Dos hermanos que siempre jugaban juntos tuvieron una gran discusión por un juguete y decidieron dividir todas sus cosas. Pasaron los años dividiendo y discutiendo por cada objeto hasta que se convirtieron en viejos gruñones. Un día alguien mezcló todas sus cosas y los hermanos encontraron a dos niños jugando felizmente juntos sin preocuparse por la propiedad de los objetos.