El autor argumenta que el mundo se está moviendo hacia la digitalización de la información, la televisión y la música, lo que permitirá el acceso más fácil y menos costoso de los contenidos tanto para los emisores como para los receptores. Además, sugiere que la televisión inteligente podría ser más educativa que solo para entretenimiento. Por otro lado, reconoce que si bien la automatización traerá beneficios como menos uso de recursos, también podría tener un impacto negativo en el empleo humano a largo plazo.