Este poema describe la desolación del autor al visitar las ruinas de Cartago, una vez poderosa ciudad que ahora se encuentra en ruinas. El autor reflexiona sobre cómo los grandes edificios y monumentos que alguna vez celebraron la gloria de Cartago ahora apenas pueden verse. El poema sirve como recordatorio de que el tiempo puede derribar incluso lo más poderoso, al igual que puede aliviar los males del autor.