El trastorno límite de la personalidad (TLP) se caracteriza por inestabilidad en relaciones interpersonales, afecto y autoimagen, siendo prevalente en poblaciones clínicas. Se manifiesta principalmente en la adolescencia y inicio de la adultez, con una alta tasa de comorbilidad y un riesgo significativo de suicidio. El tratamiento más eficaz combina terapias psicológicas y farmacológicas, aunque la adherencia y el cumplimiento son bajos.