El documento cuenta la historia de un hombre llamado Cheo que era trabajador e inteligente pero tenía una adicción al alcohol. A pesar de las advertencias de su hermana, Cheo no dejó de beber y terminó acostado en la plaza pública, mostrando que ya era adicto. Su hijo lo internó en un hogar para usuarios de alcohol por un año, pero Cheo recayó después de salir. Ahora Cheo solo recuerda a su hijo y momentos del pasado, olvidando incluso a sus nietos, demostrando los daños que causa