Este pasaje del libro del Eclesiástico enfatiza la importancia de temer al Señor y seguir sus mandamientos. Aquellos que le temen tendrán bendiciones y sabiduría. Se aconseja no alejarse del temor de Dios, ser humildes ante Él, y ayudar a los necesitados. También advierte sobre los peligros de caer en las pasiones y tener amigos falsos. Los verdaderos amigos son un tesoro y sólo se encuentran entre aquellos que también temen al Señor.