Dos conejos enamorados, Flipy y Flapa, tuvieron la idea de robar zanahorias de una granja cercana para alimentarse porque tenían mucha hambre. Al día siguiente, Flapa fue atrapada en una jaula mientras intentaba robar otra zanahoria. Flipy trató de rescatarla pero el granjero los atrapó. Sin embargo, el granjero tuvo piedad de los conejos hambrientos y les dio algunas zanahorias para comer antes de dejarlos ir.