El documento presenta la 4ta ley espiritual, que enfatiza la importancia de recibir a Jesucristo como nuestro salvador a través de una invitación personal. Se sostiene que la fe genuina y el amor son esenciales para este proceso, destacando que la salvación es un regalo de la misericordia de Dios y no un logro humano. Finalmente, se invita a reflexionar diariamente sobre la aceptación de Cristo, resaltando que la relación con Dios es personal y continua.