Este documento presenta una reflexión sobre la relación entre el arte y la tecnología desde una perspectiva comunicacional. Argumenta que la tecnología siempre ha estado vinculada a las prácticas artísticas y que la relación no comenzó con la fotografía sino que es tan antigua como el arte mismo. También analiza dos experiencias artísticas contemporáneas que usan software y hardware y complejiza la mirada sobre esta relación, incorporando su dimensión política.