición como proceso de adaptación es un fenó- meno personal, interior, que no se ve y que no está relacionado con un tiempo determinado. Más bien responde a la repercusión personal de los cambios externos que se han producido. En este sentido, existe una transición para cada persona, y un ritmo o periodo distinto tam- bién para sobrellevarla. Es la consecuencia humana y personal del cambio. Por lo tanto, el proceso personal de adaptación a la vida universi- taria estará vinculado a múltiples factores. Entre ellos se encuentran
  • 14. Beatriz Painepán Sandoval 14 factores ambientales, como el lugar físico de tus estudios, apoyo u obstáculos de índole familiar y factores personales como el interés, motivación por la carrera, características de personalidad que te per- miten asimilar con mayor o menor facilidad los cambios enfrentados. La familia puede ayudar o perturbar en tu proceso de adaptación: Ingresaste a la Universidad ¡qué alegría! ¡qué orgullo! ¡qué emoción! Para los padres, hermanos y otros parientes, quien estudia ingeniería pasa a ser, de un día para otro y sin título aún, el ingeniero de la fami- lia, el profesor o el médico… hasta los amigos nos pueden mirar con otros ojos... Las buenas intenciones pueden convertirse para quien se siente incómodo o inseguro en elementos de presión de índole emo- cional, alimentar autoexigencias excesivas o malestares emociona- les. Del mismo modo, la familia puede ser fuente de apoyo y consejo para vivir mejor este periodo de adaptación, puede interesarse en saber cómo te sientes y aconsejarte para enfrentar mejorar este pro- ceso. Al ingresar a esta nueva etapa de vida, tanto la familia como el alum- no pueden ir modificando la imagen que tienen sobre el o la joven. La familia puede cambiar la percepción o imagen sobre su propio hijo, hermano o pariente que ingresa a la educación superior. Pueden, por ejemplo, considerarlo más o menos responsable, maduro de cómo lo veían anteriormente. De la misma forma, el estudiante novato puede modificar la percepción que tiene sobre sí mismo, sobre su capaci- dad de trabajo, de habilidades o la seguridad, entre otras. Desde niños, nosotros mismos creamos una imagen de cómo será “entrar a la universidad”, preconcepciones de la forma o el estilo de vida de qué es “ser universitario”. Las opiniones de los padres, los hermanos, otros familiares, los profesores y las conversaciones con los amigos han influido en la formación de estas expectativas. ¿Puedes recordar, previo a tu ingreso a la Universidad, cuáles eran tus expectativas y sueños?... • Conocer personas, compañeros, profesores o grupos de personas con intereses similares a los tuyos donde poder discutir, con mayor profundidad, temas que te motivan. • Aprender más, fascinarse por el conocimiento y la sabiduría que se trasmiten en las aulas universitarias. • Conocer gente nueva, amigos y amigas con inquietudes similares, provenientes de diversos lugares del país o del extranjero.
  • 15. guía de apoyo psicológico para universitarios Adaptación a la vida universitaria 15 • Emociones contradictorias donde aparece el miedo como un fantasma que te puede habitar. Miedo a personas descono- cidas, a enfrentar altas exigencias académicas, entre otras,… ¿seré capaz? • Ingresar a estudiar una carrera que, a la imagen de la familia y los amigos queda bien, pero que en verdad no es del mayor interés personal, porque el interés vocacional es otro, no se conoce o la elección de esta carrera fue para lo que alcanzó el puntaje; la mejor alternativa considerando las circunstancias personales y familiares. • Un ambiente competitivo, vivido también así en los años escolares previos, y que ahora se contrasta con la realidad universitaria. “Es difícil”, escuchas frecuentemente ¿en qué lugar quedaré si estar en la universidad lo siento como una competencia? • Un espacio para vivir los principios y los valores propios, la amistad, la solidaridad, la justicia, los ideales. Un lugar de expresión y desa- rrollo personal que se experimentará en la participación activa en diversos grupos, como por ejemplo: grupos políticos, de trabajos universitarios, los grupos solidarios, entre otros. • Un ambiente de acogida y gratificante, un campo de batalla o de rechazo personal… La vivencia de la adaptación a la universidad puede incluir una o va- rias de las imágenes anteriores u otras muy personales, las que serán acompañadas por la incertidumbre durante un plazo que puede ser más breve o extenso. Así lo confirma Díaz (2008), quien señala que los primeros meses de in- greso a la universidad corresponde a una etapa de transición donde los estudiantes calibran sus expectativas sobre la institución y lo que realmente es la institución según sus propias observaciones. Este proceso o periodo de adaptación inicial también es considerado uno de los periodos críticos en la trayectoria estudiantil. Montes (2002) señala que inmediatamente después del ingreso a la institución, en particular en las primeras seis semanas o primer semestre, los alumnos pueden presentar dificultades. Esto se atribuye al ambiente en algu- nas grandes universidades, donde los estudiantes se sienten obliga- dos a transitar desde el ambiente conocido y relativamente seguro del colegio, al mundo en apariencia impersonal de la universidad, en el cual deben valerse por sí mismos, tanto en las aulas como en los distintos espacios institucionales. La rapidez y el grado de la transición
  • 16. Beatriz Painepán Sandoval 16 puede plantear serios problemas en el proceso de ajuste a muchos estudiantes que no son capaces de cumplir con las exigencias en forma independiente. La sensación de estar ‘perdido’ o de no ser capaz de establecer contacto con otros miembros de la institución expresa, en parte, la situación anímica que pueden vivenciar muchos estudiantes. El problema de la transición en la universidad puede ser común para una diversidad de estudiantes, no sólo para aquellos que pasan des- de la enseñanza media a una institución de educación terciaria o universitaria, con grandes espacios para la vida académica, sino que, también, es una cuestión no menos importante, en aquellas ins- tituciones que reciben estudiantes de generaciones anteriores. Para el estudiante que ingresa a la universidad y lleva más de un año fuera del sistema educacional formal también puede resultar traumática la transición entre el entorno del hogar o del trabajo y el ambiente juvenil de la institución universitaria (Tinto 1989). Así mismo, los proble- mas originados en la transición pueden ser igualmente severos para jóvenes provenientes de comunas rurales y pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos, ya que, en términos relativos, poseen condi- ciones económicas y sociales desventajosas al ingresar a una universi- dad o carrera que posee mayoritariamente estudiantes pertenecien- tes a los estratos socio económicos y culturales más altos. Más allá de los estudios y las estadísticas, el ingreso a la educación superior es una opción de los estudiantes en la cual, en la mayoría de los casos, las personas se encuentran dispuestas a la apertura, el aprendizaje y vivenciar experiencias nuevas con gran entusiasmo. Las experiencias son llamadas como tales porque nadie más las pue- de vivir por uno… más que uno mismo…. y, en ese sentido ingresar a la educación superior… entrar a la universidad, puede ser una ex- periencia enriquecedora desde lo intelectual, emocional y social o puede vivirse como una experiencia frustrante, descalificadora de los propios potenciales, de sueños y esperanzas. A pesar de nuestra buena disposición, ¿qué tipo de dificultades po- drían presentarse en el primer año de estudios universitarios? Posibles dificultades asociadas a: • Ritmo de estudio o presión por la carga académica. Con la me- jor intención que se demuestre, probablemente durante el primer año de estudios obtengas alguna o varias calificaciones muy ba- jas o tengas que enfrentarte a la reprobación de algún ramo y ex- perimentar la frustración que surge. De la misma forma, es posible
  • 17. guía de apoyo psicológico para universitarios Adaptación a la vida universitaria 17 que debas aceptar que la presión del trabajo académico es fuer- te y permanente. En estas circunstancias, adquiere relevancia so- brellevar las frustraciones como parte del proceso de aprendizaje y generar estrategias para sobrellevar las dificultades: preguntar las dudas en clases, a los profesores y compañeros. A la vez, es posible investigar, aprender o pedir ayuda en relación al manejo de estrés, mejorar los hábitos y estrategias de estudio, así como reforzar nuestra autoestima, entre otros. • Dudas vocacionales e intención de cambiarse o retirarse de la carrera. Según un estudio nacional, los factores o causas más fre- cuentes de deserción de los alumnos universitarios en primer año se deben a problemas vocacionales, situación económica fami- liar y/o rendimiento académico (Centro de Microdatos, 2008). Para enfrentar estas dificultades, es necesario acudir a las redes de apoyo: conversar con los familiares y amigos, así como solicitar apoyo de otras instancias de la universidad cuya función es pres- tar servicios de orientación vocacional, apoyo económico o de rendimiento. • Incomodidad social, malestar emocional o físico relacionado con la participación en las aulas universitarias o actividades propias de la universidad. Es importante recurrir a los servicios de salud corres- pondientes, pues en ocasiones durante el proceso de adaptación a la vida universitaria pueden surgir síntomas físicos o psicológicos que requieren de ayuda especializada. ¿Cómo vivir de la forma más enriquecedora posible el ingreso a la etapa de la vida universitaria? Es importante invertir tiempo para asumir que este es un periodo per- sonal de adaptación. Entonces, cabe reflexionar y decidir, de forma individual, sobre qué acciones tomar, qué actitudes adquirir, entre otras, para sobrellevar mejor el paso de la vida de estudiante secun- dario a estudiante universitario. Si no nos encontramos frente a dificultades mayores o bien estamos en disposición de adaptarnos con entusiasmo a nuestra vida univer- sitaria, recuerda: • Fomentar la confianza en ti mismo. Cada uno de los alumnos se- leccionados para ingresar a la universidad ya logró aprobar con éxito un proceso de selección. Esto significa que no es relevante qué lugar obtuviste al ingresar, significa que desde la institución se reconocen tus méritos y que cuentas con las aptitudes bási-
  • 18. Beatriz Painepán Sandoval 18 cas para desempeñarte satisfactoriamente en tu carrera. Cada persona posee características particulares que lo diferencian de los demás, métodos individuales para aprender, tiempos y ritmos diferentes. Confía en tus propias capacidades, recuerda que lo importante es que logres sentir que estás aprendiendo y que, a futuro, ser un buen profesional no necesariamente se relacionará en forma directa con haber obtenido las mejores calificaciones. El éxito profesional se relaciona también con otras habilidades, como por ejemplo las habilidades sociales, que se desarrollan también en otras actividades de índole artísticas, deportivas, so- ciales, entre otras. La educación universitaria debiera ser conce- bida como una formación integral, formadora de personas. Ello implica aprendizaje de conocimientos especializados junto con el desarrollo de aptitudes y habilidades personales. • Redefinir expectativas. Muchos estudiantes universitarios poseen una imagen de sí mismos que se caracteriza por ser un buen alum- no. Generalmente esa definición se asocia en la educación bási- ca y secundaria con la obtención de resultados académicos so- bresalientes en forma habitual. La exigencia universitaria implica capacidades intelectuales y, además, otras habilidades de índole organizativa, social. Ofrece también la posibilidad de desarrollar intereses y habilidades artísticas y deportivas, entre otras, que re- quieren tiempo y dedicación. Redefinir las expectativas alude a responder la pregunta de cómo quieres vivir la vida universitaria, cúales serán tus prioridades según tu tiempo, capacidades, apti- tudes, intereses, ideales y circunstancias personales y/o familiares. Un aspecto esencial a considerar al plantearse los objetivos perso- nales para la etapa universitaria es hacerse cargo o responsable del tiempo personal disponible, estudiando lo suficiente para res- ponder satisfactoriamente a las exigencias académicas que asu- mimos como compromiso personal al ingresar a la universidad. En este sentido, es básico, por ejemplo, asistir a clases puntualmente y en forma habitual. • Conocer el lugar físico y sus oportunidades. Es frecuente escu- char durante el último año de los estudios universitarios decir a los alumnos “me hubiera gustado haber aprovechado más la univer- sidad”. Muchas veces aludiendo a los servicios, talleres, oportuni- dades de participación de grupos de intereses especiales, conve- nios de la institución, entre otros. Una buena forma de sentirse bien en un lugar nuevo es darse el tiempo para conocerlo y todas las
  • 19. guía de apoyo psicológico para universitarios Adaptación a la vida universitaria 19 posibilidades y alternativas de participación y apoyo que ofrece. Ello significa superar el miedo a preguntar y practicar una acti- tud de apertura y búsqueda activa a nuevas oportunidades de aprendizaje ofrecidas desde la institución que, sin duda, te apo- yarán en el proceso de tu autoconocimiento, de identificación de potencialidades o apoyarán el desarrollo de habilidades que deseas mejorar. • Conocer mejor tu carrera. La visión de una carrera suele ser con- vencional o estereotipada si no se conoce realmente en profundi- dad. Es importante conocer tu carrera en cuanto a la carga aca- démica, asignaturas que implica, así como los talleres optativos, las posibles prácticas o pasantías asociadas. De la misma forma, es importante interiorizarse sobre aquellas innovaciones asocia- das a su desarrollo en la actualidad, cuyas aplicaciones pueden influir en tu motivación y entusiasmarte con ella aún más. Una mis- ma carrera, hoy en día, puede presentar diversas posibilidades de aplicación y desarrollo, por esto es necesario que creas en ti y en tu vocación, pues las grandes innovaciones surgen de personas que se han atrevido a crear y creer en sus proyectos. Por otra parte, el ambiente o cultura propia de los estudiantes de una especialidad, es creada y promovida por los propios es- tudiantes, por ello es bueno atreverse a participar y fomentar un ambiente social que quisieras experimentar. A la vez, esta acti- tud se puede convertir en un mecanismo eficaz para lograr una adaptación rápida. • Dejarse ayudar. Todos los alumnos universitarios nuevos vivencian este periodo de acostumbramiento, es decir, junto contigo, hay muchas personas que están viviendo este proceso de adapta- ción, en mayor o menor grado, de forma similar a tu experiencia. En este sentido, compartir las dificultades con los compañeros y amigos, así como con el grupo familiar es un apoyo necesario que puede ser de ayuda en esta situación y en situaciones futuras, por lo tanto, se sugiere hacerlos partícipes de esta experiencia y cultivar estas redes de apoyo. En este sentido, una actitud de humildad puede ser una buena aliada. • Dudarlo todo. En la etapa de la adolescencia o de la adultez emergente es frecuente experimentar periodos de dudas y confu- sión. El periodo de la adolescencia se caracteriza por experimen- tar cambios corporales, psicológicos, deseos de independencia, cambios de intereses, inseguridad, entre otros. Por ello, es necesa-
  • 20. Beatriz Painepán Sandoval 20 rio disponerse a que se pueden vivir crisis o periodos de confusión como situaciones normales dentro del desarrollo humano sano y que se encuentran en la familia, amigos y la universidad misma alternativas de apoyo destinados a acompañarte en la clarifica- ción de esas dudas. • Enfrentar las experiencias nuevas con optimismo. La experiencia universitaria suele ser un periodo de vida muy estimulante y satis- factorio desde el aspecto intelectual y social, por ello la predispo- sición debiera ser la más positiva posible. Muchos estudiantes uni- versitarios son entusiastas estudiantes, deportistas, artistas o todo ello a la vez. En la medida que se van adquiriendo compromisos personales, se mantienen con perseverancia y se disfrutan los lo- gros del esfuerzo personal, la universidad puede ser un universo de posibilidades. El optimismo es gratis y básico en una personalidad sana. Soñar también y es posible soñar con las mejores oportuni- dades para ti desde el mismo lugar en que te encuentras. La invitación, entonces, es a disponerse con apertura y optimismo a conocer y disfrutar de un mundo nuevo por descubrir… Referencias Centro de Microdatos (2008). Estudio sobre causas de la deserción universitaria. Departamento de Economía. Universidad de Chile. Díaz Peralta, Christian. Modelo conceptual para la deserción estudiantil univer- sitaria chilena. Estudios pedagógicos. [online]. 2008, vol. 34, nº. 2, pp. 65-86. ISSN 0718-0705. (Consultado noviembre 2009). Montaner. R. (2002) “Leonardo, el primero que se comió el queso”. Editorial Ges- tión 2000. España. Montes, H. (2002). La transición de la educación media a la educación superior, Retención y movilidad estudiantil en la educación superior: calidad en la educación, pp. 269-276. Publicación del Consejo Superior de Educación. Santiago. Tinto, V (1989). Definir la deserción: una cuestión de perspectiva. Revista de Edu- cación Superior n° 71, ANUIES, México.
  • 21. 21 Hablemos de sexualidad Angélica Larraín Huerta Sí, la tuya, la mía, la nuestra. La sexualidad de este grupo selecto de jóvenes que ha logrado superar exitosamente las exigencias acadé- micas y ha ingresado, en un porcentaje importante, a la carrera de sus sueños. En ella deberás adaptarte, probablemente, a un sistema diferente al que estabas acostumbrado, en donde los límites y el po- der de decisión sólo dependen de ti. Es aquí donde queremos acom- pañarte, no en un sentido coercitivo sino apoyándote en la toma de decisiones, de manera informada, sana, libre y responsable. Sexualidad El cómo los seres humanos vivenciamos la sexualidad se encuentra directamente influenciado por nuestras creencias, la historia y la cul- tura; de igual forma, el cómo se relacionan los individuos del sexo opuesto se ha ido modificando en el tiempo, por lo que podría consi- derarse que nuestra concepción actual de sexualidad es el producto de un largo camino en la historia. Hablar de sexualidad debiera ser bastante simple, debido a que ésta es una situación inherente al ser humano, que nos acompaña desde nuestro nacimiento, más aún desde la vida intrauterina. En el sentido más amplio, no sólo se expresa en pareja, sino también en las relaciones con los padres, amigos, abuelos, etc., estableciéndose por el contacto a través de los besos, caricias, hasta el acto sexual; satisfaciendo no sólo necesidades físicas sino también emocionales y comunicacionales. Pero, en general, ¿es un tema de conversación frecuente?, ¿podrías decir que emerge espontáneamente en el contexto de una conver- sación de sobremesa, en familia? Y si se habla una situación compleja de tipo sexual ¿la hablamos fluida y relajadamente, como si fuera la planificación de un carrete nocturno? Creo, sin temor a equivocarme, que varias de estas preguntas tendrán en general un no por respuesta. Esto quiere decir que pese a la simplicidad de la cual hablamos, ésta es una de las tareas más difíciles que ha emprendido el hombre. Ade- más, se ha visto dificultada por la carencia de criterios para juzgar el éxito y a una deficiente educación sexual, entre otras. Surgiendo
  • 22. 22 Angélica Larraín Huerta frecuentemente entre nosotros, las siguientes preguntas: ¿cómo sé si soy exitoso en la búsqueda del placer?, ¿lo estoy haciendo tan bien como debo?, ¿Podría aumentar el placer si utilizara otros métodos?, etc. Muchas de estas preguntas no están contestadas, por lo que se hace imprescindible la orientación y comprensión del tema. Por este motivo encontrarás, a continuación, orientaciones y respues- tas a algunas de las interrogantes más frecuentes que se hacen los jóvenes de tu edad, las cuales esperamos te sean beneficiosas para disfrutar responsablemente de una salud sexual reproductiva más sana, libre, informada y sin riesgos. Respuesta sexual En esta etapa de sus vidas, la motivación hacia la práctica sexual no será la misma en todos, más aún, habrá algunos que decidan poster- gar la actividad sexual en pareja a etapas posteriores. Pero si ya posees una vida sexual activa, es importante que sepas que la velocidad e intensidad de la respuesta sexual puede variar bastante entre una relación sexual y otra, en una misma persona, al igual que durante la masturbación la totalidad de las fases es a me- nudo más rápida, incluso en la mujer, contrastando esta situación con la extendida creencia o mito de que ésta es siempre más lenta en responder que el hombre. En el varón, la erección del pene suele ser un signo temprano de ex- citación sexual y una vez conseguida ésta puede perderse y recu- perarse varias veces durante el juego sexual que precede al coito. Una consulta muy frecuente con relación al tamaño del pene, es si éste en erección es proporcional al órgano fláccido y con relación a esto y tal como han demostrado Masters y Johnson, puedo decir que el aumento de tamaño de un pene pequeño es proporcionalmente mayor que el de un pene grande y su tamaño no posee relación con el goce o satisfacción sexual de la mujer. También es necesario definir que el logro del orgasmo, en ambos se- xos, depende de un proceso de aprendizaje a lo largo del tiempo y como cualquier otra capacidad humana, debe primeramente ser descubierta a través de experiencias repetidas. Pero el aprendizaje sexual no se refiere únicamente al aprender “técnicas” o posturas como quien aprende recetas de cocina, sino saber que no hay nada de perverso ni anormal en ello, que debe ser agradable y deseado por ambos miembros de la pareja; es también quitar de nuestra vida
  • 23. guía de apoyo psicológico para universitarios 23 Hablemos de sexualidad los mitos y creencias y realizar lo que sea bueno para ambos, tanto en el ámbito físico como en el amoroso. Es importante destacar que no es infrecuente el no experimentar or- gasmo, a pesar de existir un alto grado de excitación sexual en ambos sexos. En la mujer se ha comprobado científicamente que siempre es la estimulación del clítoris la que produce el orgasmo, representando éste el órgano central del placer femenino. En los hombres, la eyaculación puede producirse en ausencia de erección y viceversa y la mayor parte de ellos son capaces de con- seguir una continencia voluntaria sobre el reflejo eyaculador y la in- capacidad de ésta genera un trastorno llamado eyaculación precoz. La última fase de la respuesta sexual corresponde al período refracta- rio, en donde se produce la regresión de los cambios producidos en las fases anteriores, en algunos de nosotros aparecerá como primer signo de regresión, una sudoración en todo el cuerpo y su intensidad es proporcional a la del orgasmo. El acto sexual es una de las grandes expresiones de la comunica- ción, por lo que una mala comunicación sexual podría indicar una mala comunicación en otros aspectos de nuestra vida. Por último, co- mentar que existen variados elementos que pueden y van a influir en nuestra capacidad de respuesta sexual, los cuales poseen relación con la edad, el estrés, el cansancio, consumo de drogas y algunas enfermedades y medicamentos, entre otras. Riesgos de la práctica sexual Creo que lo primero que debemos tener claro es que, en general, no todas las prácticas sexuales poseen el mismo riesgo. Por ejemplo, éste será mayor durante la actividad coital, ya sea vaginal, anal o buco genital y el riesgo irá disminuyendo en la medida que se trate solo de caricias. Sólo abordaremos dos de los riesgos a los cuales podrás verte enfren- tado durante esta etapa universitaria, debido a la frecuencia que estos suponen a tu edad. Estos serán las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el embarazo no deseado (END) o no planificado. No pretendo profundizar acerca de las infecciones de transmisión se- xual y los riesgos ante la actividad sexual sin protección anticoncep- tiva, sino más bien espero poder orientarlos hacia su prevención, en base a la adopción de conductas menos riesgosas.
  • 24. 24 Angélica Larraín Huerta Infecciones de transmisión sexual – Embarazo no deseado La posibilidad de contraer una infección de transmisión sexual, es un tema que preocupa permanentemente a los jóvenes, pero esta preocupación no sólo la tienen ustedes sino también los profesionales relacionados con la salud sexual reproductiva, que trabajamos con jóvenes. Esto se debe a que este tipo de infecciones se relacionan fuertemente con infertilidad y enfermedades que pueden provocar incluso la muerte, como es el caso del cáncer cérvico uterino en la mujer y el SIDA. La mejor forma de evitarlas es la fidelidad al interior de la pareja, pero esta debe ser practicada por ambos, ya que al ser practicada sólo por uno de ustedes se verán enfrentados al mismo riesgo. Tengo claro que ser fiel en esta etapa de sus vidas puede ser para algunos una situación algo difícil, más aún considerando que quizá la pareja que poseen, si es que la tienen, no será necesariamente quien los acompañe en su proyecto de vida futuro. Pero ese es el reto al que los invito a formar parte, el de asumir el compromiso con ustedes mismos y su pareja, mientras la relación se mantenga. Si la fidelidad no se encuentra dentro de tu estilo de vida, o bien, a pesar de ser fiel no posees claridad de la conducta sexual de tu pare- ja, ya sea hombre o mujer, es necesario el uso del preservativo (con- dón) desde el inicio de la actividad sexual hasta el término y no sólo previo a la eyaculación, ya que con esta conducta estarán evitando el riesgo no sólo de una infección de transmisión sexual, sino también de un embarazo no deseado. Mantener un preservativo en tu mochila es recomendable en esta época de la vida, ya que normalmente la actividad sexual no será programada con anticipación y su uso además de evitar aquellas infecciones comúnmente conocidas por ustedes, tales como hongos, tricomonas, gonorrea, sífilis, herpes, SIDA, entre otras, también los pro- tegerá de contagiarse del virus papiloma humano (HPV), productor de cáncer cérvico uterino en la mujer. Si has tenido actividad sexual no protegida y piensas que puedes pre- sentar algún tipo de infección de transmisión sexual, es importante que acudas a un profesional médico o matrona, que pueda determi- nar su existencia y de ser así tratarla. Es relevante también que comu- niques a tus parejas sexuales esta situación, por dos motivos principal- mente: no contagiar a otros y no reinfectarse, debido a que tu pareja también debe ser tratada.
  • 25. guía de apoyo psicológico para universitarios 25 Hablemos de sexualidad Respecto al tema del embarazo no deseado, debes saber que exis- ten otros métodos anticonceptivos a los cuales puedes acceder, con- siderados reversibles y de mayor eficacia anticonceptiva; entre ellos se encuentran los anticonceptivos hormonales, “pastillas anticoncep- tivas” y el dispositivo intrauterino o “T de cobre”. Estos métodos deben ser indicados por un especialista, quien basándose en tus anteceden- tes y necesidades, indicará el método más apropiado para ti. De esta forma evitarás los riesgos producto de la automedicación y la falta de información adecuada acerca de ellos. Es frecuente que los jóvenes se pregunten si las pastillas anticoncepti- vas mantienen su efecto anticonceptivo durante los períodos de des- canso, en las pastillas placebo o en la menstruación; la respuesta es sí. En la medida que el método sea usado regularmente y sin olvidos, se mantendrá su eficacia anticonceptiva y la protección durante todo el ciclo. Estimados jóvenes, espero que lo descrito anteriormente les sirva de apoyo y oriente su accionar en los temas relacionados con salud se- xual y reproductiva. Es claro que hay muchos temas que por motivos de espacio no se han podido abordar y que seguramente generan en ustedes muchas dudas. Por este motivo, los quiero invitar a ingresar a la página www.musachile.cl y participar de los foros MUSA que rea- lizamos al interior de la universidad, en donde podrás resolver las in- terrogantes relacionadas con la salud y la salud sexual reproductiva. Referencias Hatcher,R.; Rinehart, W.; Blackburn, R.; Geller, J.; Shelton, J. “Lo esencial de la tecnología anticonceptiva”. Universidad de Johns Hopkins, año 2002. Zeidenstein, S.; Moore, K. “Aprendiendo sobre sexualidad, una manera prácti- ca de comenzar”. Instituto Chileno de Medicina Reproductiva ICMER, año 1999.
  • 27. 27 Sexualidad: vivencia e integración Patricia Gallero Pardo “Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo” Mario Benedetti Al escuchar la palabra sexo es probable que esbocemos una sonrisa evocando alguna broma, que nos atreveremos a decir o no, depen- diendo del contexto en que nos encontremos. El sexo es un tema casi ineludible en reuniones y conversaciones con amigos, sin embargo a muchas personas les es difícil conversarlo seria y abiertamente, a pesar de cuanto se ha dicho sobre la apertura y “liberación” que este tema ha tenido en nuestro país los últimos años; aún ocurre que en diversos contextos es expuesto como una especie de placer que se esconde o se disfruta “picaronamente”, como un niño que hace una maldad; o bien, se sobreutiliza o aprovecha la sexualidad para vender cualquier producto esté o no ligado al tema. Sabemos que, entre otras cosas, corresponde a un impulso básico, común a la especie animal, pero ¿qué es y qué significa para cada uno de nosotros?, ¿cómo lo vivimos subjetiva e íntimamente?, ¿lo te- memos, lo disfrutamos, lo desconocemos, lo exageramos, lo anhela- mos, lo idealizamos? Este es un tema que está presente, cruza y, por lo tanto, une diferen- tes culturas, edades, épocas históricas, clases sociales y, en general, tan propio y natural de los seres vivos como lo es comer o respirar, aun en quienes por diversas razones, no lo llevan a la práctica (en estos casos de todos modos se plantea como un foco de atención y de reflexión en algún momento de la vida). Tener sexo puede considerarse un encuentro, pero no sólo con un otro, sino también con uno mismo; es éste un encuentro en una di- mensión particular del ser. Una experiencia que nos permite tomar contacto con –y conciencia de– nuestras características y formas de sentir, con nuestra creatividad, con la confianza en uno mismo y en el otro (tanto si se tiene, como si no); con la capacidad de imaginar, de jugar y de expresar.
  • 28. 28 Patricia Gallero Pardo Es un espacio y un tiempo de intimidad en que se comparten sensa- ciones, emociones y sentimientos dependiendo del grado de profun- didad y de importancia de la relación. De este modo, y siendo una experiencia tan rica y amplia en matices y significados podría calificarse de: inolvidable, traumática, placen- tera, rutinaria, estimulante, reemplazable, mecánica, poética, o con innumerables y variados adjetivos, según cómo lo hayamos integrado a nuestras vivencias. Si consideramos lo anterior, posiblemente comprenderemos que la experiencia sexual conlleva –al igual que cualquier experiencia que nos involucre de modo tan integral– la toma de decisiones; y esto cobra particular importancia cuando la persona se encuentra por primera vez con la experiencia o siquiera con la posibilidad de tener relaciones sexuales, aunque no es exclusivo de esta situación; cada vez que nos enfrentamos a ello subyacen una o más decisiones que nos implicarán como personas en todos los niveles, seamos conscien- tes de esto o no. En estas circunstancias es frecuente que surjan temores, expectativas e interrogantes, las cuales pueden plantearse a nivel valórico, a nivel interpersonal o a nivel práctico. En el ámbito de los valores y principios, nos encontramos con todo aquello que hemos incorporado, a veces inconscientemente, res- pecto a si es “bueno” o “malo” tener relaciones sexuales y en qué condiciones podría o no ser aceptable desde determinados códigos. Este tema se presenta más marcadamente cuando la persona es adolescente o joven, es decir, cuando no ha llegado a la etapa adul- ta y aún es soltera. Se trata de un área delicada, pues comprende un rango amplio y diverso de marcos filosóficos, conceptos religiosos, estilos familiares, creencias personales, etc. y es complejo ya que se trata de distintas perspectivas, cada una de las cuales es entendida como “la verdad” por quienes las profesan. Hemos recibido estas enseñanzas de fuentes en las que confiamos, en las que hemos basado nuestras percepciones básicas de la vida y, sobre todo, de qué es “lo bueno y lo malo” y de cómo “debo” comportarme. Aparecen entonces en este nivel interrogantes como:
  • 29. guía de apoyo psicológico para universitarios 29 Sexualidad: vivencia e integración ¿A qué edad puedo comenzar a tener relaciones sexuales? o ¿está bien tenerlas a mi edad?, ¿está bien tener relaciones sexuales si no es- toy casado (a)?, ¿es malo el sexo si no tengo sentimientos profundos hacia la otra persona? Lo complejo de éstas y otras preguntas que podríamos hacernos es que con cierta frecuencia las respuestas que recibimos de las distin- tas fuentes pueden resultar contradictorias entre sí, o bien, pueden contradecirse con nuestros propios impulsos, necesidades, deseos y/o sentimientos. Entendido así, nos es difícil decidir, nos preguntamos entonces, ¿Cuál es la percepción “verdadera”?, ¿en cuál criterio me baso para mi de- cisión?, ¿si me inclino por uno, estoy traicionando a quienes se plan- tean de un modo distinto? Al enfocarnos en el nivel interpersonal, surgen otras tantas interrogan- tes asociadas también a temores y a expectativas. Este nivel incorpo- ra a la vivencia personal de la sexualidad todo aquello que nos ocu- rre dentro de la interacción y el vínculo con otros y que, en este tema en particular, se refiere concretamente a cómo experimentamos la relación con otro en un sentido erótico, romántico, sentimental, etc. Esta relación obviamente se refiere a la relación hombre-mujer, pero también puede incluir la vivencia de una relación erótica entre dos personas del mismo sexo (con su consecuente correlato a nivel valóri- co) y se trata de una experiencia independiente del hecho de que la persona tenga o no una relación de pareja estable, como un pololeo por ejemplo. En este nivel, la persona puede preguntarse si es favorable para la relación incorporar la relación sexual tempranamente o no; puede sentirse insegura de cómo acercarse al otro en ese plano; puede re- flexionar sobre la profundidad o seriedad de sus sentimientos por la otra persona o los de la otra persona por él (o ella) y así, evaluar cómo podría influir en esto el involucrarse sexualmente: ¿Es perjudicial para mí tener relaciones sexuales con alguien con quien no tengo una relación de pareja estable? (en lo que incluimos desde situaciones como “andar” hasta el sexo casual que ocurre en una interacción puntual y transitoria); ¿me siento preparado (a) para este grado de intimidad con el otro?, ¿cuánto influye en mí el ejem- plo del comportamiento de mis amigos o conocidos?, ¿la relación se encuentra en un nivel de evolución global acorde con el grado de avance sexual que tiene?, ¿tener relaciones sexuales en este mo- mento de la relación me alejará de esta persona que me gusta?,
  • 30. 30 Patricia Gallero Pardo ¿me ayudará a afianzar la relación o, por el contrario, significará el fin del entusiasmo?, ¿la relación es importante para mí en el plano afectivo?, ¿será importante para el otro (mi pareja)?, ¿es favorable o perjudicial para la relación que yo haya (o no haya) tenido experien- cias previas?, ¿me preocupa mi “desempeño” o me siento seguro (a) en el plano sexual?, ¿cómo puedo procurar mi propia satisfacción y la del otro? Al enfrentarnos con cualquiera de estas interrogantes, es importante considerar que las respuestas y la decisión que finalmente tomemos nos involucrarán como persona en totalidad, es decir, en nuestras ideas y opiniones, en nuestros deseos, emociones y sentimientos, en nuestra conducta y, obviamente, en nuestra relación con otros. En lo concerniente al nivel más práctico y concreto de la sexualidad nos encontramos con la dimensión biológica del tema, en la cual adquiere importancia fundamental la información y el aprendizaje provenientes de fuentes especializadas como lo son ginecólogos, obstetras, matronas, etc. Es en esta dimensión donde es más fácil exponer el tema con serie- dad y por lo mismo, probablemente es desde esta perspectiva que hemos recibido la mayor parte de la educación formal que tenemos sobre el tema. Pareciera que es más fácil hablar (en serio) sobre sexo cuando es- tablecemos una distancia que podríamos llamar “clínica”, “técnica” o “biológica” , la cual nos protege de sentirnos involucrados o ex- puestos en nuestra intimidad, que es lo que ocurre cuando utilizamos términos más coloquiales y aludimos a nuestra experiencia personal, en su aspecto más subjetivo. En este nivel hay dos temáticas centrales (aunque seguramente no son las únicas): • Las infecciones de transmisión sexual (ITS) • El embarazo, ya sea vivido como una posibilidad, como un anhelo o como un peligro. En ambas temáticas es clave recurrir a la guía, consejo, apoyo e in- tervención de profesionales especializados, ya sea directamente, o a través de medios más masivos como literatura o Internet (aunque en éstos es importante asegurarse de la calidad de la fuente), en primer lugar, para el conocimiento preciso de nuestro cuerpo y su funcio- namiento y luego, en lo concerniente a dudas, riesgos, dificultades, afecciones y tratamiento.
  • 31. guía de apoyo psicológico para universitarios 31 Sexualidad: vivencia e integración Con respecto a las ITS, la información que requerimos debería apun- tar a conocer vías de contagio, prevención, sintomatología y trata- miento, en lo cual este capítulo no profundizará, ya que escapa a lo netamente psicológico. En lo referente a embarazo, a nivel práctico podríamos reducirlo bá- sicamente a la necesidad de conocer el ciclo hormonal femenino y los distintos métodos anticonceptivos existentes, con sus respectivas características, porcentajes de efectividad, efectos secundarios, etc. de modo que la persona pueda decidir si quiere tener hijos, cuándo quiere tenerlos, cómo prefiere prevenir un embarazo, etc. Y así dis- frutar de la sexualidad con tranquilidad, sin temor; y sobre esto existe información precisa y suficiente disponible a través de múltiples vías; sin embargo, en este tema es particularmente difícil establecer una separación entre los tres niveles expuestos anteriormente (valórico, re- lacional y práctico), ya que es una situación que involucra a la perso- na de manera absoluta y que significa una posibilidad o suceso en su biografía, de tal magnitud que obliga a plantearse interrogantes des- de todos los ángulos posibles. Todos quienes hemos tenido la fortuna de ser padres sabemos que nuestra vida nunca es la misma luego de haberlo sido; en este punto nuevamente entonces se nos hace indis- pensable la atención dedicada y responsable a lo que hacemos con nosotros mismos, a cómo y cuánto nos cuidamos, a qué hacemos con nuestro cuerpo, con nuestras emociones y deseos, con nuestra imagen, con nuestros vínculos y con nuestro futuro. En la vivencia de la sexualidad se presenta el mismo desafío que enfrentamos ante otras decisiones importantes, y este es: buscar un equilibrio, equilibrio que además deberemos definir en forma parti- cular y a nuestra medida, que podrá ir modificándose a través del tiempo y de nuestro avance en las etapas de vida, que dependerá también de condiciones externas a nosotros y que, por lo tanto, re- quiere de conocimiento y conexión permanente con nosotros mismos (en cuerpo, mente y espíritu), así como conciencia de las circunstan- cias en las que nos encontramos y de los otros involucrados en ellas. Escucharemos muchas opiniones, accederemos a tanta información como nos propongamos (y por diversas vías), pero es una responsa- bilidad personal ponderar cada una de nuestras fuentes y más que nada, apropiarnos del tema y asumir nuestra decisión y sus conse- cuencias como una responsabilidad con uno mismo más que con ninguna otra persona y, en este sentido, la sexualidad no es distinta
  • 32. 32 Patricia Gallero Pardo a otras decisiones importantes que nos va correspondiendo tomar cada vez más, mientras más avanzamos en nuestro desarrollo. En este capítulo se han expuesto más preguntas que respuestas res- pecto a la sexualidad, y es que, lamentablemente para algunos, to- das las interrogantes planteadas carecen de una única y “verdade- ra” respuesta. Cada pregunta y cada situación individual implican una mirada particular desde la subjetividad de la persona y un análisis cuidadoso de sus circunstancias ambientales y su contexto general. El objetivo que se persigue es, más bien, estimular la búsqueda, la reflexión, el análisis, la evaluación y finalmente la decisión personal en relación al tema, y en estos procesos también podrá beneficiarnos acudir y abrirnos a compartir nuestras dudas e impresiones con otros y así recibir apoyo y orientación, pero finalmente, es crucial escuchar- nos a nosotros mismos, conectarnos con lo que pensamos y sentimos, con lo que preferimos; sopesar las variables involucradas, tanto como sus consecuencias; y evaluar sin precipitarse ni inhibirse, de mane- ra de tomar finalmente decisiones que nos hagan sentir tranquilos y satisfechos con nosotros mismos, que sean coherentes con nuestros principios y valores y que nos permitan comportarnos de modo res- ponsable, disfrutando de una experiencia natural y gratificante, pero además conscientes y preocupados de nuestro autocuidado en to- dos los niveles.
  • 33. 33 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja Mónica López Hernando La relación de pareja puede ser una de las fuentes de felicidad más significativa en la vida, pero no se trata de algo que logramos en algún momento y listo, tampoco funciona sólo si hay cariño de por medio, pues para que realmente podamos construir bases sólidas, tenemos que dedicar tiempo, además de poner nuestra mente y co- razón en ello, ya que se trata de un camino en el cual podemos en- contrarnos con curvas, barrancos y hermosos valles, donde el poder manejar bien es clave. De este modo, aprender diversas estrategias para cultivar, mejorar y fortalecer cada día más nuestra relación de pareja puede ayudarnos a vivirla con mayor satisfacción y plenitud. Por este motivo, he querido plantearles este decálogo con algunos aspectos que en base a mi experiencia como mujer, esposa, terapeuta de pareja y a los resulta- dos de diversos estudios sobre el tema, pueden ser claves para formar una relación constructiva, donde prevalezcan la confianza y el amor. En este sentido, la lectura de este decálogo en solitario o en pareja los puede invitar a una reflexión y conversación respecto a cómo están llevando, o podrían llevar, cada uno de estos puntos, pues siempre podrá haber algo en lo cual se pueda seguir creciendo. 1. Elegirse, arriesgarse, entregarse… sin miedo Cuando nos decidimos a comenzar una relación amorosa, estamos haciendo una apuesta azarosa, puesto que no sabemos qué ven- drá, cómo nos llevaremos o si la relación prosperará realmente, in- certidumbre que puede generar cierta ansiedad o nerviosismo en un comienzo. Ante esta situación, tenemos dos opciones: o nos mante- nemos en esa actitud de alerta, generando sentimientos de insegu- ridad y miedo que pueden afectar negativamente a la relación, ya que estos sentimientos pueden traer consigo celos, distanciamientos, paranoia, exigencia de demostraciones de afecto, búsqueda de si- metrías (si tú me entregas, yo te entrego), falta de respeto a los ritmos personales del otro, etc. O decidimos confiar en el otro, en lo que es-
  • 34. 34 Mónica López Hernando tamos construyendo y en nuestra capacidad para rearmarnos y salir adelante si la relación no funcionara como esperamos. Claramente, la segunda opción, donde prima la confianza, puede otorgarnos más felicidad, tranquilidad y disfrute de todo lo hermoso que nos entrega una relación, lo cual nos hace sentir mejor tanto a nosotros como a nuestras parejas, ya que el miedo tiende a limitarnos y coartarnos en este sentido, llevándonos a su vez a ser menos atrac- tivos para el otro. Cuando decidimos dejar el miedo afuera de nuestra relación, se vi- ven más plenamente las situaciones, no se trata de entregarse de in- mediato por completo, pues es importante entender que la intimidad emocional es un proceso gradual. Es más bien un cambio de actitud, donde predominan ideas como: “Daré todo de mí para que funcio- ne, disfrutaré al máximo de los momentos juntos, poco a poco te iré abriendo las puertas a mi vida y mi mundo, y recibiré abiertamente lo que tú vayas entregándome en este proceso de conocimiento mu- tuo. Buscaré hacerte feliz y yo también procuraré serlo contigo, pues por eso te elegí, para que ambos construyamos una relación que nos hiciera crecer, soñar, vivir una vida más feliz al estar juntos. Si en algún momento nos damos cuenta que esto no funciona como esperába- mos y decidimos terminar la relación, te agradeceré de todos modos lo bueno que viví y aprendí junto a ti, sin arrepentirme de lo entre- gado, pues en el amor como en la vida, hay que hacer cada cosa porque vale la pena en sí misma, hay que valorar el camino tanto como el destino, pues si no encontramos el destino que buscábamos, el camino de por sí nos habrá hecho felices”. 2. Aprender a entregar, a recibir y a pedir Para que una relación de pareja pueda funcionar, uno tiene que poder entregar de forma sencilla e incondicional, sin esperar algo a cambio, buscando justicia o simetría. Debe predominar el gusto por entregarle al otro algo que pueda hacerlo feliz, desde un sentimiento que nace y se expresa con amor a través de gestos, acciones, pala- bras o caricias. Además, se debe estar dispuesto a recibir amor, a dejarse querer por el otro, a darle un espacio a la pareja para que pueda expresar sus sentimientos. Esto no es tan obvio, pues muchas personas están más acostumbradas a entregar cariño, escuchar, preocuparse de los de- más, y les cuesta más recibir. Ambas posiciones, dar y recibir, tienen
  • 35. guía de apoyo psicológico para universitarios 35 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja que estar en equilibrio, lo cual en ocasiones es un aprendizaje que se va dando en la misma relación de pareja, ya que si alguno de los dos sólo da y el otro sólo recibe, se produce una tensión, un desgaste o una comodidad que puede ser inconveniente para cultivar realmen- te la relación. El hablar con claridad sobre lo que necesitamos también es funda- mental. El “pedir”, muchas veces puede ser mal visto y es común oír la frase: “es que si yo le digo, no es lo mismo… a mí me gustaría que le naciera…”. Sería hermoso que al otro siempre le surgieran espontá- neamente ideas para hacernos felices, pero en esa ilusión podemos quedarnos mucho tiempo sin que al otro le nazca nada, no porque no quiera, sino porque somos personas diferentes y las parejas no vie- nen pre programadas para saber o suponer cosas sobre el otro. En este punto, es esencial la comunicación directa y clara, pues si el otro sabe qué me gusta y qué necesito, será más fácil que me satisfaga. Así, por ejemplo, un matrimonio que conocí en la consulta, al hablar sobre este tema, relataba la siguiente experiencia: Alicia: “siempre esperé que me trajera flores, pero nunca se le ocu- rría. Yo incluso le decía indirectas en los aniversarios, pero no pasaba nada. Me daba pena porque siempre vi a mi papá llevarle flores a mi mamá, siempre he tenido la idea de que el llevar flores es un gesto de amor, entonces encontraba que Carlos era poco detallista y a veces me daba rabia, me ponía celosa incluso cuando veía que otros hom- bres les regalaban flores a sus mujeres, hasta que un día no aguanté y le dije…” Carlos: “Sí, me sorprendió muchísimo cuando la escuché y admito que me molestó un poco saber que no había sido capaz de con- fiar en mí, de decírmelo, si yo no me iba a enojar por algo así… Me costó entender por qué si para ella era tan importante, no me lo ha- bía dicho antes, más allá de las flores, me dolió la falta de confianza en realidad, pero bueno, después de hablarlo nos comprometimos a conversar más y pedirnos las cosas, porque uno no es adivino… ahora le llevo flores como sorpresa, cuando ella ni se lo espera y se pone contenta, pero yo creo que lo importante es que aprendimos a comunicarnos más”. Por último, es esencial detenernos a pensar que muchas veces po- nemos más atención a lo que falta, cayendo en quejas y exigencias hacia el otro, dejando de ver lo que sí tenemos y nos hace feliz. Pue- de que reconozcamos lo positivo de nuestra relación, pero ¿cuánto lo expresamos?, ¿mi pareja sabe cuáles de las cosas que él hace,
  • 36. 36 Mónica López Hernando me hacen feliz?. Frases como “me encanta que seas cariñoso”, “me gusta que confíes en mí cuando tienes un problema”, “me gusta que seas creativo y que siempre se te ocurran nuevos lugares donde ir”, entre tantas otras, son orientaciones importantes que le muestran a mi pareja que yo sí valoro cómo es él o ella y las cosas que hace por la relación, lo cual puede incentivar a que mantenga lo que me hace feliz. De otro modo, al sentir que lo que se hace por la relación no es valorado, es más probable que deje de hacerlo. 3. Ser un aporte para el otro Las parejas exitosas se caracterizan porque cada uno busca activa- mente la felicidad del otro, ayudándose a crecer como personas y desarrollarse en la vida del mejor modo posible. Así, cada miembro de la pareja puede apoyar al otro en sus pro- yectos personales, impulsándolo a crecer como persona, confiar en sí mismo, vencer los miedos y atreverse a cumplir los sueños, haciendo surgir lo mejor de cada uno. En este sentido, se observa que la autoes- tima personal crece positivamente gracias a nuestra pareja, nos sen- timos más fuertes y con más valor para emprender lo que deseamos, pues tenemos la confianza de que el otro nos aceptará y nos amará tanto si nos equivocamos, como si logramos nuestras metas. Claro está que el otro, por el cariño que nos tiene y porque es dis- tinto, teniendo sus propios valores, ideas y principios, no apoyará los caminos en los cuales cree que podemos salir dañados o que van en desacuerdo con su visión de mundo, ante lo cual podrá entregarnos su opinión, sus reparos e intentará cuidarnos. De este modo, antes de seguir con un proyecto individual no apoyado por el otro, es esencial detenerse a escuchar, conversar, analizar y asumir los posibles efectos a nivel de la relación, si es que lo continuamos de todos modos, ya que cuando somos dos, las decisiones importantes ameritan hablarse en pareja. En este sentido, nosotros mismos podemos ser una influencia positiva para el otro, donde él (o ella) puede aprender de mi y crecer como persona, por ejemplo al observar mis habilidades para socializar, para escuchar, el respeto que yo demuestro hacia los otros, mis valores, como la generosidad y lealtad que demuestro hacia mis amigos, mi tendencia al deporte, etc. Es así que la admiración mutua en la pare- ja es uno de los factores que pueden ayudar a construir una relación
  • 37. guía de apoyo psicológico para universitarios 37 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja positiva y estable en el tiempo. En este punto, los invito a reflexionar sobre estas preguntas: • ¿Cómo puedo yo aportar a que mi pareja crezca y se realice más como persona? • ¿Qué aspectos valiosos he desarrollado en mi personalidad que pueden servirle de ejemplo? • ¿Qué aspectos admiro en mi pareja? ¿Qué admira mi pareja de mí? 4. Cuidados hacia la relación. Prudencia ante los riesgos Esta idea se basa en el principio de: “no hagas lo que no te gustaría que te hicieran”, si bien se acepta cierta flexibilidad dadas las dife- rencias que pueden haber entre los miembros de la pareja respecto a cuáles son las cosas que les complican, incomodan o molestan, la idea es ser consecuente y actuar desde la empatía y el respeto. Muchas parejas viven situaciones que ocultan a sus parejas “para que no se enojen”, pero si se descubre el ocultamiento, finalmente se daña la confianza y el dolor a veces es más fuerte por la falta de transparencia que por el hecho mismo que quería ocultarse. En este sentido, es importante conversar las cosas, negociar qué es lo impor- tante para cada uno, qué cosas están dispuestos a ceder por el bien de la relación y cuáles no, pues son importantes para uno mismo, aunque le incomoden al otro. En este sentido, es esencial no caer en “prohibir” ciertas cosas al otro, chantajear o amenazar “si tú haces esto, entonces yo hago esto otro”, actuando desde la rabia o el despecho. Recordemos que esta- mos libremente dentro de una relación y si queremos cuidarla, cada uno debe ser responsable de elegir y guiar sus actos, consciente de sus efectos positivos o negativos para el vínculo. Dentro de los temas complejos que pueden implicar riesgos para la pareja, se encuentran: la relación social con el sexo opuesto (amigos o amigas que son muy cercanos y especiales para la pareja, sobre todo si tienen intereses más allá de la amistad), el exceso de trabajo o actividades (que dejan muy poco espacio para la pareja), las sa- lidas a lugares en los que se dan con mayor facilidad interacciones erotizadas (discoteques, fiestas, etc.), el espacio que se da a terceros (familia y amigos) para opinar e influenciar en la relación, entre otros.
  • 38. 38 Mónica López Hernando Es importante que cada uno tenga claridad respecto a cuáles son las cosas que incomodan o complican a la pareja y cuál es la conducta que se espera que uno tenga frente a estas situaciones, lo cual pue- de ser una guía de referencia. Al estar en pareja, comprometidos en una relación de amor, es esen- cial cuidar la confianza lograda, dejar de pensar individualistamente y empezar a pensar en el otro también, en la relación. Si yo me con- vierto en mejor pareja, no sólo ayudaré a la relación y haré sentir bien al otro, sino también yo mismo creceré como persona. Como ejercicio a trabajar en pareja, pueden conversar sobre las si- guientes preguntas: • ¿Cuáles son las situaciones que ponen en riesgo nuestra relación? • ¿De qué forma estoy cuidando o exponiendo a riesgos nuestra relación? • ¿Cómo podemos mejorar la situación? 5. Respeto El respeto es uno de los valores fundamentales dentro de una relación de pareja sana, y debe existir en ambos sentidos, es decir, es impor- tante no sólo respetar al otro, sino también aprender a respetarse a sí mismo, lo cual no siempre es fácil, ya que es necesario ser consciente de cuáles son nuestros límites, qué cosas puedo aceptar y qué cosas no… sí, hay que aprender a decir no. Muchas veces decir no ante una situación, implica decirnos sí a nosotros mismos. Existen múltiples razones por las cuales nos puede costar poner límites y respetarlos, pero en esencia hay un fuerte miedo al rechazo, sentir que el otro dejará de quererme si me niego o me opongo a algo que me propone, baja autoestima, inseguridad o incluso sentir que no se tiene ningún límite significativo que el otro no pueda cruzar, cayendo en una dinámica de bastante riesgo en algunos casos (como el de las mujeres maltratadas que justifican o “entienden” a sus parejas). Partiendo del respeto hacia sí mismo, es más fácil poder respetar al otro en cada uno de los temas en que son distintos. En este sentido, es esencial reconocerse con sus diferencias y respetarse en esto, ya que muchas veces podemos tender a descalificar al otro en sus opiniones, gustos o acciones, porque simplemente no son como las que uno tie- ne. Así, no es necesario entender siempre las razones del otro, pues en
  • 39. guía de apoyo psicológico para universitarios 39 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja ocasiones nos será difícil comprender muchas cosas, el tema va más allá, es aceptarse y respetarse. De este modo, es fundamental no invalidar aquellas cosas que para el otro son importantes, aunque para nosotros no lo sean en lo ab- soluto. Desde aquí, la actitud más bien es: “No entiendo muy bien por qué significa tanto para ti esto, pero si para ti es importante, lo respeto, lo acojo como parte de ti y no le quitaré su valor”. Así, debe- mos primero analizar si las opiniones negativas que nosotros podamos tener respecto a los suegros, a los intereses u opiniones del otro, entre tantos otros temas, vamos a expresarlas con respeto o no, pues pue- den llegar a ser muy dañinas para el otro en su autoestima y en su identidad si las manifiesto desde una postura descalificadora. Así, podemos reflexionar en pareja ¿me siento respetado/a?, ¿cuáles son los temas en que yo he tendido a faltarle el respeto a mi pareja?, ¿he pedido perdón si mis expresiones han causado daño?, ¿me cues- ta respetar nuestras diferencias? 6. Estar en las malas, pero sobre todo en las buenas... Comúnmente se cree que es más importante estar presente y apo- yarse en los momentos difíciles, pero los estudios han demostrado que tanto o más importante es cómo el otro reacciona ante lo positivo que nos sucede. Gable (2006) ha descrito, luego de estudiar este fe- nómeno, que es ideal recibir una respuesta activa y constructiva por parte de nuestra pareja en vez de una pasiva o destructiva. Sentir que el otro se entusiasma con nosotros, celebra, se alegra con mis logros y mi felicidad es esencial para aumentar la sensación de compañeris- mo, confianza y unión emocional en la pareja. Gable describe una matriz de respuestas frente a las buenas noticias, donde se puede ejemplificar lo que recién expuse:
  • 40. 40 Mónica López Hernando ACTIVO PASIVO CONSTRUCTIVO ¡¡ Excelente !! Era muy importante para ti conseguir este trabajo, así que hay que celebrarlo. Vamos y me cuentas qué es lo que más te gusta de tu nuevo trabajo. Ahh, qué bueno que lo conseguiste. DESTRUCTIVO Bueno, eso significa que tendrás más responsabilidades ahora, te quedará menos tiempo libre y estarás más estresada con todas las cosas que tienes que hacer… ¿Cómo lo vas a hacer con las llegadas tardes a casa? Al observar los distintos tipos de respuesta podemos reflexionar respec- to a cómo nosotros estamos con el otro cuando le suceden eventos positivos. ¿Le damos la suficiente importancia?, ¿nos alegramos con los logros del otro?, ¿cómo se lo demostramos?, ¿cómo podemos me- jorar nuestras respuestas para que sean más activas y constructivas? 7. Aprender a discutir… Algunas parejas suelen manejar los conflictos con dificultades, con- frontando agresivamente o no encontrando una resolución satisfac- toria para ambos, quedando muchas veces con temas abiertos o pendientes. Muchas veces sus peleas son de inicio violento, acusador o sarcástico; tienen un alto nivel de crítica; pueden llegar a expresar desprecio hacia el otro; hay una actitud defensiva, como si el otro fuese un enemigo al cual debo enfrentar, no un compañero con el cual debo resolver algo; utilizan muchas veces la indiferencia como castigo o forma de evadir la discusión, sin llegar a resolverla. Es más, la indiferencia, defensividad, desprecio y crítica son llamados los “4 jine- tes del apocalipsis” en las relaciones de pareja, ya que predicen en un 93% la separación si es que no hay intentos exitosos de reparación del daño que producen (Tapia, 2001). En estas dinámicas, el vínculo tiende a cuestionarse, cualquier dificul- tad importante pone en amenaza de inmediato la continuidad de la relación, la inseguridad y desconfianza en el amor del otro llevan a que se adopte una actitud defensiva y a alejarse en busca de pro- tección frente a ese otro que puede dañarme. Así, el miedo domina
  • 41. guía de apoyo psicológico para universitarios 41 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja la situación, se busca escapar y existen dificultades para detenerse a conversar y buscar alternativas que ayuden a resolver el tema. Se parte de la base que ninguno es dueño de la verdad, existen mu- chas verdades y no se trata de convencer al otro de que yo tengo la razón y él está equivocado, sino buscar qué solución o acuerdo podemos encontrar para este tema. Las parejas felices también discuten, pero lo hacen de forma dife- rente, pues hay un ánimo de conciliar diferencias, exponer posturas en un contexto de respeto y escucha, cuidando la relación y al otro, pues el vínculo de amor que los une no se coloca en una posición de riesgo. Esa seguridad y confianza es clave para que desde ahí se exponga el problema, se expresen con sinceridad los sentimientos y se busque algún acuerdo o solución. Puede existir rabia, enojo y a ve- ces expresarse cosas que hieren al otro, pero el perdón y la humildad para reconocer los errores están presentes en estas relaciones. Las habilidades para discutir mejor ayudan a detenerse y no fomentar una escalada de negatividad, la cual sucede en las peleas cuando uno dice algo que complica al otro, este lo siente como un ataque que responde más fuertemente y así el nivel de agresividad va su- biendo cada vez más hasta ser realmente dañino. Ante esto es im- portante primero tomar conciencia de cuál es nuestro aporte a la escalada negativa y la frase de que “para pelear se necesitan dos” es bastante cierta en estos casos. Cuando estamos nublados por la rabia y nos damos cuenta de que ya no estamos escuchando realmente al otro, sino que estamos pre- parando la siguiente respuesta o “ataque”, dañándose bastante, al- terándose y desde ese plano con poca disposición para buscar un acuerdo, es mejor detenerse, parar la escalada y calmarse para que en otro momento “más en frío” puedan conversar nuevamente con otra estrategia distinta, que busque cuidar más la relación. Todas las parejas tienen formas distintas para lograr disolver la tensión en una discusión, algunas suelen usar el humor; otras se abrazan con ternura, sin palabras, lloran o sólo se calman mutuamente con cariño y contención, pidiéndose perdón e intentando conversar más tran- quilamente, con mayor comprensión y cuidado; otras prefieren dis- tanciarse un momento, respirar hondo y más tarde o al día siguiente retomar el tema.
  • 42. 42 Mónica López Hernando Independiente de la forma en que logren parar la escalada, lo impor- tante es hablar en algún momento sobre aquello que está en discu- sión. La gran mayoría de los problemas importantes no tienen una “so- lución” que sea definitiva y satisfactoria para ambos, pero sí se puede llegar a acuerdos sobre cómo sobrellevarán ese tema en el futuro. A veces puede ser difícil entender lo que el otro necesita, o incluso se puede no estar muy de acuerdo con ello, pero debemos ir más allá y pensar en qué estoy dispuesto a hacer (o no) para que mi pareja sea más feliz. Así, un ejemplo simple de esto puede ser lo siguiente: “Ella insiste en celebrar cada mes de pololeo que llevamos, a mí se me olvida, quizás los aniversarios se justifique más celebrar y hacer algo especial, pero todos los meses lo encuentro demasiado… ella se siente mal, dice que soy poco detallista, que no la quiero y le afecta harto esto. Después de varias peleas, le pedí perdón porque en el fon- do vi que estaba siendo egoísta, empezamos a celebrar cada mes, lo anotaba bien para que no se me olvidara y noté cómo esto la ponía contenta. Para ella era importante y para mí es importante verla feliz, no fue tan difícil y me sentí parte de la solución en vez de quedarme en el problema, lo que fue bueno para los dos como pareja”. No sólo basta con que uno de los dos dé el primer paso hacia el per- dón, en un gesto de humildad que deja de lado el orgullo, en un intento por reparar el daño, por acercarse y estar mejor luego de una pelea, es esencial también que el otro deje el rencor y acepte el in- tento de su pareja porque ambos puedan estar mejor. La reconcilia- ción es tarea de dos. Otra clave importante para aprender a discutir mejor, es no caer en generalizaciones, para esto hay que considerar dos puntos, el prime- ro es no caer en los “siempre” y en los “nunca”, pues al hacerlo le quitamos valor a las veces en que algo ocurre distinto, y el segundo es hacer una diferencia entre “eres” y el “estás”. En este sentido, una persona puede “ser conversadora” (comportamiento frecuente, ca- racterístico de la persona) y “estar callada” (por alguna circunstancia especial, cansancio por ejemplo), por ende frases como “eres una egoísta”, “eres un desconsiderado”, entre otras, pueden percibirse por quien las recibe como un ataque hacia la propia identidad ba- sado en prejuicios, lo cual puede instar incluso a colocarse en una posición más defensiva, que promueva una discusión dañina para ambos.
  • 43. guía de apoyo psicológico para universitarios 43 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja El entender un comportamiento como “un estado” en el que se en- cuentra la persona y no un rasgo permanente, puede ampliar la mi- rada y ayudar a que juntos intenten comprender qué puede estar ocurriendo para que uno de los dos se comporte de esta manera. Si se piensa que la persona “está irritable”, es más fácil empatizar con ella y pensar sus orígenes y formas de aportarle, por ejemplo “quizás le fue mal en el trabajo y no tiene ganas de hablar con nadie, le prepararé una once rica, esperaré que se calme un rato y luego me acercaré para que conversemos y preguntarle qué pasa o si lo pue- do ayudar en algo”. 8. Proyectarse juntos Al formar una relación de pareja, existe un punto de unión entre dos caminos, donde se puede soñar con un proyecto en común. Con frecuencia este proyecto integra elementos como encontrar un lugar donde vivir juntos, el ser padres, viajar o compartir experiencias de vida significativas. Pero no siempre ambas partes están de acuerdo en el cómo, cuándo y dónde… En ocasiones, los proyectos de vida individuales pueden ser incom- patibles con una vida juntos, como se observa en este relato de una paciente: “llevábamos varios meses cuando empezamos a hablar de una vida en común y ahí empezaron los problemas… yo siempre qui- se titularme y después irme a Italia a estudiar un magíster, para des- pués quedarme a vivir allá, tengo familiares que me invitan e incluso he estado en clases de italiano para manejar bien el idioma, pero él no acepta la idea de vivir lejos de su familia, sus amigos, sus raíces, no quiere irse y desde ahí, yo cedo y me quedo con él o él cede y se va conmigo, no hay alternativa si queremos seguir juntos”. Otros temas comunes son: cuando uno de los dos quiere tener hijos y el otro no; cuando uno quiere vivir en departamento y el otro en casa; cuando la mujer tiene interés por crecer profesionalmente y trabajar, mientras él quiere formar una familia tradicional donde él provea y ella se quede en casa cuidando a los niños, entre tantos otros que pueden poner en riesgo la continuidad de la relación. Por esto, si se tiene claridad en el proyecto de vida individual y dificul- tades para ceder en él, es un elemento a considerar al momento de realizar una elección de pareja. De otro modo, es esencial conversar y llegar a acuerdos, si desean estar juntos y construir una vida en co- mún, ambos deberán ceder, buscando alternativas y optando por
  • 44. 44 Mónica López Hernando ellas en una decisión conjunta, pero sobre todo libre (no impuesta por el otro), pues debemos hacernos responsables de nuestras elecciones sin culpar luego al otro por habernos influido en tomarlas. Los proyectos comunes entregan sentido a la pareja, la fortalece y le permite soñar, sentir que es posible un futuro juntos, lo cual entrega ilusión y felicidad. Si bien hay muchas parejas que prefieren centrarse en el presente, principalmente por miedo a creer en algo que puede no cumplirse (con la posterior desilusión y dolor) o porque uno de los miembros o ambos no están aún seguros de que su relación de pare- ja pueda prosperar, es importante que si ambos sienten el deseo de permanecer juntos y construir una vida en común, puedan atrever- se, tener el valor de soñar, desde esta idea: “me proyecto contigo y acomodo mis proyectos personales para que puedan calzar en este camino compartido, algunos permanecerán y sé que me apoyarás en ellos, así como yo lo haré con los tuyos, otros cambiarán un poco, pero, para mí vale la pena si es que eso significa poder estar contigo. Ninguno tiene la certeza de si esto podrá o no funcionar, pero quiero dar todo de mí para que así sea y si no resultase, me quedaré con lo hermoso que vivimos y construiré nuevos sueños para poder seguirlos. Prefiero y decido ahora confiar, disfrutar de una ilusión y compartir sueños contigo antes de quedarme en el miedo de la incertidumbre, la ansiedad ante aquello que no puedo controlar y por esto perder la oportunidad de proyectarme a tu lado”. 9. Cuidar el mundo propio, construir el compartido Al construir una relación de pareja, es fundamental no dejar de lado todo aquello que constituye nuestro mundo: amigos, familia, activi- dades de interés, sueños, etc., tener espacios personales nos ayuda a crecer, a sentirnos más seguros, libres y confiados en nuestra capaci- dad para ser feliz, pues si yo llego a depender de otro para ser feliz, le atribuyo un peso demasiado grande que puede influir negativamen- te en nuestra relación. Es importante respetar mis espacios y los del otro, entender que juntos construimos un espacio distinto llamado “nosotros” y debemos cuidar cada uno de ellos, pues todos son necesarios. En esto es clave trans- formarse “en un planeta completo que busque ser pareja de otro planeta, no en un satélite que busque orbitar y girar en torno a otro”. Si no tenemos un mundo propio muy desarrollado, podemos caer en la tentación de satelizar el del otro, lo cual puede causar ahogos, sensación de estar siendo invadido, entre otras bastante frecuentes.
  • 45. guía de apoyo psicológico para universitarios 45 Decálogo de buenas prácticas en la relación de pareja Ante esto, una buena opción es comenzar a desarrollarnos en lo per- sonal de forma más íntegra, comenzar a integrarnos más a la vida, generando intereses, lazos y experiencias propias también, las cuales a su vez enriquecerán la relación. 10. Responsabilidad ante la relación Un primer paso esencial y necesario si deseamos un cambio positivo en nuestra relación de pareja como en cualquier otro tema, es asu- mir la propia responsabilidad que tenemos en cada uno de nuestros actos, tomar conciencia de que nosotros decidimos a cada momen- to qué queremos para nuestra vida y que no necesariamente somos sujetos pasivos que recibimos “lo que la vida nos trae”, sino que te- nemos la capacidad de elegir qué queremos, con quién queremos estar y cuál será nuestro aporte a la relación. Esta mayor conciencia nos lleva a una actitud que ayuda a crecer en pareja, pues asumo que estoy con el otro porque quiero estar, por- que deseo compartir mi vida con esta persona y entregarle mi amor. Esta libertad cuida al otro, a nosotros mismos y a la relación, desde el amor y el compromiso, pero con la libertad que puede entregarte la confianza como una base segura en la cual sostenerse. Desde ahí nos convertimos en constructores activos de este camino en común, donde busco aportar a la relación, dar lo mejor de mí con el fin de que mi pareja y yo seamos felices. Sin miedo, con la tranquili- dad y confianza que entrega la seguridad de que pase lo que pase, podré ser capaz de volver a reconstruirme y seguir adelante solo, si es que la relación no se mantiene. Desde ahí, entregarse a vivir intensa- mente todo lo que nos puede entregar la relación, es un regalo que debemos aprovechar y disfrutar al máximo. Es importante pensar, para quienes no están en pareja, que la base de una buena relación con otro, está primero en tener una buena relación con uno mismo, por lo que si están solos, pueden aprovechar esta oportunidad para enriquecerse de experiencias, crecer, apren- der y ampliar su mundo, disfrutar de su soledad y hacer de su vida un lugar que les guste estar, esto es parte de la responsabilidad con la propia felicidad y sienta bases positivas para establecer una relación de pareja sana.
  • 46. 46 Mónica López Hernando Si bien en este decálogo no se abordaron directamente, dada su amplitud, temáticas como la sexualidad, la relación con la familia de origen, entre otros, algunas ideas planteadas pueden ser claramente aplicables a estos ámbitos. De todos modos, queda la invitación para desarrollar estos temas en un próximo texto. Para terminar, sólo decirles que espero que estas ideas puedan ser una invitación a reflexionar y revisar su relación de pareja con el fin de mejorarla cada día más, entregando al otro lo más importante que podemos darle: AMOR. Referencias Gable, S.; Gonzaga, G.; Strachman, A. Will you be there for me when things go right? Supportive responses to positive event disclosures. Journal of Persona- lity and Social Psychology. Vol 91(5), Nov. 2006, 904-917. Tapia, L. Algunas consideraciones para una Terapia de Pareja basada en la Evidencia. Revista De Familias y Terapias, Jul-Nov. 2001, 9:14 y 15, 7-30.
  • 47. 47 Ansiedad ante el rendimiento Patricia Gallero Pardo Ansiedad… no es una palabra agradable, ¿no?, ni menos cuando estamos a punto de rendir una prueba, un control o un examen; pen- sando en este problema es que a continuación expondré una aproxi- mación que espero sea beneficiosa para estudiantes universitarios que lo presentan, con el fin de lograr comprensión de su naturaleza, identificación de sus síntomas y adquisición de elementos prácticos que apoyen su enfrentamiento y manejo. Formalmente podría definirse la ansiedad como una reacción ante sucesos estresantes y específicamente la ansiedad ante el rendimien- to, como un tipo específico de ansiedad relacionada con situaciones donde nos importa “hacer las cosas bien”. Ya conocemos sus mani- festaciones, podemos haberlas escuchado, leído o aprendido, pero lo peor… las hemos vivido en nuestra propia experiencia. Durante el tiempo que me he desempeñado trabajando como psi- cóloga para los estudiantes en la universidad, he recibido muchos pacientes que consultan por este problema y noté que, a diferencia de otros motivos de consulta, éste es uno que los pacientes detectan y definen explícitamente. Innumerables veces les escuché decir: “yo sabía, pero en el momento de la prueba se me olvidó todo” “me bloqueé” “me equivoqué en detalles tontos” “mis compañeros a los que les enseñé tuvieron mucho mejor nota que yo” Frases como éstas revelan su frustración, son la expresión de una ex- periencia que los va insegurizando y desmotivando progresivamente hasta llegar a constituir un círculo vicioso cuyas consecuencias aca- démicas finalmente hacen que la persona afectada nos consulte; así, es habitual que nuestros pacientes pidan apoyo cuando ya han re- probado un ramo en una o más oportunidades, se sienten temerosos e insatisfechos con resultados que consideran injustos en relación a sus, a veces exagerados, esfuerzos. ¿Qué los hace funcionar de este modo tan perjudicial? Si se resumiera en una palabra, la respuesta a esta pregunta sería: Temor.
  • 48. 48 Patricia Gallero Pardo Temor a no cumplir con las expectativas de su familia, temor a no cumplir con sus propias expectativas, temor a perder beneficios eco- nómicos, temor a no ser apto para su carrera, temor a ser eliminados, temor a demorarse mucho en titularse … temores diversos que se ma- nifiestan en un estado tenso, incómodo, expectante, inseguro, que llamamos ansiedad. Pensemos por un momento en sentirnos así, ¿cómo rendiríamos con la presión de estos temores?, ¿cómo rendiríamos con la presión de tener que hacerlo bien para evitar poner en riesgo algunas de las cosas que más nos importan? Obviamente, no en nuestro mayor potencial y, ciertamente, no de acuerdo a nuestras capacidades o al esfuerzo que hemos hecho. Ocurre entonces la paradoja de que el mismo empeño que hace- mos en pro de un objetivo es aquel que nos impide lograrlo y de que, en consecuencia, generamos precisamente aquello que queremos evitar. ¿Cuál es el mecanismo a la base de esto? • Este mecanismo está dado por fenómenos internos (cognitivos y emocionales) que llevan a una conducta perjudicial: • Por alguna razón, el alumno presentó dificultad con un cierto ramo y obtuvo un mal resultado (nota) en una evaluación puntual. • A partir de este evento se activan en él los temores que mencio- nábamos anteriormente u otros similares; cuáles sean éstos de- pende de variables como la personalidad del individuo, su histo- ria, su contexto presente, etc. • Estos temores generan fantasías negativas anticipatorias (“tendré que dar examen”, “puedo reprobar el ramo”, “me atrasaré en la carrera” e, incluso, “me eliminarán de la universidad”). • En este punto comienza a surgir la ansiedad que la persona pue- de reconocer en sus manifestaciones en distintos niveles: por ejemplo, sudoración de manos, dolores musculares, inquietud mo- tora, insomnio (nivel fisiológico); irritabilidad, miedo, incertidum- bre, inseguridad (nivel emocional); dificultad de concentración, preocupación, “mente en blanco” o bloqueo (nivel cognitivo) y evitación de estudio o, incluso, de presentarse a pruebas (nivel conductual). • En este estado ansioso que hemos descrito, la persona se enfren- ta a la situación de evaluación y, como es de esperarse, su ren- dimiento se ve interferido aunque la persona haya estudiado e
  • 49. guía de apoyo psicológico para universitarios 49 Ansiedad ante el rendimiento incluso tenga un buen manejo de los contenidos; nuevamente obtiene un resultado no satisfactorio. Es así como se produce un círculo vicioso que podríamos expresar simplificadamente dicien- do que la ansiedad genera mal rendimiento y que, a su vez, el mal rendimiento genera ansiedad. Ansiedad Fantasías y temores, Conducta de evitación Efecto en el rendimiento Manifestaciones FÍSICAS CONDUCTUALES • Síntomas gastrointestinales • Deseos frecuentes de orinar • Aumento o disminución del apetito • Tensión generalizada • Taquicardia • Sudoración • Temblor • Contracturas • Tics • Dolores de cabeza • Sensación de ahogo y opresión en el pecho • Inquietud • Tartamudeo y dificultades para hablar • Tono de voz nervioso • Insomnio y/o dificultades para conciliar el sueño • Conducta de evitación EMOCIONALES COGNITIVAS • Susceptibilidad- Irritabilidad • Nerviosismo • Angustia • Agresividad • Enojo • Miedo a fallar • Miedo a quedar paralizado • Apatía • Dificultades para concentrarse • Sensación de confusión • Fenómeno de la mente en blanco • Distracción • Preocupación por el desempeño • Preocupación acerca de las consecuencias negativas de fallar • Preocupación por las sensaciones físicas • Perfeccionismo
  • 50. 50 Patricia Gallero Pardo Ahora bien, la pregunta que nos hacemos ante este panorama es ¿qué hacemos? o ¿cómo puedo cortar este círculo vicioso? Lo que hacemos en psicoterapia es intervenir en los distintos niveles en que se manifiesta el problema. De este modo, a nivel fisiológico podemos trabajar enseñando técnicas de relajación que la persona podrá aprender y practicar hasta llegar a utilizarla cada vez que sea necesario, lo cual le per- mitirá: tomar conciencia de su cuerpo, específicamente del estado de tensión; manejar la respiración y coordinarla con la contracción muscular y utilizar esto para relajar su cuerpo y disminuir las señales fisiológicas de ansiedad. A nivel cognitivo y emocional es donde está el trabajo más profundo. En este nivel nos encontramos con todo aquello que asociamos con nuestra ansiedad presente, con todo un contexto biográfico, am- biental, de vínculos afectivos y de rasgos de personalidad. Un con- texto que es exclusivo para cada uno de nosotros y que constituye el marco en el cual se inserta nuestro problema: la ansiedad ante el rendimiento. Aquí es donde podemos hacernos varias preguntas que tal vez nos aclaren y ayuden a comprender nuestros temores (dedica unos minu- tos a contestar estas preguntas en función de tu experiencia): • ¿A qué le temo? (respecto del problema específico): Ej. “puedo reprobar el ramo nuevamente y ser eliminado de la ca- rrera” (fantasía negativa anticipatoria, si se considera que la persona en ese momento preciso está solamente enfrentando una prueba). • ¿Qué siento que me estoy jugando al rendir? (además de una nota, por supuesto) o ¿qué arriesgo?: Ej. “si me va mal, no estaré respondiendo al esfuerzo que hacen mis padres”. • ¿Qué hago habitualmente cuando no tengo el resultado que es- peraba?: Ej. “me desmotivo y dejo de estudiar” (lo cual incide en malos resul- tados posteriores). • ¿Qué hacía antes (en otras etapas de mi vida por ejemplo) en este caso?: Ej. “En el colegio no me preocupaba tanto porque sentía apoyo de mis compañeros y profesores, en cambio en la universidad cada uno se las arregla solo, los profesores no están pendientes” (lo cual podría
  • 51. guía de apoyo psicológico para universitarios 51 Ansiedad ante el rendimiento evidenciar un problema de adaptación a la universidad que subyace al problema de ansiedad). • ¿Qué importancia ha tenido en mi historia (desde que era niño) el “hacer bien o mal las cosas”?: Ej. “Mi familia siempre me ha comparado con mi hermano, que es muy exitoso, por lo tanto, yo permanentemente he intentado alcan- zarlo o superarlo”. • ¿Me permito equivocarme?: Ej. “cuando me va mal, siento rabia conmigo mismo (a) y continúo mucho tiempo recriminándome, hasta que vuelve a irme bien”. • ¿Qué imagino que esperan de mí las personas cercanas?: Ej. “Yo sé que mi madre espera que termine pronto la carrera para que pueda apoyarla económicamente” (lo cual genera una perma- nente sensación de apuro y presión)”. • ¿Los resultados que obtengo cambiarán la imagen que tengo de mí mismo o la que otros tienen de mí?: Ej. “A veces creo que mis compañeros me ven menos inteligente por- que me ha ido mal en un ramo” (esto es una generalización que ade- más la persona imagina y no ha confirmado). • ¿Exijo a (o espero de) otros lo mismo que me exijo a (o espero de) mí?: Ej. “No, yo entiendo que los demás pueden equivocarse y eso no sig- nifica que sean incapaces” (se evidencia la actitud autoexigente de la persona). • ¿Qué significado le doy a los malos resultados?: Ej. “Pienso que tal vez yo no sirva para esta carrera” (esta es una idea irracional, considerando que muchas personas han tenido y superado dificultades durante sus estudios y eso no ha implicado que posterior- mente fracasen como profesionales, incluso puede darse lo contrario). • ¿Realmente no tengo opciones si no me va bien ahora?: Ej. “No sé qué haré si me va mal y repruebo el ramo” (si se analiza con detención, se verá que hay varias instancias para repuntar cuando se ha tenido mal rendimiento en un ramo, antes de reprobarlo; existen pruebas recuperativas, exámenes en marzo, cursos de verano, etc. Y si se reprueba, también es importante evaluar que incluso puede favorecer al alumno hacer nuevamente el ramo para consolidar un buen nivel de aprendizaje).
  • 52. 52 Patricia Gallero Pardo Es importante hacer frente a esta situación que tememos, percibirla como posible y ver que es menos amenazante en la realidad de lo que anticipamos en nuestra imaginación. Preguntas como éstas u otras similares, si nos las planteamos y las res- pondemos tratando de ir un poco más allá de la primera respues- ta que surge, profundizando en ellas, nos ayudarán a comprender cómo conceptualizamos el rendimiento, con qué factores lo asocia- mos, cuán irracionales pueden ser nuestras expectativas, cuánto de nuestra vida hacemos depender de ello, etc. Y así posibilitar la toma de conciencia de aquello que nos está presionando o dañando, de aquello que estamos enfocando inadecuadamente y que finalmen- te genera nuestro estado ansioso al enfrentarnos a las evaluaciones. A nivel conductual habitualmente se realizan distintas intervenciones, todas las cuales apuntan a enfrentar de una u otra manera aquello que tememos en vez de evitarlo, lo cual también tendería a cortar el círculo vicioso que se expuso anteriormente. Además de esto, existen ciertas orientaciones simples que se pueden seguir en el momento mismo de enfrentar una prueba o evaluación y que, si bien es cierto no harán que la ansiedad desaparezca auto- máticamente ni tampoco asegurarán una buena calificación, sí fa- vorecen el manejo de la ansiedad que surge en esta situación, dismi- nuyen su interferencia en el desempeño y aseguran que el resultado sea más acorde al conocimiento, el dominio y la comprensión que el alumno tiene de la materia que se evalúa. Es así como, en el momento de comenzar a rendir la prueba, las indi- caciones son: 1. No dedicarse a eliminar la ansiedad A pesar de que pareciera contradictorio con nuestro objetivo, no re- sulta conveniente en ese momento hacer esfuerzos por estar tranqui- los; en primer lugar, porque ese esfuerzo que hacemos mantendría nuestra atención focalizada en la ansiedad en vez de situarla en las preguntas que tenemos frente a nosotros y en la ejecución de la prue- ba; y en segundo lugar, porque cuando ya presentamos el problema de ansiedad ante el rendimiento, el sentir o dejar de sentir ansiedad no es algo que podemos manejar voluntariamente (si así lo fuera, no tendríamos el problema), por lo tanto, lo más probable es que hare- mos mucho esfuerzo, veremos que no nos resulta y sentiremos más ansiedad en todas sus manifestaciones. Entonces, la pregunta obvia es ¿qué debería hacer?
  • 53. guía de apoyo psicológico para universitarios 53 Ansiedad ante el rendimiento Simplemente tomar conciencia de la ansiedad, asumirla, saber que está ahí, pero no fijar nuestra atención en ella, dejar que forme parte del telón de fondo de la escena. Podemos practicar la relajación fí- sica a través de la respiración si ya la hemos aprendido, pero la idea central es focalizar nuestra atención en las preguntas y desarrollarlas a pesar de la ansiedad, con la ansiedad presente, como si fuera un ruido molesto que hay en el ambiente; dirigir nuestra atención a la ta- rea que en ese momento nos ocupa, no a nuestro estado emocional del momento. 2. No estar atento al tiempo (a la hora) Por lo tanto, no llevar reloj ni buscar saber qué hora es mientras esta- mos desarrollando la prueba. A menudo se considera esta conducta como útil para distribuir ade- cuadamente el tiempo que se dedica a cada pregunta, sin em- bargo, para quienes presentan ansiedad en esta situación, el estar pendiente de cuánto tiempo ha pasado y de cuánto queda para las preguntas siguientes, sólo generará más presión y evidentemente ansiedad, ya que es común que en estos casos las personas sientan que el tiempo no es suficiente para lo que deben responder. A veces están en lo cierto, pero aún en estos casos, es preferible responder menos preguntas en un estado de mayor concentración y tranqui- lidad, que más preguntas en estado de presión y “corriendo contra reloj”, donde se corre el riesgo de cometer errores por apuro y falta de concentración. 3. Leer detenidamente cada pregunta (de a una) Pareciera evidente e innecesario mencionar que para responder acertadamente necesitamos saber qué se nos está preguntando, sin embargo, es frecuente que cuando nos enfrentamos a una evalua- ción y nos sentimos ansiosos, tendemos a apurarnos en responder, leemos “corriendo” la pregunta y así puede ocurrir que nos dedica- mos a desarrollarla sin haberla comprendido a cabalidad, o bien, ha- biendo leído equivocadamente datos importantes de ésta, suponien- do que nos preguntan algo distinto de lo que se nos pidió en realidad; finalmente tenemos como consecuencia una respuesta errónea, aun cuando contábamos con el conocimiento necesario para haber res- pondido bien.
  • 54. 54 Patricia Gallero Pardo Por lo tanto, es muy importante que dediquemos tiempo a leer con detención la pregunta para asegurarnos de que sabemos qué se nos está preguntando. Además, es conveniente leer con calma y luego contestar sólo la pri- mera pregunta y no leer toda la prueba de inmediato. Se debe ir avanzando gradual y sistemáticamente para evitar angustiarse al ver cuánto abarca la totalidad de la prueba o al imaginar que no sabe- mos responder todas las preguntas, situaciones que habitualmente ocurren a quienes se sienten muy ansiosos. 4. No presionarse por saber la respuesta completa de inmediato (responder paso a paso) Estamos centrados en la primera pregunta y nos dedicamos a respon- derla. Si, como ocurre muchas veces, la pregunta requiere un desa- rrollo largo y complejo de varias etapas, como son los ejercicios ma- temáticos o las preguntas en que es necesario, por ejemplo, aplicar e integrar conceptos teóricos a la solución de casos concretos, no es necesario saber de inmediato el desarrollo completo de la respuesta; puede ser que a causa de la ansiedad hayamos olvidado partes de éste o aún no logremos identificar de qué ejercicio o caso específico se trata. No importa; en vez de desperdiciar tiempo en presionarnos para recordar, es preferible ir respondiendo paso a paso, es decir, establecer un primer paso tentativo, “intuitivo”, incluso podríamos de- cir, aunque no tengamos certeza de que está correcto o adonde nos llevará. Luego, al mirar este primer paso, imaginar cómo podría continuarse y desprender de este primer paso, el siguiente y así ir ex- trayendo cada paso del paso anterior, hasta que: a) logremos recordar, deducir y completar la respuesta, o b) nos quedemos detenidos sin saber cómo continuar. 5. Distinguir “bloqueo” de “tiempo para reflexión, deducción y elaboración de repuesta” Cuando nos hemos quedado detenidos en el desarrollo de la res- puesta, nos centramos en lo que está ocurriendo en el interior de nuestra mente, qué estamos imaginando, o recordando o diciéndo- nos a nosotros mismos. En este punto, es necesario distinguir dos esta- dos distintos:
  • 55. guía de apoyo psicológico para universitarios 55 Ansiedad ante el rendimiento a) Estamos presionándonos, sin poder recordar nada asociado a la respuesta, se nos ha olvidado todo lo que aprendimos o lo que nos sería útil para responder y solamente tenemos en nuestra mente fantasías e ideas relacionadas con tener que rendir bien, con las consecuencias de no lograrlo y con el temor y ansiedad que eso nos provoca. Esto sería un bloqueo ansioso. b) Nos detenemos a reflexionar sobre la pregunta y su respuesta, a analizar, a recordar ejercicios ya hechos, a establecer relacio- nes entre conceptos, a sacar conclusiones, a deducir. Este es un tiempo útil y productivo en la resolución de la respuesta; seguimos concentrados en ella. Entonces, si distinguimos entre estos dos estados y nos encontramos en el estado “a”, inmediatamente, en el instante en que tomamos conciencia de que estamos en este estado (bloqueo), abandona- mos esa pregunta y dejamos la respuesta tal cual está, aún incon- clusa y continuamos con la siguiente; de manera de no perder ni un segundo más en una detención que, no sólo no será productiva para responder adecuadamente, sino que además nos conectará con contenidos y fenómenos internos que nos generarán mayor ansiedad y falta de control de ésta, con todas las consecuencias que ya co- nocemos. El estado “b”, en cambio, ya lo dijimos, es un tiempo bien invertido que nos favorecerá en el desarrollo de la respuesta. 6. Continuar el desarrollo de la prueba en orden Ya sea que hayamos respondido completamente o no la primera pregunta, continuaremos con la pregunta siguiente del mismo modo, aplicando las indicaciones ya planteadas en los puntos anteriores y seguiremos el desarrollo de la prueba, pregunta tras pregunta, orde- nadamente hasta llegar al final de esta. 7. Al finalizar la prueba se completará y/o corregirá Una vez que hayamos trabajado en todas las preguntas de la prueba, llegaremos al final, habiendo completado algunas y dejado otras sin responder o incompletas; es en este punto cuando podemos volver atrás y revisar lo que ya respondimos con el fin de completar aquello que nos falta o corregir lo que tenemos ya desarrollado.
  • 56. 56 Patricia Gallero Pardo 8. No borrar ni cambiar nada, sin tener certeza Ocurre con frecuencia que al revisar una respuesta comenzamos a dudar de si estará correcta o no, nos sentimos inseguros y decidimos borrar lo que habíamos respondido o responder algo diferente, y ve- mos con decepción al recibir el resultado de la prueba, que la res- puesta que originalmente teníamos era la correcta. La mayoría de las veces esta situación es causada por la ansiedad que sentimos más que por nuestra falta de conocimiento de la mate- ria; al estar ansiosos dudamos y nos sentimos inseguros de nuestro des- empeño; por lo tanto, ante esta vacilación es preferible (dando por supuesto que nos hemos preparado adecuadamente para la prueba y comprendemos los contenidos que se evaluarán), dejar escrito lo que respondimos en un principio, que cambiarlo en el último momen- to. La excepción a esta indicación sería aquellos casos en que se está absolutamente seguro (100%) de que se ha cometido un error, ya que cuando contamos con este grado de certeza es porque sabemos cuál es la respuesta correcta; en este caso, no hay dudas ni vacila- ción; sólo así cambiaremos o borraremos nuestra primera respuesta. Al finalizar, es importante enfatizar nuevamente que todas las indica- ciones anteriores tendrán un efecto favorable en los casos en que la persona haya dedicado tiempo y esfuerzo a estudiar sistemática- mente la materia que va a ser evaluada y además la comprenda; es decir, personas cuyo rendimiento se vea afectado por la ansiedad. Este enfoque no asegura necesariamente buenos resultados o cali- ficaciones altas, sino que permite manejar dicho estado emocional (ansiedad), de modo que el desempeño del alumno sea acorde al conocimiento y comprensión que él (o ella) tiene de la materia. Si se pone en práctica de manera habitual cada vez que se enfrenta una evaluación, la ansiedad irá disminuyendo, aumentará la seguridad de la persona y será cada vez más probable lograr los resultados es- perados.
  • 57. 57 Estrategias y hábitos de estudio Beatriz Painepán Sandoval Estudiar en la universidad y desempeñarse óptimamente en ella pue- de ser una gran meta a alcanzar que requiere, en la mayoría de los casos, que los estudiantes adapten las estrategias y hábitos de estu- dios utilizados en la educación secundaria a la educación superior. Esto, el caso que esas estrategias y hábitos se hayan utilizado a través de los años de estudio o, de no ser así, comenzar a desarrollarlos si no se tienen. Más de un alumno universitario se queja diciendo: “en el colegio no estudiaba y me iba bien, sólo atendía a las clases”, “aquí estudio y me va mal”. Estos resultados probablemente reflejan mayores exigen- cias académicas en la universidad en comparación con los años de estudio previos. En muchos casos, la falta de adaptación a estas nuevas exigencias y de desarrollo de mejores hábitos de estudio influye en obtener bajas calificaciones, una o varias asignaturas reprobadas, reprobación de una asignatura en varias ocasiones, en grado extremo posible causal de eliminación de la institución. Esta trayectoria puede tener diversas causas, entre ellas están: causas emocionales, dificultades familiares, escaso trabajo académico, entre otras, o puede incluso presentarse un conjunto de ellas. Las que se relacionan con el bajo esfuerzo aca- démico o deficitario sistema de estudio requiere de cambios drásticos y urgentes en las estrategias y hábitos de estudio del alumno. Esta propuesta requiere a nivel personal de un diagnóstico, la apertura a practicar nuevos métodos y estrategias, revisar los resultados y eva- luar o retroalimentar la forma de estudiar para mejorar cada vez más. La educación superior plantea la posibilidad de probar la metodo- logía de estudio frecuentemente, ya que la duración de los estudios universitarios suelen ser al menos de tres años. Por tanto, es aconse- jable replantearse la forma de estudiar anualmente para mejorar en esta actividad. Las siguientes preguntas pueden ayudarte a reflexio- nar sobre este tema:
  • 58. Beatriz Painepán Sandoval 58 ¿Es igual la exigencia en el colegio o liceo que en la universidad? ¿En la universidad es similar la profundidad con que se revisan las diferentes materias? ¿Me preparo de acuerdo a la forma y nivel de exigencia de las evaluaciones? ¿En mi formación anterior, obtuve buenos conocimientos básicos en las distintas materias que profundizaré en la universidad? Después de considerar tus antecedentes personales puedes pregun- tarte y tomar una decisión: ¿Estudio igual que antes o de una forma diferente? Si los resultados que obtienes son acordes a tus objetivos, la respuesta es sí. Si los resultados académicos y la forma en que organizas tus ho- rarios de estudios no te agradan o no resultan, es momento de revisar cómo estás estudiando. La actividad central en la universidad es el estudio, por ello el cómo se realiza la actividad de estudiar debiera ser un ejercicio frecuente y cómodo. A nivel general es recomendable revisar cómo estudias y luego plantearte estratégicamente en relación a tus objetivos perso- nales. Para ello abordaremos a continuación temas como la motiva- ción, los conocimientos previos, los objetivos propuestos y la gestión del tiempo, entre otros (se sugiere usar como apoyo la ficha que se anexa al final del artículo). Motivación Preguntarse para qué se estudia, por qué esta carrera, por qué en esta institución. Y después específicamente plantear la misma inte- rrogante al inicio de cada semestre para cada asignatura, te permi- tirá calibrar cómo está tu motivación. En la medida que encuentres respuestas entusiastas a tus preguntas, identificarás un alto nivel de motivación que energizará tu esfuerzo. Identificar el nivel de motivación es básico para emprender el traba- jo de estudiar, mientras mayor sea el interés, el entusiasmo, el senti- do que encuentres a lo que haces, serás capaz de hacer mayores esfuerzos y obtendrás mejores resultados. Aquí cobra relevancia la siguiente historia “se encontraban dos hombres picando una piedra y se le preguntó a ambos qué hacen. Uno de ellos respondió que picaba la piedra y el otro contestó que estaba construyendo una ca- tedral”. Mientras mayor sea tu motivación, tus metas y expectativas
  • 59. guía de apoyo psicológico para universitarios 59 Estrategias y hábitos de estudio serán más ambiciosas, podrás invertir mayor energía y esfuerzo, lo que aumentará la probabilidad de alcanzar los logros esperados. Si, por otra parte, descubres que tu motivación ante una asignatura es baja, quizás sea necesario aceptar y asumir que el objetivo perso- nal es cumplir satisfactoriamente, y por compromiso, con un requisito que está en función de un bien superior como, por ejemplo, concluir la carrera. Conocimientos previos Se relaciona con la información básica que se debiera manejar para comprender las materias nuevas que se verán en la universidad. En algunas ocasiones, los alumnos suelen atribuir bajos resultados aca- démicos a sí mismos y su escaso esfuerzo, sin embargo, son incapa- ces de reconocer que han tratado de asimilar información nueva sin manejar las bases que los profesores universitarios dan por conocidas en sus alumnos. La realidad de la educación secundaria es diversa, así como diversos son los profesores, los énfasis y profundidad que han dado en el cole- gio a sus asignaturas. En la universidad se espera que los alumnos sean lo suficientemente autónomos y activos para adquirir en forma personal aquellas ma- terias o informaciones débiles en su formación académica y que puedan perjudicar su aprendizaje universitario. Por eso, si observas dificultades en tus conocimientos básicos deberás destinar tiempo a nivelarte, preguntar, estudiar y buscar información. Plantearse objetivos realistas La forma de obtener una meta es comenzar por conocerla. Mientras más claros y precisos sean los objetivos que nos planteamos, por asig- natura, por semestre, por año, es posible después evaluar si fueron logrados o no. Quizás si queremos empezar seriamente sea necesario plantearse aprobar las asignaturas, si luego esa meta es alcanzada es posible plantearse lograr un resultado académico mejor. Las metas se pueden replantear cada vez con objetivos progresivamente más ambiciosos, ya que una vez que se alcanzan es probable que te en- tusiasmes y motives más.
  • 60. Beatriz Painepán Sandoval 60 Gestión del tiempo Es erróneo pensar que se requiere dedicar el mismo tiempo de estudio para todas las asignaturas, es poco estratégico. Además, se requiere aplicar criterios organizativos que respeten algunos criterios básicos. La distribución del tiempo de estudio semanal también requiere ser diagnosticado y replanteado según nuestras metas. A continuación revisaremos un ejemplo práctico: Una alumna cursa tercer año de una carrera de alta exigencia, trabaja el fin de semana (sábado y domingo) para ayudar a costearse sus estudios, practica baile un día en la semana desde las 18.00 horas en un lugar muy dis- tante de la universidad, tan lejano como también se ubica su hogar. Su objetivo es obtener mejores calificaciones que las actuales ¿es po- sible? Ya está demostrado que es posible, después de revisar y poner en práctica durante un mes su nueva metodología de estudios, lo- grando muy buenos resultados. La opinión de la estudiante de nuestro ejemplo es de gran satisfac- ción personal por realizar todas sus actividades y de sentir que puede tener una mejor calidad de vida. Ya no necesita estudiar hasta último momento, restando horas de sueño a sus días. Sin embargo, presentó dificultad para aceptar su nueva forma de estudio, ya que reconoció que dormir poco era una especie de cábala de buena suerte para ella. Y que la primera vez que durmió temprano, previo a una prueba importante, se sintió muy culpable por no estudiar hasta tarde. De este modo, una vez diagnosticado el tiempo real destinado al es- tudio por materia, es necesario replantearlo considerando los siguien- tes criterios: • Dedicar tiempo para revisar las materias con anterioridad a la cla- se siguiente. Esto permite revisar y confirmar la comprensión de la información recogida, identificar las dudas para clarificarlas en la clase y tomar notas o apuntes de las ideas centrales de la infor- mación que continúa con mayor claridad y precisión. • Invertir tiempo en revisar los contenidos nuevos después de la cla- se para completar los apuntes con comentarios o ideas que no se alcanzaron a redactar. Repasar y asimilar la información, comple- mentar alguna idea con material bibliográfico extra y combatir la “curva del olvido” (García Huidobro, Gutiérrez y Condemarín, 2003). Ésta se presenta en la gráfica siguiente y se refiere a la idea estudiada por Hermann Ebbinghaus ya en 1885. En términos gene- rales refiere que el tiempo de retención de la información nueva
  • 61. guía de apoyo psicológico para universitarios 61 Estrategias y hábitos de estudio es limitado en todas las personas, mucha información se pierde las primeras ocho horas de aprendidos. Por tanto, la única forma de recordar la información que puede haber sido revisada hace dos o tres meses atrás, para un examen a fin de semestre, por ejemplo, es poder mantenerla de forma más permanente con un repaso frecuente. Curva del Olvido No se recuerda nada Sin repaso Un mesHoy 100% 20% 50% Se recuerda permanentemente Con repaso 8horas Idea general MesHoy Mañana Semana Quincena 100% 20% 60% 80% 40% (Extraído de Huidobro, Gutiérrez y Condemarín, 2003)
  • 62. Beatriz Painepán Sandoval 62 • Finalmente, es preciso reconocer que algunas materias son más difíciles para una persona que para otra, por diversos motivos. En tal caso, objetivamente es necesario dedicarle más tiempo lo cual puede ser obvio si lo pensamos, pero la dificultad asociada es que, la sola idea de estudiar más algo que nos cuesta puede provocarnos rechazo. Una vez considerados los planteamientos anteriores es posible revisar cómo son las sesiones de estudio, evaluando la capacidad de aten- ción y asimilación personal: ¿Me concentro rápidamente? ¿Es más fácil lograr ese estado de atención en algunos lugares, en algunos horarios, para algunas materias más que para otras? Estudiar concentradamente requiere un esfuerzo activo y consciente, que presenta en promedio un tiempo limitado de aproximadamente 20 minutos de duración, después de los cuales se sugiere cambiar el estímulo que se está revisando, es decir, cambiar de materia, acti- vidad o realizar un breve descanso, por ejemplo (García Huidobro, et al.,2003). Finalmente, sólo el mismo alumno puede evaluar si está estudiando de forma tal que logra aprender, asimilar la información o realmente pierde tiempo pensando en otras cosas. El estado de concentración implica esfuerzo y requiere que la persona realice un cambio del estímulo para recargarse de energía periódicamente. En cada sesión de estudio productiva es necesario identificar que es- tán implicadas diversas habilidades cognitivas tales como: observar, interpretar, analizar, asociar, clasificar, comparar, relacionar, expre- sar, retener, sintetizar, deducir, generalizar, entre otras, todas presen- tes para que el aprendizaje sea realmente efectivo. En relación a cómo abordar cada sesión, si hacer esquemas o resú- menes, por ejemplo, las sugerencias pueden ser numerosas, estraté- gicas y específicas según los objetivos que cada persona se plantea. Sin embargo, en general, es aconsejable practicar aquella indicación novedosa, que escuchas a tus compañeros o puedes aprender en un libro, y que tú no utilizas frecuentemente e invertir un tiempo pruden- te en practicarla, de forma tal que te permita identificar su efecto y adoptar aquellas prácticas que te faciliten los buenos resultados. Algunas ideas que puedes considerar, reflexionar y discutir con tus amigos:
  • 63. guía de apoyo psicológico para universitarios 63 Estrategias y hábitos de estudio • Estudiar solo o con los compañeros, para empezar a revisar las materias o cuando todos ya manejan bien los contenidos. • Estudiar en el hogar o en la universidad, donde puedes ir a buscar algo para comer o en un lugar con menos distracciones. • Estudiar de día o de noche. Si bien es preferible sugerir que en el día, porque es frecuente que en la noche se estudie cronológica- mente menos tiempo y se altere el ritmo sueño-vigilia, provocando posteriormente insomnio de conciliación o somnolencia durante el día. Además de evaluar las sesiones de trabajo, también es importante considerar la adaptación de tus estrategias de estudio a la diversidad de asignaturas que requieres revisar. ¿Estudias todas las materias de la misma forma? Una perspectiva más estratégica (González et al., 2005) sugiere que es necesario adaptarse a la naturaleza de la ma- teria que se está estudiando. Si necesitas realizar la lectura de varios textos que son distintas visiones sobre un mismo tema, se requiere un abordaje diferente en comparación, por ejemplo, a una asignatura que pertenece al área matemática y además requiere la realización de muchos ejercicios con alto grado de dificultad. Las sesiones de repaso requieren adaptarse a esa naturaleza y la preparación de las evaluaciones también; es distinto preparar eva- luaciones orales, pruebas escritas de desarrollo o alternativas, entre otras. Entonces, incluso la forma de evaluación a la que se verá en- frentado el alumno es un factor a considerar durante el proceso de estudio. Por otra parte, conocerse a sí mismo, identificar el propio estilo de aprendizaje, entendido, en general, como la forma particular en que cada persona utiliza un método o estrategias en el momento de apren- der, también es un factor a considerar para organizar las sesiones. Los sistemas que estructuran el estilo de aprendizaje se establece según la forma como seleccionamos la información, como orga- nizamos la información y como trabajamos la información. En este sentido, si bien existen diversos modelos y teorías al respecto, desde la perspectiva de la Programación Neurolingüística, por ejemplo, se consideran los canales de ingreso o selección de la información y se refiere a un estilo visual, auditivo y kinestésico de aprendizaje (Cazau, 2001). Actualmente es posible utilizar cuestionarios que nos ayuden a identificar estos mecanismos propios. Por ejemplo, una persona con un estilo más bien auditivo asimilará mejor la información nueva
  • 64. Beatriz Painepán Sandoval 64 cuando recibe la información en forma oral, escuchándola en clases expositivas, por ejemplo, y se sentirá cómoda expresándola poste- riormente hablando y explicándosela a otra persona. Alguien con un estilo visual aprenderá más fácilmente a través de la lectura de tex- tos, siguiendo las transparencias de una presentación y/o tomando apuntes, por ejemplo. Es importante conocerse a sí mismo para mejorar la forma personal de estudiar y también para plantearse objetivos más realistas y alcan- zar metas acordes a nuestras capacidades y ambiciones. También compartir y practicar formas de abordar las sesiones de estudio de otras personas puede permitir conocer algunas técnicas específicas que pueden ayudar a mejorar el trabajo académico per- sonal. Entre muchos métodos de estudio, uno de ellos propuesto por García Huidobro, Gutiérrez y Condemarín (2003) incluye los pasos de Pre – leer o visualizar la materia en forma general, Leer la información, Hablar o expresarla en voz alta, Escribir la información y Repetir los contenidos. Todas estas etapas se aplican a cada sesión de trabajo. La rutina de estudiar puede ser muy satisfactoria si es acompañada de bienestar físico y psicológico, y es muy sensible a las alteraciones emocionales. Cuando se está abatido, muy ansioso o físicamente agotado es difícil alcanzar un aprendizaje efectivo. Si sintieras estas dificultades es preciso acudir a los servicios especializados para resti- tuir la salud previamente a retomar el estudio en forma regular. En la medida que practiques estrategias y hábitos de estudio lograrás ir centrando tu atención en la forma en que estudias y mejorar tu me- todología personal de aprendizaje. Además, lograrás un mayor cono- cimiento de ti mismo, de tus propias capacidades y limitaciones, así como también entrenarás la habilidad de plantearte objetivos rea- listas y alcanzables. Desde esta perspectiva, los resultados obtenidos expresados en calificaciones serán secundarios al bienestar logrado sobre la certeza de que realmente estás aprendiendo. A continuación se anexa una ficha para que puedas evaluar distintos aspectos de tus actuales estrategias de estudio. Frente a cada punto señala si tu diagnóstico es: MB = Muy Bueno B= Bueno P = Promedio S = Suficiente I = Insuficiente Luego registra las sugerencias que puedan enriquecer tu trabajo per- sonal apoyándote en las ideas señaladas. Al inicio del siguiente pe- riodo de clases puedes revisar y corregir tu metodología de estudio.
  • 65. guía de apoyo psicológico para universitarios 65 Estrategias y hábitos de estudio Registro personal de estrategias de estudio Instrucción: A continuación usted registrará las observaciones perso- nales sobre sus estrategias de estudio. Se sugiere realizar un ejercicio similar sobre cada materia que decida mejorar. MB B P S I 1. Conocimientos previos: • Conceptos previos a reforzar • Otras sugerencias: 2. Toma de apuntes: • Preparación previa • Identificación de ideas centrales • Comparación de contenidos • Abreviaturas usadas • Otras sugerencias: 3. Comprensión y retención de la información: • Resúmenes • Representaciones gráficas • Otras sugerencias: 4. Abordaje estratégico: • Motivación • Fuentes de ayuda • Gestión del tiempo • Otras sugerencias: Referencias Cazau Pablo (2001), Estilos de aprendizaje: Generalidades http://www.ges- tionescolar.cl/UserFiles/P0001/Image/gestion_portada/documentos/CD- 48Doc.estilos de aprendizaje (ficha55).pdf (consultado noviembre 2009) González, R., González - Pienda, J., Rodríguez, S., Núñez, J. y Valle, A. (2005) “Estrategias y Técnicas de Estudio”. Editorial Pearson, Madrid. Huidobro, Gutiérrez y Condemarín (2003) A estudiar se aprende: metodología de estudio sesión por sesión. 9ª edición. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago.
  • 67. 67 Herramientas para incrementar la autoestima: Fortaleciendo el amor hacia mí Romina Ubilla Corrales ¿Cómo es posible poder amar lo que no conozco? Con frecuencia la palabra autoestima suele hacerse presente en nues- tra cotidianeidad, es común escuchar que determinada persona se comportó de determinada forma porque tendría una baja autoestima. Sin embargo y a pesar de su extendido uso, el significado y variables involucradas en este concepto, no parecen estar tan claros y unifi- cados. Como lo mencioné anteriormente, inferimos que ciertos pen- samientos, afectos y conductas se desprenden de un cierto nivel de autoestima; pero la explicación a la base de estas suposiciones no pa- reciera encontrar consenso entre quienes se han dedicado a estudiar este constructo. Lo que sí parece resultar evidente es que la autoestima representa un componente de vital importancia en la formación de la personalidad de los individuos, así como en la forma de interrelacionar- se con el entorno. Al respecto, la percepción y la valoración que las personas poseen sobre sí mismas influyen de manera relevante en las actitudes, decisiones y conductas propias de la naturaleza humana. Más aún, en opinión de algunos autores (Mruk, 1998), la autoestima pareciera estar vinculada con la salud mental positiva y el bienestar psicológico. Del mismo modo, al hablar de una baja autoestima, se alude a efectos negativos, tales como las enfermedades mentales. El bienestar o malestar psicológico se relaciona con la autoestima, se ha observado que muchas personas que solicitan atención psicológi- ca, presentan generalmente sentimientos de inadecuación, falta de valía y ansiedad asociados a una baja autoestima. Además, resulta necesario mencionar que en diversas problemáticas psicosociales, la autoestima también representa un rol relevante, en- contrándose conexiones entre esta temática e importantes proble- mas sociales actuales, tales como el abuso de sustancias, el embarazo adolescente, el fracaso escolar y la delincuencia (Rosenberg, 1965).
  • 68. 68 Romina Ubilla Corrales Para abordar el fenómeno de la autoestima, es crucial referirse a la definición de este término. Las nociones que comúnmente conoce- mos, aluden a las percepciones y valoraciones que los individuos tie- nen sobre sí mismos. En otras palabras, la autoestima sería el valor que le otorgamos a la imagen que poseemos de nosotros mismos. Además de la consecuente relación que se mantiene con tal visión. Una propuesta más desarrollada define autoestima como el juicio personal de mérito que se expresa en las actitudes que posean las personas hacia sí mismas. Esto correspondería a una evaluación que la persona realiza sobre sí misma y que, generalmente, se mantiene constante. Es decir, los seres humanos expresaríamos una actitud de aprobación o desaprobación (producto de tal evaluación) hacia la representación que se posee de sí mismos. En esta línea, la medida en que las personas se creen capaces, significativas, con éxito y con va- lía, corresponde a la consideración que poseen de sí (Coopersmith, 1967). También en la autoestima se pueden apreciar un conjunto de com- ponentes o factores responsables de la imagen de sí mismos. Tales elementos se encuentran interrelacionados entre sí, interactuando consecuentemente según esta relación: • Componente cognitivo-intelectual: Corresponde a la descripción mental de sí mismo. Es decir, las ideas, opiniones, creencias, per- cepciones y el procesamiento de la información exterior. • Componente emocional afectivo: Es el juicio de valor sobre nues- tra percepción, en específico, sobre nuestras cualidades perso- nales. • Componente conductual: Corresponde a la decisión e intención de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento determi- nado. En resumen, en un primer nivel se piensa o se posee determinada idea sobre sí, luego se otorga valoración o estimación (positiva o negati- va), para posteriormente decidir actuar (comportamiento o conduc- tas) en consecuencia con los dos primeros niveles. Por otra parte, diversos investigadores señalan la multidimensionali- dad del concepto. Esto es, que la autoestima se encuentra referida a distintas áreas o ámbitos. Al respecto y producto de ciertos estudios, se ha llegado a proponer las siguientes dimensiones o ámbitos funda- mentales que sustentan la globalidad o totalidad de la autoestima:
  • 69. guía de apoyo psicológico para universitarios 69 Herramientas para incrementar la autoestima • Dimensión académica/laboral: en este ámbito se involucran las variables de competencia y eficacia en las áreas académicas y laborales. ¿Me siento lo suficientemente bueno en el colegio, universidad o trabajo? • Dimensión emocional afectiva: corresponde al estado afecti- vo que mantienen las personas, reflejado en la valoración de sí mismos y los demás. ¿Me siento una persona equilibrada emo- cionalmente y satisfecha?, ¿Me siento conforme con mis vínculos afectivos? • Dimensión física: ámbito referido a la valoración de la imagen corporal o física que el sujeto posee de sí mismo. ¿Me gusta mi cuerpo?, ¿Estoy conforme con mi aspecto físico? • Dimensión familiar: área correspondiente a la percepción que el individuo posee, respecto a su núcleo primario o de crianza. ¿Cómo me siento dentro de mi familia?, ¿Siento que soy una per- sona importante y querida dentro de mi grupo familiar? • Dimensión social: se expresan las percepciones y valoraciones en relación a las redes sociales en las cuales las personas se desen- vuelven. ¿Mis compañeros me valoran?, ¿Mis amigos me apre- cian y me toman en cuenta? Aquí te presento una lista con las principales características de las personas con alta y con baja autoestima: Características de personas con alta autoestima • Gusto por sí mismos y por los demás. • Conciencia de virtudes, defectos, limitaciones y potencialidades. • Autoconfianza y seguridad. • Satisfacción en actividades. • Expresión segura de emociones. • Mayor apertura y flexibilidad. • Perseverancia frente a la adversidad. Características de personas con baja autoestima • Autoimagen distorsionada (poco realista) y poco gusto por sí mismos. • Desconfianza, indecisión e inseguridad respecto a sus capacidades o posibilidades. • Miedo al fracaso. • Hipersensibilidad a la crítica. • Necesidad de aprobación. • Timidez y sentimientos de inferioridad. • Vulnerabilidad a trastornos psicológicos.
  • 70. 70 Romina Ubilla Corrales En tanto, en relación al origen y estabilidad de un bajo grado de autoestima, es posible advertir algunos factores comunes y que en la mayoría de las ocasiones suelen estar presentes en las personas con baja autoestima. Al respecto, ¿conoces o has escuchado ha- blar sobre las distorsiones cognitivas?, éstas corresponden a una se- rie de errores en el pensamiento o creencias irracionales, las cuales son las responsables de obstaculizar el fortalecimiento de una sana valoración de sí mismo. Tales ideas se expresan como afirmaciones dogmáticas acerca de cómo deberían ser ciertas situaciones, siendo no acertadas, irreales, autodestructivas y catastróficas. Este tipo de creencias dificulta una visión de sí mismo realista y genuina, merman- do de esta forma el fortalecimiento de la autoestima. Revisémolas a continuación. Principales distorsiones cognitivas: • Ignorar lo positivo (ser negativo). Ejemplo: Javiera obtiene una calificación que le permite pasar un ramo, sin embargo se siente muy frustrada porque no era la calificación que ella esperaba. Producto de lo anterior, llora y se autoreprocha por la calificación obtenida, ignorando el hecho positivo de haber alcanzado la nota necesaria para aprobar la asignatura. • Pensamiento todo-nada (totalizar acontecimientos). Ejemplo: Pedro ha terminado recientemente una relación amoro- sa, ante lo cual piensa que nadie lo quiere y que no será capaz de entablar una futura relación de pareja. • Magnificación (exageración). Ejemplo: Sofía ha obtenido una baja calificación en la universi- dad, ante lo cual manifiesta: “estoy muy preocupada, este es el fin de mi carrera académica”. • Visión catastrófica (adelantar o interpretar acontecimientos de forma catastrófica). Ejemplo: María suele interpretar todos los acontecimientos que le suceden como una tragedia o con una visión catastrófica. Al res- pecto, cree que su vejez estará marcada por soledad, pobreza y que le sucederá algo muy malo como una enfermedad discapa- citante. • Sobregeneralización (extraer conclusiones generales, a partir de un elemento en particular). Ejemplo: Francisco expone sobre un tema en una reunión de tra- bajo ante un grupo de personas. Mientras habla, uno de los oyen-
  • 71. guía de apoyo psicológico para universitarios 71 Herramientas para incrementar la autoestima tes mira su reloj. Francisco piensa: “mi exposición debe aburrirlos a todos, no soy bueno para esto, quiero terminar pronto”. • Personalización (atribución arbitraria). Ejemplo: Cristián viaja en el vagón del metro, de pronto escucha carcajadas de unas personas que se encuentran en el mismo va- gón. Ante lo anterior Cristián piensa: “se están riendo de mí, me siento ridículo”. • Etiquetado (asignar etiqueta negativa de manera absoluta). Ejemplo: Rosalía acude a su primer día en la universidad. En uno de los ramos, se le pide a cada uno de los estudiantes que se presente al resto del grupo. Cuando le corresponde a Rosalía pre- sentarse, se pone roja y queda en blanco. Casi inmediatamente ella piensa: “soy muy tímida, nunca podré desenvolverme bien con las personas”. Afortunadamente, existen ciertos recursos que se pueden utilizar para tratar de disminuir o eliminar las distorsiones cognitivas. En este senti- do, investigadores especializados han generado herramientas para intervenir las principales distorsiones cognitivas. Uno de estos recursos es la denominada Reestructuración cognitiva, la cual constituye una técnica específica para someter a prueba la irracionalidad y poca lógica de tales pensamientos. De este modo, se pretende estimular a las personas para crear una nueva interpretación de los aconteci- mientos y de la valoración de sí mismas, modificando los antiguos es- quemas de pensamientos negativos, generando así una mirada más realista y positiva. Actividad propuesta A continuación se expone una secuencia de pasos para que conoz- cas las etapas de esta técnica y puedas ponerlas en práctica. Co- mienza por identificar alguna situación que debilita algún aspecto de tu autoestima y sigue detalladamente las etapas: Pasos para mejorar la Autoestima mediante la Reestructuración cognitiva • Anota y describe la situación que debilita tu autoestima. • Anota y describe los pensamientos generados por esta situación. • Identifica la distorsión cognitiva (observa las que se mencionaron con anterioridad). • Enuncia y describe los sentimientos asociados. • Identifica y describe la conducta expresada. • Propone una interpretación alternativa. • Reevalúa tu percepción o creencia inicial.
  • 72. 72 Romina Ubilla Corrales Amododeejemplo,tepresentounaseriedesituacionesendondeseaplicalaReestructuracióncognitiva,puedes guiarteporellapararealizarlaactividadanterior: SituaciónPensamiento Distorsión cognitiva SentimientoConducta Pensamientosy vivenciasalternativas Obtuveuna bajacalificación académica Nosirvopara nada Sobregenerali- zación Mesiento incapazde rendirbien, sientotemor Dejode prepararme paralas próximas evaluaciones Talvezmefaltó preparaciónenalgún tema,talvezmepuse ansioso Unchicono quisobailar conmigo Soypoco atractiva Sobregeneraliza- ción,personali- zación Mesientofeay rechazada Meaíslo,novoy másabailar Talveznoseasutipo demujer Mequedé singrupode trabajoparala actividad Soytímido,soy untorpe Etiquetado, sobregenerali- zación Soyuntonto, mesiento rechazado Nomeacerco alosgrupos yhagola actividadsolo Talveznosedieron cuentaquequedé singrupo,yonome acerquéaincluirme Expresémi opiniónen elalmuerzo (familiar)yno merespondieron Mifamilianome tomaencuenta, nomequieren Pensamiento todo-nada, sobregenerali- zación Sientoqueno mevaloran Novuelvoa opinar,meretiro delalmuerzo Talvezhablémuybajo ynomeescucharon, talvezestaban poniendoatenciónen otracosa Minovionome abrazóhoyal saludarme Tienealgoenmi contra,yanole gusto Personalización Mesientopoco querida,tengo pena Mequedo callada.Loreto ymemarcho Talvezleocurrióalgo particularquele preocupamásenese momento
  • 73. guía de apoyo psicológico para universitarios 73 Herramientas para incrementar la autoestima Paralelamente a la realización del ejercicio anterior, puedes centrarte y reflexionar sobre 3 elementos fundamentales para que tu autoesti- ma se incremente. En mi opinión, el conocimiento y reflexión de es- tos importantes factores, podrá ayudarte significativamente a poseer una imagen de ti más realista y optimista, con posibilidades de cam- bios favorables en todo lo que deseas lograr: Herramientas cruciales para el fomento de la autoestima • Autoconocimiento: el conocimiento de sí mismo constituye uno de los pilares del fortalecimiento de la autoestima. ¿Cómo es po- sible llegar a querer y amar lo que no se conoce? Es de suma re- levancia el conocernos y re-conocernos en nuestras experiencias, virtudes, defectos, capacidades, limitaciones y potencialidades; otorgando de esta forma, un valor real y genuino de nuestra va- lía inherente como seres humanos. La constante búsqueda de la comprensión de mis actitudes, creencias, sentimientos y compor- tamientos, el identificar mis estados emocionales, mis momentos de crisis, motivaciones, recursos, metas, logros, etc. me otorga un enfoque más amplio y maduro para interpretarme e interpretar mi entorno. • Aceptación Incondicional de sí mismo: luego de conocerme, reencontrarme o redescubrirme tal vez, comienza el proceso de aceptación genuina e incondicional hacia mi persona. En esta autoaceptación, me acojo a mí mismo con la misma compren- sión y afecto que podría prodigar a un ser querido, entablar un diálogo con mi ser interior, ser paciente conmigo, conocer mis ritmos, mis preferencias, prestarme atención, validarme en mis op- ciones y decisiones, aceptarme en mis fortalezas y debilidades, ser consciente de mis capacidades y de mis oportunidades, lo que me llevará a elegir mejor y reconocer lo que me genera satisfac- ción y me hace sentir feliz. • Amarse a sí mismo: finalmente, el piso o raíz fundante para la con- secución de mi felicidad, es el amor hacia mi persona y la forma de vincularme según este afecto. En síntesis, me quiero tal cual soy, me siento libre en mis sentimientos (no soy esclavo de accio- nes o afectos nocivos, ni relaciones destructivas), me preocupo por mejorar aspectos que considero nocivos. Este amor y relación conmigo me permite relacionarme con mayor seguridad con los que me rodean y comprender mejor los sentimientos ajenos te- niendo como referencia la real valoración que poseo de mí.
  • 74. 74 Romina Ubilla Corrales Actividad propuesta Para que puedas desarrollar con mayor facilidad los 3 elementos anteriores, te invito a crear un “diario de autoestima” o como quieras llamarle. El objetivo de este registro escrito es precisamente que puedas conocerte, aceptarte y amarte. Si quieres darle un toque personal, puedes confeccionarlo tú mismo y adornarlo a tu antojo. Lo recomendado es que en este diario, anotes los acontecimientos que consideres más importantes y todo lo que creas y sientas sobre tales experiencias. Principalmente, considera lo que crees sobre ti, dialoga contigo mismo para establecer una nueva relación y compromiso hacia tu persona. Trata de ser constante en esta labor y, cuando puedas, lee lo que has escrito; te puedes encontrar con grandes sorpresas… Finalmente y a modo de cierre, espero que este capítulo te haya sido de utilidad para informarte mejor de esta temática y, principalmente para que puedas poner en práctica lo que aquí se ha sugerido; lo anterior con el propósito de incrementar tu autoestima. Es importante además que tengas en cuenta que tu Autoestima es una vivencia susceptible a cambios y con potencialidades a tu favor siendo po- sible el desapegarnos de una autoimagen anterior; que nos resulte incómoda, rígida y nos obstaculice el bienestar personal. Y no olvides que una sana valoración hacia nuestra persona, se basa no solamen- te en aspectos tales como la apariencia física, el desempeño en el trabajo, rendimiento académico, etc. Estos aspectos otorgan cierta valoración a lo que pensamos y sentimos sobre nosotros, pero no son los únicos indicadores de nuestra valía como personas. Lo transversal en el amor hacia mí es, precisamente, apreciarme por mi valor como ser humano, procurando que el reenamoramiento y reencantamien- to hacia mi persona persista durante toda mi vida. Referencias Coopersmtih, S. (1967). The antecedents of self-esteem. San Francisco: Freeman and Company. Mruck, C. (1998). Auto Estima. Investigación, teoría y práctica. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer. Rosenberg, M. (1965). Society and the adolescent self-image. Princeton: Prince- ton University Press.
  • 75. 75 Ni sumiso ni agresivo sino asertivo: cómo ser franco, directo y justo en la interacción interpersonal difícil Claudio Pizarro Hidalgo ¿Cuántas veces en tu diario vivir terminas haciendo lo que otros quieren que hagas a pesar de que tú no lo deseas realmente? Por ejemplo, te solicitan ir a estudiar juntos cuando tú no tienes suficiente tiempo ni quieres hacerlo pero terminas haciéndolo por no herir a la otra persona. ¿Cuántas veces te tragas tu deseo de expresar tu mo- lestia con alguna situación por no atreverte a hacerlo?, ¿te ocurre a menudo que no te atreves a expresar tu opinión en público por miedo a que los demás te evalúen negativamente o porque los demás no dan espacios? Por cierto, la gran mayoría de las personas han vivido situaciones como las que apuntan las preguntas. El problema no está en que se hayan comportado alguna vez o a veces de esta forma; el problema se produce cuando ese comportamiento ocurre con tal frecuencia que las hace sentir molestas consigo mismas por acceder continua- mente a peticiones que invaden sus límites y afectan negativamente su bienestar. Es un problema cuando estas personas sienten que es- tán enganchadas en vínculos donde se sienten utilizadas. También es un problema cuando, por tratar de poner límites a los demás en forma no asertiva, se enganchan en conflictos y agresiones verbales. ¿Es posible mejorar la forma de expresar los deseos, opiniones y sen- timientos en forma franca, directa y honesta?, ¿es posible mejorar el manejo personal que se puede tener con algunas personas y en algu- nas situaciones difíciles? La respuesta es sí porque las habilidades de interacción se pueden mejorar siempre. Tú puedes aprender a pro- porcionar respuestas que sean más satisfactorias para ti mismo y que respondan a lo que realmente quieres decir y hacer. La tecnología psicológica que aborda esta materia se denomina entrenamiento en asertividad. Se puede decir que la falta de asertividad en tus respuestas se debe a la combinación de posturas cognitivas injustas (contigo y/o con el otro) que se van conjugando con tus miedos y también con tus falen- cias de repertorio comunicacional. Por ejemplo, si recibes una invita-
  • 76. 76 Claudio Pizarro Hidalgo ción de una tía muy querida tuya para asistir a una ópera, que no es de tu interés, justo para un día previo a un examen importante donde tú necesitas especialmente estudiar, se pueden activar tus creencias y falencias comunicacionales de manera tal que dificulten una res- puesta asertiva. En este sentido, pueden ocurrir procesos, entre otros, como los siguientes: a) No querer que esta tía querida se sienta rechazada y menos ante un regalo tan especial y costoso. b) Que la tía sea insistente y tú imagines que puedes estudiar en al- gún otro tiempo que, en realidad, no esté disponible. c) Que desvalores tus propios deseos de no ir a la ópera frente a los deseos de tu tía de que vayas a la ópera. d) Que expreses tu deseo de no aceptar la invitación, pero que no puedas mantener esta negativa ante la insistencia de la tía. e) Que termines enojándote y disgustándote con tu tía en el proceso de rechazar su invitación. Si tu respuesta no es asertiva, es probable que termines ocupando tu tiempo de estudio asistiendo a una ópera en la cual no tenías interés o provocando un sentimiento de desconsideración o de disgusto mu- tuo al rechazar la invitación. En las próximas líneas, entonces, expondré las consideraciones a te- ner en cuenta para aprender respuestas francas, directas y justas, junto a un ejemplo sobre el cual haré variaciones de manera tal que te ayude a comprender la aplicación de los componentes de una respuesta asertiva y, así, comenzar a crecer hacia una forma de ser más satisfactoria para ti mismo. Antes de definir los cuatro componen- tes de una respuesta asertiva, es necesario entender qué principios rigen la conducta asertiva y saber distinguir entre respuestas sumisas, agresivas y asertivas. Principios que rigen la conducta asertiva En primer lugar, es necesario que revises tus propias creencias sobre los principios que deben regir las comunicaciones humanas y las in- teracciones sociales con el objetivo de lograr claridad acerca de los comandos tanto explícitos como implícitos que regulan tu forma de ser. Estas creencias y actitudes afectan los modos de enfrentar las dife- rentes situaciones que demandan de ti respuestas claras, directas, ho-
  • 77. guía de apoyo psicológico para universitarios 77 Ni sumiso ni agresivo sino asertivo nestas y justas. Pero para empezar a practicar respuestas asertivas solo es necesario que estés de acuerdo con las siguientes afirmaciones: 1. Yo tengo derecho a expresar mi opinión. 2. Yo tengo derecho a expresar cómo me siento. 3. Yo no tengo derecho a maltratar a la persona con quien estoy dialogando. Si lo anterior es aceptado por tí; entonces, también deberías aceptar que: 1. El otro también tiene derecho a expresar su opinión. 2. El otro también tiene derecho a expresar cómo se siente. 3. El otro no tiene derecho a agredirte. Las opiniones y las emociones a expresar que abarcan estos principios pueden ser tanto positivas como negativas. Es decir, todos tienen de- recho, por ejemplo, a expresar aprecio o a expresar rabia. A veces no se expresa el primero por timidez y el segundo porque se piensa que la rabia no hay que expresarla sino controlarla. Antes de practicar respuestas asertivas, es necesario reafirmar o adoptar estos tres derechos. Es decir, tienes que tener la convicción de que estas afirmaciones no sólo son correctas sino que deben ser parte de tu vida. Estos principios servirán de referencia o guía para cuando tengas que definir si la situación amerita una respuesta aser- tiva de tu parte. No siempre vas a estar claro cuando deberías ser asertivo. A veces puedes tender a pensar que una petición no es tan exagerada y que tú igual podrías aceptarla. Nuevamente, esta conducta es común pero si su frecuencia es alta y no te sientes conforme con tu forma de ser y dudas porque no sientes que sea una interacción armoniosa y, generalmente, una vez que accedes, no quedas conforme contigo mismo; entonces, es un problema de asertividad. Para superar estas conductas es necesario tener muy claro cuáles son tus derechos y tener la voluntad de dejarte guiar por ellos. Respuesta asertiva versus respuesta sumisa versus respuesta agresiva También es necesario distinguir entre conducta sumisa y conducta agresiva. A veces, una persona trata de defender su opinión o ex- presar sus emociones en forma agresiva. Esto ocurre cuando tu res-
  • 78. 78 Claudio Pizarro Hidalgo puesta ofende (no importa que estés siendo “honesto”), cuando no considera el estado emocional del otro, cuando en tu respuesta hay un etiquetamiento del otro. Por ejemplo, si tu pareja llega tarde a una cita, tú podrías tener una reacción como la siguiente: Él: (con cara de disgusto) ¡te pasaste para llegar tarde! Ella: Ay, disculpa. Él: No sé cuándo vas a aprender a tratarme con algún respeto. A ti no te importa cómo me siento. Ella: Y yo no sé por qué me dices “con algún respeto”. Tú sabes que no hay ninguna intención de faltarte el respeto, ¡no seas exage- rado! Además, ¿desde cuándo que te sientes tanto? (con iro- nía). Él: Pero si siempre llegas tarde y tengo que estar esperándote como un tonto dándome vueltas en la calle. Tú no piensas en eso. Eres una desconsiderada, ¿lo sabes? Ella: Mira, yo venía contenta a encontrarme contigo y mira con lo que me encuentro. ¿Acaso no te dije ya que lo sentía? Eres muy odioso. Él: ¿Odioso, yo? Ahora resulta que eres tú la que llega tarde pero ¡el odioso soy yo! Podrás imaginar el resto del diálogo y el grado de tensión al cual puede llegar esta pareja con este tipo de interacción. Aquí hay una situación que puede ameritar la expresión de disgusto o de frustra- ción, pero el resultado no va a ser bueno. Analicemos este diálogo de acuerdo a los principios de la asertividad mencionados en la sección anterior. Él tenía un gran disgusto y se sentía desconsiderado porque, al pare- cer, en numerosas ocasiones ella llegaba muy tarde a las citas. Pero, ¿qué debe hacer con esta emoción que, al parecer, antes no la había manifestado? Él podría haber omitido nuevamente su disgus- to pero, seguramente, este disgusto pasaría a algún sistema de acu- mulamiento mental que afloraría tarde o temprano. Si el disgusto era fuerte y muy sentido, la respuesta de callar no sería asertiva ni humilde ni aceptadora ni amorosa sino pasiva, autolimitante y autodescalifi- cadora. En esta situación, él decide expresar lo que siente porque “él tiene derecho a expresar lo que siente”. Sin embargo, la forma en que lo hizo no fue asertiva sino que fue agresiva. ¿Dónde está la agresividad? Algunos pueden pensar que él está diciendo la verdad
  • 79. guía de apoyo psicológico para universitarios 79 Ni sumiso ni agresivo sino asertivo y que, por lo tanto, no es agresividad porque “la verdad duele”. Pero hay formas y formas de decir “las verdades”. Si él estaba disgustado porque ella estaba tarde, lo propio era que le manifestara su disgusto por esa situación específica, pero él extiende su discurso de tal forma que la etiqueta de “desconsiderada”. Es este punto el que cambia el tema de la discusión; ya no es meramente sobre la tardanza de ese momento sino que pasa a ser un intercambio de acusaciones (ninguna respetando los componentes de la asertividad): “yo no te importo”, “exagerado”, “desconsiderada”, “odioso” “evitadora de culpa”. En general, las acusaciones que implican características de personalidad o globales del sujeto son consideradas agresiones injus- tas por parte del que las recibe y elicitarán una respuesta defensiva. Esta respuesta puede implicar una negación: “no, no soy así como tú dices”) y/o un contraataque (“mírate a ti mismo, tú eres un xxx”). Lo justo en esa situación en particular era expresar emociones que correspondieran a la situación en cuestionamiento y no el expresar emociones relacionadas con un historial de interacciones o senti- mientos relacionados con características del otro que no eran de su agrado. Cada problema debe ser tratado en su momento porque las mezclas son explosivas y se perciben como injustas y agresivas por quien las recibe y se va a producir la defensa o el contraataque; en suma, malos resultados para los involucrados. Es justo expresar tu disgusto en una situación, pero la forma asertiva de hacerlo sugiere que tus frases se refieran a ti y no al otro. En nuestro ejemplo, él se enfoca en la conducta de ella (tú llegas tarde) para manifestar su propio disgusto. Más congruente hubiese sido el mostrar su cara de disgusto y decir cómo se sentía frente a la conducta de atraso. La frase podría haber sido algo así como: “me altera mucho cuando pasan más de 30 minutos y tú no llegas”. Con esta forma no cabe un contraataque, por ejemplo, y se asienta sobre una realidad irredargüible; él se siente alterado en ese momento. Otro considerando es que una buena comunicación debe procesar y responder no solo lo que dice el otro sino también la afectividad o emoción que hay en ese contenido. Cuando eres capaz de escuchar de esa forma, tu comunicación será muy efectiva. Puedes preguntar- te algo así como ¿con qué estado emocional/afectivo me está trans- mitiendo esos contenidos? Al darte cuenta de ello deberás responder no solo al contenido sino también a la emoción del otro. A continuación, te voy a sugerir cuatro componentes a considerar para producir una respuesta asertiva.
  • 80. 80 Claudio Pizarro Hidalgo Habla en primera persona gramatical La idea es aprender a expresar lo que tú sientes (con conjugaciones verbales en primera persona gramatical) ante una situación o un re- querimiento y no expresar lo que tú piensas del otro (conjugaciones en segunda persona gramatical). Tus afirmaciones deberían empezar con frases como: “Me siento (mal, frustrado, molesto, etc.) cuando (describir el evento)” en vez de “Tú eres (desconsiderado, aprove- chador, ofensivo, etc.)...” o un “deberías darte cuenta que con tu acción...”. Por favor, observa cómo la mayoría de las personas tienen el hábito de expresar afirmaciones en segunda persona gramatical cuando in- teractúan en diálogos donde se expresan emociones. Después, trata de observarte a ti mismo cuando interactúas con alguien significati- vo y estás en el modo de expresar emociones (sobre todo aquellas negativas). Probablemente, muchas de las afirmaciones, tanto tuyas como de las personas que has observado, están conjugadas en se- gunda persona gramatical: “tú eres, tú eres, tú eres” en vez de en primera persona: “a mí me ocurre..., me siento..., me gustaría...,”. Sé específico Tienes que especificar el evento que te molesta o que te hace reac- cionar y remitirte solo a él. Debes hablar de ese evento y no de to- dos los que han ocurrido en la historia que tienes con la persona con quien interactúas. Es necesario evitar el generalizar y hacer atribucio- nes a características de personalidad. Eso solo provoca una actitud de defensa y no contribuye al diálogo y comprensión mutua. Reconoce lo bueno o la intención positiva del otro Siempre se puede encontrar una buena intención o algún aspecto positivo del otro en aquella situación que requiere asertividad de par- te tuya. Son pocas las situaciones en que las personas interactúan contigo exclusivamente para dañarte. Generalmente, la conducta del otro que te ofende o te altera va acompañada de buenas in- tenciones o ignorancia de los efectos causados. Recuerda que el adagio dice que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. No es lo mismo pedirle a alguien que deje de molestar sin más a decirle que reconoces que hay intenciones positivas en su actuar,
  • 81. guía de apoyo psicológico para universitarios 81 Ni sumiso ni agresivo sino asertivo pero que ciertas conductas deben parar. Reconocer lo bueno o la intención positiva del otro es justo, realista, considerado, empático y equilibra el aspecto firme o duro que puedan tener los otros tres com- ponentes de la conducta asertiva. Manifiesta directamente tu petición Una vez cumplidos los pasos anteriores, puedes expresar tu deseo, el que puede ser una petición para que el otro haga algo o para que deje de hacer algo. Por ejemplo, “entiendo que vives lejos pero aho- ra me gustaría que tomaras las medidas necesarias para llegar más temprano” o “Por favor, deja de hablarme en voz alta”. Para realizar el paso de manifestar directamente tu petición, recuerda considerar lo siguiente: 1. Es más constructivo manifestar tu petición después de haber ela- borado los pasos anteriores (hablar en primera persona, recono- cer algún aspecto positivo en la acción del otro y ser específico). 2. En este punto no hay rodeos; tienes que ser directo y claro. 3. Si hay rechazo a tu petición, simplemente repítela sin agregar más argumentos, simplemente repite lo que ya dijiste. La técnica de repetir sin agregar nuevos argumentos es muy efectiva. La manifestación clara, acotada y directa de tu deseo o petición res- ponde a los principios en que se basa la asertividad. Cuando logras cierto dominio de esta habilidad, verás cómo aumentan tus niveles de seguridad en ti mismo y tu nivel de satisfacción en las interaccio- nes sociales. Ciertamente, mejora tu timidez y tu sentido de sentirte en control o capaz de manejar una diversidad de situaciones. Y todo esto sin tintes de ser sarcástico, ofensivo, defensivo, agresivo, cruda- mente “honesto” ni sumiso. Veamos, ahora, como sería el diálogo del ejemplo de más arriba si uno de ellos decidiera dar una respuesta asertiva. Comencemos, pri- meramente por analizar las afirmaciones de ella para luego desarro- llar respuestas asertivas: Cuando ella responde “Y yo no sé por qué me dices” “con algún res- peto”... etc., ella está desviando el tema principal de la interacción y que es la emoción de él frente a su atraso. Además, ella no solo no reconoce el estado emocional de su pareja sino que se defiende contraatacando diciéndole “exagerado”. Esta respuesta es equiva- lente a echarle leña al fuego.
  • 82. 82 Claudio Pizarro Hidalgo En su segunda intervención, ella comparte su propio estado afectivo y frustración frente a la reacción de él, pero vuelve a defenderse con- traatacando llamándolo “odioso”. Tal vez si no hubiese contraataca- do, la interacción hubiese continuado más suavemente. Veamos un posible desarrollo del diálogo si ella hubiese aplicado asertividad; es decir, ser franca, directa y justa. Él: (con cara de disgusto) ¡te pasaste para llegar tarde! Ella: Ay, disculpa. Él: No sé cuándo vas a aprender a tratarme con algún respeto. A ti no te importa cómo me siento. Ella: Veo que te he hecho enojar mucho con mi atraso, lo siento. Él: Pero si siempre llegas tarde y tengo que estar esperándote como un tonto dándome vueltas en la calle. Tú no piensas en eso. Eres una desconsiderada, ¿lo sabes? Ella: Mira, yo venía contenta a encontrarme contigo y no quiero que se arruine este momento. Te repito que siento haber provocado tu alteración y prefiero que conversemos este tema más tarde, con más calma porque me doy cuenta que es importante. Él: Mmmm, o.k., caminemos mejor. La respuesta asertiva baja la intensidad de la emoción del otro. Las respuestas de ella están en primera persona (veo que te he hecho enojar, lo siento, venía contenta, no quiero, prefiero, me doy cuenta) y no hay contraataque ni conjugaciones en segunda persona gra- matical. Además, otorga la sensación de control y de seguridad en sí misma. Veamos ahora qué pasaría con este diálogo si fuera él quien decidie- ra usar los principios de la asertividad. Él: Hola, por fin llegas. Mi impaciencia ya se convertía en molestia (con cara de disgusto). ¿Está todo bien? Ella: Ay, disculpa. Él: Me gustaría que consideraras cómo me siento cuando tengo que esperar más de media hora. Ella: Pero no te enojes, ya te dije que siento haber llegado tarde. No es para tanto, ¿no? Él: Es que no me gusta que llegues con más de 30 minutos de atraso y no me gusta estar esperándote impaciente dándome vueltas en la calle. Seguramente, necesitaste más tiempo para hacer
  • 83. guía de apoyo psicológico para universitarios 83 Ni sumiso ni agresivo sino asertivo todo lo que tenías que hacer y no pensaste que me molestara tanto, pero me gustaría que no ocurriera para una próxima vez. Ella: Ay, amor, yo venía contenta a encontrarme contigo y se me pasó la hora. Lo siento, trataré de no llegar tan tarde la próxima vez pero no te enojes ahora. Él: Me haría sentir muy bien si lo lograras. Mejor ahora vamos a caminar. Nota que gran parte de las afirmaciones están en primera persona. Él ha expresado su disgusto y sin enrostrarle sus supuestas características negativas de personalidad. También reconoció un aspecto positivo o más bien le otorgó un contexto positivo al afirmar que tal vez ella necesitó más tiempo. Manifiesta clara y directamente su deseo y que eso es importante para él. Por un lado, este tipo de diálogo disminuye las probabilidades de que se llegue a la discusión y el disgusto mutuo y, por otro lado, aumen- ta las probabilidades que se converse el tema con miras a una bús- queda de equilibrios y consideraciones del estado y perspectivas de cada cual. Todo esto a pesar de que son emociones negativas las que dominan el diálogo. Recuerda que tenemos derecho a expresar nuestras emociones negativas también. Conclusión El diálogo que he desarrollado en este escrito es solo un ejemplo acer- ca de cómo utilizar la asertividad; es decir, la expresión franca, direc- ta y justa. Es franca porque se expresa lo que se siente y se piensa; es directa porque no es una comunicación que hay que interpretar para llegar a su verdadero significado, no es críptica; y es justa por- que es más verdadero definir lo que te pasa a ti con la conducta del otro que definir al otro en sus conductas según tu perspectiva; es justa porque no se trae el historial de interacciones negativas del pasado a propósito de un evento del presente sino que se trata el evento presente en su realidad del aquí y ahora, acotado y sin maquillajes, como es justo tratarlo. Existe una variedad de situaciones donde se puede aplicar asertivi- dad y que ameritan sus propios capítulos. Por ejemplo, situaciones donde es justo detener a los que son insistentes o situaciones donde es justo expresar emociones negativas como rabia, tristeza, frustra- ción o disgusto o donde es justo rechazar peticiones que caen fuera de los límites de lo que tú puedes dar sin consumirte. Pero también
  • 84. 84 Claudio Pizarro Hidalgo situaciones que ameritan la expresión de emociones positivas como admiración, gratitud o aprecio. A veces se es tímido para expresarle a otro emociones positivas o simplemente no está en tu repertorio de interacciones. Hacer esto libremente es un índice de que tu yo está maduro, armónico y seguro de sí mismo. Recuerda que el leer y comprender no basta, hay que practicarlo. Elige anticipadamente una situación con alguien a quien desees hacerle una petición, prepara frases adecuadas, ensaya, y pon en práctica tu asertividad.
  • 85. 85 Motivación y elección de la carrera universitaria Patricia Pérez Marinkovic La vida universitaria es una etapa más dentro del ciclo vital de una persona. En esta etapa la persona requiere realizar una serie de ajus- tes y adaptaciones en su mundo interno, ya que se enfrenta a una tarea que se constituye en un importante desafío en el proceso de construcción de su vida adulta. Todos quienes escogen entrar a la universidad sienten el entusiasmo de conectarse con el aspecto interno que les permite ir manifestando para su vida lo que desean, es decir, se conectan el deseo y la posi- bilidad cierta de hacer realidad sus sueños. No obstante, hay muchas situaciones particulares que pueden co- menzar a poner en riesgo este proyecto que se ha elegido y una de las principales se vincula a la motivación. No es extraño escuchar a estudiantes universitarios que se desmotivan independientemente de la etapa de la carrera en la que se encuen- tren. Algunos entran a su primer año ya desmotivados, generalmente son quienes no quedaron en la carrera y/o universidad que desea- ban. Otros en este mismo grupo se han sentido de alguna manera obligados a escoger una carrera que no querían y a veces también la persona entra a la universidad con una motivación muy disminuida producto de un cambio importante en su estilo de vida. Estos casos suelen ser estudiantes provenientes de provincia que deben salir de sus hogares, dejar a sus amigos y muchas veces también a su pololo o polola, lo cual implica varios cambios difíciles a la vez. ¿Qué es la Motivación? Cuando hablamos de motivación… ¿a qué nos referimos? La Real Academia Española define motivación como el ensayo mental pre- paratorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia. Otra acepción es acción y efecto de motivar. Y motivar lo define como disponer del ánimo para proceder de un de- terminado modo. Surge también la acepción de dar causa o motivo para algo.
  • 86. 86 Patricia Pérez Marinkovic Estas definiciones resultan interesantes ya que se vinculan a dos as- pectos fundamentales dentro de la psicología humana, uno de ellos es el pensamiento (ensayo mental) y el otro es el sentimiento (dispo- ner del ánimo). La motivación surge desde un sentimiento de deseo de obtener algo que es calificado de importante para nosotros. Por ejemplo: “voy a estudiar periodismo porque quiero trabajar en medios de prensa vinculados a la política, ya que siento que puedo ser un aporte en esa área”. Claramente, al hacer esa declaración, interna primero y posteriormente externa, me estoy conectando con la idea y la posi- bilidad de convertirme en ese periodista en el área de la política y, obviamente, esa idea me entusiasma, considero que sería un buen proyecto para mí y si logro imaginarme ese escenario para mí, sim- plemente me “enciendo”. Por lo tanto, surge la sensación de fuerza interna que me permitirá recorrer el proceso para convertir en reali- dad ese deseo. Suena coherente, pero quizás también difícil. Uno de los aspectos que se reconocen como parte de la inteligencia emocional es la capa- cidad de auto motivarse. Quien no logra mantener su motivación en el largo plazo, puede ver seriamente amenazado su proyecto en la línea de la creación de lo que desea para sí mismo. Todos sabemos que aun cuando hemos partido muy motivados por algo, suele ocu- rrir que en alguno o en varias partes del camino que nos lleva a esa meta, surgen dificultades y obstáculos y entonces se requiere nece- sariamente “vencer resistencias” tanto en el mundo externo como en el interno. ¿Cuáles pueden ser aquellas vinculadas al mundo ex- terno? (que son las que primero solemos percibir), cansancio por las exigencias de la vida académica, dificultades familiares (tanto afec- tivas como económicas), aburrimiento por lo extenso de la carrera, dificultades de adaptación tanto a la vida académica como en las interacciones humanas, resultados académicos negativos o por de- bajo de las expectativas personales, sentimiento de sacrificio vincu- lado a la escasez de tiempo para actividades distintas a los deberes académicos (por ejemplo, tiempo para la familia, los amigos y la pa- reja). Todas estas dificultades suelen generar un descontento que algunas veces acaba poniendo en duda si realmente deseamos determina- da meta.
  • 87. guía de apoyo psicológico para universitarios 87 Motivación y elección de la carrera universitaria Respecto a las dificultades en el mundo interno, suelen aparecer den- tro de ellas la sensación de pérdida de libertad, dudas respecto a la afinidad con la carrera escogida, cuestionamientos respecto a la ca- pacidad personal tanto a nivel intelectual como a nivel emocional, sensación extrema de cansancio interno vinculado a estar absolu- tamente exhausto, ya que el esfuerzo personal ha sido titánico. Este cansancio es distinto al fisiológico, no obstante suele confundirse. Este cansancio de tipo psicológico apunta a una vivencia de ya no poder más, son como los últimos metros de una carrera en la cual el atleta siente el impulso de renunciar al esfuerzo, siente que se ha esforzado ya demasiado y que simplemente no puede dar más. Este cansan- cio puede comenzar a “hablarnos” permanentemente a partir de un punto en el camino y generalmente nos influencia para renunciar a nuestra meta y a todo el camino ya conquistado. El cansancio fisioló- gico, por otro lado, se revierte al descansar adecuadamente uno o dos días. En cambio, este otro cansancio no se revierte si no tomamos conciencia de su existencia y revisamos aquello que nos está ocu- rriendo. Hacerlo es fundamental, ya que este cansancio suele activar sentimientos de desesperación, insatisfacción y frustración. Dispersión interna versus focalización de la intención La complejidad relacionada a los obstáculos internos y externos que debemos vencer o traspasar para mantener el camino hacia nuestro objetivo, es la que suele generar en algunas personas una sensación de dispersión. Al entrar en esta dispersión interna, la persona comienza a desdibujar su objetivo y, por lo tanto, comienza a verlo cada vez más difuso y con menos claridad. Es decir, la certeza y la confianza comienzan a reti- rarse, ganando entonces espacio, el temor, la duda y la inseguridad. Las personas que consiguen objetivos deseados por ellas y que por supuesto eran importantes para ellas, refieren que lo que estuvo pre- sente como fuerza interna durante todo el trayecto desde que deci- dieron ir por lo que deseaban, hasta que llegaron a lo deseado, es la “certeza”, es decir, una vivencia de un nivel de confianza a prueba de cualquier obstáculo, tanto externo como interno. Cuando se ac- tiva la certeza no existe forma de que lo deseado no se manifieste. Pero cuando hablamos de certeza, hablamos necesariamente de la
  • 88. 88 Patricia Pérez Marinkovic capacidad de creer en lo invisible, ya que todos nuestros deseos y proyectos se gestan, en primer lugar, en el nivel de la idea y del senti- miento, aspectos que viven de lleno en el plano de lo invisible. Cuan- do, por ejemplo, una persona decide ser ingeniero, siempre la ener- gía movilizada en ese deseo es inmaterial, pero es precisamente la intensidad de esa energía, de ese deseo, lo que generará resultados específicos. Necesariamente, a mayor intensidad del deseo, mayor el nivel de motivación, lo que aumenta la posibilidad de concretar ese deseo, es decir, recibir su título de ingeniero. Y a menor intensidad de ese deseo, menor posibilidad de convertirse en el ingeniero que se ha propuesto ser. Por otro lado, como parte de nuestras contradicciones, dadas por nuestra complejidad psíquica, muchas veces la motivación y el de- seo se adormecen o desconectan, producto de un mecanismo de- fensivo, que evita que nos conectemos con nuestra sensación de “no ser capaces” de lograr determinada meta. En ese contexto, la des- motivación evita que nos hagamos cargo de nuestras inseguridades y autoestima disminuida. Respecto al contexto universitario, para los docentes, no es novedad que los estudiantes motivados avanzan más rápidamente que los no motivados y en coherencia con eso, reprueban mucho menos las asignaturas de su carrera, pudiendo incluso llegar a no presentar re- probación aun en carreras consideradas especialmente difíciles. Pero, ante esta situación, muchos podrán decirse…”sí, pero… la mo- tivación no es lo único que determina los resultados”, y entonces es necesario encuadrar esta información dentro de un escenario más amplio. La motivación por sí sola no asegura resultados exitosos, no obstante, es el combustible fundamental para un proyecto exitoso. Puede ha- ber disminución de muchos otros aspectos, pero si la motivación se mantiene, tarde o temprano será ella misma la que logre animar los otros aspectos. Y en el otro polo, si hay mucha disposición de aspec- tos necesarios para ejecutar nuestro proyecto (recursos económicos, apoyo familiar, disponibilidad de tiempo, etcétera), pero la motiva- ción ha disminuido, estos recursos se encontrarán dispersos y poco enfocados para el viaje hacia el objetivo. La motivación es la fuerza del sentimiento que nos lleva a creer que es posible para nosotros obtener lo que deseamos. Es sentimiento y fuerza de vida en acción. Una persona altamente motivada es una persona que logrará conectarse con una certeza interna respecto a
  • 89. guía de apoyo psicológico para universitarios 89 Motivación y elección de la carrera universitaria lo que desea conseguir. Por lo tanto, cualquier obstáculo que se pre- sente en su camino será considerado transitorio, es decir, la persona persistirá en su objetivo hasta conseguirlo. Hay un refrán popular que transmite la idea de “el que la sigue la consigue”, y éste se refiere ob- viamente a la perseverancia que nace desde la motivación. Activación de la Motivación Pero, ¿qué permite que se genere la motivación? No es extraño en el medio universitario escuchar a estudiantes que señalan que les cues- ta motivarse por algo, o que se motivan y rápidamente se desvanece ese sentimiento. ¿Cuál será esa ansiada clave de acceso para que se despierte la motivación? La motivación, más que un estado inte- lectual, es un estado del sentimiento. El intelecto viene a completar la vivencia de la motivación, pero no la determina. Es decir, si yo me conecto con sensaciones de plenitud y agrado cuando me permito soñar, por ejemplo, con ser médico, estoy accediendo a un nivel del sentimiento. Si desde mi intelecto lo considero como una posibilidad real, es decir, mi intelecto no le coloca objeción a mi sentimiento, entonces me es coherente y me hace sentido y puedo decidir actuar en coherencia con esto que estoy deseando para mí. Pero, puede ocurrir también que mi deseo me conecta potentemente con la idea de ser médico, pero mi intelecto rechaza esta idea, la cuestiona, me dice: “eso no es para ti…, es demasiado difícil…, son palabras mayores para ti… no es lo que te toca vivir…”, entonces yo desisto de esa loca idea que se me ha ocurrido y decido prepararme para ser un buen matemático. Pero, curiosamente, una vez que estoy en la carrera, comienzo a sentir que se me hace cuesta arriba y no lo entiendo, porque tengo las capacidades intelectuales requeridas para ese proyecto. Entonces, un día cualquiera, veo en el patio de la universidad una serie de estudiantes de medicina vestidos con sus delantales blancos y lo encuentro genial o también podría enojarme mucho. Es decir, al parecer, mi intelecto renunció a la idea de con- vertirme en médico, pero mi sentimiento aún no lo hace. Y es porque muchas veces nuestro sentimiento cree más en nosotros mismos que nuestro pensamiento. Y sin embargo, estamos tan acostumbrados a darle toda la importancia y toda la tribuna a nuestro pensamiento, porque es “lo adecuado, lo sensato, lo que hay que hacer”. Alguien en este punto puede decir…”sí, pero, cómo me aseguro de no estar alimentando sentimientos que no tienen nada que ver con mis capacidades, es decir, imagínate que quiero ser médico y tengo
  • 90. 90 Patricia Pérez Marinkovic un 5,0 de promedio y además siempre me costó la Biología”. Bueno, sí es una posibilidad que algunas personas quieran ir a objetivos que no están al alcance de su mano, pero hay una distinción muy importante en este punto. Cuando la persona elige algo que no está vinculado a sus capacidades (ejemplo, querer ser médico y le va mal en Biología) es resultado de no tener un mayor autoconocimiento que le permita mirar de manera realista sus capacidades, pero por sobre todo, por- que no se ha hecho consciente de sus talentos. Entonces, puede ser que la persona escoja una profesión simplemente desde la perspec- tiva del estatus social o desde la mirada del conocimiento popular: “mejor pájaro en la mano que cien volando” (entonces escoge la carrera para la cual le alcanzó el puntaje) o finalmente desde lo que otros le dicen que querrían de él o que sería bueno para él. Re-conociendo mis talentos En lo expuesto anteriormente, se refleja que la persona no ha hecho un trabajo interno para aclarar qué desea, con qué cosas siente que fluye al pensar en una actividad profesional para su vida y simple- mente se ha quedado en el nivel de la elección intelectual. Cuando los seres humanos nos conectamos con nuestros talentos, ins- tantáneamente sentimos que algo fluye en nosotros y nos genera mu- cho placer imaginarnos dedicándonos a eso. Obviamente, después requiere de un trabajo intelectual en donde pueda indagar de qué manera yo puedo dar expresión a ese talento a través, por ejemplo de una carrera universitaria específica. Ya que para la manifestación y concreción del talento, se requiere la canalización de éste a tra- vés de una forma, de una estructura y de un sentido, de lo contrario, queda solamente en el nivel de la dispersión intelectual creativa. En- tonces, por ejemplo, si me doy cuenta que mi talento va en la línea de compartir experiencias con otros, apoyar, sentir que me agrada el servicio hacia otras personas, puedo indagar en carreras que apun- ten a esa línea, y luego cada persona encuentra su propia veta y su propio estilo en la profesión escogida. Y es precisamente el encontrar el sello personal en el quehacer de la profesión lo que mayor satisfacción genera. Entonces, generar el espacio interno para responder preguntas ta- les como: ¿qué cosas hago con gusto?, ¿qué comentarios me han hecho otros cuando he realizado una tarea que les ha agradado?, ¿qué características de mi personalidad son las que más me gustan
  • 91. guía de apoyo psicológico para universitarios 91 Motivación y elección de la carrera universitaria y que también le agradan a otros?, ¿qué cosas he realizado y me he sentido muy satisfecho por haberlo hecho?, ¿qué cosas son las que hacen que me “vuele” (inspire) a tal punto que ni siquiera me doy cuenta del transcurrir del tiempo, cuando las estoy haciendo? Hablando del miedo Intentar separar el intelecto del sentimiento es precisamente lo que pronostica resultados insatisfactorios en un proyecto. Es decir, me gusta periodismo (sentimiento), pero estudiaré ingeniería informática porque hay más campo laboral (intelecto). Esta escisión en mi mundo interno genera inevitablemente un conflic- to interno con el que me costará cada vez más convivir. Y entonces caben las preguntas, ¿por qué renuncio a mis deseos?, ¿por qué nie- go mis talentos?, ¿por qué me obligo a generar un proyecto que no está en total sintonía conmigo?, ¿qué me impulsa a renunciar a lo que quiero? Comenzamos este capítulo mencionando que la motivación tiene un componente intelectual y otro vinculado al sentimiento. Y, entonces, lo cierto es que no es posible actuar desde la ausencia de ambos as- pectos. Cuando elijo algo distinto a lo que me motiva, también estoy eligiendo desde un pensamiento y un sentimiento. Generalmente, el pensamiento nos da muchos argumentos para convencernos de que es la mejor decisión (es una buena carrera, los sueldos de mercado son altos, podré hacerme cargo de la empresa familiar, etcétera), sin embargo, el sentimiento nos puede estar mostrando temor. Y es que, en realidad, siento temor a tomar mi propia decisión, siento temor a que una decisión distinta sea cuestionada por mi familia o amigos, siento temor a no sentirme apoyado en este proyecto y, en fin… sien- to incluso temor a que esta idea que tengo, sea una trampa y en realidad me equivoque. Cuando el miedo se instala en mi mundo interno Por cierto, si me conecto con el temor en sus distintas argumenta- ciones, y mi actitud es de escucharlo atentamente y más aún, termi- no creyéndole, es mejor quedarme quieto y congelado, ya que las consecuencias de mis decisiones pueden ser nefastas. Entonces, es preferible hacer algo que no me genera miedo, pero que tampoco me genera motivación. Y entonces, muy pronto me encontraré sumi-
  • 92. 92 Patricia Pérez Marinkovic do en la desmotivación, la frustración, la desvitalización y me sentiré preso de las circunstancias. ¿Suena mejor esto último? Honestamente, creo que dentro de nuestra realidad en este plano de existencia, siempre nos movemos bajo un principio de incertidumbre, en el sentido que las cosas pueden resultar como pueden no hacer- lo. Lo curioso es que por algún motivo que seguramente no es más que escuchar nuestro propio miedo y/o el de otros, creemos que si escogemos “lo seguro”, las cosas funcionarán. Y en oposición, si es- cogemos “lo incierto”, las cosas podrían no funcionar. Pero, ¿qué es lo que determina que califiquemos algo como seguro o algo como incierto?, si en estricto rigor, ambas situaciones se rigen por el mismo principio de incertidumbre. ¿Qué me hace creer que hay elecciones que escapan a esta ley? Puedo escoger la carrera que no me gustaba, pero que tenía bas- tante campo en lo laboral, sin embargo, al momento de titularme, como ya han pasado algunos años desde mi decisión, el campo la- boral puede no ser el mismo y encontrarse saturado en esa área. Sim- plemente, ocurrió que muchos pensaron lo mismo que yo, es decir, apostaron a lo “seguro”, por lo tanto, 4 ó 6 años después, hay muchos profesionales en esa área y los sueldos ya no son tan atractivos. De hecho, esto es lo que ha ocurrido con muchas profesiones en nuestro país. Y si a eso le sumamos que dado que nuestro sentimiento no es- taba en esa carrera, por lo tanto, realmente fue un sacrificio sacarla, resulta que no soy muy creativo en esa área y, por lo tanto, tampoco he descubierto un plus personal en el ejercicio de esa profesión. Entonces, creo que el temor no es un buen consejero en el tema de la motivación. Si te das el permiso para apartar de ti ese aspecto, o al menos no prestarle tanta atención, es muy probable que puedas conectarte con aquellas cosas que sí te motivan.
  • 93. guía de apoyo psicológico para universitarios 93 Motivación y elección de la carrera universitaria Atreviéndome a desear Te sugiero que hagas el siguiente ejercicio. Busca un lugar pri- vado agradable para ti, en el cual puedas estar a solas por un rato. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Relaja gradualmente los músculos de tu cuerpo, partiendo por los pies hasta llegar a la cabeza. Imagina que te trasladas a un lugar hermoso en la naturaleza. Imagina que respiras ese aire y sientes la brisa de ese lugar. Ahora permite imaginarte realizando un trabajo en el cual te sientes muy pleno. Visualiza el espacio físico, qué tipo de per- sonas hay si es que las hay, cuál es tu vestimenta y visualiza con detalle qué función cumples tú allí. Es muy importante que registres cómo te sientes realizando ese trabajo, respira esa si- tuación, percíbela y disfrútala. Es muy importante que no en- juicies lo que allí observas. Cuando estés empapado de esas sensaciones, regresa abriendo suavemente los ojos. Ya de regreso puedes responder las siguientes preguntas: ¿Qué me motiva?, ¿qué me hace sentir vivo?, ¿qué talentos observé allí?, ¿cómo sería mi vida si esto que imaginé se con- virtiera en realidad para mí?, ¿cómo puedo lograrlo?, ¿qué me detiene?, ¿qué me acerca a este estado?, ¿qué me aleja de este estado? El ejercicio anterior no sólo sirve para aquellos que se sienten confun- didos respecto a las decisiones que han tomado. También es benefi- cioso para quienes ya han elegido desde la alineación de su pensa- miento y sentimiento su carrera. En estos casos, este ejercicio ayuda a energizar la motivación permanentemente. Cuando nos atrevemos a desear, literalmente “nos encendemos”, y esto a todo nivel, desde el plano físico hasta el psíquico. ¿Te has preguntado cómo sería nuestro mundo sin la existencia de seres que se han permitido desear lo que han imaginado? ¿Qué avances tendríamos? Sin duda, nuestro mundo sería un lugar muy monótono, repleto de “más de lo mismo”, ausente de innovación y creatividad.
  • 94. 94 Patricia Pérez Marinkovic Motivación y creación Crear la vida que deseamos para nosotros, requiere necesariamente alinear nuestros pensamientos con nuestros sentimientos. En este sen- tido, si estudio aquello que me gusta, estoy alineado. Por el contrario, si estudio lo que me conviene desde el intelecto y que no me gusta desde el sentimiento, estoy desalineado. Y lamentablemente, no hay forma de alinear eso. Puedo “resignarme” y entonces genero una se- rie de estrategias para hacer más llevadera la situación, pero debo tener claro que es sólo eso, hacerla más sostenible. Sin embargo, también puede ocurrir que, estando ya en una carre- ra, comience a abrirme a la posibilidad que me brinda esa área del conocimiento y puedo “creativamente” encontrar “mi veta” en ello, generando un puente de conexión entre lo que estoy estudiando y aquello que me motiva realmente. Por ejemplo, estoy estudiando in- geniería comercial y me he dado cuenta que lo que me gusta real- mente es el trabajo de apoyo con las personas. Quizá una buena manera de hacer este nexo es pensando en generar algún tipo de actividad en la que le entregue a las personas conocimientos a través de talleres, para que puedan abrir sus mentes y comenzar a transitar en la línea del emprendimiento. De este modo, paso de una situación en donde estoy “desalineado”, a estar “alineado” producto de mi creatividad y mi interés por cambiar mi situación. Es decir, puedo en- contrar el espacio para mis talentos en donde yo decida encontrarlo. Y entonces… ¿qué? Entonces, si estás desalineado, es decir, no están en la misma línea tu razón y tu sentimiento, es importante que generes el espacio interno para reflexionar acerca de ello (para ello te serán útiles las preguntas que anteriormente han sido planteadas). Y si tu caso es que te encuentras alineado, entonces la invitación es a que refuerces permanentemente tu sentimiento de certeza respecto al logro de tu objetivo. Imagínate que tu deseo ya está siendo real en el presente, conéctate con el sentimiento de satisfacción y gratitud que se desprende de ese estado. Practica una vez a la semana el ejercicio de visualización que se propone en este capítulo y sobre todo… confía en que todo eso es posible para ti.
  • 95. 95 Llegar a ser todo lo que se puede llegar a ser: el desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos Verónica Vásquez Rauch Atrévete a ser. Qué invitación más seductora y al mismo tiempo arries- gada. Cuántas veces no hemos sentido ese conflicto interno entre el deseo de dejar salir algo desde dentro nuestro, que necesita mani- festarse, algo que necesita ser realizado, algo que necesita ser enun- ciado y expresado y que por alguna razón queda aprisionado en los confines de nuestro pensamiento y de nuestro cuerpo. A través de mi experiencia he podido ver que a la base de algunos dolores y sufrimientos humanos, en muchas ocasiones, yace un con- flicto muy básico, consistente en la dificultad para ‘ser y expresar todo lo que se es, con libertad’. Y con esto me refiero a una dificultad rela- cionada con el propio proceso de desarrollo, en el cual no se están pudiendo actualizar todas aquellas cualidades y riquezas que poten- cialmente podrían ser desplegadas y que, al no serlo nos conducen a la enfermedad. Es por ello que quisiera referirme en el desarrollo de este artículo a algunos conceptos provenientes del psicodrama que pueden ser un gran aporte para la reflexión acerca de este tema y dentro de este contexto rescatar el valor y las ventajas que tiene la terapia de grupo como un espacio para aprender y recuperar aque- llos recursos que poseemos, pero que muchas veces hemos dejado en el olvido. 1. Los recursos que poseemos: espontaneidad y creatividad Los seres humanos somos el ser más incompleto -psicológicamente hablando- al momento de nacer. Somos viajeros que llegamos a este mundo con una pequeña maleta que trae un conjunto de recursos que debemos poner en juego para crear y recrearnos. La esponta- neidad y creatividad son algunos compañeros de viaje que permiten que aquello que potencialmente somos, se exprese y se manifieste dentro del medio en que estamos insertos. La espontaneidad es un término que todos usamos cotidianamente y que expresa una cualidad de la conducta humana: la cualidad
  • 96. 96 Verónica Vásquez Rauch de actuar con libertad; lo que implica por ejemplo poder abrazar a alguien cuando siento que necesita ser apoyado, el poder expresar mis ideas simplemente porque percibo que otro puede necesitar es- cucharlas, acercarme o alejarme de alguien por quien siento atrac- ción o rechazo etc. Debo aclarar en este punto que la espontanei- dad no significa hacer todo lo que se quiere de manera caprichosa e impulsiva. La palabra espontaneidad deriva del latín “sua sponte” que significa “desde adentro”, por lo tanto, para que esta actúe, se requiere de cierto grado de conexión con lo que ocurre en nuestra interioridad, con nuestros impulsos, necesidades y deseos, y desde ahí darle una salida ‘adecuada’ que esté al servicio de nuestro desarrollo y sobrevivencia. La espontaneidad implica ‘adecuación’ y lo ‘ade- cuado’ va a estar fuertemente influido por el contexto social. Dalmiro Bustos, psiquiatra y psicodramatista argentino, precisa algo más este concepto y lo describe como el surgimiento de una ener- gía vital inconsciente, que está siempre fluyendo y perpetuándose, que debe emerger para ser gastada y debe ser gastada para que emerja nuevamente. Es una energía transformadora, que está siem- pre renovándose, que no puede ser conservada o desplazada, sino que una vez que emerge, se gasta de una sola vez. En este sentido, la espontaneidad es una energía inherente a los seres humanos, que moviliza al organismo, llevándolo a desplegar todos aquellos recursos que se requieren en un momento determinado. La espontaneidad es lo que nos permitiría “dar respuestas adecuadas a situaciones nuevas y dar respuestas nuevas a situaciones viejas” y, en este sentido, es una condición necesaria para la creatividad, la cual está estrechamente ligada a nuestra adaptación, a nuestro desarrollo y a nuestra salud. De hecho, cuando la espontaneidad se ve disminuida o bloqueada, aparece la angustia como una señal de alarma que nos alerta res- pecto a que algo al interior de nuestro organismo (energía, impulso, el sí mismo) no logra exteriorizarse y no es integrado a la totalidad del funcionamiento de nuestra persona. Sin embargo, y a pesar de ser la espontaneidad un factor que pro- mueve nuestro desarrollo, no siempre dejamos que ella emerja. ¿Por qué? En ocasiones tememos actuar con espontaneidad porque la confundimos con el descontrol y con la impulsividad. A veces no confiamos en los dictámenes de nuestro interior y creemos que todo lo bueno y lo correcto está fuera nuestro, bajo la forma de recetas, modas, pautas a seguir etc. Eso da seguridad, pero en cierto grado también nos coarta, nos limita y no nos permite poner en juego todo lo que somos.
  • 97. guía de apoyo psicológico para universitarios 97 El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos 2. Dime qué haces y te diré quién eres Así es, ‘somos aquello que hacemos’. Esta verdad ha sido expresada en una cita bíblica que dice: ‘Por sus actos los conoceréis’. Jacob Moreno, médico psiquiatra vienes, creador del psicodrama, rescató también esta idea y el valor de las acciones de los seres humanos, y desarrolló una teoría de roles a través de la cual explica cómo se configura aquello que llamamos personalidad y de la cual he extraí- do algunas ideas. Los seres humanos necesitamos vincularnos para sobrevivir. Vivimos siempre referidos a grupos: familia, escuela o trabajo. Nuestra natura- leza social es lo que nos define, en cuanto a que configura, posibilita y al mismo tiempo restringe nuestro desarrollo. De hecho, la naturaleza de nuestra estructura psíquica y mental tiene un carácter social en su origen. Todas las representaciones internas acerca del mundo que existen en nuestra mente son resultado de las relaciones que hemos establecido con nuestro ambiente y con las personas significativas que habitan en él. Esto es válido también para la representación que hemos ido construyendo acerca de nosotros mismos, es decir, la imagen y el concepto que cada uno de nosotros tiene acerca de sí mismo, es resultado de la relación que hemos establecido con las personas que han sido parte de nuestras vidas. Nuestra identidad es producto de un proceso vincular, que se cons- truye a través de los roles que a través de nuestra historia vamos desempeñando. Los roles son funciones que nos permiten entrar en contacto con otros, explorar, ensayar y ampliar nuestras posibilidades de actuar y de ser en el mundo. Desde el día de nuestro nacimiento hasta hoy, hemos estado desempeñando y aprendiendo roles. Por ejemplo, a través del vínculo con nuestra madre, que es la encar- gada de contenernos, darnos alimento, seguridad y afecto, nosotros hemos aprendido a desempeñar el rol o la función complementa- ria: recibir, confiar, depositarnos y depender. A través del vínculo con nuestro padre hemos aprendido a competir, a ser independiente y salir al mundo. A través del vínculo con los hermanos hemos aprendi- do a competir, rivalizar y solidarizar. A través de nuestro desarrollo he- mos ido incorporando muchos otros roles sociales, por ejemplo, el de amigo, padre, madre, pololo, amante, esposo, empleado, deportista, alumno, estudiante universitario, ayudante, profesional, etc. El rol es una vía a través de la cual el yo se manifiesta y en él siempre convergen por lo menos dos aspectos: lo social-público y lo indivi- dual-personal. El aspecto social incluye todo lo que ese rol significa en
  • 98. 98 Verónica Vásquez Rauch términos de actitudes y conductas esperables en relación a él, y que son normadas y validadas socialmente. El aspecto individual o perso- nal expresa e incluye las necesidades, motivaciones, características y cualidades que son particulares de un individuo y que se ponen de manifiesto en el ejercicio de un rol, dándole un sello único y particular. A través del desempeño de un rol social siempre se expresa algo per- sonal, algo que tiene relación con los proyectos de vida, los anhelos, con las fantasías y los deseos más profundos. Esto es particularmente evidente en aquellos roles que hemos elegido consciente y volunta- riamente, por ejemplo, a través de la elección vocacional. A través de la elección de una profesión buscamos llegar a ser aquello que ‘idealmente’ deseamos ser. Si alguien, por ejemplo, decide estudiar enfermería, es bastante probable que busque a través del ejercicio de este rol continuar desarrollando ciertas habilidades y característi- cas que ya posee, u otras que desea potenciar, como el interés por las personas, el interés por la salud, la sensibilidad ante el dolor huma- no, la necesidad de cuidar y sanar a otro, etc. Lo ideal es que los roles sociales que hemos elegido en la vida nos permitan realizarnos. Es decir, nos permitan poner en juego lo que ‘en esencia somos’. Para ello debemos elegir con conciencia y co- herencia, respetando nuestras necesidades, anhelos e ideales. Gene- ralmente -aunque no siempre-, esto así ocurre y lo podemos observar en el proceso de aprendizaje y de desempeño de los roles sociales. En este proceso se observa una evolución en donde inicialmente predominan los aspectos más sociales, y progresivamente se van in- corporando los aspectos más personales e individuales. Por ejemplo, en el aprendizaje de un rol profesional, el de “profesor”, podemos distinguir una primera etapa, de formación universitaria en la que se aprenden e incorporan aquellas conductas, actitudes, habilidades y conocimientos necesarios asociadas al rol. En una segunda etapa, el alumno comienza a poner en juego lo aprendido al iniciar su práctica laboral y cuando comienza a trabajar, período en que comienza a explorar las posibilidades que este rol le ofrece. Finalmente, después de unos años de ejercicio profesional, cada uno comienza a construir una versión única y personal respecto a cómo ejercer su profesión, la que se convierte en una especie de arte, en donde se integran todas las cualidades y las características propias que nos llevan a identifi- carnos con él y a sentirlo como una creación personal. Esta última etapa es sumamente necesaria de alcanzar, ya que el rechazo y la negación de los roles que diariamente debemos actuar nos pueden conducir a una gran insatisfacción personal constriñiendo y restrin-
  • 99. guía de apoyo psicológico para universitarios 99 El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos giendo nuestro desarrollo. El sentimiento de logro personal sólo surge cuando la espontaneidad y la creatividad se hacen presentes a tra- vés de los roles, es decir, cuando logramos transformar el estereotipo social aprendido y le damos un sello personal. Lo normal y esperable es que esto último ocurra. La cantidad de roles que un ser humano realiza puede ser conside- rado un criterio de salud, pues cuanto más capacidad para el des- empeño de roles, mayor riqueza, flexibilidad, plasticidad y capaci- dad adaptativa tendrá un individuo. Sin embargo, a pesar de ello y a pesar de lo necesario que resulta para nuestro desarrollo la es- pontaneidad y la creatividad, a veces limitamos el número de roles con los que nos relacionamos con otros, y construimos una precaria seguridad a través de un rol, cuyo desempeño conocemos mejor y en el cual colocamos toda nuestra capacidad energética. A este rol le llamamos rol generador positivo, el que generalmente consiste en un rol que se ha adquirido en una etapa de la vida en la que se tiene mayor autonomía y ha sido un rol sobre-desarrollado que nos ha per- mitido edificar nuestra autoestima y sentirnos satisfechos, con nosotros mismos. A partir de este rol vamos construyendo nuestra identidad y este puede ser el punto de partida para desarrollar nuevos roles. Pero también puede quedar como único rol a través del cual nos relacio- namos con el mundo, dominando y reduciendo totalmente nuestra identidad en él. El rol generador positivo puede ser un rol social o un rol profesional. Aquí tenemos, por ejemplo, al típico profesional que dedica todo su tiempo y obtiene todas sus satisfacciones a través de una sola fuente: su trabajo. Pero, sin ir más lejos, en esta situación podemos encontrar también a muchos estudiantes que por diversas razones no han de- sarrollado otras actividades y vínculos que les permitan desarrollarse en otras áreas aparte de lo académico. Estudiantes que jamás han incursionado en una actividad deportiva, recreativa o artística, que no socializan con sus compañeros y que no tienen amigos o pareja, ‘todo esto al mismo tiempo’. Es decir, alumnos cuya fuente de gra- tificación proviene únicamente de sus resultados en lo académico, poniendo en una posición muy vulnerable lo que es su autoestima y su desarrollo integral. No sólo los roles sociales pueden desarrollarse en exceso. También existen los roles psicológicos, los cuales expresan una dimensión o cualidad psicológica que se pone de manifiesto en el modo con que nos vinculamos. También, nuestra identidad puede quedar aprisiona- da en el desempeño de este tipo de roles. Existen un sinnúmero de
  • 100. 100 Verónica Vásquez Rauch roles psicológicos: el bueno y el malo, el emocional y el racional, el de víctima y el victimario, el seductor, el sacrificado, el responsable o irresponsable, el que abandona, el abnegado, el que se hace cargo de todo, el vulnerable, etc. De este modo, distintas personas realizan sus propias versiones de un mismo rol social, teniendo como resultado muchas combinaciones: el rol de “mujer-abnegada”, “mujer-bruja”, “mujer-frágil”, “mujer-víctima”, etc. Muchas veces el rol profesional puede ser entendido como una extensión -a nivel social- de ciertos roles que a nivel psicológico la persona ya venía realizando en su vida hace tiempo, por ejemplo, la función de cuidar o de hacerse cargo de otros, el de solucionar problemas, etc. Lo importante y lo necesario para el desarrollo es darnos cuenta de qué roles o funciones esta- mos desempeñando en exceso, ya sea para intentar hacer algunos cambios -en caso de ser necesario- o simplemente para asumirlo con conciencia y responsabilidad. 3. Atrévete –a través del encuentro con otros– a descubrir y ampliar tus posibilidades de hacer y de ser Hemos señalado anteriormente que la naturaleza de los seres huma- nos es social. Somos lo que somos resultado de un proceso en el que la comunicación y el vínculo juegan un rol fundamental. Pero no sólo nuestro desarrollo (a través del desempeño de roles) tiene su origen en los vínculos que establecemos con quienes nos rodean, sino también gran parte de nuestros conflictos y dolores emocionales encuentran allí su origen. Dentro de este contexto, el psicodrama plantea que es el grupo el lugar en el que debemos aprender a enfrentar y resolver nuestros conflictos, dando origen a la terapia de grupo como una propuesta de trabajo que ofrece muchas posibilidades de desarrollo y muchos beneficios para quienes participan en ella (Ver recuadro). En esencia, la terapia de grupo consiste en una serie de encuentros al que asiste un grupo de personas convocadas por alguna necesidad común y que generalmente son dirigidas por un psicólogo. Este último es quien diseña y desarrolla un conjunto de actividades y dinámicas dirigidas a explorar y trabajar las temáticas y conflictos que motivan a los miembros del grupo a participar en dicho encuentro. Lo importan- te de la terapia de grupo -a diferencia de la terapia individual- es su carácter ‘interactivo’. De hecho, la vía a través de la cual la terapia grupal actúa y genera el cambio, es a través de la interacción de los miembros del grupo.
  • 101. guía de apoyo psicológico para universitarios 101 El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos La terapia de grupo representa un espacio para el encuentro con uno mismo y los otros, un espacio para recuperar la espontaneidad y la capacidad creadora, permitiéndonos crecer y ampliar nuestras posibilidades de acción en el mundo. El espacio grupal dentro del contexto terapéutico es un ‘espacio de transición’, es decir, un es- pacio intermediario entre nuestro mundo interno (nuestras fantasías, nuestros deseos, nuestros impulsos y mucho de aquello de nosotros que busca salir y exteriorizarse y que no encuentra salida) y el mundo real (el que está allí afuera y el cual debemos enfrentar día a día). Esto quiere decir que es un espacio en el que podemos atrevernos a decir y a realizar, de manera experimental y a modo de ensayo, muchas de aquellas cosas que en la realidad no nos atrevemos a expresar, tal vez por temor, o porque creemos que nos van a juzgar, a criticar o a sancionar socialmente. Me sorprende comprobar una y otra vez, a través de los talleres grupales que realizo, lo compartido que son muchos de los temores y fantasías con los que cada uno de los alumnos participantes conviven a diario y que no los dejan desple- gar lo que en esencia cada uno de ellos es en realidad. Muchos de ellos encuentran en el grupo el clima de respeto, de confianza y de seguridad necesarios para atreverse a actuar con mayor libertad y, en la medida que van dejando actuar en ellos la espontaneidad, co- mienza a emerger su capacidad creadora y creativa, su capacidad para empezar a probar y ensayar nuevas respuestas frente a los dile- mas de siempre, y que arrastran desde hace tanto tiempo. De este modo, en el grupo se va dando un proceso paulatino en donde cada uno de los participantes actúa como agente de cambio en los otros. Lo anterior también se aplica a los roles que desempeñamos. El grupo ofrece una oportunidad para reproducir en él los roles que siempre hemos representado y por lo tanto puede ser usado para perpetuar nuestra identidad a través de ellos, o bien, para atrevernos a jugar y explorar en el grupo otros roles y, de este modo, aprender nuevas for- mas de ser en el mundo. De hecho, una técnica que particularmente ocupo en el trabajo con grupos es la del cambio de roles, técnica que es posible desplegar con toda su riqueza particularmente en los contextos grupales. Aprender a jugar distintos roles y a ponerse en el lugar del otro no sólo nos permite desarrollar la empatía y ampliar nuestro repertorio personal, sino que enriquece y amplía nuestra mi- rada de la realidad. Recuerdo que una vez, a partir de un ejercicio de cambio de roles, un alumno me dijo que a través de los ojos de su madre había podido experimentarse por primera vez a sí mismo con cariño. Los roles que desempeñamos operan como un dispositivo a
  • 102. 102 Verónica Vásquez Rauch través del cual actuamos en el mundo y a través del cual miramos y nos relacionamos con los otros, ellos definen un modo de actuar, un modo o una disposición a sentir y a percibir la realidad. Vemos a nues- tra madre con la mirada de un niño, vemos a nuestra pareja como el hombre o la mujer que nos acompaña y que de alguna manera nos completa. No nos damos cuenta de ello, y eso hace que pocas veces veamos a los demás y a nosotros mismos de manera completa. Sólo cuando logramos ocupar el rol del otro o cuando hacemos cam- bio de roles, es que logramos completarnos y obtener una versión dis- tinta y renovada acerca de nosotros mismos. Intentar mirarse a través de los ojos de los demás -siquiera por una vez- puede ser el inicio para cambiar la mirada que tenemos de nosotros mismos y del mundo. Es por ello que los invito a atreverse a participar en cada una de las instancias grupales -talleres de diversa índole- que la universidad les ofrece, ya que representan una oportunidad para compartir y apren- der junto a otros, para jugar a ser el otro, para aprender a ponerse en el lugar de él y de este modo explorar y experimentarse a sí mismo de una manera diferente, desde la mirada de los otros… es increíble lo que uno a veces descubre. Referencias Bello, María Carmen. “Introducción al pensamiento de J. L. Moreno”, Ed.Colibrí, 2000. Bustos, Dalmiro M. “El yo en el psicodrama, La espontaneidad”, en revista Mo- mento, Ed. Momento, Buenos Aires, 2000. Corey, Gerald. “Teoría y práctica de la Terapia Grupal”. Ed. Desclée de Brou- wer. Bilbao. 1995. Jay Linn, Steven y Garske, John P. “Psicoterapias contemporáneas. Modelos y Método”. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao. 1988. Kaplan, H. y Sadock,D. (1999): Sinopsis de Psiquiatría. Ed. Médica Panamerica- na, Madrid 1999. Moreno, Jacob Levy, “Psicoterapia de Grupo y Psicodrama”, Fondo de Cultura Económica, México, 1987.
  • 103. guía de apoyo psicológico para universitarios 103 El desafío de crecer y desarrollarse al interior de los grupos Cuadroresumen: Beneficiosycaracterísticasdelaterapiadegrupo Beneficiosdelaterapiade grupo Procesosquesedanenelcontextogrupalyquesonterapéuticos Permitedisminuirelaislamiento, lasoledadyelsentimientode faltadepertenenciaquela personaexperimentarespecto almundo. Universalización:Losparticipantessedancuentaqueotroscompartenproblemassimilaresy quenosonlosúnicosquelostienen. Cohesión:Enelgruposedesarrollaunsentimientodepertenencia,deunidad,derelacióny devinculación. Apoyomutuo:Losparticipantessedanapoyonosólodetipoemocional,sinoinformativoy material. Empatía:Losparticipantessoncapacesdeponerseenelmarcodereferenciadelosotrosy decomprenderlos. Aceptación:Lacohesióndelgrupoofreceunclimadeaceptaciónquepermiteque cadamiembropuedaabrirseymostraraspectosdesíalosquetemeodeloscualesse avergüenza. Permiteexpresaremociones yvivenciaspersonalesdentro deuncontextoprotegido, deaceptaciónyderespeto, lograndoconelloelalivio emocional. Autoexposiciónyautorrevelación:Losparticipantescomparteninformaciónpersonaly privada. Ventilaciónemocionalycatarsis:Losparticipantesexpresanalgunossentimientos reprimidos,ideasosucesosaotrosmiembrosdelgrupo. Contagio:Laemocióndeunmiembrodelgrupoafectaoestimulalaconcienciadeuna emociónsimilarenotrodelosparticipantes. Permiteexplorar,atravésde lainteracciónconotrosen el‘aquíyahora’(envivo)los conflictosinterpersonalesque losparticipantestienenenel mundoreal. Elgrupofuncionacomounmicrocosmodelasociedad,comounamuestradelarealidad, enlaquesereproducenlasdificultadesqueseenfrentanenella.Esto,porquelosconflictos yproblemasdelosmiembrosquesehallanenelgruponodifierendelosexperimentados fueradeél. Alinteriordeungruposeproduceunprocesollamadotransferencia.Enellalos participantesrepitenalgunospatronesderelacióncuyoorigenseencuentraenlarelación conpersonassignificativasdesufamiliadeorigen.
  • 104. 104 Verónica Vásquez Rauch Beneficiosdelaterapiade grupo Procesosquesedanenelcontextogrupalyquesonterapéuticos Permitelaauto-exploraciónyel auto-conocimiento. Introspección:Encadaparticipantesedaunprocesodeauto-observaciónendondela personadirigesuatenciónatodosaquellosprocesosquepuedaestarexperimentandoen unmomentodado. Retroalimentación:Ladiversidadquecaracterizaalamayoríadelosgruposproporcionaa losparticipantesunfeedbackinusualmenterico,puespuedenverseasímismosatravésde losojosdeunaampliavariedaddepersonas. Permiteaprenderformas másadaptativasde funcionamiento,posibilitando conelloelprocesodecambio. Aprendizajeyresignificación:Losmiembrosdelgrupopuedenexplorar,ensayarypracticar nuevashabilidadesdentrodelgrupoyensusinteraccionesdiariasfueradelmismo.Los participantesaprendenquelosproblemassípuedenresolverseyenelcasodeaquellas situacionesquenosepuedenmodificar,losparticipantesaprendenadarleunnuevo significado,demaneradepoderrelacionarseconellasdeunmododistinto. Producebeneficiosenel ámbitodelasalud. Algunosestudioshanobservadoenquienesparticipandeunaterapiagrupaluna disminucióndelaangustia,unamejoríaenlafuncióninmunitaria,mayoresexpectativas devida,unaumentodelasensacióndebienestargeneral,unadisminucióndelestrés,un aumentoenlacapacidaddeenfrentamientodelosproblemas,eldesarrollodeunaactitud másluchadorayunaumentoenlasensacióndeapoyosocialpercibido. Continuación
  • 105. 105 Manejo del pánico Walter Kühne Covarrubias Una mañana como cualquier otra Isabel viajaba en la micro rumbo a la universidad. Era un día caluroso y el aire dentro de la micro atestada estaba un poco sofocante. Al menos tenía la suerte de ir sentada. Iba mirando por la ventana dis- traída cuando se fijó en el reflejo de su ojo que se producía en la parte interior de sus lentes oscuros. Su ojo se veía amplificado en este refle- jo. Isabel se empezó a fijar en las pequeñas arrugas que aparecían alrededor de su ojo. “Patas de gallo”, pensó. Qué increíble el paso del tiempo, ya a sus 20 y poco empezaba a evidenciarse una ma- yor edad. Recordó haberse encontrado unas canas hace un par de semanas. Sus pensamientos empezaron a girar en torno a la idea de estar envejeciendo. Pronto se le ocurrió que eso era aún más dramáti- co en sus padres. ¡Ellos sí que estaban envejeciendo! ¿Cuánto tiempo los tendría? Inevitablemente llegaría el día en que sus papás morirían y la dejarían sola. Se imaginó a sí misma en el funeral de sus padres. ¡Qué idea más triste y desagradable! De pronto, se percató de que la micro parecía más atestada que antes, el aire estaba caliente y más sofocante. La faltaba el aire. Se le ocurrió que estaba atrapada en esa micro repleta de gente, si algo pasara no podría salir de ahí, si hubiera un choque estaría atrapada! De pronto esta idea le pareció posible, la inminencia de la muerte empezó a ser una idea cada vez más poderosa en su mente. El malestar y el ahogo eran cada vez ma- yores, ¡tenía que salir de ahí ahora mismo y a como diera lugar! ¡Tenía que salir de ahí ya! ¡Ahora mismo! Salió empujando a un par de personas que deben haberla encontra- do muy mal educada. Permaneció en el paradero sentada y recién algunos minutos después pudo recuperar el aliento. Llamó por celular a la casa y la mamá la fue a buscar. Posteriormente, viajar en micro empezó a serle cada vez más fastidioso y convencía a su familia para que la fueran a dejar. El caso de Isabel no es único: • Jorge tuvo que ir a hacer un trámite al centro. De pronto, entre la multitud se sintió rodeado de extraños, pensó qué pasaría si lo
  • 106. 106 Walter Kühne Covarrubias asaltaran. De pronto le pareció que estaba indefenso y a merced de un desastre. No pudo hacer el trámite, pues inmediatamente se devolvió a su casa. • Esteban estaba en su casa con su polola viendo tele cuando le dolió el brazo izquierdo y pensó que le iba a dar un infarto. Trató de calmarse, pero finalmente sudando helado y sin decir nada tuvo que salir al patio para poder calmarse. • Ana evitaba acostarse temprano pues era habitual en ella sentir una profunda angustia al momento de estar acostada con la luz apagada. Le parecía estar a punto de perder el control de sí mis- ma y temía volverse loca. A veces tenía que saltar de la cama y sólo lograba calmarse al lavarse la cara con agua fría. • Pedro tenía que disertar en un ramo. Había preparado muy bien su presentación, sin embargo, apenas empezó se quedó en blan- co, sudando frío al ver todos esas caras contemplándolo seria- mente y en silencio. Ellos y muchos más han pasado por situaciones parecidas: episodios de intensa angustia, ansiedad y la sensación de poder morirse o vol- verse loco. Sumado esto al posterior temor a volver a estar en aquella situación donde tuvieron este episodio. Estas personas no saben lo que les sucede y empiezan un largo peregrinar por especialistas tra- tando de saber qué les pasa. Por lo general, comienzan tomando hora con un médico y haciéndose diversos exámenes, para recién después de varios especialistas llegar a ser diagnosticado: PÁNICO. Y recién entonces son derivados a un psicólogo o psiquiatra para tra- tarse como lo requieren. ¿Qué es el pánico? Comenzaremos revisando qué son los ataques de pánico, también llamados crisis de angustia. El objetivo de este capítulo es que puedas saber lo que son y qué se puede hacer. Comprender lo que sucede es el primer paso hacia la mejoría y puede ahorrar tiempo en la bús- queda de la ayuda indicada para este problema. El pánico corresponde a un trastorno de ansiedad, es decir, se trata de un problema de control de la respuesta ansiosa. Entonces, dado que el elemento central es la ansiedad debemos referirnos a la pre- gunta: ¿Qué es la ansiedad?
  • 107. guía de apoyo psicológico para universitarios 107 Manejo del pánico La ansiedad es un patrón de respuesta complejo ante la percepción de peligro. Revisemos esta definición en detalle. Que sea un patrón de respuesta complejo significa que se expresa en distintos niveles: • Cognitivo: se caracteriza por pensamientos catastróficos sobre la situación o estímulo que puede ser amenazante. • Fisiológico: activación del sistema nervioso simpático que se tra- duce en cambios como aceleración del ritmo cardíaco, aumento de la presión sanguínea, tensión muscular aumentada, aumento de la frecuencia respiratoria, entre otros. • Conductual: inquietud motora tal como caminar de un lado para otro, frotarse las manos, comerse las uñas u otros. Además, están las conductas evitativas de alejamiento de la situación amena- zante. Señalábamos también que la ansiedad es una respuesta ante la per- cepción de peligro. Que sea una respuesta ante una percepción sig- nifica que hay un proceso de evaluación de la situación o estímulo como peligroso. En las personas con pánico, esta evaluación suele estar distorsionada. Evalúan los estímulos exageradamente como peligrosos. Interpretan con un sesgo catastrófico. Esta interpretación catastrófica no es lógica, generalmente basta con que algo sea posi- ble, en vez de probable, para que se considere como una amenaza inminente. Por último, debemos acotar sobre la ansiedad que se trata de una respuesta normal. La ansiedad es el modo de responder ante situa- ciones de peligro y es adaptativa, pues mejora nuestras posibilida- des de salir ilesos de situaciones de riesgo. Por esto no es posible, ni deseable, que la ansiedad desaparezca completamente, pues cum- ple una función significativa. Entonces, se hace necesario diferenciar entre ansiedad normal y ansiedad patológica. La primera es la res- puesta normal ante situaciones que implican un riesgo a nuestra in- tegridad física o psicológica. La ansiedad patológica es aquella que tiene efectos desadaptativos, limitando nuestro funcionamiento en situaciones que no son realmente peligrosas. Como veremos más adelante, el control del pánico requiere de la capacidad de modular los propios estados ansiosos. Entonces, decíamos que el pánico es un trastorno de ansiedad. De acuerdo al manual diagnóstico y estadístico de los trastornos men-
  • 108. 108 Walter Kühne Covarrubias tales (DSM-IV-TR) para diagnosticar este trastorno se deben tener en cuenta los siguientes criterios: Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de 4 (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos: 1. palpitaciones, sacudidas del corazón o taquicardia 2. sudoración 3. temblores o sacudidas 4. sensación de ahogo o falta de aire 5. sensación de atragantarse 6. opresión o malestar en el pecho 7. náuseas o molestias abdominales 8. inestabilidad, mareos o desmayo 9. desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo) 10. miedo a perder el control o volverse loco 11. miedo a morir 12. parestesias (entumecimiento u hormigueo) 13. escalofríos o sofocones Existen crisis situacionales y crisis inesperadas. Las primeras están aso- ciadas a situaciones específicas, como estar en aglomeraciones de gente, estar encerrado, estar lejos de un lugar seguro, u otras. Las crisis inesperadas suceden en cualquier lugar sin previo aviso. El pánico puede formar parte de otros trastornos, como fobias espe- cíficas, fobia social u otros. En estos casos es necesario considerar la naturaleza del otro trastorno. Nos ocuparemos del pánico sin hacer referencia a otros trastornos con los cuales pueda estar asociado, co- morbilidad, pues eso excedería el objetivo de este capitulo. Si bien las técnicas que revisaremos pueden ser de utilidad a quienes se encuentren en esta situación, en casos complejos es recomendable acudir a un especialista. ¿Cómo funciona el pánico? El pánico, como decíamos antes, es una alteración de la respuesta ansiosa. En él la persona interpreta algún estímulo o señal, ya sea in- terno o externo, como amenazante hacia la propia integridad. En el caso de Esteban es una sensación corporal, una señal interna, pro- pioceptiva, la que gatilla la crisis. En el caso de Jorge es una señal, situación externa la que gatilla el problema. Estas son las dos fuentes de estímulos que pueden iniciar la crisis. Por otro lado, generalmen-
  • 109. guía de apoyo psicológico para universitarios 109 Manejo del pánico te lo que se percibe como amenazado es la integridad física, creer que uno puede tener un infarto, morir, quedarse atrapado o algo semejante. En otras ocasiones es la integridad psicológica la que se percibe como amenazada y la persona teme por su autoestima, su imagen ante otros, como en el caso de Pedro. Entonces, la crisis comienza con un estímulo, interno o externo, que es percibido como amenazante, como una señal de peligro, para la integridad física o psicológica de la persona. Esto comienza un círculo vicioso: Estímulo Ansiedad Preocupación Bueno, más que un círculo se trata de un triángulo vicioso. También es conocido como Espiral Cognitiva (Chappa, 2006). Se inicia con una señal, por ejemplo dolor al pecho, que es interpretada de modo preocupante, “¡quizás es un infarto!”, lo que gatilla una respuesta an- siosa inmediata. La activación del alerta conlleva cambios fisiológicos que generan más sensaciones corporales extrañas, las que vienen a corroborar la preocupación, “sí, me está pasando algo muy raro!!”, esto retroalimenta la ansiedad aumentando las sensaciones corpo- rales atípicas llevando a una única conclusión posible: “¡VOY A MO- RIR!!!” Y con eso ya pasamos al ataque de pánico en plenitud. Si bien esta descripción no se ajusta a todos los casos, es muy habitual y además permite comprender la relación existente entre nuestros pensamientos y nuestro modo de sentir. En el ejemplo del párrafo an- terior, el estímulo es interno, sin embargo, en otros casos (como el de Jorge) el estímulo puede ser externo. Lo relevante es que este estímu- lo, externo o interno, es interpretado catastróficamente, generando ansiedad.
  • 110. 110 Walter Kühne Covarrubias ¿Cómo manejar el pánico? Seguramente, más de un lector impaciente empezó leyendo este capítulo por esta sección. Para ellos una breve recomendación, es necesario entender cómo funciona el pánico para poder controlarlo. No se trata sólo de aprender una técnica. Dado que el pánico es en gran medida un truco que nos juega la mente, comprenderlo es una herramienta poderosa para su manejo. Vamos entonces a lo más relevante: manejar el pánico. Como veía- mos antes, la ansiedad se expresa en tres niveles distintos: cognitivo, fisiológico y conductual. A continuación explicaremos una técnica para intervenir en cada uno de estos niveles. El objetivo es desarmar el patrón de la respuesta ansiosa, de modo de poder controlar el pá- nico. Esto no significa que no se va a volver a sentir ansiedad ni miedo, pues eso es imposible y sería anormal. El miedo y la ansiedad cumplen una función y por tanto no pueden desaparecer. Entonces, hay que aceptar experimentar ansiedad y lograr tener control sobre ella para que no se convierta en pánico ni interfiera con nuestro normal funcio- namiento. Intervención cognitiva: A.M.A.R.E. En el pánico es nuestra mente la que nos juega una mala pasada, con su alerta excesiva viendo peligro donde no lo hay. Es por esto que necesitamos manejar de manera distinta nuestros procesos mentales en lo que respecta al pánico. La técnica AMARE es una simple serie de pasos mentales a seguir si aparece la ansiedad: A: acepta la ansiedad M: mira la ansiedad A: actúa normalmente R: repite los pasos E: espera lo mejor Acepta la ansiedad. No luches con la ansiedad, acepta sentirla. Es cierto que no es agradable, pero al fin y al cabo es solamente un modo de sentirse. Eso es todo, es sólo una sensación. Se puede sentir la ansiedad. Deja de tratar de escapar de ella, eso no ha funciona- do de modo duradero. La ansiedad debe aceptarse como cualquier otra emoción.
  • 111. guía de apoyo psicológico para universitarios 111 Manejo del pánico Mira la ansiedad. Después de aceptarla sólo debes observarla. Tomar distancia de ella internamente y hacerse conciencia de sus fluctua- ciones. La ansiedad oscila subiendo y bajando como las olas del mar. Por momentos parece gigante e inmanejable, en ese momento de- bes permanecer aceptándola y observándola. Es sólo cosa de tiem- po para que vuelva a disminuir. No trates de distraerte, déjala fluir y observa cómo sube y baja, cómo cambia su forma. Actúa normalmente. Mientras dejas que la ansiedad evolucione, sim- plemente debes seguir haciendo aquello en lo que estabas. Lo habi- tual cuando aparece la ansiedad es dejar todo e irse a otro lado. Ir al baño a lavarse la cara, ir a conversar con alguien, empezar a mo- verse, salir a caminar. Todas esas opciones no son más que intentos de escapar, de hacer que la ansiedad desaparezca. En vez de hacer eso, simplemente debes continuar con lo que hacías, al tiempo que aceptas y observas tu ansiedad. Repite los pasos. Una y otra vez, aceptar, mirar y continuar con lo tuyo. Al principio te puede parecer que estos pasos son imposibles, que la ansiedad es insoportable, que inevitablemente se acerca el pánico. Pero no será así si repites estos tres pasos. La ansiedad no se transforma- rá en pánico y no durará indefinidamente. Simplemente no es posible pues nuestra fisiología no puede mantener un estado emocional inde- finidamente. La práctica hará cada vez más fácil seguir estos pasos. Espera lo mejor. La ansiedad se alimenta de pensamientos catastró- ficos de cualquier tipo (“todo va a salir mal”, “tengo un infarto”, “no puedo salir de aquí”, “voy a morir”!!!). No debes prestarles atención, esos pensamientos inevitablemente vendrán, pero no debes alimen- tarlos, no los analices, no busques argumentos. Déjalos pasar y con- céntrate en lo que es real, “todo está bien”. Ahora todo está bien, no está pasando nada. Todo va a salir bien. Respira, disfruta, vive. Que sientas ansiedad es una expresión más de estar vivo. Todo está bien, concentra tus pensamientos en esto. Intervención fisiológica: Relajación a través de la respiración diafragmática El antídoto de la ansiedad es la relajación. Puede parecer de Perogru- llo, sin embargo, generalmente es algo que no tenemos en cuenta. Además, a la mayoría de las personas nunca se les ha enseñado a relajarse. A decir verdad, a todos nos haría muy bien entrenar esta ha- bilidad. Pues si bien la mayoría no padece de ataques de pánico, casi todos saben en carne propia lo que es el estrés en algún momento.
  • 112. 112 Walter Kühne Covarrubias Entonces, si uno aprende a relajarse tiene una poderosísima herra- mienta para controlar la ansiedad. Existen muchísimas técnicas para esto, cualquiera puede servir igual de bien. Eso, en tanto la hayas entrenado lo suficiente. No basta con conocer la técnica, necesita entrenarse muchas veces para poder usarla de modo efectivo en un momento de real necesidad. Si quisieras aprender defensa personal no bastaría sólo con una clase o dos, ¿cierto? Pasa lo mismo con la relajación, es necesario entrenarse de modo sistemático. Un adecua- do entrenamiento implica ensayar la técnica todos los días. Evidente- mente la pregunta que surge a continuación es ¿por cuánto tiempo tendré que practicar relajación? La respuesta es simple: siempre. To- dos los días. Indefinidamente. Aun cuando llegues a ser un maestro de la relajación deberás seguir ejercitándola todos los días. Tal como los deportistas no dejan de entrenar una vez que dominan la técnica. Piénsalo de la siguiente manera, una vida saludable debe incluir una buena dieta, una hora de ejercicio al día, 6 u 8 horas de sueño y 5 mi- nutos de relajación. Si uno piensa en los beneficios, dedicar 5 minutos diarios a relajarse no es demasiado pedir y, por otro lado, resulta ser que es agradable. Entonces, ¿en qué consiste la respiración diafragmática? Nuestra res- piración funciona como un fuelle que se agranda haciendo entrar el aire y luego se aprieta para que este salga. Hay dos modos en los que el tórax aumenta su volumen. Una posibilidad, respiración alta, es que los músculos intercostales muevan las costillas, pecho y hombros su- ben, y el aire entra a los pulmones. La otro manera, respiración baja, es que el diafragma se desplaza hacia abajo apretando las vísceras, la guatita sale, y aumenta el espacio para los pulmones haciendo entrar el aire. Cada emoción tiene un patrón respiratorio característico. En el caso de la ansiedad la respiración es alta, rápida y de poca profundidad. Esta es la respiración con la cual nos preparamos para salir corriendo o defendernos de un peligro. Por su parte, la respiración baja es la que caracteriza a la relajación. Se llama respiración diafragmática. El principio es muy sencillo, si aprendes a controlar tu modo de respirar y mantener una respiración baja, entonces se desarmará el patrón fisiológico de la ansiedad. Entonces, ¿cómo aprender la respiración diafragmática? De pie frente a un espejo pon las manos sobre las costillas flotantes, las últimas de abajo. Los dedos deben ir hacia el frente, hacia el centro de la guatita. Al respirar debes guardar el aire en la parte baja del ab-
  • 113. guía de apoyo psicológico para universitarios 113 Manejo del pánico domen, haciendo que la guatita se infle. Tus manos deben separarse como si se estuviera inflando una pelota entre ellas. La importancia de las manos es que debes sentir cómo el aire hace hincharse la guatita, así tienes una retroalimentación para saber que lo estás haciendo bien. Al mismo tiempo que respiras y con las manos sientes como la guatita se hincha, debes mirarte al espejo. Observa cuidadosamente si tu pecho o si los hombros suben, esto indica que la respiración es alta. Para que la respiración diafragmática esté bien hecha debes sentir con las manos cómo se infla la guatita y no observar ninguna subida de pecho y hombros. Es importante señalar que la respiración diafragmática es un modo natural de respirar que puede mantenerse indefinidamente si se eje- cuta correctamente. ¿Y qué pasa si no lo haces bien? No te preocu- pes, lo único que puede pasar es que te marees. Si es el caso sólo hay que sentarse y esperar unos minutos a que pase. Se debe a haber res- pirado muy rápido o muy profundamente. Cada uno debe encontrar el ritmo y profundidad que mejor le acomode. Típicamente se sugiere respirar contando mentalmente 8 tiempos en la inhalación y otros 8 tiempos para exhalar (REF). Es clave respirar lenta y calmadamente. Por último, recuerda que es la práctica la que hace al maestro. La ejercitación diaria es indispensable. Intervención conductual: Exposición Quien padece de pánico rápidamente aprende una estrategia suma- mente efectiva para controlar la ansiedad: evitación y escape. La evi- tación significa que la persona procurará no estar en aquellas situacio- nes que le son ansiógenas o donde ha tenido alguna crisis. Y si de todos modos se encuentra en alguna de ellas, procurará irse cuanto antes. Esto se llama escape. Evitación y escape son, entonces, modos en los cuales el sujeto logra manejar la ansiedad y evitar una posible crisis. El problema fundamental de esta estrategia es que, a pesar de ser efecti- va, mantiene el problema. El sujeto controla la ansiedad evitando y por ende no es capaz de enfrentar ni estar presente en aquellas situacio- nes que le son problemáticas. Esto conlleva otra dificultad, si se abusa de la evitación se empiezan a limitar las situaciones en las cuales se puede estar. Esto puede llegar a niveles tan dramáticos que la persona puede no querer salir de su casa o necesitar compañía para ir a diver- sos lugares. Es decir, la evitación puede empezar a ser tal que limita el adecuado funcionamiento académico, laboral o social del sujeto.
  • 114. 114 Walter Kühne Covarrubias Es por esto que se necesita aprender a exponerse a las situaciones complicadas controlando la ansiedad por otros medios. La exposi- ción por sí misma posibilita la extinción del condicionamiento que asocia ciertos lugares o situaciones con la ansiedad. Es decir, expo- nerse a la situación temida permite aprender que en realidad no hay ningún peligro, que no va a pasar nada. Hay dos tipos de exposición: externa e interna, según si el sujeto se expone a estímulos externos, del ambiente, o a estímulos internos, pro- pioceptivos. Nos referiremos a la primera. ¿Cómo trabajar la exposición? En la exposición externa lo primero que debe tenerse en cuenta es el principio de aproximaciones sucesivas. Este indica que uno debe ir dando pequeños pasos para exponerse a aquello que teme. Dado que puede ser contraproducente exponerse de golpe a algo muy difícil. Haz una lista de todas las situaciones que evitas o te son difíciles. Una vez hecha la lista tienes que ordenarla de menor a mayor, o sea, de más fácil a más difícil. Habiendo trabajado las técnicas descritas más arriba, AMARE y respiración diafragmática, se puede empezar a exponerse brevemente a las situaciones más fáci- les de la lista. Es necesario sobreponerse al malestar inicial que pueda haber. Es necesario permanecer hasta que la ansiedad baje, de este modo te podrás ir habituando a la situación. Cuando las situaciones más fáciles han sido superadas se puede pasar a otras más difíciles. Lo más relevante que debes considerar es que no debes privarte de ir a ciertos lugares porque temes tener una crisis. De manera graduada y usando las técnicas de control de ansiedad descritas antes, tienes que hacer el esfuerzo de ir. Va a haber ansiedad, pero debe tolerarse y esperar hasta que pase la oleada de ansiedad sin alimentarla con pensamientos catastróficos. La exposición interna se refiere a poder tolerar las sensaciones corpo- rales extrañas que pueden ser la fuente de preocupación e iniciar una crisis. No profundizaremos en la exposición a los estímulos internos pues es difícil trabajarlo solo y requiere asesoría de un experto en el tema. Por lo pronto basta con que entiendas de qué se trata y sepas que si es tu caso debes buscar ayuda especializada con un psicólogo. Consideraciones finales: el pánico y la muerte En este capítulo hemos abordado el problema de los ataques de pá- nico. Describimos qué son y cómo se experimentan, cómo compren- der su funcionamiento y cómo enfrentarlos. Dado que se trata de un
  • 115. guía de apoyo psicológico para universitarios 115 Manejo del pánico trastorno de ansiedad, para quienes se interesaron en este capítulo puede ser conveniente revisar también el apartado sobre Ansiedad ante el Rendimiento. A modo de conclusión, deseo señalar un último punto sobre el tema: ¿Qué es lo que significan los ataques de pánico? El pánico es una reacción de temor máxima ante la percepción de una amenaza para la propia integridad, una reacción ante algo que se estima un peligro inminente. La máxima expresión de lo peligroso es aquello que pueda matarnos. Es decir, en última instancia, el pá- nico representa un temor profundo a la muerte. Miedo que suele ser subterráneo y no reconocido. Hablábamos más arriba de cómo vivimos arrancando de la ansie- dad, tenemos miedo de tener miedo. Sin embargo, en el fondo de lo que huimos, a lo que tememos es a la muerte. Es la muerte lo que se esconde tras nuestros miedos, su invisible omnipresencia. Dado que forma parte de nuestra condición humana, es un tema sobre el que debiéramos reflexionar también. Aceptar la propia finitud es una ta- rea difícil y necesaria para nuestro desarrollo personal. Mi plantea- miento es que todos debemos prepararnos para la muerte. ¿Qué significa esto? Básicamente dos cosas, por un lado trabajar para responder la pregunta sobre qué es la muerte. ¿Qué sucederá después, qué será de mí? Ya sea apelando a la religión o a la filosofía, todos necesitamos tener nuestras creencias claras al respecto. Por otro lado, prepararse para la muerte significa vivir una vida plena de sentido. Vivir la vida correctamente, de acuerdo a las propias con- vicciones. No es sólo de la muerte que escapamos, a veces también escapamos de nuestras obligaciones. Y lo que es peor, a veces esca- pamos de nosotros mismos. La muerte como tema da para un capítulo en sí mismo, la menciono aquí, pues creo que quienes tienen crisis de angustia pueden bene- ficiarse de analizar este tópico. Concluyendo, calmar el miedo a la muerte apaciguará el pánico. Y además puede hacer tu vida plena de sentido. Referencias Chappa, 2006, Tratamiento del Pánico, Paidós, Barcelona. DSM-IV-TR, Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, American Psychiatric Association.
  • 117. 117 Depresión:  No puedo dejar de estar triste Patricia Pérez Marínkovic Dentro de los motivos de consulta psicológica de los estudiantes uni- versitarios, la temática más frecuente es la depresión. Factores tales como la frustración por rendimiento insatisfactorio en la vida aca- démica, dificultades familiares, problemas económicos, dificultades para el establecimiento de relaciones interpersonales, desmotivación por la carrera que se ha escogido, cambio de ciudad y afrontamien- to de una vida lejos de la familia, conflictos de pareja, son algunos de los motivos que señalan los estudiantes como explicativos de su “estar triste”. Diferencia entre ánimo triste y depresión En este contexto, es importante señalar que sentir un descenso de la energía física y psíquica no implica que la persona esté cursando un trastorno del ánimo. Para diagnosticar que ello está ocurriendo se requiere de toda una sintomatología específica y de una duración mínima en el tiempo. Cuando se ha activado una depresión, la per- sona vivencia un estado de ánimo triste la mayor parte del día, pier- de interés por las actividades que antes le generaban placer, puede sentir ansiedad, sensación de fatiga o pérdida de energía a diario, irritabilidad, sueño excesivo o insomnio, dificultades de concentra- ción. Puede sentir temor, sensación de inutilidad y culpa, además de pensamientos desesperanzadores acerca de la vida. Cuando varios de estos síntomas se presentan de manera sostenida por más de 2 se- manas, la persona comienza a experimentar un deterioro significativo en su vida, tanto a nivel personal, social como familiar. Episodios de descenso del estado de ánimo son naturales en los seres humanos y están vinculados a episodios que los detonan, no obstan- te, la persona que lo vivencia no deja de disfrutar y ver el mundo con esperanza. Es decir, el “bajón” tiene una intensidad y duración acotada en el tiempo, tras lo cual, la persona recupera su nivel de funcionamiento habitual.
  • 118. 118 Patricia Pérez Marínkovic En este contexto, no resulta extraño que muchas veces no nos demos cuenta de los procesos internos que realizamos y solamente podemos percibir conscientemente los resultados de ellos. ¿Qué sucede en la depresión? El estado de ánimo depresivo implica la ejecución de una serie de procesos internos en donde hemos “adherido” a esta emocionalidad por un tiempo que excede el interés de nuestro ser interno, que es nuestro propio referente de armonía. Nos sentimos agotados, agobia- dos, desesperanzados, tristes, frustrados, enrabiados… y no sabemos realmente cómo es que llegamos hasta allí internamente. Podemos darnos la explicación causal, pero no somos conscientes realmente de qué estamos haciendo para “alimentar y reforzar” ese estado. No nos damos cuenta conscientemente de cómo “elegimos” perma- necer en esa serie de pensamientos y emociones que perpetúan el ánimo depresivo. Nos levantamos por la mañana e instantáneamen- te nos repetimos los pensamientos con los cuales funcionamos el día anterior, un día que por cierto ya no existe. En coherencia entonces con todo aquello que nos estamos “recordando” surge la emocio- nalidad absolutamente obediente a las órdenes psíquicas que le estamos enviando. Si pensamos: “…¡qué lamentable!, ¡otro día más de esfuerzo!”, nuestras emociones se colocan en sintonía con eso y rápidamente se activa el cansancio, la frustración, la desesperanza. Y partimos entonces inmediatamente creando el día que sin darnos cuenta, nos propusimos crear… no cuesta mucho imaginar cómo será ese día para nosotros y lo más complejo es que si mantenemos esa actitud por un tiempo prolongado, realmente la vida se hace “cuesta arriba”. La vivencia de la emocionalidad y diálogos internos En el contexto psíquico, el estado de ánimo se vincula a la focalización de la atención. En este contexto, los seres humanos podemos experi- mentar decenas de emociones y éstas tienen de manera natural un ciclo de existencia, en donde la emoción aumenta hasta alcanzar un peak y luego desciende. Ninguna emoción se puede sostener de ma- nera ininterrumpida por un largo periodo de tiempo, salvo que este- mos repitiendo internamente a voluntad todos los pensamientos que la desencadenan. Es decir, podemos estar muy tristes, en plena crisis, pero probablemente a las 8 horas de estar llorando alternadamente,
  • 119. guía de apoyo psicológico para universitarios 119 Depresión: No puedo dejar de estar triste lamentándonos y sintiéndonos profundamente incompatibles con la vida, necesitaremos parar en algún momento, para comer algo por ejemplo, o para ir a dormir. Luego, si decidimos continuar en la misma emocionalidad, despertamos unas horas más tarde y sin darnos cuen- ta, nos preguntamos internamente…¿dónde habíamos quedado?... y comienza el ciclo una vez más. Cuando estamos deprimidos, lo que hacemos psíquicamente es que generamos un círculo vicioso de “re- petición” de todos los pensamientos y emociones que vivenciamos tras un evento de frustración, rabia y/o tristeza, es decir, focalizamos nuestra atención en esta repetición. Por ejemplo, si algo no funcionó para nosotros (reprobamos una asignatura) comenzamos a exacer- bar la emocionalidad vinculada a ese hecho (ej.: sentimientos de in- utilidad, frustración, ansiedad, tristeza) y nos repetimos mentalmente todo un diálogo interno que nos dice más de lo mismo, en coherencia con lo que ya nos habíamos repetido. El tiempo en que sostengamos esta focalización de la atención en esos pensamientos y emociones, es lo que genera un estado depresivo. Es decir, donde está nuestra atención, allí estamos nosotros. Cuando captamos eso, comienza a abrirse la posibilidad de querer cambiar el foco de nuestra atención y entonces podemos salir de ese estado en el que entramos. Nuestra capacidad de focalizar la atención es una herramienta fundamental cuando queremos manejar nuestros estados internos. Por lo tanto, el darnos cuenta de qué estamos haciendo psíquicamente con noso- tros, nos devuelve el poder para cambiar dicha situación. Todos los seres humanos tenemos razones para entristecernos, enra- biarnos, frustrarnos, etcétera, por lo tanto, ese no es el punto. Lo im- portante, es cuánto tiempo decidiremos quedarnos en esa sintonía. A veces decidimos quedarnos allí porque de alguna manera sentimos que hay una ganancia en ello, puede ser que nuestros seres queri- dos nos brinden más atención, que la persona que nos abandonó se sienta culpable, poder hacer nuestra “pataleta” con la autorización social (ya que es un diagnóstico clínico), en fin… pero eso no cambia el hecho de que estamos pagando un alto precio por aquella ganan- cia secundaria. ¿Y por qué es un alto precio?, porque estamos desperdiciando un tiempo precioso y valioso para construir interna y externamente aquello que sí deseamos y anhelamos de verdad, lo que realmen- te es importante, prioritario, fundamental y su retribución no se com- para con la ganancia secundaria. Darnos cuenta de que la vida es una aventura maravillosa en la que todos los seres humanos estamos en este proceso de crecimiento, aprendizaje y evolución, nos pue-
  • 120. 120 Patricia Pérez Marínkovic de abrir grandes posibilidades para decidir con mayor consciencia “en qué queremos estar en nuestra vida”, si deseamos internamente “construir”, “estancarnos” o “destruir”. La verdad es que a cada ins- tante estamos eligiendo una postura interna al respecto. Elegir en conciencia Cuando nos permitimos explorar nuestro mundo interno podemos hacernos conscientes de qué estamos eligiendo para nosotros y en- tonces nos podemos hacer responsables de nuestras vidas y todas nuestras turbulencias emocionales. Desde ese momento, estamos en condiciones de “elegir en consciencia”. Una vez que hemos realizado ese trabajo interno, nuestras posibilida- des de elegir vivir una vida satisfactoria, aumentan considerablemen- te y en muchos casos “inevitablemente”. Cuando nos preguntamos entonces ¿por qué no puedo dejar de es- tar triste?, podríamos preguntarnos ¿por qué no quiero dejar de estar triste? Si al responderme, algo me pasa internamente y me doy cuen- ta que “sí quiero dejar de estar triste” y quiero comenzar a trabajar en ello, puedo comenzar a focalizar mi atención en qué cosas me estoy diciendo permanentemente, que me gatillan la emocionalidad depresiva. Y entonces, puedo comenzar a elegir hacia dónde diriguir mi atención, hacia pensamientos distintos a los que he estado escu- chando. Al hacer este proceso podré notar cómo mi emocionalidad también reacciona coherentemente y comienza a serenarse. Pero debemos recordar que lo principal es preguntarnos: ¿quiero realmente abandonar la tristeza, la victimización, la fragilidad?... Este es el inicio del proceso, más tarde vendrán las comprensiones y ener- gizaciones psíquicas y físicas necesarias para recorrer mi camino de regreso a mi potencialidad. Esa es la belleza y maravilloso potencial de nuestra capacidad in- terna, podemos entrar y salir de todo cuanto hemos elegido interna- mente, simplemente con nuestra consciencia y determinación. Poner atención en nuestros estados internos, pero desde la perspectiva de “¿cómo estoy manejando mi atención?, ¿lo estoy haciendo de ma- nera constructiva o destructiva?, ¿cuánto tiempo decidiré estar foca- lizado en determinada emocionalidad?”, es la clave para constituir- nos en dueños de nuestro mundo interno. En este punto, es necesario mencionar que también parte de este hacernos cargo de nuestro estado interno, implica evaluar de manera realista si puedo sobrepo-
  • 121. guía de apoyo psicológico para universitarios 121 Depresión: No puedo dejar de estar triste nerme de manera autónoma o si requiero solicitar una ayuda externa que me oriente acerca de cómo poder cambiar esta emocionali- dad en mí (específicamente consultar con especialistas tales como psicólogos y psiquiatras). Esta solicitud de ayuda, lejos de demostrar más fragilidad, en realidad lo que está mostrando es la fortaleza de reconocer que en ese momento puntual, no puedo salir solo de ese estado interno. El mundo interno victimizado Muchas veces las personas consideran que el tener una vida “difícil” es una tarjeta preferencial para compadecerse de sí mismas (victi- mización), tienen la creencia que las personas que se manejan de manera más satisfactoria en su vida, son personas que precisamente han tenido una experiencia de vida satisfactoria, se dicen a sí mismas: “¡claro!, yo con la suerte de esta persona… habría sido súper feliz”, entonces no consideran que quien navega en la satisfacción interna tenga algún mérito respecto a su estado. En Psicología existe el con- cepto de “locus de control” y significa cuál es el foco de la persona respecto a la responsabilidad de sus vivencias. Un locus de control externo indica una persona que considera que los resultados de la vida tienen una causalidad externa y que siempre se está navegando en un mar que no se controla. Por otro lado, un locus de control inter- no indica que la persona percibe que su vida es un resultado de sus propias decisiones en un porcentaje bastante alto, es decir, percibe una causalidad interna. Y es precisamente desde esta perspectiva del locus de control que operamos cuando estamos eligiendo hacer- nos cargo de nuestra emocionalidad o no hacernos cargo y vivirla de manera desbordada y autodestructiva. Muchas veces los seres humanos nos vemos invadidos por nuestras emociones y sentimientos, pero la verdad es que si no podemos pen- sar más allá de esas emociones, no podremos controlar nuestra vida psíquica. Cuando decidimos responsablemente y amorosamente con nosotros mismos, vivir la vida desde una perspectiva más armóni- ca, nuestras emociones son comandadas por nuestro pensamiento, lo cual no significa “reprimir” el sentir, sino que, por el contrario, me doy el permiso y el espacio para conectarme con mis emociones y sentimientos, pero también genero un control sobre el tiempo y la in- tensidad con la cual vivo la emocionalidad.
  • 122. 122 Patricia Pérez Marínkovic La depresión: un invitado no deseado ha entrado en nuestra casa Una situación que siempre surge en el estado de ánimo triste, es un as- pecto de la personalidad que se encuentra muy activo durante ese periodo de tiempo, es decir, a manera de metáfora, la tristeza pasa a ser una especie de personaje interno en la psiquis que se vuelve poderoso y omnipresente mientras más espacio le demos. Es como un invitado a casa al que le hemos abierto la puerta y después no sólo no se va, sino que nos llena la cabeza de ideas, comentarios y nosotros le escuchamos muy atentamente cada día. El problema es que lo que le escuchamos decir ni siquiera lo filtramos, sino que más bien le creemos todo y terminamos siendo unos perfectos aliados de este personaje que a todas luces no es una buena influencia para nosotros, ya que sus comentarios se van tornando cada vez más pesi- mistas, negativos y desesperanzados. Este personaje interno lo hemos energizado y reforzado, porque lo he- mos escuchado atentamente. A veces ocurre que acabamos literal- mente engolosinándonos con su estilo y con todas las emociones que nos orienta a experienciar. Entonces, llega el momento en que nos comenzamos a hartar y este personaje nos comienza a complicar un poco, pero no tenemos la más mínima idea de cómo desalojarlo de casa ya que nos hemos hecho muy cercanos…, y de pronto comenzamos a darnos cuenta que en realidad él se ha tomado mucho espacio en nuestra casa y que hasta nuestra cama ha estado ocupando y decidimos comenzar a recuperar nuestro espacio… ¿Qué hacer frente a este invitado no deseado? Etapa 1 Pues la primera etapa es darnos cuenta de todo lo que hemos cam- biado desde el día que lo recibimos en casa y decidimos comenzar a observarlo de manera más objetiva, ya no desde el involucramiento, sino desde una actitud de neutralidad. Etapa 2 La segunda etapa implica que una vez que ya lo hemos comenzado a mirar con otros ojos, vamos a comenzar a recuperar nuestro espa-
  • 123. guía de apoyo psicológico para universitarios 123 Depresión: No puedo dejar de estar triste cio, no lo desalojaremos de la noche a la mañana, ya que mal que mal durante todo este tiempo ha sido un fiel compañero, por lo tanto lo que haremos es ir reduciéndole su espacio en casa y nos propon- dremos hablar mucho menos con él, y escucharlo mucho más desde la actitud del filtro. Etapa 3 Un tercer paso, es comenzar a escuchar a otros aspectos internos que nos permitan re-conectarnos con estados de ánimo más satisfacto- rios, por ej. ver una película divertida, visitar a amistades con las que lo pasemos bien, leer un libro esperanzador, escuchar música que nos levante el animo, etcétera. Etapa 4 Y el cuarto y último paso, es mantenernos atentos a cualquier inter- vención de este personaje interno. Es decir, si notamos que de pron- to nos hemos vuelto a sentir deprimidos, vamos a tomar conciencia una vez más de qué es lo que estamos escuchando nuevamente. Y entonces, si lo deseamos, vamos nuevamente a cambiar el foco de nuestra atención de manera consciente, repitiendo las etapas ante- riores. Posterior a esto, podemos decidir invitar a este personaje a retirarse de nuestro hogar o dejar que él se aburra solo y decida ir a otro lugar donde ser escuchado. ¿Qué me dice la tristeza? Estar triste implica que, en algún momento, nos hemos conectado de manera importante con un aspecto insatisfactorio en nuestras vidas. Y es importante, desde esa perspectiva poder, de alguna manera, profundizar en los contenidos de esa tristeza, no para quedarnos allí, como ya se mencionó, sino que para obtener mayor información de nuestro mundo interno. Es por este motivo que, desde el punto de vista del desarrollo personal, una crisis de este tipo, sin duda puede ser una gran oportunidad para darse cuenta de situaciones y vivencias internas que requieren ser modificadas en nuestra vida para poder transitar por un camino más maduro y significativo.
  • 124. 124 Patricia Pérez Marínkovic Es muy difícil que un ser humano decida cambiar cuando todo va bien en su vida. La verdad es que realmente es muy poco probable. Generalmente, los seres humanos requerimos del ingrediente “sufri- miento” para tomarnos el tiempo de reflexionar acerca de nuestras dificultades. Y eso es un aspecto muy positivo que nos ofrece el sufri- miento. Entonces, sentir que se está triste y que se está cansado ya de ello, es una muy buena señal de que es un momento propicio para generar una introspección y hacernos cargo de aquello que no está funcionando, tanto en el mundo interno, como en el externo. Importancia de la motivación para acceder al cambio Pasar desde el sufrimiento a la calma y posteriormente a la satisfac- ción, es un proceso que requiere motivación, ya que no existe la posibilidad de hacerlo sin un trabajo interno de por medio. A veces, las personas creen que si cambia la situación en su mundo externo, entonces cambiará también en su mundo interno, es como que la vida se hará cargo totalmente de cambiar la circunstancia que me complica. No obstante, la verdadera autonomía implica que al cam- biar desde mi mundo interno, genero cambios en el mundo externo, a nivel concreto y/o de la percepción de la situación, pudiendo en- tonces ampliar mi perspectiva de ésta.. De esta manera, no me hago “dependiente” de lo que ocurre allá afuera para estar bien o mal. Si no que genero de manera autónoma las condiciones internas que me permitirán hacer frente a la situación que me ha complicado. Ese es el sentido de todo lo que nos ocurre, conectarnos internamente con nuestro potencial para, de este modo, avanzar y evolucionar en nuestro proceso personal.
  • 125. 125 Aprendiendo a ser feliz Mónica López Hernando “Ser feliz”,… qué difícil encontrar un anhelo en la vida que pueda englobar tanto significado como estas dos palabras. Probablemente, todos queramos alcanzar la felicidad y muchos sientan que la tienen a momentos, pero lo que quiero mostrarles es una mirada distinta, donde la felicidad puede estar mucho más presente en nuestras vi- das si desarrollamos algunas habilidades y damos espacio a ciertas actividades que han demostrado ser efectivas en este tema. Sonja Lyubomirsky, psicóloga social de la Universidad de Stanford, plantea en su modelo que el 40 % causante de nuestra felicidad son ciertas actividades que realizamos de forma intencionada, el 50 % es genético y 10 % corresponde a las circunstancias, como belleza física, salud, dinero, etc. Desde este modelo, podemos entender que el 50 % es nuestra “línea base” de felicidad (baja o alta según lo heredado), un 10 % son su- cesos que nos ocurren y nos pueden ayudar a sentirnos más felices o más tristes (ganarme un premio o enfermarnos, por ejemplo), pero un valioso 40 % tiene que ver con lo que nosotros hacemos activamente para incrementar nuestra felicidad (y así subir nuestra línea base o estado más estable). Pero, ¿por qué esforzarnos tanto en ser felices? Diversos estudios com- prueban que la felicidad aumenta nuestros años de vida, mejora la salud física y mental, el rendimiento académico y la productividad, aumenta la satisfacción en el trabajo, optimiza la eficiencia de gru- pos y organizaciones, nos da mayor facilidad para resolver problemas y resiliencia (capacidad para salir adelante pese a la adversidad), mejora nuestras relaciones, aumenta nuestra solidaridad y empatía con otros, entre muchos otros factores positivos. De este modo, si consideramos que las investigaciones han encontra- do diversos modos eficaces de incrementar nuestro nivel de felicidad, toma importancia el poder aprenderlos y comenzar a aplicarlos en nuestras vidas para enriquecerlas y así aumentar nuestro bienestar general. Es por ello que surge en la Universidad de Santiago de Chile el taller: “Aprendiendo a ser feliz”, el cual busca entregar estas he- rramientas a los alumnos, fomentando la felicidad como un factor protector y preventivo.
  • 126. 126 Mónica López Hernando El título hace alusión al aprendizaje, pues se trata de un camino que requiere dedicación, donde ustedes en esta lectura podrán encon- trar algunas claves y podrán elegir ciertos ejercicios para comenzar gradualmente a trabajar en el incremento de la felicidad a su propio ritmo. Hay momentos en la vida en que estamos viviendo intensamen- te situaciones dolorosas y pensar en estos temas puede ser complejo, pero en algún momento llegan las preguntas ¿Cómo quiero estar?, ¿quiero seguir detenida/o en el dolor o siento que ya es tiempo de salir de él?, ¿quiero realmente ser feliz? Entonces estas ideas que les planteo acá pueden ser una guía hacia el cómo empezar a serlo y entregar lo mejor de sí en esta tarea. Para comenzar este camino, les expondré a continuación nueve te- mas relevantes para la felicidad en los que se pueden realizar ejerci- cios prácticos para cultivarla activamente. Les sugiero tener un pe- queño cuaderno especial para este trabajo personal. Conciencia sobre la propia felicidad Las personas que son más felices se caracterizan por atribuirle mayor importancia a la felicidad y a su bienestar general de lo que lo hacen otras personas, reflexionando sobre aquella y buscando las experien- cias que le producen sensaciones positivas. Así, el logro de felicidad está estrechamente ligado a la importancia que se le da al deseo de ser feliz y al valor que cada cual le atribuye. El tener claridad sobre cuáles son las cosas que me hacen feliz, re- conocerlas y tomar conciencia sobre ellas, nos entrega un punto de referencia para buscar activamente nuestro bienestar en momentos que éste nos falte. Es importante aclarar de todos modos la diferencia entre ser y estar, por ejemplo, yo puedo considerarme una persona que es feliz con su vida, pero que a momentos está triste por diversas circunstancias, las cuales no me quitan mi sensación general de ser feliz. A su vez, puedo estar mucho más feliz en ciertos momentos, dependiendo de aquello que ocurra en mi vida. Por este motivo, tomar conciencia de qué nos hace feliz y dirigirnos a ello, es un elemento importante que podemos comenzar a trabajar en el siguiente ejercicio:
  • 127. guía de apoyo psicológico para universitarios 127 Aprendiendo a ser feliz Realiza un listado de todas aquellas cosas que te hacen feliz hoy en día (si luego recuerdas alguna más, puedes ir agregándolas a tu lista) Respóndete a ti mismo las siguientes preguntas: • ¿Cuánto espacio le doy en mi vida a las cosas que me hacen más feliz? • ¿Cuáles cosas de las que escribí me gustaría empezar a hacer de forma más constante? • ¿Me comprometo conmigo mismo a empezar a hacerlas? ¿Hay algo que me lo impide? Estas preguntas te pueden dar buenos puntos de referencia para pa- sar desde el pensar en tu felicidad a realizar acciones que te permitan avanzar en este camino, haciendo cosas concretas por ella, como las que se proponen en el siguiente tema. Autoestima Las personas felices se encuentran mentalmente más sanas y libres de padecer trastornos o sintomatología negativa de índole psicoló- gica. Trabajar en pos de un buen conocimiento y aceptación de sí mismo con fortalezas y limitaciones, nos permite tomar mejores deci- siones para nuestra vida. Una buena autoestima e imagen personal, se transforma así en nuestro mejor aliado para conseguir el bienestar que deseamos. Tener sentido del humor, confianza en sí mismo, au- tonomía, sensación de ser competente y tener autodeterminación para buscar lo que deseamos, también nos ayudan a lograr mayor felicidad en nuestras vidas. En el capítulo de Autoestima puedes pro- fundizar más en este aspecto. Aumentar la vida social y cultivar relaciones cercanas Los estudios reflejan que la gente que es más feliz tiene un alto nivel de participación en actividades sociales, tanto a nivel formal (orga- nizaciones, clubes, asociaciones, etc.), como a nivel informal (ami- gos, vecinos, colegas de trabajo, familia extensa, etc.) y que esas interacciones aportan en la creación de sentimientos importantes de satisfacción, de permanencia y pertenencia, que se suman a su sen- sación general de felicidad. En este sentido, además del optimismo, el rasgo de personalidad más frecuente en la gente feliz es la extroversión, la cual permite disfrutar de una vida social más activa. La apertura a abrirte a nuevos círculos
  • 128. 128 Mónica López Hernando sociales y ser más atractivo en el plano cognitivo y del comporta- miento (sonreír más, reconocer a los demás, iniciar la conversación y otras opciones que permiten ampliar los contactos  sociales) pueden ayudar a generar mayores lazos, pertenencia y otros factores que in- ciden en la felicidad. Por otra parte, más allá de activar la vida social, la capacidad de establecer relaciones cercanas y afectivas, cultivando los vínculos fa- miliares, de amistad y pareja cobra relevancia fundamental para dis- frutar de un buen sentimiento general de felicidad. Esto sería la fuente de felicidad más importante, independientemente del dinero, éxito profesional o el nivel social. Tomar conciencia • ¿En qué actividades sociales participo actualmente? Si no realizo ninguna, ¿en qué tipo de actividades me gustaría participar? • ¿Quiénes son las personas que siento más cercanas afectivamente? • ¿De qué forma cultivo y fortalezco las relaciones con estas personas cercanas? • ¿Cuánto tiempo de mi vida les dedico? Pensar al actuar • Busca distintas actividades sociales que sean de tu interés (voluntariados, talleres grupales, deportes, reuniones con amigos del colegio, primos, etc.) y elige al menos una que quieras comenzar a realizar de forma más constante en el tiempo. Una vez que decidas comenzarla, comprométete a darle un espacio en tu vida. Si esta actividad se acaba, el espacio debe mantenerse e ir integrando nuevas actividades donde puedas compartir con otros, aprender cosas nuevas y sentirte perteneciente a un grupo. • Piensa y comienza a realizar cosas concretas para mantener o mejorar el nivel de cercanía afectiva que tienes con algunas personas significativas (familia, amigos, pareja). Poder acercarse con mayor apertura y confianza, avanzando en la comunicación puede ser un paso importante. Antes de concluir con este tema, quisiera de todos modos hacer un alcance. La vida social activa y la extroversión pueden favorecer ex- periencias que nos entreguen mayor felicidad, pero esto no quiere decir que las personas introvertidas o con una vida social más peque- ña no puedan ser felices. El punto es cómo se viven esas característi- cas de personalidad asociadas al retraimiento, vivencias que pueden ser muy distintas y que podemos ver reflejadas en estos relatos:
  • 129. guía de apoyo psicológico para universitarios 129 Aprendiendo a ser feliz a) “No tengo muchos amigos, pero soy feliz con los que tengo, el tener pocos me ayuda a dedicarles más tiempo y cultivar más la relación. Hay confianza, cariño y sé que puedo contar con ellos. En cuanto a mis actividades, me gusta estar tranquila, disfruto más de actividades solitarias como pintar o escribir, disfruto de mi so- ledad aunque de vez en cuando comparto con más gente y me siento bien de todos modos”. b) “Soy bien tímido, me cuesta estar con gente o iniciar conversacio- nes, me pongo ansioso porque no sé qué cosa interesante pueda hablar, no hago mucho… solo estoy entre la casa y la Universidad, nada más. Tengo un par de amigos, pero no nos juntamos tanto, cada uno anda en lo suyo. Me siento solo y eso me angustia, me gustaría cambiar, poder relacionarme mejor con los demás, pues no me gusta como soy”. Claramente, quien da el primer relato puede sentirse más feliz, inclu- so si nos detenemos en sus palabras, podemos ver cómo valora los aspectos que tiene (sin pensar tanto en lo que no tiene), existe una mayor aceptación de sí misma y una mejor autoestima, lo cual resulta fundamental para el desarrollo de nuestra felicidad. Como vemos hasta ahora, tener conciencia de qué nos hace feliz, procurar estar satisfechos con nuestra vida social, teniendo vínculos de afecto significativos, además de una buena autoestima pueden ayudarnos en el camino de ser más felices, pero existen otros aspec- tos concretos en los que podemos trabajar también y tienen relación con el tipo de actividades que realizamos. Estar en constante actividad Estar inmersos en la vida, con muchas iniciativas, proyectos, sueños y energía puesta en ellos puede generar más felicidad. Así, según el investigador Michael Fordyce, destacan 5 tipos de actividades que nos pueden ayudar en esta tarea: • Las personas felices tienden a permanecer más ocupadas en ac- tividades que les resultan entretenidas y agradables. • Las actividades excitantes que requieren esfuerzo físico, parecen generar más placer que las actividades sedentarias y tranquilas. En este punto, Lyubomirsky también afirma que la actividad física es un elemento que influye significativamente en nuestros niveles de felicidad.
  • 130. 130 Mónica López Hernando • Las experiencias nuevas tienden a procurar más felicidad que las experiencias habituales. • Lasactividadessocialesproducenmayorfelicidadquelassolitarias. • Una iniciativa significativa resulta ser más satisfactoria que los en- tretenimientos triviales. Para pensar más en las actividades que integran nuestro día a día y su papel en nuestra felicidad, los invito a trabajar en estos ejercicios: Visualización En una posición cómoda, respira profundamente, relaja tus músculos y con los ojos cerrados comienza a visualizar cuáles son las actividades que realizas en tu semana, desde que te levantas hasta que te acuestas, en qué consiste tu rutina, en qué se diferencian tus fines de semana, cuáles son las cosas que más te gusta hacer y las que menos. Una vez que hayas recorrido en tu mente estas imágenes, abre lentamente los ojos. Para reflexionar • ¿Me gustan las actividades que realizo? Si no es así, ¿soy activo en buscar nuevas actividades que me motiven? • ¿Realizo alguna actividad física? • ¿Busco actividades nuevas para salir de la rutina? ¿Cuáles podría integrar a mi vida? • ¿Realizo alguna actividad que sea significativa y trascendente (donde sienta que puedo aportar a la sociedad)? Muchos podrán pensar luego de estos ejercicios que “les encantaría realizar más actividades, pero no les alcanza el tiempo”, lo cual en la mayoría de los casos no es tan cierto, sino más bien una dificultad para planificar y organizar los tiempos, lo cual veremos a continua- ción, ya que es un factor que favorece también el que mantengamos un alto nivel de felicidad en la vida. Organización Según Fordyce, las personas que son más felices tienden a organizar- se bien, no dejan temas pendientes para el día siguiente, son eficaces y se planifican no sólo en su cotidiano sino también en sus proyectos a mediano y largo plazo, y en su sentido de la orientación en la vida. La gente feliz parece saber cuándo quiere moverse de un lugar a otro y parece poseer costumbres organizativas que les permiten realizarlo.
  • 131. guía de apoyo psicológico para universitarios 131 Aprendiendo a ser feliz Así, pueden destinar tiempos de forma eficiente a cada una de sus actividades, dejando espacios disponibles para el autocuidado, para cultivar sus relaciones y para realizar las actividades que les producen bienestar. La capacidad de organización y planificación nos puede aportar en el desarrollo de nuestro proyecto de vida, logrando paso a paso aquello que nos proponemos. En este sentido, una ventaja de la gen- te que es más feliz en su vida es saber escoger y centrarse en metas alcanzables y posibles (esto no quiere decir que sean fáciles o poco significativas), considerando sus propias competencias para lograrlas, lo cual les ayuda a luchar por ellas con mayor seguridad, disfrutando y valorando el camino que han creado para conseguirlas, lo cual fa- vorece la posibilidad de éxito. Sucede distinto al centrarse en metas enormes sin ir paso a paso, se ve muy lejano todo, muy difícil y la desmotivación puede ser una rea- lidad más cercana. Si el foco está puesto en ir alcanzando submetas y logrando pequeños pasos, podrás sentir cada vez más cerca el ob- jetivo final que te propusiste, lo cual mantendrá tu ánimo e ilusión. Es muy común ver alumnos universitarios que se esfuerzan enorme- mente para pasar sus ramos y cuando lo logran no se detienen a dis- frutarlo, pues están pensando inmediatamente en los ramos que vie- nen, aumentando con ello su agobio. Si valoraran estos pasos como un logro importante, si celebraran y disfrutaran el camino que ellos van haciendo, al llegar a titularse en sus carreras podrían mirar atrás y ver con satisfacción todos los logros que ya han alcanzado, recono- cer su mérito y sentirse orgullosos de sí mismos, entendiendo que cada etapa en la vida tiene algo que enseñarnos, en vez de pensar “por fin terminó todo esto…”. 1. Repensando mi horario • Dibuja una tabla semanal donde puedas colocar todas las ac- tividades que realizas actualmente. Distribuye tus horarios de modo que calcen con tu realidad, intentando colocar las cosas que usualmente haces (se entiende que los horarios y activida- des pueden variar con cierta flexibilidad). A modo de ejemplo, lo siguiente:
  • 133. guía de apoyo psicológico para universitarios 133 Aprendiendo a ser feliz • ¿Consideras que te organizas bien en tus tiempos o sientes que no te alcanza para algunas cosas que quisieras hacer? • ¿Me cuesta terminar lo que empiezo? ¿Vivo con muchos pen- dientes? • Identifica cuáles son tus horarios disponibles, o que podrías apro- vechar realizando alguna actividad que fuese más gratificante para ti. Organiza mejor tus tiempos libres y comienza a incluir ac- tividades que aporten a tu felicidad. Si definitivamente no logras darte un espacio, piensa en tus prioridades y quizás debas dejar algo de lo que realizas actualmente para así tener más tiempo para lo que necesitas realmente. 2. Diario de metas y submetas Escribe cuáles son tus metas en el corto, mediano y largo plazo. Sub- divídelas en metas más pequeñas y ordénalas según la importancia que tengan para ti. Al menos una vez al mes revisa cómo van, si al- guna se cumplió, hay otras por agregar, etc. Este ejercicio podrá au- mentar tu conciencia sobre ellas y tu proyecto de vida, aportándo- te en tus capacidades de organización y planificación. A modo de ejemplo, el siguiente cuadro:
  • 134. 134 Mónica López Hernando Metas (de la más a la menos importantes, cuántas quieras) Submetas (las que sean necesarias para cumplir tu meta) Corto Plazo 1. Aprender a tocar guitarra 1.1. Empezar clases de guitarra. 1.2. Armarme repertorio de canciones que quiero aprender. 1.3. Destinar tiempo para practicar. 2. 2.1. 2.2. Mediano Plazo 1. Pasar los ramos este semestre 1.1. Ir a todas las clases. 1.2. Destinar tiempo a estudiar. 1.3. Estudiar en grupo. 2. 2.1. 2.2. 3. 3.1. Largo Plazo 1. Trabajar en algo que me guste. 1.1. Estar atento a cuáles son los temas que me interesan para especializarme en ellos. 1.2. Conocer mis fortalezas y debilidades para las distintas áreas de trabajo. 1.3. Orientar mis búsquedas de trabajo según mis intereses. 2. 2.1. 2.2. Organizar mejor nuestra vida, nos entrega tiempo para decidir en qué voy a ocupar mi día a día y nos entrega la responsabilidad de elegir cómo quiero estar, lo cual da pie al siguiente tema: Ocuparse en vez de preocuparse La felicidad de una persona es inversamente proporcional a la can- tidad de tiempo dedicado a pensamientos negativos. En vez de in- quietarse y preocuparse por las cosas, las personas más felices tien- den a ocuparse de ellas, planificar bien y solucionar lo que está en sus manos y frente al resto, asumir que no se puede controlarlo todo
  • 135. guía de apoyo psicológico para universitarios 135 Aprendiendo a ser feliz y que pase lo que pase, se tienen las herramientas para enfrentar la situación si ésta se complicase o se podrá buscar ayuda para superar lo que nos angustia, lo cual entrega mayor tranquilidad. El trabajar nuestra felicidad no implica que vamos a negar o dejar de lado la existencia de múltiples dolores o situaciones complejas que pueden ocurrir en nuestra vida. La muerte de seres queridos, sepa- raciones de pareja, enfermedades importantes, pérdida del trabajo, entre tantos otros temas, pueden causarnos ansiedad, tristeza y des- motivación hacia la vida. Es importante darse un tiempo para cada cosa, aprender a vivir el dolor es tan importante como aprender a disfrutar la felicidad, pues estas experiencias nos enseñan y nos ayu- dan a valorar más nuestra vida cuando estamos mejor y a creer en nuestra capacidad de salir adelante. Lo importante es pensar cuánto tiempo de mi vida quiero destinar a estar en esa tristeza, tema que fue profundizado en el capítulo destinado a depresión en este libro, y que pase lo que nos pase, si queremos realmente, puede llegar un tiempo mejor, en que nos levantemos y sigamos adelante con más fuerza, recobrando nuestras ganas de vivir. En este sentido, cuando la persona siente dificultad para sobrellevar estas situaciones y no cuenta con el apoyo necesario, es esencial mantener la capacidad para pedir ayuda. En este sentido, buscar contención en la familia, amigos, pareja o ingresar a una psicoterapia puede ser una alternativa positiva para superar estos estados y reco- brar la posibilidad de sentirse felices. Esto tiene que ver con “ocupar- se” del problema, buscar soluciones, alternativas, salidas, luces que iluminen nuestro camino, en vez de quedarnos pasivamente durante mucho tiempo sintiéndonos víctimas de las circunstancias, cuando en realidad, nosotros somos constructores activos de nuestra vida y de cómo queremos vivirla. El siguiente ejercicio puede ayudarnos a clarificar cómo podemos ocuparnos de los aspectos que hoy nos están preocupando más. 1. Ocupándome de mis problemas Completa el siguiente cuadro con un listado de todos los problemas o situaciones que actualmente te están preocupando e interfiriendo en tu felicidad, al lado coloca cuáles son las estrategias que puedes im- plementar para enfrentarte y empezar a ocuparte de ellos. Si sientes que no es posible una solución real, piensa en qué puedes hacer para
  • 136. 136 Mónica López Hernando aceptarlo de un mejor modo e integrarlo a tu vida sin que te afecte tan negativamente. Problemas actuales Soluciones posibles o modos de aceptar mejor estas situaciones. • • • • • • Optimismo La felicidad de una persona está fuertemente determinada por el tipo de pensamientos que ocupan su mente durante el día, mientras más placenteros sean, más emociones positivas experimentará. Casi todas las situaciones de la vida se pueden percibir positivamente con optimismo, el cómo uno interpreta o se narra la vivencia, influye si la integramos como un aporte a nuestra felicidad o infelicidad. Por ejemplo, podemos apreciar la diferencia en estos relatos: a) “Tengo rabia, justo ahora que tengo más pruebas me toca enfer- marme y me dieron reposo absoluto más encima, me va a ir mal ahora si no puedo ir a clases, no voy a entender nada”. b) “Qué lata enfermarse, pero ya me recuperaré, me hacía falta un descanso de todos modos. El cuerpo avisa cuando uno no le pone atención y yo, entre tanto estrés, no me estaba cuidando mucho, así que tendré que bajar un poco la carga cuando retome las cla- ses, organizarme mejor. Por ahora, podré estudiar en cama y le pe- diré a mis compañeros que me vengan a ver y me expliquen para no atrasarme tanto. Me sirve para dejarme regalonear un poquito”. Como vemos, ante un mismo hecho pueden existir infinitas explicacio- nes. Si pensamos todo el día en temas negativos y nos enfocamos en ellos, probablemente percibamos lo que nos ocurre desde ese prisma y estaremos más receptivos a malas experiencias, aunque concien- temente no lo queramos. El poder de pensar en positivo atrae no sólo buenas experiencias, sino también percepciones positivas de ellas, si centramos nuestros esfuerzos en que nos vaya bien, aumentará la probabilidad de lograrlo, pero si nos mentalizamos con que nos irá mal, probablemente eso ocurra como una “profecía auto cumplida”. El optimismo no se trata de creer ingenuamente en que todo irá siem- pre bien, sino más bien se basa en una creencia del tipo “voy a ser feliz ocurra lo que ocurra”. Sea cual sea la circunstancia, las emocio-
  • 137. guía de apoyo psicológico para universitarios 137 Aprendiendo a ser feliz nes de una persona no deben ser necesariamente dictadas por la situación, ya que una persona es siempre (potencialmente) libre de escoger hasta qué punto se va a sentir feliz. Las formas en que se explican los sucesos las personas optimistas y pe- simistas son distintas, así el estilo explicativo optimista tiende a ver los eventos positivos como estables en el tiempo, que aportan e influyen positivamente varias áreas de su vida y reconocen el mérito propio en la ocurrencia de ellos. Los eventos negativos, en cambio, son vi- sualizados como más transitorios, que afectan solo una parte especí- fica de la vida (no todo) y pueden ser motivados por circunstancias externas (no tienden a culparse por cada suceso difícil que ocurre). El estilo explicativo pesimista, a su vez, ve lo positivo de forma transitoria, específica y externa (sin reconocerse mérito alguno) y lo negativo de forma más permanente, global e interna. A continuación, les sugiero dos ejercicios que pueden aportarnos en el desarrollo del optimismo: 1. Entrenar explicaciones optimistas: Toma nota de distintas situaciones significativas que te ocurran, anota cuál es tu explicación sobre su causa y efectos. Luego escribe al menos 3 explicaciones alternativas que tiendan al optimismo, viendo lo positivo de forma más estable, global y personal, y lo negativo de modo transitorio, específico y externo. Así, aprenderemos gradualmente una forma más optimista de ver la vida. 2. “Mi mejor futuro posible”: Visualízalo mentalmente primero y luego escribe cuál sería el mejor futuro que imaginas para ti, cuáles son tus mayores sueños, lo que siempre has deseado. Conectarte con aquello que desearías, proyectarlo en tu futuro y luchar por conseguirlo puede darle un sentido a tu vida que te motive y anime a intentar ese camino. Así como el optimismo nos ayuda a ver el futuro con mayor tranquili- dad, es importante dejar en el pasado ciertas vivencias que solo con- siguen dañarnos si las mantenemos junto a nosotros. En este sentido, el perdón nos ayuda a estar más tranquilos, sin pendientes, en paz con los otros, lo cual favorece nuestra posibilidad de ser felices, como veremos en el siguiente punto.
  • 138. 138 Mónica López Hernando La importancia de perdonar No siempre es simple perdonar ni se realiza de forma inmediata, pero para avanzar en la vida, sin tener pendientes, sin tener rabias o resen- timientos que nos estanquen y nos hieran cada vez que se recuer- dan, es importante procesar algunos temas y decidir qué hacer con los sentimientos negativos que guardamos hacia quien nos dañó, si quedarnos con ellos o dejarlos ir para caminar más libres y livianos, sin pesos innecesarios. Según Mc Cullough, Pargament & Thoresen (2000), perdonar implica atenuar o suprimir los deseos de venganza o de evitación del ofensor y reemplazarlos por actitudes, sentimientos o comportamientos más positivos o benevolentes. De este modo, perdonar no implica, como muchas veces tendemos a creer, reconciliarse, restableciendo la relación con quien nos dañó. Muchas veces la rabia, el rencor o el resentimiento que sentimos nos protege de ser nuevamente dañados por el ofensor, pero si nosotros tenemos la capacidad de auto cuidarnos y tenemos claridad respec- to a que no queremos volver a relacionarnos del mismo modo con esta persona que nos dañó, podemos poner ciertos límites que nos protejan, sin necesidad de mantener la rabia contra esa persona. De este modo, podemos saludar, estar en una misma reunión con ella o él o compartir espacios o trabajo, sin sentirnos amenazados nueva- mente, pues sabemos ahora hasta dónde dejaremos llegar al otro y en qué terreno no le permitiremos entrar nuevamente. Perdonar tampoco implica minimizar, justificar o tolerar la victimiza- ción o el daño, eliminando la necesidad misma de perdonar. Debe- mos asumir que lo que nos hicieron tuvo una consecuencia negativa y darle el peso que tiene a ese acto para luego, en el momento que podamos hacerlo, decidir perdonarlo para seguir adelante. Más aún, el perdón tampoco implica olvido, pues no se puede borrar el recuer- do del daño. Erradamente muchos decimos “no lo perdonaste aún, pues todavía recuerdas lo que te hizo”, esto no tiene realmente rela- ción con lo que significa perdonar… Perdonar es dejar ir la rabia y los sentimientos negativos, es estar en paz con el otro, pero no podemos omitir que generalmente todo acto tiene consecuencias, positivas o negativas, por ende perdono lo que hiciste, pero la consecuencia es lo que yo decido hacer hacia el futu- ro, por ejemplo, para cuidarme de no ser dañado nuevamente, elijo no continuar la amistad. No es guardar rencor, para nada, sino que tiene que ver con un cambio en la relación, pues los actos que hacen
  • 139. guía de apoyo psicológico para universitarios 139 Aprendiendo a ser feliz otros causándonos dolor, producen un impacto en nosotros que es necesario aceptar. Es así que es fundamental pensar que el perdón es algo que se hace para uno mismo y no para el ofensor. Quizás al ofensor no lo vemos hace mucho tiempo y no se va a enterar de que nosotros decidimos perdonarlo, independiente de esto, el perdonar es algo que bene- ficia directamente a la persona que decide hacerlo, pues la libera de un peso, de una emoción dolorosa y dañina, pudiendo elaborar mejor lo sucedido y encontrar mayor paz. Respecto a los beneficios del perdón, investigaciones empíricas rea- lizadas por Mc Cullough & Witvliet (2002), muestran que las personas que perdonan poseen menos odio, se deprimen menos, son menos hostiles, experimentan menos ansiedad e ira y son menos neuróticas. También aumenta la probabilidad de que sean más felices, gocen de mejor salud, sean más agradables y más serenas. Además, poseen mayor capacidad empática y espiritual o religiosa. Los invito a reflexionar y realizar los siguientes ejercicios que nos entrega- rán una experiencia más completa en torno al perdón en nuestras vidas. 1) Piensa por un momento en las siguientes preguntas: • ¿Existen algunas personas a las cuales aún no logras perdonar? • ¿Qué te impide perdonarlas? • ¿En qué te beneficiaría o perjudicaría el perdonar a aquellas personas? 2) Apreciar ser perdonado: Recuerda distintos momentos en que hayas cometido un error y hayas sido perdonado, ¿cómo te sentiste al recibir el perdón de otro? Detente en ese sentimiento para poder valorar el significado de ser perdonado por otros. 3) Imagina La situación de perdonar, tanto si le comunicas al otro tu perdón o solo lo sientes tú internamente. ¿Cómo te sentirías después de perdonar? ¿Cómo cambiaría tu actitud y sentimientos hacia esa persona? 4) Escribir una carta de perdón: No importa si no la entregamos, pero escribir lo sucedido, lo que sentimos respecto a aquello y por qué tomamos la decisión de perdonar nos puede ayudar en la liberación del rencor. 5) Rumiar menos: Dejar de repetirnos una y otra vez lo sucedido, ya sea a nosotros mismos (pensando constantemente en el daño y el dolor) u a otros (contándoles lo sucedido a muchas personas).
  • 140. 140 Mónica López Hernando Por último, quisiera hablarles de la gratitud, pues en lo personal, consi- dero que es uno de los aspectos más influyentes en nuestra felicidad, se trata de una fortaleza y como tal, es posible de entrenar, por ende, detengámonos un poco a reflexionar sobre ella y así ver cómo poder darle más espacio en nuestra vida. El poder de la gratitud La gratitud es apreciar la vida, agradecer a alguien, es saborear cada cosa que vivimos, es no dar las cosas por garantizadas, conser- vando nuestra capacidad de asombro y valorando como un regalo todo lo que tenemos la oportunidad de recibir o, incluso, dar a otros. Implica centrarse en el momento presente, apreciar la vida tal como es hoy y ahora y lo que la ha hecho ser así. Por todo esto y más, es un elemento fundamental que nos ayuda a ser más felices. La gratitud, según Lyubomirsky y diversos investigadores en psicolo- gía positiva, promueve el mayor disfrute de las experiencias positivas de la vida; favorece la autoestima, pues ayuda a tomar conciencia de lo que otros han hecho por uno y de lo que uno ha sido capaz de lograr en la vida; nos entrega mayor fuerza para enfrentar el es- trés y las situaciones difíciles, ya que se valora lo que tenemos en vez de poner nuestra atención en lo que falta; fomenta sentimientos de generosidad y altruismo, ayudándonos a construir lazos sociales; in- hibe la comparación social y es una barrera contra las emociones destructivas; nos ayuda a entrenar nuestra capacidad de asombro y optimismo. Pero ya que la gratitud es una habilidad que puede fortalecerse, qui- siera compartirles a continuación algunos ejercicios que fueron pro- bados en su efectividad en el estudio realizado por Seligman, Steen, Park y Peterson (2005) en más de 400 personas.
  • 141. guía de apoyo psicológico para universitarios 141 Aprendiendo a ser feliz 1.CartasdeGratitud Esteejerciciodemostrósuefectividadalincrementarelniveldefelicidadenlaspersonashasta3mesesdespuésderealizado,por loquerecomiendohacerlocadaciertotiempoparamantenersuefectopositivoennuestrasvidas. Elejercicioconsisteenpensarenunaomáspersonasalascualesnolesagradecistealgoquehicieronportiyfuesignificativo. Lesescribesunacarta(noimportasiesbreveoextensa)dondeexpresestuagradecimientoporaquelloquehicieronportiyque aunquehapasadotiempo,nolohasolvidado,yselasentregaspersonalmenteacadaunadeellas. Esdetenerseavalorarlasaccionesdeotrosyaprenderadecirgracias,aunquehayapasadoeltiempo.Laotrapersonade segurolovaloraráyseráunaexperienciadecrecimientomutuo. 2.ListadodeGratitud Debesescribirunalistadetalladayespecíficadetodaslascosasporlascualessientesgratitud(tenerbuenavista,unaaudición aguda,tenerlainteligenciaparahaberestudiado,tushijos,turelacióndepareja,lasolidaridaddetuscompañeros,etc.,etc.). Intentacolocarlomásposibleenesemomento,peroesalistaquedaráabierta.Dejaellistadoenuncuadernocercadetu alcanceycadavezquerecuerdesalgoporlocualtesientasagradecido,añádeloatulista.Loidealesquealmenos2vecesal mesaccedasalcuaderno,loleasnuevamenteycomplementes.Puedesagradecerinclusoaquellosdesafíosdifícilesquetraela vidaydeloscualesaprendes. 3.DiariodeGratitud Sialmenosunavezalasemanaescribierasenundiario/cuadernolascosasquetehanhechofelizdurantelasemana, deteniéndoteapensarencadauna,teiríasentrenandocadavezmásenpercibirlopositivoyvaliosodetuvidaporsobrelas cosasdifícilesquetepuedenocurrir.Alreleerlaspodríastomarconcienciadeloafortunadoqueeresymantenerunaactitud distintahacialavida,abiertaalafelicidad. EnlaUniversidaddeHarvard,seinstaalosalumnosdelcursodePsicologíaPositivaaescribirestediariodurante21días,locualha tenidoresultadosmuybeneficiososaniveldefelicidad.Así,puedeselegirsegúntuestilopersonalsiloquiereshacerdiariamente (conunmínimode21díasyelmáximoquetúdesees)ounavezalasemanadurantevariosmeses(paraquetengaunefecto significativo). Alprincipioquizásteresultadifícilencontrarquécosaspuedesagradecer,peropocoapococomenzarásaverlasmásyteirás entrenandoenvisualizartuvidadeformamáspositiva,tomandounaactitudmáscercanaalagratitudquealaqueja,locual enelmedianoplazofavorecerátuestadoemocional,mentalyfísico.
  • 142. 142 Mónica López Hernando Si bien existen muchas otras maneras comprobadas de incrementar nuestra felicidad, como el desarrollo de la generosidad y el altruismo, la espiritualidad, la realización de técnicas de relajación y medita- ción, disfrutar de los placeres de la vida (una rica comida, un lindo atardecer, etc.), entre tantas otras, espero que las que aquí les expu- se puedan ser un aporte en este camino de aprendizaje, recordan- do que para que ocurra un cambio significativo en nuestra vida es necesario poner nuestra atención, constancia y compromiso en ello. Sea como sea, los frutos de la felicidad son muchos y vale la pena dirigirnos hacia ellos. Referencias FORDYCE, M. Educación para la felicidad. Edison Community College (EE.UU) en http://www.fun-humanismo-ciencia.es/felicidad/ninos/ninos3.htm#_ftn1 Mc Cullough, M.; Pargament, K. & Thoresen, C. (2000) Forgiveness: theory, re- search and practice. New York: Guilford Press. Mc Cullough, M. & Witvliet, C. Cap. 32: The Psychology of forgiveness en: Snyder, C. & López, S. (edit) (2002) Handbook of Positive Psychology. New York: Oxford University Press. Lyubomirsky, S. (2007) The How of Happiness: A Scientific Approach to Getting the Life You Want. The Penguin Press HC: Estados Unidos. Seligman, M.; Steen, T.; Park, T. y Peterson, C. Positive Psychology Progress. Em- pirical Validation of Interventions. July–August 2005. American Psychologist, Vol. 60, N.º 5, 410–421.
  • 143. 143 ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones de un consejero académico Héctor Rodríguez Moya Es probable que te llame la atención el título de este artículo y es cier- to, por cuanto ha sido fuente de reflexión profunda de pensadores y sabios, tanto en el ámbito filosófico o religioso. Pero no te preocupes porque es sólo motivación dentro del contexto de la experiencia de vida que a cada uno de ustedes le ha tocado vivir o les tocará vi- vir ahora y en un futuro cercano cuando ingresen a la Universidad, empiecen a dar los primeros pasos, enfrentar las primeras dificultades para luego ambientarse e integrarse al quehacer académico de la enseñanza universitaria. Preguntarse de ¿Dónde vengo? surgirá para reflexionar ante las primeras dificultades. ¿Quién soy? será la mate- ria cuando estés estabilizado y hacia ¿dónde voy? será tu reflexión cuando te acerques al momento de tu egreso o una vez titulado y empieces a construir otra plataforma de futuro. Serán siempre pre- guntas con respuestas de acuerdo a la formación educativa y fami- liar, nunca como un ser aislado. Querido estudiante, hace aproximadamente cuarenta y seis años que mantengo vínculo directo con estudiantes universitarios. Siendo estudiante de tercer año de la carrera de Pedagogía en Química en una de las universidades del Consejo de Rectores, ingresé a la admi- nistración pública, iniciándome como ayudante de cátedra de una asignatura. Muy pocos años después, fui contratado en un cargo en propiedad de jornada completa. En 1971 me interesé en hacer un reemplazo por seis meses de dos medias jornadas, terminado ese pla- zo se abrió un concurso para una jornada completa, me presenté a ella y gané el concurso. Varios años más tarde ingresé a un magíster, obteniendo el grado de magíster en ciencias en lo que es actualmen- te mi querida Universidad de Santiago de Chile, en donde me siento feliz y plenamente realizado. Te llamará la atención que esté iniciando estas líneas refiriéndome a mí, describiendo instancias de mi trayectoria, lo comprenderás más
  • 144. 144 Héctor Rodríguez Moya adelante cuando haga un acopio de otros antecedentes. Ahora me interesa pasar a otro punto. Estimado(a) joven, en alguna instancia de tu vida te has hecho las preguntas: ¿De dónde vengo?, ¿quién soy?, y ¿hacia dónde voy? Es muy probable que dentro de tus etapas de formación y muy espe- cialmente durante la educación básica, no hayan aflorado estas tras- cendentes interrogantes, pero ya en la adolescencia pueden haber comenzado a ocupar una parte importante de tu mundo interior. Du- rante la enseñanza media nos toca vivir gran parte de nuestra adoles- cencia, la cual implica cambios notables en nuestra constitución cor- poral y neurofisiológica, en nuestra personalidad futura y puede traer una concentración de conflictos que nos llevan a una variabilidad de carácter, muchas veces irritables, minuciosos, agresivos, irraciona- les y en otras expresiones se muestran estados de estrés, ansiedades, depresiones y otros estados que pudiesen ser manejados y tratados oportuna y convenientemente si se pide ayuda. Probablemente, la respuesta más básica a la pregunta ¿de dónde vengo? será analizando nuestro entorno familiar y no nos resultará difí- cil redactar una descripción de sus características. Podremos evaluar lo relativo al nivel educativo y socioeconómico, sobre la propiedad o no de una vivienda, sobre el tipo de trabajo que cada uno realiza, número de hermanos, estado civil de los padres, calidad de las rela- ciones interpersonales, niveles de afectos, entre otros aspectos. Respuesta probablemente incompleta y natural en inicio, pero útil hasta alcanzar un mayor grado de madurez que nos ayude a tener una definición más concreta y segura. Dentro de los aproximadamente veintiséis años de docencia que ejercí, en lo que fue y ahora es nuestra Universidad, tuve siempre mucha cercanía con ustedes. Me llamó mucho la atención una se- rie de carencias que se manifestaban en timidez y baja autoestima, problemas de comunicación y relaciones interpersonales, falta de autonomía o manejo personal, signos de soledad y necesidad de afecto, solo para señalar algunos aspectos detectables. También en las relaciones profesor - alumno durante las clases que impartí en las instancias de horarios de atención que ofrecía a los estudiantes o du- rante clases extraordinarias de reforzamiento que programaba como apoyo al mejoramiento del rendimiento. En los últimos nueve años de trabajo, después de haber dejado de servir en la Facultad de Química y Biología, fui trasladado a lo que fue la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles, hoy Vicerrectoría de Gestión
  • 145. guía de apoyo psicológico para universitarios 145 ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones... y Desarrollo Estudiantil y muy especialmente en los dos últimos años en mi desempeño como Consejero Académico Estudiantil del Depar- tamento de Promoción de la Salud Psicológica en esta Universidad, puedo dejar constancia que los problemas que más se repiten y afec- tan a muchos de ustedes son, entre otros, y por supuesto en grados variables: Bajos ingresos per cápita a nivel familiar, alimentación defi- ciente, problemas en relación de matrimonio de padres, cesantía en padre o madre, mala comunicación con padres, carencia de apo- yo y afecto de padres, baja autoestima, problemas de adaptación a la vida universitaria, problemas de comunicación y relación entre padres separados, ansiedad, estados depresivos, dificultades para conciliar el sueño y serias dificultades para concentrarse, que termi- nan por afectar su estado de salud mental. Muchas de estas variables influyen significativamente en el rendimiento académico y el interés por continuar sus estudios. Tomando en cuenta estos antecedentes y problemas que afectan a muchos estudiantes en los tiempos actua- les, ¿qué podríamos hacer? Pensemos en cuatro etapas esenciales: 1. Inserción en cualquier Universidad y ambientación inicial Te sugiero estas recomendaciones apenas comienzas las actividades académicas en tu carrera: a) Antes que todo infórmate del contenido del Reglamento General de Régimen de Estudios proveniente de la Vicerrectoría Acadé- mica. Preocúpate de dar cumplimiento a dicha normativa. Evita causales de eliminación u otras dificultades (es importante saber cuántas veces se permite reprobar un ramo, por ejemplo). b) Infórmate del contenido del reglamento especial que edita y ac- tualiza tu unidad académica y sin contravenir el reglamento ge- neral que introduce otros acápites que deben cumplirse. c) Asiste oportunamente a clases lectivas y ejercicios, laboratorios o talleres, informándote claramente de las exigencias de asistencia y tipos de pruebas o evaluaciones que se programen. d) Haz un esfuerzo y vincúlate cada vez que sea necesario con tus pares, profesores, ayudantes y funcionarios o autoridades, según sea la situación que deseas enfrentar o resolver. e) Procura organizar tu tiempo de estudios y de recreación. Prioriza lo que para tu conveniencia estudiantil sea fundamental. f) Aléjate con fuerza y decisión de conductas nocivas o de riesgo.
  • 146. 146 Héctor Rodríguez Moya 2. Desenvolvimiento como estudiante e integración a la Universidad Te sugeriría los siguientes consejos, en caso de que tu rendimiento académico disminuya o te encuentres afectado en tu salud mental: a) Buscar caminos de salida a tu problema académico con las per- sonas que ocupan cargos pertinentes, tales como: jefe de carre- ra, coordinador docente, director o vicedecano de docencia. b) Si estás afectado de salud, ir oportunamente al Centro de Salud o equivalente para buscar apoyo médico o psicológico, según necesites. c) Si tu situación es más complicada, o quedaste eliminado por cau- sal académica, sigue el conducto regular en el departamento de tu programa, escuela o facultad, y si no tienes una respuesta favorable, continúa más arriba, sea a Vicerrectoría de Gestión y Desarrollo Estudiantil o Vicerrectoría Académica. d) Recuerda que para situaciones difíciles todo lo que hayas gestio- nado en atenciones con asistente social, Centro de Salud, pue- den resultar muy importantes por los antecedentes que se pue- den aportar oficialmente. 3. Antes de egresar Con anterioridad al momento de tu egreso te sugiero tener presente: a) Preocúpate de algunos aspectos de tu desarrollo personal, reali- zando voluntariados, actividades deportivas, artísticas, etc. b) Procura realizar una muy buena práctica profesional. c) Asiste a talleres formativos que podrían resultar muy útiles para tu desarrollo personal: liderazgo, inteligencia emocional, apresta- miento laboral, fortalecimiento de la autoestima, entre otros. d) Considerando tu trabajo de titulación, infórmate de los temas ofrecidos o posibles para dichos efectos. e) Decídete por aquel tema de tesis que satisfaga lo mejor posible tus fortalezas, intereses y confianza con el equipo que dirigirá tu trabajo, especialmente con quien actuará como profesor guía. f) Diseña un plan de trabajo tomando en cuenta otras actividades que también tienes que realizar. g) Infórmate y selecciona fuentes bibliográficas del mejor nivel den- tro del área de tu futura investigación.
  • 147. guía de apoyo psicológico para universitarios 147 ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones... h) Actúa con responsabilidad, responde a plazos preestablecidos y prepara con acuciosidad los avances del trabajo planificado dis- puestos por tu profesor guía. i) Si tu interés es continuar un postgrado consistente en un Magíster o Doctorado, vincúlate con tu director de departamento, director de postgrado o vicedecano de investigación de tu unidad aca- démica mayor. j) Disfruta por cada logro alcanzado. Aunque parezca increíble, puedo afirmar a ustedes que en las aten- ciones que diariamente hago a estudiantes, he constatado que no conocen la ubicación de las unidades académicas y no académicas de nuestra Universidad. Todo estudiante debería esforzarse por cono- cer primero su casa. La ambientación inicial deberá incluir la buena disposición para co- nocer la ubicación física de las distintas dependencias dentro del campus universitario y de autoridades que las dirigen y, por otro lado, esforzarse y atreverse a establecer vínculos personales con autorida- des o jefaturas de niveles intermedios. Esto se puede llegar a conocer gradualmente, primero deberás co- nocer donde está tu Departamento, Facultad de origen, Escuela o Programa; segundo, deberás conocer el nombre, ojalá completo, de las autoridades que administran todas las unidades. Tercero, empie- za a informarte de otras unidades. Por ejemplo, dónde se encuentra ubicada la Rectoría y cúales son las autoridades fundamentales, em- pezando por su Rector. Avanzando un poco más, pareciera aconsejable que supieras cómo y dónde ubicar a tu jefe de carrera, vicedecano de docencia, coor- dinador docente, asistente social, psicólogo, psiquiatra, director de Finanzas, dirección de Apoyo al Estudiante, oficinas de funcionamien- to del Fondo Solidario y Pase Escolar, Bolsa de Trabajo, Biblioteca Cen- tral, etc. En forma detallada podrás encontrar información en la página web de la Universidad. Por otro lado, también es muy importante conocer a tus dirigentes estudiantiles que forman parte de la Federación de Estudiantes de la Universidad o del Centro de Alumnos de tu carrera. Recibirás más información que te interese conocer de tu carrera con el jefe de carrera. Preocúpate en solicitar una hora de atención con tu asistente social para abrir tu expediente donde dejarás registrados
  • 148. 148 Héctor Rodríguez Moya los antecedentes relacionados con tu situación socioeconómica fa- miliar. La asistente social te podrá ayudar ante algunas aflicciones, ayudas que serán más fáciles de obtener si tienes buen rendimien- to académico. Otra recomendación importante en tus inicios es el de vincularse con los profesores de asignatura, sobre bibliografías de apoyo para estudiar y de horarios de atención para responder con- sultas. Atreverse a hacerlo, vencer pausadamente la timidez. El desenvolvimiento como estudiante e integración a la Universidad en los últimos dos años ha sido un tema complejo y que ha aumen- tado significativamente el número de atenciones que han sido solici- tadas. Riesgos derivados por mal rendimiento académico, principal- mente con los tres primeros niveles. Las causales declaradas por los jó- venes las fundamentan por estrés académico, problema vocacional, estados de ansiedad, y desórdenes que conllevan problemas con el sueño, falta de concentración, desmotivación, faltas en metodolo- gías de estudio, baja autoestima, dificultad para la ambientación a la vida universitaria, etc. En algunos casos ha sido necesario un apoyo psicológico o psiquiá- trico, en otros casos se ha derivado al estudiante para un apoyo psicoeducativo hacia el rendimiento y otros de apoyo psicológico denominado coaching en que se califica al estudiante para resolver diferencias que suelen afectar su autoestima o dificultades en la con- vivencia o modos de relaciones con sus padres. En varios casos, ha sido prudente la solicitud de retiro temporal y, en otros más complejos, se ha apoyado a los jóvenes tras ver posibilidades de una reincorpo- ración. Respecto de lo anteriormente descrito debo recomendar a ustedes mesura, confianza, positivismo. Si han ingresado a la educación superior, cada uno de ustedes ha mostrado sus competencias para seguir estudios de un mayor nivel y son capaces para sortear otras vallas. Si provienes de una familia de escasos recursos sumada a una varie- dad de carencias, no desmayes, esfuérzate al máximo para ser buen estudiante, pronto podrán surgir ayudas a través de tu asistente so- cial. No vivas preocupado por lo que no tienes, ocúpate de lo que deberás hacer para superarte y crecer cada día, ocupa en buena forma tu tiempo libre. Si deseas fortalecer tu personalidad atrévete a pedir ayuda. El De- partamento de Promoción de la Salud Psicológica te podrá sugerir alguna ayuda psicológica, también te podrá ofrecer talleres para
  • 149. guía de apoyo psicológico para universitarios 149 ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones... aprender a manejar problemas de estrés, ansiedad, autoestima, me- todología para estudiar, inteligencia emocional, etc. Debes aprender a hacer buen uso de tu libertad y autonomía. Prioriza tu tiempo en planificar tus horas de estudio sin dejar de lado espacios de diversión. Sé perseverante, no descanses en lograr tus propósitos, esfuérzate en alcanzar tus metas u objetivos propuestos. Si perseveras, llegarás a la cima anhelada y te convertirás en orgullo para tus seres queridos y, mejor aún, serás capaz de convertirte en el constructor de tu propio destino, podrás formar una familia con mejores proyeccio- nes y serás un hombre más útil a la sociedad. A medida que vayan avanzando los semestres académicos, esfuér- zate por ser cada vez más competente, siempre trata de ir más allá de lo impartido en cada clase. Preocúpate de la formación integral y procura ir puliendo gradual- mente las imperfecciones. 4. Proyección después de estar egresado o titulado Es muy probable que estando ya en un grado de avance de la ca- rrera en los últimos niveles y por lo tanto ya más estable, inserto total- mente en tu unidad académica, posesionado para terminar exitosa- mente tu carrera y naturalmente integrado a tu universidad, ya estés pensando en otras proyecciones futuras como: La obtención de un título profesional, con un grado académico, o acaso algo más inme- diato: la obtención de una fuente laboral, que con recursos ganados puedan satisfacer necesidades personales o familiares. Para renovar tu preparación ante estos desafíos, te sugiero: a) Oportunamente prepárate y capacítate para una entrevista la- boral, mejorando tus habilidades para hablar en público, desarro- llar habilidades sociales, asertividad, etc. b) Lo mismo es posible si quieres incursionar como líder en ciertas ta- reas que emprendas. Me parece de importancia que luego de lograr otras metas anheladas, cada vez que te resulte posible puedas postular a becas para proseguir estudios en el extranjero. c) No te margines nunca de la senda del perfeccionamiento perso- nal, alimenta y refuerza siempre tu vocación de servicio; por ese camino se da inicio a la trascendencia.
  • 150. 150 Héctor Rodríguez Moya Espero que lo escrito precedentemente te sirva de ayuda, por cuanto he ido incorporando situaciones y hechos observables. Los estudian- tes por su inexperiencia suelen tener dificultades en su manejo, muy especialmente en los primeros niveles de la vida universitaria. La inserción a la vida universitaria para muchos representa un cambio significativo en relación a lo experimentado en la enseñanza media, pues impone una serie de desafíos que obliga a generar cambios en el estilo de vida del estudiante que lo va modelando y gradualmente le va dando grados de autonomía y libertad, que combinados con responsabilidad van imprimiendo en el joven un sello distintivo. El crecimiento y madurez que vas adquiriendo permiten que tú, estu- diante, que puedes tener una historia de vida cargada de carencias y debilitado desarrollo personal, vayas comprometiéndote con ser cada día mejor, esforzándote en ser mejor estudiante y con sacrificio y perseverancia ir avanzando a un nivel ascendente en tu carrera. En los grados más avanzados de tu carrera y ya más estructurado, más estable, más maduro y con menos ansiedades y preocupacio- nes, el preguntarnos ¿de dónde vengo? produce un alivio y una re- compensa. Y al darnos cuenta sobre el ahora, “¿quién soy?”, nos per- mite percibir con más claridad hacia dónde voy, revitalizando nuestro accionar. Llevando lo anterior a un plano más real, lo podría hacer preguntán- donos: ¿provengo de una familia muy humilde?, ¿mis padres sólo tienen educación básica?, ¿solo el padre trabaja?, ¿vivían de alle- gados o arrendaban casa modesta?, ¿fueron becados para estudiar o fue posible conseguir un crédito estatal?, ¿tenían carencias eco- nómicas? ¿eran varios hermanos?, ¿eran sociables?, ¿eran tímidos?, Éstas pudieran ser, entre otras, las preguntas que sembraron tu pasa- do, pero no obstante todo ello, ingresaste a la Universidad, y de eso debemos siempre dar gracias a nuestro Creador y también a nuestros padres u a otro familiar de apoyo que, aunque con muchas dificulta- des, permitieron lo último posible. Ahora queda mucho por hacer, queda abierto el camino que, si bien aún puede ser pedregoso para ti, deberá constituir la gran motiva- ción para llegar a ser un hombre nuevo, libre de prejuicios y preocu- paciones, dispuesto a trabajar por sí mismo para llegar a ser un des- tacado profesional asociado con la proyección de un futuro superior. Junto con el grado de avance de tu carrera irás articulando y mo- delando una personalidad que neutralizará paso a paso cada una de esas carencias del pasado, y te preguntarás en algún momento
  • 151. guía de apoyo psicológico para universitarios 151 ¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?: Reflexiones... ¿quién soy ahora? y perfilará la siguiente interrogante ¿hacia dónde voy? Si ya eres profesional, pronto encontrarás una fuente de trabajo y las remuneraciones recibidas podrás destinarlas para muchas nece- sidades que deberás priorizar para satisfacer. Podrás, quizás ahora, ayudar a tus propios padres y hermanos si lo necesitaran. Podrías pro- yectarte también para unirte en matrimonio con la persona amada, generando luego tu propio grupo familiar y seguramente en mejores condiciones que tu núcleo familiar de origen. Y si quieres, podrás se- guir perfeccionándote, a lo mejor con algún postítulo o un magíster. Todo puede ser posible si tú lo quieres, lo planificas y puedes financiar- lo, sin perjuicio a terceros. No dudes en seguir dando pasos, solo teme a no avanzar. Como estudiante no esperes solo recibir, recuerda que el trabajo dig- nifica al hombre y lo hace crecer y ser cada vez más equilibrado, seguro y fuerte. Poco a poco, con ese progreso gradual te vas a ir sintiendo realizado y feliz. Y cuando llegues a esta cima harás uso de tu caridad y siempre que te sea posible ayudar a otros; trascenderás y te constituirás, sin quererlo, en un ser admirado por otros y recordado por sus acciones más allá de su muerte. ¡Arriba, siempre arriba queri- do estudiante! Finalmente, quisiera poner acento en algo que si bien no apunta a observaciones o recomendaciones del quehacer académico, sí re- sulta de alta significación en el hombre, hoy profesional, proyectán- dose hacia sus semejantes, convirtiéndose en un ciudadano útil para la sociedad. El adulto joven que empieza a proyectarse, debe esforzarse en ser es- table, maduro y equilibrado, deberá irse desprendiendo de aristas ne- gativas como: la ignorancia, el egoísmo, la envidia, el orgullo, resen- timiento, la mentira, la deslealtad, la intolerancia, el odio, por resaltar algunas. En su lugar, cada uno de ustedes deberá comprometerse con el hombre para el futuro, de formación integral que armonice con el ámbito social, un hombre virtuoso. El llamado muy conocido que expresa: “huid del vicio y practicad la virtud” es muy enfático y decidor. De iniciarlo y expandirlo cada uno irá generando un mundo personal pleno de creación personal e inundará de destellos de más calidez y unión entre sus semejantes. Entre algunos valores que estimo resultan relevantes para las relacio- nes humanas se pueden mencionar: la prudencia, la tolerancia, el valor, la lealtad, la rectitud, la honradez y la filantropía, entre otros.
  • 152. 152 Héctor Rodríguez Moya Estoy convencido, estimado joven, que es posible con voluntad y per- severancia ir mejorando nuestras asperezas y puliendo aristas para es- tructurar un hombre nuevo dentro de ideales o concepciones alcan- zables para quienes creemos en la perfectibilidad del ser humano. Querido estudiante, una vez que ingreses a tu universidad confía en ti, en las autoridades, profesionales y personal de apoyo, haz un esfuer- zo para conocer tu comunidad, lo que te puede ofrecer y lo que tú debes hacer, sacrifícate, trabaja y persevera, ponte la camiseta de tu universidad, esfuérzate en planificar tu futuro profesional cercano, lle- gado a la cima deberás entender y aceptar que esto ha sido un solo paso más, siempre seguirás escalando nuevos peldaños en la escala ascendente que te conducirá a la realización y felicidad personal. ¡Adelante, siempre adelante!
  • 153. 153 Estrategias para una entrevista laboral exitosa: Para universitarios en su último año de carrera Omar Matus Pérez Sin duda, que el proceso para buscar mi primer trabajo cuando me encuentro en mi último año de carrera tiene una carga emocional de mucha ansiedad y expectativas, debido a que, por una parte, me en- cuentro cerrando una etapa que fue mi periodo universitario y comien- zo una nueva que es la inserción en el mundo laboral. Las exigencias aumentan desde mí mismo (a) ya que mi expectativa es encontrar un trabajo lo más luego posible, y también una remuneración acorde con el esfuerzo desplegado durante los años que duró mi carrera. Esfuerzo que también lo realizó mi familia y que fue protagonista de los momen- tos de frustración, pena, alegría, y desvelos, siendo emociones que han quedado en mi memoria y que finalmente es lo que a uno lo hace cre- cer y valorarse a sí mismo (a), y valorar a las personas significativas que estuvieron con uno en los momentos de duda y decaimiento. Lo anterior resume en el tiempo mi experiencia como estudiante y también proyecta mi actual visión como psicólogo organizacional con una experiencia de 8 años en el mundo privado y especialmente en el área de Selección de Personal. La experiencia vivida en ese tiempo, me permitió estar aportando actualmente en la Universidad de Santiago de Chile en el área de Inserción Laboral, y específica- mente en el desarrollo de habilidades en estudiantes de los últimos años, para enfrentarse a una entrevista laboral en forma exitosa. A continuación se expondrán ciertos elementos que considero rele- vantes, y que hay que tener presentes para una entrevista laboral exitosa. Creencias de mí mismo (a) y autoimagen Uno de los primeros elementos de análisis son las creencias. Estas se relacionan con lo concepción de sí mismo (a) y lo que creemos sobre nuestras propias capacidades y debilidades. En ocasiones, las creen- cias pueden convertirse en un obstáculo, pues un juicio negativo de uno mismo (a) impide el avance en la acción.
  • 154. 154 Omar Matus Pérez Por lo tanto, en la medida que tomo conciencia de que tengo capa- cidades y habilidades y estar seguro (a) de estas, el mensaje es cam- biado racionalmente y el efecto comienza a verse en las conductas que voy realizando, sustentadas en la seguridad de estas capacida- des y habilidades. Al pensar que no puedo responder en forma clara y precisa a la pre- gunta que me va a realizar el entrevistador, estoy estableciendo un mecanismo racional que detiene el expresarme en forma clara y pre- cisa y, por lo tanto, aumenta la inseguridad, y la ansiedad se apo- dera a nivel de ideas y de lenguaje corporal, produciendo tensión y nerviosismo. El romper este círculo de creencias del “no poder”, se vincula con la identificación de ciertos fantasmas que limitan mi acción y que se pueden conceptualizarse de la siguiente forma: 1. Temor a equivocarme 2. Sentirme evaluado 3. No saber qué responder Cada uno de estos fantasmas comienza a formar parte de un pensa- miento permanente y lo que tendrá un efecto que irá en aumento en el momento de la entrevista. Revisémolos en detalle. FANTASMA 1: Temor a equivocarme ¿Cómo romper este círculo? Lo primero que debemos tener presen- te es que debemos pensar que no somos Súper Héroes, podemos equivocarnos y por lo mismo es imposible controlar todo lo que va a suceder en una entrevista laboral. En nuestra primera entrevista no hay que pretender que somos expertos, ni tratar de usar palabras re- buscadas o creer que vamos a impactar al entrevistador o comisión, muy por el contrario estaremos nerviosos (as) en cada momento. Por lo tanto, es necesario responder lo más preciso a lo que se nos está preguntando, y solamente pensar que nuestra respuesta es honesta y que se relaciona con la experiencia que uno tiene hasta el momento. En la medida que puedo tomar conciencia de mí mismo (a), desde la realidad y no desde la fantasía, me posibilita conocerme y reducir mi ansiedad y, por ende, disminuir el temor a equivocarme.
  • 155. guía de apoyo psicológico para universitarios 155 Estrategias para una entrevista laboral exitosa FANTASMA 2: Sentirme evaluado La entrevista laboral por sí misma es un contexto de evaluación y, por cierto a uno es a quien se está evaluando. El sentirse evaluado es es- tar en lo correcto, y todo lo que significa estar nervioso (a), ansioso (a) son síntomas totalmente normales, lo fundamental en este sentido es el reconocimiento de este estado. Algunas recomendaciones: • Respirar lentamente sintiendo que el oxígeno entra a nuestros pul- mones. Este ejercicio permite tomar conciencia de nuestro cuer- po y estado de ansiedad. Al tomar conciencia de nuestro cuerpo, también permite una mayor tranquilidad y a su vez nuestras ideas comienzan a ordenarse. • Se debe hablar lento, esto permite que las ideas se expresen en forma clara y la modulación de las palabras sean comprendidas por el evaluador. Esto disminuye mi estado de ansiedad, y confir- ma mi seguridad en lo que estoy diciendo. FANTASMA 3: No saber qué responder Por lo general, las preguntas del entrevistador o comisión tienen como objetivo, evaluar la forma de responderla, es decir, el cómo, más que el contenido en sí mismo. Y para ello es importante tener claro que toda pregunta se puede responder, y si alguna pregunta no es posible responder, hay que ser lo más honesto (a) y decir no sé, que dar una respuesta que no se tiene la seguridad y el convencimiento de ella. Ejemplos de preguntas: Generales: ¿Cómo se ve usted, en tres años más? Lo que interesa es el proyecto que tengas en tres años, y debes explicarlo con el con- vencimiento del objetivo que propones. Ej.: “Yo me veo estudiando un post-grado en el área de mi especialidad, porque para mí es fun- damental el actualizarse y ser mejor profesional”. Al entrevistador no le debe caber duda de esta aseveración. Específicas: ¿Cuál es su mayor capacidad? Conocer bien cuál o cuá- les son tus capacidades y no inventarlas en el momento. Tu respues- ta debe ser precisa. Ej. Mi capacidad es la responsabilidad, puedo realizar una tarea en los tiempos designados y entregarla en la fecha señalada. En suma, la imagen de sí mismo (a) y nuestras creencias sobre noso- tros mismos pueden convertirse en obstáculos, por lo que es relevante revisarlos conscientemente. Para continuar revisando el tema autoi- magen, puede ser interesante que revises el capítulo de autoestima.
  • 156. 156 Omar Matus Pérez Recomendaciones generales para la entrevista laboral A continuación se entregarán ciertas recomendaciones definidas en dos etapas: la primera son aspectos estratégicos a considerar previos a la entrevista, y la segunda, es el contexto de la entrevista propia- mente tal. 1. Aspectos estratégicos previos a la entrevista Planificación de la entrevista 1. Preguntar el lugar y la hora en la citación. 2. Averiguar dirección. Puede ser en mapcity u otra forma. 3. Saber qué locomoción tomar. 4. Estimar el tiempo de demora, pensando en estar con 15 minutos de anticipación. 5. En lo posible, no planificar ninguna actividad después de la en- trevista, debido a que debo estar tranquilo y concentrado y no pendiente del reloj. Si me es imposible cancelar un compromiso posterior, consultar al responsable del proceso de la entrevista su duración, para programarme en forma oportuna. Debe existir una planificación detallada de todos los aspectos nece- sarios que debo tomar en cuenta para llegar al lugar de la entrevista y a tiempo. No puedo dejar ninguno de estos detalles al azar, ya que cualquier omisión en esta planificación, puede perjudicar mi estado de ánimo y, por lo tanto, afectarme en el desarrollo de esta. Presentación personal 1. Vestimenta apropiada. 2. Limpieza e higiene en mi aspecto físico. 3. Adecuada combinación de colores y sobriedad. 1. La vestimenta debiese ser formal, entiéndase formal en el caso de los varones corbata, pantalón de tela, camisa, zapatos y chaqueta. En el caso de las damas puede ser pantalón de tela, falda de textura sobria, o traje de dos piezas, blusa, zapato taco alto o bajo, que sea lo más cómodo para desplazarse. 2. El aspecto de higiene y limpieza es fundamental, en el caso de los varones muy bien afeitados, si usa barba corta y arreglada. Uñas limpias pensando que las manos van a ser recursos claves en el mensaje no verbal. En el caso de las damas, procurar llegar con el
  • 157. guía de apoyo psicológico para universitarios 157 Estrategias para una entrevista laboral exitosa pelo seco, pelo tomado en lo posible, si no es así que sea lo más apropiado para una entrevista formal y no para un matrimonio, son contextos distintos. En ambos casos, el uso del perfume debiese ser muy leve, solamente como un aroma tenue y refrescante, y no como un aroma que invade el espacio en forma abrupta. 3. Los colores deben ser sobrios y bien combinados. Procurar colores tradicionales y si se piensa en colores no tradicionales, utilizarlos levemente y que estéticamente se vean en forma armónica. El color negro es un color elegante, no obstante es necesario combinarlo con un color que contraste, debido a que puede no resaltar rasgos faciales o físicos a favor, cuando es utilizado en forma completa. Conocimiento de la empresa 1. Indagar mediante página WEB. 2. Importante saber acerca de su Misión, Visión, número de dota- ción, entre otros aspectos. Todas las empresas hoy en día poseen página Web, es fundamental conocer ciertos detalles acerca de ella, Misión, Visión y otros aspec- tos, especialmente saber acerca de los proyectos realizados o por realizar de las áreas a la cual se postula. Puede ser una pregunta es- tratégica por parte del evaluador. Deseable estar actualizado (a) de la contingencia política, social y cultural 1. Lectura de prensa escrita, revistas, artículos. 2. Estar al día en noticias en diferentes ámbitos. Es importante estar al día a través de los medios escritos, electrónicos y radiales del acontecer en los ámbitos político, social y cultural del país, debido a que la entrevista es integral y no solamente especiali- zada al ámbito de características individuales y técnica de profesión, sino también la empresa necesita contar con miembros bien informa- dos del acontecer nacional. 2. Aspectos estratégicos en la entrevista propiamente tal Lenguaje no verbal en el inicio de la entrevista 1. Saludo con una breve inclinación y con brazo extendido. 2. Esperar que se siente primero el entrevistador o la comisión.
  • 158. 158 Omar Matus Pérez 3. Al sentarse, tomar una postura cómoda pero erguida, mirando al entrevistador o comisión. Al iniciar la entrevista, el saludo es solamente de manos, independien- te si en la comisión existen damas y varones. Nuestros movimientos corporales deben ser lentos en el desplazamiento del lugar. Esperar que el entrevistador o comisión se siente en primer lugar, sólo si no existe de parte de él o de ellos, el mensaje de sentarnos. Nuestra pos- tura debe ser erguida, pero cómoda mirando al entrevistador o comi- sión. En ambos casos, damas y varones se pueden cruzar las piernas. Nuestro volumen de voz debe ser medio alto con claridad de que nos están escuchando bien. Lo mismo en relación a lo que estamos diciendo debe ser en forma lenta y teniendo control de lo que esta- mos diciendo, para ello es importante las pausas. Me referiré con más detención a estos aspectos no verbales más adelante. Lenguaje preciso 1. Usted, se utiliza siempre en el contexto de una entrevista laboral. 2. Responder en forma específica a lo que se esta preguntando. 3. No utilizar lenguaje coloquial. Para referirme al entrevistador o comisión siempre usar el “Usted”. Es importante entender que es una evaluación y nuestro lenguaje debe ser formal. Debo evitar vicios del lenguaje que utiizo en otras situacio- nes, por ejemplo: “po”, “cachai”, u otro. En este sentido, debemos ser extremadamente cuidadosos, y en lo posible practicar un lenguaje formal en forma constante con un plan determinado y seguimiento. Al responder debo ser específico y no comentar generalidades. Ejemplo: Entrevistador: Dígame usted, ¿Cuál ha sido su mayor logro que ha tenido en la Universidad? Respuesta vaga: Respuesta poco clara y con generalidades, falta de precisión: Entrevistado: Bueno, mi mayor logro fue que desde mi primer año siempre pensé que tenía habilidades para estudiar y con el tiempo me fui dando cuenta que había materias que me costaban más y otras menos, y eso me permitió darme cuenta que era bueno (a) para algunos ramos y otros no. Respuesta asertiva: Respuesta clara, específica a lo que se está pre- guntando y coherente:
  • 159. guía de apoyo psicológico para universitarios 159 Estrategias para una entrevista laboral exitosa Entrevistado: Mi mayor logro fue mi capacidad de estudiar y salir exi- toso (a) de los ramos que en un principio eran difíciles. Eso me permitió aumentar la seguridad en mí mismo (a) y saber que podía enfrentar- me con nuevos desafíos y alcanzar el objetivo de aprobar los ramos. Para ello me planificaba con un horario individual y con un horario para estudiar en grupo. Es importante que la respuesta asertiva permita al entrevistador ob- servar del entrevistado cómo desarrolla su lenguaje y el cómo dice lo que está narrando (persuasión, convencimiento, seguridad). Por último, cabe destacar la importancia del vocabulario. Este debe ser claro, con ideas comprensibles, elocuente, y que los significados de las palabras tengan una coherencia pertinente con la de un pro- fesional. En este sentido, son fundamentales los hábitos de lecturas adquiridos con anterioridad. Si no existe la disciplina de la lectura, lo más probable es que sientas que no te puedes expresar bien, o que te faltan palabras. ¿Cómo solucionarlo? Debes realizar esfuerzos en leer desde este momento, realizando una planificación diaria y subrayan- do aquellas palabras que no conoces y buscando en el diccionario su significado. En la medida que seas sistemático con esta informa- ción, vas a ver resultados en el tiempo, no pienses que producto de tu imaginación adquirirás un lenguaje fluido. Debo tener un guión estudiado de mis competencias Los métodos actuales de selección de personal están abordando en un 80% entrevista por competencias. A continuación, daré a conocer un modelo que nos permitirá entrenar nuestras competencias y poder estar seguros y convencidos de estas. No te confundas en relación al término competencia, es lo mismo que capacidad. Definiremos competencia como un comportamiento en el cual se manifiesta una capacidad y esta es observable. El entrevistador no puede observar esta competencia en la entrevista, pero sí puede obtener informa- ción en relación a cuál fue tu comportamiento pasado de esa com- petencia, y cuál podría llegar a ser en el futuro. La única forma que el entrevistador puede evaluar la competencia que quiere medir es a través de tu relato, por lo mismo, es necesario un vocabulario claro y preciso. Es importante señalar que el objetivo de la entrevista por competencias es conocer lo que has hecho en el pasado en relación a esa competencia y, por lo tanto, lo que harás en el futuro en el car- go al cual estás postulando.
  • 160. 160 Omar Matus Pérez Competencia Situación Cómo Resultado Liderazgo Trabajo en Equipo Motivación de Logro El lugar en don- de desarrollaste esta compe- tencia. Ej. Universidad Práctica Otra Qué hiciste, cuál fue tu comporta- miento para desarrollar esta competencia. Cuál fue el resultado, que lograste. EJEMPLO: Mi competencia será planificación. Situación Cómo Resultado Cuando fui estudiante en la Universidad tuve que planificarme para los distintos ramos que tuve, y así aprobarlos con buenas notas. Para tal objetivo, diseñé un plan jerarquizando los ramos más difíciles a los menos difíciles, y les asigné horas dependiendo de la comple- jidad de cada uno de ellos. Si tenía dudas acerca de una materia en particular, me acercaba al profesor y resolvía las dudas. Igualmente en clases, preguntaba al profesor y a mis compañeros, eso me permitía llegar a estudiar tranquilo (a) y no tener que estar preguntando des- pués. Hubo materias que no enten- día de inmediato, y para ello me integré a un grupo de estudio para resolver esas dudas, fue muy efec- tivo este trabajo grupal, ya que aprendí bastante en el intercambio de visiones y opiniones acerca de las distintas materias. Logré aprobar los ramos en forma satisfac- toria, y eso me permitió postu- lar en 5º año a una beca por un año en una universidad extranjera. Cualquier competencia que yo decida explicar debiera estar en este formato de respuesta, por lo tanto esta debe ser fluida y con clari- dad. El objetivo es que al entrevistador no le debe quedar duda de tu competencia. La única forma es entrenar la respuesta y repetirla. Lenguaje no verbal como estrategia de éxito en la entrevista Todo lo anterior en el desarrollo de la competencia y mi presencia corporal en la entrevista se relaciona con mi lenguaje no verbal, es decir el cómo. Puede ser que se olviden algunas cosas productos de la tensión y el nerviosismo, pero si no existe una expresión acerca de lo que estoy diciendo mi mensaje pierde impacto.
  • 161. guía de apoyo psicológico para universitarios 161 Estrategias para una entrevista laboral exitosa Algunas sugerencias para ello. • Volumen de voz: Mi voz debe ser medio-alta, debo tener concien- cia de que los otros me escuchan en forma efectiva, y para ello debo mirarlos y notar en sus expresiones las señales adecuadas de que están comprendiendo lo que estoy diciendo. Si no tengo ninguna retroalimentación de estas señales, debo procurar escu- charme con mayor detención y alzar la voz. Al hablar bajo no se entiende el mensaje y, por lo tanto, pierdo seguridad en lo que quiero decir. • Hablar lento: Debo hablar lento y pausado. La única forma que se comprenda mi mensaje es decirlo en forma lenta. Al hablar rápi- do, yo mismo (a) me confundo, y debido a la tensión y la presión del momento me equivoco y pierdo el objetivo. Al hablar lento mis ideas se ordenan y puedo organizar mejor lo que quiero decir. • Pausas: Las pausas deben estar después de frases en las cuales he realizado un cierto énfasis. Sin pausa Ej.: Yo soy una persona dinámica en la Universidad, fui parte del centro de alumnos de mi carrera y por lo tanto para mí fue muy importante desarrollar otras actividades aparte del estudio. Con pausa Ej.: Yo soy una persona dinámica, (pausa) en la Universidad fui parte del centro de alumnos de mi carrera (pausa) y, por lo tanto para mí fue muy importante desarrollar otras actividades (pausa) aparte del estudio. Las pausas dan movimiento y hacen atractivo un mensaje, el silencio que se produce crea expectación por lo que viene en el relato. • Mirada a los ojos: Es necesario mirar a los ojos en todo momento al entrevistador o comisión. Al mirar a los ojos expreso seguridad en lo que estoy diciendo, me mantengo concentrado en el desarro- llo de las ideas y los otros se concentran en lo que yo estoy expre- sando. Debo tratar de no mirar hacia abajo, hacia arriba o hacia el lado, cuando estoy hablando, estos gestos desconcentran a los que me están observando y escuchando. • Movimiento de manos: Mis manos sirven para el énfasis de lo que estoy diciendo. Te muestran con energía, dinámico (a) y permite que tu mensaje sea creíble. Tampoco debo abusar de este recur-
  • 162. 162 Omar Matus Pérez so no verbal, la capacidad para darme cuenta es sencillamente practicando y teniendo un referente (amigo, profesor u otro) que me vaya corrigiendo los errores. • Evitar movimientos repetitivos corporales: Como la entrevista es un proceso de evaluación, nos encontramos tensos y ansiosos, por lo tanto pueden existir movimientos involuntarios (pierna, cabe- za, pie, llevarnos la mano hacia la nariz, llevarnos la mano hacia la oreja, etc.,) todos estos movimientos son producto de nuestra ansiedad, por lo tanto, en la práctica es importante identificarlos y practicarlos para alcanzar cierto control. Siempre vamos a es- tar tensos y nerviosos en una entrevista laboral, lo importante es ir practicando y corrigiendo en lo posible con técnicas de simula- ción (entrevista simulada a la real) estos aspectos débiles. Todos estos aspectos señalados anteriormente tienen como objetivo entregar ciertas herramientas de este proceso de entrevista laboral, el cual yo lo he vivido desde los distintos roles entrevistado/ entre- vistador. Creo que uno de mis mayores aprendizajes de esta etapa laboral en mí, ha sido la tolerancia a la frustración. Debes tener claro que comienza una etapa lenta en tu proceso de inserción laboral, y en muchas oportunidades te vas a desanimar y a cuestionar tus capacidades. No obstante, debes ser perseverante y con una alta motivación de logro. Piensa que existen perfiles diferentes para los di- versos cargos, y uno puede ajustarse más o menos a un determinado perfil. Lo importante que es un proceso paulatino, y te aseguro que tu primera entrevista va a ser muy distinta a tu cuarta entrevista, y así sucesivamente, te vas a ir dando cuenta que te vas a mirar y a escu- char distinto (a). Entrena y practica, lee en voz alta, utiliza tus manos, convéncete de tus capacidades. Piensa que el cargo al cual postulas es tuyo y de nadie más, repítelo de día y de noche. Fuerza y energía.
  • 163. 163 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos Héctor Rodríguez Moya Cuando ingresamos a la Universidad nos vemos enfrentados a un de- safío que hemos esperado desde el día que comenzamos a formar parte del sistema de educación formal. Nos encontramos en presen- cia de un mundo nuevo compuesto por nuevos compañeros, profe- sores, cursos, espacios, directivos, etc. Esta es una gran oportunidad, sabemos las dificultades del sistema de educación; debemos sentir- nos afortunados por ser parte de un grupo de jóvenes que se transfor- marán en una futura generación laboralmente activa. Está en nuestras manos el camino que queramos recorrer en nues- tro paso por la Universidad; somos los constructores de nuestro futuro. Debemos entonces estar atentos, despiertos, lúcidos, frente a todo lo que este nuevo mundo nos ofrece. Es una interesante oportunidad para generar lazos de amistad, grupos de estudio, confianzas y leal- tades que al mismo tiempo formarán y moldearán nuestro carácter. Y como todo lo que nos toca experimentar en nuestras vidas, este esce- nario está constituido por cosas favorables y positivas como también por riesgos y peligros. Bien sabemos que el consumo de drogas en nuestro país, como en el mundo, se produce a todo nivel, en todas las esferas de nuestra sociedad; afecta a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos, a ricos y pobres, a laicos y religiosos. Sin duda, el consumo también se da en nuestra etapa universitaria. Queremos ponerte en alerta, darte un buen consejo, apoyarte, queremos que conozcas los males que el consumo de drogas puede causar, causarte a ti y a tu compañero, a tu vecino, a algún miembro de tu familia. El objetivo de este capítulo es entregarte información sobre el alcohol y otras drogas, esperamos que te sirva para tomar decisiones responsables. ¿Sabes lo que es una adicción? Es la tendencia imperiosa de una persona que pierde su capacidad de dominio en relación al consumo de drogas, al uso de objetos (computador, televisión) o a la repetición de actividades (juego pa- tológico, compras compulsivas), hasta el punto de dañarse a sí mismo o a la sociedad.
  • 164. 164 Héctor Rodríguez Moya ¿Sabes qué es una droga? Droga: “Es cualquiera de las múltiples substancias que el ser humano ha usado, usa o inventará y usará a lo largo de los siglos, con capa- cidad de modificar las funciones del organismo vivo que tienen que ver con su conducta, su juicio, su comportamiento, su percepción o su estado de ánimo” (Funes, 1966). Todo ello sin ninguna connota- ción. Sin afirmar previamente si son buenas o malas, legales o ilegales, asumidas por la cultura o no, usadas adecuadamente u objeto de abuso. Droga es toda sustancia, sea natural o sintética, que introduci- da en tu organismo va a producir cambios o modificaciones a varios niveles. El objetivo básico que se busca, generalmente, es lograr una sensación de bienestar. Cuando nos referimos al concepto de “droga”, debemos resaltar que: El estereotipo otorga relevancia a algunas sustancias (cocaína, can- nabis, opiáceos), en tanto excluye o considera mucho menos rele- vantes a otras (alcohol, tabaco, psicofármacos). Esta distinción no se funda en el daño social, la nocividad o la dependencia que podrían ocasionar. El concepto de “droga” se asocia a un producto ilícito, “dañino”, lo que justificaría la prohibición de su uso, no reconociendo que algunas sustancias permitidas también son drogas y pueden oca- sionar iguales o peores trastornos ¿Sabías que…? Para que una droga sea considerada psicoactiva, debe cumplir tres requisitos: Tolerancia: Al ingerir una sustancia, tu organismo puede asimilarla o eliminarla. Las drogas, cualquiera sea su composición, sufren un pro- ceso de asimilación más o menos acelerado. Luego de la ingestión de una droga, tu organismo corre el riesgo de acostumbrarse a la sus- tancia, de tal forma que luego serán necesarias cantidades cada vez mayores para lograr el efecto que ésta produjo inicialmente. La tole- rancia es entonces un fenómeno de adaptación del organismo a la droga, de manera que éste ya no responde a la cantidad recibida y exige volúmenes cada vez mayores para obtener el efecto deseado. Dependencia: También llamada fármaco dependencia, se define como un estado psíquico y, a veces físico, causado por la acción recíproca entre un organismo vivo y un fármaco, que se caracteri- za porque dicho organismo presenta modificaciones del compor- tamiento y otras reacciones, que comprenden siempre un impulso
  • 165. guía de apoyo psicológico para universitarios 165 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos irreprimible a tomar el fármaco en forma continua o periódica. La fármaco dependencia presenta el desarrollo de la apetencia a una droga en particular que aumenta progresivamente hasta llegar a ser de tal intensidad que domina tu vida, perdiendo interés en tu trabajo, estudios, familia y en general en aquello que no sea el conseguir y consumir la droga. La apetencia es muy específica, diferente de las instintivas como el hambre, la sed o la líbido y puede ser más intensa que éstas. Síndrome de abstinencia: Es el conjunto de signos y síntomas que se presentan aparatosamente al interrumpirse abruptamente el consu- mo. Las características de esta sintomatología van a depender de varios factores: tipo de droga, dosis, calidad de la droga, vía de ad- ministración, motivación frente a la droga, etapa dentro de la progre- sión de la dependencia, etc. ¿Cómo se clasifican las drogas? Una clasificación es en función de si son legales o ilegales. Drogas legales son aquellas que tienen un reconocimiento legal y un uso nor- mativo, como el alcohol, el tabaco (cigarrillos) y los psicofármacos. En el caso de las drogas ilegales su venta está sancionada por la Ley: marihuana, cocaína, crack, éxtasis, heroína, entre otras. A continuación, expondremos algunas informaciones relevantes so- bre las drogas de uso más frecuente. Marihuana ¿Sabías que la marihuana puede ser la puerta de entrada a otras drogas? Estudios a largo plazo de estudiantes de secundaria y sus patrones de uso de drogas, demuestran que muy pocos de ellos llegan a usar otras drogas ilegales sin haber usado primero la marihuana. Por ejem- plo, el riesgo de usar cocaína es 104 veces mayor para personas que han probado marihuana que para los que nunca la han probado. La marihuana pone a los niños y los jóvenes en contacto con personas que usan y venden ésta y otras drogas. En este sentido, existe mayor riesgo de que los jóvenes estén más expuestos y tengan mayor tenta- ción de probar otras drogas.
  • 166. 166 Héctor Rodríguez Moya ¿Cómo se sabe si alguien ha estado fumando marihuana? Si alguien ha estado fumando marihuana puede que: • Parezca estar mareado(a) y que tenga problemas al caminar; • Ría sin razón alguna; • Tenga los ojos rojos e irritados; y • Tenga dificultades con la memoria. Al desaparecer los efectos, después de algunas horas, puede ser que la persona sienta mucho sueño. ¿Afectará al bebé si su madre fuma marihuana durante el embarazo? Los médicos recomiendan que las mujeres embarazadas no usen nin- gún tipo de drogas o alcohol, ya que podrían afectar al feto. Un es- tudio en animales ha conectado el uso de la marihuana a la pérdida del feto durante los primeros meses del embarazo. Algunos estudios científicos indican que los bebés de madres que fu- man marihuana nacen pesando y midiendo menos, y las dimensiones de sus cabezas son menores que los bebés de madres que no usan la droga. Los bebés más pequeños tienen mayor tendencia a expe- rimentar problemas de salud. También existen estudios que indican que los niños de madres que fuman marihuana tienen problemas del sistema nervioso. Los investigadores aún no saben si los problemas causados por la ma- rihuana en los bebés pudieran continuar a medida que ellos/ellas cre- cen. Investigaciones preliminares muestran que niños de madres que usaron marihuana regularmente durante el embarazo pueden tener problemas de concentración. Cómo afecta al cerebro la marihuana Algunos estudios muestran que cuando un individuo ha fumado mari- huana en cantidades grandes por años, la droga daña sus funciones mentales. El uso de la marihuana afecta las partes del cerebro que controlan la memoria, la atención y el aprendizaje. Para que una per- sona pueda aprender y desempeñar tareas simples, es necesario que tenga una capacidad normal de memoria reciente.
  • 167. guía de apoyo psicológico para universitarios 167 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos Fumar marihuana causa algunos cambios en el cerebro como esos causados por la cocaína, la heroína y el alcohol. Algunos investigado- res creen que estos cambios pueden aumentar el riesgo de que una persona se haga adicta a otras drogas, como la cocaína y la heroína. Los científicos aún están aprendiendo las distintas formas en que la marihuana puede afectar al cerebro. Las personas que la usan ¿se pueden hacer adictas? Sí. A pesar de que no todos los que la fuman se hacen adictos, cuan- do una persona empieza a buscar la droga para consumirla obse- sivamente, se dice que es dependiente o adicta a la sustancia. En 1995, 165,000 personas que ingresaron en programas de tratamiento por drogadicción reportaron que la marihuana era la sustancia que más abusaban, lo que demuestra que necesitan ayuda para dejarla. Algunas de las personas que usan la marihuana frecuentemente de- sarrollan tolerancia a ella. Alcohol Consumo de Alcohol El alcohol es una sustancia psicoactiva o droga, cuyo consumo des- medido  puede hacer daño  al organismo (básicamente el sistema nervioso o el hígado), además es agente causal indirecto de proble- mas  en la familia y en la sociedad.  Decimos que el alcohol es una droga porque puede generar, al menos, uno de estos tres fenómenos: DEPENDENCIA, TOLERANCIA y/o SÍNDROME DE ABSTINENCIA. Características de las bebidas con alcohol El alcohol etílico es el único apto para el consumo humano. Existen otros alcoholes que tienen usos distintos: metílico, solvente; izo propí- lico, antiséptico; butílico, industrial. Ninguno distinto al alcohol etílico se puede consumir. El alcohol, o etanol, es un depresor del Sistema Nervioso Central (SNC); es un anestésico, no un estimulante. Un tarro de cerveza, un “caballito” de tequila, un jarro de pulque, una cuba, una copa de vino blanco o tinto y una copita de cualquier licor como el anís, contienen la misma cantidad de alcohol. Esto es por- que se sirven en una unidad de medida que se llama precisamente
  • 168. 168 Héctor Rodríguez Moya “trago estándar”. Si consumes cada bebida en su contenedor indica- do, estarás consumiendo, en cada caso, una medida estándar que tiene alrededor de 0.5 onzas de alcohol etílico puro que equivale a 14 gramos. (La medida servida en bares y restaurantes equivale a 1.5 onzas de cualquier destilado). La intoxicación alcohólica Es quizá el efecto clínico más frecuente del uso del alcohol. Es un cuadro autolimitado, que va desde la embriaguez leve hasta la anes- tesia, con depresión respiratoria y eventualmente hasta la muerte. En la medida que aumenta el nivel de alcohol en la sangre, éste provoca euforia, problemas leves de coordinación, dificultades en la marcha, confusión mental y alteración de la conciencia con pro- blemas de memoria. Estos efectos son menores entre los bebedores crónicos, que han desarrollado tolerancia al alcohol. La intoxicación alcohólica altera también la frecuencia cardiaca, provoca alteraciones del electroencefalograma y de los movimien- tos oculares. Produce un hablar y un pensamiento lentos, rubicundez facial, alteraciones conductuales; labilidad emocional, alteraciones del juicio, problemas cognitivos y desinhibición de impulsos sexuales y agresivos. Esa desinhibición puede aumentar la tendencia a conduc- tas suicidas u homicidas y facilitar las conductas. Efectos del alcohol en el organismo El alcohol es considerado una droga depresora que tiene los siguien- tes efectos: euforia inicial, desinhibición, disminución de la tensión, embotamiento, mala coordinación, dificultad para hablar, marcha inestable y confusión. Las consecuencias físicas del abuso persistente en su consumo son: trastornos hepáticos, trastornos de los nervios periféricos, amnesia, im- potencia sexual, delirio y cirrosis.
  • 169. guía de apoyo psicológico para universitarios 169 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos Mitos sobre el alcohol. Es importante que sepas que: 1. NO SE MUESTRA HOMBRÍA AL EMBRIAGARSE: Por lo contrario, bebe el débil para sentirse fuerte, el miedoso para tomar valor; el mie- doso para tomar valor; el triste para levantar el ánimo; el fracasa- do para olvidar. Pero el alivio es momentáneo, como una muleta para el débil o incapaz; la hombría consiste en afrontar con serie- dad las dificultades de la vida. 2. EL ALCOHOL NO AUMENTA LA CAPACIDAD DE ESTUDIO, NI EL REN- DIMIENTO EN EL DEPORTE. Por el contrario, tiene acción estimulante muy fugaz y luego una fatiga muscular más rápida; además alte- ra la coordinación y finura de los movimientos. 3. El ALCOHOL NO ES ADECUADO PARA COMBATIR EL FRÍO: Así están expuestos a morir por enfriamiento los ebrios que se duermen a la intemperie en las noches heladas, pues el alcohol favorece la pérdida de calor por irradiación, ya que dilata los capilares san- guíneos de la piel y por allí escapan. 4. EL ALCOHOL NO ES ALIMENTO, pues carece de elementos nutriti- vos básicos como proteínas, sales y vitaminas. Además, produce efectos tóxicos. NO ES TÓNICO NI RECONSTITUYENTE, pues a pesar de que solo da calorías, no se almacena ni da elementos cons- tructivos en el organismo. 5. Ni la cerveza ni el vino SON CAPACES DE AUMENTAR LA LECHE MA- TERNA. 6. EL ALCOHOL NO FAVORECE LA DIGESTIÓN, si bien en pequeñas dosis excita la secreción del jugo gástrico (no más que los mismos alimentos); pero en concentración mayor RETRASA LA DIGESTIÓN y en mayor cantidad irrita el estomago. 7. EL ALCOHOL NO AUMENTA LA CAPACIDAD INTELECTUAL. Más bien entorpece el juicio, debilita la atención y la memoria; entorpece el juicio moral. Produce errores de percepción y ALARGAMIENTO DE LOS TIEMPOS DE REACCIÓN, de allí el peligro que representan los conductores en estado de intoxicación alcohólica. El alcohol inhibe las funciones de la corteza cerebral. 8. EL ALCOHÓLICO TIENE MAYOR VOLUNTAD. Está probado que el alcohólico crónico carece de ella, ya es incapaz de frenar la be- bida una vez que comienza y nada puede contra ello su trabajo, familia, consejos, hijos o amigos.
  • 170. 170 Héctor Rodríguez Moya 9. DICEN QUE EL ACOHOL AUMENTA LA AMISTAD, pero es sabido que más bien produce lo contrario, pues el achispamiento alcohóli- co, produce DESCONFIANZA, ENVIDIA, CELOS, RESENTIMIENTOS Y ESTALLIDOS DE VIOLENCIA, como se puede leer todos los días en las diarios; el alcohol puede terminar la mejor fiesta con peleas, agresión y crimen. 10. EL WHISKY ES BUENO PARA EL CORAZÓN: Es un tópico de gran di- fusión y a la extensión de este error han colaborado ciertos facul- tativos que han prescrito esta bebida a sus enfermos cardiópatas como tratamiento, hasta el extremo de provocar enfermos alco- hólicos. Se ha demostrado que el alcohol no mejora el dolor de la angina de pecho y no modifica el electrocardiograma patoló- gico del cardiópata, sin embargo el uso del alcohol es capaz de provocar una miocardiopatía alcohólica. 11. EL ALCOHOL ES AFRODISÍACO: Es verdad que el alcohol puede aumentar el deseo sexual, pero al mismo tiempo disminuye la potencia sexual, hasta el extremo de llegar a imposibilitar la fun- ción sexual, pudiendo llegar a provocar degeneración y atrofia testicular en el varón y amenorrea (pérdida de la regla) y atrofia ovárica en la mujer. 12. EL VINO DA ATREVIMIENTO A LOS DÉBILES: Ciertamente el vino da atrevimiento en el baile, en la calle, en el carrete, etc., las esta- dísticas de incidentes, accidentes y delitos de sangre producidos bajo los efectos de bebidas alcohólicas, dan fe de ello. Tipos de Bebedores No existen los “bebedores normales”, lo que hay es un bebedor no problema. Porque si habláramos de normalidad, no tuviéramos por- qué haber mencionado los diversos efectos del alcohol. Aunque el término de bebedor normal se usa para los casos de bebedores que no tienen problema, pero deberíamos tratar de no confundir estos términos. Por tanto, la persona en relación con el consumo de alcohol puede ser: ABSTEMIO: Que no consume o que consume 0 - <75 gr. BEBEDOR NO PROBLEMA: Aquel que toma responsablemente, que no está en el grupo de los que tienen prohibido tomar alcohol. BEBEDOR PROBLEMA O ABUSADOR DEL ALCOHOL: Aquel que sin ser dependiente, consume en exceso y causa problemas.
  • 171. guía de apoyo psicológico para universitarios 171 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos DEPENDIENTE O ALCOHÓLICO PROPIAMENTE DICHO: Aquel que su consumo lo hace continuo, sin poder dejar de beber por el deseo imperioso de seguir haciéndolo. Debemos aspirar a ser abstemio o ser un bebedor no problema. Contesta el siguiente cuestionario para evaluarte al respecto. Escala breve de beber anormaL (Test de EBBA) Contesta SÍ o NO a cada una de las 7 preguntas de la tabla, y compara tus resultados abajo de la tabla.   SÍ NO 1. ¿Ha habido entre Ud. y su pareja problemas como consecuencia del consumo del alcohol? 2. ¿Ha perdido amigos a causa del consumo del alcohol? 3. ¿Siente ganas de disminuir lo que toma? 4. ¿Hay ocasiones en que sin darse cuenta termina tomando más de lo que piensa? 5. ¿Ha tenido ganas de tomar alcohol por las mañanas? 6. ¿Le ha ocurrido que después de haber bebido la noche anterior no se acuerde de parte de lo que pasó? 7. ¿Le molesta que le critiquen por la forma en que toma? Si has contestado “SÍ” en tres o más preguntas probablemente tienes problemas con el alcohol y debes acercarte a pedir ayuda profesio- nal. Puede ser en el Centro de Salud o en el Departamento de Promo- ción de la Salud Psicológica de la Universidad. Tabaco La nicotina contenida en las hojas de la planta de tabaco es la res- ponsable de la adicción a esa droga; es un estimulante suave, que se absorbe por inhalación, a través de la vía pulmonar o mucosas de la boca y nariz, al ser fumada, en forma de cigarrillos o a través de pipas. Es una sustancia altamente tóxica que se une a una gran cantidad de otros componentes tóxicos que tiene el tabaco, especialmente el
  • 172. 172 Héctor Rodríguez Moya monóxido de carbono; este último, al unirse a la hemoglobina sanguí- nea, disminuye la capacidad de transporte de oxígeno, dificultando la respiración en los fumadores. Del mismo modo, disminuye también la transferencia de oxígeno al feto a través de la placenta en la ma- dre embarazada fumadora, con importantes consecuencias para el hijo en gestación: bajo peso y talla al nacer, y mayor frecuencia de partos prematuros, y mayor riesgo de muerte súbita en los lactantes. Además del monóxido de carbono, al fumar tabaco se producen otros compuestos alquitranados, de carácter carcinógeno que explican la relación entre la mayor tasa de diferentes formas de cáncer (preferentemente del aparato respiratorio) y el hábito de fumar. Es importante hacer énfasis que, en el largo plazo, los fumadores tam- bién desarrollan otras enfermedades bronco pulmonares (en especial enfisema) y cardiovasculares, muy invalidantes y con alto costo de tratamiento. El efecto de la nicotina en el S.N.C. no produce efectos biosicosociales tan rápidos y dramáticos como los descritos para el alcohol y otras drogas. Sin embargo, en el ámbito laboral, la mayor morbilidad que presentan los fumadores es un factor en contra de la productividad; a esto se agrega el hecho que la nicotina junto al alcohol son consideradas drogas porteras (se inicia el uso de éstas y se continúa con otras); todas estas razones son suficientes para trabajar en la prevención del hábito de fumar. Aunque en menor escala también presentan riesgos los “fumadores pasivos”, es decir, aquellos que aspiran el humo producido por los que fuman. ¿Qué es el tabaco? Es una sustancia  psicoactiva (algunos lo clasifican como droga legal) capaz de producir o co-adyudar al desarrollo de una serie de enfermedades: cáncer, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, problemas en el desarrollo del producto de un embarazo, enfermedad arterial coronaria, entre otros. El cigarrillo tiene muchos  principios activos, algunos de ellos pre-cancerígenos. Como cualquier sustancia psicoactiva es capaz de generar dependencia. ¿Qué es el tabaquismo? Es la intoxicación crónica del organismo producida por el consumo del tabaco.
  • 173. guía de apoyo psicológico para universitarios 173 El consumo de alcohol y otras drogas: la adicción y sus efectos Problemas que causa el tabaco en el organismo Los principales problemas que puede generar el tabaco son: • A nivel respiratorio: El cáncer de pulmón es el principal problema, la bronquitis crónica (inflamación y obstrucción bronquial perma- nente),  el enfisema pulmonar (rompimiento de las paredes alveo- lares con ensanchamiento de los mismos) y  la tos del fumador. • A nivel cardiovascular: Favorece el desarrollo de la arteriosclero- sis en todas las arterias (formación de placas de colesterol en las paredes de las arterias), dentro de ellas en las coronarias, que por su obstrucción parcial o total son causa directa de la mayoría de anginas de pecho e infarto del miocardio respectivamente. • A nivel digestivo:  Los  dientes pierden su color natural y son más proclives a la caries. Coadyuvante junto al alcohol de la mayoría de cánceres de boca y de esófago, contribuye al agravamiento de las gastritis o úlceras pépticas. • Es el principal agente relacionado con el cáncer de vejiga. • En el embarazo: El recién nacido puede tener bajo peso (menos de 2500 gr.), o puede ser prematuro (nacer antes de las 36 se- manas de gestación), a su vez estos recién nacido puede tener más complicaciones respiratorias que los otros recién nacidos, la enfermedad de la membrana hialina es una de ellas. • A nivel general: Contribuye al envejecimiento prematuro. Fumadores pasivos Quienes inhalan el humo del cigarrillo al estar cerca de un fumador,  también pueden resultar perjudicados, a estos se les conoce como FUMADORES PASIVOS. Por tanto los FUMADORES ACTIVOS, son aque- llos que consumen directamente los cigarrillos. Esperamos que la información aquí brindada te sea de mucha utili- dad. La información es importante y así lo entendemos. Queremos que tu paso por la Universidad sea una gran experiencia y que mar- que tu vida positivamente; sabemos que así será. Te invitamos a construir tu futuro y a vivir la Universidad. Referencias Funes J. (1966): Drogas y adolescentes. Aguilar, España Las definiciones textuales son extraídas de este texto.
  • 175. 175 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? Mario Castillo Manzano El estar en la vida universitaria, es un hermoso desafío para tu vida y la de tu familia, es la síntesis de los esfuerzos realizados durante muchos años, donde has logrado proyectarte en lo que será el sello de tu existencia. En este capítulo quiero invitarte a conocer cómo ayudarse o ayu- dar a alguna persona cercana que requiera apoyo cuando exista una forma de consumir alcohol u otra sustancia que esté afectando su desarrollo personal y académico. ¿Por qué hablar del consumo problemático y las dependencias, de los riesgos que tienen algunos tipos de consumo de alcohol y otras drogas en este contexto de es- tudios? Porque el paso a la vida universitaria implica el acceso a un mayor nivel de libertad personal, en donde serás tú quien decida qué cosas tienen que ver contigo y cuáles no. Desde esta perspectiva, inevitablemente este mayor nivel de libertad se equilibra con un ma- yor nivel de responsabilidad frente a la propia vida. Nuestro interés final es que puedas tener una vida universitaria activa, sin mayores riesgos y consecuencias para tu desempeño estudiantil. Queremos que puedas reconocer los aspectos involucrados, tanto personales como interpersonales y que aprendas a evaluar en qué estás tú o tus amistades y qué puedes hacer para producir un cambio en lo que estás viviendo en el caso que sientas que algún tipo de consumo de sustancia te esté complicando. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Clasificación de En- fermedades (CIE – 10), define las dependencias como “Conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas en las cuales el consumo de una sustancia adquiere la máxima prioridad para la persona, mayor incluso que cualquier otro tipo de conducta de las que en el pasado tuvieron un valor más alto. La manifestación característica del síndrome de dependencia es el deseo a menudo insuperable de ingerir la sustancia”. Nosotros consideraremos además para este capítulo, el concepto de consumo problemático, que se orienta a conocer los efectos de los
  • 176. 176 Mario Castillo Manzano consumos principalmente de alcohol, que podemos tener y también de otras drogas. Algunas características presentes en un consumo problemático pueden observarse a través de las siguientes señales: Aparece la crítica de terceros respecto a nuestra forma de consumir alcohol y otras drogas; “se apaga la tele” o no se recuerda nada de la noche anterior; se tienen pérdidas interpersonales importantes (pareja, familiares, amistades). Además, hay otras situaciones, tanto individuales, como grupales que cumplen con las características se- ñaladas de situaciones problemáticas y/o dependencias: Juego pa- tológico – ludopatía - dependencia a Internet, relaciones afectivas dependientes, dependencia a la “adrenalina” -situaciones de riesgo extremo-, compulsión a comprar, etc. Estas últimas situaciones tam- bién pueden afectar tu vida estudiantil. ¿Por qué nuestro cerebro responde a las sustancias y se generan consumos problemáticos que pueden llevar a la dependencia del alcohol y/o drogas? Las respuestas que se pueden desarrollar, primero con consumos problemáticos de alcohol y posteriormente el desarrollo de alguna dependencia, tienen una base neurobiológica que la sustenta; y nos disponen a generar una mayor o menor intensidad de vínculo o dependencia frente a algunas sustancias, objetos y situaciones. Exis- ten en nuestro organismo, varios sistemas neurológicos que requieren ser estimulados, para poder facilitar una adecuada adaptación al medio. Por ejemplo: comer, el observar algo agradable a la vista, la emoción de los juegos de azar, realizar compras, etc. Esta estimula- ción –que muchas veces es altamente agradable– activa algunos centros neurológicos, en nuestro cerebro, que se denomina “circuito de recompensa”, en esta zona se producen una cadena de respues- tas neuro – químicas y que van de a poco moldeando nuestro ce- rebro, para que finalmente busquemos casi exclusivamente aquellos estímulos que nos producen esas sensaciones gratas. ¿Cómo podré saber si estoy frente a alguna situación que sea un consumo problemático y posteriormente una dependencia del consumo de alcohol y/o drogas? Todas las personas respondemos de manera diferente frente a las di- versas situaciones. Algunos realizan muchas actividades o comporta- mientos que pueden ser considerados de riesgo y no les afecta, en cambio otros, por realizar unas pocas veces algún consumo, quedan
  • 177. guía de apoyo psicológico para universitarios 177 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? “enganchados” y sienten que deben seguir haciéndolo. Muchas ve- ces esto responde a las expectativas que tenemos frente al consumo (pasarlo bien, relajarse, etc.) o de qué manera sentimos que facilita la posibilidad de ser parte de un grupo (nos desinhibe socialmente) o te- nemos una baja percepción de daño (“a mí no me va a pasar nada”). Pero, para que podamos saber qué nos pasa, debemos considerar alguno de los siguientes aspectos, que grafican los efectos del consu- mo problemático de alcohol u otra droga: • Cambios en las actividades rutinarias: Aumento o disminución de las actividades que habitualmente realizo. Muchas veces se em- piezan a tener actividades diferentes, que nos alejan de nuestras rutinas académicas. • Priorizar esa actividad o situación sobre las otras. Se tiende a priori- zar esta actividad sobre muchas otras. Como señalábamos el am- biente de “carrete” pasa a ser una prioridad dentro de nuestra vida. • Forma de solucionar problemas: Muchas veces, el consumir alco- hol, “facilita” que resolvamos algunas de las dificultades que po- demos tener. Esta ilusoria impresión, habitualmente dura mientras se está bajo los efectos del alcohol o las drogas y no se constitu- yen en un real cambio personal. • Sensación de satisfacción: Al realizar la actividad de consumo se tiene una muy grata sensación, pues comparto con otros, me desinhibo, puedo sentirme integrado a “un grupo que me acep- ta”, a diferencia de otras actividades. Esta sensación puede ser percibida de múltiples maneras y es lo que hace que tratemos de buscarla de manera prioritaria. Al principio las sensaciones se- rán muy intensas, pero con el correr del tiempo, buscaremos no sólo esa sensación de satisfacción, sino que además buscamos no sentirnos mal (evitar el “bajón”). • Aparición de ansiedad: Aparecerán sensaciones de desconcen- tración, inquietud física, “nerviosismo”, dificultades para quedarse dormido (insomnio de conciliación), problemas alimentarios – ali- mentarse de manera irregular, tanto en frecuencia como en cali- dad-, irritabilidad, desánimo. Estas manifestaciones, habitualmen- te se concentran en relación a si realizo o no el consumo de la sustancia. • Reacción desproporcionada a la crítica social: Nuestro entorno puede hacer comentarios y plantearnos que cambiemos respecto a nuestra forma de comportarnos. Estas muchas veces serán eva-
  • 178. 178 Mario Castillo Manzano luadas como críticas a nuestra persona, frente a lo cual podremos reaccionar de manera irritable o descalificando a las otras perso- nas, minimizando las reales consecuencias de lo que hacemos, reaccionando de manera agresiva, tanto verbal como físicamente. • Pérdida emocional y/o material: En la medida que se avanza en el consumo problemático de alcohol u otra droga o nos encon- tramos ya con dependencia, muchas veces podremos tener una pérdida en nuestras relaciones sociales importantes (conflictos con los integrantes de nuestra familia, pérdida de amistades, etc.) Otra forma de graficar esto es que la persona con consumo pro- blemático o dependiente tiende a relacionarse exclusivamente con las personas que están en el circuito de consumo. En lo ma- terial, puede ser que exista un mayor gasto de dinero de lo que poseemos, vender objetos personales o de nuestra familia, hurtos menores, etc. Todo esto con el único fin de poder realizar el con- sumo de alcohol o droga a la cual estamos ligados. • Respuesta física: Habitualmente tendremos una molestia física, desgano importante, temblor de manos, sudoración excesiva en las mañanas, en el caso del alcohol; irritabilidad, desgano cuando no consumimos tabaco; depresión, sensación de angustia, “bajo- nes”, cuando no se consume cocaína y pasta base; y problemas de atención, cuando no hay consumo de marihuana. El indica- dor positivo de nuestro consumo problemático y dependencia, en algunos casos se manifiesta cuando al ingerir la sustancia nue- vamente, se logra tener una sensación de disminución de las mo- lestias antes señaladas. En algunos casos habrá manifestaciones de pérdida de conciencia o no recordar nuestro comportamiento bajo el consumo de alcohol u otra droga (“se me apaga la tele”). En estas manifestaciones, ya la persona se encuentra con un alto compromiso físico como emocional, respecto al consumo de al- cohol u otra droga. Si se manifiesta alguna de estas situaciones descritas, en ti o en amis- tades, sería beneficioso solicitar una orientación profesional. ¿Qué puedo hacer si yo tengo un consumo problemático o dependencia? Un primer gran desafío personal es poder conocerse, ser autocrítico y poder asumir en mí mismo o reconocer en algún amigo/a, que la for- ma de comportarse ha ido cambiando y observar que se va limitando nuestro actuar cotidiano. Algo que podemos hacer es evaluar la mo-
  • 179. guía de apoyo psicológico para universitarios 179 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? tivación que tenemos frente a la situación de tener un consumo pro- blemático o dependencia. Esto se puede dimensionar de una manera estructurada y secuencial, que denominamos “Etapas de Cambio”. Todos nosotros tenemos formas de hacer las cosas de manera dife- rente. En la Universidad encontrarás un método para enfrentar las áreas en las que te estás formando (ciencias, ingeniería, biología, psicología, medio ambiente, etc), que hará que, de una manera sis- temática, formal y científica, logres intervenir en la realidad. Pero una pregunta: ¿cómo es que nosotros cambiamos?, ¿existe una forma de evaluar la posición en que me encuentro frente a una situación?, ¿cómo poder saber si estoy avanzando? Estas preguntas pueden te- ner muchas respuestas, desde lo filosófico, hasta lo biológico, pero deseo invitarte a compartir con unos autores, que nos proponen el poder evaluar, especialmente en el caso del consumo de alcohol y drogas, cómo es el proceso de cambio en nosotros, revisar los compo- nentes de este cambio y saber en qué etapa del ciclo me encuentro. Estos autores, desde el ámbito del tratamiento de las dependencias en drogas, aportan el Modelo de las Etapas de Cambio (Prochaska y Di Clemente, 1983) (1). Etapas de Cambio a) Pre - contemplación • La persona no quiere cambiar • No se da cuenta (no tiene conciencia) del problema o lo minimiza • Intenta el cambio sólo por presión externa En esta etapa no se reconoce ni asume el comportamiento de con- sumo y cómo esto le afecta, la sugerencia es apoyar a la persona manifestándole que se le estima y que la preocupación que se tiene sobre él no es para limitarlo o criticarlo. Es muy importante el tener una actitud de apoyo constante hacia quien lo requiera, pues la persona, para que pase a otra etapa, muchas veces hará promesas de cambio (“dejaré de consumir”, “ya no tomaré más”), las que no se materializarán quizás por un largo período, y es posible que esto produzca un cansancio y desesperanza en el entorno familiar y de amistades, pero siempre hay que facilitar que la persona tenga algún tipo de apoyo para poder cambiar. Algo que facilita el enfrentar esta etapa es que las amistades o familia, eviten facilitar el consumo y no lo propicien (no dar alcohol o droga, no dar dinero para adquirirlo, plantear que se hablará con el/ella cuando no esté bajo los efectos del alcohol o droga, etc.).
  • 180. 180 Mario Castillo Manzano b) Contemplación • La persona piensa que hay un problema, evidencia daño • Los sujetos pueden permanecer en esta etapa mucho tiempo • Existe un gran gasto de energía en el análisis del problema, aun- que sin acciones concretas Cuando estamos en esta etapa, la persona toma conciencia del problema, pero su sensación es ambivalente: considera y rechaza el cambio a la vez. Es necesario ayudarle a que se produzca un cambio en la forma en que evalúa y enfrenta su propia situación. Se puede facilitar a que identifique los mitos respecto a los consumos (cambio como proceso interno) y que logre desarrollar buenas razones, para orientarse hacia la situación de cambio, ponderando los riesgos de no cambiar (esto se denomina Balance Decisional). Se debe aumentar la capacidad de la persona para evaluar las situaciones, reforzar los aspectos positivos del cambio que va a realizar (qué beneficios ten- drá) y valorizar las capacidades individuales que tiene, promovien- do la confianza de que todos estos cambios tendrán éxito, debido al esfuerzo que la persona colocará para el cambio de la conducta actual (percepción de autoeficacia). Es clave en todo este proceso poder tener nuevas experiencias, positivas y placenteras, sin repetir la conducta que se desea cambiar. La persona puede pasar mucho tiempo en esta etapa, sin producir ningún cambio. Es importante motivar a la persona que tiene un problema y transmitir- le que puede abordarlo pues no está solo/a, acá cobran importancia las redes afectivas cercanas de la persona (familiares, amistades, do- centes, otras personas significativas). Siempre es adecuado cuando la persona afirma que desea hacer algo para cambiar su situación, buscar soluciones concretas y muchas veces es recomendable bus- car apoyo de especialistas para hacer frente a la situación, quienes darán apoyo y orientación no sólo a la persona afectada directa- mente, sino que también a sus familiares y vinculaciones significativas. c) Preparación • Existen tentativas de cambio, pero han resultado infructuosas • Se motiva a buscar ayuda • Se consiguen mejorías, pero sin alcanzar el éxito En esta etapa muchas veces surgen algunas interrogantes, si se está haciendo lo correcto, si se podrá cambiar, pues a veces se percibe que el cambio no es tan rápido o instantáneo. Acá es necesario for-
  • 181. guía de apoyo psicológico para universitarios 181 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? talecer a la persona, para que considere que está avanzando hacia su objetivo planteado y es importante que valore positivamente pe- queños avances y cambios en él (que ha mejorado su presentación personal, que logra comprarse cosas que antes no podía, etc), y que a pesar de que perciba que todo es lento, realmente se avanza. d) Acción / tratamiento • Existen cambios visibles, aunque con un gran gasto de energía y tiempo • Se da un período “visible” de cambio en el comportamiento En la etapa de “Acción”, podemos observar que se producen cambios positivos en relación a la meta que se propuso. ¿Qué puedo hacer en esta etapa?: Se puede ayudar a que la persona aprenda a fortalecer las metas que se propuso, que valore las capacidades y habilidades que tiene para cambiar, aprender a reconocer los riesgos que tiene él y su entorno, que podría favorecer que vuelva a las situaciones y conductas que tenía previamente (“recaídas”). También es muy im- portante el apoyo que recibe la persona de parte de su entorno social. El disponer de una figura afectiva importante para la persona (familiar, pareja, amigos, etc.), reforzará su compromiso por el cambio. Se debe destacar los potenciales de los que dispone la persona, sus habilida- des y recursos personales para enfrentar las situaciones, además de ayudarlo a que aprenda a buscar las mejores soluciones. Dentro de las cosas que se deben fortalecer, está el disponer de redes sociales formales e informales positivas para su cambio. Muchas veces los cam- bios personales que se realizan, cuando hablamos de consumos pro- blemáticos y dependencias, implicarán también alejarse o cambiar los entornos y personas con quienes se consumía. e) Mantenimiento • La persona debe mantenerse en abstinencia • Se debe aprender a identificar y utilizar estrategias para evitar re- caídas • Aprender a desarrollar otras habilidades personales y estrategias para enfrentar la vida • Fortalecimiento de las redes formales e informales de apoyo En esta etapa, la persona debe fortalecer sus habilidades personales para realizar cambios en sus rutinas diarias, fortalecer las actividades
  • 182. 182 Mario Castillo Manzano que sean diferentes a las que utilizaba cuando consumía alcohol u otra droga. Acá es relevante el apoyo de los familiares, amistades, personas con autoridad, para que los cambios realizados permanez- can en el tiempo. Tener un buen uso del tiempo libre, por medio de actividades que le agraden y motiven. ¿Existe una forma de consumir alcohol que no me afecte? No todas las veces que se consuma alcohol, se llegará a tener un consumo problemático o a una dependencia, pero es importante poder dimensionar en qué fase puedo estar, cuál es el objetivo de mi consumo y finalmente tender a buscar un consumo responsable, el cual no afecte el desarrollo de mi vida estudiantil. Hay varias etapas que una persona puede transitar desde que no con- sume alcohol o alguna sustancia hasta que llegue finalmente a tener un consumo problemático y dependencia. Denominaremos a esto “consumo no – problemático”, que se grafica en las siguientes etapas: • Experimental: Es el inicio exploratorio del consumo. La persona probará alcohol u otra sustancia y sentirá que logra una buena adaptación al grupo, se sentirá integrado y en buen ambiente, pero posteriormente no necesitará consumir para sentirse adap- tado. Dejará de consumir alcohol o droga. • Ocasional: Ya se han experimentado los efectos y se busca repe- tir las sensaciones placenteras que le provoca la sustancia. Con una frecuencia según se presente la oportunidad de consumo. La persona al inicio no busca la situación de consumo. No obstante, si la próxima vez requiere volver a consumir en la misma o mayor cantidad alcohol u otra sustancia, para tener una sensación de pertenencia a ese grupo, ya podemos decir que ha iniciado un camino que podría derivar en consumo problemático. • Habitual: Se busca la situación para el consumo, se puede hacer en grupo o en solitario, ya se conoce los lugares y formas de ac- ceso a la compra. Se inicia el hábito. Al comienzo podemos decir “es para pasarlo bien”… luego: “yo lo controlo”… finalmente no enfrentando que está “enganchado” y que no puede funcionar efectivamente en sus relaciones si no hay consumo. También gra- ficará esta escalada hacia el consumo problemático y la depen- dencia, el aumentar las cantidades consumidas, para obtener un estado tan placentero como al inicio (esto se denomina “Toleran- cia a la sustancia”).
  • 183. guía de apoyo psicológico para universitarios 183 ¿Cómo ayudar a alguien con consumo problemático de alcohol y otras drogas? El avance en cada etapa está sujeto a algunas condiciones que de- bemos considerar: • Edad: Mientras más tardío el inicio del consumo, menor efecto tendrá en nosotros, pues ya tenemos formas de pasarlo bien, mo- tivaciones personales, etc. Pero además hay que considerar que hay procesos de maduración neuro-biológicas que terminan en nuestro organismo cercano a los 18 años (adolescencia tardía). Esto hace que si consumo alcohol y drogas antes de esas edades, se afecte esta maduración. • Sexo: Los tipos de drogas afectan de manera diferente a los hom- bres que a las mujeres. Por ejemplo, hay diferencias en la metaboli- zación del alcohol y otras drogas (los efectos duran más tiempo en las mujeres que en los hombres a iguales cantidades consumidas). • Características de personalidad: Según nuestra forma de ser bus- caremos el consumo de alcohol u otra droga, para animarnos o para tranquilizarnos. Puede existir a veces una patología psiquiá- trica, que se manifiesta veladamente por medio de algún tipo de consumo de alcohol y drogas. • Tipo de droga consumida: Hay drogas que generan una depen- dencia física más rápida que otras, es decir, que la persona siente la necesidad de consumirla, para sentirse bien. • Entorno social: Las leyes y regulaciones que existan, los mitos sobre el consumo de alcohol y drogas, la valoración social del consumo (“para hacerse hombre”, “para quitar las penas”, etc). Esto facili- ta o entorpece el acceso al consumo. Factores protectores • Tener metas y desafíos personales y grupales trascendentes (ca- rrera elegida, ayuda a terceros, una creencia o ideología, etc.). • Disponer de un variada gama de actividades, tanto académicas como sociales, artísticas, deportivas, etc. En la medida que dis- ponemos de un amplio tipo de actividades, tendremos muchas posibilidades de tener variadas formas de experiencias gratas. • Organizar el uso del tiempo: Buscar una forma de determinar qué actividades son las que nos gustan más y determinar un tiempo específico a cada una de ellas, esto facilitará que logremos hacer todas aquellas cosas que planificamos y deseamos. • Estar atentos a todos los cambios que tengamos en nuestro áni- mo, rutinas y formas de relacionarnos.
  • 184. 184 Mario Castillo Manzano • Si aparece alguna manifestación (deseo, apetencia de consu- mo), que sea un comportamiento que nos produzca riesgo de volver a consumir, debemos buscar apoyo o ayuda, para poder evaluar lo que nos sucede. • Eliminar los mitos sobre el consumo de alcohol u otras drogas que nos exponen a riesgos (“cuando consumo alcohol soy mas socia- ble”, “me va mejor en los estudios”; “yo controlo lo que tomo”, “a mí no me va a pasar nada”). • Establecer un consumo responsable: Conocer los efectos del con- sumo del alcohol en nuestro cuerpo, cómo reaccionamos y con- trolar la cantidad de alcohol consumida. Acá sugerimos una serie de conductas para tener un consumo responsable: • Ingerir alimentos antes de ir a un “carrete”. • No mezclar alcoholes (las bebidas alcohólicas tienen diferen- tes graduaciones de alcohol y esto afectará tu organismo). • Considerar los límites personales, conociendo y respetando la cantidad de alcohol que puedes ingerir para evitar perder el control de ti mismo. • Hacer durar el trago consumido. Idealmente que te dure una hora. • Aprender a decir “no”. Es importante aprender a manejar la presión social para evitar consumir una mayor cantidad que la que deseabas. • Evitar conducir vehículos motorizados o caminar solo/a por lu- gares aislados. Conclusión Como hemos expuesto, el consumo problemático de alcohol y/o dro- gas y las dependencias son situaciones que podemos enfrentar, reco- nociendo en qué etapa del cambio estamos, buscando apoyo en las redes sociales que tenemos y procurando tener un estilo de vida más saludable. También podemos tener un consumo responsable de al- cohol y que no nos afecte en nuestra vida universitaria, de tal forma, de no poner en riesgo nuestros más preciados proyectos personales. Referencias Lineamientos Técnicos. Tratamiento y rehabilitación de personas con consumo problemático de drogas. Conace. 2004
  • 185. 185 Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral Beatriz Painepán Sandoval A todos los estudiantes y las estudiantes que buscan descubrir y despertar sus emociones, habilidades y aptitudes desde el humo y el alcohol La libertad propia de la etapa de vida universitaria implica la posibi- lidad de ejercitarse en la responsabilidad y la autorregulación perso- nal. Muchos estudiantes desean ingresar a estudiar con las expectati- vas de aprender, manejar su tiempo, vestirse cada día como quieran, tener nuevas experiencias y disfrutar el encuentro con nuevos amigos o amigas…¡disfrutar la libertad! Esta etapa que implica estudiar y esforzarse por estar más cerca de los sueños y proyectos de lo que cada uno quiere “llegar a ser”, también implica un profundo desarrollo interno, es necesario ser capaz de coor- dinar el descanso con un alto grado de responsabilidad. Se requiere desarrollar la habilidad de decidir autónomamente en función de lo- grar las metas académicas y mantener la salud o bienestar personal. Algunos procesos internos de autocontrol, que para muchas personas simplemente no se constituyen en un tema de preocupación, para otras personas pueden implicar un fuerte choque o conflicto por la di- ficultad de conducir la vida, el propio comportamiento y la voluntad. Esto se puede observar desde el manejo de los estudios hasta en el manejo con las drogas y el alcohol. Cuando adviertas este conflicto en ti, más que desesperar es momento de doblegar el orgullo y bus- car apoyo para restablecer el bienestar y control que has perdido. La pérdida del control personal, el daño emocional y/o físico a sí mismo o a los demás, la exposición a situaciones riesgosas, la disminución del sentido de responsabilidad o directamente, la evasión de la toma de decisiones ante la propia realidad, son dificultades que se evidencian en cualquier tipo de comportamiento dependiente, por ejemplo, en las adicciones a la comida, al trabajo, a algunas relaciones interper-
  • 186. Beatriz Painepán Sandoval 186 sonales (a la pareja o los padres) o las dependencias a las drogas y al alcohol que son las más conocidas y potencialmente muy dañinas por el rápido deterioro físico y psicológico que provocan en los jóvenes. El uso del alcohol y las drogas (marihuana, cocaína, pasta base y otras) en la universidad, la familia o la comunidad es un tema recu- rrente y un hecho evidente. El consumo es frecuente entre hombres y mujeres por igual ¿Quién no conoce o ha oído hablar de alguien que tiene problemas con alguna droga o con el alcohol? No distingue edad, condición económica o nivel educacional. La línea divisoria entre lo que puede llamarse uso social u ocasional y consumo perjudi- cial o dependiente es tenue y, en ocasiones, corresponde a un área de difícil delimitación. Argumentos o justificaciones para consumir drogas y/o alcohol du- rante la época universitaria hay muchos y variados: por probar, por gusto, por acompañar a los amigos, para ingresar a un grupo y sen- tirse perteneciente a él, para olvidar por un tiempo las dificultades familiares o económicas que pueden sentirse muy agobiantes, para relajarse de las presiones académicas, para consolarse o “pasar la pena” ante algún fracaso o frustración académica o emocional, para celebrar algún logro o haber concluido el semestre. Las razones o argumentos siempre van a existir… o se van a inventar. Abordaremos esta temática con apoyo de testimonios* de alumnos de la universidad, quienes generosamente compartieron sus viven- cias y nos permiten con ellas reflexionar sobre cómo prevenir o adver- tir los daños del consumo del alcohol y las drogas en jóvenes como tú. Y también nos permite un cuestionamiento personal o una mirada crítica del entorno de amigos o compañeros que puedan verse o sen- tirse identificados con estas experiencias. La aceptación del consumo personal dañino o problemático es re- sultado de un proceso, suele surgir en las personas cuando ya han sufrido pérdidas o conflictos significativos por el consumo excesivo de drogas y alcohol. En este sentido ya existe una historia larga que con- tar, donde el “carrete inicial” se ha convertido en una pesadilla con costos emocionales, económicos, familiares y académicos. No es fácil que una joven o un joven reconozca que tiene problemas, ya que ha pasado mucho tiempo en que el alcohol o algunas drogas han sido los mejores “aliados” o “amigos” en las salidas para enfren- tar, “hacerse un espacio”, o conocido en los grupos de pares. Parte del proceso es lograr revisar y destruir la lealtad a este “aliado”. Un alumno en tratamiento lo explica mejor al señalar:
  • 187. guía de apoyo psicológico para universitarios 187 Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral “Cuando uno comienza a consumir drogas, en mi caso mari- huana, lo primero que harás es informarte de buena fuente de los efectos positivos y negativos de la sustancia, luego pensarás que realmente la necesitas y, por último, te darás cuenta que el efecto gratificante es pasajero y no perdurable en el tiempo. A menos que consumas cada día, sabiendo que tu cuerpo se vuelve tolerante y que vas a tener que consumir más dosis o más fuertes … trayendo consigo más daño. Entonces, al pasar de los días tu mente comenzará a razonar con el efecto poste- rior del “thc” (marihuana) que has consumido, y la defenderás, diciendo que lo que te ocurre es producto de otras cosas…” Sólo cuando el paciente “toca fondo” pareciera ser que ha llegado a un punto de avance para el tratamiento, surge una reacción ur- gente de búsqueda de ayuda o apoyo para explicarse qué está pa- sando, llegan muchas veces confusos y sin darse cuenta que buscan un estado de salud y bienestar que han perdido: “Recuerdo que van ya 17 meses desde que, con nariz rota y mandíbula desencajada, me acerqué a pedir ayuda. Lle- vaba años perdiendo cosas y mandando todo a la cresta, pero esta vez fue diferente ¡Tenía verdaderas ganas de morir! Y tenía tan sólo dos opciones: o moría realmente (cosa que borracho hubiera hecho sin problemas) o buscaba mejorar. Morir era darse por vencido, mejorar era un tremendo desafío. Sentía que no podía huir sin lograr nada. Tenía tanto adentro reprimido y que aquietaba bebiendo. Era una bola de nieve. Soñaba, pero perdía mi tiempo bebiendo. Solo, con extraños, con compañeros, amigos, da igual. Día tras día. Todos los días. Mi frecuencia de consumo era alta, pero no se necesitaba tal frecuencia para tener problemas. Cuando bebes o te drogas tus pensamientos se hacen soberbios y crees tener razón en todo. Por otro lado tus temores, luego de la euforia, te inundan y sigues bebiendo para que eso no pase. Lo peor de todo es que, si no eres un estúpido, te das cuenta y recuerdas lo que pensabas, decías y hacías mientras carreteabas y reconoces lo tonto de toda la situación, pero lo retienes como una anéc- dota de carrete y finges que fue chistoso, cuando en tu interior te avergüenzas de ti y de tu actuar, y regresas a casa solo con una resaca horrible y una sensación de insatisfacción muy grande cuando justamente buscabas lo contrario”. La dependencia física y psicológica, comúnmente señalada en la lite- ratura como signos evidentes de una dependencia, no pasa de ser un
  • 188. Beatriz Painepán Sandoval 188 término clínico o de diagnóstico de difícil asociación para un joven en su vivencia personal. Sólo después de un tiempo, cuando ha habido un recorrido en el tratamiento y la persona vuelve a re-conocerse, re- cordar cómo era antes en verdad, y sentirse más conectada consigo misma, emocional y físicamente, puede volver a tomar conciencia de los estados de su mente y de su cuerpo. Vuelve a tener control sobre sí mismo en forma gradual. Con el tiempo, los pacientes logran reconocer lo “raro”, “anormal” o “falso” que se vuelven ellos mismos con la droga o el alcohol, y lo oculto o disminuido que se encuentra su verdadera forma de ser o sentir. La sensación de sentirse como un “personaje” es muy desagra- dable e insatisfactoria. Un compañero lo refiere así: “Luego sucede que ya no sabes compartir si no estás puesto, te sientes incómodo sobrio, “no sabes reírte”. ¡Es increíble! Vas y bebes y te drogas y llega ese personaje que no eres tú. El verdadero “TÚ” fue doblegado por el alcohol y la droga. Ya no eres consciente de ti mismo y así no puedes comunicarte con los demás. Y la consecuencia es la soledad, la soledad de espíritu, pues siempre habrá alguien con quien brindar, y justamente eso es lo que haces para “apagar” esa soledad. Y así puedes vivir mucho tiempo, en mi caso 12 años”. Llegar a reconocer la propia debilidad, aceptar que se necesita ayu- da y pedirla requiere de gran coraje y un profundo ejercicio de humil- dad. Suele ser el inicio de un viaje complejo, difícil, doloroso y largo. Pero también implica el retorno a la esperanza de volver a pedir una oportunidad para reparar los daños provocados (a los demás y a uno mismo), replantearse las decisiones y proyectos personales, re-encan- tarse con la propia vida: dedicarse a encontrar y cultivar fuentes de energía personal y volver a emprender un camino hacia las metas y sueños anhelados. En todo caso, los pacientes vivencian los logros y progresos y, gra- dualmente, esos mismos progresos refuerzan la convicción de seguir con un tratamiento que puede ser muy largo y, a veces, tedioso. Esto lo explica mejor un compañero cuando comenta: “…Lo mejor es tener la mente clara y mantenerte lúcido, así disfrutas la vida tal como eres tú… en esencia tú, y no la sustan- cia que llevas en tu cuerpo, que interviene en tu conciencia sin que te des cuenta. Tomar la decisión de cambiar ha sido la mejor opción cuando mi mente y mi ánimo me dieron señales de que algo no andaba bien. Entonces uno se llena de forta-
  • 189. guía de apoyo psicológico para universitarios 189 Desde la experiencia del consumo de drogas y alcohol hacia una salud integral leza con la convicción de que lo haré y lograré, digan lo que me digan, con el apoyo de los seres que realmente quiero. Yo era un adicto a la marihuana y tomé la decisión de cambiar, afronté mi condición y busqué ayuda. Ahora mi cuerpo y mi mente se sienten de maravilla sin los malos ratos que llegaban y ocultaba con el humo del cannabis. Mis verdaderos sueños han vuelto y mis objetivos están claros, he vuelto a establecer- me, luego que la adicción rompiera todo lo que había concre- tado. Debo ser cuidadoso, ya que mi mente aún me incita a fumar y en el ambiente que me rodea siempre existirá la posi- bilidad. Lo mejor es no darle pensamiento alguno a que podría hacerlo, lo mejor es decir: “NO, tomé la decisión de dejarla y no perderé todo el tiempo ganado por una bocanada de humo que realmente no necesito, ya que no soy una persona enferma. Las drogas son para las personas enfermas”. Cada paciente vive su tratamiento de una forma particular, pero con la sensación común de sentirse ellos mismos, cada vez más reales y verdaderos. Y eso lo perciben ellos y las personas de su entorno, las vivencias vuelven a ser más gratificantes, se sienten más queridos y capaces de querer más, vuelven a encontrar sus virtudes y reconocen algunos defectos, en suma, vuelven a encontrarse con el ser humano. Y, nuestro siguiente objetivo es aprender a aceptar que así, como real- mente son, se enfrentan las alegrías, las penas y desafíos en la vida. Un estudiante en tratamiento expresa sus contradicciones y sensacio- nes de la siguiente forma: “Dar el paso a pedir ayuda, en mi caso no fue fácil ni repenti- no, intenté controlar la situación un par de veces, sin éxito, cla- ro, pues esto implica muchas más cosas que la abstinencia. Por otro lado, tienes que ser valiente, esto no es cómodo ni fácil, debes sacarte la máscara, el disfraz, y eso es difícil, aprender a distinguir quien realmente eres e intentar proyectar esa ver- dad. Cuáles son tus verdaderos principios y convicciones, lim- pios de los pensamientos de borracho. Esto ha sido muy difícil para mí, pero de a poco lo logras y te sientes fuerte, tranquilo. En la U desde el primer momento se mostraron con buena dis- posición y me brindaron su ayuda. Todos. Sin nombres, desde las secretarias hasta los profesionales del área: psicóloga, psi- quiatra, enfermera, docentes. Les debo mucho. No soy de sermones, sólo te cuento, muy brevemente, mi ex- periencia. Anímate. Encontrarás cosas que ni te imaginas en ti y en tu relación con los demás. ¡Sé valiente!”
  • 190. Beatriz Painepán Sandoval 190 En este punto es cuando las historias terminan con un esperado final feliz, pero lo siento, aún no es así, los comentarios compartidos son de alumnos y compañeros que se encuentran en tratamiento ac- tualmente, esperamos que pronto ya no requieran este apoyo, y sólo guarden este periodo crítico de sus vidas como una experiencia de aprendizaje que les sirvió para conocerse y ser mejores. Los resultados de los tratamientos a las distintas adicciones son diver- sos, se esperan recaídas o periodos de confusión. Pero más allá de los estudios al respecto toda intervención puede ser potencialmente fructífera, siendo el factor decisivo para el éxito la búsqueda, el com- promiso y la perseverancia de las personas que buscan la ayuda. La Universidad, junto con desarrollar planes y programas dirigidos a lo- grar una formación académica de excelencia en su alumnado, tam- bién debe llegar a ser para el estudiante un ámbito donde generar y practicar hábitos de vida dirigidos a mantener y promover su salud integral. Entendido en el sentido más profundo del término. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Consti- tución de 1946 (en www.who.int/en ), define la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausen- cia de afecciones o enfermedades. La salud implica, por tanto, que todas las necesidades fundamentales de las personas estén resguar- dadas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. En ese sentido, el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social. En la medida que dicha salud se encuentre amenazada por prácticas o comportamientos que atenten al equilibrio y bienestar general, cada persona, joven o adulta, debiera ser responsable de desarrollar accio- nes o estrategias que apunten a restablecer su estado de salud inte- gral. Es decir, en el ámbito universitario, todos los estudiantes por igual, están llamados y tienen la posibilidad de alcanzar un grado “summa cum laude*” en relación a la mantención de su estado de salud per- sonal. Los mayores agradecimientos a los pacientes por el generoso aporte de sus testimonios y la valentía de seguir enfrentando sus tratamientos. * Con distinción máxima, con honores.
  • 191. 191 Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable de alcohol y otras drogas en un contexto universitario Walter Kühne Covarrubias1 Con motivo de la aprobación de la Política de Prevención del Con- sumo de Drogas y Alcohol en la Universidad de Santiago de Chile el 23 de junio de 2010 por el Consejo Académico, deseo hacer algunos comentarios sobre esta problemática en una institución de educa- ción superior. En una primera parte me referiré a aspectos administrativos y organi- zativos referente a las políticas, comentando nuestra experiencia en el camino de elaborar políticas que pueden ser de utilidad para otras instituciones. Luego me referiré al problema de fondo, el sentido del consumo de alcohol y otras drogas en universitarios. La confección de las políticas Este año es particularmente relevante, pues culmina una etapa de mucho trabajo por parte de funcionarios y alumnos durante casi dos años. Con la aprobación de esta política se cumple la primera parte de un compromiso asumido por el Rector, doctor Juan Manuel Zo- lezzi Cid, el año 2007, al firmar dos convenios con el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) para la prevención del consumo de alcohol y drogas en funcionarios y alumnos. • Protocolo de Colaboración para la implementación del Progra- ma uso de drogas en el trabajo y familia, denominado “Trabajar con Calidad de Vida”, firmado el 02 de noviembre del año 2007. • Protocolo de Colaboración Consorcio Universidades del Estado y CONACE, denominado “Estudiar con Calidad de Vida”, firmado el 08 de noviembre del año 2007. 1 Adaptado del discurso de inauguración de la “2ª FERIA DE CALIDAD DE VIDA USACH”, 17 de noviembre de 2010.
  • 192. 192 Walter Kühne Covarrubias Producto de estos acuerdos, durante el año 2008 se conformó un equipo de trabajo denominado “Equipo Preventivo Coordinador”, cuyo objetivo central ha sido generar las acciones necesarias al inte- rior de la Universidad, para la elaboración y aprobación de la Política Institucional de Prevención de Consumo, dirigido tanto a estudiantes, funcionarios y académicos. Una de las primeras decisiones tomadas por el Equipo Preventivo fue la de trabajar por una política para la comunidad universitaria en su conjunto, considerando a todos los es- tamentos. De este modo, el programa se ha denominado “Estudiar y trabajar con calidad de vida”. Paralelamente, en el Consejo Académico se creó la Comisión Gran Acuerdo para la Convivencia, presidida por la Dra. Elsa Rugiero. Esta comisión trabajó coordinadamente con el Equipo Preventivo. Tam- bién se contó con la asesoría y colaboración de los equipos de Co- nace Laboral y de Conace Metropolitano. De esta forma, para confeccionar las políticas se requirió en primera instancia, durante el año 2009, la realización de un diagnóstico ins- titucional. Se debió sensibilizar y comprometer a las autoridades al trabajo preventivo, de modo de movilizar recursos y facilitar el acceso a la muestra. En mayo del año 2009, se realizó la aplicación de las encuestas “Estudiar y Trabajar con Calidad de Vida”, a un total de 3.753 estudiantes y 780 funcionarios y académicos. En diciembre del año 2009, se elaboró el diagnóstico institucional, en estudiantes, fun- cionarios y académicos. Los resultados del diagnóstico fueron difundidos en la comunidad universitaria a través de la primera “Feria de Calidad de Vida” el 17 de noviembre del 2009 y en presentaciones en distintos Consejos de Facultad. Por otro lado, con la colaboración de Conace, se realizaron talleres de análisis de los resultados y se trabajó en delinear las políticas. Se entregó una propuesta a la Comisión del Consejo Académico, la que estuvo a cargo de la confección final de la política, que finalmente fue aprobada el segundo semestre de 2010. El objetivo general de la presente Política es: “Favorecer un entor- no laboral y educacional protector de las personas que trabajan/ estudian en la Universidad de Santiago, que permita disminuir la vul- nerabilidad de los/as funcionarios/as y estudiantes, y sus familias de los riesgos y consecuencias del uso problemático de drogas lícitas e ilícitas, a través del desarrollo de estrategias preventivas, asistenciales y de regulación normativa, orientadas a promocionar la calidad de
  • 193. guía de apoyo psicológico para universitarios 193 Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable vida, la protección de la salud y estilos de vida saludables, así como a la generación de condiciones laborales y organizativas pertinentes a la gestión y fines organizacionales”. Dicha política contiene acciones de Prevención y Rehabilitación, para estudiantes, funcionarios y académicos. Sin embargo, el trabajo no finaliza con la aprobación de la política. En el pasado se han realizado en la Usach múltiples acciones preven- tivas, positivas todas ellas, pero que no han perdurado. Contar con una política obliga a la institución a realizar un trabajo mantenido en el tiempo, integrado y a evaluar su impacto periódicamente. La política aprobada no será suficiente, será letra muerta, si no se traduce en planes de acción concretos. Esto requiere diversos frentes de acción. Por parte del Equipo Preventivo, el Departamento de Pro- moción de la Salud Psicológica y el Servicio de Bienestar del Personal, la labor es educar, promover la vida saludable y tratar o derivar a tratamiento especializado a quien lo requiera. Por otro lado, se ha de definir qué unidad realizará la labor fiscalizado- ra en el campus para controlar el tráfico y el consumo no autorizado. Pues la política no prohíbe el consumo de alcohol en el campus, lo re- gula. Se ha de establecer dónde, cuándo, por qué motivos y de qué manera se autorizará el consumo de alcohol. Pero no puede haber consumo no autorizado. Es decir, debe haber instancias, unidades que cumplan una función educadora: el ejercicio de la libertad con responsabilidad. Y debe haber otra unidad o unidades que cumplan la función del control, para evitar los excesos del libertinaje. Esto requiere recursos, requiere definir responsables con horas de dedicación, que tengan entre sus obligaciones hacerse cargo de estas funciones. Valgan estas consideraciones para el análisis de lo más pragmático referido a las políticas. Pasemos ahora al problema de fondo, el sen- tido del consumo. El problema de los universitarios y las drogas A continuación me gustaría compartir algunas reflexiones persona- les sobre el tema del consumo de alcohol y otras drogas en nuestro campus. En general, estamos todos de acuerdo en que el consumo en el cam- pus es un problema. Hasta hay muchos estudiantes de acuerdo en
  • 194. 194 Walter Kühne Covarrubias eso, 41% de ellos manifestó en el diagnóstico que no debiera consu- mirse alcohol en la universidad. Pero ¿cuál es el problema del consumo?, ¿es el problema simplemen- te el desorden?, ¿la vergonzosa imagen que en ocasiones proyecta- mos como universidad?, ¿la preocupación es REALMENTE evitar las adicciones y el consumo problemático o es simplemente que “el ca- rrete” no moleste?, ¿que los alumnos “no metan ruido”? Porque, de ser así, simplemente deberíamos prohibirlo. No se puede carretear más en la Universidad y se acabó el problema. No gaste- mos tiempo y esfuerzos en hacer diagnósticos, políticas ni ferias de calidad de vida. Simplemente habría que contratar más guardias. Espero que nadie se entusiasme mucho con esta idea, pues no creo que sea la solución. La Universidad no está para prohibir (aunque sí hay que controlar y regular), está para educar, para formar. Nosotros debemos estar REALMENTE comprometidos en la formación integral como universidad. El problema del alcohol y las drogas NO ES que los estudiantes con- suman. El problema del consumo de alcohol y drogas es que se ha pervertido su sentido. El problema del consumo radica en su forma hedonista y nihilista. Lo que Patricia Pallavicini en su estudio cualita- tivo de 2007 llamó “carrete sin sentido”. El problema de las drogas y el alcohol es su consumo mecánico, es su consumo para “borrarse”. Como Universidad debemos trabajar por el aumento del conocimien- to y la conciencia de las personas, no por la pérdida de la concien- cia. No por el embotamiento de la razón como modo de evasión. Pensemos que el problema de las adicciones no es sólo las drogas y el alcohol, es mucho más amplio. Igualmente perniciosas pueden ser otras adicciones que no generan la misma preocupación pública, tales como el juego patológico, las compras impulsivas, internet, la pornografía, los juegos de videos, relaciones amorosas tóxicas, etc. La adicción como pérdida de conciencia y de la capacidad de elegir, es el problema. En el caso de las drogas y el alcohol nuestro mayor deber no es prohibir, es educar. Como me señalaba Camilo Ballesteros, actual presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach, antes que hablar de “prevenir el consumo” debemos hablar de “consumo responsable”. En una presentación que hicimos con Daniela Díaz en el Consejo de Facultad de la Facultad de Adminis- tración y Economía, presentando los resultados del diagnóstico, un directivo nos preguntó “¿Y cuál es el consumo responsable de pasta base”? En mi opinión, CERO. No entendamos que el consumo respon-
  • 195. guía de apoyo psicológico para universitarios 195 Reflexiones sobre la promoción del consumo responsable sable es que se puede consumir, no es una autorización. Consumo responsable es tomar decisiones responsables sobre lo que se puede o no consumir para llevar una vida plena. De similar manera hay que evitar el error contrario. Es un ridículo pen- sar que lo responsable es que todos nos convirtamos en abstemios, que no existan las drogas ni el alcohol. Drogas han existido en todo tiempo y cultura. Con distintos usos y sentidos. Droga se ha convertido en una palabra con connotaciones negati- vas. Sin embargo, en las prácticas chamánicas el uso de drogas aluci- nógenas se efectuaba para el aumento de la conciencia. Se usaban como herramientas para acceder a un conocimiento distinto de la realidad. ¿Por qué esas prácticas ancestrales ligadas a una búsque- da de conocimiento están hoy prohibidas? ¿Debe estar prohibido el uso de ayahuasca o peyote en ceremonias de culturas con orígenes precolombinos? Personalmente creo que no. Deben regularse, pero no debieran prohibirse sustancias que, bien usadas, pueden tener un valor medicinal y de autoconocimiento. Por lo demás, tal como señala Pérez Franco (2001), las drogas ilegales NO SON un problema de Salud Pública, “las únicas sustancias que presentan un claro problema de salud pública son el alcohol y el ta- baco” (página 41). Este autor señala que el problema social real es la criminalidad asociada que se deriva de la prohibición. Quizás algunos de estos planteamientos pueden parecer polémicos. Es necesario debatir al respecto, como universidad debemos plantear preguntas para la sociedad y no meramente reproducir juicios y prejui- cios. Debemos generar conocimiento y propuestas para la sociedad. Debemos cuestionarnos, ¿por qué es ilegal la marihuana en tanto el alcohol y el cigarrillo son legales? Si la lógica de la prohibición es el bien común y la salud pública, ¿cómo se explica que el cigarrillo sea legal? En general, ante las drogas, legales e ilegales: ¿Por qué se consume? ¿Para qué se consume? ¿Qué se consume? ¿Cómo, cuándo se consume? Propongo que no nos limitemos a aplicar normativas de modo me- cánico, generemos normativas, regulemos, prohibamos incluso (por ejemplo el tráfico), pero, por sobre todo, eduquemos, formemos y for-
  • 196. 196 Walter Kühne Covarrubias mémonos. Hagamos un análisis crítico, sin prejuicios, o poniendo los prejuicios en tela de juicio. Aumentemos nuestra conciencia. Seamos responsables y aumentemos la conciencia de nuestro compañero, de nuestros estudiantes, de nuestros docentes. No queremos “niños que se porten bien”, queremos estudiantes cons- cientes de sus vidas, de sus proyectos, que tomen decisiones respon- sables (sea esto consumir o no). Busquemos una vida plena de sentido, autoconsciente, para nosotros mismos y para los demás. Si todos estuviéramos preocupados, com- prometidos realmente por la realización personal, el consumo de al- cohol y drogas no sería un problema. Referencias Castaneda, C. (1994), Las Enseñanzas de Don Juan, Fondo de Cultura Econó- mica. Pallavicini, P. (2007), Informe Representaciones sociales sobre el consumo de alcohol y drogas en universitarios, Universidad de Santiago de Chile. Pérez Franco, J. (2001), Drogas ilegales en Chile: los fundamentos de un pseudo- problema, Psiquiatría y Salud Mental, XVIII, No. 2, 41-48.
  • 197. 197 Los autores Walter Kühne Covarrubias Director del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la Universidad de Santiago de Chile Psicólogo Clínico, Universidad de Chile Magíster en Psicología Clínica, Universidad de Santiago de Chile Director Asociado Revista Terapia Psicológica www.kuhne.cl - walter.kuhne@usach.cl Patricia Pérez Marinkovic Coordinadora del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica de la Universidad de Santiago de Chile Docente Universitaria Psicóloga Clínica, Universidad Internacional Sek Diplomado en Especialización en Psicología Clínica Método Existencial Transpersonal, Pontificia Universidad Católica de Chile Postítulo en Psicoterapia Transpersonal. Instituto de Expansión de la Conciencia Humana www.sentidodevida.cl - patricia.perez@usach.cl Beatriz Painepán Sandoval Psicóloga Educacional, Pontificia Universidad Católica Magíster © Psicología Educacional, Pontificia Universidad Católica Experticie en Drogodependencias de la Universidad Complutense de Madrid, Diplomado en “Desarrollo Personal. Gestión de Sí Mismo”, Universidad Alberto Hurtado beatriz.painepan@usach.cl Angélica Larraín Huerta Directora Escuela de Obstetricia y Puericultura, Universidad de Santiago de Chile. Matrona, Universidad de Tarapacá Licenciada en Educación, Universidad Central Magíster en Salud Pública, mención Epidemiología, Universidad de Tarapacá Jefa de proyecto “MUSA” Universidad de Santiago de Chile. Diplomada en Metodología de la Investigación Científica, aplicada a la Salud y Salud Sexual y Reproductiva, Universidad de Santiago de Chile Diplomada en Medicina Tradicional China, Universidad de Santiago de Chile angelica.larrain@usach.cl Patricia Gallero Pardo Psicóloga Clínica, Universidad de Chile Entrenamiento en Psicoterapia Sistémica Estratégica con Ps. Ximena Plubins Supervisora de prácticas Departamento de Promoción de la Salud Psicológica, Universidad de Santiago de Chile patricia.gallero@usach.cl Mónica López Hernando Psicóloga Clínica, Universidad de Santiago de Chile Terapeuta Familiar y de Pareja, Instituto Chileno de Terapia Familiar Diplomada en Psicología Positiva, Instituto Chileno de Inteligencia Emocional. Acreditada como psicoterapeuta por la Comisión Nacional de Acreditación de Psicólogos Clínicos Miembro del Directorio 2009-2010 de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica www.sanarte.cl - monica.lopez@usach.cl
  • 198. 198 Autores Romina Ubilla Corrales Psicóloga, Universidad de Santiago de Chile Integrante del equipo de atención del Departamento de Promoción de la Salud Psicológica, Universidad de Santiago de Chile. romi.ubilla@gmail.com Claudio Pizarro Hidalgo Psicólogo Clínico, Universidad de Chile Ph.D. en Counseling Psychology, Universidad de Iowa, U.S.A. Diplomado en Gestión de Instituciones de Educación Superior, Pontificia Uni- versidad Católica de Chile Profesor de planta de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile (docencia de pre y post grado) Miembro del Directorio de World Experience (fundación sin fines de lucro que promueve el intercambio de estudiantes secundarios entre Chile y Estados Unidos) claudio.pizarro@usach.cl Verónica Vásquez Rauch Psicóloga Clínica, Pontificia Universidad Católica de Chile. Postítulo en ‘Teoría y Técnica de la Dirección Psicodramática en Grupos’. Cen- tro de Estudios de Psicodrama de Chile. Encargada Área de Terapia de Grupo. veronica.vasquez@usach.cl Héctor Rodríguez Moya Profesor de Estado en Química, Universidad de Chile Técnico en Prevención y Rehabilitación de Personas con Dependencia a Drogas, Universidad de Santiago de Chile Magíster en Ciencias, Universidad de Santiago de Chile Consejero Académico Estudiantil, Universidad de Santiago de Chile dps@usach.cl Omar Matus Pérez Psicólogo Organizacional, Universidad del Mar Docente Universitario, especialista en Coaching e Inserción laboral Diplomado en Administración y Dirección de Recursos Humanos, Universidad de Santiago de Chile Magíster © Administración y Dirección de Recursos Humanos, Universidad de Santiago de Chile omar.matus@usach.cl Mario Castillo Manzano Psicólogo Clínico Magíster Salud Publica © Universidad de Chile. Maestría en Drogodependencia © Universidad Miguel Hernández. Diplomado Sexualidad Humana. Universidad de Concepción. Diplomado Psicoterapia Gestáltica Integrativa. Universidad de Concepción. Diplomado Gestión en Instituciones de Salud. Universidad de Chile. Diploma Desarrollo Organizacional. Universidad de Chile. Psicólogo, Encargado de Prevención de Consumo de Alcohol y Drogas. De- partamento de Promoción de la Salud Psicológica. Universidad de Santiago de Chile. mario.castillo.m@usach.cl www.dps.usach.cl