El capítulo describe la Tierra como el séptimo planeta y detalla la gran cantidad de personas y faroleros que vivían allí antes de la electricidad. Más de dos mil millones de personas habitaban los seis continentes, y había un ejército de 462,511 faroleros cuya labor estaba organizada como un ballet para iluminar el planeta. Solamente los faroleros de los polos tenían una vida más tranquila, trabajando solo dos veces al año.