Las peregrinaciones a Santiago de Compostela comenzaron en el siglo IX tras el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago. En los siglos siguientes, los monarcas de Navarra, Aragón, Castilla y León facilitaron el camino construyendo puentes, reparando caminos y edificando hospitales, dando lugar al Camino de Santiago. El rey Sancho III el Mayor de Navarra fijó el trazado definitivo del Camino y promovió la influencia del arte románico a lo largo de la ruta.