Las redes sociales surgieron de la necesidad humana de comunicación, pero también conllevan peligros si no mantenemos a Dios en primer lugar y el control sobre cómo y qué compartimos online. Debemos aprovechar las redes para testificar sobre Jesús de forma sabia y basada en versículos bíblicos que reflejen nuestra comunicación con Dios y nuestro deber de compartir el evangelio.