La depresión neurótica se origina como respuesta a pérdidas o fracasos, manifestándose con síntomas de baja autoestima y conflicto interno. Factores como medicamentos, desaprobación en la infancia y expectativas irreales contribuyen a su desarrollo. Las personas afectadas tienden a tener una visión negativa de sí mismas y a atribuir sus éxitos a la suerte, mientras que los fracasos son vistos como culpa personal.