La dactiloscopia, ciencia que estudia las huellas dactilares para la identificación individual, fue desarrollada inicialmente por William Herschel en 1856 y perfeccionada por Francis Galton en 1892, quien concluyó que las huellas son únicas. Juan Vucetich implementó el primer sistema práctico de identificación a través de huellas en Argentina en 1891, lo que marcó un hito en la criminalística. La dactiloscopia se basa en el análisis de características distintivas de las crestas papilares en los dedos, asegurando la individualización de personas vivas o muertas.