Este documento analiza las complejas relaciones entre la democracia y el Estado de Derecho. Examina cómo las democracias latinoamericanas deben construir al mismo tiempo un régimen político participativo y un Estado de Derecho efectivo. Argumenta que una debilidad del Estado de Derecho supone una debilidad de la democracia, ya que el Estado de Derecho refuerza la democracia y ayuda a mejorar su calidad.