La mayor parte del agua en la Tierra es salada y no apta para el consumo humano. Los efluentes son emisiones que producen efectos no deseables en el ambiente, como líquidos o sólidos contaminantes. La contaminación de las aguas puede ser natural o antropogénica, siendo esta última puntual u originada por fuentes concentradas o no puntual y difusa. El tratamiento de efluentes busca transformar los vertidos en algo más seguro e inocuo mediante procesos físicos, químicos y biológicos.