La unión bancaria busca estabilizar el sistema financiero europeo tras diversas crisis, asegurando que los bancos asuman sus pérdidas y no los contribuyentes. Se fundamenta en cuatro pilares clave, incluidos un sistema único de regulación y un mecanismo único de resolución que gestiona quiebras bancarias. A pesar de los conflictos generados, se prevé que la unión bancaria lleve a una Europa más integrada monetaria y políticamente, protegiendo a los contribuyentes de futuros rescates bancarios.