La carta es de Cristina dirigida a Roberto para enumerar los bienes comunes que desea conservar ella y los que puede quedarse él para el proceso de divorcio. Cristina enumera recuerdos emotivos de su relación que desea conservar, como su primer encuentro y la luna de miel, así como sensaciones negativas como los silencios, besos sin amor y angustia que Roberto puede quedarse. Ella le deja los objetos materiales y le da el número de su abogado para finalizar el divorcio de forma amistosa.