Benjamín Franklin, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, inventó el pararrayos en 1753 mediante experimentos sobre la electricidad que inició en 1749, con el objetivo de atraer los rayos y conducir su descarga a tierra para proteger las construcciones y personas. Propuso el uso de varillas metálicas en los tejados para demostrar su teoría de que las tormentas son fenómenos eléctricos y desarrolló el primer modelo conocido como "pararrayos Franklin".