Jordi le informa a su hijo Pep que él y su esposa Carme se van a divorciar después de 45 años de matrimonio. Pep se lo cuenta enojado a su hermana Montse en Chicago. Montse llama furiosa a su padre y le dice que no pueden divorciarse hasta que ella y Pep lleguen a Barcelona. El padre cuelga y le dice a su esposa que todo salió como lo planearon, ya que sus hijos vendrán para las fiestas y ellos no tendrán que pagar los pasajes de avión.