El dadaísmo surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich, Suiza. Fue propuesto por Hugo Ball y posteriormente se unió Tristan Tzara, quien llegó a ser el emblema del movimiento. El dadaísmo se caracterizó por rebelarse contra las convenciones artísticas y literarias, burlarse del arte burgués y tener una intención lúdica.