Este documento discute la evolución de los conceptos de lo bueno y lo malo a través de la historia. Originalmente, los nobles se consideraban buenos mientras que los pobres se consideraban malos. Con el tiempo, la Iglesia y los resentimientos populares cambiaron esta percepción, considerando ahora a los débiles como buenos y a los fuertes como malos. El documento también analiza cómo la moral puede separar la fuerza de sus manifestaciones, haciéndolas parecer más libres e indiferentes.