La rata Blanquita encuentra una moneda y sueña con todas las cosas que podría comprar con ella, como un vestido, collar o televisor. Sin embargo, la moneda no le alcanza para nada de eso, así que solo se compra un lacito para su cola. Más tarde, cuando varios pretendientes le proponen matrimonio, los rechaza a todos excepto al ratón Pérez porque es el único que puede arrullar a los niños sin despertarlos o asustarlos. Al final, Blanquita y Pérez se casan.