Alexandra pasea con su perrita Nuni por el bosque y descansan en un prado de amapolas, donde Alexandra se duerme. Mientras duerme, da a luz a una bebé llamada Alina con la ayuda de las hadas. Las hadas cuidan de Alina y la alimentan mientras Alexandra descansa. Finalmente, las hadas acompañan a Alexandra y a Alina de vuelta a la aldea, donde el padre se alegrará al conocer a la recién nacida.